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EL AUTISMO EN EL AULA: LAS NECESIDADES ESPECIALES DEL

ALUMNO CON TEA


El TEA (Trastorno del Espectro Autista) es un trastorno del
neurodesarrollo que empieza a manifestarse alrededor de los dos
primeros años del niño y se extiende durante el resto de su ciclo vital.
Las áreas más afectadas son las capacidades de interacción social y
comunicativa y la regulación flexible de sus pensamientos y
conductas.
Un alumno con TEA no buscará relacionarse con sus iguales; y, si lo
hace, su manera de interactuar puede ser inapropiada. Ambas
situaciones podrían conllevar al aislamiento y el acoso en el aula de
dicho alumno. 
Otras características del niño autista, que interfieren en la inclusión
dentro del aula, es la presentación de patrones de pensamiento y
movimientos repetitivos (balanceo, cerrar y abrir puertas…), una
hiperreactividad ante ciertos estímulos, la dificultad para la comprensión
del lenguaje simbólico o para empatizar.
No obstante, los síntomas del TEA son muy heterogéneos.  No todos
los alumnos que sufren autismo manifiestan las mismas alteraciones
cognitivo y conductuales, ni en el mismo grado. Por lo tanto, es
fundamental que el equipo docente y especializado adapte el programa
de intervención atendiendo las necesidades específicas y
personales del alumno y potencie aquellos rasgos que beneficiarán su
inclusión en la escuela. 

CÓMO POTENCIAR EL APRENDIZAJE EN NIÑOS AUTISTAS:


ACTIVIDADES EN EL AULA
Para abordar correctamente el autismo en el aula y lograr una buena
inclusión del alumno con TEA en las dinámicas de clase, es necesario
que el docente respete, valore y comprenda las necesidades de dicho
alumnado; que se implique en el trabajo del equipo experto y se muestre
flexible en su labor pedagógica, con el único fin de cubrir todas las
necesidades del alumno. 

Entre las actividades y estrategias que se pueden realizar a favor de


la buena adaptación del alumno autista, caben destacar:

AUTISMO
1. La estructuración del entorno para que sea predecible por parte
del alumno y se sienta seguro emocionalmente. La creación de
rutinas, así como el diseño de una agenda con pictogramas,
fotos o dibujos ayudarán al niño autista a anticiparse y

EN LAS
comprender la secuencia de las acciones que requiere una
tarea; también, a la identificación de las emociones propias y de
los iguales.
2. El uso de apoyos visuales para facilitar las enseñanzas

AULAS (programa TEACCH) y la incorporación de programas de


comunicación y competencia social como el Programa de
Comunicación Total, donde se asocian signos a vocalizaciones.
3. Siguiendo la metodología anterior, son de vital importancia
los apoyos visuales (historietas, cómics y vídeos) para
mejorar la comprensión por parte del alumno de las situaciones
sociales e impulsar la imitación de conductas adecuadas.
CONTACTO 4. En las fichas de trabajo del alumno también se debe incluir la
secuencia de tareas, paso a paso, con claridad y dibujos de
apoyo.
5. Por último, se aconseja crear un “círculo de amigos” del
entorno al alumno con TEA: un grupo de compañeros que interactúen y le guíen en los entornos más abiertos
(el patio, el comedor escolar o durante los cambios de clase).

 Sin duda, el autismo dentro del aula ordinaria supone un reto para el profesor; pero no hay que olvidar que la presencia
del niño autista también contribuye al enriquecimiento social, personal y emocional del resto de los integrantes de
la comunidad educativa. Saber cómo tratar este trastorno e incorporar actividades que permitan la inclusión educativa y
social del alumno autista requieren de formación y competencias específicas para responder de forma eficaz a las
demandas que plantean los alumnos con una necesidad educativa especial.

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