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ANEXOS

Anexo I

Talleres de desarrollo de competencias

Organización de grupos “rotativos” de los alumnos que alcanzaron los aprendizajes


trimestrales y los alumnos que necesitan fortalecer sus aprendizajes escolares.
Denominación del Taller:………………………………………………………………………
Docente/Coordinador/a:……………………………………………………………………………………..
Ciclo:…………………………………
Fecha:………………………………
Horario: de…. hs. a ….hs (2 horas reloj)

Nro. Nombre y grado Registro de cierre ( Bitacora)


apellido de
los alumnos
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
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13
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Anexo II

Talleres de Fortalecimiento en Áreas Curriculares

Organización de grupos “estables” de los alumnos que necesitan


fortalecer sus aprendizajes, desarrollados en el trimestre.
Los alumnos son seleccionados por sus respectivos docentes, de acuerdo a
las dificultades de aprendizaje identificado en el trimestre.
Área:…………………………………………………………………….
Denominación del Taller:…………………………………………..
Docente/ Coordinador/a:……………………………………………
Ciclo/Grado:………………….Cantidad de alumnos:……………
Turno:…………Horario: de….hs. a….hs (2 horas reloj)
Fecha:………………..

Nro. Nombre Contenidos a Logros Contenidos que faltan


y fortalecer alcanzados fortalecer
apellido
de los
alumnos
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Anexo III

SEGUIMIENTO DE LOS APRENDIZAJES DE LOS ALUMNOS durante el


trimestre
Área:…………………………………………………………………….
Docente:………………………………………………………………..
Grado:…………Cantidad de alumnos:…………Turno:…………

Nombre y Contenidos Desarrollados: Evaluación Contenidos a


apellido de ……………………………………………… AD fortalecer ( AP)
los ……………………………………………… (aprendizaje
alumnos ……………………………………………… adquirido)
……………………………………………… AP
……………………………………………… (aprendizaje
…………………………… en proceso)
Anexo IV
Aporte Teórico
I. Taller

Para poder crear


necesitamos “ser”,
imaginarnos un lugar,
un momento para
empezar a soñar.
Animémonos a:
Ser libre, volar, sentir, jugar
Y vivir con libertad.

(Extraído de instancias presenciales


En Río Colorado, provincia de Rio Negro)

Fundamentación teórica sobre Taller


Estas reflexiones teóricas sobre el procedimiento de Taller intentan estimular y ayudar al
pasaje de lo vivencial y afectivo a lo conceptual y teórico. Pero para llegar a la
comprensión y posterior reflexión sobre el desarrollo de la dinámica de Taller no sólo
necesario que el maestro-coordinador posea conocimientos sobre el marco teórico del
desenvolvimiento de la dinámica de grupo sino también que él mismo haya vivido una
experiencia de este tipo. De ahí que se aconseja que la fundamentación teórica sea leída
después de haber participado en un taller con cualquier temática.
Como no todo lo que suele llevar el nombre de Taller lo es, conviene ponernos de
acuerdo desde el principio a qué vamos a llamar Taller. Como ya sabemos en un taller se
prioriza el “hacer” pero, a su vez, se basa en ciertos principios que favorecen el
aprendizaje.
Ellos son:
- La relación teoría – práctica.
- El dispositivo grupal.
- La superación de la disciplinariedad.
- La inclusión de la investigación.
En el taller, entonces se aúnan el pensar y el hacer alrededor de un proyecto. Y éste en
relación con la realidad, que debe estar presente permanentemente. “La práctica no es
formadora más que si se la puede analizar desde un referente teórico, y la teoría tiene
valoren tanto permite la reflexión sobre la práctica”.
La producción en un taller puede ser individual pero siempre tenderá a la integración del
grupo como respuesta de la participación activa de todos los talleristas, dentro de una
forma de trabajo cooperativa en oposición a la estructura competitiva o individualista. “ El
trabajo individual posibilita su tiempo de reflexión personal, de confrontación, con el propio
conocimiento, de análisis interio sobre dudas, necesidades, intereses, posibilidades,
proyectos…Por otra parte, el trabajo de grupo permite a los integrantes aprender a pensar
y a actuar juntos con otros, es decir a copensar y cooperar; desarrollar actitudes de
tolerancia y solidaridad”.

Pero: “el grupo no nace, se hace” , o mejor dicho, se va haciendo permanentemente porque no
basta estar juntos para que el grupo esté constituido.

Para ello será necesario usar objetivos y técnicas adecuadas. La pluralidad de manos
enriquece la producción y la pluralidad de mirada acrecienta la objetividad. La relfexión
teórica llegará a posteriori como una consecuencia lógica del trabajo realizado en
conjunto.

Cualquiera sea la concepción de interdisciplinariedad que tengamos, veremos aquí en


qué sentido se plantea como fundamento de taller. En un taller la interdisciplina constituye
una trama coordinada por especialistas de las distintas disciplinas que lo componen, en la
que no se percibe los límites entre una y otra por tratarse de un autentico trabajo
integrador.

En este taller el proceso de investigación está siempre presente porque los métodos de
conocimiento no se dan como respuesta definitiva, como productos acabados, sino como
un proceso de búsqueda continua. Generalmente en los talleres no se prioriiza la
investigación como objetivo en sí mismo, pero sí se utiliza los recursos de los métodos y
técnicas de investigación. Aunque puede haber también talleres específicos de
investigación.

De ahí que en el taller se privilegien técnicas participativas y de investigación, por lo tanto,


la exposición del maestro-coordinador si bien no se descarta, no deberá convertirse en
eje principal del encuentro.

Rol del maestro coordinador

En el taller el coordinador no enseña sino que ayuda a aprender, guía a su grupo en los
distintos momentos por lo que pasa éste. En el primer acercamiento, el maestro-
coordinador deberá ser un observador receptivo de su grupo para llegar a conocer la
situación por la que el mismo está atravesando en cada momento. Y podrá decidir
intervenir o no según las necesidades del grupo a su cargo.
El maestro-coordinador deberá, además: organizar, estimular, contener, explicitar y
realimentar a su grupo, porque no sólo tendrá que proponer actividades que faciliten la
tarea sino también deberá trabajar sobre los vínculos que se generan en el grupo.

Respetará el ritmo, el tiempo y la ideología de cada participante en el momento de facilitar


la exploración, el descubrimiento y la creación de respuestas nuevas a las diferentes
propuestas, en una evaluación continua y permanente.

Será quien acompañe y estimule el pasaje de lo vivencial y afectivo a lo conceptual y


teórico, sin capitalizar para sí el poder ni la información.

Necesitará que su práctica como coordinador sea asesorada y/o supervisada por un
coordinador con más conocimientos y, sobre todo, con mayor experiencia que él mismo
en el campo de la dinámica grupal.

Rol del observador

El observador ocupará el rol de un co-coordinador y se comunicará directamente con el


coordinador del grupo.

Es quien observa y registra los distintos momentos por los que pasa el grupo, la forma de
abordar el trabajo y de resolver los problemas vinculares.

No emite juicio, sólo se limita a observar y a escuchar lo manifiesto y lo latente del


acontecer grupal, ya que hasta el silencio implica comunicación.

Ayuda al coordinador en la lectura del emergente grupal: (qué se está diciendo aunque no
se lo exprese verbalmente, por qué se hace lo que se está haciendo). Podrá ser un
participante del grupo o no.

Rol del alumno-participante

“En el taller, el alumno es sujeto del aprendizaje y no objeto de la enseñanza.” Porque


además de recibir información teórica se irá formando para asumir mayores
responsabilidades que lo llevarán a cuestionar hasta la realidad que lo circunda. Porque la
finalidad última de la “educación es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo
para transformarlo.”

Porque el taller implica una posibilidad de cambio en la relación del alumno-participante


con el docente-coordinador, con el conocimiento y con su entorno.

En el vínculo docente alumno se rompen las habituales relaciones de poder ya que, por
momentos, los roles se intercambian.
En el taller el conocimiento deja de ser objeto que el docente posee y transmite para
llegar a ser mediador en la enseñanza-aprendizaje.

Y cada participante, incluido el coordinador, además de sujeto de conocimiento, es


considerado como sujeto de afectos, iniciativas, elecciones, ritmos y tiempos personales.
Por lo que el ámbito de taller debe ofrecer contención y apoyo frente a la angustia que
provoca el aprendizaje.

……

(“Formación de Talleristas”–Martha B. Berutti- Editorial Master- Bahia Blanca Bs. As)

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II. Bitácora
Se trata de un material (cuaderno, carpeta, libretita, conjunto de papeles afiche, o la forma que
cada maestro le quiera dar, también dependiendo del número de chicos 1) en donde se escribe
en forma colectiva, con los chicos, lo que se va haciendo y aprendiendo cada día.

¿Por qué una bitácora?

Conversar sobre lo realizado y sobre los aprendizajes que se van logrando les permite a los
chicos rememorar y tomar conciencia de sus logros, así como continuar comprendiendo que la
escritura tiene como una de sus finalidades guardar memoria y también plasmar las
expectativas. Desde la perspectiva del maestro, es útil para evaluar esos logros por parte de los
chicos, tener un medio de ejercitar la escritura colectiva (en la medida en que el texto se acuerda
con los chicos) y comunicar a otros (familias, personal directivo) las tareas y logros.

Apertura de la bitácora:

Al inicio del período de recuperación, el maestro les explica a los chicos que van a seguir
encontrándose por unos días más para aprender en un grupo pequeño, lo que les permitirá
contar con él más cercanamente; también les relata lo que van a hacer: jugar, escuchar cuentos,

1
En general, las escrituras colectivas (que se hacen a la vista de todos) se realizan en papeles afiche o en el pizarrón. Cuando el
grupo de los niños es pequeño (digamos, un máximo de tres chicos), también se puede hacer en una hoja, sobre la mesa de
trabajo: el maestro al medio del grupo y los chicos dictándole y siguiendo la escritura, leyendo, etc. De esta manera, se logra,
también, una situación de mayor proximidad.
escribir. Los chicos, a su vez, comentan, a pedido del maestro, lo que les gusta hacer en la
escuela y lo que sienten al iniciar esta etapa diferente del año escolar. Dedicarse un momento a
esta conversación puede permitirnos conocer un poco más sus preocupaciones y preferencias,
aunque puede ser que los chicos no sepan muy bien qué contestar (si han venido “ocultándose”
en la masa del grupo hasta ahora, seguramente les resultará difícil hablar de sí mismos en este
momento); en tal caso, el maestro escucha solo lo que tienen para decir, repregunta algo si es
necesario, pero sobre todo se concentra en que se genere un clima de grupo intelectual, bajo la
idea de que todos (chicos y maestro), se comprometen nuevamente en este momento.

A partir de esta conversación, el maestro les comenta que todos los días van a escribir entre
todos lo que fueron haciendo; al finalizar esta etapa le van a leer la bitácora al director de la
escuela (u otra persona con quien el maestro haya acordado esto previamente).

Finalmente, se escribe entre todos un breve texto, para explicar a otros:

- si tenían o no ganas de venir a la escuela

- lo que van a hacer durante este período

- lo que quieren aprender en este período (aquí es conveniente no incluir propósitos que sean de
muy alto alcance, puesto que es probable que en este tiempo no se culmine todo el proceso que
no se ha logrado a lo largo de todo un año escolar, pero sí una nueva relación con la escritura,
unas ganas de aprender, de escuchar cuentos, de aprender juegos, de mejorar en algún aspecto
puntual, etc.).

Escritura diaria de la bitácora

Al finalizar las actividades, cada día se destinan alrededor de quince minutos para recordar lo
que hicieron y lo que aprendieron. Luego, se acuerda entre todos un borrador oral para esa
escritura, que el maestro lleva a cabo a la vista de todos (dependiendo de la cantidad de chicos,
esto se puede realizar en un afiche o en un material más pequeño). Es importante focalizar esta
escritura en la pregunta: ¿Si lo decimos así, el director (o quien sea el destinatario) nos va a
entender? Con la mente en el futuro lector, se buscan maneras más claras para decir aquello
que se desea comunicar.

Lectura diaria de la bitácora


Al iniciar cada día, con el propósito de hacer memoria de lo realizado el día anterior, el maestro
les lee a los chicos lo escrito en la bitácora y se conversa a partir de esa lectura.

Bitácora de la semana

Al concluir la semana, se escribe un texto para contar cuáles fueron las actividades que más les
gustaron y explicar por qué. Seguramente, previamente será necesario releer las bitácoras
finales de cada día.

En caso de que se cuente con quince días de trabajo, se recomienda realizar un texto al finalizar
cada una.

(Extraído del Plan de Alfabetización inicial.- Propuesta días más para seguir aprendiendo - Ministerio de educación
de la Naición)

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