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DESCARTES
Había estudiado un poco, siendo más joven, la lógica de entre Si recordamos, Descartes había
las partes de la filosofía; de las matemáticas, el análisis de los distinguido las ciencias demostrables
geómetras y el álgebra. Tres artes o ciencias que debían con razones ciertas de las que
contribuir en algo a mi propósito. Pero habiéndolas examinado, utilizan argumentos solo probables,
me percaté de que en relación con la lógica, sus silogismos y la como la filosofía. Esas ciencias son la
lógica y las matemáticas (la
mayor parte de sus reglas sirven más para explicar a otro geometría y el álgebra), que si bien
cuestiones ya conocidas o también, como sucede con el arte de son útiles, también están llenas de
Lulio, contribuyen más a hablar sin juicio de aquellas cosas que errores y de principios superfluos,
se ignoran que a investigarlas. Y si bien la lógica contiene además de ser excesivamente
muchos preceptos verdaderos y muy adecuados, hay, sin abstractas. Por tanto, sus métodos no
embargo, mezclados con éstos otros muchos que o bien son son válidos y es preciso buscar otro
perjudiciales o bien superfluos; de modo que es tan difícil que se reduzca a unas pocas (cuatro)
distinguir unos de otros, como sacar una Diana o una Minerva reglas sencillas, para evitar
de un bloque de mármol aún no trabajado. Igualmente, en rela- confusiones.
ción con el análisis de los antiguos o el álgebra de los modernos, El arte de Lulio hace referencia a
además de que no se refieren si no a muy abstractas materias, Raimundo Lulio (Ramón Llul 1232-
que parecen carecer de todo uso, el primero está tan 1316). Utiliza el “Ars combinatoria”
circunscrito a la consideración de las figuras que no permite como un método científico para
ejercitar el entendimiento sin fatigar excesivamente la encontrar la verdad.
imaginación. La segunda está tan sometida a ciertas reglas y
cifras que se ha convertido en un arte confuso y oscuro, capaz,
de distorsionar el ingenio, en vez de ser una ciencia que
favorezca su desarrollo. Todo esto fue la causa de que pensase
que era preciso indagar otro método que, asimilando las ventajas
de estos tres, estuviera exento de sus defectos. Y como la
multiplicidad de leyes frecuentemente sirve de excusa para los
vicios, de tal forma que un estado está mejor regido cuando no
existen más que unas pocas leyes que son minuciosamente
observadas, de la misma forma, en lugar de un gran número de
preceptos del cual está compuesta la lógica, estimé que tendría
suficiente con los cuatro siguientes con tal de que tomase la
firme y constante resolución de no incumplir ni una sola vez su
observancia.
La primera regla del método o el
primer precepto, es no admitir
ninguna proposición, ningún juicio,
que no sea evidente; es decir, que
El primero consistía en no admitir cosa alguna como no se conciba de forma clara y
verdadera si no la había conocido evidentemente como tal. Es distinta, Claro es todo aquello que
decir, con todo cuidado debía evitar la precipitación y la se presenta a nuestra razón
prevención y admitir exclusivamente en mis juicios aquello que nítidamente, podríamos decir, en
se presentara tan clara y distintamente a mi espíritu que no todos sus detalles, y distinto, lo que
tuviera motivo alguno para ponerlo en duda. no se confunde con ninguna otra
cosa. Concebido de esta forma, no
queda lugar a la duda, y ese juicio
es verdadero. La evidencia será el
nuevo criterio de verdad sostenido
por Descartes, y consiste en que
nuestra razón, y solo nuestra razón
(es preciso rechazar los sentidos y la
imaginación), concibe, intuye,
directamente que un juicio es
verdadero sin ningún género de
duda. Lo que caracteriza a la
evidencia es que elimina la duda.
CUARTA PARTE