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Hipias menor, un diálogo de Platón

Todo comienza con la interrogante de Éudico a Sócrates de a que sebe su silencio, si nole
parecería apropiado cuestionar a Hipias sobre su presentación ya que esté no parece
complacido por lo que se haya dicho y es entonces que Sócrates confiesa que en efecto
tiene interés en preguntarle a Hipias que es lo que él opina sobre Aquiles y Odiseo puesto
que es a estos a quienes antes en el escenario ha comparado con severidad.
Así pues Hipias se dispone a recapitular en lo dicho y comienza diciendo que en efecto y
acorde a lo escrito por Homero se puede decir que Aquiles es un personaje que se encuentra
dotado no solo de valentía, sino también de veracidad en su actuar mientras que en Odiseo
podemos encontrar a un astuto mentiroso; posteriormente Sócrates interroga con insistencia
a Hipias haciendo que esté le revele si es que los engañadores lo son por malicia e
inteligencia o si lo son por simplicidad y dado que Hipias se inclina por la primera opción
nos revela cuatro pilares de la voluntad del mal, los cuales son: capacidad, conocimiento,
habilidad e inteligencia. Considerando que estas cualidades las poseen los veraces y los
mentirosos en lugar de inclinarnos por uno de ellos logramos llegar a un punto de igualdad
donde, por consecuente Aquiles y Odiseo son semejantes al ambos cometer el acto de la
mentira en la Ilíada de Homero.
A Hipias le ofende igualar en valores a Odiseo y Aquiles y confiesa creer que Odiseo es
peor que Aquiles ya que este le miente a conciencia a Aquiles mientras que Odiseo se ve
engañado por Aquiles derivado del desconocimiento del mismo en su mal actuar,a esto
Sócrates le responde que si lo que dice es verdad el hecho de que Aquiles le comentará su
acción de irse a Odiseo pero su anhelo de quedarse a otro personaje no lo hace menos malo
que Odiseo ya que pecó del mismo modo que lo hizo su rival. Es entonces que Hipias dice
[Merece excusa quien comete injusticia o miente o hace algún otro mal sin darse cuenta.
También las leyes son más severas con los que hacen el mal a conciencia que con los que lo
hacen sin intención] y entonces Sócrates le responde proclamándose ignorante al estar en
desacuerdo con un sabio como lo es Hipias y encima se atreve a comentarle que él cree que
para él es igual o peor quién miente o hace el mal a voluntad que quien lo hace por
ignorancia.
Es entonces que el razonamiento de Hipias comienza a ser visiblemente sobrepasado y
como es común busca huir diciendo que es Sócrates quien esta terguiversando sus palabras
con una posible intención de actuar mal a lo que esté alega que solo busca conocer a fondo
su forma de pensar para ver si es que así se convence y es ahí que comienza a plantearle
ejemplo tras ejemplo, tras ejemplo a Hipias con la intención de que lleguen a un punto de
quiebre donde sus formas de pensar en lugar de oponerse lleguen a coincidir pero para su
suerte esto no pasa. [Preferimos como almas de los esclavos los que cometen errores y
hablan mal voluntariamente, más bien que los que hacen esto involuntariamente, en la idea
de que son mejores para esto].
[-Luego el que comete errores voluntariamente y hace cosas malas e injustas, Hipias, si este
hombre existe, no puede ser otro que el hombre bueno.
- No me es posible admitir eso, Sócrates.
- Tampoco yo puedo admitirlo, hipias, pero necesariamente nos resulta así ahora según
nuestro e razonamiento.]
La frase “El que conoce el bien no es capaz de cometer el mal” implica, primeramente el
hecho de que una vez que lo tiene diferenciado y entendido le es fácil practicarlo no solo
con constancia si no que igual lo será con respecto de la propiedad y la felicidad, en tal caso
es que la comparación de Aquiles y Odiseo expuesta en el diálogo apoyada por los
fundamentos de Hipias es correcta puesto que Aquiles quien al ser valiente y veraz es
incapaz de mal actuar porque conoce las propiedades dela rectitud logrando así un control
de sí mismo que en tal caso Odiseo no posee. Por desgracia una vez que Sócrates menciona
que Aquiles erro en lo mismo que lo hizo Odiseo los pone en una balanza de mismo peso
donde ni uno por ignorante y el otro por conocedor se pueden ver eximidos.
Es de lo anterior que se llega al punto de una maldad aún más peligrosa, puesto que según
la conciencia común te hace decir que quien actuase a sabiendas de es bueno según séase el
caso, es decir y haciendo uso de los ejemplos de Sócrates, si un corredor bueno se
desempeña mal a propósito no ha llegado a hacer ningún mal puesto que lo preciso de su
actividad y en su caso de las otras actividades que realice si es bueno en ellas.
En síntesis, el conocer nos exime de cometer errores.
Para poder introducirnos a lo que vendrían siendo mis conclusiones me gustaría hacer
mención de un término explicado por una amiga mía quien lo descubrió tras escuchar un
podcast: La Banalidad del mal. Según lo que ella me platicó este término surgió de una
pensadora judía de la post-guerra, quien tras fingir ser periodista se encontró siendo
espectadora de un tumulto de acusaciones hacía un criminal de guerra que era encargado de
los trenes y de los horarios de los mismos, quien con la recuenta que se le hizo durante el
juicio entero de la gente a la que este había contribuido a aniquilar nunca mostró culpa
alegando que solamente seguía órdenes sorprendiendo así a la filósofa de su nulo
remordimiento y con eso surge el término indicado con anterioridad bautizado así, en la
justificación de un mal a través de la banalidad, jamás poniéndose a pensar en el efecto de
sus actos y la diferencia de esto son un mal radical es que el mal radical no se autodefine
como mal si no como un bien mayor.
Me explico, hablando de un mal banal en la historia contada por mi amiga su representante
es esté ingeniero mientras que el del mal radical es Hitler pues él nunca indicó de manera
directa que hacía un mal si no que imponía el mal; pero, se preguntará que tiene esto que
ver con el diálogo de Platón y en realidad me parece bastante simple de relacionar, si no lo
fuese no lo habría recordado durante mi lectura.
Hay un momento donde Hipias llega a mencionar que en el caso de la mentira que Aquiles
comete en la respectiva historia de Homero, lo hace porque es ignorante (u olvidadizo) de
lo que con anterioridad ya había dicho y Sócrates busca explicarle que en realidad eso lo
hace tan malo como a Odiseo ya que sin importan la justificación que busca darle ambos
cometieron el mal y por ende son tan similares como pueden serlo, es decir, con solo una
variable de diferencia, que uno lo hace a conciencia y por un bien mayor para sí mismo
mientras que al otro se le justifica; en sí, no por haber alterado los componentes de la
ecuación nos vemos enfrentados a un resultado diferente. Aunque si consideráramos la
justificación que Hipias le atañe a Aquiles entonces estaríamos hablando de que si
realizamos una escala de maldad, Odiseo y Aquiles vendrían encontrándose en niveles
distintos y no en igualdad puesto que Odiseo es por mucho malicioso con respecto a
Aquiles, mientras que en esta situación argumentativa Sócrates diría que Aquiles es peor
con respecto a Odiseo puesto que el ignorante podría decir la verdad por azar y el malicioso
mentiría siempre de igual forma.
Quiero decir que si Aquiles prometió irse y no lo hace, en el supuesto de que volviesen a
conversar en un lenguaje directo o leído entre líneas podría develar la verdad de sus
intenciones, lo cual lo condenaría a un destino desafortunado.
En mi opinión ambos son tan culpables el ingeniero y Hitler y Aquiles y Odiseo con
respecto a un mal actuar, no importando si uno fue el de la idea o malicia y el otro el de la
ignorancia, ambos son tan malos como lo es su opuesto.
Para concluir con lo anterior y dando respuesta a su último punto puedo decir que logré
identificar a Sócrates como alguien que crítica la moral de quien en ese momento le rodé y
le parezca interesante destacando cada que hace mención a Hipias de el autoconocimiento
que este tiene de su persona, así mismo con cada interrogante busca explotar y que
reconoce la cualidad de pensar por sí mismo que tiene su acompañante cada que le explica
o responde de manera afirmativa a sus conjeturas y cada que muestra un respeto por su
opinión aunque no la comparta haciendo totalmente transparente su humildad al verse como
alguien no convencido y no como alguien superior al haber logrado un entendimiento de
una situación superior a la de su compañía.

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