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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE YUCATÁN

CAMPUS DE CIENCIAS SOCIALES ECONÓMICO-


ADMINISTRATIVAS Y HUMANIDADES

FACULTAD DE DERECHO

DERECHO BANCARIO

Profesor: Abg. José Rogelio Alonzo Manzanilla

ADA #1

ANÁLISIS DE PRECEDENTE JURISPRUDENCIAL DE LA


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

Alumno: Jonathan Nicolás Herrera Flores

Grupo: 5.-E

Mérida Yuc, a 22 de febrero de 2022

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Precedente (Sentencia) - Registro digital: 7203
Asunto: CONTRADICCIÓN DE
TESIS 61/99-PS. Novena Época

Fuente: Semanario Judicial de la


Federación y su Gaceta, Tomo
XIII, junio de 2001, página 166

Instancia: Primera Sala

PACTO COMISORIO EXPRESO. OPERA DE PLENO DERECHO, SIN QUE SEA


NECESARIO QUE LA AUTORIDAD JUDICIAL DETERMINE LA PROCEDENCIA O
IMPROCEDENCIA DE LA RESCISIÓN DEL CONTRATO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO
DE GUANAJUATO).

CONTRADICCIÓN DE TESIS 61/99-PS. ENTRE LAS SUSTENTADAS POR EL PRIMER


Y CUARTO TRIBUNALES COLEGIADOS DEL DÉCIMO SEXTO CIRCUITO.

➢ ANÁLISIS

Después de hecha la lectura y a manera de análisis he de introducir la presente

contradicción de tesis presentada ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación por la que
existen resoluciones contradictorias por parte de dos Tribunales del Décimo Sexto Circuito.
El primero de ellos es el Primer Tribunal Colegiado de Distrito y el otro es el Cuarto
Colegiado, que después de haber conocido sobre un caso de procedencia del pacto
comisorio de un contrato de promesa de compraventa, se pudo notar que a pesar de que
ambos Tribunales utilizaron preceptos jurídicos muy similares y que examinaron los mismos
elementos, ambos se pronunciaron con sentidos por demás diferentes e incompatibles. Por
lo cual nace la presente contradicción y de la cuál vamos a dividir en dos momentos para
hacer más sencilla su explicación.

El primer punto por tratar es sobre la resolución de la autoridad competente durante la


problemática que daba surgimiento al Juicio Original, el cual en primera instancia fue

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interpuesto por la C. Irma López Pesquera y la C. Victoria Rubio de González, la primera
alegando incumplimiento de las cláusulas de un contrato de promesa de compraventa. Y
no menos importante, señalar que existe un tercero perjudicado que ostentaba la prestación
principal, el C. Álvaro Corral González durante el juicio de amparo interpuesto que más
adelante explicaremos y señalaremos como fue que se dió la sentencia final a la presente
contradicción.

Ha de recalarse que ambas partes ya habían acordado términos, los cuales fueron
aceptados por ambos y ante los cuales se deben de apegar en caso de existir algún conflicto
de intereses, como en el presente caso. Es por ello que la C. Irma López apeló a la cláusula
séptima que consagra el pacto comisorio, en la cual ella dijo presentar agravio por el
incumplimiento de pago por un período de tres meses por parte del C. Álvaro Corral en
virtud de haber celebrado un contrato de denominado de “promesa de vender y comprar”.
Ante tal hecho que constituye una violación de contrato, se sugiere según lo pactado que
la parte actora puede rescindir del contrato de compraventa, lo que por ende faculta a la
parte vendedora a tomar posesión del bien u objeto inmueble señalado con anterioridad a
expensas de la voluntad de la parte demandada y sin requerir pronunciamiento judicial.

Fueron varias las aclaraciones hechas tanto al escrito de demanda interpuesto por la C.
Irma López, como que de sus conceptos de violación expresados, el primero (en los que
hacía mención de que el pacto comisorio expreso no se encuentra previsto en la legislación
civil del Estado, lo relativo a la recisión del contrato, etc.) y el segundo de ellos (en la que
se hace referencia a la inaplicabilidad de los rubros mencionados a efectos de hacer la
aclaración de que la compraventa celebrada entre ambas partes fue pura y simple y no con
reserva de dominio, como lo pretende la primera de ellas.) son infundados, en tanto que el
tercero de ellos es inoperante (en la que la parte actora alude a que lo considerado por la
Sala Responsable con respecto a la acción prescriptiva es erróneo) toda vez que la acción
que debió incoar la actora original era la acción proforma pues según aseveró aquélla en
su demanda, había cubierto cabalmente el precio pactado, y en ese entendido, le
correspondía demandar el otorgamiento de la escritura pública, pero de ninguna manera la
acción prescriptiva que intentó.

De más a menos entendemos que el magistrado responsable tenía que declararlos


infundados e inoperantes, como es el caso de éste tercer y último concepto de violación en

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el que el mismo esgrime en primer lugar, que la acción procedente es proforma y no la
prescriptiva, luego entonces no era posible vedar a las personas el ejercicio de alguna
acción, las que fueran libres de disponer y segundo por que las argumentaciones expuestas
en ese agravio eran contrarias al resto de las manifestaciones vertidas por la apelante, tanto
en su contestación de la demanda como en su escrito de apelación, pues, por un lado
pretendía la rescisión del contrato de compraventa celebrado con Victoria Rubio de
González, entendiéndose que había operado el pacto comisorio expreso previsto en el
referido contrato y, por otro lado, asevera que debió ejercitarse la acción proforma, la que
sólo procede cuando el acto jurídico es válido.

Además de todo lo anteriormente dicho, es de destacar una de las conclusiones hechas en


un primer momento por el Primer Tribunal Colegiado y que fuera respaldada por la Suprema
Corte en la que mencionaba la reversión en la carga probatoria con respecto al
incumplimiento de las obligaciones pactadas en el contrato y que estas fueran hechas por
la vendedora del inmueble en cuestión, lo que motivó a dar el fallo del Tribunal con la
improcedencia de la acción. Lo cierto es que desde un primer momento la demanda debió
considerar la reconvención para seguir dando lugar al asunto materia del Juicio Original el
cual era ejecución del pacto comisorio.

Dicho todo lo anterior, podemos definir dos momentos importantes con respecto a la
presente contradicción; En primer lugar, la ejecución que menciona el Cuarto Tribunal,
siendo que éste interpreta la facultad que se otorga por sí misma la parte actora (la
vendedora, en este caso) era en realidad, una aplicación unilateral del contrato.
Evidentemente podríamos intuir que el pacto comisorio y la inminente recisión de un
contrato puede beneficiar a una de las partes, sin embargo, esto es algo que se pacta
previamente y que apegándonos a una de sus características fundamentales como lo es la
voluntad de ambas partes, ya sea expresa o tácita, resultaba más que suficiente para probar
la voluntad bilateral de ajustarse a las mismas.

Y finalmente haciendo mención del último punto, nos referiremos al hecho de la


contradicción que dio pie al recurso de amparo en el cual la resolución del Primer Tribunal
determinó que por pleno derecho se establecía la facultad de la vendedora de tomar
posesión del inmueble al actualizarse los supuestos de la cláusula séptima (razonamiento
que se calificó de ilegal e improcedente) a lo contrario expresado por el Cuarto Tribunal que

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determinó necesaria la intervención judicial para determinar si existía la procedencia del
mencionado pacto comisorio a pesar de quedar explícitamente estipulado en la séptima
cláusula del altamente mencionado contrato la falta de necesidad de acudir ante una
autoridad judicial.

Es más, la misma Suprema Corte determinó que en primera instancia la validez y legalidad
de dicho pacto no estaba en discusión, sino más bien la forma de ejecución y que dicho de
paso, ello no presupone una incapacidad de recurrir ante una autoridad judicial ante el
incumplimiento de las obligaciones contraídas, si no que, por el contrario, deberían
considerarse pero a un nivel limitativo. Dicho en otras palabras, ya no teniendo cabida en
la interpretación del efecto rescisorio del contrato, sino únicamente en el reconocimiento de
la voluntad de negocio de ambas partes.

Partiendo de ésta última premisa y habiendo leído lo relativo a la resolución de las


contradicciones de tesis, incluyendo los criterios, características y supuestos, así como de
mencionar que la resolución consecuente fue el de prevalecer con carácter de
jurisprudencia el criterio sustentado por la Primera Sala, que reitera esencialmente el
sustentado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en las tesis aisladas
anteriormente aludidas, en el sentido de que la eficacia extintiva de pleno derecho del
contrato, como consecuencia del ejercicio de la facultad contractualmente adquirida por las
partes, no requiere de un pronunciamiento constitutivo de los tribunales para la resolución
del contrato, tal como lo dejó entrever la Suprema Corte con su resolución emitida.

Finalmente, y muy importante a la hora de realizar un contrato, estipular explícita y


tácitamente todos los acuerdos y términos a los que ambas partes deben sujetarse y a la
forma de proceder ante los casos no previstos en el contrato o como mínimo, establecer la
normativa supletoria para los diversos supuestos que se puedan presentar con relación al
cumplimiento o incumplimiento de alguna de las cláusulas, considerando las concernientes
al pacto comisorio o las referentes a la rescisión de un contrato para no prestarse a
incongruencias o discrepancias legales al momento de aplicar el procedimiento marcado y
pactado por las partes promoventes de un contrato.

Si se quiere prever, se debe tomar en cuenta el alcance. Conciencia legal, como en todo.

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