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Teatro Físico, construir una historia a través del

cuerpo
21 de octubre de 2016 | 6:17 pm

Por Gina Fierro/ “No hay nada más universal en la comunicación que el cuerpo. El
cuerpo nos genera emociones, densidades, atmósferas, todo un mundo creado
desde el actor para el público”, señala Jorge Reza, profesional de teatro físico en
México.

A través del cuerpo descubrimos que en el teatro no sólo la palabra es capaz de


conectar con el espectador, sino que es la acción la que logra interpretar cualquier
tipo de emoción. Este tipo de lenguaje, centrado en la fisicalidad de sus
intérpretes, es mejor conocido como teatro físico, el cual es capaz de construir
historias a partir de la expresividad del cuerpo, más que de un texto.

“El Teatro Físico apela a la capacidad expresiva del cuerpo como herramienta de
comunicación. ¿Esto qué es? Tú puedes expresar soledad, alegría, y muchos
sentimientos sin tener que hacer alusión y expresarle realmente el sentimiento.
Nosotros le llamamos a esto: ilustrar”, detalla Reza.

Las disciplinas que se centran en la expresión corporal son variadas, por ello las
técnicas de las que se vale el Teatro Físico son igual de diversas. De esta manera,
la danza, la acrobacia, la pantomima, la ópera y el circo tienen lugar dentro de
este arte teatral.
Influencias del teatro físico

La historia del Teatro Físico en el mundo se ha visto influenciada por diversos


creadores escénicos que han definido ciertos lenguajes. Así, encontramos a
diferentes artistas de teatro físico inclinados hacia la pantomima, el circo. Algunos
de ellos nos platican sobre su experiencia.

Para la actriz mexicana Gabriela Muñoz (Chula the clown), egresada de London
International School of Performing Arts -basada en la metodología de Jacques
Lecoq-, entrenarse en el arte escénico a través del gesto, el mimo y el movimiento
le significó “un acercamiento al teatro con muchísima libertad y amor. (En él)
descubrí mi voz, mi expresión más natural y más orgánica […] Llegué a una
profundidad maravillosa a través de mi cuerpo y de entender el movimiento”.

Por su parte, el Director Artístico y Escénico de la compañía Flip Circo Escena


Contemporánea, Bruno Castillo, apunta que en México han sido los jóvenes
quienes han demandado otro tipo de lenguajes expresivos, utilizando distintas
técnicas como medio de expresión. Como egresado de la licenciatura en
Actuación por la Escuela Nacional de Arte Teatral del Centro Nacional de las
Artes, Castillo asegura que la generación de principios de siglo XX se vio
influenciada por el lenguaje establecido por el italiano Eugenio Barba, fundador de
la agrupación teatral Odin Teatret, en 1964.
“Había comenzado una lejanía del teatro de texto y empezábamos a buscar más
en el cuerpo. Es algo que estaba sucediendo a nivel generacional, pero creo que
el real parteaguas de toda esta tendencia del siglo XX de circo contemporáneo,
parte de las disciplinas de teatro físico, fue con el montaje de Israel Cortés, Erótica
de fin de Circo (compañía Circo Raus) que se presentó en el Teatro de las Artes
en 1999, y que fue el que más golpeó a las generaciones jóvenes de artistas”.

Mientras que Jorge Reza, egresado de la escuela Internacional del Gesto y la


Imagen La Mancha en Santiago, Chile, cuenta: “nosotros en esta escuela, que era
una escuela de creación, difícilmente interpretábamos obras ya escritas. Nosotros
estudiábamos la esencia del género dramático, a través de distintos textos y luego
hablábamos, hacíamos nuestra propia tragedia, melodrama, pero era a través de
prueba y error”.
El circo como parte del teatro físico

Según las disciplinas de las que se apoye el Teatro Físico, serán sus necesidades
expresivas y técnicas, sin embargo, en cualquiera de ellas la interpretación del
artista es imprescindible.

Es difícil pensar en un artista circense haciendo un giro mortal y que a la vez


interprete un discurso escénico cargado de algún sentimiento o emoción. “Es
importante no sólo el elemento de asombro -como dice Federico Serrano- en el
circo, sino también la posibilidad de conmover, de que el artista circense también
esté sintiendo algo”, señala Bruno Castillo, actual director artístico de la compañía
de Casa de Artes y Circo Contemporáneo.

Castillo nos habla sobre un teatro físico a partir del arte circense donde el
artista/acróbata es entrenado para proyectar algo más que un número acrobático.
“Es justamente llamarlo arte (circense) porque está hecho por artistas -
preocupados por una estética, por un discurso-, entonces ahí es donde empieza
esta exploración de las técnicas circenses, pero con discursos que dependen de
los artistas”.

Y añade que quienes se dedican al circo “no necesariamente tienen una


preparación artística, tienen una preparación física-técnica, pero no
necesariamente artística”.
Para conectar con el espectador a través del circo, Castillo apunta que es preciso
cuestionarse qué es lo que sucede con el intérprete al estar desafiando el
equilibrio. “A mí principalmente lo que más me importa es justamente lo que pasa
dentro del artista circense, por qué lo hace. Estamos conscientes de que eso que
vemos tan maravilloso cuando alguien está en un trapecio, en una tela, cuando
alguien está haciendo danza acrobática, son cosas peligrosas y dolorosas”.

Y concluye, “qué pasa si el artista circense está comprometido quizás como se


pudiera comprometer algún actor en escena, estar comprometido de esa manera
con su alma, con su ser, con sus lágrimas quizás, en un aparato circense”.

Macroespectáculos

Las dimensiones del teatro físico son inmedibles, pues éste no se limita al espacio
definido de un escenario, sino que es capaz de romper la convencionalidad de las
mismas salas de teatro, buscando su escenario en los espacios públicos. Aquí,
ubicamos el tipo de espectáculos que se apoyan de grandes estructuras
escenográficas para recrear una realidad donde el espectador pueda habitar
dentro de ella.

Con más de 35 años de trayectoria, una de las compañías más importantes y


destacadas de teatro físico es La Fura dels Baus, una agrupación española que
nació en 1979 caracterizada por su excentricidad, innovación, adaptación, ritmo,
evolución e incluso transgresión. Bajo el concepto de lenguaje furero, “que es
básicamente poner al espectador encima del escenario o bajar a los artistas a
platea”, esta agrupación ha experimentado a través de diversas posibilidades
físicas para presentar al público de todo el mundo, espectáculos que parecen
hacer posible lo imposible.

“La Fura dels Baus ha logrado sacar al rey espectador de su trono y lo ha metido
en medio del espectáculo. No sólo mirará, sino que sentirá”, apunta su director
Pera Tantiñá para Cartelera de Teatro.

Apoyados en diversos elementos mecánicos y escenográficos, La Fura del Baus


ha logrado, entre otras cosas, hacer volar a sus actores, verlos girar a metros de
altura, transportarse en grandes construcciones, representar escenas en
dimensiones macro, “lo que buscamos realmente es darle vida a una escenografía
que por sí sola está muerta. A partir de aquí, evidentemente intentamos llegar al
espectador”, apunta Tantiñá.
“Lo que menos nos importa es el

espectáculo en sí mismo, sino la reacción del público… la experiencia”

A pesar de ir de la mano del virtuosismo, ya sea dentro de un macroespectáculo o


un espectáculo convencional, la compañía conserva una intención clara, la de
provocar al espectador. “Lo que intentamos es llegar por la pasión, por el
estómago, por una sensación. Nos interesa expresar un mito, una imagen; y que
incluso al espectador le produzca una sensación que pueda ser diferente,
absolutamente, de lo que el espectador de a lado siente”, apunta Pera.
Sobre su reparto -el cual no es estable, ya que su convocatoria depende del tipo
de espectáculo que se produzca-, su director señala “la expresión artística es lo
que más se busca (en los actores), gente con expresividad, gente que sepa con su
cuerpo hacer cosas. Evidentemente este tipo de personajes tiene mucho
componente acrobático, de circo, de danza…”.

Bajo esta concepción, el director apunta “buscamos una total implicación para que
los personajes crezcan de una forma bárbara, más que una preparación física
exclusiva”.

Dentro de este tipo de montajes, en México encontramos a Anima Inc, una


productora fundada y dirigida por Alejandra González Anaya, que se encarga de
llevar a escena “espectáculos masivos y de teatro, conjuntando lo mejor del
talento artístico y las artes escénicas con el propósito de transmitir mensajes que
cambien tu vida para siempre. Buscamos transformar el mundo”.

¿El teatro físico está

vinculado con la fuerza física?


“Cuando hablamos de un teatro físico, muchas veces la gente piensa directamente
en teatro de fuerza, cuando realmente lo que ahí experimentamos es la expresión
corporal, es decir, no hay texto, todo lo tienes que decir con el físico”, apunta el
director de La Fura dels Baus.

La fuerza física puede acompañar las técnicas de teatro físico, sin embargo, para
sus creadores este elemento no forma parte de sus objetivos con el público, por lo
que el talento de sus intérpretes tampoco está centrado en su virtuosismo.

“En el Teatro Físico -en la parte de Lecoq- no es como muchas escuelas en donde
tienes que tener el cuerpo perfecto, ciertas tallas y medidas. En el Teatro Físico se
aceptan todo tipo de cuerpos, ya sean pequeños y delgados o grandes y gordos
[…] porque en realidad el desarrollo de este estilo de teatro viene de cómo
desarrolles una conexión con tu cuerpo, no de qué tan atlético seas”, detalla Jorge
Reza.

Y subraya “creo que mientras mejor esté preparado un actor, más cualidades
tenga, más control y disciplinas maneje, está mayor preparado para representar
cualquier cosa, ya sea teatro clásico o no convencional”.

Cómo se crean los discursos a través del cuerpo


El Teatro Físico “sí es una expresión corporal, pero también es el uso del diálogo,
pero no necesariamente el diálogo como se conoce”, apunta la autora de montajes
como Perhaps, Perhaps… Quizás y Limbo, Gabriela Muñoz.

Como ya lo hemos mencionado, el teatro físico construye discursos o historias


pero, ¿cómo se construyen estos a partir del lenguaje corporal? Al no surgir de
una obra ya escrita, el teatro físico, generalmente, se crea a partir de creaciones
colectivas donde el texto puede ser justificado por la acción. “El movimiento te
lleva a la palabra”, subraya Jorge Reza.

De acuerdo con Reza, en esta creación de discursos el juego forma una parte
importante, “jugar implica divertirse y arriesgarse, probar cosas distintas, llevarse a
distintos límites y a descubrirse en ese juego”. Y agrega “no hay limitaciones, más
que la imaginación de los creadores y el desafío es hacerle llegar al público, hacer
que perciban y activen su imaginario para lograrlo”.

Finalmente, la intención del teatro -cualquiera que éste sea- es comunicar, y el


teatro físico lo logra despertando un elemento más en el espectador, la
imaginación. “Qué es lo que pasa en ese momento cuando el acróbata hace un
salto mortal o se va hacia atrás, todo eso que pensamos que no pasa nada, es
donde está toda la magia […] El teatro físico es también ofrecer al público también
la posibilidad de imaginar”, expresa Gabriela Muñoz.

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