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CULTURA MOCHE

La cultura moche o mochica es una cultura arqueológica del Antiguo Perú que se


desarrolló entre los siglos II y VII d. C. en el valle del río Moche (actual provincia
de Trujillo, en el departamento de La Libertad). Esta cultura se extendió hacia los valles de
la costa norte del actual Perú. Esta hizo grandes obras de ingeniería
hidráulica como canales de riego y represas, lo que les permitió ampliar su frontera
agrícola a gran escala.

UBICACIÓN GEOGRÁFICA:
Esta cultura deriva su nombre del valle homónimo de Moche, actualmente también
llamado Valle de Santa Catalina, sede de las más conocidas e imponentes construcciones
moches, las huacas del Sol y de la Luna.
Los mochicas se expandieron por el sur hasta el valle de Nepeña (Áncash) y por el norte
hasta el valle de Piura (Piura).
Ocuparon los siguientes valles de la costa norte peruana:
 Piura (Piura)  Moche (La Libertad)
 La Leche (Lambayeque)  Virú (La Libertad)
 Lambayeque (Lambayeque)  Chao (La Libertad)
 Zaña (Lambayeque)  Santa (Áncash)
 Jequetepeque (La Libertad)  Nepeña (Áncash)
 Chicama (La Libertad)
Inicialmente fue conocida como cultura protochimú o Chimú temprano, pero recibió el
nombre de «cultura moche» tras los descubrimientos en el valle de Moche. También se la
denomina «cultura mochica» en razón del nombre de la lengua, el muchik, que hablaban
sus pobladores.

Mochica norte:
 En el valle de Lambayeque: Huaca Rajada, Pampa Grande.
 En el valle de Jequetepeque: Complejo San José de Moro, Huaca Dos
Cabezas, Complejo Pacatnamú, Casa de la Luna o Sián, el Hornito (entre San Pedro y
Pacasmayo), Sincapecerce de Poémape y la Tumba de la Mina.
Mochica sur:
 En el valle de Chicama: Sonolipe, Urricape, Mocollope, La Campana, Huaca Cartavio,
Huaca Colorada, Huaca Cortada y Huaca Cao Viejo (estas dos últimas forman parte
del Complejo Arqueológico El Brujo).
 En el valle de Moche: las Huacas del Sol y de la Luna, Huanchaco y Galindo.
Más al sur están los sitios de Huancaco y Huaca de la Cruz (valle de Virú), Pampa de los
Incas (valle de Santa) y Pañamarca (valle de Nepeña).

DESCUBRIMIENTO:
La civilización mochica fue identificada por Max Uhle en 1909, quien la clasificó como
proto-chimú (es decir, antecesora del Reino Chimú). Uno de sus principales investigadores
fue el alemán Hans Hinrich Brüning, ingeniero de profesión que llegó a trabajar en las
azucareras de Lambayeque y La Libertad. En 1899, con el patrocinio de la madre del
editor de periódicos William Randolph Hearst, Brüning excavó 31 yacimientos funerarios
en las inmediaciones de la Huaca del Sol y de la Huaca de la Luna (cercanos a Moche, el
pueblo actual que dio su nombre a la antigua cultura).
Esta cultura también fue estudiada por los arqueólogos peruanos Julio C. Tello y Rafael
Larco Hoyle (1901-1966). En particular, destaca la labor de Larco Hoyle, quien identificó
de manera científica los diversos períodos de esta cultura, a base de los estilos y la técnica
de su cerámica.

ECONOMÍA:
Agricultura:
Los moches tuvieron una especial preocupación por el desarrollo agrícola. En este
sentido, cultivaron maíz, camote, yuca, papa, calabaza; frutas, tales como tuna, lúcuma,
chirimoya, tumbo, maní y papaya. Cultivaron además el algodón en sus colores naturales
(blanco, marrón, rojizo y morado), para uso industrial. También cultivaron totora.

La ingeniería hidráulica:
Como precisaban llevar agua para cultivar tierras secas,
construyeron canales (Wachaques) que se muestran como notables obras de ingeniería
hidráulica, como el de Ascope y el de La Cumbre. Asimismo construyeron represas como
la de San José, cuales aguas almacenadas servían para irrigar las tierras en tiempo de
sequía y escasez.
Quedó registrada una sequía de varios años, que se cree que está relacionada con una
erupción del Anak Krakatau, que generó un invierno de dos años en todo el mundo. Es
más probable, sin embargo, que se debiera al Fenómeno del Niño, que hacia el 650 d.C.
ocasionó una terrible crisis en la producción agrícola, que llevó al abandono de muchas
tierras de cultivo y a la reducción del territorio moche.

Pesca:
Los mochicas tuvieron gran experiencia como pescadores y eso lo demuestra las antiguas
embarcaciones que usaban y que hasta ahora se siguen fabricando,
denominadas caballitos de totora. Pescaron tollos, rayas, lenguados, etc. y recolectaron
mariscos como erizos y cangrejos.

Navegación y comercio:
El mar ejerció sobre los mochicas un atractivo especial. Provistos de sus caballitos de
totora, que ya tenían cerca de tres mil años de antigüedad entonces, se convirtieron en
diestros pescadores. Con embarcaciones más grandes (balsas de totora y cañas, o
posiblemente, troncos) organizaron expediciones que arribaron hasta las islas
Chincha para extraer el guano, tan eficiente para el abono de las chacras. Hay indicios
incluso que hicieron expediciones hasta el Ecuador, por el norte, y hasta Chile, por el sur.
Del Ecuador traían las conchas de Spondyllus, sagradas para los moches, de las cuales
hacían pectorales y brazaletes o los trituraban y los espolvoreaban en los templos y
palacios; y de Chile traían lapislázuli. Poseían también naves guerreras que eran
tripuladas por más de tres o cuatro personas y que transportaban a grupos militares o a
los prisioneros vencidos en las guerras. Todas esas embarcaciones no son distintas a las
fabricadas por otras culturas costeñas desde el 1000 a. C.
La cerámica:
Una de las culturas peruanas que se caracteriza por tener una de las mejores cerámicas,
es la Moche. Hombres, divinidades, animales, plantas y escenas cotidianas de la vida
moche fueron representados en vasijas de arcilla y barro. La cerámica resalta por su
expresividad, realismo y perfección, usando metales de oro y plata.

ORGANIZACIÓN POLÍTICA:
Moche era un estado militar conquistador gobernado por reyes conectados con los dioses
o considerados de herencia divina. Arqueólogos que han estudiando la zona tienen la
teoría que la Huaca de la Luna era residencia del soberano-rey mientras que la Huaca del
Sol, era el lugar de la nobleza principal.
Poseía distintos niveles de organización política: en un primer lugar el soberano, en
segundo lugar un grupo de la nobleza principal, quienes estaban encargados de la
administración. Y en un tercer lugar, un grupo de burócratas.
Cada valle controlado por el estado, poseía dos huacas, es decir un lugar sagrado, que al
ser característico de Moche le otorgaba poder político y religioso. Aunque dichos valles
debían contar con su soberano o señor; que se aliaba con sus vecinos para realizar obras
de bien común, para efectuar ceremonias rituales o para emprender conquistas militares.
Los señores se vestían con prendas lujosas, con adornos de oro, plata y cobre, que
simbolizaban sus atributos sagrados, y al morir eran enterrados con igual fastuosidad,
como se puede ver en la tumba del Señor de Sipán.

ORGANIZACIÓN SOCIAL:
 El cie-quich: era el rey del valle y los dominios moches. Tenía autoridad semidivina
pues creían que descendía de los dioses y diosas. Su autoridad era militar, religiosa y
civil.
 El coriec: era el rey vencido y subordinado al poder de un soberano mochica.
 Los sacerdotes: encabezados por un sumo sacerdote, habitaban en los templos
piramidales. En este grupo también están la sacerdotisa y el sacerdote guerrero. Todos
ellos formaban parte de los rituales.
 Jefes militares y nobles: Los llamados “bien vestidos” por su rica indumentaria.
 Dignatarios civiles, asistentes religiosos y soldados o guardias adscritos a las
específicas funciones anteriores.
 Artesanos especializados: Se dividían en:
 Los metalurgistas, encargados de hacer los atuendos, emblemas y ornamentos
rituales.
 Los ceramistas, encargados de hacer la cerámica escultórica ritual y también de los
huacos retratos de los nobles. Había castas de estos dos grupos.
 Las tejedoras, encargadas de hacer los tejidos, que laboraban en talleres.
 El pueblo: agrupaba a agricultores, comerciantes y pescadores.
 Yanas o servidumbre: asignada a los anteriores estamentos.

ARTE:
 Usaron arcilla, oro, plata, cobre, etc.
 En la pintura usaron color rojo, negro, blanco, amarillo, anaranjado y marrón.
 Trabajaron sobre moldes para la producción masiva de cerámica; aplicaron técnicas de
modelado, grabado y pintura.
 Hicieron diseños y motivos domésticos, religiosos y ceremoniales; representaron
dioses, enfermedades, danzas, sacrificios humanos, etc.
 Tipos de cerámica:
 común: Tienen cuerpo globular.
 pictográfica: Con escenas pintadas y son complejas.
 escultórica: Con mucho realismo.

CERÁMICA:
El más conocido legado cultural mochica es su cerámica, generalmente depositada como
ofrenda para los muertos.
Los mochicas plasmaron en sus cerámicas el entorno de su mundo cultural y religioso,
bajo la forma de imágenes escultóricas, o bien decorando a pincel la superficie de la
vasija. Su cerámica constituye por ello el mejor documento y testimonio de su cultura.
Sus principales características son:
 Escultórica: porque representaban en bulto las figuras de los hombres, animales y
plantas. Destacan los huaco retratos.
 Realista: puesto que todo era reproducción exacta de la realidad. No inventaban ni
imaginaban en su obra ceramista, que era expresión de las actividades.
 Documental: porque era realismo y su representación sirven como elementos para
conocer la vida de los habitantes moches como si se estuviese leyendo un verdadero
documento o fuente escrita.
 Pictográfica: ya que algunos huacos representan figuras pintadas y ornamentadas.

ARQUITECTURA:
Como base para sus construcciones emplearon el adobe, puesto que era la materia prima
que tenían a la mano. Construyeron grandes palacios, urbes y templos, los cuales
recubrían de murales en alto y bajo relieve, pintados de colores extraídos de la naturaleza
a los cuales les agregaban colágeno extraído de la cocción de las patas de las aves, que
actuaba como una especie de látex; decoraban con representaciones de sus dioses, mitos,
leyendas y toda su cosmovisión. En las construcciones importantes como las huacas, se
solía hacer cada cierto tiempo una reedificación, en la cual en vez de remodelar una
pared, la tapaban construyendo otra adelante; esto se puede apreciar en todas las
huacas.
En su arquitectura monumental destacan las Huacas del Sol y de la Luna, en Moche.
La Huaca del Sol es un inmenso edificio que mide más de 40 m de altura y tiene 5 terrazas
superpuestas: los expertos calculan que se necesitaron más de 140 millones de adobes
para su construcción. A 500 m de esta huaca se alza la Huaca de la Luna, de 21 m de
altura y de tres terrazas; esta destaca por sus bellas pinturas murales, una de las cuales
representa el rostro fiero de un dios, posiblemente Ai apaec. Se cree que la Huaca del Sol
fue un centro administrativo, mientras que la Huaca de la Luna era un centro religioso.
Las casas de los pobladores comunes (pueblo) eran erigidas en pequeñas comunidades.
Los materiales que usaban ellos eran los mismos que se empleaban para las huacas a
excepción de las pinturas. Las casas tenían patio propio y techo de dos aguas para las
lluvias.
PINTURAS MURALES:
En muchos edificios moches se han encontrado pinturas murales, de inspiración religiosa,
ya que representan a seres divinos o escenas relacionadas con ellos. Son de destacar dos
lugares donde se han encontrado bellos murales: la Huaca de la Luna y la Huaca Cao
Viejo (o El Brujo).
Las pinturas murales de la Huaca de la Luna son de 5 colores (blanco, negro, rojo, azul y
amarillo), los cuales fueron obtenidos de minerales. Su mural más famoso es el que
representa a un personaje antropomorfo conocido como el “demonio de las cejas
prominentes”, que se ha identificado con la divinidad moche llamada Ai apaec o el dios
degollador.
En la Huaca Cao Viejo hay un gran mural que representa una procesión de prisioneros
desnudos y unidos con una soga, sin duda condenados a muerte que caminan hacia el
“degollador”.
También existen murales en la Huaca de Pañamarca, con representaciones mitológicas
(caracol-felino) y escenas cotidianas (luchadores).

METALURGIA Y ORFEBRERÍA:
Los mochicas fueron los mejores metalurgistas de su época. Utilizaron el oro, la plata, el
cobre y sus aleaciones. La aleación más característica fue la tumbaga (mezcla de oro y
cobre). Doraron el cobre mucho antes que en Europa y conocieron una variedad de
técnicas, como el laminado, martillado, alambrado, soldadura, etc. Fabricaron
herramientas, armas, atuendos, emblemas, ornamentos y toda su variada y rica
parafernalia ritual.
Es de destacar su pericia para construir figurinas de poco más de 2 cm con partes móviles,
unidas con pequeñísimas grapas.

ESCRITURA:
Según los estudios del arqueólogo peruano Rafael Larco Hoyle (1901-1966), los mochicas
poseían un sistema de escritura a la cual llamó escritura pallariforme, y que consistiría en
grabar líneas, puntos, zigzags y otras figuras con diferente significado en los pallares
pintados en muchos vasos cerámicos, ya que presentan variedad de diseños que hacen
pensar en algún sistema original de transmisión de datos numéricos y posiblemente no
numéricos.

RELIGIÓN:
Por sus dioses castigadores, la representación de dioses decapitadores era muy común,
siendo el principal Ai Apaec, quien también era la principal deidad de los mochicas.
Adoraron además al sol y a la luna. También rindieron culto a dioses
antropozoomorfizados, con rasgos de cangrejo, zorro, búho, pez gato, pato pico de
cuchara (extinto), serpiente, águila, puma, jaguar, lagartija, perros, sapos, venados,
arañas, pulpos, monos, cóndores , iguana, murciélago y colibrí.
Estos dioses muestran clara influencia de la cultura chavín, que fue anterior a la cultura
mochica. Se puede apreciar el parecido en los colmillos y los rasgos felinos que se
observan en algunas de sus representaciones.
Los sacrificios humanos eran practicados por los mochicas con fines rituales.
Sus dioses eran muy variados dependiendo el lugar donde este situado
TUMBAS ENCONTRADAS:
El Señor de Sipán
Sipán es una pequeña localidad que se ubica a 35 kilómetros al sureste de Chiclayo. Allí se
encuentra la denominada Huaca Rajada. En marzo de 1987 el arqueólogo peruano Walter
Alva logró erradicar a los huaqueros (ladrones de huacas) y procedió a realizar
excavaciones.
Es la primera tumba de un gobernador precolombino hallada intacta en el Perú. Data
del siglo III. Actualmente, los restos de este personaje se encuentran en el Museo Tumbas
Reales de Sipán, en Lambayeque. Se trata de un hombre de 1,67 m, y de entre 35 a 40
años de edad. Se lo halló al lado de los restos de 8 personas (tres mujeres, dos varones,
un niño y dos guardianes) y animales (dos llamas y un perro). El cuerpo del personaje
estaba cubierto de numerosos ornamentos, armas y emblemas
de oro, plata y cobre dorado. Se hallaron también 209 ceramios, muchos de los cuales
contenían ofrendas. Meses después se hallaron dos tumbas más: la de un sacerdote
contemporáneo al Señor de Sipán, y la de un personaje que, por las armas, atuendos,
ornamentos y emblemas, debió tener el mismo cargo del señor de Sipán, y al que se
bautizó como el “Viejo Señor de Sipán” (antepasado del Señor de Sipán en tres
generaciones).

Las sacerdotisas de San José de Moro:


Dos tumbas de sacerdotisas fueron halladas en el complejo arqueológico San José de
Moro, en el distrito de Pacanga, provincia de Chepén. Una fue hallada en 1991 y otra en
1992. Comparten una serie de rasgos comunes: se hallan acompañadas de otros cuerpos,
así como de individuos sacrificados en las entradas; así como contienen una profusión de
objetos a manera de ofrendas: vasijas cerámicas, mates (que estarían sin duda llenas de
alimentos) y adornos de metal.

La Dama de Cao:
El descubrimiento de la tumba de la Dama o Señora de Cao fue dado a conocer en 2006.
Fue hallada en la huaca Cao Viejo y data aproximadamente del 400 d. C., unos 150 años
después del apogeo del Señor de Sipán. Se trata de los restos momificados de una mujer
de 1,45 metros de altura y entre los 20 y 25 años, cubiertos por collares de oro, plata,
lapislázuli, cuarzo y turquesa, narigueras de oro y plata, diademas y coronas. En la tumba
se encontraron también cetros de madera forrados de cobre, utilizados en las ceremonias
como símbolos de poder y hegemonía, y diversas placas de metal sueltas que cubrían la
mortaja de algodón natural. Se trata sin duda de los restos de una gobernante moche que
rigió en el valle de Chicama.

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