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Facultad de Psicología
Licenciatura en Psicología
Matrícula: 12790-14
Fecha: 6/11/15
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Introducción:
En el presente trabajo propondré un análisis sobre el concepto de Dasman,
utilizaré para ello la selección de fragmentos, hecha por la cátedra de filosofía del hombre,
del texto “Ser y Tiempo” (Heidegger. M, Trotta 2006). Tal concepto, el autor lo define
como modo de existencia, del Dasein en la cotidianidad, determinado por el Uno, que el
autor identifica como “todos y nadie determinado”. Teniendo en cuenta esto, propondré
realizar una conexión de tales conceptos con el papel contemporáneo de la publicidad y sus
efectos sobre el individuo.
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Desarrollo:
Para empezar, valdría rescatar los términos centrales que utiliza J.L León en su
artículo, estos son: Mito, publicidad e ideología. Tanto, el concepto de mito como el de
ideología, el autor los va a utilizar en relación con la publicidad, esto es: el mito en tanto
explicación alegórica que encierra un mensaje oculto de explicación del mundo y de la
condición humana, este sería el vehículo de expresión de la publicidad. Ideología, en tanto
“conjunto organizado de ideas y sentimientos de valor dominante en una época” (León,
1998: 66) que subyace en la publicidad. El autor agrega, respecto de este último punto, que
“si hay un predominio ideológico, ello quiere decir que los medios de expresión dominantes
estarán a su servicio (…) podemos comprender que la publicidad cae de lleno en el campo
de los medios míticos, frente por ejemplo a la prensa que pertenece al de los medios
lógicos” (León, 1998: 67).
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cuenta esto, y se advierte la repercusión de esto sobre los individuos, podríamos pensar que
los sujetos receptores de este mensaje codificado, están siendo bombardeados por esta
ideología constantemente, teniendo como consecuencias una afectación en sus
subjetividades. El Uno del que habla Heidegger, en el que estamos inmersos en nuestra
cotidianidad, sería la representación de estas subjetividades teñidas y atravesadas por un
mensaje ideológico proveniente de la publicidad. Este modo de existencia nos ofrece una
visión sobre el mundo circundante, sobre los demás y sobre nuestro ser.
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haber sido realmente aprehendido y no lo está, o bien no parece y lo está, en este enredo se
funda la ambigüedad.
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prolongaciones de aquel, y entran en el modo uniforme existencial de la impropiedad. La
ideología dominante encuentra su expresión en distintos vehículos, entre ellos la abarcativa
publicidad, y hace llegar su mensaje a aquellos últimos eslabones que son los sujetos, que
no advierten la posibilidad de apropiarse de su ser, creyendo a la vez que lo son.
Conclusión:
Sin duda se ha subestimado el papel que puede llegar a tener la publicidad en la
conformación del Ser, ciertamente su carácter mitológico la encubre, y el usuario no se
percata de lo que se intenta decir detrás de toda apariencia consumista, se toma como lo que
es en su apariencia: nada demasiado trascendente. Pero sin embargo, esconde un constructo
ideológico, en donde habría que poner todos los análisis. Creo personalmente, que en
nuestra sociedad vigente, y también a lo largo de la historia aunque de distintas formas, los
sujetos vivimos oprimidos e imposibilitados de elucidar la posibilidad de explotar nuestro
propio ser, ya no vivimos más que para lo que nos muestran que debemos vivir, y esto es
entendible, desde cierto punto, si tenemos en cuenta la creciente y constante reproducción
de los dispositivos publicitarios, que se nos sobreponen y, por los cuáles vivimos presos de
un sistema ideológico que establece y facilita, a su vez, las condiciones para que este
mecanismo funcione correctamente.
Creo que una postura filosófica frente a estas cuestiones, es necesaria como
posible solución para escapar de los tentáculos del sistema dominante, a saber, el
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cuestionamiento de lo incuestionable, el intento de apropiación y aprehensión de lo dicho y
no la mera aceptación sin comprensión de esto, el replanteamiento sobre nosotros y el
mundo, y la contemplación del funcionamiento de las cosas. La aceptación de que el modo
de vida actual se basa en la fugacidad, la constante distracción en lo trivial, y de la
imposibilidad de las condiciones reales que tiene el ser, para plantearse a sí mismo, a los
demás y a su mundo debe ser una prueba de que estamos viviendo una vida preestablecida
por otro, un otro que se oculta pero nos atraviesa en nuestra existencia y que su objetivo va
más allá de generar el consumo, y más bien se centra en crear sujetos dependientes,
esclavizarnos a un modo de interpretación, de manera tal que no sepamos que lo están
haciendo, y de establecer las condiciones que no nos permitan pensar semejante acto.
Referencias bibliográficas: