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LA LENGUA COMO FACTOR BÁSICO DE INCLUSIÓN SOCIAL

Las acciones de la Academia Argentina de Letras en su favor En nuestros


días, las voces "inclusión" y *"exclusión" sobreabundan en los medios de
comunicación y en las bocas fáciles de los políticos. Se habla de exclusión
social, exclusión económica, exclusión cultural, y, a contrapelo, sobre la
necesidad de convertir a los excluidos en inclusos para darles existencia
real en la vida democrática. Pero nadie habla de la exclusión verbal que
padece un número millonario de hablantes en las patrias integrantes la
comunidad panhispánica. Nuestra concepción es que r la lengua es por
donde se debe canalizar la inclusión para que todos los derechos del
ciudadano Comencemos por las palabras. El verbo latino inchudere
significa, elementalmente, 'incluir', 'poner una cosa dentro de otra': una
moneda en la alcancía, una cita en un discurso y a una persona en el seno
de una comunidad. En esta primera acepción i aludiría a una "inserción",
que, a su vez, tiene dos modos de concretarse: por "incrustación", como la
gema en una joya, labor que se supone forzada y externa, o bien "en
garzamiento", lo que no modifica la condición de la gema, incrustada o
engarzada, con más o menos orfebrería, pues la naturaleza de la piedra no
se altera, y no se integra a la base. La otra forma de inserción es por
"incorporación'", que nos habla de integrar armónicamente un elemento
en un conjunto, del que, la parte incluida, pasa a ser constitutiva,
compositivamente hablando. Estos distingos, de apariencia física, son
perfectamente aplicables a la realidad social en una comunidad, donde, en
efecto, hay "incrusta dos" e "incorporados". Y esto se da en lo social,
político y educativo. 64 Pedro LUIS BARCIA BAAL, LXXIL, 2007 Pero otra
acepción de includere es 'encerrar", en la cárcel, por ejemplo, o ahogar la
voz que quiere manifestarse. Y esto ya resulta paradójico. Los
desamparados, los sin protección paterna, son incorporados a La Inclusa,
en Madrid'. En el Buenos Aires del periodo hispánico -designación que es
ma e Domero- los huérfanos eran recibidos precisa que "colonial", como
nos enseñó el insigne historiógrafo José en la casa de Niños Expósitos, así
llamados porque eran abandonados en la calle, en los umbrales, sin
cobertura que los protegiera. Eran los que hoy lamamos, con alguna
variante, "los sin techo". La propuesta, desde la lengua, es liberarlo al
hombre mediante la ex-presión, esto es la liberación por la palabra.
Nuestra educación, en los últimos diez años, convirtió a los muchachos en
"inclusos", pues la escuela los incorporó, pero operó como simple
contenedor: estaban dentro del sistema, pero no progresaban en el
manejo de su expresión. Se los hacía pasar de grado y de año, pero, en
rigor, no se los promovía. Al egresar, eran, y en gran proporción siguen
siéndolo, meros expuestos sociales. Pasaba de falso incluso a expósito
lingüístico. No fue habilita de en el manejo básico de su lengua y, por ello,
permanecía cautivo de sus limitaciones expresivas. Cuando algún
periodista me pregunta sobre la libertad de expre sión en mi pas, e
respondo que padece un fuerte cercenamiento, y que no se ven s de
recuperación, dicho sea, más allá de los pleitos periodísticos reales: el
muchacho y la chica que no son dueños de las posibilidades potenciales de
la lengua no pueden ejercer el derecho a la libre expresión, pues son
víctimas de su indigencia expresiva. No pue den articular una frase
coherente, y menos una exposición brevemente sostenida. Y así privados
del bien cultural de la lengua común, se le coarta el acceso al resto de los
bienes culturales. La lengua es el tejido conjuntivo de una comunidad. Si
usted participa de ella, está integrado al seno comunitario, si no, es un
excluido. Estimo que, salvo grados de profundización de este estado de
cosas, la situación es, quizás, más o menos común a todas las naciones
hispanoamericanas. Se trata de una realidad generalizada. De allí que
estén preservados.
[19:56, 11/4/2023] Rocio Palacio: las reflexiones que aquí ordeno aludan a
espacios más amplios que el argentino. Un porcentaje muy elevado de
nuestros muchachos, de todas las clases sociales y, claro, más
agudamente, de las carenciadas, está por debajo de la linea de pobreza
lingüistica. Este diagnóstico es préocu pante, i varias razones, y por sus
consecuencias. La persona que no puede articular su discurso, no puede
dialogar, no puede expresar con claridad lo que pide, por lo que protesta,
o lo que denuncia. Y lo que no sale por la boca, sale por el puño, cl palo, la
pedrada, el corte de calle de los piqueteros urbanos', porque la lengua es
una cficaz y primera mediadora. Faltando ella, no se da el primer puente
que debe tenderse en situaciones de conflicto. Esto parece no ser visto
por los gobiernos. Es curioso que se busca y habla de la cquidad en todos
los terre nos, pero no en el lingüistico. Una persona discapacitada verbal
es una pieza fuera del sistema social. Trabará los movimientos de
relación ; de intercambio. El 60% de los egresados de nuestro polimodal
no están habilitados ni para la exposición oral, más o menos coherente y
diserta, ni para el manejo de la lectura comprensiva. Es una situación
repetida la del mu chacho recién salido de la escuela secundaria que, por
su incapacidad para mantener una entrevista personal con un jefe, cuando
aspira a un empleo, o porque no entiende las consignas para llenar el f
exigido, la posibilidad del trabajo. Estos son claros c 64/336 cluidos
aborales por razones lingüísticas. Lo mismo pasa en a las universidades. La
enseñanza y el aprendizaje de la lengua común consolidan una
democracia participativa. Uno de los puntos neurälgicos de la vida
democrática es la libertad de expresión que un minusválido expresivo no
puede ejercer. Pasa a ser un ciudadano de segunda, a quien le está
vedado el derecho al diáiogo, a la réplica, al cambio de opiniones. La
indigencia expresiva es un cáncer para el sistema democrático. El
indigente verbal no puede peticionar a las autoridades, denunciar los
abusos, defender sus derechos, r sus sentimientos de adhesióno De tal
manera, en la Argentina, a interrupción de la circulación por obra de los
llamados "piqueteros" es pan de cada día, que en clase hemos comenzado
a hablar de la "coma piquetero", aquella que, por mal situada, interrumpe
el tráfico sintáctico. 66 PEDRo LUIS BARCIA BAAL, LXXII, 2007 Nada
digamos del hecho de que la lengua está asociada al pensa miento critico.
Somos nuestra lengua. Las declaraciones abundan desde Wittgenstein,
hoy muy de moda, hasta nuestro Pedro Salinas: el hombre se posee y es
dueño de si en la medida en que es dueño del lenguaje. En el caso de
nuestros muchachos, hoy lo principal no es la falta de corrección, o la
vulgaridad, que de por sí son graves, porque es más grave aún a pobreza
lingüistica que padecen por mala educación y que se agrava en pehuria
expresiva por el modelo impresivo de muchos programas televisivos. La
educación lingūística del muchacho debe acudir con urgencia a superar
estas limitaciones de indigencia verbal, por un lado, y disca pacidad para
armar un discurso en el que confiar su experiençia o su reflexión básicas.
La expresión, se sabe, no hace al hombre completo, si no se da la
comunicación correlativa. El hombre no es un animal que habla, según la
vieja förmula. Eso es un hecho unilateral. Es más que eso. Por un lado, es
un animal, si se quiere, que dialoga, y, en segundo lugar, como dice José
Ferrater Mora, no es un mero animal parlante: es un ser que reflexiona
sobre su habla, y esto le da dignidad y conciencia de expresión. Más allá
de la decadencia en la enseñanza del sistema de la lengua y su ejercicio en
los muchachos, se ha ido dando una exclusión gra dual en las aulas del
cultivo de la oralidad, en todos los niveles de la enseñanza. Esto es
sumamente grave porque en el hombre común, en el ciudadano, el 90%
de las actividades lingüísticas cotidianas son de indole oral. Solo un 8%
corresponde a la lengua escritay el 2% restante al lenguaje gestual. Pese a
esta realidad palmaria, se ha ido amorteciendo la práctica de la oralidad
desde la primaria a la universidad. Se reducen los debates, imposible de
mantener en un aula secundaria con 40 alumnos y en una clase
universitaria, con 300; se anulan los exámenes orales, en aras del escrito
que es más rápido de gestionar y más seguro de corregir, etc. El discurso
oral se arrincona y languidece y agoniza rechazo, Esa orfandad toca la
médula del sistema de la democracia.
[19:56, 11/4/2023] Rocio Palacio: De las cuatro destrezas que la escuela -y
los niveles docentes sucesivos- deben desarrollar en el muchacho: hablar y
escuchar, leer y escribir, todos los esfuerzos, tradicionalmente se han
volcado a la segunda dupla, en tanto la primera, hablar y escuchar,
quedan sensi blemente desatendidas por dos razones: por estimarse,
desde un su puesto falaz, que un niño naturalmente babla y escucha sin
dificultad y con espontaneidad;: y la segunda, porque el prestigio de la
escritura impuso su grafosfera en todos los planos de la actividad humana
y ha privilegiado la enseñanza de la lectoescritura en el campo lingüistico.
La oralidad ha padecido una evidente postergación didáctica, cuando, en
rigor, es la vía de expresión y comunicación más directa y sostenida en la
vida cotidiana. Se impone el rescate de la oralidad como formadora del
ciudadano opinante. Y la forma más valiosa de la oralidad que está en
crisis es el diálogo. ILa lengua dialogal, cl más efectivo espacio de relación
humana en la escuela y en la universidad, no resulta atendida
suficientemente. Decía Alain Bloom que la universidad es socrática o no
es, es decir, es dialógica o desvirtúa su propia esencia de comunicación
entre maestros y discipulos. Ninguno de los ámbitos docentes enseña a
dialogar. La oralidad no admite sustitución del sujeto hablante, sí la
escritura, desde los negros que asistían a los autores de los folletines
periodisticos a los secretarios redactores de discursos presidenciales.
Tenemos una seria dificultad más para el rescate de la 66/336 del manejo
expedito de la lengua materna: la deficiente pre nuestros profesores y
maestros. La raíz de esto estriba en la universiaaa pues los profesores de
letras que genera no tienen práctica de lengua oral, ni se les enseña las
formas del discurso oral, y su formación lin güistica es teorética. Esos
profesores, egresados de la universidad, dic tarán cursos de formación
para los maestros, y como nadie da lo que no tiene, la transferencia será
paupérrima. La catarata o el efecto dominó va desde la universidad al niño
escuelero. Son el maestro y el profesor los que deben proponerse como
modelos vivos en el uso correcto y rico del sistema. Pero la deficiente
competencia de los docentes, ya alar mante, se presenta como un escollo
en el rescate del discurso oraly del manejo del sistema por parte de los
muchachos. Urge desarrollar el diálogo en todos los niveles educativos, y
aun desde la familia. La realidad actual ha hecho desaparecer la mesa del
al 68 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXXII, 2007 muerzo que reunía a toda la
familia y donde los más chicos hallábamos una escucla informal de
diálogo. La mesa familiar operaba como simu lador del vuelo dialógico
para los menores, y aprendíamos a calibrar la intervención oportuna y
prudente en el fluir de la conversación. El diálogo interpersonal es la base
y modelo del diálogo intercultu ral. Y dejó de lado este campo vastisimo.
Los valores humanos que el diálogo desarrolla en la persona para su
inserción social en la sociedad democrática son más que relevantes: el
respeto al interlocutor y al contexto, la adecuación, la escucha atenta del
otro, la tolerancia activa, la flexibilidad, la comprensión, la consoli dación
de la propia identidad, la conciencia democrática de participación y
convivencia. La educación dialógica -la cultura dialógica- no es tarea de
una materia o asignatura: es tarea institucional. Todo docente y directivo
deben ser maestros de diálogo, desde la escuela a la universidad'. A la
compleja situación actual docente en la que la lengua ya no es estimada
como "el cemento curricular", como dijo María Montessori con acierto, se
le suma la incorporación del adolescente, sino niño, a los nuevos medios
digitales con la práctica del chateo y de la emisión de mensajes de texto.
Las novisimas generaciones no solo[19:56, 11/4/2023] Rocio Palacio: no se
demoran en el periódico, sino cada vez menos en la televisión, y se
integran en nuevas vías electrónicas y nuevos medios en los que la lengua
se va estrechando y deformando hasta lo irreconocible. El fenómeno que
se está produciendo no es el de la creación de nuevos códigos lingūísticos,
como dicen algunos pragmáticos, porque en verdad los diversos grupos de
jóvenes adoptan abreviaturas diferentes, y convenciones grupales, que
constituyen pequeñas tribus urbanas electrónicas y digitales. No más. No
hay propuesta de códigos generales. Más, el lema de alguna compañía de
teléfonos digitales, es como reza el anuncio de Telecom, "Inventá tu
propio -lenguaje", con modalidad expresiva argentina. Es una inconsciente
invitación a la muerte de la comunicación, paradójica propuesta de una
compañía de comúnicación que promueve el indivi
[19:58, 11/4/2023] Rocio Palacio: dualismo expresivo generador de una
Babel celular en los mensajes de texto

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