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Cultura Maya

Se conoce como la cultura maya o civilización maya al conjunto de los pueblos


precolombinos que gobernaron Mesoamérica durante 18 siglos, desde la Época
Preclásica (2000 a.C. – 250 d. C.) del continente, hasta la Época Posclásica (900-
1527 d. C.), cuando se produjo la Conquista de América

Los mayas llegaron a abarcar el sureste de México, la totalidad de Yucatán,


Guatemala y Belice, la región occidental de los territorios actuales de El
Salvador y Honduras. Conocieron el Golfo de México, el Litoral caribeño y el
Océano Pacífico. Es decir que controlaron aproximadamente un tercio de la
extensión total de Mesoamérica.

La historia de la cultura maya tiene una duración de casi 3500 años. Sus
primeros pueblos surgieron hace casi 4.000 años, y su desaparición como
cultura independiente ocurre por su encuentro con los conquistadores europeos.
Todo ello se suele organizar en tres grandes períodos, que son:

Período preclásico (2000 a.C. a 250 d. C.). Se dan los primeros vestigios del
pueblo maya y sus primeros asentamientos a lo largo de la franja del Pacífico y
luego del Atlántico. Lentamente éstos se convierten en las primeras grandes
ciudades de la región: Nakbé, Tikal, Dzibilchaltún, Xicalango, entre otras.

Período Clásico (250-900 d.C.). En este período se produce un renacimiento de


la cultura maya, únicamente equiparable al que vivió Europa luego de la Edad Media,
o quizá al florecimiento de la Grecia de la Antigüedad. En ese sentido, surgieron grandes
centros ceremoniales como Chichen-Itzá y Uxmal. Es también un período de
grandes y sangrientas guerras, que permitieron el ascenso y la caída de diversos
sistemas monárquicos. Eventualmente, ello condujo a un nuevo y gran colapso
político, al abandono de las ciudades en favor de las regiones del norte de México,
y a un empobrecimiento que aún hoy resulta difícil de explicar.

Período Posclásico (950 a 1539 d. C.). Vestigios significativos de la


antiguamente vasta cultura maya perduraron luego de la caída en ciudades
ubicadas en territorios elevados, o cerca de fuentes de agua, con una organización
que reconocía distintos estados mayas regidos por un consejo de reyes. Eso hasta
la llegada de los invasores españoles, pues estando tan debilitados por sus
pugnas intestinas, los pueblos mayas no pudieron hacer frente a la conquista y
fueron colonizados por la cultura europea.

Características generales de la cultura maya


Sus primeras ciudades surgieron alrededor del año 750 a. C., y hacia el 500 a.
C. ya habían alcanzado proporciones arquitectónicas monumentales,
especialmente en sus grandes templos y centros ceremoniales. Durante su
florecimiento, sus ciudades-Estado abarcaban enormes áreas de influencia y se
conectaban entre sí mediante complejas redes de comercio.

Principales ciudades:

 Chichén Itzá, Yucatán.


 Cobá, Quintana Roo
 Tulum, Quintana Roo
 Ek Balam, Yucatán
 Uxmal , Yucatán
 Calakmul, Campeche
 Palenque, Chiapas
 Yaxchilán, Chiapas
 Bonampak, Chiapas
 Toniná, Chiapas

Sus dioses principales eran:


 Ah Mun: dios del maíz. Se le representa como un joven que lleva una
mazorca de maíz.
 Ahau Kin: dios del sol. Se le representa como un viejo de ojos cuadrados.
 Ah Muzenkab: dios de las abejas y la miel.
 Bolon Dzacab: dios relacionado con los linajes reales.
 Buluc Chabtan: dios de la guerra y de los sacrificios humanos.
 Chac: dios de la lluvia. Se le representa como un anciano con un ojo de
reptil, una nariz larga enrollada y dos colmillos. Aparece con frecuencia en
la decoración, debido a la importancia de la lluvia para las cosechas.
 Chac Bolay: dios jaguar del inframundo.
 Ek Chuach: dios de los mercados. Se le suele representar, entre otras
cosas, con una bolsa a la espalda.
 Itzamná: dios del cielo.
 Ix Chel: diosa luna.

Características de la literatura maya

Lenguas mayenses

Lo que se conoce como literatura maya no es una producción hecha en un


lenguaje único. En el territorio maya se hablan 27 diferentes lenguas mayenses.

Muchas variaciones idiomáticas mayas diferentes continúan siendo hablados


como idiomas primarios en la actualidad. Incluso, el “Rabinal Achí”, una obra
escrita en lengua Q’eqchi ‘, fue declarada Obra Maestra del Patrimonio Oral e
Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2005.

Uso de jeroglíficos

La civilización maya fue la única cultura mesoamericana conocida por tener un


lenguaje escrito nativo y completamente desarrollado de las Américas. Este hecho
fue de gran ayuda en el desarrollo de esta literatura.

El sistema de escritura maya es a menudo llamado jeroglíficos por su vago


parecido a la escritura egipcia. Sin embargo, es una concepción errada, ya que se
trataba de una combinación de símbolos fonéticos e ideogramas.
Autores y obras de la literatura maya

Popol Vuh

El Popol Vuh es el ejemplo más importante de la literatura maya precolombina que


sobrevivió a la conquista española. Su importancia se puede ver en las numerosas
versiones del texto que se han publicado.
En sí, el Popol Vuh describe la creación del universo maya. Cuenta la historia de
unos gemelos sobrenaturales heroicos que luchan contra los señores del
inframundo.

Relata la creación del hombre del maíz y el destino de sus descendientes que
poblaron el mundo. Finalmente, enumera la línea de los reyes de Quiché hasta la
llegada de los conquistadores españoles.
Los Libros de Chilam Balam
Las principales fuentes de obras sobrevivientes de los autores indígenas de
Yucatán colonial son los libros bautizados con el nombre de Chilam Balam o
“Portavoz de Jaguar”.
Las principales fuentes de obras sobrevivientes de los autores indígenas de
Yucatán colonial son los libros bautizados con el nombre de Chilam Balam o
“Portavoz de Jaguar”.
Rabinal Achí
Es una  obra de teatro que narra la lucha entre dos guerreros (Rabinal Achí y
Quiché Achí). Es reconocida por la riqueza discursiva de sus diálogos.
En ella se plasma la relación y concepción que tenía esta civilización en relación al
mundo circundante, tanto el terrenal como el de los dioses.
El juego de pelota
El Juego de Pelota Maya era bastante popular en todas las culturas
precolombinas y en diferentes regiones, aunque las reglas cambiaban
ligeramente.
El juego constaba con dos equipos y una pelota de hule, la cancha se encontraba
como hundida y amurallada. El campo presente en Chichen Itzá mide 170 metros
de largo y 70 metros de ancho. El objetivo del juego era pasar la pelota a través de
unos aros de piedra que se encontraban a cada lado, usando solamente las
caderas.
CÓMO JUGAR A PELOTA MAYA
Para jugar a la pelota se seleccionaba a los mejores guerreros, los más ágiles y
fuertes y se creía que durante el juego, estos fuertes mayas representaban a las
divinidades dentro del campo.

Las plataformas que rodean el lugar servían para que los gobernantes y los
sacerdotes observaran con todo el detalle desarrollo del juego. Por lo que se ha
investigado, las figuras talladas en los muros que rodean al campo de juego que
hablan de una connotación mística y religiosa.
Se cree que el juego de pelota maya, en un principio, no tenía aros en sus
extremos y que el objetivo del juego era que la pelota no cayese al suelo, ya que
se consideraba una representación del sol. Se cree que los aros fueron unos
añadidos posteriores. Existe la creencia de que a partir de ese momento un equipo
podía ganar el partido solo colando la pelota por el aro, además de conseguir
puntos con solo tocarlo. Sin embargo, esto no está muy claro.
El juego de pelota era un juego por equipos similar al voleibol en el que los
equipos se pasaban la pelota de un lado a otro utilizando solamente la
cadera. Algunos historiadores sostienen que se utilizaba únicamente la parte
derecha de la cadera. Según parece, los equipos estaban formados por
un mínimo de 2 y un máximo de 5 jugadores. Llevaban protecciones en codos y
en la cabeza denominadas Pix’om.
Para jugar usaban pelotas hechas de caucha que solían ser bastante pesadas
(podían llegar a los 4 Kg. de peso).
También se sabe que, antes de empezar el partido, todos los jugadores
debían rezar a Hunahpú, un dios de la mitología maya que fue asesinado,
revivido y muerto otra vez tras haber perdido un juego de pelota maya.
EL EQUIPO PERDEDOR
Se cree que los miembros del equipo perdedor eran sacrificados, esto se debe a
las representaciones de hombres sin cabeza y sangrando al lado de otros
jugadores vivos. Otros creen que los que ganaban eran los merecedores del
sacrificio de sus vidas, sin embargo hay dudas acerca del sistema de valores de
los mayas, sobre si ellos consideraban valido hablar en términos de perdedor y
ganador, ya que se conoce sus creencias superaban toda delimitación
natural terrestre, y probablemente se consideraba el juego una representación de
lo que estaba por venir, un medio de entrar a la batalla del sol y las demás
estrellas, entrando y saliendo del supramundo al inframundo.
¿LOS JUGADORES MORÍAN TRAS LA PARTIDA?

Hay algunas voces que afirman que tras jugarse los partidos a la pelota maya, los
jugadores eran sacrificados. No es una práctica rara en ciertas épocas, donde el
sacrificio formaba parte habitual de las culturas más importantes, pues se rendía
culto a los dioses en el día a día. Y ya hemos visto que el juego de la pelota se
hacía en honor a un dios. Pero, ¿conllevaba entonces la obligatoriedad de hacer
un sacrificio en su nombre?
El juego de la pelota estaba relacionado con la guerra ritual, lo que se traduce en
que se está jugando una batalla entre la oscuridad y la luz, entre la noche y el día.
Visto así, los componentes del bando perdedor podían ser sacrificados, dada la
crueldad del enfrentamiento.
El Arte en la Civilización Maya
Los mayas son famosos por sus textiles, alfarería, tallas, esculturas de piedra,
tejidos, trabajos de plumas, uso de tintes, palacios y templos, murales, cestas y
sus imágenes creativamente aterradoras de sus dioses, tanto dibujados como
esculpidos.
La civilización maya prosperó entre 500 a.C. y 900 d.C. a través de varias
regiones de la actual México y América Central. 
El arte maya influyó sustancialmente en los pueblos olmecas, toltecas y
teotihuacanos. El Arte Maya se caracteriza por esculturas de piedra, arquitectura,
cerámica, tallado en madera y pintura mural, que son algunas de sus formas más
célebres.
Los seres y animales divinos de la religión maya a menudo se representaban en
estelas. Muchas tallas fueron dedicadas a la realeza. Varias tallas reflejaban
rituales y actividades mayas como la vida cotidiana, las batallas e incluso
el sacrificio humano. Los templos mayas y otras ruinas fueron ornamentados con
esculturas que demuestran el extraordinario arte y habilidad de sus artesanos.
Hicieron estas obras con nada más que herramientas de piedra y mazos de
madera.

Literatura náhuatl

La literatura náhuatl comprende toda la producción literaria en lengua náhuatl, el


idioma de los pobladores del valle de México y sus alrededores durante la época
de la conquista.
Todos los cronistas concuerdan en que por esta vía se transmitían códigos para
una vida moral y una correcta conducta social.

Características de la literatura náhuatl

Géneros literarios limitados

De su tradición prehispánica se pueden diferenciar dos tipos principales de


géneros literarios: los cuícatl y los tlahtolli. El primer término traduce canto, poema
o himno. Por otro lado, el vocablo tlahtolli significa palabra, relato o discurso.

Tradición oral

Como todas las culturas prehispánicas, en sus inicios la literatura náhuatl era de
transmisión oral. Así pues, tanto la métrica como el ritmo usado en las
composiciones se construían para facilitar la memorización.

Apoyo en la escritura

En algún punto de su desarrollo cultural, la civilización náhuatl introdujo el uso de


los códices o libros. Estos eran hechos de un papel especial que ellos mismos
hacían a partir de  cortezas de árboles, cuero o tiras de algodón.

Aunque esta escritura de tipo pictográfica era difícil de interpretar, los sacerdotes y
sabios la utilizaban como apoyo en la transmisión oral sistemática de la literatura
náhuatl.

Temas de las obras

Una de las características resaltantes en los temas fue la religiosidad. Esta era la
suprema razón tanto individual como de Estado para sus vidas. Ellos se sentían
como el pueblo elegido por sus dioses para rendirles culto.

No se limita a la época prehispánica

La literatura náhuatl antigua fue escrita por los miembros de las distintas culturas
que poblaron lo que hoy es México. Sin embargo, tras la conquista, el náhuatl
siguió siendo usado por los pueblos indígenas, por monjes y otros pobladores
castellanos. De estos surgieron códices y composiciones literarias que hoy se
conservan y que más adelante se comentan.

Géneros de la poesía náhuatl

La poesía náhuatl tradicional se puede dividir en varios géneros dependiendo del


tema que tratan:

 Los Xopancuícatl: alegres poemas y cantos sobre la vida.


 Los Xochicuícatl: se describe la nobleza y la amistad humana.
 Los Yaocuícatl: cantos cercanos a lo épico sobre guerreros.
 Los Cuecuechcuícatl: cantos eróticos.
 Los Teotlatolli: explicación de cuál fue el origen del universo y del
mundo.
 Los Icnocuícatl: reflexiones tristes sobre la muerte.
 Los Teocuícatl: himnos que se dedican a los dioses.

Representantes y obras destacadas

Nezahualcóyotl (1402-1472)

Nace en 1402, fue hijo de Ixtlixóchitl, señor de Texcoco, y de Matlalcihuatzin, princesa Mexica.
En 1418 huye de Texcoco con su padre, quien después es asesinado. Nezahualcóyotl se
esconde para no morir a manos de Tezozómoc, gobernante de Azcapotzalco. Logra salvar su
vida, pero es tomado prisionero por el señor de Chalco, de quien consigue liberarse.

Para 1420 logra el perdón de Tezozómoc, quien le permite regresar a Texcoco, donde prepara
la venganza por la muerte de su padre.  En 1427, logra reunir las fuerzas aliadas para luchar
contra Azcapotzalco y en 1431 se constituye la Triple Alianza entre Texcoco, México-
Tenochtitlán y Tlacopan. Ese mismo año, es nombrado señor de Texcoco.

Por sus bellos escritos se le conoce como el Rey Poeta, de los cuales se conservan alrededor
de treinta obras, relativas a la muerte, al enigma del hombre y de su creador, a la flor y al
canto.

Su mandato se distingue por su prudencia y justicia. Promulga una serie de leyes civiles y
penales; funda varios colegios para el estudio de la astronomía, la lengua, la medicina, la
pintura y la historia. Reconstruye la ciudad, dividiéndola en barrios que poseían su propia
industria con lo que logra mejorar la economía de sus habitantes. Sus ideas y gobierno fueron
de un notable humanismo.

De particular relevancia fueron sus contribuciones a la Ciudad de México-Tenochtitlán donde


dispuso la construcción del acueducto que abastecía de agua a la ciudad desde Chapultepec,
donde además ordenó sembrar ahuehuetes para formar el bosque; otra de sus contribuciones
fue la “Albarrada de los Indios” que impedía la inundación de la ciudad y que se mezclaran
aguas dulces y saladas.

Por lo cual, este gran tlamatinime (sabio) de Texcoco era reconocido por su


pueblo por la cantidad de obras arquitectónicas construidas durantes su mandato,
y por el cuerpo de leyes e instituciones del Estado que dejó como legado. Entre
los poemas que se atribuyen a Nezahualcóyotl se pueden citar:

 In chololiztli (El vuelo).
 Ma zan moquetzacan (¡Levántate!).
 Nitlacoya (Estoy triste).
 Xopan cuicatl (Canción de la primavera).
 Ye nonocuiltonohua (Yo soy rico).
 Zan yehuan (Él solo).
 Xon Ahuiyacan (Sé alegre).

Tochihuitzin Coyolchiuhqui (finales del siglo XIV – mediados del siglo XV)

Tochihuitzin Coyolchiuhqui fue un cuicani (poeta/cantor) que gobernó Teotlalcingo.


Los temas de sus poemas guardaban relación con pensamientos que tenía sobre
la vida.

Entre los poemas atribuidos a Tochihuitzin están: Zan Tontemiquico (Venimos solo


a soñar) y Cuicatl Anyolque (Has vivido la canción).

Ayocuan Cuetzpalin (finales del siglo XV – comienzos del siglo XVI)

En las reseñas de los expertos, Ayocuan es referido como un teohua (sacerdote).


En sus composiciones le cantaba a la brevedad de la vida humana.

Los estudiosos de su obra le atribuyen los poemas Ma Huel Manin Tlalli (Que la


tierra permanezca para siempre), Ayn Ilhuicac Itic (Desde dentro de los
cielos), Huexotzinco Icuic (Asediado, odiado, Huexotzinco sería).
Tecayehuatzin (Aprox. segunda mitad del s. XV – principios del s. XVI)

Tecayehuatzin fue gobernante de Huexotzinco, y se recuerda por su frase poética


“Flor y canto es lo que hace posible nuestra amistad”.

Se le atribuyen los poemas Tla Oc Toncuicacan (Ahora déjenos


cantar), Tlatolpehualiztli (El comienzo del diálogo) y Itlatol Temiktli (El sueño de
una palabra).

Códice Florentino (Bernardino de Sahagún)

Se trata de 3 volúmenes en los que el misionero franciscano Bernardino de


Sahagún describió las costumbres, tradiciones y forma de vida mexicas.

Nican mopohua (Antonio Valeriano, 1556)

Se trata de un relato escrito en náhuatl que narra las apariciones de la Vírgen de


Guadalupe en el cerro de Tepeyac.

Ángel María Garibay


Sacerdote y filólogo. Fue párroco de comunidades indígenas, cuyas lenguas aprendió. Bibliotecario
y profesor del Seminario Conciliar de México (1919-1924), profesor e investigador universitario y
fundador y director del Seminario de Cultura Náhuatl a partir de 1956. Fue académico de la
Lengua y de la Historia. Entre otras distinciones fue Premio Nacional de Literatura (1965) y doctor
honoris causa de la Universidad Nacional Autónoma de México (1951). Estudioso de la literatura
colonial, tanto española como indígena, notable políglota y prolífico traductor del griego, latín,
hebreo y náhuatl. De sus versiones directas del teatro griego: Las diecinueve
tragedias de Eurípides (1963), Las siete tragedias de Esquilo (1962), Las once
comedias de Aristófanes (1967), todas ellas en la popular colección “Sepan cuántos...” de la
editorial Porrúa (México), se hicieron varias ediciones. Se le debe, sobre todo, la primera
exploración científica y traducción de los textos coloniales en náhuatl, que dio a conocer en varias
compilaciones: Poesía indígena de la altiplanicie (1940), Épica náhuatl (1945) y Poesía
náhuatl (1964-1967, 3 vols.), las tres publicadas por la unam (México), y en estudios
críticos: Historia de la literatura náhuatl (Porrúa, 1953-1954, 2 vols.) y La literatura de los
aztecas (México, Joaquín Mortiz, 1964). También es autor de una gramática del náhuatl, que
acompaña de traducciones de textos clásicos (La llave del náhuatl, Porrúa, 1940) y editor de varias
ediciones de crónicas coloniales. Su labor de traducción y divulgación de la literatura náhuatl debe
situarse en el contexto de la construcción del nacionalismo mexicano del siglo XX, ligado a los
descubrimientos arqueológicos y a la naciente antropología, que alimentará la política indigenista
del Estado. Contemporáneo de vanguardias literarias y artísticas, aunque ajeno a ellas, Garibay fue
un hombre de personalidad singular, religiosidad tradicional y escasas veleidades, pero incansable,
seguro de su conocimiento, osado en sus interpretaciones y desenfadado en su trato personal.
Como traductor humanista, su empeño en ver retratada una cultura y literatura clásicas en los, a
menudo, crípticos manuscritos del náhuatl colonial, cosa que en su tiempo ya se le criticó, debe
entenderse en un contexto de enorme desdén por lo indígena y de admiración por lo europeo, y
obedece a su anhelo de ver incorporada la cultura mesoamericana a las grandes civilizaciones de
la humanidad. Su obra crítica contiene numerosas referencias a los problemas de traducción.
Destaca en ella el hecho de traducir de distintas maneras los mismos textos: “la versión no es calco
sino transfusión de vida”, respondió a quienes le achacaron su indecisión. Además de tratar
abiertamente el problema de la interpretación de los originales puso sobre el tapete la dificultad
del acercamiento a textos que eran a su vez transcripciones efectuadas bajo la mirada de los
misioneros. Por todo ello y por la magnitud de su obra sigue siendo referencia obligada para todo
estudioso del náhuatl clásico y del período prehispánico y colonial, y es piedra de toque para la
crítica de las representaciones tradicionales de la cultura azteca. Su labor ha sido continuada por
su discípulo, también traductor y reconocido especialista, Miguel León-Portilla.

Miguel León-Portilla
Ciencias Sociales y Humanidades
Historiador
Historiador y antropólogo. Principal experto en el pensamiento y la cultura náhuatl. Algunas de sus
obras son La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes (1956), Visión de los
vencidos (1959), Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares (1961)
y El reverso de la conquista (1964). Premio Nacional de Ciencias y Artes 1981, Medalla
Belisario Domínguez 1995, Premio Internacional Alfonso Reyes 2000 y Premio Leyenda Viviente
2013. Treinta universidades alrededor del mundo le otorgaron el doctorado honoris causa.
Ingresó a El Colegio Nacional el 23 de marzo de 1971.
Miguel León-Portilla nació el 22 de febrero de 1926 en la Ciudad de México. Fue
profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, director del Instituto de
Investigaciones Históricas, miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM, así
como investigador emérito del Instituto de Investigaciones Históricas. Impartió
numerosas conferencias y fue consejero del Instituto de Civilizaciones Diferentes,
de Bruselas, Bélgica, también de la Sociedad de Americanistas con sede en París,
Francia.  Así mismo, formó parte de la American Anthropological Association, la
Sociedad Mexicana de Antropología, la Academia de la Investigación Científica, la
Academia Mexicana de la Historia (de la que fue director), la Academia Mexicana
de la Lengua, la American Historical Association, la National Academy of Sciences
y a otras instituciones culturales mexicanas y foráneas. Obtuvo el título de
doctor honoris causa por varias universidades en México y el extranjero, entre
éstas la Brown University en Providence, Rhode Island.
Algunas de sus distinciones fueron el Premio Elías Sourasky, en 1966; el Premio
Nacional de Ciencias Sociales, Historia y Filosofía, en 1981; el Premio Universidad
Nacional, en 1994; la Medalla Belisario Domínguez, en 1995, y el Premio
Menéndez Pelayo, en el 2001. Fue asesor de la revista California History y
coordinador de la Comisión Nacional del V Centenario 1492-1992.
Falleció el 1 de octubre de 2019 en la Ciudad de México.
Literatura Inca

La literatura inca comprende todas aquellas expresiones literarias pertenecientes a la


civilización que ocupaba la región del Tahuantinsuyo entre los siglos XIII y XVI (hoy son los
territorios de Perú, Ecuador, Bolivia y Chile).

Características de la literatura inca

Tradición oral
La memoria histórica se pasaba de generación en generación. Los vehículos usados fueron las
leyendas, mitos y cantos contados e interpretados por oradores y narradores indígenas
denominados haravicus y amautas.

Los haravicus eran los poetas incas y los amautas eran los encargados de componer las obras
teatrales (comedias y tragedias).  A petición de sus audiencias, estos entretejían las hazañas de los
reyes y reinas del pasado incaico.

Anonimato
Toda la literatura generada antes de la llegada de los españoles tenía autoría anónima,
característica reforzada por la tradición oral. Los nombres de posibles autores desaparecía con el
tiempo de la mente de los relatores.

Literatura cortesana y literatura popular


Antes de la llegada de los conquistadores, existían dos tipos de literatura claramente
diferenciadas. Una de ellas era la llamada literatura oficial o cortesana y la otra era la literatura
popular.

En general, consistían en plegarias, himnos, poemas narrativos, obras de teatros y canciones.

Vinculación con la música y el baile


La literatura inca antigua concebía la poesía, música y danza como una sola actividad. A tales
efectos, las composiciones poéticas se acompañaban de música y cantos en todas las
presentaciones.  

Panteísmo
En la literatura inca se reflejaba la visión panteísta de esta civilización andina. Sus obras mezclan
elementos de la naturaleza, como la tierra y los astros, con divinidades sin hacer ninguna
distinción.

En sus himnos y plegarias, que tenían como propósito rendir culto a sus dioses, eran muy comunes
las referencias a la naturaleza. La personificación de la madre tierra en la figura de la Pachamama
es un ejemplo de ese panteísmo.

Panteísmo
En la literatura inca se reflejaba la visión panteísta de esta civilización andina. Sus obras mezclan
elementos de la naturaleza, como la tierra y los astros, con divinidades sin hacer ninguna
distinción.

En sus himnos y plegarias, que tenían como propósito rendir culto a sus dioses, eran muy comunes
las referencias a la naturaleza. La personificación de la madre tierra en la figura de la Pachamama
es un ejemplo de ese panteísmo.

Temas frecuentes en la literatura inca


Los temas agrarios eran comunes en la literatura inca. Toda la actividad social del pueblo inca
giraba alrededor de la agricultura. Por ello, dedicaban muchas obras literarias a alabar esta
actividad y, también, a sus dioses agrícolas.

Además, en sus poesías/cantos (los cantos eran poemas con música), el tema preferido era el
amor (especialmente el amor perdido).
Por otra parte, a través de la literatura se transmitían conocimientos sobre astronomía, rituales
religiosos, filosofía, ciencias naturales y – en general –  sobre el mundo físico alrededor del
imperio.

Autores y obras destacados

Garcilaso de la Vega, El Inca (1539-1616)


Garcilaso, escritor peruano mestizo, fue el hijo ilegítimo del capitán español Sebastián Garcilaso de
la Vega y Vargas y la princesa india Isabel Chimpu Ocllo, nieta de Túpac Yupanqui, uno de los
últimos emperadores incas.

Este historiador del Nuevo Mundo adoptó el apodo de “inca” para reivindicar su origen racial
mixto. Vivió entre el mundo indígena y el español, y esta condición mestiza marcó toda su vida y
obra.

Titu Cusi Yupanqui (1529-1570)


El Cusi Yupanqui, cuyo nombre español era Diego de Castro, escribió la Relación de la conquista
del Perú y Hechos del Inca Manco Inca II.

Ahora bien, la primera obra se publicó 46 años luego de su muerte. Era una defensa directa y
apasionada de los pueblos originarios, y fue inspirada por el trato abusivo de los nativos por parte
del gobernante español.

Joan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Sallqamaygua  


Este nativo bilingüe escribió la Relación de Antigüedades del Reyno del Pirú. Su obra tiene un tono
claramente evangélico porque era un converso al catolicismo.

Aunque Santacruz Pachacuti condena la idolatría de algunos pueblos andinos, rescata la fe de los
incas y la compara con el catolicismo español.

Felipe Guamán Poma de Ayala ( – Aprox.1615)


La información disponible sobre la vida de Guamán Poma es incompleta. Se desconoce su fecha de
nacimiento y cree que murió en Lima en 1615.

Este escritor indígena sentía intensamente el sufrimiento y las privaciones de su propio pueblo
(inca), y viajaba por el virreinato del Perú registrando sus experiencias.
En 1908, Robert Pietschmann descubrió un manuscrito de su autoría en la Biblioteca Real de
Copenhague: Nueva Crónica y Buen Gobierno. Esta crónica describe la cultura inca desde el inicio
hasta la conquista.

Se conocen al menos varios tipos de poesías, que son:

– el wawaki, unos poemas entonados por coros de jóvenes durante las llamadas fiestas de la luna,
– el huahuay, unos poemas de naturaleza triste y melancólica
– el yaravía, unos poemas relacionados con el amor
– el huaino, unos poemas relacionados con el amor erótico
– el triunfo, unos poemas que tenían que ver con la guerra y la victoria
– el aymoray, unos poemas de inspiración rural y agrícola

Literatura Colonial

Suele denominarse «Conquista de México» a la ocupación por la fuerza del Estado


mexica o Imperio azteca por parte de conquistadores españoles en las primeras décadas del siglo
XVI en el marco de la conquista de América. Sin embargo, la conquista del territorio que en la
actualidad ocupa el Estado mexicano se completó con sucesivas campañas posteriores que
ocuparon la península de Yucatán, hacia el sur y la región al norte del altiplano mexicano.

La conquista del Imperio azteca se llevó a cabo entre 1519 y 1521, cuando Hernán Cortés, al


mando de un grupo de tropas mal armadas a las que se sumaron poblaciones indígenas
enemistadas con los aztecas, logró someterlo

Causas y consecuencias de la conquista de México


Causas
Las principales causas de la conquista de México fueron las siguientes:

El agotamiento económico y el despoblamiento de las Antillas que impulsó a los españoles a


avanzar sobre nuevos territorios para obtener mano de obra y las riquezas que no habían
encontrado en las islas.

La búsqueda de ascenso social de los conquistadores, muchos de ellos nobles sin fortuna que se
embarcaban hacia América para obtener reconocimiento social y riquezas.

El deseo de la Corona española de tomar posesión efectiva de las tierras descubiertas en los viajes
de exploración.

La voluntad de convertir a las poblaciones americanas a la religión católica.

Consecuencias
Las principales consecuencias de la conquista de México fueron las siguientes:

La desaparición del Imperio azteca. Este fue reemplazado por estructuras sociales y políticas
españolas que darían lugar unos años después a la formación del Virreinato de Nueva España.

La ocupación de la tierra por parte de conquistadores y colonos y la reducción a


la servidumbre de numerosos aborígenes.

La eliminación de las religiones indígenas y su reemplazo por la religión católica.

La destrucción de numerosos objetos culturales como códices, esculturas, edificios, etcétera que


provocó la pérdida de saberes y tradiciones locales.

Los personajes más relevantes de la conquista de México fueron.

Hernán Cortés de Monroy y Pizarro Altamirano (1485-1547): hidalgo español que llevó adelante
la conquista de México.

Moctezuma Xocoyotzin  (1466-1520): gobernante azteca a la llegada de los españoles. Murió


durante un levantamiento popular.

Cuauhtémoc (1496-1525): último gobernante azteca, fue tomado prisionero por Hernán Cortés y
ejecutado varios años después de la conquista de Tenochtitlán.

Malintzin (Doña Marina o Malinche): mujer nahua entregada como tributo a Hernán Cortés, fue
intérprete e intermediaria entre el conquistador y los indígenas.

Origen de la literatura colonial

Los primeros registros de este tipo de literatura son las obras que fueron escritas
por los españoles tras la llegada de Cristóbal Colón. Estos primeros textos
partían de una exploración a un territorio nuevo para ellos, de manera que se
trataron de descripciones de carácter geográfico sobre las zonas por las que
empezaron su exploración. Más adelante, estos textos se conocerán con el
nombre de crónicas y dejan de ser una descripción de la zona a adquirir un estilo
más político que incluso tiene un tono propagandístico.
Este no sería el único entorno para el desarrollo de la literatura colonial, sino
que también se realizó en el campo religioso. Las expediciones estarán
acompañadas de misioneros que con una motivación evangelizadora se acercan a
los habitantes de América. Es así que los misioneros empiezan a registrar,
también, las sensaciones que les despierta su llegada y los “deberes” que sienten,
deben cumplir.

Más tarde, son precisamente los procesos de independencia los que determinan el
final del colonialismo español en el territorio americano, finalizando así, también
con la literatura colonial. Un aspecto importante que se debe considerar, es que
esta literatura estuvo marcada, a la vez, por la exaltación de las virtudes
nacionales y además, incorpora elementos de los estilos y movimientos literarios
que se estaban desarrollando en ese momento como lo fueron el Romanticismo, el
Realismo y posteriormente las vanguardias o el Vanguardismo.

Desarrollo de la literatura colonial


Ahora bien, profundizando en el desarrollo de estos textos, es importante partir de
que la literatura colonial se enfocó en diversos temas, esto, de acuerdo a las
posturas de los autores, pero también al tipo de registros que realizaban y sus
percepciones, sueños y deseos. En este sentido, podemos identificar los
siguientes temas:
Vida cotidiana

Este es uno de los temas más importantes de este tipo de textos. Aquí los
registros se basan en las condiciones y situaciones que estaba viviendo la Nueva
Granada, razón por la que varias obras de la literatura colonial de esta temática
incluían la narración de acontecimientos determinantes que tenían lugar dentro de
las ciudades.

Religión

Con los exploradores también llegaron misioneros católicos, dado que la Iglesia
tenía un gran poder dentro de la sociedad durante esta época. Sumado a esto,
actividades como la escritura estaban restringidos a este tipo de entornos donde la
literatura contó con la presencia de temas religiosos, la vida de los santos, entre
otros.

Hechos históricos

Durante el desarrollo de esta literatura, la historia no queda de lado de las


preocupaciones de los escritores de ella, es por esto que muchos de los textos
evocan a hechos protagonizados por importantes figuras de la historia, así como
personajes tradicionales que tomarán lugar especialmente en el campo de la
poesía.

Por otro lado, la literatura colonial se enfocó en un género en particular que


se consolidó en la crónica. Este formato le permitió a los escritores poder
registrar aspectos como los paisajes, pero también las descripciones entorno a las
costumbres de las sociedades de América, las formas de vida, entre otros
elementos importantes.

Características de la literatura colonial

Es momento de pasar a ver las características más importantes de este tipo de


textos durante este período tan importante. En este sentido, aquí te contamos
cuáles son los rasgos distintivos más importantes:
Fusión de lenguajes

Una de las características más importantes de la literatura colonial está


relacionada con la fusión entre el lenguaje de la crónica y el lenguaje poético.
Muestra de ello es la obra El desierto prodigioso y el prodigio del desierto, la cual
incluye la mezcla de ambos géneros y ambos lenguajes en su desarrollo.

Mezcla de temas

Otro de los rasgos fundamentales de la literatura colonial tiene que ver con la
variedad de temas que se pueden mezclar en cada uno de los textos. En este
sentido y durante su desarrollo, ha sido posible identificar temáticas variadas
relacionadas con el amor, la religión, la filosofía, relatos de hechos históricos, y
cómo a la vez, estas se han mezclado en varias de las obras.

Inquisición

La llegada de este proceso en América significaba una vigilancia permanente


frente a la cultura intelectual, de modo que se prohíben o se aceptaban una
cantidad reducida de textos escritos y publicados en el continente, además de los
que venían de territorio español. Este sería sin duda un factor determinante en la
cultura literaria del continente, dado que hubo la imposibilidad impuesta por la
supervivencia de la identidad nativa.

Lengua

Dado que hablamos de una literatura desarrollada por los españoles que invaden
el continente, hablamos también de una literatura que se hace en lengua española
durante todo el proceso colonial.

Distribución de los textos

Si bien la llegada de la imprenta, posteriormente, permitirá la circulación de una


gran cantidad de textos de forma masiva, esto sucede tiempo después del auge
de la literatura colonial como tal, por ello, en este momento se habla de una
distribución que se hace a través de copias manuscritas.

Exaltación de reyes y conquistadores


Esta literatura se caracterizó, entre otras cosas, por las figuras que resalta
en sus relatos. De este modo, los papeles que solían exaltarse eran
precisamente los de los reyes, los conquistadores, los gobernadores, entre otras
figuras de poder, particularmente en la escritura de textos históricos de la literatura
colonial.
Regreso a las estructuras formales

Durante esta literatura, un punto esencial en su producción fue el regreso a las


principales estructuras formales que habían sido empleadas por los poetas del
Siglo de Oro, entre las que se encontraban a menudo el soneto. Además de esto,
la mística y la muerte pasan a ser temas relevantes en la literatura colonial como
lo habían sido también en la literatura del barroco en España.

Obras y autores principales de la literatura colonial


Entre las obras más importantes tenemos Historia de la destrucción de las Indias, De único
vocationis modo o Del único modo de atraer a todos los pueblos a la verdadera religión, Brevísima
relación de la destrucción de las Indias, Los dieciséis remedios para la reformación de las Indias,
Apologética historia sumaria, De thesauris, Treinta proposiciones muy jurídicas, todas ellas de Fray
Bartolomé de las Casas, Naufragios de Álvar Núñez Cabeza de Vaca, “Historia de la Conquista de la
Nueva España de Bernal Díaz del Castillo, El Carnero de Juan Rodríguez Freile, El desierto
prodigioso y el prodigio del desierto, entre otras.

Uno de los autores más importantes de la literatura colonial fue Fray


Bartolomé de Las Casas, quien desarrolló textos en el campo religioso y tenía a su
cargo la permanencia de la fe católica que además, llegaba a evangelizar las colonias americanas.
Sor Juana Inés de la Cruz es considerada una de las principales representantes de la literatura del
barroco, posteriormente, destacada por sus textos con temas como el amor, la religión y la
filosofía.

Datos de la época colonial:


Las universidades latinoamericanas heredaron algunas características comunes de
las primeras universidades de la colonia. Las primeras instituciones de educación
superior en América Latina se establecieron en Santo Domingo en 1538, en México y
Perú en 1551.
Los Jesuitas en la Historia de México
Los jesuitas llegaron a México en 1572, evangelizando y educando en Estados como Guanajuato,
San Luis Potosí y Coahuila, para luego extenderse por otros estados del país.

Con la idea de convertir a la gente al cristianismo, los jesuitas fundaron colegios y ciudades. Los
que aceptaban, se unían para construir una misión, que, una vez establecida, se emprendía el viaje
hacia otros lugares con el mismo propósito.

Sor Juana Inés de la Cruz 

Juana Ramírez de Asbaje nació el 12 de noviembre de 1651 (o de 1648) en San Miguel


Nepantla en una hacienda ubicada al pie de los volcanes, fue criolla probablemente de
ascendencia vasca. En un texto autobiográfico, la poeta cuenta que su amor por las letras se
dio –y así lo dice– “desde que me rayó la primera luz de la razón”/1,  y que a la edad de tres
años, siguiendo a su hermana, tomó lecciones y aprendió a leer.

La curiosidad siempre la motivó a leer y a estudiar. A la edad de siete años, y al enterarse de


la existencia de la Universidad de México, solicitó a su madre que la enviara a estudiar allá,
disponiéndose a cambiar el vestido por uno masculino si fuese necesario. Ante la negativa
materna, se consoló devorando los libros de la biblioteca de su abuelo. Se armó de constancia
y disciplina, a tal grado que, niña aún, se abstuvo por ejemplo de comer queso, puesto que
había oído decir “que hacía rudos”/2,  es decir, que entontecía a las personas. Empezó a
estudiar gramática con tal dedicación que cortaba su cabello imponiéndose el aprendizaje de
una lección determinada mientras crecía, volviendo a cortarlo si aún no dominaba lo que se
había propuesto aprender, ya que para ella “no parecía razón que estuviese vestida de
cabellos cabeza que estaba tan desnuda de noticias, que era más apetecible
adorno”/3. Según el Padre Calleja, primer biógrafo de Sor Juana, a los ocho años compuso
una loa para la fiesta del Santísimo Sacramento.

Tras la muerte de su abuelo en 1655, fue enviada a la ciudad de México, a vivir con su tía
materna, María Ramírez, quien estaba casada con Juan de Mata, hombre acaudalado que
gozaba de influencia en la corte del virrey Antonio Sebastián de Toledo, marqués de Mancera.
La joven entró a la corte, vivió ahí entre los dieciséis y los veinte años, y fue respetada por su
prodigiosa inteligencia, a tal punto que el virrey, admirado por su erudición, sometió a la joven
a un examen ante cuarenta hombres de letras: teólogos, filósofos, matemáticos, historiadores
y poetas. Ante la muestra de sabiduría en sus respuestas, impresionado dijo de la joven “la
manera que un galeón real se defendería de pocas chalupas, que la embistieran, así se
desembarazaba Juana Inés de las preguntas, argumentos y réplicas, que tantos, que cada
uno en su clase, la propusieron”/4.

Con la total negación que tenía al matrimonio, e influida por el padre Antonio Núñez de
Miranda, que era confesor de los virreyes, Juana decidió profesar. Tomó la decisión por
parecerle que era “lo menos desproporcionado y lo más decente que podía elegir”/5. 
Contrario al matrimonio, la vida conventual le aseguraba “no tener ocupación obligatoria que
embarazase la libertad de mi estudio, ni rumor de comunidad que impidiese el sosegado
silencio de mis libros”/6.  Ingresó en primera instancia al convento de Carmelitas Descalzas en
agosto de 1667 y fue acompañada por los virreyes. Abandonó el convento poco tiempo
después, probablemente por la rigidez de su regla. Finalmente, se decidió a ingresar en la
Orden de las jerónimas, tomando los hábitos en febrero de 1669.

En la soledad de su celda se dedicó al estudio, que consideraba como su descanso “en todos
los ratos que sobraban a mi obligación... sin más maestro que los mismos libros”/7.  El amor
por las letras la llevó a estudiar diversas materias, “sin tener para alguna particular inclinación,
sino para todas en general”/8,  siendo su meta el estudio de la Teología; considerando que
para llevarlo a cabo era necesario primero “subir por los escalones de las ciencias y artes
humanas”/9.  Estudió a los clásicos griegos y romanos; así como lógica, retórica, física,
música, aritmética, geometría, arquitectura, historia y derecho.

Era de carácter afable y se ganó el afecto de sus hermanas de religión. Aunque no podía
escapar del todo de la convivencia en el convento, se impuso la disciplina de “no entrar en
celda alguna si no me obligase a ello la obediencia o la caridad”/10  para no robar tiempo al
estudio, tomando de vez en cuando un día, a fin de que no la tomaran por “áspera, retirada e
ingrata al no merecido cariño de mis carísimas hermanas”/11.  Atendió diligentemente sus
obligaciones y entre los muros del convento floreció su obra. Fue ampliamente reconocida
como escritora, aunque ella misma declaró en su Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, que
siempre escribió por encargo.
Escribió obras de teatro, como Los empeños de una casa (1683) y Amor es más laberinto
(1689); autos sacramentales como El divino Narciso (1689) y abundante poesía. Preparó
villancicos para las catedrales de México, Puebla y Oaxaca. En 1680, con la llegada a Nueva
España de Tomás Antonio de la Cerda y Aragón, conde de Paredes y marqués de la Laguna,
Sor Juana redactó el arco triunfal que preparó la catedral de México para recibir al
gobernante. En el Neptuno alegórico aludía a las virtudes del gobernante, relacionándolo con
el dios Neptuno, idealizando en esta figura “el ideal político de un príncipe católico: sabio,
prudente, poderoso y justiciero”/12.  Parte de su obra fue reunida y publicada en Madrid, en
1689, con el título de Inundación Castálida. Su poema más importante, Primero sueño, fue
publicado en 1692.

Sor Juana contó con el respeto y admiración de virreyes y cortesanos, escritores y monjas.
Armó una magnífica biblioteca que llegó a contar 4 mil volúmenes. En 1690 se publicó la Carta
Atenagórica, en la que hizo una crítica a un sermón del jesuita portugués Antonio Vieira y
años después apareció en Madrid una obra autobiográfica, la Respuesta a Sor Filotea de la
Cruz.

Hacia 1693 dejó de escribir y se dedicó más a los oficios religiosos, situación que no ha sido
convincentemente explicada por sus biógrafos.
En 1695 una epidemia azotó con particular fuerza al convento de San Jerónimo, se dice que
“de diez religiosas que enfermasen, apenas convalecía una”/13.  Sor Juana se dedicó sin
fatiga al cuidado de sus hermanas enfermas, se contagió y murió el 17 de abril de dicho año.

Soneto
Un soneto es una composición poética,nacida en Italia, de catorce versos, por lo
general de rima consonante,. Soneto: composición poética de 14 versos endecasílabos (11
sílabas), distribuidos en 4 estrofas: dos cuartetos y dos tercetos; rima es consonante o perfecta. La
palabra, como tal, proviene del italiano sonetto, y esta deriva del latín sonus, que significa
‘sonido’.

Los versos en el soneto clásico suelen ser de arte mayor,


normalmente endecasílabos (compuestos por once sílabas).

La estructura del soneto es de cuatro estrofas, siendo los dos primeros cuartetos y las dos
últimas, tercetos.

La rima en los cuartetos funciona de la siguiente manera: ABBA ABBA, es decir, armoniza el


primer verso con el cuarto y el segundo con el tercero.

Por ejemplo:

Un soneto me pide hacer : Violante

y en mi vida me he visto en tal aprieto,

catorce versos dicen que es soneto,

burla, burlando, van los tres delante….

Resuelve la cuestión de cuál sea pesar


más molesto en encontradas
correspondencias, amar o aborrecer

Que no me quiera Fabio, al verse amado,


es dolor sin igual en mí sentido:
mas, que me quiera Silvio, aborrecido,
es menor mal, mas no menor enfado.

¿Qué sufrimiento no estará cansado  5


si siempre le resuenan al oído,
tras la vana arrogancia de un querido,
el cansado gemir de un desdeñado?
Si de Silvio me cansa el rendimiento,
a Fabio canso con estar rendida;  10
si de éste busco el agradecimiento,

a mí me busca el otro agradecida:


por activa y pasiva es mi tormento,
pues padezco en querer y en ser querida.

Autora: Sor Juana Inés de la Cruz.

Explicación: El «yo» de la voz lírica se presenta aquí con voz femenina y habla -y esto
puede ser significativo- en tercera persona, es decir, no se dirige al ser amado, sino
que «cuenta» sus cuitas de amor, lo cual se aplica a los tres sonetos mencionados.
En el que acabamos de transcribir nos presenta el siguiente triángulo amoroso: la
voz lírica de mujer ama a Fabio pero no es correspondida, sino que es amada por
Silvio, al que ella no quiere. Nos explica los infortunios de tener que oír las quejas
de Silvio al mismo tiempo que el amado se hace el sordo, el arrogante; sufre por
«activa» y «pasiva», o sea, respectivamente, por amar a quien no le corresponde su
amor y por ser amada de quien no quiere. En este soneto se mantiene la pausa
entre los cuartetos y los tercetos (de rima igual a todos los anteriores), en los que
se da un resumen de la   —426→   situación en los versos 9-12, y una resolución a
ésta aún más breve en los dos últimos versos del soneto.

Barroco
Qué es Barroco:

Como barroco se denomina un periodo histórico, artístico y cultural


caracterizado por una gran exuberancia ornamental que se manifestó en el
arte, la literatura, la música y la arquitectura abarcando los siglos XVII y XVIII.
El barroco surgió en Italia extendiéndose al resto de Europa y América. En un
principio, el término barroco tenía un matiz peyorativo, con el cual daba a entender
su desmesura expresiva.

En este sentido, la palabra proviene etimológicamente del portugués barroco, que


significa ‘perla irregular’. También se apunta su origen del francés baroque, que es
una figura de silogismo de los escolásticos.

Por otro lado, barroco también se designa a aquello que está excesivamente
recargado u ornamentado.
Si algo caracterizó al barroco fue el principio del horror vacui, expresión latina que
quiere decir 'horror al vacío'. El arte barroco, en todas sus manifestaciones, gusta
de los acabados abigarrados y recargados, con lo que pretende llenar todo el
espacio.

En el arte, particularmente en el ámbito de las artes plásticas, barroco se


denominó el estilo opuesto al clasicismo, que se caracterizó por presentar gran
complejidad y dinamismo formal, así como una enorme ornamentación y
efectismo.

Como tal, se desarrolló tanto en Europa como en América entre los siglos XVII y
XVIII. Algunas de las figuras más representativas de este periodo fueron
Michelangelo Caravaggio (1571-1610) y Diego de Velázquez (1599-1660).

A pesar de ser despreciado en su época como sucedió con el arte gótico, el arte
barroco vuelve a ser apreciada en el siglo XX. Por otro lado, el barroco como
corriente artística, se desarrolló después del renacimiento y antes del
neoclasicismo.

Características del Barroco:

Dinamismo y tensión

El sentido de movimiento, dinamismo y tensión es fundamental en el


barroco. No se busca el reposo, sino que, por el contrario, se establecen
tensiones entre las formas, los sonidos, las palabras o los conceptos.

Sustitución de lo absoluto por lo relativo

Lo absoluto cede su lugar a la relatividad, en consonancia con una época


que carecía de seguridades filosóficas, teológicas y culturales. Domina el
orden de la percepción, del efecto, de la búsqueda de sensaciones y
contradicciones por encima de los principios cerrados.

Centros multiples
El arte barroco destacó por dejar de lado la idea de una obra con un solo centro de interés (por
ejemplo, en pintura el punto de fuga único) para recurrir a los centros múltiples. Estos centros con
frecuencia generan composiciones elípticas. Tal principio fue visible en todas las disciplinas
artísticas, aunque adaptado a sus recursos.

Efecto incompleto o inconexo


El barroco promovió, en consecuencia, el efecto de inconexión o de obra
abierta o incompleta, a diferencia del renacimiento que cerraba el
universo de la obra en sí misma. Ese gusto por lo incompleto expresó la
inquietud por la infinitud y la trascendencia.

Búsqueda del estremecimiento metafísico

Pesimismo y desengaño

A diferencia del Renacimiento, en el barroco domina un pensamiento


pesimista y/o desengañado, como respuesta a la crisis histórica que
estaban viviendo.

Temas del arte barroco

Se siguieron cultivando los temas de historia, religión y mitología,


aunque prefirieron las escenas de mayor dramatismo y conmoción.

En cuanto a la religión, la Iglesia católica fijó la iconografía para prevenir


la herejía. Se prefirieron temas como la Inmaculada Concepción, la
Eucaristía, los santos y la Iglesia triunfante, asuntos muy sensibles en la
disputa con el protestantismo.

También fueron frecuentes la alusión a la fugacidad del tiempo y


el desencanto del mundo, así como las costumbres y vida cotidiana,
incluida la realidad social.

Literatura barroca
La literatura barroca es un estilo de composición caracterizado por
presentar un lenguaje muy ornamentado, abundante en figuras retóricas y
con una fuerte complejidad.

Algunos de los más prominentes autores fueron Alejo Carpentier (19044-1980),


Luis de Góngora (1561-1627), Francisco de Quevedo (1580-1645), así como sor
Juana Inés de La Cruz (1648-1695).

La literatura barroca se caracterizó por el interés en el detalle, los efectos


y la exuberancia formal de aquella época. Por lo mismo, fue
característico el uso excesivo de las figuras literarias, tales como la
adjetivación, la elipsis, la metáfora, el hipérbaton, la antítesis y la
perífrasis.

En cuanto a los géneros, la literatura del barroco dio continuidad a


aquellos heredados por el Renacimiento. Sin embargo, hubo un
desarrollo novedoso de la dramaturgia, particularmente en las formas de
la comedia y la tragicomedia. Estas desafiaban la estructura clásica de
las tres unidades dramáticas.

El barroco acogió una gran pluralidad de corrientes literarias. En el caso


particular de la literatura española, dos fueron las corrientes más
importantes: el culteranismo y el conceptismo.

El culteranismo o gongorismo valoró la forma sobre el contenido. En


consecuencia, fue más rico en figuras retóricas y referencias literarias
cultas. Su principal representante fue Luis de Góngora.

El conceptismo valoró el contenido tanto como la forma. Se basa en la


exposición de ideas o conceptos mediante el ingenio verbal. Uno de sus
principales exponentes fue Francisco de Quevedo.

Los tópicos de la literatura barroca giraron en torno a la preocupación por


la fugacidad de la vida, la apariencia y el desencanto. A saber:

 Mundo como teatro: mundo incierto de apariencias que invita a


reflexionar.
 Mundo al revés: lamento sobre la injusticia y la deformación del deber
ser.
 Homo homini lupus: denuncia que el hombre es un lobo para el hombre.
 Militia amoris: comparación del amor con la guerra.
 Fortuna cambiante: lamento por el carácter caprichoso de la buena
fortuna.
 Memento mori: recordatorio sobre la inevitabilidad de la muerte.
 Tempo fugit: lamento sobre la fugacidad del tiempo y la existencia.
 Collige virgo rosas o 'corta las rosas, doncella': persuade a las doncellas
de aprovechar su juventud.
 Carpe diem: invita a aprovechar el día como única opción ante la muerte
inevitable.
Autores y obras de la literatura barroca

 Luis de Góngora, España, 1561-1627. Obras más


representativas: Fábula de Polifemo y Galatea; Soledades.
 Lope de Vega, España, 1562-1635. Obras más
representativas: Fuenteovejuna; El perro del hortelano.
 Francisco de Quevedo, España, 1580-1645. Obras más
representativas: Sueños y discursos; El Parnaso español; Historia de la
vida del Buscón.
 Tirso de Molina, España, 1579-1648. Obras más representativas: El
burlador de Sevilla; El condenado por desconfiado; El vergonzoso en
palacio.
 Pedro Calderón de la Barca, España, 1600-1681. Obras más
representativas: La vida es sueño; El gran teatro del mundo; El príncipe
constante.
 Sor Juana Inés de la Cruz, Nueva España, 1648-1695. Obras más
representativas: Divino narciso; Redondillas; Primero sueño; Los
empeños de una casa.
 John Milton, Inglaterra, 1608-1674. Obras más representativas: El
paraíso perdido; Veintitrés sonetos; Comus; Arcades.
 Giovan Battista Marino, Italia, 1569-1625. Obras más
representativas: Le Rime; La lira; 'L'Adone'.
 Jean-Baptiste Poquelin o Molière, Francia, 1622-1673. Obras más
representativas: Tartufo; El enfermo imaginario; El médico a palos.
 Jean Racine, Francia, 1639-1699. Obras más representativas: Fedra;
Andrómaca; Ifigenia.

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