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UNIDAD DE : COMANDO BATALLON FLUVIAL DE I.

M N° 32,

ORIGEN : Oficina de Control Disciplinario Interno

RADICACIÓN : 026-DISC-CBFIM32-2018

INVESTIGADO : C3CIM CARRANZA GOMEZ ISAAC y otro

TIPO DE FALTA : Presunta Falta Disciplinaria grave descrita en el numeral 20 del


artículo 77 de la ley 1862 de 2017 “Presionar para que se oculte información sobre los
hechos que pueden generar responsabilidad disciplinaria, administrativa o fiscal o encubrir
al presunto investigado.”

ALEGATOS DE CONCLUSIÓN

San José del Guaviare (9) de Marzo de dos mil diecinueve (2021) Señor
Teniente coronel de infantería de marina
CFuncionario Competente
E. S. D.

CARLOS ALBERTO SANCHEZ CAYCEDO, Identificado con cedula de ciudadanía N°


1.121.929.214 de Villavicencio (Meta) y portador de la T.P N° 289.741 del C.S. de la J, en
mi calidad de apoderado del señor C3CIN CARRANZA GOMEZ ISAAC, disciplinado
dentro las presentes Diligencias, dentro de términos para el particular me permito presentar
los correspondientes ALEGATOS DE CONCLUSIÓN previos al fallo de primera instancia,
de la siguiente manera:

SITUACION FACTICA

PRIMERO: Ataque con explosivos a la unidad GAF coyote el día 142030r mar/18, en la
carpa-San José del Guaviare, resultando 03 tripulantes heridos y muertos el IMR Martínez
Fonseca William Andrés (q.e.p.d)

FUNDAMENTOS DE HECHO
CONSIDERACIONES

En uso del derecho a la defensa técnica, es de imperante necesidad traer a colación los
argumentos expuestos en las diferentes etapas procesales del proceso que hoy nos ocupa:

En virtud del único cargo indilgado en contra de mi mandante, cabe resaltar que el
verbo presionar determina que es el hecho de ejercer una influencia sobre alguien para
determinar sus actos o su conducta, para lo cual mi mandante cumplía orden directa del
SSCIM LUNA ROJAS ANTONIO BELARDINO, pues mientras al sargento lo
evacuaron del lugar le solicito que formara el CAF COYOTE pues era el único
suboficial que se encontraba al momento, con la finalidad de que el SSCIM LUNA
ROJAS hablara por el teléfono con todos los IMR, cuando el SSCIM LUNA ROJAS
ANTONIO BELARDINO sale del médico, los reúne a todos y les indica que deben
decir, también afirmaba que mi prohijado también se vería afectado si no decían lo que
el comentaba en dicha reunión.
Cabe aclarar que, en los testimonios rendidos por los IMR, indican que mi mandante
tenía esposa e hijos, testimonio que no es cierto pues mi defendido a la fecha no cuenta
con esposa ni hijos y al momento de los hechos contaba con 21 años de edad. En
potestad de mi mandante no estaba la determinación de conceder días de permiso, es por
ello que no se podría determinar el verbo rector “Presionar”, pues mi prohijado no se
beneficiaria de la determinación de los IMR, pues el superior al mando en el momento
de los hechos es el SSCIM LUNA ROJAS ANTONIO BELARDINO.

Por otra parte, y de acuerdo con lo manifestado por lo IMR, el SSCIM LUNA ROJAS
ANTIONIO BELARDINO, días antes de rendir versión libre de los hechos llamo en
repetidas ocasiones y coacciono a mi mandante a dar la declaración pues indicaba que la
responsabilidad respecto de los hechos era de los dos, siendo que él era el superior al
mando.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

El proceso Disciplinario está fundamentado en varios principios fundamentales, cuya


observancia es obligatoria para el ente investigador. Dentro de estos principios encontramos
el de legalidad, debido proceso, presunción de inocencia y celeridad de proceso entre otros.
Estos principios dentro del derecho deben ser examinados de tal forma que no entren en
contradicción unos con otros a través de sistema de proporcionalidad de la medida; así las
cosas, dentro de la Investigación que nos ocupa, se examinará estos principios a fin de
establecer que no existe la responsabilidad endilgada a mi mandante.
PRIMER CARGO
Falta grave contemplada en el artículo 77 numeral 20
“Presionar para que se oculte información sobre hechos que puedan generar
responsabilidad disciplinaria, administrativa o fiscal, o encubrir al presunto investigado.”
De manera que la presunción de inocencia debe aplicarse a mi mandante de
conformidad con lo expuesto en el artículo 6 y 7 de la ley 1015 de 2006 que a la letra
reza:

ARTÍCULO 6. RESOLUCIÓN DE LA DUDA. En la actuación disciplinaria toda


duda razonable se resolverá a favor del destinatario de este código, cuando no haya
modo de eliminarla. (Subrayado fuera de texto).

ARTÍCULO 7. PRESUNCIÓN DE INOCENCIA. El destinatario de esta ley a quien


se le atribuya una falta disciplinaria se presume inocente y debe ser tratado como tal,
mientras no se declare su responsabilidad en fallo ejecutoriado.

La presunción de inocencia se encuentra reconocida en el INC. 4 DEL ART. 29 DE


LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA, precepto por el cual “toda persona se presume
inocente mientras no se le haya declarado judicialmente culpable”. Este postulado no
admite excepción alguna e impone como obligación la práctica de un debido proceso, de
acuerdo con los procedimientos que la Constitución y la ley consagran desvirtuar su
alcance.
Etimológicamente se entiende por presumir: suponer algo indiscutible aunque no se
encuentre probado. La presunción consiste en un juicio lógico del constituyente o del
legislador por virtud del cual, considera como cierto un hecho con fundamento en las
reglas o máximas de la experiencia que indican el modo normal como el mismo sucede.
La presunción se convierte en una guía para la valoración de las pruebas, de tal manera
que las mismas deben demostrar la incertidumbre en el hecho presunto o en el hecho
presumido.

La presunción de inocencia en nuestro ordenamiento jurídico adquiera el rango de


derecho fundamental, en virtud del cual, el acusado no está obligado a presentar prueba
alguna que demuestre su inocencia y por el contrario ordena a las autoridades judiciales
competentes la demostración de la culpabilidad del agente.

Este derecho acompaña al acusado desde el inicio de la acción disciplinaria hasta el


fallo definitivo, y exige para ser desvirtuada una convicción o certeza, más allá de una
duda razonable, basada en el material probatorio que obra en el proceso que establezca
los elementos de la falta disciplinaria y la conexión de la misma con el acusado. Esto es
así, porque ante la duda en la realización del hecho y en la culpabilidad del agente, se
debe aplicar el principio del in dubio pro reo, según el cual toda duda debe resolverse en
favor del acusado

La Corte Suprema de Justicia ha sostenido que la “presunción de inocencia es un estado


garantizado constitucional y legalmente a toda persona que se le inicie un proceso en
nuestro territorio patrio, desprendiéndose la regla del in dubio pro reo en el sentido de
que toda duda debe resolverse a favor del procesado y que al aplicarse por los
funcionarios judiciales conduce indefectiblemente a la declaratoria de no
responsabilidad, a través de la sentencia absolutoria, de ninguna manera puede
equiparársele con la declaratoria de inocencia, habida cuenta que si la duda se entiende
como carencia de certeza, deviene como lógica reflexión en los casos en que se
considere, no la aseveración de que se juzgó a un inocente, sino la imposibilidad
probatoria para que se dictara sentencia condenatoria”.

En el mismo sentido, la Corte Constitucional en sentencia C-055 de 1994 sostuvo:

“el derecho a la presunción de inocencia consagrado en el inciso cuarto del artículo 29


de la Carta, se encuentra en estrecha relación de interdependencia con el derecho a la
defensa y el debido proceso. En efecto, la presunción de inocencia se vincula a los
postulados en relación con las pruebas. En primer lugar, éstas se encuentran sometidas a
la libre apreciación por parte del juez, de tal manera que su decisión en esta materia,
salvo los recursos correspondientes, resulta irreversible, de acuerdo con el principio de
la independencia judicial (C.P. art. 228). En segundo lugar, los únicos medios válidos
para desvirtuar la presunción de inocencia son los utilizados en el proceso como
pruebas, siempre y cuando se haya respetado el derecho a la defensa.

LA DUDA EN MATERIA DISCIPLINARIA

La duda en favor del disciplinado supone un estado de cosas conforme al cual, existiendo
pruebas que compromete su presunta responsabilidad, al mismo tiempo pruebas que no den
con certeza de la conducta desplegada por mi representado y no habiendo fórmula para
resolver esa situación de contradicción, se impone la adopción de decisión a favor de los
intereses del investigado.
Ello se desprende de precisos mandamientos legales, concretamente del artículo 142 de la
ley 734/2002 que dispone que:

“No se podrá proferir fallo sancionatorio sin que obre en el proceso prueba que conduzca a
la certeza sobre la existencia de la falta y la responsabilidad del investigado” (negrillas y
subrayado fuero de texto).

Conviene explicar aquí, en torno a la manera en que el operador disciplinario obtiene la


certeza exigida por la ley para sustentar el fallo sancionatorio, que el modelo probatorio
actualmente aplicable no es el de la íntima convicción del funcionario, sino el de la
valoración motivada lógica y la racionalmente, a partir de principios como el de la sana
crítica, sentido común y experiencia.

Lo anterior supone que se tenga como verdad para el proceso aquella que racionalmente se
desprende de las pruebas y que, aplicado el rasero de la inteligencia y la lógica, se
aproxime en la mayor medida posible a la verdad real. Ello permite que en cierta medida, la
verdad procesal se parte de la real; no obstante, lejos de constituir ello un abuso o un
modelo probatorio autoritario, resulta, por el contrario, una garantía que permite
controversia y por ello el derecho de defensa, ya que el investigado no podría objetar una
convicción que surge íntimamente de la subjetividad del fallador, pero si puede conocer los
criterios, reglas de la experiencia lógica y los principios de la sana crítica, con el fin de
oponerse a ellos en el terreno de pura objetividad.

Por lo tanto, “El investigador no puede imaginar lo que no obra en el proceso: en la


valoración probatoria no le es permitido al juez suponer comprobados hechos que no están
debidamente demostrados. Jamás puede creerse acreditado lo que no está probado”

Cierto es que la probabilidad, por su propia naturaleza, supone la exclusión de un 100% de


certeza, la certeza descarta la probabilidad.

Como corolario, se puede afirmar que tan ilegal resulta predicar certeza de responsabilidad
ante una duda razonable, como abstenerse de hacerlo cuando aquella surge clara de una
valoración probatoria ajustada a los principios de la sana crítica, que ante las pruebas
obrantes en el expediente, es preciso aclarar que encontramos ante el hecho que no se
investigó lo favorable y desfavorable dentro del presente expediente, por lo que es
necesario dar aplicación al principio de que toda duda deberá resolverse a favor del
investigado.

Lo anterior con fundamento en la vigencia del derecho al debido proceso, en el ámbito del
derecho disciplinario, que se justifica no sólo por mandato constitucional expreso del
artículo 29 superior, sino también por tratarse de una manifestación del poder punitivo o
sancionador del Estado. Lo Corte ha explicado que, si bien diversos regímenes
sancionadores tienen características en común, sus especificidades exigen un tratamiento
diferencial que modula necesariamente el alcance y la forma de aplicación de las garantías
constitucionales propias del debido proceso. En esa medida, se precisa que las funciones y
procedimientos disciplinarios tienen, según lo ha reconocido la Corte, naturaleza
administrativa, por lo que, en atención a esa naturaleza, las garantías propias del debido
proceso son inherentes por constituir la manifestación del poder punitivo del Estado.

Por lo expuesto, esta defensa encuentra que, durante el transcurso de la investigación, no se


logra desvirtuar por parte del ente investigador la presunción de inocencia que le asiste al
investigado de conformidad con lo expuesto y que existe duda que deberá resolverse a su
favor.
Y una vez analizado el acervo probatorio recaudado por este operador disciplinario,
confrontados los hechos a que dieron origen la presente investigación, puede determinarse
la duda que existe para este caso, respecto de la responsabilidad disciplinaria endilgada a
mi mandante, previa aplicación de la sana crítica, corroborándose este hecho en la
aplicación del principio in dubio pro disciplinado, pues toda duda se resolverá a favor del
investigado, situación que debe llevar a ese despacho a pronunciarse de manera favorable
respecto de mi prohijado.

De todo lo anterior, se puede concluir que se debe ABSOLVER al señor C3CIM


CARRANZA GOMEZ ISAAC, de la falta grave consagrada en el artículo 77 numeral 20.

PETICIONES

PRIMERO: ARCHIVAR la presente investigación Disciplinaria, de conformidad lo


manifestado en los fundamentos de hecho y de derecho anteriormente expuestos.

NOTIFICACIONES

El suscrito apoderado en la Calle 38 N° 31 – 58 oficina 409 edificio centro bancario y


comercial de la ciudad de Villavicencio (Meta), al abonado telefónico 3214897900 y
al correo electrónico coasjudinet@hotmail.com y
carlosa.sanchezc@campusucc.edu.co;

Del Señor Funcionario Competente,

Respetuosamente,

Carlos Sánchez Caycedo


C.C. 1.121.929.214 de Villavicencio (Meta)
T.P. N°. 289.741 del Consejo Superior de la Judicatura.

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