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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

‘‘Abuso sexual hacia las mujeres, análisis desde un enfoque


cognitivo conductual’’

AUTORES:
Alva Cayetano, Yeison (0009-0009-8722-690)
Coronado Levano, Bruno (0009-0005-2790-6851)
Rodas Castillo, Rosa Mercedes (0009-0007-2692-2010)
Sandoval Campoverde, Sandra (0009-0001-0992-0423)
Tataje Culquicondor, Geraldine (0009-0003-9948-362)
Vega Carrasco, Mirtha E. (0009-0007-5360-910X)

ASESOR:
MG. Navarro Chunga, Julio César
orcig,org/0009-0004-5249-2331

LINEA DE INVESTIGACIÒN GENERAL


Salud integral humana

LÍNEA DE DE ACCIÓN DE RESPONSABILIDAD SOCIAL


UNIVERSITARIA
Apoyo a la reducción de brechas y carencias en la educación en todos sus
niveles

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN - ESPECÍFICA

Violencia

Lima - Perú
2023
ÍNDICE

CARÁTULA................................................................................................ I

ÍNDICE..................................................................................................... 1

I. INTRODUCCIÓN.................................................................................. 2

II. CUERPO DE INVESTIGACIÓN...........................................................7

2.1. Variable 1: Abuso Sexual ...................................................................7

2.1.1. Definición de abuso sexual.............................................................. 7

2.1.2 Tipos de abuso sexual ..................................................................... 7

2.1.3. Causas de abuso sexual................................................................. 8

2.1.4. Consecuencias de abuso sexual......................................................9

2.1.5. Impacto de la violencia sexual ........................................................ 10

2.2. Variable 2: Enfoque cognitivo conductual............................................ 11

2.2.1. Definición de Cognitivo-Conductual ................................................. 11

2.2.2. Teorías de Cognitivo-Conductual.......................................................12

2.2.3. Aplicaciones del Enfoque Cognitivo-Conductual.............................. .13

III. CONCLUSIONES...................................................................................14

REFERENCIAS............................................................................................15

ANEXOS.......................................................................................................17

1
I. Introducción

Este presente trabajo se enmarca en el enfoque de investigación sobre el


abuso sexual hacia las mujeres en la actualidad, en el siglo XXI. Tanto
organismos internacionales como nacionales han evidenciado un aumento en la
frecuencia de la violencia y el abuso sexual, convirtiéndose así en un verdadero
desafío para la salud pública y la sociedad en general. Los casos de abuso se
detectan y denuncian de manera cotidiana, abarcando desde situaciones menos
graves hasta las más severas, con posibles consecuencias devastadoras; por lo
tanto, este fenómeno, enraizado en patrones culturales y desequilibrios de
poder, se manifiesta de diversas formas y afecta a mujeres de todas las edades,
clases sociales y niveles educativos. Su incidencia, lejos de disminuir, persiste
como un desafío inaplazable para la sociedad contemporánea.

La comprensión y abordaje de este fenómeno exige un enfoque


multidisciplinario que, se consideró, no sólo los aspectos psicológicos y
emocionales, sino también los factores sociales y culturales que lo perpetúan.
En este contexto, el presente análisis adopta una perspectiva conductiva
conductual, que se fundamenta en el estudio de las conductas observables y su
relación con el ambiente en el que ocurren. A través de este enfoque, se busca
desentrañar las dinámicas subyacentes que perpetúan el abuso sexual hacia las
mujeres, así como identificar estrategias efectivas de prevención y tratamiento;

La elección de este enfoque no pretende minimizar la complejidad del


fenómeno ni reducirlo a una dimensión puramente conductual. Más bien, se
busca complementar y enriquecer el análisis desde otras perspectivas,
aportando herramientas conceptuales y metodológicas que permitan una
comprensión más holística y una intervención más efectiva.

A lo largo de este estudio, se explorarán los factores conductuales que


contribuyen a la perpetración del abuso sexual, así como aquellos que pueden
influir en la victimización. Se examinarán patrones de comportamiento,
mecanismos de refuerzo y contingencias ambientales que moldean y mantienen
esta problemática. Asimismo, se analizarán las posibles intervenciones

2
conductuales, tanto a nivel individual como a nivel comunitario, que pueden
contribuir a la prevención y reducción de casos de abuso sexual hacia las
mujeres.

Es imperativo reconocer que abordar el abuso sexual hacia las mujeres


requiere un compromiso colectivo y una respuesta integral. Este análisis busca
contribuir a la comprensión y abordaje de esta compleja realidad, brindando
herramientas conceptuales y metodológicas que complementen los esfuerzos de
diversos sectores de la sociedad en la erradicación de esta forma de violencia;
en este contexto, es esencial recordar que el análisis aquí planteado es una
aproximación que busca sumarse a un conjunto de perspectivas y enfoques que
tienen como objetivo último la construcción de una sociedad más justa,
igualitaria y libre de violencia para todas las mujeres.

A nivel mundial, se identificó que el problema de abuso sexual a mujeres


persistente, considerando los países más avanzados. Según la investigación del
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, 2020) señala que 120
millones de mujeres aproximadamente de 20 años en todo el mundo fueron
víctimas de abuso sexual obligado y otros actos sexuales coaccionados. Estos
actos, dirigidos hacia menores, ocurrieron en lugares que se consideran
seguros, como comunidades, centros educativos y hogares..
Según un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en
el 2020, aproximadamente un 30% de las mujeres ha experimentado al menos
una vez un episodio de violencia. El informe también señala que el 38% de las
muertes de mujeres están vinculadas a homicidios que ocurren en el contexto de
actos violentos, siendo en su mayoría perpetrados por sus parejas.
En contraste, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha observado
que de cada diez personas víctimas de trata, alrededor de cinco son mujeres
adultas y aproximadamente dos son niñas. La mayoría de las víctimas
identificadas de trata son reclutadas con el propósito de la explotación sexual, lo
que constituye el 92% de los casos. Desde el inicio de la pandemia de
COVID-19, la situación ha afectado de manera desproporcionada a las mujeres,
quienes fueron reclutadas, a menudo tanto en persona como en línea, con la

3
intención de ser explotadas sexualmente, especialmente llevadas a
apartamentos privados (ONU, 2022).

En América Latina, según Pons (2019), se observó una elevada tasa de


feminicidios por cada 100,000 habitantes, destacando un 6.8% en El Salvador,
seguido por un 5.1% en Honduras y un 2.3% en Bolivia. En cuanto a los
informes de abuso sexual, se destaca que el 85.4% de las víctimas en Colombia
son mujeres, y más del 69% de los homicidios de mujeres involucran a personas
conocidas de la víctima. En el año 2019, se documentaron 159 asesinatos de
mujeres. Además, en las zonas rurales, solo un 8.77% informó de casos de
violencia de género. En el caso de Chile, se ha registrado un aumento en la
violencia física.
Según la organización mundial de la salud (OMS, 2021), obtuvo los índices
de violencia sexual de las víctimas a través de encuestas poblacionales.
Entonces como resultado se ha podido evidenciar que una de cada tres (30%)
mujeres en el mundo fueron violentadas física y/o sexualmente por su pareja o
en ocasiones por personas desconocidas.

A nivel de América Latina Bott et al. (2021), manifestaron que en países


como Brasil, Panamá y Uruguay, alrededor del 14% al 17% de las mujeres han
sufrido violencia física y/o sexual, mientras que en Bolivia, este porcentaje es
alarmantemente alto, alcanzando el 58,5%. Además, en 14 países, la incidencia
de esta violencia osciló entre un cuarto y un tercio de las mujeres, y en otros
cuatro países (Colombia, Costa Rica, Ecuador y Estados Unidos), la prevalencia
superó el tercio. Estos datos resaltan la gravedad de la violencia física y sexual
contra las mujeres en varios lugares y subrayan la urgencia de tomar medidas
continuas para combatirla y proteger los derechos y la seguridad de las mujeres.

A nivel nacional, a inicios y fines de 2022, el CEM examinó casos de


violencia sexual (27.362), entre ellos 11.630 casos correspondieron a violación
sexual, 2563 casos correspondieron a conducta modesta y 404 casos de
hostigamiento sexual.
Al igual que el acoso sexual, 370 casos correspondieron a acoso sexual en
lugares públicos, 102 casos corresponden a trata de personas con fines de
4
explotación sexual y 83 casos de pornografía, 17 casos correspondientes a
explotación sexual, 1.408 casos correspondientes a otros tipos de violencia
sexual (Centros Emergencia Mujer [CEM], 2022)

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI, 2019), se


observa un aumento continuo en la cantidad y la gravedad de la violencia
doméstica y el abuso sexual en el Perú. Según un informe, la Policía Nacional
del Perú recibió un total de (222,376) denuncias de violencia doméstica y (7,789)
casos de abuso sexual en el 2018, lo que representa un incremento del 79.3% y
del 26.2%, respectivamente, en comparación con el año 2012. Además, una
encuesta realizada por el INEI reveló que el 63.2% de las mujeres de 15 a 49
años ha experimentado algún tipo de violencia por parte de su pareja en alguna
ocasión. De estas mujeres, el 58.9% sufrió violencia psicológica, el 30.7%
experimentó daño físico y el 6.8% fue víctima de abuso sexual. En respuesta a
esta situación, el Programa Nacional de Lucha contra la Violencia Doméstica y
Sexual (PNCVFS) ha brindado atención a, (133,697) víctimas de violencia
doméstica y sexual desde el año pasado.

A nivel local, según datos del INEI (2019) relacionados con el abuso
sexual, se señala que un 6.8% de las mujeres han declarado haber
experimentado abuso sexual por parte de sus parejas en algún momento.
Dentro de este grupo, un 6.3% afirmó que se vieron forzadas a tener relaciones
sexuales sin su consentimiento, mientras que un 3.4% informó que sus parejas
llevaron a cabo comportamientos sexuales que desaprobaban. Cabe destacar
que las mujeres de edades comprendidas entre los 45 a 49 años reportaron con
mayor frecuencia este tipo de violencia.

Las manifestaciones de violencia contra las mujeres y la extrema


desigualdad más opresión en la que viven las mujeres del mundo, hace que el
derecho a la vida, a la seguridad, a la libertad y a la dignidad constituya un
atentado, presentándose como un obstáculo para el desarrollo de una sociedad
democrática; asimismo se consideró como objetivo principal conocer como
interviene el enfoque cognitivo conductual ante el abuso sexual en la mujer.

5
La importancia del tema, en resumen, abordar el abuso sexual hacia las
mujeres desde una perspectiva cognitivo-conductual es esencial para
comprender, prevenir y tratar este grave problema que afecta a la sociedad en
su conjunto. Asimismo un enfoque cognitivo-conductual puede proporcionar
herramientas efectivas para prevenir el abuso sexual y ayudar a las víctimas a
recuperarse. Al comprender los patrones de pensamiento y comportamiento
asociados con el abuso, se pueden desarrollar estrategias de prevención y
terapia más efectivas. Por otro lado al investigar y hablar sobre el abuso sexual
desde un enfoque cognitivo-conductual, se puede aumentar la conciencia
pública sobre este problema. Esto puede llevar a cambios en el nivel cultura en
general, lo que a su vez puede ayudar a prevenir y abordar el abuso sexual de
manera más efectiva.

6
II. CUERPO DE LA DE LA INVESTIGACIÓN

2.1. Variable 1: Abuso Sexual

2.1.1. Definición de abuso sexual

El abuso sexual se caracteriza por el uso de la fuerza, la coerción, la


manipulación u otros métodos de presión por parte de una persona para
involucrar a alguien en actividades sexuales en contra de su voluntad o sin su
consentimiento. Asimismo, Según la Real Academia Española, nos indica que el
abuso sexual se refiere a cualquier actividad sexual no deseada o insinuación de
naturaleza sexual que se realiza para explotar la sexualidad de una persona
contra su voluntad, independientemente de su relación con el perpetrador y en
cualquier contexto, incluyendo el hogar o el lugar de trabajo. Esta explotación
puede implicar el uso de la fuerza, intimidación psicológica, extorsión o
amenazas, e incluso puede incluir actos de daño físico hacia la víctima. Además,
se considera abuso sexual cuando una persona no está en condiciones de dar
su consentimiento (REA, 2022) .

La violencia es uno de los asuntas más difíciles de plantear, esto implica todo
acto de agresión ya sea física, moral, psicológica o verbal contra un individuo u
objeto; causando así daño físico, perjuicio y daño psicológico esto se da de
manera voluntaria llegando a ejecutar la fuerza y brusquedad contra la víctima.
Así mismo Fiesta (2019) define “la violencia como una intimidación para
conseguir algo, dando lugar al sufrimiento y la muerte de diferentes habitantes”.

Por otro lado la Organización Mundial de la Salud OMS (2017) define la


violencia como: la fuerza física o el uso intencional de la fuerza, ya sea amenaza
o efectivamente cometido, contra uno mismo, otra persona o una comunidad
que cause o tenga la posibilidad de ocasionar daño o muerte, trastornos
psicológicos, alteraciones o privaciones.

Finalmente, “La violencia es agresividad, sí, pero agresividad alterada,


principalmente, por la acción de factores socioculturales que le quitan el carácter
automático y la vuelven una conducta intencional y dañina” (Sanmartín 2006).

7
2.1.2 Tipos de abuso sexual

El abuso sexual hacia las mujeres tiene raíces en una cultura global
discriminatoria que les niega la igualdad de derechos y legitimiza la apropiación
de los cuerpos femeninos para la gratificación personal o política. Cada año la
violencia hogareña y comunitaria destruye las vidas de millones de mujeres.
(Broken Bodies, Shattered Minds: Torture and Ill Treatment of Women, AI, 2001)

Según López et al. (2017) los tipo de abuso sexual son los siguiente:

● Haber sufrido tocamientos: describir una experiencia en la que alguien ha


sido tocado (física) de manera inapropiada o no deseada por otra
persona, lo cual puede tener un impacto emocional y psicológico
significativo en la persona que lo ha experimentado.
● Haber sido obligada a tocar: se refiere a una situación en la que una
persona ha sido forzada o coaccionada a realizar un contacto físico que
no desea. Este tipo de experiencia es considerada una forma de abuso o
acoso sexual y es completamente inaceptable.
● Haber padecido intento de penetración: se refiere a una experiencia en la
que alguien ha sido objeto de un intento no consensuado de penetración
sexual. Este acto constituye una forma grave de agresión sexual y es una
violación de la integridad física y sexual de la persona afectada. Un
intento de penetración implica que alguien ha tratado de introducir algún
objeto o parte de su cuerpo en la cavidad corporal de la víctima sin su
consentimiento.
● Haber padecido penetración: se refiere a una experiencia en la que alguien
ha sufrido una penetración sexual no consensuada. Este término implica
que una persona ha sido forzada o coaccionada a tener relaciones
sexuales que no deseaba, lo que constituye una grave forma de agresión
sexual.

8
2.1.3. Causas del abuso sexual

La Organización Mundial de la Salud OMS (2013) afirma que la relación


entre factores que aumentan la probabilidad de violencia sexual contra las
mujeres es complicada debido a las múltiples maneras en que esta violencia
puede manifestarse y a la variedad de situaciones en las que ocurre. El enfoque
ecológico, que sostiene que la violencia surge como consecuencia de influencias
presentes en cuatro niveles: personal, interpersonales, comunitarios y sociales,
resulta beneficioso para entender cómo estos factores interactúan tanto dentro
de cada nivel como entre ellos. Algunos factores son:

● Factores individuales y relacionales: La exploración de los elementos que


incrementan la probabilidad de que los hombres se involucren en
comportamientos de violencia sexual es un campo de estudio
relativamente nuevo, y se enfoca principalmente en hombres que han
sido detenidos, especialmente por cometer violaciones.
● Factores comunitarios y sociales: Desde un punto de vista de salud
pública, los factores a nivel comunitario y social pueden ser de mayor
relevancia al buscar estrategias de prevención de la violencia sexual
antes de que ocurra. Esto se debe a que la sociedad y la cultura pueden
respaldar y mantener creencias que promueven la aceptación de la
violencia.

2.1.4. Consecuencias del abuso sexual.

El abuso sexual incluye cualquier actividad física o verbal relacionada


con nuestra vida sexual que se realice sin el debido consentimiento, este tipo de
violencia incluye, por ejemplo, el acoso, el exhibicionismo o el incesto. Los
indicios de un abuso sexual son problemas para conciliar, estres luego del
trauma, pesadillas, confusiones, ira, entre otros. Asimismo, Rivera Castañeda
(2020) no indica que “la imagen del niño que tiene de sí mismo se ve afectada
por el abuso sexual, ponen en peligro la imagen del menor de edad,
perjudicando su desarrollo sicológico, sexual y social del niño o adolescente”.

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Por consiguiente, las consecuencias psicológicas para las personas que
sufren este tipo de abuso están relacionadas con trastornos o secuelas
postraumáticas. Por ello, Escudero (2017) nos señala que: “la falta de ánimo,
desesperación y angustia que los pueden llevar a pensar en el suicidio o
intentar suicidarse”. Durante el tiempo experimentan diversos efectos para su
futuro en el proceso de adaptación de sí mismos y aceptar el abuso para que
puedan seguir con su vida .

La violencia y agresiones sexuales en el sexo femenino tiene una


repercusión considerable afectando de forma temporal o permanente tanto en
problemas físicos como reproductivos, perjudicando de manera económica y
social. Es así que la Organización Mundial de la Salud (OMS- 2021) concluye
que la violencia de pareja (física, sexual y psicológica) y las agresiones sexuales
provocan en las mujeres graves problemas de salud física, mental, sexual y
reproductiva a corto y largo plazo. En resumen, la violencia de pareja puede
llevar a lesiones físicas, causar embarazos no planeados, provocar abortos,
generar complicaciones ginecológicas y resultar en infecciones de transmisión
sexual, incluyendo el VIH. En consecuencia probabilidad de abortos
involuntarios, muertes fetales.

Es así que Rodriguez (2012) en su investigaciòn durante 5 años, no dan


como resultados que la violencia sexual trae como consecuencias problemas
emocionales haciendo hincapié en su alta prevalencia, se observa con mayor
frecuencia el trastorno de estrés postraumático y el trastorno de personalidad
límite. El ámbito de las relaciones entre individuos es generalmente uno de los
más impactados, tanto en el corto plazo como en el largo plazo. Una de las
cuestiones que con mayor frecuencia impacta en las funciones físicas de estas
víctimas son los dolores físicos que no tienen una causa médica justificada. (pp
61, 62).

Está claro que la violencia y abuso sexual es un riesgo para toda la


población incluyendo menores de edad, la violencia ejercida puede dar origen a
diversas discapacidades, trastornos y comportamientos que pueden repercutir
durante toda la vida.

10
2.1.5. Impacto de la violencia sexual

Según Rodríguez (2022), la violencia sexual tiene un impacto devastador


en las víctimas y en la sociedad en su conjunto. Aquí se presentan algunos de
los impactos más significativos:

● Impacto en la salud mental: Las víctimas de violencia sexual a


menudo presentan y experimentan una amplia gama de problemas
de salud mental, que pueden incluir trastorno de estrés
postraumático , depresión, ansiedad, pensamientos suicidas y
autolesiones.

Estos trastornos pueden persistir a lo largo de la vida si no se


abordan o se trabajan adecuadamente.

● Trauma a largo plazo: El trauma causado por la violencia sexual


puede tener un efecto duradero en la vida de las víctimas. Puede
afectar sus relaciones interpersonales, su capacidad para confiar
en otros y su autoestima. También puede influir en sus elecciones
de vida y en su bienestar general.
● Problemas físicos: La violencia sexual puede ocasionar lesiones
físicas evidentes y, al mismo tiempo, tener efectos negativos en la
salud física a largo plazo. Esto puede manifestarse a través de
dificultades en la salud sexual y reproductiva, la posibilidad de
contraer infecciones de transmisión sexual y experimentar
embarazos no planificados (víctima).
● Desconfianza en el sistema de justicia: Muchas víctimas de
violencia sexual no denuncian el abuso por temor a la
revictimización, la falta de apoyo o la desconfianza en el sistema
de justicia. Esto puede socavar la capacidad del sistema legal para
enjuiciar a los agresores y proporcionar justicia.
● Ciclo de violencia: En ciertas familias o comunidades, la violencia
sexual puede dar lugar a un patrón recurrente de abuso, ya que las
personas afectadas pueden encontrar obstáculos para hablar

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sobre ello o buscar apoyo. Este ciclo puede conducir a que las
generaciones futuras se vean expuestas a situaciones similares.
● Consecuencias económicas: Las vÌctimas que han sufrido en algun
momento de su vida violencia sexual a menudo se encuentran con
gastos considerables en atención médica y terapia. Además, el
trauma puede perjudicar su capacidad para desempeñarse en el
ámbito laboral y mantener empleos de manera constante, lo que
puede resultar en desafíos económicos a largo plazo.
● Impacto en la sociedad: La violencia sexual tiene un impacto más
amplio en la sociedad, ya que crea un ambiente de miedo e
inseguridad. También tiene costos económicos y de salud pública
significativos, ya que requiere recursos para la atención médica, la
terapia y la prevención.

La violencia sexual tiene un impacto profundo y multifacético en las


víctimas y en la sociedad en general. Es importante abordar esta
problemática de manera integral, como tambíen brindar apoyo a
las víctimas, promoviendo la prevención y trabajando para cambiar
las normas culturales y sociales que perpetúan la violencia sexual.

2.2. Variable 2: Enfoque cognitivo conductual

2.2.1. Definición de Cognitivo-Conductual

Para Beck (2015) el enfoque cognitivo se basa en la idea de que no es la


situación en sí la que directamente influye en cómo uno se siente y actúa, sino
más bien la interpretación que se hace de esa situación. En contraste, el modelo
cognitivo-conductual no solo se enfoca en los procesos de pensamiento, sino
que también presta atención a las emociones y a los procesos motivacionales
complejos. Por lo tanto, se sustenta en la noción de que el comportamiento
puede ser resultado de las cogniciones, y la modificación del comportamiento
sólo puede lograrse al cambiar los procesos cognitivos disfuncionales. Por
consiguiente el enfoque cognitivo-conductual es un enfoque de tratamiento
respaldado por evidencia empírica, ya que hay abundante prueba de su utilidad

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y eficacia, y se ha aplicado en una variedad de trastornos. (Guerra y Barrera,
2017)

2.2.2. Teorías de Cognitivo-Conductual

La teoría cognitiva-conductual desarrollada por Albert Bandura se


constituye como un enfoque teórico que pone énfasis en la relación entre los
procesos mentales y la conducta humana. Esta teoría ha encontrado aplicación
en una variedad de campos, que incluyen la psicología, la educación y la
terapia; cabe señalar que, la teoría cognitiva-conductual de Albert Bandura se
enfoca en cómo los pensamientos y las acciones interactúan para influir en el
comportamiento humano; según esta teoría, no solo estamos influenciados por
lo que hacemos y el entorno en el que nos encontramos, sino también por cómo
pensamos y lo que creemos sobre nuestras habilidades. Bandura introdujo el
concepto de autoeficacia, que se refiere a cuán seguros nos sentimos acerca de
nuestras habilidades para realizar ciertas tareas; así mismo, esta teoría destaca
la importancia de la observación y la autorregulación en la forma en que
aprendemos y ejecutamos comportamientos (Pascual, 2009)
Por lo tanto, existen modelos explicativos que ayudan a comprender
cómo las cogniciones influyen en la violencia, tanto en quienes la experimentan
como en quienes la perpetran. Cada grupo tiene sus propias cogniciones que
contribuyen a su participación en actos violentos, y la teoría cognitivo-conductual
es una de las herramientas que nos permite entender la violencia desde esta
perspectiva; Por lo consiguiente esta teoría se utiliza para explicar por qué
algunas personas son propensas a la violencia o a ser víctimas de actos
violentos de manera repetida (Morales et al., 2019)

Por otro lado, Munto et al (1999) menciona la teoría de la atribución;


proporciona un enfoque para comprender la conducta humana y puede aplicarse
para explicar una amplia gama de comportamientos y decisiones. Esta teoría
nos ayuda a entender por qué una persona puede experimentar depresión,
sentirse feliz, percibir presión en el trabajo, esforzarse o no en sus tareas, elegir
una marca de producto en particular en lugar de otra, adoptar o abandonar
hábitos de vida relacionados con su salud y bienestar, o juzgar la conducta de
otros en función de las causas que le atribuyen a su comportamiento. En
13
resumen, la teoría de la atribución es relevante en diversos campos como la
educación, el trabajo, la psicología clínica y el sistema legal, ya que nos ayuda a
comprender por qué las personas actúan de ciertas maneras y cómo
interpretamos sus acciones (Bermúdez y Pérez, 1985)

La teoría de la atribución, que se utiliza para comprender por qué las personas
explican los eventos y comportamientos de ciertas maneras, puede tener una
relación importante con la violencia en diversos contextos. Aquí hay algunas
formas en las que la teoría de la atribución se relaciona con la violencia:

● Atribuciones sobre causas de la violencia: Las personas pueden atribuir


causas específicas a la violencia, como problemas de salud mental,
entorno familiar, estrés o factores sociales. Estas atribuciones pueden
influir en cómo se aborda y se trata a los individuos violentos.
● Atribuciones sobre las víctimas: Las personas también pueden hacer
atribuciones sobre las víctimas de la violencia, como culparlas por su
situación o atribuir la responsabilidad de su victimización a factores
externos. Estas atribuciones pueden afectar la forma en que se apoya a
las víctimas y se abordan sus necesidades.
● Atribuciones en contextos judiciales: En contextos legales, como los
tribunales, las atribuciones sobre la culpabilidad de los perpetradores de
violencia pueden ser cruciales para determinar las penas y las medidas
de rehabilitación.
● Atribuciones en la prevención de la violencia: Comprender las
atribuciones que las personas hacen sobre la violencia puede ser útil en
la prevención, ya que permite abordar las percepciones erróneas o
sesgadas que puedan contribuir a la violencia.

2.2.3. Aplicaciones del Enfoque Cognitivo-Conductual

Aplicación cognitivo-conductual se basa en la idea de que no es la


situación en sí la que determina nuestra respuesta, sino la interpretación que
damos a esa situación. Este modelo terapéutico no solo considera los procesos
de pensamiento, sino también las emociones y motivaciones complejas. Su

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objetivo principal es cambiar los patrones cognitivos disfuncionales para aliviar
los síntomas. Este enfoque ha demostrado ser efectivo en una variedad de
trastornos, incluyendo la depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés
postraumático (TEPT). Específicamente, la técnica de inoculación al estrés ha
mostrado ser particularmente útil en el caso del TEPT. Esta técnica combina la
enseñanza, la reestructuración cognitiva y otras estrategias para desarrollar
habilidades de afrontamiento a largo plazo. (Soto et al., 2022).

Indica la efectividad del entrenamiento en inoculación del


estrés para disminuir los síntomas del TEPT ha sido confirmada.
especialmente tras sufrir eventos altamente estresantes como una
violación sexual. Al analizar los resultados de las evaluaciones de diez
mujeres que participaron en el tratamiento después de este trauma, se
notaron mejoras significativas en los síntomas del TEPT después de
aplicar la EGS-R de Echeburúa (2016). Las conclusiones obtenidas
respaldan la consecución de los objetivos establecidos en el tratamiento y
corroboran la hipótesis planteada en la investigación. Las mujeres que
cumplían con los criterios clínicos para el TEPT experimentaron una
disminución tanto en la frecuencia como en la intensidad de los síntomas,
lo que resultó en una notable mejoría en su funcionamiento en la vida
diaria. Esto se tradujo en un regreso a actividades previamente
abandonadas y en mejoras en las relaciones familiares, de pareja,
laborales y sociales. (pp.9).

Finalmente utilizando técnicas como la reestructuración cognitiva y la


exposición en imaginación, demostró ser altamente eficaz. El estudio resalta la
efectividad de la terapia cognitivo-conductual, especialmente la técnica de
inoculación al estrés, en el tratamiento del TEPT post eventos traumáticos.Los
datos indican un notable aumento en la calidad de vida de las mujeres que
fueron evaluadas.

15
III. CONCLUSIONES

Las conclusiones fundamentales en relación al abuso sexual hacia las mujeres


desde un enfoque cognitivo-conductual son las siguientes:

1) Finalmente concluimos que el abuso sexual hacia las mujeres se


presenta como un desafío complejo y urgente en la sociedad
contemporánea del siglo XXI. Las estadísticas revelan una triste realidad
de violencia y explotación sexual que afecta a mujeres de diversos grupos
demográficos. Este problema arraigado en patrones culturales y
desequilibrios de poder requiere una atención integral y acciones
colectivas.

2) Este trabajo se centra en analizar el abuso sexual desde una perspectiva


cognitivo-conductual, reconociendo su complejidad y complementando el
análisis con otras perspectivas. Se enfatiza la importancia de abordar no
solo los aspectos psicológicos y emocionales, sino también los factores
sociales y culturales que perpetúan el abuso.

3) Se exploran los factores conductuales que contribuyen a la perpetración


del abuso sexual y aquellos que pueden influir en la victimización. El
enfoque cognitivo-conductual se presenta como una herramienta valiosa
para comprender y modificar patrones de pensamiento y comportamiento
asociados al abuso.

4) Las consecuencias del abuso sexual, a nivel individual y societal, son


devastadoras. Desde problemas de salud mental hasta impactos
económicos, la violencia sexual deja huellas profundas en las víctimas y
en la sociedad en general. El enfoque cognitivo-conductual no solo ofrece
estrategias de intervención y tratamiento, sino que también destaca la
importancia de cambiar percepciones y atribuciones que perpetúan la
violencia.

5) La teoría cognitivo-conductual, junto con otras como la teoría de la


atribución, proporciona herramientas para entender las causas del abuso
y abordarlas de manera efectiva. Además, las aplicaciones prácticas del
enfoque cognitivo-conductual, como la técnica de inoculación al estrés,
demuestran su eficacia en el tratamiento de las secuelas del abuso
sexual.

6) En última instancia, la comprensión y abordaje del abuso sexual hacia


las mujeres demanda un compromiso colectivo, enfoques

16
multidisciplinarios y una respuesta integral que considere tanto las
dimensiones individuales como las estructuras sociales. Este análisis
busca contribuir a la construcción de una sociedad más justa, igualitaria y
libre de violencia para todas las mujeres, reconociendo el papel
fundamental del enfoque cognitivo-conductual en este proceso.

REFERENCIAS

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España:
GEDISA.https://www.google.com.pe/books/edition/Terapia_cognitiva/7
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https://tuvntana.files.wordpress.com/2015/06/psicologia-de-la-persona
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interpersonales. Psicólogos en Madrid.
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ANEXOS

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