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CULTURAS PREHISPÁNICAS

Los Olmecas

Se cree que la olmeca fue la primera cultura mesoamericana que habitó en las tierras bajas del centro y sur de México,
como comunidad precursora de todas las demás culturas precolombinas (aztecas, toltecas, mayas).
A la civilización olmeca se le atribuyen numerosos logros. En materia de arquitectura sorprende el enorme esfuerzo
humano que significó la construcción de terrazas, rellenos, cortes y paredes de contención para construir las ciudades y
los centros ceremoniales.

Territorio olmeca

El pueblo olmeca se ubicó en las costas del golfo de México, desde el río Papaloapan, al sur de Veracruz, hasta la laguna
de los Términos, en Tabasco. Ocuparon ricas llanuras aluviales y crestas de colinas.
Período de existencia de los olmecas

El período Olmeca I está situado entre el 1500 y el 1200 A de C.


Se estima que los olmecas vivieron entre los años 1500 y 400 antes de Cristo. La época de auge de esta cultura se sitúa
alrededor del 800 A de C. Algunos historiadores reconocen dos etapas prósperas, el período Olmeca I, situado entre el
1500 y el 1200 A de C., y el periodo Olmeca II, del 1200 al 400 A de C., y finalmente una etapa llamada Olmeca III, del
400 al 100 A de C., ya de decadencia.

Economía olmeca

Los olmecas desarrollaron una incipiente agricultura y cultivaron el maíz, entre otros; las tierras que ocupaban eran
favorables para esta actividad, ya que disponían de lluvias abundantes y las crecientes de los ríos fertilizaban la tierra.
También fueron cazadores y pescadores. Los olmecas comerciaban con pueblos vecinos, a quienes les vendían sus
productos llevándolos por rutas terrestres o fluviales. También emplearon el trueque.

Organización social olmeca

Los sacerdotes y guerreros habitaban en los centros ceremoniales.


La sociedad olmeca estaba claramente estratificada, con una minoría que disponía de diversos privilegios sociales y
manejaba la política. Formaban parte de esta clase sacerdotes y guerreros, quienes habitaban en los centros
ceremoniales. El resto eran campesinos que vivían en aldeas y se encargaban del cultivo de la tierra o de la construcción
de los centros ceremoniales. Las mujeres se dedicaban al hilado, la confección de utensilios de barro y el cuidado de los
niños.

Organización política olmeca

La olmeca era una sociedad teocrática, su jefe supremo era también sacerdote. La religión era la base de la organización
administrativa y regía todo el entorno geográfico y social. Estaban organizados en tribus en las que vivían varias familias
dirigidas por un solo jefe llamado Chichimecatl.

Religión de los olmecas

Rendían culto a diferentes divinidades (politeísmo); la principal era el jaguar, esto quedó claramente documentado en la
producción artística de este pueblo.
Ciudades y centros ceremoniales de los olmecas

Uno de los centros ceremoniales olmecas era La Venta ubicado en Tabasco.


En la región de Veracruz fueron notorios los centros de San Lorenzo (el más antiguo y destruido hacia el 900 A. de C.),
Tres Zapotes, Manatí y Laguna de los Cerros. En Tabasco fue La Venta, que sustituyó a San Lorenzo. También se
realizaban actos ceremoniales en La Mojarra.

Escritura jeroglífica olmeca

Fueron los primeros en desarrollar un sistema de escritura jeroglífica, esto se encontró a partir de hallazgos
arqueológicos que dan cuenta de este sistema de escritura ya en el 900 A. de C., resultando así la sociedad más antigua
del hemisferio occidental, al ser incluso anterior a la escritura zapoteca.

Arte y aportes culturales de los olmecas

Los olmecas construyeron grandes obras en piedra y barro.


Se le atribuye a la cultura olmeca el diseño de un calendario, la invención y el uso del cero, algunos elementos de
astronomía, la construcción de grandes obras en piedra y barro, incluidas las 17 célebres cabezas colosales, también el
uso de fibras gruesas. Se han encontrado diversos recipientes cerámicos, pequeñas figuras humanas y zoomorfas de
jade, terracota y obsidiana, y joyas diversas.

Causas de desaparición de los olmecas

Las rivalidades con otras poblaciones generaron guerras, que acabaron en la destrucción de las ciudades olmecas. De a
poco los olmecas vivieron un proceso de desintegración que culminó con el abandono de sus ciudades, marchando hacia
diferentes lugares. Algunos se integraron a la ciudad de Cuicuilco, la cual desapareció tras la erupción del volcán Xitle.
Mixteca

La Cultura Mixteca, fue un pueblo que habitaba en el Sudeste de México, se ha conservado de su conjunto cultural un
contingente único de códices ilustrados, procedentes con toda seguridad de códices prehispánicos, que contienen
información de carácter genealógico e histórico. Se encuentran datos similares tanto en relieves de piedra y de madera
del territorio maya como en códices del valle de México y otras regiones de Mesoamérica, algunos de principios de la
época colonial. La Cultura Mixtecas son los autores de la mayor parte de los códices ilustrados de contenido no religioso
anteriores a la conquista. Dentro de la historia mesoamericana, hay que mencionar a los soberanos citados en los
códices de la Cultura Mixteca del período posclásico. Las fechas más antiguas se remontan al siglo X d de C, y en algunos
códices continúan hasta la conquista española. Estas indicaciones se completaban con las de los códices ilustrados,
realizados en la época colonial, a menudo en relación con procesos por la posesión de tierras o a causa de querellas
sucesorias entre monarcas.

División del Territorio de la Cultura Mixteca

El territorio de la cultura mixteca suele dividirse en tres regiones: la Mixteca Alta, zona montañosa al oeste de Oaxaca; la
Mixteca Baja, una árida llanura al norte de Oaxaca, al sur de Puebla y al este de Guerrero; y la Mixteca de la Costa, cálida
llanura tropical junto a la costa del Pacífico. De los códices ilustrados y de las crónicas coloniales, se deduce que la región
de la Mixteca Alta fue la que la cultura mixteca pobló durante más tiempo. J. Kathryn Josserand, que ha realizado el
análisis de los dialectos mixtecos, ha demostrado que el idioma local es muy antiguo.

Representación de las Figuras Humanas

Las figuras humanas reproducidas en los códices de la cultura mixteca son representaciones estandarizadas más que
individuales. Habitualmente aparecen de perfil y en una estilización completamente plana. Los hombres y las mujeres se
diferencian por los vestidos y el peinado: los hombres llevan el traje tradicional, suelto y hasta la rodilla, que los aztecas
llamaban xicolli, y el pelo largo y liso. Las mujeres van con falda y blusa. A menudo tienen el pelo trenzado, a veces
sujeto con cintas. Los hombres y mujeres sentados suelen representarse con los pies delante. Ocasionalmente la mujer
está sentada sobre sus piernas dobladas. Sin embargo, esta posición es típica de los códices del valle de México de la
época colonial y se denomina «postura de asiento femenina azteca». Representación de un Matrimonio
El «matrimonio» se simbolizaba sentando una frente a otra a dos figuras, una femenina y otra masculina, unidas
mediante una plataforma, una estera vegetal o el glifo de la ciudad gobernada por uno de los dos. Si en la escena
aparecen además personajes solos, se trata de los hijos de la pareja. La descendencia se expresaba también con un
cordón umbilical o con pisadas, que sin embargo no sólo tienen la acepción genealógica de «viene de», sino que puede
interpretarse también como «va hacia», en el sentido de un viaje de un lugar a otro.

Nombres de la Cultura Mixteca

Los nombres identifican a los personajes representados de este modo estereotipado. En los manuscritos de la cultura
mixteca, la mayoría de los soberanos llevan dos nombres diferentes. El primero es un «nombre calendario»: la fecha en
que nació dentro de los 260 días del calendario ceremonial. Además tenían un nombre personal, otorgado por un
sacerdote cuando eran niños, probablemente a los siete años. Este sobrenombre suele representarse con dos o más
motivos gráficos junto a la figura, o se incluye en el vestido o el tocado.

Ciudades Originarias

En las narraciones de la época colonial se citan tres ciudades de la Mixteca Alta como lugares originarios del pueblo de la
cultura mixteca. La ciudad más mencionada, tanto en los textos coloniales como en los códices ilustrados anteriores y
posteriores a la conquista, es Apoala, en la Mixteca Alta nororiental. El arqueólogo mexicano Alonso Caso identificó el
símbolo que reproduce el nombre de esta ciudad: una artesa para agua rectangular que representa un río, y una mano
que sostiene un manojo de hierba o plumas.
El segundo lugar originario se describe como una llanura situada entre las ciudades de Tilantongo y Achiutla, en la
Mixteca Alta central. Durante el período prehispánico, esta última debió ser un importante centro ceremonial. El
historiador mexicano Wigberto Jiménez Moreno demostró que el símbolo del nombre mixteca de Achiutla era un campo
cuadrado con un motivo geométrico y llamas en su interior. Al inicio del códice Selden aparece representado cómo un
árbol da a luz en Achiutla a un antepasado mítico.El tercer lugar es Sosola, en la Cañada de Cuicatlán, junto al borde
oriental de la Mixteca Alta. El símbolo de esta ciudad aún no ha podido ser identificada en los códices.
Estos tres lugares originarios están situados en la Mixteca Alta o muy cerca de ella, aunque la leyenda de Achiutla dice
que quienes se instalaron aquí venían del noroeste. Sin embargo, ninguno de los códices contiene escenas de una
inmigración hacia la actual región mixteca, como sucede con los aztecas en el valle de México o los nahua en Puebla. Los
mapas de principios de la época colonial también ponen de manifiesto este carácter autóctono. En la mayoría de ellos,
por ejemplo en el Lienzo de Zacatepec, de Mixteca de la Costa, se muestra el territorio de una única ciudad, rodeada de
símbolos que expresan los nombres de sus lugares fronterizos. Mixteca, el campo visual se localiza en una zona muy
limitada. Algo similar revelan las exploraciones arqueológicas y las fuentes del período colonial. Ronald Spores, que ha
investigado en ambos campos, llegó a las siguientes conclusiones: «El universo de los antiguos mixtecas estaba
constituido, en primer lugar, por el cielo arriba, la tierra abajo y el horizonte visible… No sentían ningún interés por el
mundo más allá de los mixtecas. Es cierto que entablaron relaciones económicas con otras regiones de Mesoamérica,
pero las acciones políticas, en cambio, se limitaban a la región, condicionadas por la situación geográfica…»

Expansión de la Cultura Mixteca

A pesar de que las leyendas y los mapas antes mencionados insisten en el arraigo, los códices ofrecen muchos indicios
de que la cultura mixteca, una vez instalados en la Mixteca Alta, se expandieron en las regiones vecinas por medio de
alianzas matrimoniales o, simplemente, conquistándolas. Parece que esto sucedió especialmente en la época del
prestigioso soberano.

Expansión por matrimonio y por conquista

Hay numerosas pruebas de que por medio de matrimonios y conquistas los soberanos de la cultura mixteca avanzaron
hasta la costa del Pacífico y hacia el valle de Oaxaca. Durante el período clásico, cuando los zapotecas erigieron allí la
gran ciudad de Monte Albán, el valle era una región de fuerte impronta zapoteca. Puede constatarse que los soberanos
de la importante ciudad de Teozacoalco, en la Mixteca Alta, se unieron en el valle de Oaxaca con los soberanos de
Cuilapa y Zaachila aproximadamente un siglo después de la muerte de Ocho Ciervo. Además, recientemente se ha
podido demostrar que a principios del siglo XV la ciudad zapoteca de Macuilxochitl también estaba bajo la soberanía de
un monarca de Teozacoalco, que conquistaría aún otras ciudades en esta zona. De hecho, la presencia de la cultura
mixteca en el valle de Oaxaca durante el período posclásico es tan preponderante que John Paddock supone una fusión
de la cultura zapoteca más temprana con la de la Mixteca Alta posclásica: Si en esta época existió una cultura puramente
zapoteca, esta tuvo que darse en otra parte. Indumentaria, armas, vida ceremonial, etc. Su importancia no se limita en
absoluto a un ámbito estrictamente regional. Los rasgos estilísticos y las convenciones gráficas utilizadas en general en
sus descripciones tuvieron una muy amplia difusión durante el siglo anterior a la llegada de los europeos a
Mesoamérica. Por todo ello, es imprescindible conocer estos códices ilustrados para entender las otras culturas
posclásicas del antiguo México.
Zapoteca

Cultura Zapoteca La Cultura Zapoteca fue una civilización que se desarrolló en el sur de México desde el istmo de
Tehuantepec a Acapulco, sobre todo en la región de Oaxaca. Sus nativos poblar estas regiones desde hace 2500 años, sin
embargo, los registros arqueológicos más antiguos y fiables datan del 800 A.C.
El término zapoteca es en realidad una derivación de la palabra del idioma nahuatl «tzapotecah» (singular
«tzapotecatl») que significa «habitantes de la región de los Zapotes» (Zapote es un árbol fructífero, productora del
sapote, y de donde se retira el látex para la tierra y la fabricación de la goma de mascar).
Los primeros zapotecas llegaron a Oaxaca desde el norte, probablemente cerca de 1000 a.C. Aunque no intentaban
remover a ninguno de los pueblos vecinos de sus tierras, éste terminó siendo la etnia predominante en esa región.
Construyeron importantes ciudades, siendo las más famosas Monte Albán y Mitla.

Ubicación la cultura Zapoteca

El Zapotecas fueron una de las primeras civilizaciones de Mesoamérica, se originó en el centro-sur de México, en el Valle
de Oaxaca. En términos de fechas se puede considerar que existen desde 800 A.C algunos estudiosos creen que cerca de
1.000 años fueron necesarios para el completo desarrollo de ese pueblo. Se cree que el origen de los Zapotecas se
remonta de 800 A.C; Su cuna habría sido el Valle de Oaxaca, lugar donde recientemente algunos arqueólogos
encontraron indicios que dicen mucho acerca de las costumbres de esa civilización. Sólo para tener una idea, la zona que
ha fijado su residencia tenía una tierra rica en nutrientes, lo que hace que sea ideal para la práctica de la agricultura.

El valle de Oaxaca, la cuna de la civilización zapoteca

Es un gran valle en el noreste del estado de Oaxaca, a unos 200 km al sur de la ciudad de México. Las montañas rodean
el valle con las montañas de la Sierra Madre al este y las montañas de Tlacolula al sureste. El ambiente de la región es
muy adecuado para la agricultura, especialmente el cultivo de maíz, por lo que es un lugar popular para los colonos.
El fondo del valle es plano con grandes extensiones de tierra cultivable. En el momento de la aparición de la civilización
zapoteca, el suelo del valle no se había erosionado ya que el bosque de robles y pinos que rodeaba el valle estaba
intacto. El clima templado es ideal para cultivar maíz y es posible obtener varias cosechas al año. Raramente se congela
como ocurre en la región a mayor altura. El fuerte potencial agrícola del Valle de Oaxaca ciertamente ha contribuido a
hacer de esta área el sitio de las primeras sociedades complejas en la región.

Monte Albán, la capital zapoteca

Situado a unos 10 km de la ciudad de Oaxaca de Juárez, el Monte Albán fue la capital prehispánica más importante de la
región del Valle de Oaxaca, que ejerce el control político, económico y religioso sobre los otros pueblos. Fue uno de los
primeros centros urbanos de Mesoamérica y en su auge llegó a tener una población de cerca de 35 mil habitantes.
Los zapotecas crearon su propia capital política, llamada Monte Albán, una ciudad que servía de sede de la civilización
Zapoteca. En esta ciudad habrían variados edificios sagrados y civiles, estadios, tumbas y mercados. La ciudad fue
construida en varias plataformas escalonadas como pirámides de diferentes alturas. Algunos historiadores creen que la
ciudad puede existir aquí hace más de 2000 años.

Características de la cultura Zapoteca

Su creencia en la naturaleza es una de las características que más los destaca. Ellos adoraban como dioses Cocijo, dios de
la lluvia, representada por el símbolo de la fertilidad y los símbolos de la tierra y el jaguar-serpiente. Al parecer, los
sacrificios humanos que les prestaban era un importante ritual religioso. Adoraban a sus antepasados y, al igual que
otras religiones tribales, prestaban culto a los muertos. Los tejedores y alfareros eran famosos por sus ornamentadas
urnas funerarias y vasijas de barro colocadas sobre las tumbas.

Religión de los Zapotecas

Así como tantas otras Culturas mesoamericanas, la religión de los zapotecas era politeísta, o sea, creían en varios dioses.
Por creer en diversos dioses la civilización Zapoteca acaba destacando un gran Dios, que se conoció como el Dios Xipe
Totec, ganando así diferentes características, nombres y significados. En la creencia Zapoteca se destaca también:
– El Dios Cocijo: Conocido como Dios de la lluvia, comparado al Dios Azteca Tlaloc.
– Coquihani, Dios de la luz del Sol.
– Ellos adoraron a los antepasados, creyendo en la existencia de un paraíso subterráneo, de ahí la importancia de adorar
a los muertos.

Economía de la Cultura Zapoteca

Su economía se basaba principalmente en la agricultura, el comercio, la Caza, la pesca y materiales extraídos del bosque.
La agricultura era variada y estaba ligada también la religiosidad, donde para tener buenas cosechas ofrecían culto al sol,
a la lluvia, la tierra y el maíz.

Arte de la Civilización Zapoteca

Urna funeraria de la cultura zapoteca. Está fuertemente influenciado por la civilización olmeca y se expresa
principalmente en el sitio de Monte Albán y Mitla, que se detalla en el artículo sobre la ciudad de Oaxaca.
Eran maestros en el arte de hacer urnas funerarias de cerámica con una decoración muy rica y detallada que podría
llamarse estilo barroco precolombino.
Sistemas de escritura

Al igual que los mayas, también los Zapotecas desarrollaron un sistema de escritura basado en jeroglíficos y otros
símbolos grabados en piedra, pintados en los tejidos, edificios y tumbas.
Poseían varias lenguas, muchas de ellas, cerca de 15, siguen siendo habladas por las serranías del centro de México.
Los registros escritos sobrevivieron a este día se destacan de los códices mixtecos, zapotecos, papeles de escritura
jeroglíficos en la piel de ciervo y ricos colores, lo que permitió arqueólogos a conocer la vida y costumbres de la región.
También los Zapotecas desarrollaron un calendario que habría sido la base de los calendarios mayas y aztecas.

Destrucción de los Zapotecas

En uno de los tópicos ya mencionamos que los Zapotecas fueron dominados por los Mixtecas que tomaron la capital
Monte Albán. El territorio puede haber sido tomado, pero la verdad es que la cultura se mantuvo viva, y así continúa
hasta hoy. Actualmente existen Zapotecas, pero estos se dividen en dos grupos: uno localizado en los valles al sur de
Oaxaca, y otro, al sur de Istmo de Tehuantepec. Pero vale la pena recordar que las pequeñas poblaciones de la región de
Veracruz, Guerrero y Chiapas no se pueden descartar, después de todo, todavía hay una parte de esa población que vive
allí. Se cree que hoy existen 400 mil Zapotecas en México. Incluso uno de los más famosos fue Benito Juárez, presidente
del país por cinco períodos, entre 1858 y 1872.
Mayas

Los mayas fue una gran cultura que creció en Centroamérica, cuyo inicio data del año 2600 a.C hasta su apogeo entre los
años 200 y 900 d.C y su declive hasta la conquista de América en el siglo XV. Los mayas constituyeron una cultura con
características propias que se desarrolló en Mesoamérica por 18 siglos y tuvieron grandes avances en matemáticas,
escritura, arquitectura, astronomía, así como, su propia organización social, política y religiosa que influyó en el
desarrollo de culturas posteriores que influyen en la actualidad.

Características de la cultura maya

Entre las principales características que definen a la cultura maya podemos encontrar las siguientes:
Fueron una de las civilizaciones más importantes en América, con más de 18 siglos de desarrollo, influyeron en el
surgimiento de nuevas culturas. Se encontraban en la zona central de América, precisamente en la península de Yucatán
y alrededores. Eran politeístas, es decir, creían en varios dioses.

Su economía se basaba en la agricultura.

Desarrollaron grandes conocimientos en matemática, astrología, escritura y más. Construían grandes pirámides como
templos de veneración a sus dioses y centros de poder.

Ubicación de la civilización maya

Los mayas ocuparon toda una vasta zona de la península de Yucatán (México) y sus alrededores, donde levantaron
pirámides, monumentos y templos de gran belleza arquitectónica y sus ciudades. En la actualidad, ocuparían el territorio
de varios países de centroamérica tales como: parte de México, Belice, Guatemala y parte de El Salvador y Honduras.
Toda esta área geográfica tiene una topografía variable, con áreas de volcanes y montañas, otras son extensas áreas
selváticas y algunas áreas costeras semi-desérticas. Hoy en día, hay varias ruinas de las principales ciudades mayas:
Yaxchilán, Tulum, Cuello, Coba, Copán, Palenque y Chichén Itzá.

La religión de la cultura maya

Los mayas eran politeístas, adoran varios dioses ligados con la naturaleza. Los dioses mayas tenían muchas
representaciones como astros, animales, plantas o figuras humanas. El principal dios fue Hunab Ku o dios creador, pero
tenían dioses para la lluvia, viento, sol, agricultura, muerte, guerra, entre otros. Existen algunas similitudes de dioses
mayas con los aztecas, probablemente debidas a las conexiones cercanas que pudieron tener en sus orígenes. Las
creencias religiosas de los mayas quedaron plasmadas en el famoso libro Popol Vuh, libro de los consejos o la biblia de
los mayas.

Los principales responsables de la religión, eran los sacerdotes que se dedicaban al culto, a actos adivinatorios y
sacrificios rituales. Para la adoración de los dioses, los mayas construían pirámides como templos de adoración.

Dioses de los mayas

Entre los principales dioses mayas podemos destacar los siguientes:


Nombre Función
Hunab Ku Dios principal, creador de todos
Itzamná Dios de la sabiduría
Ixchel Diosa de la fertilidad y el agua
Yum Kaax Dios de la agricultura
Kauil Dios del fuego y de la medicina
Kukulkán Dios del agua y viento
Organización política y social maya
En cuanto a la organización social de la cultura maya, esta se encontraba dividida en una jerarquía con 3 clases sociales
bien diferenciadas que era La familia real, Formada por gobernantes y comerciantes con sus familias.
Servidores del estado: Integrados por dirigentes de las ceremonias, personal dedicado a la defensa y a la cobranza de
impuestos. También estaban aquí los sacerdotes que tenían privilegios en la sociedad gracias a su conocimiento
científico y astronómico, lo que les otorgaba poder de decisión en las actividades agrícolas.
Por último, los agricultores, que eran la mayoría de la población, que al estar dedicada a la agricultura, pagaban
impuestos con sus productos y siembras. También podían hacer aportaciones a través de su participación directa en
obras de infraestructura. Debajo de estos se encontraban los esclavos.
Por otra parte, había una división del trabajo según el género, separando a los hombres para el trabajo del campo,
mientras que las mujeres laboraban en la esfera doméstica, con la preparación de alimentos y tejidos.

Economía de los mayas

La economía de los mayas se basó en la agricultura, donde se producía principalmente maíz, frijoles y algunos
tubérculos, tales como el poroto y batata. A través de sus cultivos, además de obtener alimentos, también producen
materias primas para medicinas, tejidos y materiales de construcción. Su agricultura fue muy desarrollada gracias a sus
técnicas avanzadas de irrigación de los suelos a través de sistemas de canales que proporcionaban agua en la estación
seca y mantenía a los cultivos durante todo el año.

Conocimientos de los mayas

Entre los conocimientos y descubrimientos que se destacan de la civilización y cultura maya se encuentran:
Tuvieron un gran conocimiento de matemáticas avanzado, con uso de decimales y del cero.
Desarrollaron una escritura jeroglífica de avanzada para la época con más de 500 símbolos.
Eran expertos astrónomos, conocimiento que utilizaron para en beneficio a la agricultura.
Desarrollaron el famoso calendario civil de 365 días por año, como el que usamos en la actualidad. Además crearon
otros calendarios complejos como un calendario religioso de 260 días.

Fin de la cultura maya

Las causas de la finalización de tan importante cultura no son bien conocidas. Una de las teorías establece que, debido al
gran crecimiento demográfico y al aumentar necesidades de alimentación, se agotaron los recursos naturales, sumado a
periodos largos de sequía.

Otros historiadores piensan que tribus invasoras procedentes del norte fueron debilitando a los mayas. Y fueron las
culturas españolas con la conquista de América quienes terminaron por destruir esta cultura que ya se encontraba en
total declive
Teotihuacanos

El nombre de Teotihuacán se traduce como lugar donde se hicieron los dioses, aunque otros historiadores aseguran que
proviene de Teo uacan, o dicho de otro modo, de la ciudad del sol. Es la región en la que se asentaron y desarrollaron los
teotihuacanos, una de las más importantes civilizaciones de Mesoamérica de la época prehispánica. Aunque no es una
población tan conocida como otras que se asentaron en estas regiones, como los mayas, de los que puedes conocer su
cultura en este enlace, o los aztecas, de los que puedes visitar esta página, sin duda los teotihuacanos han tenido un
gran protagonismo a lo largo de la historia en el desarrollo de otras culturas.

Los orígenes de la cultura teotihuacana

Los teotihuacanos representan una de las civilizaciones más desconocidas que existen, puesto que a pesar de las
numerosas investigaciones que se han llevado a cabo en la región a día de hoy no se sabe a ciencia cierta dónde se
encuentran sus orígenes. Se cree que la historia de la cultura teotihuacana comenzó en el periodo Clásico Prehispánico,
justamente en el valle de México. Hasta aquí llegaron los primeros pobladores y se asentaron en Zohapilco. Esto se
produciría entre el 5000 y el 3500 a.C., Un poco antes del 300 a.C comenzaron los asentamientos en Teotihuacán y la
población fue creciendo hasta fragmentarse en pequeñas aldeas. Este desarrollo se produjo con más fuerza a partir del
100 a.C, llegando a su punto álgido en la fase de Patlachique, donde había ciudades con unos 100.000 habitantes. En el
año 250 es cuando esta civilización se encuentra en su máximo esplendor, en la fase llamada Tlamimilolpa. Aquí
Teotihuacán es una región importante que se extiende por toda Mesoamérica y de gran influencia para otros pueblos.
La fase Metepec (650) fue el declive de la civilización, un proceso lento que se alargaría hasta el 850 en el periodo de
Oxtotípac cuando finaliza la era de los teotihuacanos.

Cómo eran los teotihuacanos

Los teotihuacanos fueron una población poderosa, influyente y desarrollada para su época. ¿Cómo vivían? La sociedad
estaba jerarquizada, siendo los máximos responsables los sacerdotes y los nobles en segundo lugar. Luego estarían los
que vivían en barrios y en aldeas. El gobierno era teocrático, por lo que los sacerdotes tenían el poder, aunque también
los nobles, que se creía que eran elegidos por los dioses.

En su dieta se incluían alimentos como los frijoles, el chile, el amaranto, el aguacate, la calabaza o el tomate, y usaban
especias como el orégano. Construían sus viviendas con materiales que mezclaban lodo y piedra volcánica molida. Se
cubría con una capa de cal. Los más pobres construían sus casas con adobe.

Religión

La religión es uno de los elementos más importantes de la cultura teotihuacana, puesto que todo giraba en torno a ella.
Eran politeístas, por lo que creían en diferentes dioses que eran adorados a menudo. Las mayores divinidades se
relacionaban con el agua, la muerte, la fertilidad, la guerra y el fuego.
Cabe destacar que, a diferencia de otras culturas, para los teotihuacanos la deidad por excelencia era una mujer, la
Mujer Araña, que era la Gran Diosa para ellos. También había varios dioses relacionados con el agua para destacar la
importancia de la misma. Otros muy venerados eran Quetzalcoalt, Xipe Totec (dios de la agricultura) y el del Fuego.
La mayoría de edificios de esta cultura se relacionan con los eventos principales de la astronomía, puesto que se
pensaba que los eclipses, los equinoccios y los solsticios, eran mensajes de los dioses.

Características de la cultura teotihuacana

A lo largo de su existencia la cultura teotihuacana dejó claras demostraciones de la particularidad de su forma de vida y
de costumbres, algo que se puede comprobar en su sociedad, política o en la manera en la que se trabajaba el arte y la
arquitectura.
Economía

Los teotihuacanos eran grandes agricultores y producían grandes cosechas a lo largo del año. También cazaban, criaban
animales o recolectaban, por lo que su economía se sustentaba en todo ello. Al tener una gran abundancia de materia
prima, esta civilización desarrolló el comercio de gran manera, convirtiéndose en una actividad de gran importancia.

Sociedad

Los sacerdotes eran los gobernantes supremos seguidos de los nobles. Pero la sociedad teotihuacana también contaba
con otras clases sociales. En el siguiente nivel se encontraban los funcionarios y, finalmente, los agricultores, artesanos y
comerciantes.

Política

El orden social se mantenía a partir de unos conocimientos científico-religiosos, lo que quiere decir que los sacerdotes
eran los que imponían las leyes, aunque siempre refrendados por los gobernantes militares.

Arquitectura

Las ciudades teotihuacanas estaban repletas de monumentos, grandes edificios y templos, aunque hay que destacar sus
plazas enormes, su sistema de calles consolidado o los numerosos desagües.

Arte

Destacan la cerámica y la pintura mural. La primera era el material por excelencia para elaborar todo tipo de elementos,
mientras que la pintura a menudo se utilizaba como sistema de expresión y habitualmente, adornaba las grandes
edificaciones que se erigían en la ciudad.

Tolteca

El origen de la cultura tolteca comenzó con un pueblo nómada que inició su recorrido desde el reino de la antigua Tollan
en el año 511 d.C. y por un período de 104 años fueron llevados por siete guías: Zacatl, Chalcatzin, Ehecatzin, Cohualtzin,
Tzihuacoalt, Metzotzin y Tlapalmetzotzin.
Su largo viaje los llevó a Tollantzinco pero luego de 20 años se trasladaron a un territorio que llamaron Tollan o Tula. Allí
se instaló su monarquía que tuvo una duración de 384 años comenzando desde el año 667 d.C.

Los toltecas tuvieron mucha influencia a nivel político, económico y religioso en el pueblo Maya y en las tierras de
Chichén Itza donde esta civilización pudo construir edificaciones como el Templo de los Guerreros que reflejaba sus
rasgos toltecas. Ellos llegaron a expandirse hasta el estado de Zacatecas y hasta la península de Yucatán entre los años
900 y 1200 d.C.

Organización social

La sociedad tolteca estaba compuesta por dos clases sociales. En primer lugar, la clase alta en la cual se encontraban las
castas de los jerarcas, los militares y los sacerdotes. En segundo lugar, la clase baja que era el pueblo integrado por los
artesanos, constructores, agricultores, entre otros que servía a los jerarcas y sacerdotes.

Gobierno de la cultura tolteca

El gobierno de la cultura tolteca era monárquico y comenzó en el año 667 d.C y duró 384 años.
La monarquía tolteca tuvo 8 gobernantes y uno de ellos fue una reina. A saber:
Chalchiutlanetzin 667-719 d. C., Ixtlicuechahuac 719-771 d. C., Huetzin 771-823 d. C., Totepeuh 823-875 d. C.,Nacaxoc
875-927 d. C., Mitl 927-976 d. C.,Xiuhtzatzin (reina) 979-1031, Topiltzin 1031-1052

Principales ciudades de la cultura tolteca

La capital de los toltecas era Tollan-Xicocotitlan pero sus ciudades se ubicaban en la meseta central de México, en los
departamentos que se conocen actualmente como Tlaxcala, Hidalgo, Ciudad de México, Morales y Puebla.
El gobierno tolteca se extendía desde el estado de Zacatecas hasta el sureste de la península de Yucatán.

Arte de la cultura tolteca

Su arte se puede apreciar en las estatuas y relieves murales reflejados en su arquitectura. Su temática principal es
religiosa y sus materiales son la piedra y la cerámica adornada con pinturas y trabajos de artesanía.

Arquitectura

La arquitectura tolteca generó aportes significativos en la construcción Mesoaméricana del siglo IX. Un ejemplo de estos
aportes se puede observar en el Templo de Tlahuizcalpantecuhtli (Dios del Alba), en el cual se puede apreciar el uso de
esculturas antropomórficas que sostienen el techo de la estructura. Este mismo caso se puede apreciar en las estatuas
Atlantes, monumentos de 4 metros de altura que sostenían el techo de la pirámide Tula. También construyeron
columnas con forma de serpiente emplumada con la cabeza hacia el suelo y la cola levantada hacia arriba sosteniendo el
dintel de la entrada de la gran habitación. Asimismo, puede observarse en esta cultura la edificación de mega
construcciones que existían en Tula; territorio que albergaba más de 30.000 habitantes en grandes complejos con
plantas cuadriculadas y techos planos construidos con piedra, tierra y adobe. Los toltecas tenían tres clases de viviendas;
las casas, la unidades residenciales y las residencias palaciegas.

Lengua y escritura de la cultura tolteca

El náhuatl era el lenguaje hablado y escrito por los toltecas. Su origen data del siglo VII y se extendió su uso hasta el siglo
XIV con la llegada de los españoles. El náhuatl se convirtió en la lengua franca de toda Mesoamérica en especial en los
territorios conquistados por el imperio azteca en el siglo XIII. La escritura era pictográfica y cuenta con vocales y
consonantes para armar palabras que tienen raíces monosílabas, bisílabas o trisílabas. El orden de las palabras puede
combinarse de diferentes formas para que los sonidos armonicen el mensaje. La lengua náhuatl también conocida – en
la época de la colonia – como lengua mexicana, fue evolucionando formando tres grandes variantes según el espacio
geográfico donde se hablaba con múltiples dialectos. Estas variantes son: Náhuatl Central (para los actuales
departamentos de Hidalgo, Tlascala, Centro sur de Puebla, y el Estado de México); Náhuatl Oriental (para el Noreste de
Puebla, Veracruz y el sur de Guerrero); y Náhuatl Occidental (para el Norte de Guerrero, Colmina, Jalisco y Durango).

Alimentación

La cultura tolteca se alimentaba principalmente de los productos que cultivaban como los frijoles, los frutos secos, entre
otros. Pero su alimento principal era el amaranto, también conocido como huautli o alegría. El amaranto les ayudó a
superar las hambrunas en periodos de sequía, ya que esta planta podía soportar varias temperaturas y era fácil de
cultivar. Además por su valor nutricional se consideraba el cultivo más importante de la Tula.

Religión y dioses de la cultura tolteca

La religión tolteca fue panteísta porque rendía culto a las fuerzas de la naturaleza (el cielo, el agua, la tierra).
Los toltecas practicaban sacrificios humanos para estar en comunión y al servicio de sus dioses. Sus dioses principales
eran Quetzalcóatl (dios del bien) que era una serpiente emplumada y Tezcatlipoca (dios del mal). Según su tradición,
Quetzalcóatl fue exilado por Tezcatlipoca en una balsa de serpientes, pero Quetzalcóalt prometió regresar. Se dice que
cuando llegaron los españoles a México, los Aztecas creyeron que Hernán Cortés era Quezalcóalt que regresaba a su
pueblo y empezaron a sembrar todas la galletas rancias que les dieron los españoles a cambio de oro.
Los Mexicas - Aztecas

En su época de máximo esplendor, a finales del siglo XV y comienzos del XVI, el imperio mexica o azteca se extendía por
una amplia región de Mesoamérica (zona cultural que comprendía parte de México y de Centroamérica), incluyendo,
además del valle de México, las costas del golfo de México y las del Pacífico, el istmo de Tehuantepec y parte de la actual
Guatemala.

La llegada al valle de México

Los belicosos aztecas, también llamados mexicas o tenochcas, llegaron al valle de México a principios del siglo XII de la
era cristiana, procedentes de Chicomoztoc ("siete cuevas"), en la región de Aztlán ("lugar de garzas"), situada en algún
punto desconocido del noroeste de México. Otros pueblos de lengua náhuatl, como los chichimecas, acolhuas,
tepanecas, culhuas, toltecas y pipiles, habían llegado anteriormente a la región mesoamericana desde la llamada
América árida (sudoeste de los Estados Unidos y noroeste de México). Las siete tribus aztecas, guiadas por varios
sacerdotes y caudillos según los designios del dios Huitzilopochtli, se asentaron sucesivamente en el lago Pátzcuaro y en
Coatepec antes de llegar al valle.

Después de pasar por la antigua ciudad de Tula, por Zumpango, por Cuauhtitlan y por Ecatepec, en 1276 los aztecas,
gobernados por Hutzilihuitl el Viejo, se establecieron en Chapultepec, donde se hicieron famosos por su agresividad y
por sus crueles sacrificios. En 1319 fueron derrotados por los culhuas y otros pueblos del lago Texcoco y quedaron
confinados en Tizapán. Posteriormente se aliaron a los culhuas, pero, tras el sacrificio de Achitometl, hija del señor de
Culhuacan, Coxcoxtli, tuvieron que huir por el interior del lago de Texcoco. En uno de los islotes del lago, la visión de un
águila que comía a una serpiente posada sobre un nopal les indicó el lugar donde debían construir su nueva capital,
Tenochtitlan, fundada en 1325.

Durante los años siguientes, los aztecas y los tlatelolcas, grupo hermano establecido en otro islote próximo, rindieron
tributo a los tepanecas de Azcapotzalco. En 1376, el príncipe culhua Acamapichtli se proclamó tlatoani (rey) de los
aztecas, con el consentimiento de Tezozómoc, el soberano tepaneca. Huitzilihuitl sucedió a Acamapichtli en 1396, y tras
casar con una hija de Tezozómoc, consiguió reducir los tributos pagados a Azcapotzalco. Durante el reinado de
Chimalpopoca (1417-1427), nieto de Tezozómoc, los aztecas ayudaron a los tepanecas a conquistar la ciudad de Texcoco
y dejaron de pagar tributo a Azcapotzalco. Tras la muerte de su abuelo, Chimalpopoca fue apresado y muerto por el
nuevo rey tepaneca, Maztla, quien destituyó también al tlatoani de Texcoco, Netzahualcóyotl, famoso por su actividad
poética.

La Triple Alianza

La actitud agresiva de Azcapotzalco provocó la unión entre Tenochtitlan, Texcoco y otro pequeño estado, Tlacopan, los
cuales vencieron a los tepanecas e iniciaron un período de expansión territorial. La confederación de las tres ciudades
tenía un carácter predominantemente militar, tanto ofensivo como defensivo. Durante el reinado de Izcóatl, la Triple
Alianza extendió sus dominios por la zona occidental del valle de México.

Entre 1440 y 1469 reinó en Tenochtitlan Moctezuma I Ilhuicamina, quien consolidó las conquistas anteriores y
emprendió otras nuevas. En esta época se inició el esplendor de Tenochtitlan, tanto en el aspecto económico como en el
artístico. Asimismo comenzaron a organizarse las "guerras floridas", campañas militares anuales dirigidas contra las
ciudades independientes de Tlaxcala y Huejotzingo con la finalidad de obtener prisioneros para los sacrificios religiosos.

A Moctezuma I lo sucedió Axayácatl en 1469. Durante su reinado, los aztecas conquistaron la ciudad de Tlatelolco y las
regiones del valle de Toluca ocupadas por los matlatzimas, los otomíes y los mazahuas. Sin embargo, los tarascos de
Michoacán, armados con espadas de cobre (los aztecas empleaban armas de piedras y madera), consiguieron contener
el ímpetu conquistador de la Triple Alianza. Entre 1481 y 1486 reinó Tizoc, que murió asesinado por una conjura
palaciega. Su sucesor, Ahuízotl, amplió las fronteras del imperio azteca hasta su máxima extensión, implantando su
poderío sobre Oaxaca, Tehuantepec y parte de Guatemala.
Las clases artesanales y comerciales prosperaron durante su reinado, y Tenochtitlan conoció un período de gran
desarrollo artístico y arquitectónico. En 1502, tras la muerte de Ahuízotl, fue elegido tlatoani su sobrino Moctezuma II
Xocoyotzin, quien continuó la política imperialista de sus predecesores y fortaleció el poder monárquico. Durante su
reinado creció el descontento entre los pueblos sometidos a la Triple Alianza y se produjo el primer contacto con los
conquistadores españoles, en 1519. En aquel momento, el imperio azteca se extendía por una superficie de más de
200,000 km2 y tenía una población de cinco a seis millones de personas.

La destrucción del imperio azteca

Moctezuma acogió amistosamente a los extranjeros blancos, creyendo que Hernán Cortés era la encarnación del dios
Quetzalcóatl, cuya llegada había sido vaticinada por las profecías. Unos pocos cientos de españoles, apoyados por tribus
indias enemigas de los mexicas, llegaron a Tenochtitlan, donde fueron albergados como huéspedes. Llegaron a Veracruz
un contingente español comandado por Pánfilo de Narváez con la misión de llevar preso a Cortés rumbo a Cuba, pero
éste se adelantó y ofreció oro y riquezas a sus soldados, quienes se pasaron al bando de Cortés y apresaron a Narváez. A
su regreso a Tenochtitlan, Cortés apresó a Moctezuma en su propia corte. El recelo de los aztecas hacia los españoles
fue creciendo hasta convertirse en una abierta hostilidad. Moctezuma murió en manos de los españoles, ya que no era
respetado por su pueblo, quienes veían a los españoles como verdaderos invasores.

El 30 de junio de 1520, los guerreros de Tenochtitlan, dirigidos por Cuitláhuac, hermano de Moctezuma, obligaron a los
españoles y a sus aliados a abandonar la ciudad, causándoles grandes pérdidas en su retirada, batalla que se conoce
como "la noche triste". Al día siguiente, los españoles contuvieron el ataque de los mexicas en la llanura de Apam, y a
continuación se refugiaron en Tlaxcala.

Una epidemia de viruela, enfermedad traída de Europa por los españoles, diezmó durante los meses siguientes a la
población de Tenochtitlan. Mientras tanto, Cortés se dedicó a reorganizar y reforzar su ejército y a preparar el asedio a
la capital mexica. En abril de 1521, los españoles, apoyados por más de 100,000 tlaxcaltecas y totonacas, iniciaron el
sitio de Tenochtitlan. Comenzaron a bombardearla desde varios bergantines botados en la laguna. Los mexicas, privados
de agua y alimentos, resistieron durante cuatro meses. El 13 de agosto se produjo el asalto final, durante el cual los
mexicas defendieron valerosamente hasta el último reducto de su ciudad. Cuauhtémoc, el último tlatoani, fue apresado
por los conquistadores cuando intentaba escapar en canoa con la intención de refugiarse en las provincias y reorganizar
sus fuerzas. La caída de la capital, el apresamiento del tlatoani y la dispersión del ejército azteca favorecieron la rápida
conquista del resto del imperio por parte de los españoles. Desde la capital, reconstruida a partir de los antiguos
cimientos, Cortés organizó diversas expediciones por el territorio mexicano y centroamericano, que en 1534 quedó
convertido en el Virreinato de la Nueva España.

Actividad económica mexica

La civilización mexica se basó, desde el punto de vista económico, en la agricultura y el comercio. Las condiciones
climáticas y topográficas del valle de México, núcleo del imperio, permitían el cultivo de productos de zona templada,
mediante una adecuada organización de los trabajos agrícolas de forma que pudieran paliarse los efectos de las
ocasionales sequías y heladas tempranas. Gran parte de los 80,000 km2 del valle se hallaba ocupada por colinas, lagunas
y zonas pantanosas que tuvieron que adaptarse a la agricultura mediante la aplicación de ingeniosas técnicas de
colonización, drenaje y aterramiento. Uno de los sistemas de colonización agrícola más interesantes fue la construcción
de huertos flotantes, las chinampas, hechos con cañas, ramas, barro y limo. La consolidación de las chinampas sobre el
fondo de los lagos favoreció el desecamiento de éstos e incrementó en cerca de 12,000 hectáreas el terreno cultivable.
Además, los mexicas conocían las técnicas del barbecho y la irrigación mediante diques y acequias, y utilizaban abonos
vegetales y animales para fertilizar sus tierras.

Aparte del maíz, que constituía el alimento básico de la población, en el valle de México se cultivaba una gran variedad
de productos agrícolas, entre los que destacaban el tomate, los frijoles o judías, la calabaza, la chía y el chile o ají. La
ganadería, en cambio, era pobre, como en el resto de la América precolombina; el pavo (guajolote) y diversas razas de
perros, una de ellas criada para el consumo de su carne, eran los principales animales domesticados.
Otros recursos del valle de México eran las aves acuáticas y el pescado de sus lagunas, la sal del lago de Texcoco, la
obsidiana, abundante en las montañas del nordeste y utilizada para la fabricación de armas y otros útiles, y el basalto,
con el que se construían muelas de mano.

La relativamente abultada población del valle de México, que sumaba entre un millón y millón y medio de habitantes en
1519, fue uno de los factores que impulsaron a los mexicas a conquistar otras regiones de Mesoamérica y a comerciar
con los pueblos vecinos. Los productos más demandados por los aztecas eran sobre todo de origen tropical: chile, cacao
(con el que se hacía el chocolate), vainilla, algodón, frutas, caucho, miel, plumas, pieles, metales y piedras de jade y
turquesa. Los pochtecas, poderosa clase de mercaderes, organizaban las caravanas comerciales y controlaban los
mercados de las ciudades, donde se empleaban granos de cacao como moneda. La ciudad de Tenochtitlan, que llegó a
tener una extensión de 13 km2, incluidos los barrios periféricos y las chinampas, era el centro político, administrativo,
económico y artesanal del imperio. La mayor parte de su población, que ascendía a cerca de 100,000 personas en 1519,
estaba compuesta por administradores, guerreros, comerciantes y artesanos.

Sociedad y política

La base de la sociedad mexica era la familia, de carácter patriarcal y generalmente monogámica, aunque se permitía la
poligamia. El grupo familiar podía reducirse a la pareja de cónyuges y la progenie, o constituir formas de familia extensa
constituidas por los padres y las familias de los hijos. Un grupo de varias familias componía el calpulli, unidad social
compleja que se encargaba de funciones muy diversas, como la organización del trabajo agrícola, la recaudación de
impuestos, el culto religioso, la educación y el reclutamiento de guerreros. Un consejo formado por los cabezas de
familia elegía al jefe del calpulli, que debía pertenecer a un linaje determinado. Cada familia perteneciente a un calpulli
recibía en usufructo una parte de las tierras comunales, la cual volvía al calpulli si dejaba de cultivarse. Los calpulli
podían ser grandes o pequeños y su estructura variaba mucho según la extensión y disposición de sus tierras. A veces,
varios calpulli se hallaban unidos en barrios y, en las ciudades, solían estar especializados en alguna actividad artesanal o
profesional.

Por encima de los calpulli se imponía la estructura estatal, centrada en torno al tlatoani o tlaloque (monarca). Tras la
muerte de un tlatoani, un consejo de nobles se encargaba de elegir el sucesor, generalmente entre los miembros de la
casa real. El tlatoani, cuya figura inspiraba un enorme respeto entre sus subordinados, nombraba a los ocupantes de
cargos estatales y militares, dirigía las campañas de guerra, supervisaba la fiscalidad y la actividad comercial,
administraba justicia en última instancia y presidía los ritos religiosos.

El funcionamiento del estado se basaba en una amplia organización burocrática formada por funcionarios profesionales
tales como sacerdotes, inspectores del comercio y recaudadores de impuestos (los calpixque, que actuaban de
intermediarios entre el estado y los calpulli). Uno de los rasgos más característicos de la sociedad mexica era su división
en castas. La nobleza (los pipiltin) estaba formada por los miembros de la familia real, los jefes de los calpulli, los jefes
militares y los plebeyos que habían realizado un servicio meritorio al estado. Los macehualtin (plebeyos) eran los
labradores, comerciantes y artesanos encuadrados en los calpulli, que constituían el grueso de la población. Los
mayeque (siervos) solían trabajar en las tierras estatales o de la nobleza. También había esclavos, los cuales se
empleaban como fuerza de trabajo o se reservaban para los sacrificios religiosos.

La confederación mexica, al igual que los anteriores imperios mesoamericanos, estaba organizada en torno al pago de
tributos y a la contribución militar por parte de los estados sometidos. Por lo demás, estos estados eran prácticamente
independientes. No obstante, el imperio azteca intentó conseguir una mayor integración política entre sus 38 provincias,
y sobre todo en el valle de México. La vinculación familiar de las casas reales de cada estado con la de Tenochtitlan, la
provisión de gobernadores-recaudadores en las capitales de las provincias, la implantación de guerreros-colonos
mexicanos en las nuevas provincias conquistadas y la introducción del culto del dios nacional Huitzilopochtli fueron
algunas de las medidas integradoras emprendidas por los mexicas en su vasto imperio.
Religión

Gran parte de la vida y la cultura mexica se hallaba determinada por las creencias religiosas. Una poderosa casta
sacerdotal se encargaba de organizar las ceremonias rituales, a las que asistía toda la población, de dirigir los centros de
educación de la nobleza y de realizar predicciones sobre los diversos aspectos de la sociedad y la política del imperio.

Los mexicas adoptaron las creencias religiosas de los pueblos vecinos y sometidos. Su religión era politeísta, aunque
predominaban unas pocas divinidades principales. Los dioses más importantes estaban relacionados con el ciclo solar y
agrícola. Tezcatlipoca, dios de la noche, protegía a los hechiceros y a los guerreros jóvenes, mientras que Quetzalcóatl, la
serpiente emplumada, era el creador del hombre, el inventor de la escritura, el calendario y las artes y el protector de la
vida y la fertilidad. Los mexicas aportaron al valle de México el culto a Huitzilopochtli, divinidad tribal de carácter solar y
guerrero. Tláloc, muy venerado tradicionalmente por los pueblos del valle, era el dios de la lluvia y del rayo.

Uno de los aspectos más característicos de la religiosidad era la práctica de sacrificios. El derramamiento de sangre, por
parte de los propios sacerdotes o de las víctimas inmoladas, animales o humanas, y la ofrenda de corazones constituían
rituales necesarios para alimentar al sol y, por extensión, a todos los dioses.

Cultura y arte

Aunque los aztecas conocían un tipo de escritura jeroglífica con rasgos incipientes de fonetismo, la transmisión de su
cultura se realizó principalmente de forma oral. La educación se impartía en dos instituciones, el telpochcalli, para los
plebeyos, y el calmécac, para los nobles. El sistema de enseñanza era severo y disciplinado y se basaba en el estudio de
la historia y la religión nacionales, en la formación moral, en el aprendizaje de oficios y en el adiestramiento militar.

Uno de los logros culturales más destacados de los pueblos mesoamericanos (pero difundidos por los mexicas) fue la
invención de un sistema de cómputo del tiempo basado en la combinación de varios calendarios. El calendario ritual, el
tonalpohualli, contaba 260 días y tenía un uso adivinatorio. El calendario solar lo formaban 18 meses de 20 días a los que
se añadían otros cinco días nefastos para completar los 365. Cada 52 años coincidía el inicio de los calendarios, con lo
que empezaba un nuevo "siglo". Además, había un calendario basado en el ciclo del planeta Venus, consagrado a
Tezcatlipoca, que coincidía con los otros dos cada 104 años. Los mexicas desarrollaron también las matemáticas, en las
que empleaban un sistema vigesimal, y la astronomía.

La arquitectura sólo se conoce por los restos que han sobrevivido a las destrucciones efectuadas durante la conquista
española La escultura era naturalista, como la "Cabeza del caballero águila", o simbólica, como la "Coatlicue" y la "Piedra
del Sol". Los mexicas fueron también hábiles artesanos: la orfebrería, basada en el estilo de los mixtecas, los tejidos y los
mosaicos de plumas, empleados para el adorno personal o arquitectónico, la talla de piedras semipreciosas y la pintura
de códices fueron algunas de las principales artes menores.

En Mesoamérica se escribía sobre piel de venado o sobre un papel hecho de fibra de maguey y corteza de amate. Su
literatura, predominantemente oral, desarrolló los temas histórico, religioso y lírico.

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