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CUATRO CONSEJOS SABIOS

Los consejos llenos de sabiduría que Salomón expresó en Proverbios, tienen una
clara vigencia en la actualidad. Como cristianos, debemos atesorar estas palabras
y hacerlas parte de nuestra vida. A continuación se estudian cuatro de estos
consejos que son fundamentales para que nuestro caminar con Dios cada día sea
más perfecto.

Texto Base: Proverbios 4:23-27

Proverbios 4
23
Por sobre todas las cosas cuida tu corazón,
porque de él mana la vida.
24
Aleja de tu boca la perversidad;
aparta de tus labios las palabras corruptas.
25
Pon la mirada en lo que tienes delante;
fija la vista en lo que está frente a ti.
26
Endereza las sendas por donde andas;
allana todos tus caminos.
27
No te desvíes ni a diestra ni a siniestra;
apártate de la maldad.

Consejo 1: Guarda tu corazón

El corazón es el símbolo utilizado para el fundamento de nuestras vidas; de ahí


surgen nuestras prioridades y propósitos. Por eso, como cristianos debemos
procurar que nuestro corazón esté centrado en lo eterno. Y es que debemos
tener presente que solo las cosas que hagamos para Dios permanecerán.
Tratar de mantener el control con la ayuda de Dios y no dejarnos llevar por las
cosas de este mundo debería de ser un objetivo diario.

Colosenses 3
1
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba,
donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.

Nuestro corazón estará donde se encuentra nuestro tesoro. Tratemos de


hacer tesoros en el cielo y nuestras prioridades serán consecuentes con las de
Dios.

Mateo 6
21
Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.
Consejo 2: Guarda tu lengua

Lo que decimos puede crear muchas dificultades y problemas.

Santiago 3
5
Así también la lengua es un miembro muy pequeño del cuerpo,
pero hace alarde de grandes hazañas. ¡Imagínense qué gran bosque
se incendia con tan pequeña chispa!
6
También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno
de nuestros órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el
infierno, prende a su vez fuego a todo el curso de la vida.
7
El ser humano sabe domar y, en efecto, ha domado toda clase de
fieras, de aves, de reptiles y de bestias marinas;
8
pero nadie puede domar la lengua. Es un mal irrefrenable, lleno de
veneno mortal.
9
Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella
maldecimos a las personas, creadas a imagen de Dios.
10
De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos,
esto no debe ser así.

O bien puede ser de bendición.

Proverbios 15
23
Es muy grato dar la respuesta adecuada,
y más grato aún cuando es oportuna.

Proverbios 25
11
Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como
conviene.

Tratemos de controlar en el Señor nuestra lengua y que lo que digamos sea


para edificación. No demos lugar al chisme ni a la calumnia. No critiquemos
para destruir. No ofendamos.

Consejo 3: Guarda tus ojos

Es fácil desviar la mirada y alejarnos de la meta.

Gálatas 5
7
Ustedes estaban corriendo bien. ¿Quién los estorbó para que
dejaran de obedecer a la verdad?
8
Tal instigación no puede venir de Dios, que es quien los ha
llamado.

También es fácil mirar donde no debemos y perder de vista a Jesús


Mateo 14
28
--Señor, si eres tú --respondió Pedro--, mándame que vaya a ti
sobre el agua.
29
--Ven --dijo Jesús. Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en
dirección a Jesús.
30
Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse.
Entonces gritó: --¡Señor, sálvame!
31
En seguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió: --
¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

El secreto del éxito reside en poner la mirada en Jesús.

Hebreos 12
2
Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra
fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz,
menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está
sentado a la derecha del trono de Dios.

Si estamos mirando al Señor y no a los hombres ni a las circunstancias,


podremos tener una mejor visión, más amplia y desarrollar una mayor
confianza en Dios. Podremos comparar la diferencia entre Cristo y los
hombres y entre Cristo y las circunstancias y darnos cuenta que en todos los
casos Cristo es más grande.

Consejo 4: Guarda tus pies

No debemos actuar en forma impulsiva. Es necesario que meditemos y


oremos.

Salmos 37
23
Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su
camino.

Tampoco debemos vacilar.

Santiago 1
6
Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las
olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento.

El Señor ha prometido guardar los pies de los santos.

1 Samuel 2
9
Él guiará los pasos de sus fieles,
pero los malvados se perderán entre las sombras.
¡Nadie triunfa por sus propias fuerzas!
Al entrar a cada nuevo día debemos hacerlo tomados de la mano de Dios. Si
así lo hacemos, podremos experimentar en nuestras vidas que:

Proverbios 4
18
La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en
aumento hasta que el día es perfecto.

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