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Folleto 2

Literatura Hispanoamericana
II. Manifestaciones Literarias

Literatura Precolombina
Es cuestionable el concepto de “Literatura” si se lo plantea en relación con
los pueblos indígenas americanos, porque esta literatura cumplió diversas
finalidades no solo estéticas sino religiosas, históricas, organizativas, proféticas
y ceremoniales. Solamente el pueblo maya poseyó una escritura jeroglífica.
Muchos de estos textos se perdieron o fueron destruidos en el siglo XVI. Los
pocos que llegaron a al siglo XX han pasado por el tamiz de la cultura europea,
como ocurrió con el Popol Wuj, el libro sagrado de los mayas.

Más difundida que la transmisión escrita fue la transmisión oral de estos


textos. El anciano sacerdote que poseía la sabiduría de la comunidad transmitía
a su pueblo relatos, que fueron memorizados y repetidos con pocos cambios
hasta nuestros días. Para conservarlos durante la conquista, los aztecas
enterraron los códices y dibujos y se preocuparon por la memorización, A partir
de la segunda mitad del siglo XVI, los misioneros comprendieron la importancia
de conocer los mitos que debía enfrentar la fe cristiana. Entonces se escribieron
los textos indígenas en la lengua original pero con caracteres latinos.

Los Primeros Pasos en el Continente


La historia ubica en el año 10,000 a. de C. la entrada de diferentes grupos
provenientes de Asia, que penetraron por el estrecho de Bering y se
desplazaron por el litoral del océano Pacífico hasta el extremo sur. También
llegaron por el Pacífico oleadas de Polinesia. Algunos incluso, postulan la
entrada de grupos indochinos, indonesios y melanesios.
Cuando llegaron los españoles, los diversos grupos aborígenes
conformaban una amplia trama cultural. Mientras que en las Antillas, los taínos
y los caribes vivían en pleno paleolíticos, en Mesoamérica y la región andina del
sur se desarrollaron grandes civilizaciones - la inca, los mayas y la azteca- que
poseían además tradiciones de los pueblos antiguos.
Manifestaciones Literarias de la América Precolombina
Los pueblos establecidos en la América antes de su descubrimiento e
invasión por los europeos, presentaban un desarrollo de una forma variable y
desigual, pues por una parte, había pueblos con una organización social, cultural,
económica, política, artística y científica bastante desarrollados, aunque había
otros pueblos con poco desarrollo en los ámbitos mencionados.
Los mayas habitaron una extensa área que abarcó la península de
Yucatán, Guatemala y parte de El salvador y Honduras. La base de su economía
fue la agricultura, la artesanía, el comercio, la pesca y la guerra.
Los aztecas o mexicas fueron nómadas. Luego se establecieron en el
valle de México. Más adelante, se trasladaron a una isla de Texcoco, donde
fundaron una ciudad a la que llamaron Tenochtitlán. Esta civilización tuvo un
carácter guerrero; se creía predestinada por los dioses para dominar a otros
pueblos. Lios estratos de la pirámide social azteca estaba constituidos por los
soberanos, los nobles, los militares, los sacerdotes, los comerciantes y el pueblo.
Los incas vivieron en el Tahuantisuyo, que se extendía desde el sur de
Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia hasta el centro de Chile y el noroeste de
Argentina. Tenían una cosmovisión que se basaba en gran medida, al igual que
las otras culturas precolombinas, en el culto a los astros. Adoraban al Sol, a la
Luna y a Pachamama (la tierra o diosa de la Tierra). Desarrollaron, gracias a
unos conjuntos de cuerdas llamados quipus, un método para realizar cálculos.
Las tres grandes civilizaciones precolombinas a pesar de la distancia
territorial existente entre ellas, presentaron características comunes entre las
que sobresalen las siguientes:
 Desarrollo de conocimientos científicos y manifestaciones artísticas
 Existencia de tipos de organización social muy avanzada
 Gran desarrollo de la agricultura como base de su economía,
predominante el maíz como su principal alimento.
 Expresión de un mismo “Espíritu Indígena” inspirándose en la naturaleza,
la que adoraron, creando divinidades con las que aseguraron su
existencia en el mundo.
 Desarrollaron una mentalidad mágica e irracionalista.
 Concibieron el mundo y a la historia vinculados con la idea de fatalidad y
muerte.
 Predominó la literatura oral sobre la escritura.
 Entremezclaron la magia, la religión y la historia
 Redactaron códices de escritura pictográfica y fonética, que recogieron
las antiguas tradiciones orales.
 Usaron un lenguaje simbólico y religioso.
 Los mitos y las leyendas fueron mezclados con la realidad.
 Su literatura presenta temas o contenidos que relatan la vida se sus héroe,
se sus dioses y se su historia.
 Desarrollaron un teatro ritual y conocimiento de la poesía en sus formas
líricas, épicas y dramáticas.

Códices
Se les llama códices a los manuscritos prehispánicos escritos o pintados
en papel, hechos de la corteza interior del árbol de amate o a base de fibra de
maguey. También fueron utilizados pieles de mamíferos, en especial de
venados. Para plasmar su escritura y pintura usaron pigmentos minerales y
orgánicos
Los códigos datan de los siglos III y VIII d. de C. y se han encontrado en el área
de Mesoamérica. Generalmente se les conoce por los nombres de quienes
poseyeron o los lugares en donde se conservan. Sus temas giran en torno a la
religión, las trología, el calendario, la economía, la historia o sobre genealogías.
Algunos de ellos son el código de Borgia, el Borbónico, el Nuttall, el Laud y el
Vindobonense. De la cultura maya solo quedaron tres códices: Dresdense,
Perisiano y Tro-cortesiano.
Durante la época de la Conquista, algunos frailes destruyeron manuscritos
nativos por considerar que eran contrarios a la fe católica, pero también hubo
españoles que supieron apreciarlos. A pesar de esto, los indígenas continuaron
escribiendo códices durante la Época Colonial.
Estos manuscritos contienen innumerables ejemplos de la vida
precolombina, sus creencias, festividades, ritos y celebraciones. También se
observan detalles de la agricultura, la cacería, los sacrificios, la preparación de
bebidas y comidas rituales, la guerra, la paz y la muerte.

La Expresión Literaria Indígena


Los relatos de antaño de los pueblos precolombinos no fueron registrados
en forma escrita pues su transmisión de generación en generación fue en forma
oral. Salvo algunas antiguas tradiciones religiosas fueron redactadas en códices,
pero descubiertas hasta después de la Conquista. Al principio fueron
transmitidos a través de la expresión oral en forma celosa. Después fueron
recogidos y redactados en libros de escritura pictográfica llamados códices; mas
tarde fueron escritos en lenguas indígenas pero con caracteres latinos, que han
servido para estudiar las formas literarias de esas culturas. El mas popular y
completo es el Popol Vuh, que narra el origen de los pueblos K’iche’s. En ese
orden se encuentran otros libros como El Chilam Balam de origen Yucateco. El
libro de Chilam Balam de Chumayel, Chilam Balam de Tizimín, donde se relata
las migraciones del pueblo maya y el Memorial de Tecpán, Atitlán.
Estos textos, ante todo, de carácter religioso e histórico, que además
contienen las costumbres y hazañas de los héroes, así como la nostalgia y
desesperación de un pueblo que testimonia su destrucción a través de la
conquista. Estos escritos permanecieron cultos durante todo el período de la
conquista en cuanto eran doctrinas ajenas al cristianismo, y por lo tanto
consideradas meras supersticiones por los españoles. Esta fue la razón por lo
que muchos de estos escritos fueron destruidos por el celo religioso o por la
ignorancia de los soldados.

Entre las obras prehispánicas más importantes que se conocen en la


actualidad se encuentran en primer lugar, los Códices, el Popol Vuh, el Memorial
de Tecpán, Atitlán, El Memorial de Totonicapán, El Rabinal Achí y el Ollantay
(Incaico)
El Popol Wuj
Es el libro sagrado del pueblo K’iche’. Su nombre significa Popol (junta o
reunión) y Vuh (libro o papel). También se le conoce con el nombre de
Manuscrito de Chichicastenango y fue descubierto en el siglo XVII por el
cronista fray Francisco Ximénez, de la orden de Santo Domingo, autores de la
primera versión al castellano del manuscrito. El Popol Wuj, tiene su origen en la
tradición oral. Contiene narraciones sobre la formación del mundo, la genealogía
de los dioses, los héroes que lucharon para formar la cultura K’iche’ y lo referente
a la formación y desarrollo de sus pueblos. Según uno de los traductores del
Popol Vuh, Adrián Recinos, el libro puede dividirse en:
 Edades míticas: Corresponde a la primera y segunda partes.
Transcurren en tiempos anteriores a la creación del mundo.
 Edades mítico-históricas: Corresponden a la tercera y cuarta partes.
Transcurren en tiempos posteriores a la creación de los cuatro primeros
hombres, padres de la cultura maya-k’iche’.

Los libros de Chilam Balam


El Chilam es el título que se le daba a los sacerdotes que interpretaba
los libros y la voluntad de los dioses. Balam significa jaguar o brujo. Chilam
Balam, el mas famoso de los chilames que existieron poco antes de la llegada
de los españoles al continente, predijo el advenimiento de una nueva religión.
Estas profecías y augurios fueron recopilados y transcritos en lengua maya. Por
su contenido, los indígenas consideraban que estos libros eran sagrados. Se
tienen noticias de dieciocho de estos libros de diferentes lugares de la península
de Yucatán. De ellos, el más logrado estéticamente es el Chilam Balam de
Chumayel.
Estos manuscritos en maya son difíciles de entender e interpretar por la
cantidad de símbolos que poseen; sin embargo, en castellano tienen un tono
dramático. En ellos hay una visión poética y fatalista de la vida.

El Rabinal Achí
El Rabinal Achí, o Ballet drama de los K’iche’ de Guatemala, es una obra
importante del teatro precolombino no solo por su calidad estética sino por su
carácter único. Su tema es trágico y gira en torno al sacrificio humano. El Varón
Queché es prisionero del Varón de Rabinal por haber cometido abusos con su
pueblo y haberlo invadido. Para liberarlo, Cinco-Lluvia, el gobernador de la
ciudad de Rabinal, le pide que se arrodille en señal de humildad, pero el Varon
de los Queché prefiere morir antes que humillarse.

En el texto se muestra que los ritos del sacrificio humano se hacían con
gran ceremonial, para dignificar la muerte y mostrar que esta, en homenaje a los
dioses, convertía a las personas en seres sagrados. El Rabinal Achí se
representaba con danza, música (Trompeta y tun) y diálogos en los que
sobresalen la reiteración (cada personaje, antes de responder repite casi palabra
por palabra, y a veces por completo lo que dijo su antagonista) y el uso de
metáforas. Esta repetición de sonidos e ideas le da equilibrio a la obra y refuerza
su sentido estético. En ellos sobresalen los valores como el respeto, el honor y
la grandeza del pueblo k’iche’. Al leer y estudiar el Rabinal Achí, se confirma que
el teatro prehispánico poseía una gran belleza artística.

El Memorial de Sololá
Es un libro que narra la historia de la familia Xahilá, cuyo origen se
remonta a los semidioses que guiaron a las tribus hasta la región donde se
asentaron. Al igual que el Popol Wuj, designa la ciudad de Tula como el centro
de la difusión de las razas que poblaron México y Guatemala. El relato llega
hasta el siglo XVI.
En su redacción intervinieron varias personas, cuyos nombres aparecen
en algunos lugares del manuscrito. El libro se centra en rica tradición oral,
expresada a través de mitos. También se hace referencia a las hazañas de los
reyes y guerreros, las conquistas y fundaciones de pueblos, la sucesión de jefes
de la nación hasta la llegada de los conquistadores españoles. Sobre este último,
el autor describe los trabajos forzados impuestos a los indígenas y los actos de
la violencia de Pedro de Alvarado. También registra la muerte de este, y la de su
esposa, doña Beatriz de la Cueva. En este libro también se habla de la fundación
y desarrollo de Sololá, que llegó a ser un centro importante para el pueblo
Kaqchikel. Por la información que posee y por su contribución a la Historia, es
considerado como un documento de gran valor.

El Título de los Señores de Totonicapán


Fue compuesta en K’iche’ y en latín en 1554 por el copista Diego Reinoso y
traducido al español por Dionisio José Chonay, párroco de Sacapulas, Quiché.
En 1860, el abate FrancésBrasseur de Bourbourg encontró la traducción y sacó
una copia, la cual se encuentra en la biblioteca Nacional de París. Se ignora el
paradero del documento original k’iche’. El libro relata el origen de las tres
naciones o parcialidades k’iche’s y sus migraciones. También habla de sus
relaciones con los pipiles. De esta forma, este documento confirma, en parte, las
historias contenidas en el Popol Wuj.

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