Está en la página 1de 5

Alegoría de la caverna de platón

Platón plantea una metáfora continuada sobre la realidad de nuestro conocimiento que
habla de unos prisioneros que están en el fondo de una caverna con los ojos y el cuerpo
bastante acostumbrados a la oscuridad de su ambiente, se coloca un fuego que ayudará para
que objetos de ese lado sean manipuladas por personas brindándoles a los prisioneros
sombras proyectadas que tomarán como real, pues para ellos lo que ven es lo que en verdad
sucede fuera. Todo cambia cuando un prisionero se libera y decide escalar hacia el fuego
para poder ver con claridad lo que él logra ver desde el interior de la cueva, al principio la
luz lo ciega y decide volver un poco a la oscuridad hasta que se acostumbren sus ojos al
resplandor y cuando lo hacen ve las sobras de las cosas y a las personas que le hacían ver
algo que no es real; es en ese momento que mira el sol, la luna, el sol y se maravilla por lo
que ve considerándolo como algo superior a lo que por tanto tiempo se acostumbró.
Entusiasmado decide volver a la caverna, pero se da cuenta que a sus ojos les cuesta ver
entre tanta oscuridad, pero aun así cuando encuentra a los otros prisioneros trata de
convencerlos de que suban con él y asciendan a la realidad, pero los otros prisioneros se
niegan creyendo que él viaje lo ha dañado y deciden no acompañarlo.
A pesar delo vieja que es la historia retrata muchas realidades que vivimos, por ejemplo,
cuando los científicos demostraron que el calentamiento global y la descomposición del
clima como lo conocíamos eran lo que hacía que los polos se estuviesen derritiendo y que
muchas ciudades se inundasen entre muchos más fenómenos climáticos fueron tomados por
los altos mandos de su país para que desmintiesen sus investigaciones y dejaran de asustar a
la sociedad poniendo así a miles y miles de personas en contra de ellos. Los científicos y
quienes creyeron los datos serían el prisionero que vio las estrellas, las personas que
ridiculizaron su investigación serían los prisioneros que prefieren estar en la caverna y no
fuera de ella y el gobierno serían las personas detrás del fuego. Si no supiste de esta noticia
espero que al menos hayas visto la película de “No mires arriba” con Jennifer Lawrence y
Leo Di Caprio donde se habla de algo similar.
Diferencia entre sofistas y filósofos
Los sofistas eran aquellos a los que por un tiempo se les conoció como maestros en
sabiduría, pero no eran más que hombres que sin saber el origen de las cosas buscaban
imponer y convencer a la sociedad haciendo uso de su gran habilidad para la palabrería,
pero para que él pudiese brindar sus conocimientos a alguien le pedía a cambio su dinero,
“educando” únicamente a los hijos de la élite, pero sin un interés real porque sus alumnos
generaran conocimientos.
Por otro lado, los filósofos son aquellos que piensan, cuestionan, analizan y concluyen sus
conceptos guiados por la coherencia y la lógica de lo que se piensa y se dice, exponiéndolos
a quienes quisiesen oírlos usando el método inductivo, de lo particular a lo general y el
método deductivo, de lo general a lo particular sin necesidad de obtener un beneficio
económico por enseñar las cosas que había aprendido, generando así un conocimiento y un
cuestionamiento propio de quien lo oyese.
Seguramente te ha tocado ver que, en redes sociales, como tik tok, encontramos a gente
comentando sobre algún tema de interés (cine, arte, política, entre otros) que lo hace de
manera muy objetiva, te cuenta no solo su experiencia y lo que significa para él lo que vio,
sino que también te invita al diálogo para que tu comentes tus propias experiencias y
perspectivas, ese sería el filósofo. El sofista es aquel que le hace dúo a su video o que busca
desmentir lo que él o ella dice solo porque su opinión vale más que la de la otra persona,
pues desde su perspectiva él o ella sabe todo sobre el tema y no puede permitir que alguien
de una opinión diferente a la suya.
El sadhu que lleva 48 horas con el brazo levantado
Es muy común oír decir que alguien actúa bajo impulsos y no con la razón, de hecho, es
usual criticar a aquellas personas que actúan bajo unos o los otros o que realizan acciones
penitenciaras que a muchas personas en muchas culturas les resultaría bárbaro o un acto de
sin sentido en contra de ciertas necesidades a cubrir que van desde lo más básico hasta lo
más complejo que podría querer un ser humano, en efecto podríamos entablar una
conversación con personas que están acostumbradas a cubrir sus necesidades sin
importarles la prudencia con la que lo hacen y llegarían a burlarse o a criticar duramente lo
que los sadhu hacen para consigo mismos y estoy seguro de que si hablásemos con un
sadhu este también encontraría un problema en el actuar de estas otras personas.
Podríamos incluso, considerar que la voluntad de estos monjes es en extremo poderosa,
pues con esta logran dominarse a sí mismos evitando así cayendo en que la parte más
visceral de su ser sea quien los domine a ellos, es decir se vuelve el conductor de sus
pasiones y su vida, en lugar de ser esclavo de estos; siguiendo con el dogma socrático
podría decirse que tienen al menos, una cantidad considerable de conocimiento para poder
dominarse en su totalidad, sin embargo, con respecto a pensar por sí mismos y a generar un
auto cuestionamiento continuo creo que encontraríamos una pequeña grieta en la utilización
que estos monjes le dan, ya que aunque es verdad que continuamente se cuestionan sobre
sus acciones no parecen cuestionarse mucho sobre el amplio campo que vendría abarcando
la toma de una sola decisión y hablando de pensar sobre sí mismos, aunque es cierto que
cada uno ya pensó en su penitencia en relación a un denominado acto esto se ve dirigido
por un pensamiento impuesto aún más grande de lo que podríamos imaginar pues es la
moral la que guía y aplaude su actuar, no la ética.
De cualquier modo, la postura que creo Sócrates tendría ante los actos de los sadhu estaría
dividida en dos partes, por un lado él podría considerar interesante y fuerte incluso el hecho
de que son estas personas las que ejercen control sobre si mismas sin dejar que el efecto de
la voluntad débil se presente ante ellos y les haga flaquear en su actuar; por otro lado podría
considerarlo un poco extremo el llegar a hablar de penitenciar al cuerpo mismo puesto que
para él vendría siendo más valioso el que ellos supiesen que está mal o que se está haciendo
para que se actuase para combatir contra ello en base a conocer las resoluciones, no en base
a atentar contra uno mismo pues es uno quien está actuando en ese mal.
Prosiguiendo con este análisis y pensando en la nota del monje sadhu y su brazo podría
decir que es la razón quien actúa en el razonamiento de estos monjes y haciendo uso de la
alegoría de la auriga alada de platón se dice que, el auriga en el cuerpo ya humano lleva un
control bastante admirable con respecto a lo que vendría siendo la parte concupiscible, el
caballo negro o malo, del cuerpo. Pero también maneja tal aprehensión sobre sí mismo que
cae en no actuar con prudencia y bajo el no ejercer la virtud con la moderación debida, esto
es porque se privan (hasta cierto punto) de las pasiones racionales al no pensar en que mal
podrían estar causándose aparte del daño ya antes provocado, como el hombre de la nota
quien termino por, de una u otra forma, en matar a su brazo por la paz mundial y en honor a
Shiva, está más que claro que el hombre solo pensó en castigarse en pos de estos propósitos
mayores llegando así al descuido de lo más valioso para honrar estos propósitos, su ser.
Si bien consideramos que al morir el auriga deberá manejar a ambos caballos, en el caso del
gran dominio que podría tener este sobre el caballo negro se vería interrumpido por el
desequilibrio que generó entre las tres partes de su alma.
Continuando con lo anterior se diría que el papel que vendrían teniendo la voluntad, la
razón y los apetitos serían: la convicción y la determinación que tuvo para mantener su
brazo alzado a pesar del dolor que la acción le acusase a su cuerpo, la firmeza que tuvo que
ejercer ante cualquier atisbo de flaqueza y los deseos de rendirle culto a Shiva, el apoyo a la
paz mundial y todo aquello que le apareciese en el camino para volverlo aún más
apasionado con su actuar, respectivamente.
Ahora bien, haciendo uso de la ética platónica se podría decir que este actuar es un tanto
simple y hasta hiriente para el alma puesto que, como ya he mencionado con anterioridad,
aunque se consideraría admirable el dominio que ejercen estos monjes sobre su cuerpo o
incluso sobre sus pasiones irracionales, el o los actos perderían toda o casi toda su validez
por el hecho de que también está reprimiéndolas pasiones racionales, entre ellas la justicia,
las cuales son muy importantes en la ética platónica puesto que la justicia la debemos de
tener para con nosotros mismos y actuar con base en ella y no combatir fuego con fuego,
por ejemplo, el monje sadhu de la nota se auto paralizó el brazo para apoyar la lucha por la
paz mundial y aunque es cautivadora tal convicción está combatiendo una injusticia con
una injusticia contra sí mismo, algo que Platón claramente decía que no debía suceder; con
respecto a la armonía que las tres partes del alma deberían de tener no se vislumbra con
claridad la ejecución de esta pues como ya dije con anterioridad genera un desequilibrio al
no trabajar las tres por igual al inclinarse al cuidado y potenciación de una sola. Por otro
lado, la integridad queda totalmente por los suelos hablándose de estos hombres puesto que,
si consideramos a la integridad como una cualidad virginal, en casos así se ve infringida
bajo las acciones contra el cuerpo y el alma que estos individuos se auto infligen, así pues,
la integridad se ve pérdida, aunque para estas personas su propósito sea bueno.
A mi parecer lo que estos monjes hacen es algo merecedor de una fría y cruda crítica y
aunque podría parecer que me lo parece porque soy de occidente, como menciona el autor
de la nota, no es así.
Partiendo de que apoyo y considero mucho la alegoría de la auriga alada los actos que
cometen estos monjes me parecen bárbaros puesto que infligen el cubrimiento de los
placeres y necesidades que su cuerpo, su alma y su espíritu le solicitan y no me parece que
haya algo más horrible que atentar contra ti mismo y menos si atentas contra los tres pilares
que antes mencione. Recalco que no me parece que estos hombres manejen un equilibrio en
las tres partes del alma que menciona Platón y que a mi parecer es ahí donde radica el
problema con esta nota y con ese estilo de vida pues aunque apoyo totalmente la idea de
combatir las pasiones irracionales no considero adecuado privarnos de ellas pues somos
mortales y aunque sea necesitamos una pizca de descontrol y dificultad en nuestra vida para
saber que nos conducimos con honor a un mejor lugar a nuestra muerte, considero aún más
valiosas las pasiones racionales pues es esto lo que nos hace sentir más felices, completos y
amados de lo que podríamos ser antes de llegar a la máxima felicidad que es la muerte y sin
el uso de la razón no podríamos conducirnos con adecuación en absolutamente ningún
ámbito de nuestra vida.
Para concluir con lo anterior, me parece que estos monjes se privan del aprendizaje en su
pleno esplendor que puede y que nos brinda la vida castigándose por los tropiezos que
cometen, a mí, en lugar de un acto admirable, me resulta triste la forma en la que se
conforman con la poca autorrealización que logran llevando una vida de castigo y no de
aprendizaje.

También podría gustarte