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Splatoni
Facultad de Letras
Universidad de Murcia
SISTEMA GREMIAL. Gozaba de una estrechísima alianza con los poderes públicos. Estos les
concedían múltiples privilegios, entre ellos el más importante era la concesión del monopolio
No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
de producción y comercialización del producto concreto. A cambio, la corporación gremial
garantizaba la calidad de los productos manufacturados.
También, los gremios eran estructuras de recaudación fiscal, pues se repartían el pago de
impuestos. Por otro lado, los gremios se encargaban de la defensa de la ciudad,
comprometiéndose a aportar armas y materiales en caso necesario. Además, estructuraban y
ordenaban a las clases trabajadoras.
Por otro lado, rechazaban la libre competencia. Dentro del gremio se daba un reparto
En el taller existía una estricta jerarquía laboral entre maestros y aprendices, con frecuentes
conflictos. El acceso a la maestría en el taller dependía de lazos de familia.
evitaba las costosas inversiones en capital fijo necesarias para establecer una instalación fabril.
Además, el sistema escapa del control gremial, pues la actividad se llevaba a cabo en el ámbito
doméstico. La mano de obra resultaba barata para el empresario, sumado al trabajo sin
remuneración de la mujer y los niños. El sueldo era para el campesino un complemento a su
jornal por actividad agrícola.
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Industrias mineras, metalúrgicas y de astilleros. Era necesaria una gran concentración
del capital y la mano de obra. Varios empresarios unificaban capitales y formaban una
compañía, creando empresas concentradas de envergadura.
Empresas estatales o manufacturas reales. Se desarrollan sobre todo entre los siglos
XVII y XVIII. Se trata de fundamentalmente de empresas de productos de lujo (cristal,
arsenal, porcelana, tapices), armamento y tabacos. Eran gestionadas por agentes
oficiales. En España la primera fue la Real Fábrica de Paños de Guadalajara. Tenían
múltiples privilegios, entre ellos, la prioridad absoluta a la hora de encargarse de los
pedidos oficiales. El balance final de estas empresas (principios de siglo XIX) apunta a
que fue desastroso, pues fueron empresas muy costosas, no competitivas en ningún
momento, y en definitiva, fueron creadas artificialmente por los gobiernos y los
Generalmente, a partir de 1750. El tremendo crecimiento que tienen los mercados a nivel
mundial se debe al incremento de la demanda desde las primeras décadas del siglo XVIII, que
irá in crescendo. Se da un crecimiento autosostenido en la población europea, que comienza
no solo a demandar más cantidad de producto, sino que demandan productos de mayor
calidad. La consecuencia de este crecimiento de los mercados es que surge por primera vez el
sistema fabril. Asimismo influye el aumento de la demanda colonial.
Además, con la introducción de nuevas técnicas y herramientas de cultivo en los campos, una
parte importante del campesinado se trasladó a las ciudades a engrosar la mano de obra
industrial. Esto llevó a que en las ciudades se concentrara gran cantidad de población,
provocando graves problemas sanitarios y urbanísticos.
En el desarrollo de la industria también influyeron los transportes, puesto que se vio superada
la tracción animal a favor del uso del vapor. Esto sin duda facilitó los intercambios comerciales
de productos manufacturados. El barco a vapor (Fulton), la locomotora (Trevithick)… La
primera línea de ferrocarril del mundo fue Manchester-Liverpool y, en España, Barcelona-
Mataró, dos importantes centros industriales. A su vez, también mejora la red de carreteras y
caminos.
Otro factor influyente en la revolución industrial fue la gran necesidad de luchar contra la
competencia, lo que exige conseguir precios cada vez más competitivos. De ahí que tengan
que surgir las fábricas, para abaratar los costes de producción, y por tanto, poder bajar los
precios. En estas fábricas se va a dar una absoluta diferenciación de tareas y división del
trabajo. Además, se da la fabricación en serie de los productos.
A raíz del sistema fabril surge el maquinismo, debido a que existe una necesidad imperiosa
cada vez mayor de producir más y mejor, reduciendo los costes de producción. Esta lucha por
reducir costes va a incentivar la carrera por la innovación. Además, esto conlleva la
concentración de capitales, pues las máquinas eran muy costosas. Surgen los bancos privados,
las empresas familiares y las sociedades anónimas.
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Otra consecuencia va a ser el crecimiento auto sostenido de la producción industrial, que
aumenta ininterrumpidamente desde 1750 aproximadamente (dependiendo del país) hasta la
actualidad.
Además, se produce el surgimiento de una nueva figura social, la del empresario industrial.
Este se sitúa en la cúspide de la alta burguesía, y va a ser dueño absoluto de los medios de
producción. Nace a su vez una nueva clase social, el proletariado en torno al 1770-80,
surgiendo con ello la lucha de clases. Además, el proletariado crece en la conciencia de su
situación a través del análisis de la realidad que lleva a cabo el marxismo.
Existe un debate sobre el nivel de vida de los obreros durante la Primera Revolución Industrial.
INTERCAMBIOS COMERCIALES. Desde el siglo XV hasta la primera mitad del siglo XIX.
Segunda mitad del siglo XV y siglo XVI. Al intercambio comercial le afectan los
descubrimientos geográficos. Provocan la paulatina constitución de una economía
mundial de carácter dependiente de Europa, epicentro de la misma. El mercado
mundial va a ser asimétrico, descompensado, pues el centro se encuentra en
Occidente. Desde ahí se compran materias primas a los países periféricos, y después
se les vende el producto ya manufacturado, mucho más caro. Además, destaca la
pérdida progresiva y paulatina de importancia del mundo mediterráneo en el ámbito
comercial (y político), en favor del mundo atlántico. Esto se debe a la confluencia de
las corrientes comerciales mundiales con las europeas.
La zona más beneficiada de esta confluencia será los Países Bajos. Estos tienen una
excelente posición geográfica, además, será la zona de mayor dinamismo económico
de la época. Los Países Bajos se convierten en un inmenso depósito donde se
intercambian mercancías procedentes de todo el mundo. Los centros neurálgicos
serán dos puertos de envergadura e importancia mundial: puerto de Amberes (hasta
el último tercio del siglo XVI) y el puerto de Ámsterdam (hasta finales del siglo XVII).
Aun así, existen ciudades mediterráneas que desempeñaban un fructífero papel en el
comercio mundial, sobre todo Venecia y Génova, en el norte de Italia. Siguen siendo
grandes intermediarias entre el comercio europeo y el asiático, hasta finales del siglo
XVI, cuando el tráfico de las rutas caravaneras termina muriendo. Esto se debe al
asentamiento de los holandeses en Asia y a la presión de los turcos en el
Mediterráneo oriental.
El primer hito que demuestra el rotundo éxito del mundo atlántico es el caso español.
Desde el descubrimiento de América, las Indias Orientales, el puerto de Sevilla cobró
protagonismo. Desde allí se exportaba vino, aceite y tejidos principalmente, y se
importaba oro y plata (que contribuyeron a dinamizar la economía europea).
Otro caso es el portugués. Portugal desarrolla la economía azucarera, mediante
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plantaciones de caña de azúcar en América. Esto va a contribuir enormemente al
desarrollo del comercio de esclavos. Con esto, los portugueses van a lograr pagar los
productos que traían de Asia y África. P. ej. Desde África se traían esclavos y marfil, a
cambio de bronce. Desde Asia, especias, a cambio de oro y plata.
El tercer hito es el puerto de Amberes. La razón de su éxito estriba en que se va a
convertir en el principal mercado redistribuidor de todo tipo de productos a nivel
mundial durante todo el siglo XVI, haciendo fluir hacia él todo tipo de intercambios
comerciales. La decadencia de este puerto estará estrechamente ligada a la revuelta, y
posterior represión, de los Países Bajos contra la monarquía española.
El gran beneficiario de la decadencia de Amberes será Ámsterdam, que ejercerá su
supremacía durante prácticamente todo el siglo XVII.
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La fuerza motriz de todo esto es el comercio de esclavos.
Siglo XVIII. Inglaterra cada vez más consolida su posición hegemónica dentro del
comercio mundial. Para conseguir nuevos mercados, Inglaterra empleará la guerra. Los
brazos ejecutores de esta política de expansión de mercado serán la Compañía inglesa
de las Indias Orientales y la Compañía inglesa de las Indias Occidentales, que se
repartían el comercio mundial. Surge Francia como gran rival de Inglaterra desde el
punto de vista comercial, además de político.
El primer hito que asienta cada vez con más fuerza la supremacía inglesa en el ámbito
comercial va a ser la Guerra de Sucesión Española. El conflicto termina con la firma de
los tratados de Utrecht (1713) y Rastadt (1714). Mediante ellos, España cede a
Inglaterra los territorios de Menorca (recuperado a finales del siglo XVIII) y Gibraltar,
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Reservados todos los derechos.