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DESAFÍOS A LA QUIETUD DE ITALIA Y CRISIS DE LA POLÍTICA DE PAZ
(1601-1617)
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un factor confesional, pero éste solo era un instrumento al servicio de la política. A
pesar de este factor la guerra viene motivada por otras muchas razones:
1. problemas dinásticos y sucesorios
2. rivalidades hegemónicas
3. intereses económicos y estratégicos
4. la expansión territorial
5. inestabilidad de los estados tapón
6. control español de ciertas rutas comerciales
7. un acelerado rearme militar
8. existencia de hombres más ambiciosos y temerarios
En su origen fue una guerra alemana, surgió en Bohemia por los deseos del
Emperador de eliminar el protestantismo y transformar el Imperio en un estado
centralizado y católico. Los príncipes alemanes se sintieron amenazados y los
protestantes doblemente. Luego cuando expiró la Tregua de los Doce Años, entraron los
holandeses con sus intereses comerciales y estratégicos trayendo a España a la
contienda. Dinamarca y Suecia entran para apoyar a sus hermanos de fe y para limitar la
influencia de la Casa de Austria en sus fronteras, el mismo objetivo que tenía Francia,
eterna enemiga de dicha dinastía. El tema central del conflicto era, sin duda, la
preponderancia de la Casa de Austria en el mundo, aunque se superponen todos los
otros intereses y causas.
La acción militar y la diplomática interfieren entre sí, los diplomáticos
intervienen en el curso de la guerra porque muchas potencias, como Francia, tienen
intereses contrapuestos y les resulta tan peligroso perder como que sus aliados venzan
claramente. Además hay mediadores, como el Papa, Venecia y en un primer momento
Dinamarca, sin resultados claros.
La larga duración de la guerra explica la evolución sufrida por los ejércitos, que
primero son mercenarios con mediocre armamento reclutados por un empresario que se
contrata con dicho fin, por lo que se necesita una buena financiación para mantenerlos.
Estos soldados son muy variados en lenguas, credos y nacionalidades y su único vínculo
es su jefe, en ocasiones con intereses propios, cuando no son pagados recurren al pillaje
y su estrategia principal es demorar el enfrentamiento para evitar bajas. Luego, con la
intervención de Suecia, aparece un ejército nacional, tropas homogéneas animadas por
un mismo ideal, patria y religión, pagadas regularmente, bien armadas y disciplinadas
que arrasan. Este ejército si busca el enfrentamiento abierto para aprovechar su eficacia.
El conflicto acaba por el cansancio de los contendientes y lógicamente por las
dificultades financieras que había agravado al máximo la carga fiscal de sus respectivos
países. Su conclusión requirió de un nuevo sistema de conferencias de paz y creó un
nuevo orden en el mapa europeo.
Debemos decir que sin lugar a dudas la Guerra de los Treinta Años va a
constituir uno de los hitos más importantes de la crisis en que se verifica el triunfo de la
plena modernidad. Además, va a echar el cimiento de la política de la Europa moderna
hasta su reciente progreso de unificación.
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En 1641 el nuevo Emperador Fernando III se compromete a iniciar
negociaciones en Westfalia, el cansancio se generaliza en los contendientes, además
Richelieu muere en 1643 y aunque Mazarino continua su política se tendrá que
enfrentar a la Fronda. Los suecos en 1645 derrotan en Bohemia a las últimas fuerzas
imperiales y los protestantes consiguen invadir la Baviera católica, todos marchan sobre
Viena.
El período de la guerra de los Treinta Años y los otros conflictos con ella
interrelacionados, terminan a mediados del siglo XVII con una serie de tratados que se
firman en Westfalia (1648). En 1641 se abrió un congreso general para la paz en las dos
ciudades de Westfalia (Münster y Osnabrück) pero se sigue luchando, no convirtiéndose
en efectivas hasta 1644. El emperador Fernando III (1637-1657) más flexible que su
padre, cede a las exigencias franco-suecas de que asistan al congreso los diversos
estados del Imperio y que tengan capacidad negociadora no interferida por el
Emperador, con lo que se neutraliza todo el proceso de unificación imperial y
germánica.
Son dos sesiones
simultáneas pero separadas,
en las que nadie desea
pactar hablan e intentan
separar a los enemigos
mientras que siguen
buscando la victoria en el
campo de batalla. Cuando
los protestantes lo consigan
se aceptaran sus exigencias
y en 1648 se firman los
tratados de paz en Münster
entre el emperador y
Francia con los católicos y
en Osnabrück entre el
emperador y Suecia, con sus aliados protestantes.
Los tratados consagran importantes cambios territoriales:
- Francia obtuvo el arzobispado de Metz, Toul, Verdún y toda Alsacia excepto
Estrasburgo y Mulhouse y adquiere la preponderancia en la política europea.
- Suecia obtuvo la Pomerania occidental y los arzobispados de Bremen y Stettin.
También obtuvo el control sobre la desembocadura del Oder, Elba y Weser, más
una compensación económica y se convirtió en la principal potencia del Norte.
Ambas como vencedoras se convierten en las garantes de la “libertades
germánicas”.
- Baviera, adquirió voto en el Consejo Imperial de Electores.
- Brandemburgo (Prusia) obtuvo la soberania oriental y el arzobispado de
Magdeburgo.
- Suiza fue reconocida como nación completamente independiente.
- Provincias Unidas fueron reconocidas como estados libres, independientes y
soberanos en un tratado bilateral acordado en Münster. Además recibían ventajas
comerciales según el Tratado de Navegación y Comercio de 1650, la Monarquía
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Hispánica renunciaba a su teórico exclusivismo en el continente americano al
reconocer a las Provincias Unidas el derecho a navegar y comerciar en aquellas
tierras que no estuvieran bajo control español. Y les ceden las colonias
portuguesas que ya había conquistado.
- En el interior del Imperio hay cambios y territoriales y políticos: Los dos
príncipes alemanes cuyos territorios fueron más devastados (el de Brandenburgo
y el de Mecklemburgo) son recompensados con obispados secularizados. El
Palatinado fue dividido en dos territorios: el Bajo Palatinado (Palatinado
renano): donde se restableció como Elector a Carlos Luis (hijo y heredero de
Federico V) (protestante); y el Alto Palatinado (católico) en manos del Elector-
Duque Maximiliano de Baviera. Se confirma el fracaso de las ambiciones
absolutistas y centralizadoras del Emperador, los príncipes ven aumentado su
poder. Se revoca el Edicto de Restitución y se confirman las cláusulas de
Augsburgo dando entrada a los calvinistas, permitiendo practicar cualquier culto
privadamente a los habitantes. Es una derrota de la Contrarreforma como
demuestra el hecho de que el Papa se negara a firmarlo. Se establecía el libre
comercio por el Rin, favoreciendo el control sueco de la costa.
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