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El documento resume la doctrina cristiana de la salvación, explicando que es la obra completa de Dios mediante la cual rescata al hombre del pecado y le otorga la vida eterna. Describe que la salvación ofrecida en la Biblia excede a cualquier otra debido a que incluye la regeneración, santificación y glorificación. También explica que la única solución para el pecado es la sangre de Cristo y que la salvación depende únicamente de creer en él, no de obras. Finalmente, destaca la importancia de comprender claramente la
El documento resume la doctrina cristiana de la salvación, explicando que es la obra completa de Dios mediante la cual rescata al hombre del pecado y le otorga la vida eterna. Describe que la salvación ofrecida en la Biblia excede a cualquier otra debido a que incluye la regeneración, santificación y glorificación. También explica que la única solución para el pecado es la sangre de Cristo y que la salvación depende únicamente de creer en él, no de obras. Finalmente, destaca la importancia de comprender claramente la
El documento resume la doctrina cristiana de la salvación, explicando que es la obra completa de Dios mediante la cual rescata al hombre del pecado y le otorga la vida eterna. Describe que la salvación ofrecida en la Biblia excede a cualquier otra debido a que incluye la regeneración, santificación y glorificación. También explica que la única solución para el pecado es la sangre de Cristo y que la salvación depende únicamente de creer en él, no de obras. Finalmente, destaca la importancia de comprender claramente la
La revelación divina en cuanto a la salvación debería ser dominada por cada
hijo de Dios: puesto que la salvación personal depende de ello, es el mensaje que Dios ha comisionado al creyente a proclamar al mundo, y descubre la completa medida del amor de Dios. De acuerdo a su amplio significado como se usa en la Escritura, la palabra “salvación” representa la obra total de Dios por medio de la cual él rescata al hombre de la ruina eterna y sentencia del pecado y le confiere las riquezas de su gracia, incluyendo la vida eterna ahora y en la gloria eternal en los cielos. La salvación es de Jehová. Por lo tanto, en cada aspecto es una obra de Dios en favor del hombre, y no es en ningún sentido una obra del a favor de Dios. La salvación ofrecida a los hombres en la edad presente no solamente está revelada más completamente en la biblia en cuanto a sus detalles, sino que también excede grandemente cualquier otra obra salvadora de Dios en las maravillas que lleva a cabo, puesto que la salvación que se ofrece en la edad presente incluye cada una de las fases de la obra de la gracia de Dios tal como el morar, el sellar y el bautismo del Espíritu Santo. Aun cuando se hacen ciertas distinciones en la doctrina bíblica del pecado, hay dos hechos universales que deben considerarse en primer lugar: 1. El pecado es siempre condenable, ya sea que lo cometa el salvaje o el civilizado, el no regenerado o el regenerado. 2. El único remedio para el pecado está en la sangre derramada del Hijo de Dios. La salvación como la obra terminada de Cristo: cuando se contempla la obra de Dios para los hombres perdidos, es importante distinguir entre la obra acabada de Cristo por todos, la cual está completa en una perfección infinita, y la obra salvadora de Dios, la cual es aplicada para y en el individuo en el momento en que él cree en Cristo. “Consumado es” es la última frase registrada de Cristo antes de su muerte. Es evidente que el no se estaba refiriendo a su propia vida, su servicio o su sufrimiento; sino más bien a una obra especial la cual su Padre le había dado para hacer, la ni aun había comenzado hasta que el estuvo en la cruz y que fue completada cuando murió. Esto era definitivamente una obra para todo el mundo y proveyó redención, reconciliación, y propiciación para cada hombre. La salvación como obra salvadora de Dios: la obra salvadora de Dios, la cual se cumple en el momento en que uno cree, incluye varias fases de la obra de Dios en la gracia: redención, reconciliación, propiciación, perdón, regeneración, imputación, justificación, santificación, perfección, glorificación. Por medio de ella somos hechos capaces de ser partícipes de la herencia de los santos, hechos aceptos en el Amado, hechos hijos de Dios, hechos ciudadanos de los cielos, hechos familia de Dios, hechos justicia de Dios, hechos cercanos a Dios y hechos completos Cristo. El hijo de Dios ha sido liberado del poder de las tinieblas y trasladado al reino del amado Hijo de Dios, y ahora posee toda bendición espiritual. La salvación esta condicionada solamente por la fe: en unos 115 pasajes del Nuevo Testamento se declara que la salvación del pecador depende solo de creer, y en aproximadamente 35 pasajes se dice que depende de la fe, lo cual es un sinónimo de creer. Creyendo, un individuo ejerce el deseo de confiar en Cristo. Es un acto del hombre en su totalidad, no solamente de su intelecto o su emoción. Mientras que el asentimiento no proviene de la fe real, y es meramente una motivación de las emociones, por lo tanto, escasa en fe, el creer es un acto definido en el cual el individuo desea recibir a Cristo por la fe. Puesto que la salvación del poder del pecado es una provisión de la gracia de Dios para los que ya son salvos de la culpa y de la pena del pecado, la doctrina que en este capítulo consideramos se limita en su aplicación solamente en los regenerados. Aunque ya están salvos y seguros en Cristo, los cristianos tienen todavía la disposición a pecar y cometer pecados, de esto tenemos pruebas abundantes en las escrituras y en la experiencia humana. Basándose en el hecho de que los cristianos pecan, el Nuevo Testamento procede a explicar cuál es el camino divinamente trazado para que el Hijo de Dios se libere del poder del pecado. Por suponer que el cristiano no debiera pecar ni tener la inclinación al pecado, muchos creyentes que no han alcanzado la madurez espiritual se alarman y confunden y aun dudan de su salvación, cuando descubren en su vida el poder dominante del pecado. Es una actitud positiva que se preocupen del pecado, debido a la ofensa que éste ocasiona a la santidad de Dios; pero en lugar de poner en duda su salvación o entregarse a la práctica del pecado, debieran escudriñar lo que Dios en su gracia ha provisto para que los suyos puedan liberarse del dominio del pecado. Con excepción del plan de salvación no hay otro tema más importante que demande un conocimiento cabal por la mente humana que el plan divino por el cual un cristiano puede vivir para la gloria de Dios. La ignorancia y el error pueden resultar en un trágico error espiritual. En la predicación del evangelio existe una gran necesidad de claridad en la exposición de la doctrina bíblica de la salvación del poder del pecado. En la experiencia cristiana, la seguridad de que uno es salvo por la fe en Cristo es esencial para el cumplimiento de todo el programa de crecimiento en la gracia y el conocimiento de Cristo. La seguridad es asunto de experiencia y se relaciona con la confianza personal en la salvación presente. No se debe confundir con la doctrina de la seguridad eterna del creyente. La seguridad eterna es una cuestión de doctrina, mientras la seguridad presente es un asunto de lo que la persona cree en un momento dado acerca de su salvación personal. Para tener una verdadera seguridad de salvación es esencial tener una clara comprensión de lo que Cristo obtuvo por medio de su muerte en la cruz. La salvación no es una obra del hombre para agradar a Dios, sino una obra de Dios en favor del hombre. Depende completamente de la gracia divina, sin tener en consideración ningún merito humano. La persona que comprende que Cristo murió en su favor y proveyó una salvación completa que se ofrece a cualquiera que cree sinceramente en Cristo, puede tener la seguridad de su salvación en cuanto cumple la condición de confiar en Cristo como Salvador. En muchos casos la falta de seguridad se debe a una comprensión incompleta de la naturaleza de la salvación. Una vez que se ha comprendido que la salvación es un obsequio que no puede obtenerse por esfuerzos humanos, que no puede merecerse y que está disponible como un don de Dios para todo aquel que la reciba por fe, se ha echado una base adecuada para la seguridad de la salvación, y la cuestión se resuelve por sí en la respuesta a la pregunta de que si uno ha creído realmente en Cristo. Esta pregunta puede ser respondida por las confirmaciones que se encuentran en la experiencia cristiana de una persona que ha recibido la salvación. La confianza de la veracidad de la Biblia y en el cumplimiento cierto de sus promesas de salvación es esencial para tener la seguridad de la salvación. Por sobre toda experiencia y aparte de cualquier experiencia que el cristiano pueda tener, experiencia que a menudo es muy definida a causa de la carnalidad, se ha dado la evidencia permanente de la infalible Palabra de Dios. El apóstol Juan se dirige a los creyentes en lo siguientes términos: estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna. Por medio de este pasaaje se da seguridad a todo creyente, carnal o espiritual por igual, para que sepan que tienen vida eterna. Esta seguridad se hace descansar, no en experiencias cambiantes, sino sobre las cosas que están escritas en la inmutable Palabra de Dios. INSTITUTO BIBLICO BEREA
CAMPUS CENTRAL –HUEHUETENANGO
CURSO: Soteriología.
PASTOR: Adolfo Luttman.
ACTIVIDAD:
Resumen del libro “Grandes Temas Bíblicos” de Lewis Sperry Chafer.
Obras escogidas de Tertuliano: Apología contra los gentiles. Exhortación a los mártires. Virtud de la paciencia. La oración cristiana. La respuesta a los judíos