54.a SESION ORDINARIA.
O C TU B R E 6 de 1936
P R E S ID E N C IA D E L SEÑOR F E L ISB E R T O F. C A R A M B U L A
(SEGUNDO V I C E P R E S I D E N T E )
Y DEL DOCTOR JULIO CESAR CANESSA
(PRESIDENTE ELECTO)
SUMARIO
1— Asistencia.
2— Asuntos entrados.
3— Proyectos presentados:
A)De los señores Representantes doctor Pedro J.
Magnoni, don Adolfo Pérez Sánchez doctor Ama­
deo Almada, don Miguel Vieyte, don Benigno Ca-
rámbula García y don Homero Corbo Martínez,
sobre garantías de alquileres para los funciona.
rios públicos.
B ) De]- señor Representante doctor Guillermo Stewart
Vargas de modificación de los artículos 293 y 294
del Código de Procedimiento Civil.
4— Inasistencia.
5— Manifestación del señor Representante don Líber Troi-
tiño en la que denuncia un caso de restricción a la
libertad de reunión en la ciudad de Artigas y protes­
ta a nombre de la delegación socialista. — Pide que
la Comisión respectiva a la cual se ha sometido el
asunto de fondo, se pronuncie sobre el mismo.
•1— Interpelación al señor Ministre de Relaciones Exterio­
res sobre la suspensión de relacione? diplomáticas con
la República Española. — El señor Representante doc­
tor Emilio Frugoni reitera la moción de la delegación
socialista rechazada en la sesión anterior y agrega
nuevos fundamentos a los ya expresados antes.
7— Conflicto obrero con !u casa Abal Hermanos. — El
señor Representante don Eugenio Gómez funda y pre­
senta una moción pora que la Comisión de Legisla,
eión Social intervenga como mediadora e informe a
la Cámara sobre los hechos. (A firm ativa).
8— Comisión mediadora ante el señor Representante doc­
tor Toribio Olaso, — El miembro de la misma, señor
Representante don Julio V. Ttuvbide, da cuenta del
retiro de la renuncia del señor Vicepresidente Olaso,
y a la vez da la ratificación de confianza de la ban­
cada terrista. — Manifestación de! señor Representan­
te doctor Olaso.
9— Cuestión da orden. — Consulta del señor Represen­
tante don Carlos M, Aznárez.
10— Presidencia de la Cámara. — Elección de titular. —
Proclamación del doctor Julio César Canessa. — Ma­
nifestación del señor Presidente electo. — Constan,
cias de los señores Representantes don Mario Dupont
Aguiar — a nombre de su agrupación— don Carlos
M. Aznárez, don Angel M. Cu sano y doctor Ramón M.
Salgado.
11— Cuestiones de orden. — Prorroga del mandato dei
Tribunal sobre ejecuciones hipotecarias y declaración
patrimonial de los funcionarios públicos. — Inclusión
de] primer asunto en la orden de! día del lunes pró­
ximo (moción Santos), y de! segunde en la primera
sesión del mes próximo. (Moción Almada).
12— Comisión investigadora 3obre procedimientos de la
Policía de Investigaciones. — Manifestación del señor
Representante Frugoni, en la que critica la demora e
irregularidad en las tareas de esa Comisión. Formu­
la moción .para que se fije un plazo e la Comisión pa­
ra expedirse.— Aclaraciones de los señores Represen­
tante CaTájmbula ( don Felisberto F .) y Regules (don
Dardo).— El señor Representante Frugoni insiste en su
moción.— Objeción del señor Representante Carámbula
(don Felisb arto F .).— Debate en el que intervienen los
señores Representantes Frugoni, Dupont Aguiar, Tuso.
Carámbula (don Felisberto F .) y Regules (don Dar­
do). — Moción del señor Representante Tuso, miem­
bro de la Comisión, para que ésta informe el lunes
respecto del plazo que necesita para terminar su tra­
bajo e informar. (Rechazo de la moción Frugoni). —
Observación del señor Representante Espalter respec­
to de que la moción Tuso no necesita votación. Ma­
nifestaciones de los señores Representantes Carámbu­
la (don Felisberto F .), Tuso y Barañano.
13— Comisión investigadora en las denuncias contra el Je­
fe de Policía de Canelones. — Cuestióc planteada por
el señor Representante don Líber Troitiño respecto da
la continuidad de esa Comisión en el asunto y del
pronunciamiento de la rrisma — Explicación del se.
ñor Representante doctor Tomás J. de la Fuente, Pre­
sidente de la Comisión. Concluye que la misma será
citada para resolved sobre la cuestión planteada.
14— Garantías de alquileres para servidores del Estado. —
Recomendación d¿ pronto despacho. (Pedido del se­
ñor Representante don Miguel Vieyte) .
15— Integración de la Cámara. — Convocatoria dei suplen­
te de Representante don Manuel Perrería, en susti­
tución del señor don Eduardo Víctor Haedo. — De­
claratoria de gravedad y urgencia, (Moción del señor
Representante don Alcides Aldama). Aprobación del
proyecto de resolución de la Comisión de Asuntos In­
ternos.
lfi—-Interpelación al seño: Ministro de Reía nones Exte­
riores sobre ruptura diplomáCcr con ;,i República Es­
pañola. - - Moción del señor Represeat.inte con Euge­
nia Gómez. — Adhesión del señor Representante
■• doctor Emilio Frugoni. (Rechazo de la moción Gó­
mez). — Constancia de voto negativo d^l señor Re­
presentante don Miguel Buranelli, en la que adhiere
a la resolución del Gobieru j con a la República Es­
pañola y no contra España.
17— Comisión investigadora sebre adquisición de papas
por e! Estado — Inclusión en primer término de la
orden d?l día de la sesión próxima. — Moción del
señor Representante' doctor Euclides Sosa Aguiar.
18— Hormigón de las ciudades dol litoral e interior. —
Rebaja en las cuotas de pago. — Inclusión en la
orden del día de Noviembre. (Moción del señer Re­
presentante don Armando Tubino) .
19— Ventas mercantiles al contado y a plazos- — Reco­
mendación de pronto despache', a pedido del señor Re­
presentante don Carlos M. Aznárez, autor del pro­
yecto.
20— -Viviendas rurales. — Construcción de las viviendas
económicas y expropiación de tierras para ia gente
pobre de los Departamentos dol litoral e interior. —
Proposición de! informante señor Carballo para que
 se pase a la discusión particular. — Cuestión plan­
teada por el señor Representante don Julio V. Itur-
bide respecto de la consulta previa al Poder Ejecutivo
sobre el alcance del destino de los doscientos cincuen­
ta mil pesos para las viviendas. (Debate en e] que
intervienen el señor informante Carballo y los se­
ñores Representantes Iturbide y I’ ringles). — El se­
ñor informante Carballo insiste en el complemento
necesario de la tierra adyacente a la vivienda ya que
se plantea ampliamente la cuestión del punto d.e vista
social. — Manifestación del señor Representante don
Juan B. Silva — coautor de; proyecto— en la que de
termina el carácter complementario del mismo (In­
terrupciones del señor Representante 'túrbido). —
Manifestación favorable al proyecto de la C.'misión,
del señor Representante don Miguel Buranelli. t inte­
rrupciones del señor Representante Kayel).— Manifes­
tación del señor Representante don Lisandro Cersósimo
en la que funda una moción de pase a Comisión de los
dos proyector a fin de redactar otro que contemple las
aspiraciones de los campesinos y consulte la parte
técnica del asunto. (Interrupciones de los señores Re­
presentantes Oliú y Buranelli). — (Debate en el que
intervienen los señores Representantes Pérez S; ncliez.
Cersósimo, Pringles, De Dovitiis, Collazo, 1 alpino,
Malmierca, Alaggia y Silva) . — Moción de! señor
Representante doctor José P. Alaggia para (¡ue se
pase a Comisión el proyecto Malmierca - Iturbide y
se considere en la sesión próxima al entrar en ia dis­
cusión particular. — Moción del señor Represé ntante
don Gregorio Barañano para que se pase a la discu­
sión particular. (Rechazo de la moción Cersósimo).
— (Debate en el que intervienen los señores Repre­
sentantes Troitiño, Carballo, De Dovitús Malmierca
y Tarabal). — (Aprobación de la moción Alaggia)
-1— Garantías de alquileres para los empleados ofid io ?.
— Proyecto de los señore? Representantes Magnoni,
Pérez Sánchez. Almada, Vieyte. Carámbula García y
Corbo Martínez. — Pedido del señor Representante
Pérez Sánchez para que el asunto pa-se a la Comi­
sión respectiva.
22— Comisión de Presupuesto. — Integración con el se­
ñor Representante doctor Ramón ÍVl. Salgado.
23— Tratado de Comercio con el Japón. — El señor Re­
presentante don S. Cabrera Martínez propone, n nom­
bre de la Comisión de Asuntos Internacionales, el
desplazamiento de la orden del día del asunto y la
integración de dicha Comisión. — Oposición leí se­
ñor Representante don Adolfo Pérez Sánchez al des­
plazamiento pedido. — La Presidencia entiende, de
acuerdo con el Reglamento, que debe aplazarse la
moción Cabrera Martínez, hasta cuando se trate el
asunto.
24— Viviendas rurales. — Construcción de vivienda;; eco­
nómicas y expropiación de tierras po,ra la gente po­
bre de los Departamentos de; litoral e in t e r i o r .__
Retiro de la moción Barañano. — Manifestación del
señor Representante Malmierca, en la que insiste
sobre la importancia del problema higiénico, prin­
cipalmente de la lucha contra la tuberculosis y la sí­
filis y del punto de vista de la moralidad. (Interrup­
ciones de los señores Representantes Oarcfa Corbo,
Tarabal y Silva).
1 en dicha cueinta, dentro de los diez días siguientes a su
En Montevideo, a los seis días dei mes de octubre del
año mil novecientos treinta y seis, siendo las dieciséis ho­
ras y treinta minutos, entran a la Sala ds Sesiones de la
Cámara, los señores Representantes: Abadíe Santos, Acos­
ta, Alaggia, Aldama, Almada, Artecona, Arrillaga Safons,
Aznárez, Baltar, Barañano, Rarbé, Bonino. Buranelli, Ca­
brera Martínez, Camps, Canessa. Carámbula (don Felis-
berto F,), Carámbula García, Carballo, Carnelli, Casas
Araújo, Castro, Cersósimo, Collazo, Corbo Martínez, Cu-
sano, De la Fuente, De Dovitiis. De León, Dupont Aguiar,
Echeverri. Espalter, Esquibel, Estol, Fasciolo Siri, Fer­
nández Crespo Frugoni, García Corbo, Giambruno. Gó­
mez (don Eduardo B.), Gómez (don Eugenio), Guerrero
Flores, Iturbide, Kayel. Langón, Machado Magnoni. Mal­
mierca, Manini Ríos, Martínez, Méndez Rodríguez. Me.-tre,
Montes, Nébel Ellauri, Muñes R'beiro, Olaso. Oliú. Pérez
Aquino. Pérez Moré Pérez Sánchez, Peyroit, Pirotto Prin­
gles, Raffo Arrosa, Regules (don Dardo), Regule.- (don
Raúl), Restuccia, Ríos. Rosa Giffuni, Ruegiero, Salgado,
Santos, Semino, Silva, Sosa Aguiar Sozo, Stewart Vargas,
Tarabal, Torres, Troitiño, Tubiuo, Tuso, Viera, Vieyte, Vi­
ña y W ’ lson.
Total: 85.
Faltan:
Con licencia, los señores Representantes: Antúnez, Gon­
zález Olaza, Gorosito Taneo, Morales y Rossi.
Total: 5.
Sin aviso, ¡I03 señores Representantes: Acosta, Azeves,
Curci, DubraL Ferrería, Mana orda, polleri, Scheldeton y
Vigliola.
Total: 9.
SEÑOR PRESIDENTE. Está abierto el acto.
Se va a dar cuenta de los asuntos entrados.
(Se da de los siguientes):
La Presidencia de la Asamblea Genera! destina a la Cá­
mara los sigiiientes mensajeg y provectos del Poder Eje­
cutivo: |
1— Autorización para concertar con el Banco Hipote­
cario del Urubuay tu, préstamo destinado a dar íérminc al
edificio para sede del Departamento Central de Policía.
— A la Comisión de Asuntos Financieros y Banrarios.
2 Destino de la suma de 50.000 pesos para la erección
de un monumento a los fundadores de la patria.
—-A la Comisión de Instrucción Pública.
8— La Comisión de Asuntos Internos presenta un pro­
yecto de resc lución por el que se manda convocar al se­
ñor Manuel Perrería en reemplazo del señor don Eduardo
Víctor Haedol para integrar ia representación por Suriano.
— Repártase.
4— El señqr Representante doctor Nuble González Ola­
za solicita licencia para faltar a las sesiones que celebre
la Cámara dorante la presente semana: y el señor Repre­
sentante don Inocencio Raffo Arrosa, por el eorrente mes.
— Se votarán oportunamente.
5— La Sociedad Unión de Vendedores de Carne presen­
ta una exposición relacionada con el proyecto qne modi­
fica la ley de 16 de diciembre de 1927, sobre plazo para
desalojo a lojs buenos pagadores.
— A gus ajitecedentes.
"Los señoites Representantes doctor Pedro J. Magnoni,
don Adolfo Rérez Sánchez, doctor Amadeo Almada, don
Miguel Vie>yt^, don Benigno Carámbula García y don Ho­
mero Corbo Martínez, presentan el siguiente
; PROYECTO I)E LEY
Artículo lio Los empleados de carácter permanente de
los Poderes Jyegislativo, Ejecutivo y Judicial, de los Mu­
nicipios, Ent^s Autónomos, Sarvieiog Descentralizados, así
como los jubilados y pensionistas del Pistado tendrán de­
recho a solicitar de sus respectivas oficinas o Cajas a que
pertenezcan, pl servicio de garantía de alquileres de casas
para habitación, de acuerdo con lo estatuido en la presen­
te ley.
Art. 2.o A los efectos del artículo precedente, el Po­
der Ejecutivd y el Poder Judicial abrirán, cada uno, una
cuenta nomiiiai en el Banco de la República, por $ 12.009
y 8 4.000, respectivamente, para "Consolidación de 1a- ga­
rantías de alquileres” que acuerden a los empleados de
sus dependencias, y otra denominada "Prendo de reservas
contra quebranto? de garantías de alquileres” , a formarse
con el prodijcto de las recaudación».- del descuento del
1 o|o que sp le efectuará a los arrendatarios, 3obre el
importe mensual del alquiler garantido para ser vertido
percepción, i
Los Municipios, Entes Autónomos, Servicio? Descentra­
lizados v Cajas de Jubilaciones y Pensiones, abrirán en el
Banco de la República solamente a la cuenta de "Reservas
contra quebrantos de garantías de alquileres” , a consti­
tuirse con ej producto del descuento del 1 o'o ya men­
cionado.
Art. 3.0 sjolamente en los casos de insuficiencia dei
"Fondo de rleserva” , podrá girarse contra la cuenta de
‘ •Consolidación de garantías de alquileres” para atender
únicamente qiuebrantos de garantías debidamente justifica­
dos y romprpbados cuyo importe integro deberá reinte­
grar a dicha cuenta, con recargo de los interese- corres­
pondientes, rbn las recaudaciones del descuente del 1 o|o
establecido n(>r el articulo anterior.
Art. 4.0 ¿os Municipios. Entes Autónomos, Set vicios
Descentralizado-- y Caja? de Jubilaciones v Pen-ione?. en
lis casos de| agotárseles ?u respectivo “ Fondo de reser­
vas contra ojuebranto? de alquileres” , atenderán con ru­
bro? de 3us propios recurso? ' ualquier quebranto debida­
mente jintifi -ado v comprobado, que se origine por con­
cepto de quebrantos de garantías de alquileres otorgados
a su5 5m-leudos o afiliado?, euvo importe será reintegrado
con e! producto de! descuento de: 1 o'o estatuido a ese
efe do por esta ley.
Art. 5.o Lhs reparticiones públicas u ofi inas compren­
didas en el ¿rticulo l.o quedan autorizadas para deducir
mensualmentg, por intermedio de sus respectivas Tesore-
rías o Habilitados, de los sueldos de sus empleados o do
la jubilación o pensión de sus afiliados, el importe ínte­
gro del alquiler que hubieren garantido, sin recargo de
ninguna naturaleza, salvo en los casos especificados en el
artículo 7.o, al solo efecto de abonar directamente al arren­
datario o a quien lo represente en forma, el importe del
alquiler convenido, mediante el descuento d^l 1 oio que
se destina a la constitución del “ Fondo de reservas con-
tra quebrantos de garantías de alquileres” .
Art. 6.o Los contratos de alquileres acogidos a los
beneficios de esta ley no podrán establecer la obligación
de ocupación de la finca, arrendada ñor un término mayor
de un año; y tampoco podrá exceder el monto del alqui­
ler que se estipule al 40 o|o del sueldo, jubilación o pen­
sión que goce el solicitante.
Art. 7 o En los casos de reclamo de reparación de des­
perfectos causados en casas arrendadas con arreglo a esta
ley, la oficina respectiva dará un plazo perentorio al em­
pleado, jubilado o pensionista omiso, para la regularizi-
eión de esa situación, y en su defecto formará un expe­
diente especial para proceder a efectuar el pago de su
monto estimativo con cargo a los 'Fondos de reservas”
disponiendo a ¡a vez la extensión hasta el 70 o|o dsl des­
cuento que corresponderá aplicar sobre monto del sueldo,
jubilación o pensión que gozare el empleado, jubilado o
pensionista omiso, con I03 recargos de los intereses co­
rrespondientes, de todo lo cual se dará cuenta detallada a
su superioridad, lo que, seglin la importancia y gravedad
de los casos establecerá las sanciones que estimare conve­
niente aplicar al infractor, pudiendo también suspenderle
los beneficios de la prestación de garantías de alquileres,
acordada por esta ley.
Art. 8.o El Poder Ejecutivo reglamentará la presente
ley.
Art- 9.o Comuniqúese, etc.
Montevideo, octubre 6 de 19S6.
Pedro J. Magnoni, Representante por Canelones.
— Adolfo Pérez Sánchez, Representante por
Montevideo. — Amadeo Almada (h ijo), Repre­
sentante por Montevideo. — Miguel Vieyte, Pe-
presentante por Montevideo. — Benignno Ca-
rámbula García, Representante por Canelones,
Homero Corbo Martínez, Representante por
Rocha.
“ El señor Representante doctor Guillermo Stewart Var­
gas, presenta el siguiente
PROYECTO DE L E Y
Articulo l.o El articulo 293 del Código de Procedimien­
to Civil, queda modificado en la siguiente forma:
“ Articulo 293. Los Jueces permitirán, sin embargo, que
los autos sean sacados de la oficina a solicitud escrita de
.a parte con la firma de abogado o procurador de la ma­
tricula, y bajo responsabilidad de estos últimos, en los ca­
sos siguientes:
1.0 Para alegar de bien probado-
2.0 Para expresar agravios y contestarles.
3.0 Cuando se trata de operaciones de contabilidad muy
complicadas, quedando la calificación a arbitrio pru­
dente del Juez, sin má3 recursos.
4.0 En los juicios testamentarios, cuando se presenta la
cuenta de división y partición.
5.0 Al contador pífTTTdor, para la formación de la cuenta,
le serán entregados sin otro trámite que la acepta­
ción del cargo.
Fuera de estos casos de excepción, los Actuarios podrán
entregar los autos originales a los litigantes bajo la respon­
sabilidad de los mismos y de sus respectivos abogados y pro­
curadores de la matrícula por un término que no excederá
de cuarenta y ocho horas, y siempre que la entrega no inte­
rrumpa la secuela del juicio.”
Art. 2.o El articulo 294 del Código de Procedimiento
Civil, queda modificado en la siguiente forma:
“ Articulo 2D4. En lbs casos taxativamente enumerados
en el artículo anterior, el abogado o procurador matricu­
lado, tendrá el término designado a la parte para el estu­
dio de los autos; si entregadlos los autos no fuesen devuel­
tos al vencerse el término concedido, el Actuarlo dará
cuenta al Juez, y sin perjuicio de sacarse los autos por
anremio, el abogado o procurador matriculado que los hu­
biese recibido quedará por el hecho inhabilitado para au­
torizar nuevos pedidos de entrega de autos durante el tér­
mino de tres meses, y de seis, en caso de reincidencia,
siendo además, soiidariam -nt- responsable con el litigan­
te que obtuvo la entrega en confianza, de todos los perjui­
cios que se acusen a la contraparte, no sólo por la demora
en la entrega sino también por el extravio de dichos autos
o de cualquier parte de ellos. La fijación de estos perjui­
cios se hará por apreciación jurada del perjudicado pudiendo
el Juez moderarla si la juzga excesiva.”
Art. 3.o Comuniqúese, etc.
Montevideo, octubre \'¡ de 193G.
Guillermo Stewart Vargas, Representante por
Montevideo.
Señores Representantes:
La modificación de los artículos 293 y 294 del Código
de Pt ocedimiento Civil en la forma establecida en el ad­
junto proyecto de ley, está impuesta, después que el Có­
digo de Organización de los Tribunales, lia reglamentado
la profesión de procurador.
Sacar los autos de la oficina en los casos previstos por
los artículo.! citados, es una función eminentemente de
procurador.
Justificado estaba, con anterioridad a la reglamenta­
ción de la referida profesión de procurador, que para el
legislador no existiera otra responsabilidad que la del abo­
gado,.desde que ésta era la única profesión forense regla­
mentada Hoy en día, la exclusión de los procuradores de
la matrícula del beneficio v de las responsabilidades esta-
i lucidas en los artículos que se modifican, no tiene ningún
fundamento y sí muchos inconvenientes de orden prác­
tico.
El adjunto proyecto (le ley amplía en ese sentido los
citad s artículos y no creo que requiera más aclaraciones
! r a su aprobación, que Lene carácter de urgencia.
Sin más, pongo punto final a esta exposición de moti­
vos, colocándome a las órdenes de los señores miembros
(le la Comisión para lo que considerasen necesarios.
1 lo:.t.video, octubre 5 de 1936.
Guillermo Setwan Vargas, Representante por
Montevideo.”
— A la Comisión de Códigos,
4
Léase la inasistencia.
, (Se lee):
Nómina de los señores Representantes que no concu­
rrieron a la sesión del día 5 de octubre a las 16 y 30 horas.
Con licencia: Antúnez, Gorosito Tanco, Morales y Rossi.
Sin aviso: Acosta, Corbo Martínez, Schekleton y Vigliola.
Habiendo quórum, está abierta la sesión
Se han anotado varios señores legisladores para hacer
uso de la palabra en la primera media llora previa.
5
Tiene la palabra el señor Diputado Troitiño.
SEÑOR TROITIÑO. — Señor Presidente: nuevamente
la delegación socialista se ve obligada a dejar constancia
de su protesta por las restricciones que se ponen a la liber­
tad de reunión.
Hac; unas semanas hice, expresamente, un viaje a ¡a
ciudad de Artigas para tomar parte en un acto de propa­
ganda socialista que se había erganizade en aquella ciu­
dad. Se realizó toda la propaganda necesaria para ese acto,
y cuando llego la hora de efectuarlo, el Jefe de Policía no
había recibido ninguna comunicación del M’nlsterio .1el In-
ter'or, sobre si debía autorizar o no la realización de ta!
asamblea. Me entrevisté entonces con el Jefe de Policía y
me comunicó que, por su parte, no habría tenido ningún in­
conveniente en autorizar el neu ; que no existían obstáculos
locales de ninguna especie; pero que no habiendo recibido
respuesta del Ministerio del Interior, no podía por su sola
cuenta autorizar que se efectuara la Asamblea popular
anunciada. Eran las 3 y 30 de la noche y se habían reunido
en la plaza muchos cientos de personas, pero no quedó otro
recurso que comunicarles que el acto 3e suspendía, porque el
Miniáterio del Interior no había contestado aún la solicitud
que habla sido presentada con unas setenta horas de anti­
cipación. Recién a las 9 y 30 (leí día siguiente me fué pasa­
da una copia del telegrama del Ministro del Interior anun­
ciando que el acto podría realizarse d tifa o en local ce­
rrado.
La noche en que debió efectuarse el acto prohibido, —
prohibido sin comunicación expresa, pero prohibido al fin
■— dirigí al Ministerio del Interior un telegrama que no
tuve respuesta Decía en s.-e telegrama: “ Proteste suspen­
sión conferencia socialista por no haber recibido Jefatura
respuesta Ministerio solicitud presentada martes. Reitero
solicitud efectuarla mañana viernes” . Repito que este te­
legrama no tuvo respuesta. En cambio, en la comunicación
que recibí de la Jefatura, 3e autorizaba la realización del
acto en local cerrado c de dia. Preguntada la Jefatura de
Policía qué entendía por las horas del día me respondió
que el acto debía de efectuarse antes de la puesta del sol.
 En algunos otros Departamentos, la Policía ha entendido
ciue se pueden realizar actos diurnos hasta la hora veinte.
Allí parece r¡ue había instrucciones de otra clase de mane­
ra (]ue el acto tenía que efectuarse antes de la puesta del
sol.
Me encontraba, pues, en el caso de haber real)/., do un
viaje a través de todo el país, de haber llegado a la ciudad
de Artigas para hacer uso de un legitimo derecho, y luego
no podía realizar la misión que me había impuesto, por
cuanto en los días de trabajo era imposible realizar el acto
en las horas del día, ésto es, en las horas de trabajo, ya
que no existe en Artigas sino un pequeño local ele- 1 n bió­
grafo que ese dfa tenía anunciada su respectiva ft.ución.
Después de diversas gestiones, el acto pudo realizarse en
el local del biógrafo el viernes por la noche. Si no hubié­
ramos obtenido éxito en esas gestiones y después de rea­
lizar mis compañeros el sacrificio de pagar el alquiler co­
rrespondiente. hubiéramos tenido que regresar a Monte­
video sin tomar parte en el acto político que había sido
programado y anunciado con mucha anticipación.
Este asunto tiene para nosotros una importancia que va
mucho más allá de la simple suspensión de un acto de pro­
paganda. Se dice y se repite todos los días que pa:a vol­
ver a la normalidad política y democrática en nuestio país,
es indispensable que todas las fuerzas populares se dis­
pongan a reingresar en el camino de las urnas; y yo pre­
gunto: si ahora, estando a tanta distancia de la époc ; elec­
cionaria, no se permite celebrar asambleas populares noc­
turnas, ¿qué garantías y qué esperanzas pueden tener los
partidos opositores para poder efectuar su propaganda pre­
eleccionaria cuando llegue el momento?
El señor Ministro del Interior l'tié una de las personas
que hablaron de la necesidad de que los partidos j ) osito-
res volvieran a las urnas: hizo declaraciones en Chinara,
asegurando que el Gobierno daría las más amplias garan­
tías para que esos partidos volvieran a las luchas oel su­
fragio. Sin embargo la falta de respeto a la libe’ tad de
reunión, así como también las evidentes demostraciones de
larcialldad que se vienen advirtiendo en el control de las
trasmisiones radiotelefónicas, demuestran que no existe
verdadera libertod de propaganda.
Los actos de los partidos populares tienen que efectuar­
se precisamente de noche, y deben realizarse en la plaza
pública. Además, en la ciudad de Artigas, pocas semanas
antes había estado el mismo Ministro del Interior, el pro­
pio doctor Bado, con una comitiva oficialista, y roa! zó un
mitin en la plaza pública. No sé si habiendo llenado o nó
los requisitos exigidos por la policía y por el propio Minis­
terio; pero lo cierto es que el Ministro, con sus partidarios,
pudo efectuar, unas semanas antes, una conferencia pú­
blica en la plaza, en las horas de la noche, en tanto que
a nosotros, los que pretendemos hablar en nombre riel Par­
tido Socialista, frecuentemente se nos pone en la obliga­
ción de realizar esos actos de dfa o efectuarlos en local
cerrado.
Dejo, pues, constancia una vez más de nuestra protesta,
haciendo notar que esta prohibición resulta perfectamente
caprichosa y no está autorizada por la ley que reglamenta
la libertad de reunión, porque si esa ley autoriza al Minis­
terio a prohibir las reuniones nocturnas, es para q-'e use
esa autorización en base de razones, de argumento, de obs­
táculos vetdnrleros y no de caprichos de] propio Ministe­
rio .
Se podría admitir que no se efectúe una reunión p ’blica,
porque existe otra a la misma hora: se podría admit r que
no se permití una reunión de noche, porque se ha efec­
tuado otra de tarde; se podría admitir que no si? autori­
cen ciertos actos paro no obliga» a la policia a recargos de
servicios; pero en los casos que yo he denunciado a la Cá­
mara, no existe absolutamente ningún argumento, no hay
ninguna agitación no hay ninguna posibilidad ni a’ unció
de posibles alteraciones de; orden público. El propio Jefe
de Policí i del Departamento dice que ignora las razones
por las cuales no se permiten esas reuniones que nosotros
solicitamos de acuerdo con los requisitos que la lev exige-
De manera, pues, que come :.-ste asunto lo he ^n.ietido
a una Comisión de la Cámara, para que esa Comisión falle
sobre el pmicnlar. cumpliendo on uno de los deberes que
impone la Constitución al Parlamento, al declarar que de­
be velar por el respeto de las libertades públicas: o indi­
viduales, dejo constancia de nuestra protesta y pido una
vez más que esa Comisión 3e pronuncie sobre un .sunto
que tiene para nosotros y para el pais verdadera trascen­
dencia.
6 cias, arriaron la bandera y se incautaron del edifico Es­
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
puntado Frugoni.
SEÑOR KIiríiO NI. — Por lo viste, señor Presidente en
esta sesión la media hora de declaraciones ‘ad Übitum",
va a resultar una media hora socialista.
Yo hago use de :a palabra, porque en la sesión óe ayer
se puso a votación una moción que habíamos formulado
solicitando la presencia del Ministro de Relaciones Exte­
riores para fine diese explicaciones en Cámara sobre la
ruptura de Relaciones diplomáticas con el Gobierno espa­
ñol. Como essi moción fué rechazada por no haber obteni­
do el mimen) de votos que la Constitución establece, pro­
metimos reproducirla para la sesión de hoy, y como el Re­
glamento solamente concede cinco minutos a los señores
Diputados p a -a fundar los pedidos de explicaciones, yo voy
a permitirme añadir a ios argumentos que formulé ayer en
esta misma llora previa, algunos más, a fin de que tos se­
ñores Diputados se den cuenta acallada de la importancia
que tiene la' cuestión que nosotros planteamos, y de la
sobrada razóti que existe para pretender que venga el Mi­
nistro de Relaciones Exteriores a dar explicaciones, que —
a nuestro juicio — resultan completamente indispensables.
Se sabe quje ios motivos invocados por el Güiliento para
tomar esa resolución, imprevista y de innegable gravedad,
son dos: uno), el fusilamiento de unas señoritas de nacio­
nalidad uruguaya, residentes en Madrid, hecho prr tunda-
mente lamentable y reprobable, que todo hombre honrado
tiene por fuerza que repudiar desde lo más profundo de
su corazón, (tero que no puede de ninguna manera atri­
buirse a ordénes de ninguna autoridad legítima, sino tan
solo a uno de asos excesos o desbordes que son propios de
los estados dle revolución y de guerra, como el que reina
er. estos motílenlos en la capital y en las provincias es­
pañolas. El propio Gobierno, al tomar la resolución a que
estamos aludiendo, descarta por completo la posibilidad de
una responsabilidad de las autoridades españolas en ese
hecho luctuoso y condenable; sin embargo, se cree autori­
zado a suspender o interrumpir las relaciones en atención
;. que, según |él, las autoridades españolas no habrían pro­
cedido con bastante severidad para el esclarecimiento de
los hechos y i para deslindar responsabilidades, dándole a
nuestro Gobierno las satisfacciones correspondientes Pero
el hecho es, peñol- Presidente, que todos hemos podido en­
terarnos, por un telegrama con que el Gobierno español
contesta al nuestro, ai enterarse, a su vez, de que se ha
tomado a su respecto esa resolución tan antipática, Je que
cuando nuestra Cancillería rompe las relaciones diplomá­
ticas. el Consejo de Ministros y el propio Ministro ds Asun­
tos Exteriores de España no habían tenido conocimiento
de que nuestra Cancillería estaba en ese tren de exigen­
cias tan apremiante, que debía, de un momento a otro, tra­
ducirse nada| menos que en un apartamiento oficial de
nuestras dos naciones, basta ese instante enteramenle ami­
gas- I
Hay más: |el otro motivo que se invoca en los ‘consi­
derandos” del decreto, también alude a la situación de una
entidad uruguaya de una asociación uruguaya con sede
en Madrid la! que habría sido objeto de un asalto por par­
te de elementas de las milicias populares, con el consiguien­
te atropello a la dignidad nacional, en el concepto de
nuestra Cancillería, por la circunstancia de que ett el edi­
ficio se habría izado la bandera uruguaya, y los que pasa­
ron a ocupar|o la arriaron en cuanto se hicieron dueños
de la casa. I
Yo, señor presidente, he leído — como seguramente ha­
brán leído lost señores Diputados — unas declaraciones del
Ministro del Uruguay acreditado ante el Gobierno o=paño).
doctor Castellanos, formuladas en San Juan de i..':? a un
corresponsal flel diario bonaerense “ La Nación” , declara­
ciones relacionadas precisamente con ese incidente de la
casa de propiedad uruguaya que habría sido objete de ocu­
pación, “manii militar!” , por parte de elementos de las
milicias populares de España.
El Ministro! Castellanos dice: “ Después de la ruptura de
i elaciones diplomáticas con España, el representante del
Uruguay en Modrid señor Castellanos, que se encuentra
en San Juan lie Luz nos ha manifestado que aparte de la
muerte de lai tres hermanas del Vicecónsul del Uruguay
en Madrid el Gobierno de Montevideo tenía otra razón pa­
ra justificar la ruptura. Es la siguiente: existe en Madrid,
en el barrio Carabanchel Bajo, un convento cuyo e lifieio
pertenece a u|na sociedad uruguaya con personalidad jurí­
dica on Montevideo, La finca denominada Villa Sai: Pablo,
estaba ocupadla al estallar la revolución v-or una or ten re­
ligiosa dedicínja a la enseñanza, en la que adentá» de mon­
jas españolas¡ había bolivianas, paraguayas, peruanas y
uruguayas. Apienazadas por el terror extremista las mon­
jas evacuaron! el convente a fines de julio y se refu liaron
en casas de particulares, legaciones y consulados dejando
el edificio coi) la bandera uruguaya y con un gran letrero
que hacía constar: ‘ Esta casa eo propiedad del Uruguay” ,
a pesar de l: cual el día 17 de! actual entraron las mili­
ta ha sido según e. 3eñor Castellanos, una de las razones
de la ruptura diplomática” .
Tengo pa»-a mí, que basta la simple lectura de este re­
íalo atribuido tp Ministro diplomático del Uruguay en Es
raña para em prender que aquí no existe absolutamente
ningún motil... serio para justificar la resolución d nues­
tra Canci'.lerñ Empieza por decirse que se trataba de una
casa de propiedad -de una institución con personería jurí­
dica en Montevideo Eso, en concepto del Ministro Caste­
llanos parecería autorizar que se pusiese en el frente de
ese establecimiento un letrero que dijese: “ Esta casa es
propiedad del Uruguay’ ’- Pero ¿por qué lia de ser de pro­
piedad del Uruguay la casa de una entidad privada que
tiene personería jurídica en Montevideo?
(Interrupción del señor Representante Buranelli).
— Es la casa de un propietario uruguayo, pero no es esa
casa propiedad del Uruguay.
En cuanto a que es un atropello a la propiedad, esa es
una cuestión para ventilarse ante los tribunales españoles
por la vía del procedimiento civil; pero no es una cuestión
que pueda dar motivo a una reclamación diplomáti.a. Le
único que podía haber dado razón a una reclamación de es­
ta índole seria el agravio a la bandera uruguaya. Pero,
señor Presidente, si un propietario uruguayo, residente en
Madrid, pone en su casa la bandera del Uruguay ron un
pretexto cualquiera y su casa tiene que ser ocupada por
razones de guerra para instalar en ella, en momentos de
revolución — como creo yo que posiblemente ha sido así-—
por ejemplo, un hospital de sangre, y el Gobierno español,
la propia autoridad española, lo resuelve de acuerdo con
derechos que nosotros no podemos negarle ni discutirle, lo
primero que va a hacer la autoridad que pasa a ocupar
esa casa, es arriar la bandera uruguaya, que ahí no tiene
y £ nada que hacer. Yo creo que nadie podrá entender que
ésto haya sido un agravio para nuestra nación ni para las
autoridades de nuestro país. Es un acto perfectamente lí­
cito y perfectamente lógico. Si ha habido atropello contra
el derecho de propiedad de la entidad uruguaya con per-
sc nería jurídica en Montevideo, esa es una cuestión que
esa entidad debe ventilar mediante la reclamación corres­
pondiente ante los tribunales españoles; pero no puede de
ninguna manera tratarse de un asunto de índole diplomá­
tica.
Por lo que respecta al otro motivo — que es mucho más
serio, sin duda alguna, el del fusilamiento de las tres se­
ñoritas de nacionalidad uruguaya, hermanas de un Vice­
cónsul uruguayo — el propio Gobierno español ha dado ya
las explicaciones que podrían tranquilizar a la opinión
nacional. Se apresuró a enviarle al nuestro un telegrama
lleno de cordialidad, amable, efusivo, en el que lamenta él
de todo corazón lo ocurrido y promete aclarar las cosas
para que ese delito no quede impune. ¿Qué más, señor Pre­
sidente, se le puede exigir a un gobierno, sobre todo a un
gobierno como el español que se encuentra, según lo de­
cía yo ayer, frente a las tremendas dificultades que le está
creando una guerra civil injusta y monstruosa?
(No apoyados).
— ¿Cómo es posible que nuestro Gobierno no haya teni­
do en tienta esa circunstancia y trate en esa forma ai Go­
bierno de España, con el cual debería tener sin duda ruis
contemplaciones que con ningún otro, y más aún en cir­
cunstancias como las actuales, prescindiendo en absoluto
de as dificultades de todo orden entre las cuales tiene que
desenvolverse y debatirse en los presentes momentos? ¿Có­
mo es que le plantea exigencias que desde el punto ae vista
de la prontitud de) esclarecimiento de los hechos y de la
presentación de las satisfacciones correspondientes, aún en
ut a época de perfecta paz y de completa tranquilidad, tie­
nen que parecer excesivas y enfadosas?
Yo entiendo por eso, señor Presidente, que la resolución
do ruestra Cancillería al respecto, carece en absoluto de
fundamento y que erte Poder Ejecutivo, que en muchas
oportunidades se ha mostrado dispuesto a enviar sus Mi­
nistros a la Cámara para que espontáneamente nos den ex­
plicaciones capciosas arrancándole a la Cámara, a veces,
por sorpresa, absoluciones sin fundamento, ahora debia en
esta oportunidad mandar a su Ministro de Relaciones Ex­
teriores sin necesidad de que nosotros reclamáramos su
presencia.
He terminado.
7 sar Canessa.
SEÑOR PRESIDENTE. — Se va a entrar a la orden del
día.
SEÑOR GOMEZ (don Eugenio). — Pido la pa'nbra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
puntado.
SEÑOR GOMEZ (don Eugenio). — He pedido la pala­
bra para proponer el nombramiento de una Comisión me­
diadora en un conflicto obrero. En realidad, dada la ín­
dole de los acontecimientos, quizá hubiera tenido que pe­
dir el nombramiento de una Comisión investigadora; sin
embargo, he optado por pedir el nombramiento de una Co­
misión mediadora, porque creo que ella puede en realidad
cumplir las dos tareas.
Se trata, señor Presidente, de que hace alrededor de
seis meses estalló un conflicto en la casa Abal Hermanos,
que afectó a 90 obreros. Yo no voy a entrar a defallar los
orígenes de ese conflicto. Dos obreros han sido, “ n reali­
dad, agredidos por la Empresa, que los ha maltratado de
hecho en diversas oportunidades y les pagaba mezquinos
salarios.
Pero se da el caso de que, no solamente la hue'ga y el
boycot se prolongan desde hace Seis meses, sino que las
obreras que se declararon en huelga, no pueden trabajar
en ninguna parte, porque el trust del tabaco las persigue
de una manera inicua. Se ha dado el caso de una obrera
cite fué llamada a trabajar en una fábrica, y de nronto el
patrón, lia recordado sin duda que tiene pendiente una
amenaza de los importadores de tabaco y le ha preguntado
a la obrera de donde procede; ella le ha dicho que es huel­
guista y entonces, inmediatamente, le dijo que se retira­
se. De manera que esas obreras, no sólo sufren las conse­
cuencias 'de un largo conflicto, como la sufren todas las
huelguistas, sino que de una persecución arbitraria e in­
constitucional a todas luces.
Pido a la Cámara que nombre una Comisión mediadora.
Creo que puede seguirse el procedimiento utilizado en otras
oportunidades; es decir, designar a la Comisión de Legis­
lación para que ella intervenga en este conflicto y diga
qué soluciones puede dársele o sino para que informe a la
Cámara sobre los hechos a fin de proyectar una íesolu-
eión.
Nada más.
( Apoyados).
SEÑOR PRESIDENTE. — Se va a votar la moción del
señor Diputado Gómez: para que se designe una Comisión
mediadora en el conflicto a que se referido.
(Se vota. — Afirmativa: cinc nenia y cuatro en sesenta).
8
SEÑOR ITURRIDE. — Pido la palabra para una cues-
ción de orden interno.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
putado.
SEÑOR ITURRIDE. — La Comisión que tuvo el alto
honor de entrevistar al distinguido compañero de Cámara
doctor Olaso para solicitarle el retiro de su renun.ia, re­
cibida por éste logró que el doctor Olaso retirara la re­
nuncia presentada, significando que ella la dejaba supedi­
tada a la actitud de la bancada terrista, puesto que el
deseaba dejar en absoluta libertad a los integrantes de
esa bancada para que procedieran frente a la situación que
se había planteado.
Como la bancada terrista expresó ayer por mis pa'abras
y se ratifica hoy en ese sentido, la opinión que le merece
la actuación del señor Olaso en la Vicepresidencia de la
Cámara, entiendo, a nombre de la bancada colorada, que
el señor Olaso debe volver a ocupar su puesto.
SEÑOR GLANO. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
putado
SEÑOR OL-'SO. — Yo agradezco las expresiones del se­
ñor Diputado Iturbide. y las valoro en todo lo quo signi­
fica para mi esa confianza de la bancada en nombre de la
cual habla.
9
SEÑOR AZNAREZ. — ¿Me perm ite?...
Yo, señor Presidente, desearía formular una pregunta.
Tengo entendido que se va a proceder al nombramiento de
Presidente de la Cámara, y desearía saber si debo plantear
chora el asunto de que deseo ocuparme, o si debo hacerlo
después del nombramiento de Presidente.
SEÑOR PRESIDENTE. — La Mesa no sabe a qué se va
a referir el señor Diputado Aznarez; pero tratándose de
un asunto de orden interno, como es la elección de Presi­
dente, podrá nacerlo después.
10
Se va a entrar a la orden del día con la designación de
Presidente de la Cámara. Se procederá a tomar la votación
nominal. ci mo io dispone el Reglamento.
SEÑOR AI5ADIE SANTOS. — Por el doctor Julio Cé­
SEÑOR AI jA g g IA. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR A DRAMA. — por el doctor Canessa.
SEÑOR A R R IL L A G A SAKONS. — Por el doctor Ca­
nessa.
SEÑOR AZNAREZ. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR RARA ÑAÑO. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR R A r r e — Por el doctor Canessa
SEÑOR RONINO. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR Rl EAN.ELLl. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR CAMPS. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR PRESIDENTE. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR CARAMRULA GARCIA. — Por el doctor Canes­
sa .
SEÑOR CARRA LIA). — Por el doctor Canessa.
SEÑOR CARNELLI. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR CASAS A r a u JO. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR CASTRO. — Por el doctor Canessa
SEÑOR CERSOSIMO. — Poi el doctor Canessa.
SEÑOR COI,LAZO. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR CORRO MARTINEZ. — Por el doctor Canessa-
 >í.o 0049 — 6 de Octubre de 1936 CAMARA DE HE PRESENTAN\TT íí¡j
SEÑOR DI' LA F I ENTE. — Por el doctor Canessa.
SEÑOIÍ l)E DO\TTIIS. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR DE LEON. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR DI PONT A O I T A r . — Por el doctor Canessa
SEÑOR ESPAETER. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR ESQEIHEL. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR ESTOL. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR FAS* TOLO SIRI. — Por el doctor Caneca
SEÑOR FRUGONI. — Por el señor Troitiño.
SEÑOR GUMHRENO. — Por el doctor Caness...
SEÑOR GOMEZ (don Eugenio). — Por el doelor Fru­
goni.
SEÑOR GFERRERO FLORES. — Por el doctor
nessa.
SEÑOR ITI'UlJIDE. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR KAVEL. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR L-VXGOX. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR MARNOXl. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR .m A l m i ERCA. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR MARTINEZ. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR MENDEZ RODRIGUEZ. — Por el doctor Ca­
nessa.
SEÑOR MF.STRK. — Por el doctor Canessa.
SEIiOR MONTES. — Por el doctor Canessa
SEÑOR NEREL E LL A F R I. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR Nl'NES RIBEIRO. — Por el doctor Canessa-
SEÑOR OLASO. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR OLIE. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR PEREZ AQl'INO. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR PEREZ MORE. — Por el doctor Caness.;.
SEÑOR PEREZ SANCHEZ. — Por el doctor Canesst.
SEÑOR PEYROE. — Por el do tor Canessa.
SEÑOR PIROTTO. — Por el docor Canessa.
SEÑOR RAFEO ARROSA. — Por el doctor Car essa.
SEÑOR REGELES (don Dardo). — Por el doctor Ca­
nessa.
SÑEOR REGULEIS (don Raúl). — Por el doctor Ca­
nessa.
SEÑOR RESTECCLY. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR RIOS. — Por el doctor Canessa-
SExOU Rl'GGIEIRO. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR S-A.XTOS. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR SILVA. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR SOSA AGEIAR. — Por el doctor Canessa..
SEÑOR SOZO. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR TORRES. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR TROITIÑO. — Por el doctor Frugoni.
SE1ÑOR TEIÍIVO. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR Tl'SO, — Por el do.tor Canessa.
SEÑOR VIERA. — Por el doctor Canessa.
SEÑO'» VüEVTE. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR VIÑA. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR IVILSON. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR CANESSA. — Por el doctor Alaggia.
SE!ÑOR CARRERA MARTINEZ. — Por el señor Repre­
sentante Canessa, por haberlo resuelto así la mayoría de
mi bancada.
SEÑOR E1CHEVERRI. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR ALMA DA. — Por el doctor Car.essa.
SEÑOR IIALTAR. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR PRINGLES. — Por el doctor Canessa.
SEÑOR PRESIDENTE. — Se va a dar cuenta del resul­
tado de la votación.
(Se lee;)
' ‘Han sufragado setenta y un señores Representantes por
el señor Canessa. dos por el señor Frugoni. y uno, •espec-
tivamente. por los señores Representantes Troitiño y Alag-
gia, respectivamente.”
SEÑOR MACHADO. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señar Re­
presentante.
Se ñ o r MACH-Ar o . — Quiero dejar constancia da que,
si hubiera estado en Sala, hubiera votado al señor Repre­
sentante Canessa rara la Presidencia de la Cámara.
Se ñ o r PREISIDEXTE. — Pe acuerdo con e,l resultado
de la votación, la Mesa proclama electo Presidente de la
Cámara al señor Representante Canessa. a quien invita a
ocupar la Presidencia.
(Así lo efectúa dicho señor Representante. — Aplausos
en la Cámara).
SEÑOR PRESIDENTE. — Señores Diputados;
Agradezco íntimamente el honor que me dispensáis ni
designarme vuestro Presidente,
Me --'ento profundamente halagado por el elevado nú­
mero de vuestros sufragios y en ellos veo decretada ¡a
facilidad de mis tareas para dirigir vuestras deliberaciones.
Por otra parte, lia quedado ya evidenciado e 1 amlvente
cordial que reina en esta Sala, desde la iniciación ie los
trabajo.- de la actual Legislatura.
Esa cordialidad es la que corresponde a la composición
de esta Cámara, formada en “u gran mayoría por repre­
sentantes de los dos grandes partidos políticos, que. con
¡a colaboración del Partido Riverista, crearon las bases
del nuevo Régimen institucional de la República.
Es esa cordialidad, la que regula la acción común res­
ponsable y (solidaria en que estamos empeñados, para cris­
talizar en ella los compromisos contraídos con la Nación,
convirtiéndjlos uno a uno en auspiciosas realizaciones.
Heñios respondido y responderemos hasta el final a la
confianza qjue el país depositó en nosotros, para la con­
secución dej su mejoramiento y de su progreso, en el or­
den polítúo, administrativo, económico y social.
Por eso nuestro programa es de labor en la paz espiri-
tuol, sin detrimento de nuestras creencias partidarias; la-
bo’' serena, sin más reatos ni ataduras, que las del nexo
Ca-
que nos ui|e para servir a los intereses nacionales, en
nombre da los postulados sustentados en los a-Aos I’ oli-
ticos cío ma^zo. Labor despojada de odios y rencores den­
tro v fuera1 de este recinto, y con esa característica n&
de registrarse en los anales legislativos.
La actualidad política que dirige los destinos de la Re­
pública nació como fruto de la inspiración patriótica del
Tonta verdadero vértice de una revolución po­
pular. . . i
íi'duv hiél’ ' — Aplausos).
SEÑAR FREGON!. — No apoyado!
SEÑOR PRESIDENTE. — . . . consagrada por una ne­
cesidad h istf rica oportuna y eficaz que obedeció a la ley
bialógico-sociai que dice; que lo que se revoluciona, se
renueva, y sjiii ser Iconoclasta, aliga lo bueno de lo pasa­
do, e instnli lo nuevo, que siempre es lo mejor, porque
responde al¡progreso y al perfeccionamiento de la ley de
gobernar i
Se inaugura con ella una nueva etapa en la vida ins­
titucional, cjon códigos nuevos, con leyes nuevas v con
hombres nuévos. Otros códigos, otras leyes y otros hom­
bre'. Rompífi ios viejos moldes, ya gastados por el uso
que de ellosl hicieron los hombres del pasado, legando el
nuevo régimlen al futuro, el inmenso caudal de sus con­
quistas. |
Que han Rábido borrascas en nuestra gestión parlamen­
taria, ¿quién lo niega? Sin ellas no se concibe una asam­
blea política ¡y mucho más si ella lleva el cuño latino. Sin
ellas, la democracia se resiente de sus libertades, porque
sin controveijsia, las discusiones pro fórmula, no dejan aso­
mar el valor de las iniciativas, quedando libradas a sus
propios defectos, sin hacerlas filtrar al través de la crí­
tica buena oj mala.
Sin controversia, sin contradicciones, no quedan demos­
tradas las fuerzas de la democracia, protectora celosa de
la libre emispón del pensamiento. Y menos aún si se pien­
sa, que el ambiente lo forman hombres jóvenes, con todos
los atributos| de fogosidad y de inquietudes, propias de la
más hermosa; etapa de la rvida!
Por eco dijo Clemeneeau, “ que una Cámara sin con­
flictos, demujestra la ausencia de las libertades republica­
nas” . Y yo qreo con él, sin exagerar la nota, que aunque
estridente y ¡flageladora de tímpanos, la campana de alar­
ma, tiene enl su misión de calmar a los ánimos exaltados,
la agradable! de romper ¡a monotonía de la labor parla­
mentaria, agjregamlo su barullo simpático con su ruido
infernal. Naturalmente que con mis palabras no aiudc a
los conflictos! pasionales que originan los odios y las riva­
lidades, a la< que por inadvertencia se dejan arrastrar aún
los hombres Isuperiores. porque para ellos nc basta 1?. es­
tridencia de la campana de alarma, pero con todo.. . hay
que acudir n| agente ensordecedor que ahoga las palabras
hirientes, oblando de terapéutica sedante. . .
Señores Dijputados, honorables colegas: os invite a en­
trar al orden del día para reanudar nuestro trabajo, es-
peuuido de Muestra reconocida tolerancia que sabréis dis­
culpar mis vacilaciones en dirigir vuestras deliberaciones,
hasta tanto me familiarice con los capítulos de nuestro
Reglamento, pero que no enmudezca entretanto la campa­
na cuando hagáis el barullo que pide Clemeneeau!
Nada he dicho con respecto a los Representantes de la
oposición que| integran esta Cámara. Veo en ellos a de­
fensores de principios que no son los míos, pero que me
merecen, sin ¡embargo, el respeto que guardo para todos
los que no spn cultores de mi propia ideología. Y, como
Piesidente, réspetaré las prerrogativas que le correspon­
den como miembros de este alto Cuerpo.
Y en rliante a nuestros propósitos y a nuestras reali­
za iones inspiradas en el bien común, permitidme recor­
dar las palabras del insigne tribuno que se llamó Gambetta:
“ Es preciso consagrarse a disipar la calumnia de nuestros
enemigos y de que sean victima^ nuestras ideas y nuestros
procederes” . (!s preciso decir y probar que para nosotros
el triunfo es <Jel país y de la democracia, fundada en núes,
¡ras instituolo|nes libres! . . .
He terminado.
(¡Muy bien|! —- Aplausos en la Cámara v en la Barra).
SEÑOR 1)1 PONT AGCI-Ar . — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Re­
presentante.
 SEÑOR DEPO.NT AGITAR. — Nosotros, señor Presi­
dente, hemos prestado nuestros votos a favor del doctor
Canessa para la Presidencia de la Cámara, haciendo fe en
sus declaraciones de que ejer.erá ese cargo con olvide, de
los intereses de su sector y con absoluta ecuanimidad e
imparcialidad.
Como eso es lo que fundamentalmente reclamamos del
Presidente de la Cámara, no hemos tenidos inconveniente
en sumar nuestros votos a los de los sectores mayoritarios
c favor del doctor Canessa, que, personalmente, tenía de
antemano nuestra simpatía. Ahora corresponde a la ¿eal-
tad del señor Presidente de la Cámara, hacer practicas
esas declaraciones.
Era lo que tenía que manifestar.
SEÑOR AZNAHEZ. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDEN FE. — Tiene la palabra el señor Re­
presentante.
SEÑOR AZN’ AREZ. — Señor Presidente: deseo manues-
tar que he dado el voto al doctor Canessa, primero, porque
asi lo lia resuelto nuestro sector partidario, pero, además,
lo he hecho con un profundo agrado, porque el doctor Ca­
li jssa es un hombre de todas mis simpatías.
Deseo expresar, además, que ese voto lo lie dado con toda
sinceridad, convencimiento y agrado, en la seguridad de que
e! señor Presidente presidirá las sesiones da la Cámara guar­
dando el más profundo respeto por el pensamiento de cada
uno de los Diputados que so sientan en esto recinto.
Es lo que quería decir.
SEÑOR CESANO. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Re­
presentante.
SEÑOR ( T ’SANO. — Por haber llegado larde, no he podi­
do sufragar por el doctor Canessa para la Presidencia de ¡a
Cámara. Quiero que quede constancia de mi voluntad de vo­
tarlo, ya que no le di el voto. Estoy seguro, porque le couozro
bien, que no defraudará ia confianza que se lo acaba de dis­
pensar.
SEÑOR SARGADO. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Re­
presentante.
SEÑOR SARGADO. — Deseo decir algo parecido a lo ex­
presado por el señor Diputado Gusano.
Si hubiera estado presente en el momento de sufragar para
Presidente de la Cámara, lo hubiera hecho por el doctor Ca-
nessa.
11
SEÑOR SANTOS. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene ia palabra el señor Re­
presentante.
SEÑOR SANTOS. — A estudio de la Comisión respectiva
se baila un proyecto del señor Diputado Guerrero Flores que
tiende a prorrogar e¡ mandato del Tribunal que entiende en
las ejecuciones hipotecarias.
Hago moción para que se incluya ese proyecto en la orden
del día de ia sesión del lunes próximo, en segundo término,
ron o sin informe.
(Apoyados).
SEÑOR ARMADA. — Pido la palabra,
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor R e ­
presentante.
SEÑOR ARMADA. — Deseo pedir una preferencia en fa­
vor de un proyecto que hace luego tiempo está detenido en
la Comisión de Constitución y Legislación de esta Cámara.
Pedirla que el proyecto fuera incorporado a la orden del día
de la primera sesión del mes próximo para abrir con ello un
margen, a efecto de que la Comisión nueda estudiarlo y pro­
nunciarse definitivamente sobre él. Me estoy refiriendo al
proyecto de ley del Poder Ejecutivo, .que hace obligator.o
para todos los funcionarios d°l Estado, la declaración de su
situación patrimonial al iniciar las funciones, como asimismo
la denuncia de cualquier cambio de su situación económica:
esto es, lo que se conoce por el pueblo bajo ia designación de
“ Ley Cristal” .
Ese asunto fué informado <1, la Comisión de Constitución
y Legislación por el Diputado que habla, y aún cuando el
informe correspondiente no tuvo la fortuna de arrancar la
firma de los componentes dr- esa Comisión, tengo la esperan­
za de que en el fondo del espíritu de todos los que la integran
alíente el mismo buen deseo que me inspiraba al redactar ese
dictamen.
( Apoyados).
— Pido, pues, q u e el asunto se trate en la primera sesión
del mes que viene, con o sin informe.
SEÑOR PRESIDENTE. - - Se van a votar por su orden ¡as
mociones formuladas.
En primer término, ¡a moción del señor Diputado Santos,
en el sentido que lia expresado
(Se vota. — Afirmativa: eineiionta y cinco cu sesenta y
siete).
— Se va a votar la pioposi-lón formulada por el señor Di­
putado Almada; para que el asunto a que se lia referido,
se trate en la primera sesión del mes que viene, con o sin
informe.
(Se vota. — Afirmativa: cincuenta y siete en sesenta y
cuatro).
12
SEÑOR PREGONE — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Re­
presentante.
SEÑOR FREGON!. — En mi carácter de Diputado denun­
ciante de las torturas infligidas por la Policía de Investigacio­
nes a numerosos detenidos por motivos políticos, debo traer a
la Cámara mi protesta por la imperdonable lentitud y demora
'011 une realiza, — o m-jor dicho, no realiza, — ia Comisión
investigadora su cometido. Desde que empezó a efectuarse esa
investigación, más de una ve:: lie debido plantear en el seno
di; la Comisión este asunto enojoso de la falta de celeridad y
basta de regularidad en su trabajo, y confieso que, si no be
traído antes esta cuestión a la Cámara, ha sido por el temor,
ante algunas manifestaciones de determinados órganos de la
prensa situacionista, de que se ouiera aprovechar esa oportu­
nidad para dar un corte a 'a investigación en momento en
que faltaba recabar todavía algunos importantes elementos
de juicio. Esos elementos de juicio, que son ios que pueden
interesarnos a nosotros, porque son los elementos de cargo,
hace ya mucho tiempo que figuran en el expediente. Falta­
ban para completar el mismo, las declaraciones de algunos
funcionarios de la Policía de Investigaciones que resultaban
imputados en algunas do las declaraciones registradas, y
esto se ha resuelto hace ya probablemente más de dos me­
ses sin que todavía se hayan llevado a efecto esas di­
ligencias.
Ahora bien, señor Presidente: sé que en estos últimos
Lempos la Comisión investigad na lia tenido un motivo, si se
quiere, para detenerse r.n poco en su andamiento. Ha sido el
podido de licencia del doctor Dí.rdo Regules, con motivo del
fallecimiento de su señora madre. Pero hace ya algún tiempo'
que el doctor Regules se ha reincorporado a las actividades
parlamentarías, e inmediatamente me puse al habla con él
para solicitarle que, a su vez. le pidiera al Presidente de ia
Comisión que citara cuanto a?>tes a efecto de concluir de una
vez con su cometido Me consta míe el doctor Regules se puso
al habla con el Presidente de la Comisión, y, sin embargo, esa
citación 110 se ha efectuado y ha pasado todo este largo receso
do más de quince días, sin que la Comisión Re haya reunido
nunca y sin que ni siquiera haya sido citada.
SEÑOR CARAMBELA (don Eelisberto F.). — ¿Me per­
mite? . . .
Basta con que el señor Diputado Frugoni informe sobre si
ese requerimiento del doctor Regules ?e ha 'producido hace mu
vho tiempo. Pero si sabe, como sabe el Presidente, que ha for­
mulado en el día de hoy. y 'a reunión ya lia sido concerta­
da. . . El doctor Regules, que está en Sala, puede decir si es
verdad.
SEÑOR PREGONI. — Yo hablé por teléfono con el doctor
Regules hace, por lo menos, quince días, precisamente en
cuanto comenzó este largo receso en que entró la Cámara el
mes anterior. Esperaba que se aprovecharan estos 15 días
para tomar declaraciones a esos funcionarios y producir in-
mpdiatament;- la formulación de los informes que correspon­
dan. El doctor Regules, inmediatamente, — según me lo ma­
nifestó, — le habló por teléfono al señor Carámbula, y éste
i > di:o que no podía sesionar la Conrsión, porque no disponía
de taquígrafos. Sin mbargo, ><. be tenido ocasión de ver que
durante los días de este reces, algunos taquígrafos de ia Cá­
mara, a horas que podríamos ilcmar hábiles, — porque son
las que se suelen aprovechar 1ara foittár declaraciones, —
andaban frecuentando diversos sitios, lo que demuestra que
en esos momentos. por lo menos, no tenían ocupación alguna
=■11 otras Com'siones investigadoras, que impidieran a la nues­
tra realizar s;;s trabajos.
No quiero hacer más cuestión sobre esto; lo que quiero es
formular moción para que se dé un plazo improrrogable a
coa Comisión investigadora de diez días, a fin de que en esos
d:ez días termine con su cometido, realizando las diligencias
que falten, con la obligación, además, de hacer el repartido de
todo lo actuado, y-para que se ponga este asunto en la orden
del día d? la primera sesión d"! mes de noviembre, con o 3¡u
informe
SEÑOR ('ARAMRERA (don Felisberto F.). — Pido la
palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
putado.
SEÑOR ('ARAMRERA (don Felisberto F.). — Yo había
indicado que estaba en Sala e' Diputado Regules, y ha­
biendo sido aludido por el señor Diputado Frugoni. espero
que exprese si es o no exacto :o que be contestado en una
de mis interrupciones a] Diputado Frugoni: de que. en el
(ifa de hoy hemos hablado con el Diputado Regu les...
SEÑOR REGELES (don Dardo). — Es exacto.
SEÑOR CARAM15ELA (don Felisberto E.). — . . . de
la convocatoria de la Comisión y que además es riguro­
samente exacto, por las informaciones que be teñid.: en
 la Secretaría, de que no se dispone de taquígrafos en los
días que hay sesión. No pueden estos funcionarios atender
esas tareas y a la vez a la Cámara.
SEÑOR FREGON1. — Pero yo pedía que se reuniera
la Comisión en los días en que no había sesión.
SEÑOR CARAMBELA (don FoHsberto F.). — P ;ro me
interesa fundamentalmente remitirme al testimonio ho­
norable del Diputado Regules, al que se ha referido el pro­
pio Diputado Frugoni.
SEÑOR RECELES (don Dardo). — ¿Lo que e: señor
Diputado me reclama a mí es que declare si hoy se ha
citado a la Comisión?
SEÑOR ('ARA m u f l A (don Felisboito F.). — Si, señor.
SEÑOR RECELES (don Dardo). — Es exacto. Tam­
bién es exacto que hace diez o doce días el doctor bru-
goni me pidió que tratara de hacer reunir a la Comisión
respectiva. Llamé por teléfono al Presidente de la Comi­
sión, señor Carámbula. quien me contestó que la citaría,
pero que había dificultad con respecto a los taquígrafos.
SEÑOR CARAMEELA (don Folisl><’,t<> F.). — poique
los días a que se refería el señor Diputado Regules, eran
precisamente dias de sesión! . . .
( Interrupciones).
SEÑOR PRESIDENTE. — ¿El señor Diputado Frugo­
ni mantiene su moción?
SEÑOR FRECON’I. — Lo mantengo; tanto más -manto
que si la Comisión ha resuelto reunirse ahora para termi­
nar con las diligencias que faltan, no puede haber incon­
veniente alguno para que en el plazo de diez días dé por
concluidas sus tareas y haga el repartido correspondiente.
SEÑOR CARA MUELA (don Felishcrto F.). — No creo
que en diez días se pueda ultimar todo el asunto v tra­
tarlo en la Cámara. En ese plazo podrán tomarse las de­
claraciones que faltan; pero es necesario llenar toda la
instrucción sumarial, examinar y estudiar por cada uno
de sus miembros las conclusiones a que ha de llegar esa
investigación, si es que ha de traer a la Cámara, no sólo
un conjunto más o menos ordenado de deposiciones o de­
claraciones, sino conclusiones positivas. El Diputado Fru­
goni, que es letrado, sabe bien mejor que yo, que e> ne­
cesario, después de terminada la investigación su nariftl
parlamentaria, oir a los acusados, si los hubiere, y hacer
después el examen a conciencia por cada uno de lo.s miem­
bros y de la Cámara
SEÑOR FREGONI. — Yo quiero llamar la atención de
la Cámara sobre la circunstancia de que esta investiga­
ción fué ordenada hace más de nn año y qne se han rea­
lizado investigaciones tan engorrosas como ésta, y muy
complicadas, como la del asunto de la Ancap, en M espa­
cio de siete u ocho días. ¿Por qué no es posible qu-i esta
Comisión, que ha tenido tanto tiempo ya para desenvol­
ver su cometido, en los diez días que nosotros queremos
marcarle como plazo, tome declaraciones a esas pe'senas
que deben .ompletar los expedientes, hagan sus descargos
si han sido imputadas e inmediatamente se pong: n de
acuerdo los miembros de la Comisión investigadora en ma­
yoría para traer un informe y lo mismo log miemb' 03 de
la Comisión en minoría para fnrmular el suyo y tratar el
asunto el mes que viene,, porque yo pido que se trate en
'a primera sesión de noviembre? So'icito, además, que se
trate con o sin informe, para que no llegue esa fecha y
se decrete un nuevo aplazamiento en virtud de que la Co­
misión no ha informado aún. De manera que si la Cáma­
ra aceptara ahora la moción que propongo, la Comisión
tendría tiempo de sobra para, en lo que falta de este mes,
reunirse, tomar esa3 declaraciones a los funcionarios de
la Policía de Investigaciones, hacer luego -ti composición
de lugar ,-ada une de sus componentes respecto de los ele­
mentos de juicio acumulados, y traer su informe en la
primera sesión del mes de noviembre o traeT, por lo me­
nos, criterio hecho para que la Cámara pueda discutir la
cuestión sin necesidad de informe escrito.
SEÑOR DEPOXT A G I I A r . — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
putado
SEÑOR DEI’ONT AGITAR. — Yo no he entendido Lien
si la moción del señor Diputado Frugoni, aparte d“ ese
plazo para completar las declaraciones — que eso in'eresa
menos a la Cámara— era para que el asunto fuera inclui­
do en la orden del día de la primera sesión de noviembre.
SEÑOR FREGONI. — Sí, -efior.
SEÑOR DI PONT AGITAR. — Si es asi. vo le voy a
prestar mi voto.
SEÑOR TESO. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene Ja palabra el señor Di­
putado.
SEÑOR TESO. — En realidad, ta! vez el señor Diputa­
do Dupont. Aguiar presta el voto a la mo ión del señor
Diputado Frugoni, porque no conoce el volumen de ese
expediente. Se trata de un expediente voluminoso, mu­
chas de cuyas citas no han sido llenadas, por cuanto to­
dos los testigos de descargo no son ni siquiera conoedos,
ya que las partes presumiblemente acusadas no han pres­
tado declaración. Señalada esta circunstancia, se hace ló­
gico pensar míe convendría, por lo menos, para fijar fe­
cha de debate, conocer la magnitud que puede tener esa
segunda partió del sumario. Por otra parte, la misma mag­
nitud del a-Tinto hace que se proceda con toda cautela-
E11 lo que a mi respecta, ;omo miembro de la Comi­
sión, puedo declarar que he concurrido todas cuantas ve­
ces he sido (otado o cuando la citación me ha llegado en
oportunidad. Por lo tanto, no me alcanzaría, de ninguna
manera, un cargo dé omisión.
Repito, pues, que teniendo, precisamente como miembro
de la Comisión, debida cuenta de la magnitud del suma­
rio, declaro que se haría muy difícil resolverlo en un pla­
zo que, aunque parezca largo a los señores Representantes,
es, para semejante expediente, verdaderamente perentorio.
Por lo tanlo. pediría que si la Cámara tiene ese interés
en resolver el asunto, esperara, por lo menos, a que La Co­
misión realizira una sesión y. una vez puestos de acuerdo
todos sus miembros, por la voz de su Presidente manifes­
tara a la Cámara dentro de qué plazo razonable podría ex­
pedirse.
Por consistiente, bago moción para que se espere a que
la Comisión realice una sesión e informe, por intermedio
de su Presidente, la fecha aproximada en que puede expe­
dirse.
SEÑOR DI PONT AGITAR. — ¿Me permite?...
Yo no teñe rfa inconveniente que el día lunes la Cámara
tratara ese ] reinforme de la Comisión investigadora que
perm'tiera diterminar en qué fe.ha se puede tratar el
asunto.
SEÑOR TESO. — Yo aceptaría. Sería un dato a tener en
cuenta.
SEÑOR DE PONT AGITAR. — E« un dato para saber en
qué fecha la Comisión puede terminar la investigación. De­
manera que en la sesión del lunes próximo la Cámara ipo-
dría abocarse a la fijación de la fecha definitiva en que
tratará ese asunto.
SEÑOR TUSO. — ¿Para cuándo ha sido citada ’ a Co-'
misión?
SEÑOR ( ’ARAMRCLA (don Fe isberto F.). — Para el
jueves. |
SEÑOR TlrlO. — En ese caso, se puede esperar ese bre-
ve plazo. ,
SEÑOR REGELES (don Dardo). — ¿Me permite?. . .
¿Entonces la moción del señor Tuso sería para que la Co­
misión inforn)e el lunes a la Cámara sobre la fecha en que
puede dar par terminado su trabajo?
SEÑOR TESO. — Lo que yo he expresado es que la Comi­
sión, una vez reunida, tome noticia de todo lo que ha hecho
y de todo lo q i e le falta hacer y en razón de esa averiguación,
por la voz de bu Presidente, informe a la Cámara del estado
en que se encuentra el expediente y la fecha en que presu-
miblemente r uede estar terminado.
Declaro tanjbién, porque es leal expresarse asi, que,— para
mí, — la terminación del expediente es un asunto distinto
de la terminación del informe consecuente, por cuanto una
el expediente, como es posible que sean varios
los matices qi e existan dentro de la Comisión, ha de darse
tiempo a las janeadas allí representadas para que estudien
1 expediente y para que informen de acuerdo con sus opi­
niones.
Por tanto, ^1 alcance de mi moción es simplemente el si-
gu'ente; pava resolver ese problema de posible omisión de la
Comisión, que se espere a saber en qué fecha, según la opi-
n:ón de la C imis'ón, puede estar presumiblemente ternii-
nado el expec iente. que es cosa distinta de la llegada del
informe de la i distintas bancadas al seno de la Cámara.
SEÑOR KEi ¿ELES (don Dardo). — ¿Pero ese informe de
la Comisión s 1 hará el lunes’’ ¿La, Cámara pide a la Comi­
sión que liagl ese informe para el lunes?
SEÑOR TESO. - - Que proporcione ese dato.
SEÑOR REGELES (don Dardo). Falta interrogar a
ocho testigos V decidir la forma en que se ha de interrogar
al Jefe de Investiga iones. Eso es todo lo que falta en la
Comisión, asuntos que son de relativa rapidez.
SEÑOR TESO. — Hay que admitir que pueden haber
citas y descaraos.
SEÑOR REfiELES (don Dardo). — De manera’ que el
lunes la ComUdón puede informar a la Cámara sobre cuál
es el plazo qu|e necesita para dar por terminada la inves­
tigación v producir el informe.
En ese sentido me inclino por la moción del señor Re­
presentante Tuso.
SEÑOR PRESIDENTE. — Se van a votar las do¿ mo-
cione.- por su orden. E11 primer término, la moción d»i se­
ñor Representí nte Frugoni que solicita que en el término
de diez días s:> expida la Comisión, incluyéndose en la or­
den del día de; primer día del mes próximo, y, en segundo
término, la moción del señor Representante Tuso para que
la Comisión informe el día lunes sobre ei plazo que nece­
sita para term nar todo su trabajo v presentar el informe.
Se va a volar la moción del señor Representante Fru-
geni.
 (Se vota. — Negativa: vinco en cuarenta y uno).
— Se va a votar la moción rtei señor Representante Tuso-
SEÑOR ESPAT.THR. — ¿ Có nfc> es la moción?
SEÑOR PRESIDENTE. — Para que el día lunes infor­
me la Comisión Especial respecto de cuándo puede tener
terminado el in form e...
SEÑOR ESPALTEH. — Hago notar que esa moción no
necesita votación. Lo que puede hacer la Cámara el lunes,
es pedir a la Comisión que produzca ese informe y ahora
pasar las palabras de los señores Diputados al seno de la
Comisión para que se dé por enterada.
(Murmullos. — Interrupciones).
SEÑOR PRESIDENTE, — Tiene que haber una solici­
tación de la Cámara a la Comisión.
SEÑOR ESPAI/TER. — Casi diría que es una solicita­
ción de la Cámara a sí misma. Lo que corresponde os que
la Comisión se dé por enterada y el lunes informo. Los
señores Diputados el lunes pueden pedir que informe la
Comisión, si ésta ha caído en mora, pero no me parece
bien que la Cámara resuelva exigir ese informe a !a Co­
misión, lo que equivaldría a poner en algún término de la
orden del día de la Cámara ese asunto. Porque sí la Cá­
mara resuelve que ese asunto ha de tratarse el lun°s, ló­
gicamente ha de ser colocado en la orden del día.
SEÑOR PRESIDENTE. — Es otra cosa.
SEÑOR OARANIRl'LA (don I'elisbcrto E,). — Pido la
palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
putado.
SEÑOR PARAN! IIP LA (don Felisbeito F-). — Quiero
decir, señor Presidente, que la Comisión no tiene ningún
inconveniente, sin una decisión formal de la Cámara en
apresurarse a suministrar el informe a que se ha referido
el señor Representante Tuso, por lo cual es innecesario
que haya un pronunciamiento expreso de la misma, toda
vez que los miembros de la Comisión se han enterado por
este debate que se apremia el despacho de este asunto,
y con el contenido y el alcance de la moción del señor Re­
presentante Tuso, la Comisión dará cuenta el lunes del
estado en que se encuentra la investigación.
SEÑOR TESO. — Quiero declarar, simplemente, que ad­
hiero a las palabras del Presidente de la Comisión Espe­
cial, señor Representante Carámbula, pero que tampoco
era del todo inoperante mi moción, por cuanto ella sa ha­
bía producido a causa de otra que tendía a fijar un p azo
perentorio para expedirse a la Comisión.
En este caso, convenía, a mi entender, que la Cárnica
se pronunciara. Modificada la situación por la votación
desfavorable de la moción dei señor Representante Fru-
goni. en realidad no tiene objeto mi moción.
SEÑOR RARAÑANO. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor
Representante.
SEÑOR RARAÑANO. — A mí me parecía que ninguna
de las dos mociones debían ser votadas por la Cámara,
en virtud de rile cualquiera de ellas sería conminatoria
para la Comisión. La eegunda moción no era tampoco con­
veniente. porque ei mismo doctor Regules, miembro de
esa Comisión, manifestaba que habían doce declaraciones
que tomar. Si recién se reúne el jueves la Comisión, ¿có­
mo es posible que tome dncp declaraciones y además los
descargos de las personas citadas? Me parece que esta
premura que manifestaba el señor Representante Erugo-
ni no la lia tenido — se lo digo amistosamente— con o'ras
Comis'ones investigadoras que tenían declaraciones que
tomar y ha pasado mucho tiempo sin que el señor Repre­
sentante Frugoni apresurara el procedimiento.
SEÑOR FRRGONl. — ¿Me perm ite?...
¿A qué Comisión se refiere?
SEÑOR .RARAÑANO. — A la misma Comisión de las
papas.
SEÑOR FRRGON’T. — ¿Tengo la culpa de que la Co­
misión de las papas haya estado dos años sin expedirse?
(Murmullos. — Interrupciones. — Suena la campana
de orden).
13
SEÑOR TROITIÑO. — Pido la palabra.
^SEÑOlí PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Re­
presentante.
SEÑOR TROITIÑO. — Es para referirme a la situación
un poco extraña, de otra Comisión investigadora .de !a
cual formo parte. Es la Comisión investigadora encarga­
da de aclarar las denuncias formulada? en esta Cámara
contra el Jefe dg Policía de Canelones.
En una de las últimas sesiones de esa Comisión, la
mayoría de la misma había resuelto venir a la Cámara a
proponer que se diera por terminada la investigación, en
virtud de que el Jefe de Policía de Canelones había sido
separado de su cargo Ma opuse a esa resolución de la
mayoría, pero esperaba que debate se produjese en es­
te recinto, para que la Cámara fuese la que tomase una
resolución definitiva.
La separación del Jefe de Policía ¡te Canelones vino co­
mo consecuencia indirecta Je la resolución que había to­
mado en la Comisión investigadora de separar al Oficial
l.o de esa Jefatura, resolución que se habla tomado en la
Comisión, a mi iniciativa, pero yo entendí siempre que
aún separado el Jefe de Policía no existía un pronuncia­
miento sobre los hechos realmente graves que se le impu­
ta lian.
Pocos dias después ele esa resolución de la mayoría, se
me comunicó que los miembros que integraban esa mayoría
entendían que el asunto debía estudiarse nuevamente y
que, antes de consultar a la Cámara sobre si debía con­
tinuar o no la investigación, la Comisión debía efectuar
unp. nueva sesión- Naturalmente eso me pareció muy razo­
nable; pero esa sesión no se ha efectuado hasta la fecha —
por lo menos yo no tengo conocimiento de que se haya
realizado — Je manera que no sé si la Comisión se va
a reunir pura consultar a la Cámara, o si ella ha resuel­
to por voluntad (le los miembros ele la mayoría no seguir
la investigación, o si se piensa dejar simplemente la inves­
tigación sin que la Comisión ni ¡a Cámara tomen resolución
al respecto.
Planteo el asunto, porque me parece realmente grave que
una cuestión de esta naturaleza quede dejada de ¡ado sin
un pronunciamiento público y responsable.
He terminado.
SEÑOR DE LA F I ENTE. — Pido ¡a palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Re­
presentante.
SEÑOR DE LA F l ’ ENTE. — Como es notorio, cuando
la Cámara designó la Comisión investigadora encargada de
esclarecer las denuncias formuladas por el señor Represen­
tante doctor Magnorti, con respecto al Jefe de Policía de Ca­
nelones, la Comisión se constituyó de inmediato, se reu­
nió, y a los pocos días se trasladó a la ciudad de Canelo­
nes con el objeto de realizar las primeras interrogaciones-
Se vitaron a testigos calificados y se pidió esa misma tarde
la suspensión del Oficial l.o de la Jefatura en virtud de
ciertas denuncias formuladas por algunas do las personas
que fueron interrogadas por la Comisión.
SEÑOR VIEYTE. — ¿Me perm ite?...
¿Suspensión del Oficial l.o?
SEÑOR DE LA ERENTE. — Alejamiento.
Con posterioridad, el Poder Ejecutivo dictó un uecreto
separando al señor Bonillo de sus funciones como Jefe de
Policía del Departamento Je Canelones. Apesar de eso,
la Comisión fué citada, y en una de las reuniones un se­
ñor Diputado integrante de la misma, planteó una cuestión
con respecto a la prosecución de la investigación Sostu­
vo que la investigación no tendría tal vez objeto, desde el
momento que el Poder Ejecutivo había separado al Jefe
de Policía; que la Cámara de Representantes obraba en
este caso como Juez político, y que, en esas circunstancias
había logrado de sus efectos la investigación parlamenta­
ria, con la separación del Jefe de Policía.
Se convino en esa reunión, que ¡a Comisión se dirigiera
a la Cámara haciendo la consulta del caso y planteando la
situación que se creaba a ésta para que la Cámara resol­
viera si la investigación debía continuar o no.
SEÑOR SILVA — Ye entiendo que esa resolución no se
tomó. Yo lo sé porque no he votado en contra de ella, como
iba a votar.
SEÑOR DE LA FRENTE. — Se tomó esa resolución.
Después de resuelta esa consulta, el que habla, manifestó
que creía conveniente oir la opinión de los miembros de su
bancada, desde el momento que nuestro sector partidaria
estaba dispuesto a lograr el esclarecimiento de los hecho3
que se habían denunciado. Luego, se citó a la Comisión
en cuatro o cinco oportunidades, y no se pudo tener nú­
mero, no midiéndose, en consecuencia, tomar resolución
definitiva; pero ya que el Diputado socialista ha planteado
nuevamente este asunto, el Presidente de la Com'sión va
a ordenar la citación de la misma a los efectos de resol­
ver lo que la Comisión crea conveniente para dar cuenta
después a la Cámara.
Era lo que quería manifestar.
14
SEÑOR VIE YTE. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDEN I'E. — Tiene la palabra el señor Di­
putado.
SEÑOR VIE YTE. — Hay un proyecto de ley’ venido con
mensaje del Poder Ejecutivo, por el nue se resuelve el pro­
blema de la garantía de alquileres para los servidores del
Estado. Asunta que para los funcionarios público» es de
urgencia y de sumo interés, razón por la que considero de
toda justicia que a la mayor brevedad se expida la Comisión
correspondiente para subsanar ¡as dificultades que remiten
para los servidores modestos del Estado con la falta de las
garantía? necesarias para domiciliarse; prob'ema que se
puede resolver con toda facilidad y sin ningún esfuerzo. De
modo que- pido a la Meea que exhorte a la Comisión corres­
pondiente, se expida a la mayor brevedad en el asunto-

15
SEÑOR AU).\MA. — Pido la palabra.
SESOIÍ PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
putado.
SEÑOR A DRAMA. — Es para una cuestión do orden
interno. , , ...
Encontrándose en la Mesa un proyecto de la Comisión
de Asuntos Internos relativo a la integración de la repre­
sentación por e! Departamento de Soriano en esta Cáma­
ra, por haber pasado el señor Haedo a ocupar el Ministerio
de Instrucción Pública, formulo moción para que se trate
de inmediato.
SEÑOR PRESIDENTE. — Se va a votar la moción de',
señor Diputado Aldama.
(Se vota- — Afirmativa; empenta y cuatro en cuarenta
y nueve).
— Léase.
(Se le e ):
“ Comisión de Asuntos Internos.
PROYECTO DE RESOLUCION
Artículo único. En virtud de haber aceptado el señor
Eduardo Víctor Haedo, el cargo de Secretario de Es'ido en
el Departamento de Instrucción Pública y Previsión Social,
convóauese por Secretaría para integrar la representación
de Soriano, de acuerdo con lo previsto por el artículo 111 de
la Constitución de la República, al suplente correspondien­
te don Manuel Ferrería.
Sala de la Comisión, octubre 5 de 1936.
Bolívar Sozo. — Francisco Viera. — Fiden-
cio Nunes Ribeiro. — Guillermo Echeve-
rri. — Francisco Pérez Moré. — Vcome-
des Machado. — Euclides Sosa Aguiar” .
— Se va a votar el proyecto de resolución.
(Se vota. — AfP'mativa; cuarenta y cuatro en cuarenta
y ocho).
16
SEÑOR GOMEZ (don Eugenio). — ¿Me permite?
Yo pediría que se pusiera a votación, ahora que bay nú­
mero en saia, la proposición formulada en el día de ayer y
que pedí que quedara para la sesión de hoy, sobre inter­
pelación al Ministro de Relaciones Exteriores por la ruptura
de relaciones con España.
SEÑOR PRESIDENTE. — Léase.
(Se l e e : )
“ Mociono para que se llame a Sala al señor Ministro de
Relaciones Exteriores con el fin de que explique Por qué
razón el Poder Ejecutivo rompió las relaciones diplomá­
ticas con la República Española y por qué se negó a rea­
brir la embajada en España, después del telegrama que le
envió el Gobierno de ese país dándole amplias explicacio­
nes sobre los sucesos que en apariencia, habrían dado mo­
tivo al incidente.
Montevideo, octubre 5 de 1936. — Eugenio Gómez” .
— Se va a votar.
SEÑOR RURANELIJ. — Pido la palabra para ocupar­
me de esa moción
SEÑOR PRESIDENTE. — No tiene discusión.
SEÑOR ERUGONI. — Pido la palabra para una cues­
tión de orden.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
putado.
SEÑOR ERl'GONT. — Nosotros liemos presentado una
moción semejante que ayer se puso a votación y fué recha­
zada.
La moción que acaba de leerse, y que presentó ayer tam­
bién el señor Diputado comunista, es muy parecida a la
nuestra. De manera que vamos a votar esa. y entendemos
que podemos adherir a la misma, considerándonos — en
el caso de que se aprobara, lo que puede parecer una exce­
siva esperanza — también como interpelantes.
SEÑOR PRESIDENTE. — Se va a votar.
(Se vota. — Negativa: nueve en cuarenta y seis).
SEÑOR RURANELI jI. — Pide la palabra, parí fundar
el voto.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra.
SEÑOR Rl’RANEELI, — Señor Presidente: no llamará
la atención a la Cámara que yo haya votado por la negati­
va la moción propuesta por e’. señor Diputado comunista.
Por mi parte, personalmente, apruebo sin reservar le acti­
tud del Poder Ejecutivo que ha roto sus relacione.- diplo­
máticas no enn España, cor. mv.- país manteneinnu y man­
tendremos siempre las relaciones más cordiales por jos
vínculos de raza, por los vínculos históricos con esa gran
nación de Europa. Pero, señor Presidente, una cora es Es­
paña y otra cosa es el llamado Gobierno Republicano de
Madrid. Ese Gobierno, no representa a España ni ai pue­
blo español.
(Interrupciones).
— El Gobierno de España, señor Presidente, a mi juicio,
está en Burgos, donde está el alma y el espíritu de la ra­
za española-
( Interrupción del señor Representante Gómez, don Eu­
genio). ¡
— España está en el Alcázar de Toledo, en los que Lar.
defendido la gloriosa enseña de España, reviviendo los días
de Saguuto y de Numancia.
(Interrupción del señor Representante Gómez, den Eu­
genio). i
— España r.o está en Madrid, en las calles de Madrid,
donde se asesinan indefensas mujeres hijas de esta tierra. ..
(Interrupción del señor Representante Gómez, don Eu­
genio). j
— ..donde se asesinan indefensas ancianas, donde se
cometen teda clase de tropelías, donde se roba, donde se
incendia, donde es la vergüenza más grande de estos mo­
mentos para el m undo...
(Interrupción del señor Representante Gómez, don Eu­
genio).
nombre de ese Frente Popular, de ese Frente
Popular qjte a mi juicio no significa nada más que una
recua de bandoleros y asesinos.
( Interruipción del señor Representante Gómez, don Eu-
genio).
— No m extraña que se defienda por algún sector polí­
tico esos ict.o?, máxime por el representante del Soviet,
por el representante de Rusia donde no existe libertad,
donde exis :e mayor miseria, donde los obreros son los últi­
mos esclavos dol universo.
( Interru lición del señor Representante Gómez, don Eu­
genio) .
— En R isia, señor Presidente, donde la revolución So­
viética eos ó nada menos que la vida de 260.000 soldados,
de 9.000 nédicos, dp 5.400 intelectuales.
(Diálogn entre los señores Representantes Buranelü y
Gómez, dop Eugenio. — Interrupciones. — Suena ¡a cam­
pana de oijden).
SEÑOR .PRESIDENTE. — El señor Diputado disponía
de Ires minutos para fundar sil voto, y lia vencido eso plazo.
SEÑOR IH'RANELLI. — Lamento no haber podido con-
(inuar diciendo unas cuantas verdades más.
(Interrupciones. — Suena la campana de orden).
SEÑOR PRESIDENTE. — ¡Orden, señores Dipu'ados!
SEÑOR TI "BINO. — Pido la palabra para una cuestión
de orden.
(Diálogo entre los señores Representantes Kayel y Bu-
ranPlli). I
SEÑOR PRESIDENTE. — ¡Orden, señores Diputados!
(Interrupciones. — Suena la campana de orden).
— La Cálnara pasa a intermedio por cinco minutos.
(Asi se efectúa a las 18 horas y 5 minutos. Se reanuda
la sesión aj las 1S horas y 10 minutos).
— Continúa la sesión.
17
SEÑOR RIOS. Hago moción para que se entre a la
orden del )!ía.
SEÑOR ISOSA AGITAR. — Pido la palabra para una
cuestión dé orden interno.
SEÑOR ^‘RESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
putado |
SEÑOR ROSA AGITAR. — Mociono para que se ecjloque
en primer lérmino en la orden del día de la sesión de maña­
na, el dictamen de la Comisión investigadora sobre adqui­
sición de papas por el Estado. Ese asunto fué repartido
hace tiemro, y el informe de la Comisión es del mes de
mayo.
Está probado que con las sesiones especiales extraordina­
rias no se puede dar curso al asunto. De manera que insis­
to en mi n oción para que se incluya en primer término de
la orden de 1 dia de la sesión de mañana.
SEÑOR [‘RESIDENTE. — Se va a votar la moción del
señor Dipu ado Sosa Aguiar: para que se incluya en primer
término de la orden del día de la sesión de mañana, el
asunto relativo a la adquisición do papas por el Estado.'
(Se vota. -— Afirm:it¡va; treinta y ocho en cuarenta y
seis).
18
SEÑOR Ríos — Debe votarse mi moción para que se
entre a la prden del día.
SEÑOR AZNAREZ. — Pido la palabra para una cues­
tión de ordm.
.SEÑOR PRESIDENTE. — Se va a votar la mocióTi del
señor Dipn :ado Ríos. . .
SEÑOR MARTINEZ. — ¿Me permite?...
El señor Diputado Tubino pidió la palabra para una
cuestiOn de orden interno. Me parece Que se puede oir lo
que va a manifestar el señor Diputado Tubino y después
votarse la proposición del señor Diputado Ríos.
SEÑOR. AZNAREZ. — También yo deseo ocuparme de
otro asunto de orden interno.
SEÑOR MARTINEZ. — Por otra parte, es reglamentario
completamente.
SEÑOR PREJ^lDENljE. — Puede hacer uso de ]a pala­
bra el señor Diputado Tubino.
SEÑOR T l ’RIXO. — Yo pedí la palabra e iba a empezar
a hablar en el momento en que vino ese bochinche. . .
(Hilaridad. — Interrupciones).
— Yo deseaba pedir, señor Presidente, a la Comisión de
Asuntos Financieros y Bancarios que informe a la mayor
brevedad el proyecto mandado por el Ministerio de Ha­
cienda respecto a la rebaja de' 50 o|o en lag cuotas que
tienen que pagar las ciudades del interior y del litoral de
la República por con ecto de hormigonado.
Es de un interés trascendental, señor Presidente, que la
Cámara, a la brevedad posible, se aboque al e-tudio de ese
proyecto.
Por eso pido que con informe de la C imisión, ese asun­
to se incluya en la orden del día de la primera sesión del
próximo mes.
SEÑOR PRESIDENTE. — Se va a votar la moción del
señor Diputado Tubino.
(Se vota. —- Afirmativa: treinta y fres en cuarenta y
cinco).
19
Tiene la palabra el señor Diputado Aznárez para una
cuestión de orden interno.
SEÑOR AZNAREZ. — Señor Presidente: va va casi para
tres años que he presentado un proyecto sobre ventas mer­
cantiles al contado y a plazo. Ese proyecto se encuentra en
la Comisión de Códigos, una Comisión que según me ha
manifestado uno de integrantes, no se reúne casi nun­
ca, y yo pediría al señor Presidente que solicite el pronto
despacho de ese proyecto que, lo repito, hace casi tres años
que está en su seno: proyecto de ventas mercantiles al con­
tado y a plazo.
SEÑOR PRESIDENTE. — Da Mesa exhorta a la in m i­
sión de Códigos a que despache a la brevedad posible el-
proyecto a que se ha referido el señor Diputado Aznárez.
20
Se entra a la orden del día con la consideración del
asunto referente a construcción de viviendas rurales.
SEÑOR PARRARLO. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene ¡a palabra el señor Di­
putado.
SEÑOR CARRA LEO- — Este asunto, señor Presidente,
ya fué debatido en las últimas sesione? del mes pasado,
ampliamente, hablando varios Representantes de distintas
bancadas.
Yo voy a hacer moción, por lo tanto, para que se vote
en general.
SEÑOR ITl'R RID E. — No apoyado. Hay varias cosas
que aclarar.
Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
putado Iturbide.
SEÑOR ITl'RRID E. — Yo quisiera preguntar al señor
miembro informante si él o la Comis'ón han consultado al
señor Ministro de Hacienda y al Poder Ejecutivo, a ver si
el espíritu por el cual se destinaban los $ 250.000 para vi­
viendas rurales, está contemplado en e-te proyecto de ley.
Entiendo que es fundamenta' esta cuestión.
SEÑOR CARHALLO. — ¿Me permite’ . . .
Por lo pronto, señor Presidente, dentro de ese esníritu
el Diputado que habla, votó el artí ulo correspondiente ele
la ley de Revalúo.
SEÑOR I T l ’ RRIDE. — No es el espirito del Diputado
que habla. El proyecto pc-tenece a! Poder Ejecutivo, v só­
lo el Poder Ejecutivo puede disponer de fondos destinados
por una ley, y la Comisión interpreta el espíritu de! pro­
yecto; pero yo no sé si fué e?e el espíritu del Poder Eje­
cutivo, y, en consecuencia, pediría que previamente ge con­
sultase al Poder Ejecutivo sobre el alcance del de-tino de
los 250.000 pesos para viviendas rurale-s. De otra manera
no podemos entrar a votar este prove to que yo eut’ endo
que tuerce en absoluto la orientación dada por el Toder
Ejecutivo, que no deseaba dar parcelas de tierra sino me­
jorar la vivienda rural, que actualmente e« una verdadera
vergüenza nacional.
(Apoyados).
— Me extraña que partan de la bancada nacionalista es-
ts proposiciones oponiéndose a la tendencia nuestra en el
sentido de mejorar la vivienda rural, cuando esta orien­
tación nacional que quiere una vivienda digna de hom­
bres de trabajo para nuestros hombre* decampo, ha sido
recogida hace ya mucho tiempo, por o! distinguido ciuda­
dano doctor Luis Alberto de Herrera en el Congreso Ru­
ral de Tacuarembó, expresando que debia de irse, necesa­
riamente, a mejorar y a dignificar la vivienda rural. Y
una vez que el Poder Ejecutivo entra por ese sano camino
de darle al hombre la vivienda que merece, la bancada na­
cionalista se aleja de él, torciendo la ley.
Sería necesario, pues, completamente necesario, que se
consulte al Poder Ejecutivo.
SEÑOR CARRILLO. — Está equivocado el señor Di­
putado.
SEÑOR ITl’RRIDE. — No estoy equivocado.
SEÑOR OARRALLO. — Lo que desea la bancada nacio­
nalista es darle la vivienda rural al hombre pobre del
campo.
SEÑOR ITl'RRIDE. — No es la vivienda rural, porque
para nada se contempla el problema de la vivienda. En
absoluto! ¿Cuál es el articulo que contempla lo de la vi­
vienda?
VARIOS SEÑORES REPRESENTANTES. — Se desti­
nan 300 pesos.
SEÑOR IT l’RRIDE. — Con 300 pesos, y dejando liber­
tad, no se liará más que otros ranchos miserables como
los que actualmente avergüenzan el interior de la Repú­
blica.
SEÑOR OARRALLO. — ¿Me permite?...
Por otra parte, señor Diputado, no le tiene que hacer
ningún reproche a la bancada herrerieta, porque si el se­
ñor Diputado hace un reproche, porque algunos Diputados
de la bancada lierrerista inf irmaron favorablemente el pro­
yecto, debe hacérsele también ese reproche a la propia ban­
cada del señor D’ Putado, y a la bancada riverista, es decir,
a las bancadas mavoritarias de la Cámara.
SEÑOR ITl'RRIDE. — Pero Ja bancada nacionalista, en­
tiendo yo, como una lógica consecuencia debe recoger las
Patrióticas aspiraciones del señor Lu's Alberto de Herrera
en este asunto.
He terminado, por el momento.
SEÑOR CRINOLES. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
putado.
SEÑOR CRINOLES. — Creo que nos apartamos un poco
del tema en discusión. Creo que el señor Diputado Itur-
bide no ha interpretado bien, probablemente, el espíritu de
esta ley. El habla de la viv'enda rural. Es cierto: el me­
joramiento de las condiciones de vida de nuestros paisa­
nos. el mejoramiento de la viv'snda rural, es una aspi­
ración del Poder Ejecutivo y una aspiración de las ban­
cadas mavoritarias que integran esta Cámara. Nosotros
nunca nos liemos desviado de esos postulados, ni nos des­
viaremos en el futuro.
Ahora, la sanción de este proyecto, se refiere a otra
cosa: se refiere a mejorar también, en cierto modo, ’ a
condición de esa misma gente de la campaña, pobre, a quie­
nes se quiere proteger.
Por lo que hace al problema estricto de la vivienda ’m-
ral, el señor Diputado Iturbide debe saber que actual­
mente se está tratando en el Senado un proyecto de ley
encaminado a ese fin; proyecto que creo debe ser san. io-
nado, tal vez, en la sesión de hoy. De manera que son dos
aspectos independientes del mismo tema: la vivienda ru­
ral y el mejoramiento económico.
SEÑOR ITl’RRIDE. — ¿Me perm ite?...
Es que el alcance del destino de los 250 000 pesos de
la ley de Revalúo corresponde a la vivienda rural y no a
otros problema?. En consecuencia, sería necesario consul­
tar previamente al Poder Ejecutivo sobre si se ha inter­
pretado el espíritu on e', cual el Poder Ejecutivo ha he­
cho ese deslino de 250.000 pesos para la vivienda rural.
SEÑOR CRINOLES. — Continúo.
Yo no me opongo a la eonsultr al Foder Ejecutivo, que
indica el señor Diputado. Me parecería prudente y razo­
nable: pero quiero hacerle notar que este proyecto tam­
bién conduce al mismo fin. porque también viene a favo­
recer. .
SEÑOR ITl’RRIDE. — ¿Me perm ite?...
No, señor! Con 300 pesos, y dejando que cada uno liega
un rancho como se le dé la gana, !c que se baria sería
dar un aspecto más miserable a la campaña.
( Interrup iones).
SEÑOR PRESIDENTE. — i.a Mesa hace notar que el
p oyecto está en d'scusión general, y que los señores Di­
putados deben concretarse a ella.
SEÑOR CRINOLES. — Bien, señor Presidente.
Era eso lo que quería decir, v nada más.
SEÑOR COLLAZO. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
putado.
SEÑOR COLLAZO. — Creo, señor Presidente, que ec el
proyecto presentado por ios señores Diputados Oliú y Sil­
va, y en el presentado por lo- fleñores Diputados Iturbide
y Malmierca. hay en realidad una confusión de términos,
pero que todos, absolutamente todos, tienen un propósito:
el dar vivienda pero vivienda sobre tierra útil.
Creo que el dar vivienda sobre parcelas aprovechables,
es solamente gastar dinero en explotaciones inútiles, pues-
to que esa misma vivienda no va a responder, en es.: par-
celamiento infinito de la subdivisión de barrios en ciertas
localidades, a la utilidad de la tierra. Así es que creo que
los proyectos de los señores Diputadas a que me he refe­
rido, se completan en absoluto.
Sostuve en la sesión pasada que este problema er uno
de los problemas que deben preocupar más a ios Gobier­
nos, no solamente por el aspecto simpático con que se pre­
sente. por el señor Diputado Iturbide en cuanto a la vi­
vienda del pobre, en cuanto a la vivienda del obrero del
campo, ya que se trata del obrero rural — que tuvo su ori­
gen, según creo, en el último Congreso que al respecto se
celebró en Italia, donde fué tratado dínpliamente— sino
que debemos preocuparnos, como de fa en la sesión ante­
rior, de de-congestionar a las ciudades de toda esa pobla­
ción rural que se viene en busca de la mano de obra, dán­
dole tierra para que trabaje y se baste a sí misma.
Dije, señor Presidente, apropósito de este asunto, que
todo el problema social bajo el aspecto de la lucha de
clases, casi finca en eso. En el VII Congreso mundial de
la Internacional Comunista — por todos sus delegados, ab­
solutamente por todos— se ve el escollo de su propaganda
en el campesinado. Me llamó la atención, a! tratar este
problema, el hecho de que allí también se debatió, y con
esas verdades que se dicen en general, en los Congresos,
donde hay posibilidades para expresar sus propósitos, sus
progresos y sus inconvenientes, de la lucha y a'raigo del
comunismo.
Un señor Coplenig, dice lo siguiente: "una ae las Prin­
cipales debilidades de nuestro partido es que no hemos
arrastrado todavía también por encima de los cuadros de
frente único proletario en el frente de lucha^ contra el
fascismo, a las capas descontentas de la pequeña burgue­
sía y a los campesinos trabajadores.
"En Austria, grandes masas de campesinos y de peque­
ños burgueses, son hostiles a la dominación del lascismo
negro y verde. Una gran parte de esas masas coloca, sin
embargo, todavía hoy, su esperanza en el nacional-socialis­
mo".
En Bulgaria ocurre lo mismo. Bulgaria no ha podido con­
quistar al campesino: y en Francia, la nación tipica en es­
te sentido, para no dilatar más este asunto, el señor Uocliet,
representante de este país, dice lo siguiente: 'Hay un lado
débil en nuestro movimiento: se trata del trabajo para la
conquista de las grandes masas campesinas’’. Y más ade­
lante: “ Hay en Francia un gran número de pequeñas y
medias explotaciones, de pequeños propietarios que poseen
parcelas de tierra. A causa de este régimen de la parcela,
debido a la gran Revolución Francesa, los campes nos fran­
ceses están muy apegados a las tradiciones democráticas.
Hay en el campesinado francés numerosas tradiciones de
lucha” .
Así podria citar la opinión de quince o veinte delegados.
De manera que pese a U buena intención del señor Repre-
■ n tc i'iirli (!■ y a I .s propósitos más o menos combati­
dos por é] mismo, de los señores Representantes Oliú y
Silva, yo creo que este es un problema que hay que resol­
verlo sin gran hostilidad de parte a parte, y sin pensar si­
quiera que pueda servir, ya sea a un partido, ya sea a otro,
para cartel, desde que es una cuestión social.
C "co "ue este asunto hay que resolverlo como he dicho,
"a complementaria. No es posible ir a la vivien­
da higiénica, a esa vivienda perfecta, sin tener una tierra
para trabajar No es posible darle como base el sitio de
una casa-quinta. Eso no lo quiere un obrero campesino ni
un obrero de la ciudad Nuestros antepasado» — la Colo­
nia — fueron más expeditivos que nosotros Tenernos el
ejemplo de las grandes cantidades de tierra dejadas en mu­
chas ciudades, que dividían en parcelas de veintinueve y
treinta hectáreas, que aún subsisten. Tenemos el ejemplo
de las grandes posesiones dadas por el gobierno español,
con la obligación de hacer casas en las ciudades.
Y nosotros debemos tener en cuenta que la vivienda hi­
giénica, más o menos extensa, pero vivienda al fin. "on to­
das las comodidades, no puede excluir absolutamente una
parcela de tierra útil para que el hombre como ya dije, no
sea sólo un habitante de esa tierra, que no le va a dar pro­
ducto ninguno, sino que sea un trabajador de a tierra,
más o menos extensa, en la cual pueda vivir él con su fa­
milia.
He terminado.
SEÑOR SIRVA. — Pido la palabra
SEÑOR, PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Re­
presentante
SEÑOR s i i a 'A. — Creo que hay un poco de confusión
con respectí a ia interpretación de la vivienda rural nue
proponemos en el provecto que hemos presentado a :a Cá
niara °on ei doctor Oliú. Ro que se ha pretendido es te­
ner en ’ uent. solamente al peón rural de estable 'iniientos
ganaderos o de otra clase de establecimientos romo los
arroceros iv otros de distinta Índole que ya empiezan a ha­
ber en nuestra campaña.
SEÑOR CARBARRO. — De toda clase de industrias
rurales.
SEÑOR SIRVA. — De toda clase do industrias rurales.
Lo quel se ha querido es que el peón rural o el obrero
rural, al ur a descansar el día sábado, por ejemplo, a su
casa, se eñcuentre con lo que él mismo ha preparado en los
momento^ en que los establecimientos lo han dejado libre,
en una hpetárea, o en dos, por ejemplo, como una ayuda
para sostenerse con lo que se destina en este proyecto. De
manera que la vivienda rural no es sola, aislada, sino que
es una pequeña granja de subsistencia, no para que haga
negocio el peón rural sino para que preste ayuda al sueldo
o al jornal que gana durante la semana.
Al misino tiempo, con la obra de las Intendencias, obra
obligatoria, de dar árboles de sombra y unos pocos árboles
frutales df> sus propios viveros con todo eso y con la ver­
dura que aprenderían a cultivar con la enseñanza de los
maestros de la localidad o de los agrónomos, o de los capa­
taces de ¡agronomía, que se debería disponer recorriesen
esos predios: con esa verdura, con las gallinas y otros, ani­
males de pequeña granja, se podría obtener una vivienda
rural con los atractivos de la civilización: es ñecir, som­
bra, frutaj verdura, gallinas, huevos y algo más quo puede
traer el peón principalmente de las estancias en esos días
en que le)s es posible descansar...
( Inierripriones).
— La vivienda a la cual le hemos destinado 300 pesos,
y que el ;proyecto de. los señores Diputados Malmierea e
Iturbide, flestina hasta 70 0 pesos, no puede ser muy dife­
rente . . .
(Interrupciones).
SEÑOR ITURBIDE. — ¿Me permite?
SEÑOR SIRVA. — Sí, señor
SEÑOR ITURBIDE. — Es completamente diferente.
SEÑOR SIRVA. — No puede ser.
SEÑOR ¡ITURBIDE. — Está basarla en estudios técnicos
del ingeniero agrónomo Topolanski y del ingeniero Gar-
mendia. qúe lo han presentado al Congreso de Agrónomos.
SEÑOR SIRVA. — El ingeniero Topolanski dice que
con los mismos elementos con que se hace el rancho — mal
en la actualidad debido a la falta de proligidad. posible­
mente, de' los paisanos — se puede hacer un rancho de
otra dase! con más comodidades.
SEÑOR ITURBIDE. — ¿Me permite?
¿Pin su proyecto se contempla de alguna manera ese
aspecto p^ra que el nuevo rancho se haga de acuerdo con
la técnicaf
SEÑOR SIRVA. — Sí, señor.
SEÑOR ITURBIDE. — ¡No, señor!
SEÑOR SIRVA. — En el proyecto que hemos pi asenta rio
el doctor Oliú y yo, se contempla, desde el momento que le
dirección K1 confía a un inspector técnico, y, por otra
parte, no jse ha rechazado para nada la aspiración de los
señores Diputados.
( Interrupciones).
— El señor Diputado Malmierea sabe perfectamente, lo
mismo qup el señor Iturbide, que anoche, después de la
sesión do luyer. estuvimos hablando a este respecto, v que
seríamos Completamente permeables a la introducción de
enmiendas que aseguren más lo que quieren los señores D i­
putados: pero no porque fuera imposible asegurar con
nuestro ptfoyecto, desde el momento en que no se puede
confiar solamente en el dinero que dé el Estado, sino
también eb el sentimiento patriótico de los Departamen­
tos en el ¡movimiento de verdadero amor que debe desper­
tar en los Departamentos. Hay que hacer ésto, como se han
hacho los ¡hospitales, como se han hecho ios asilos come
se han herjho infinidad de establecimientos!, debido a la so­
lidaridad sioeial. demostrada en muchos años anteriores pgt
nuestros apter,asados, cuando los asilos y los hosp't.les se
manejaban por comisiones honorarias y no por el Pista­
do como eb la actualidad.
Ese misino amor, esa solidaridad social es lo que hay
que despertar en la actualidad, y, entonces, ya no serían
los 300 piso? solamente sino muchísimo más, porque es
incalculable °l esfuerzo de solidaridad de nuestros habi­
tantes de |a campaña — de los que pueden — cuando así
son concitados en nombre, precisamente de <>»a solidaridad
de que he ¡hablado.
(Murmuplos)
---El pr óyect,. va a eso. porque en todo proyecto ene e
tá inspirar o en este criterio, en razones superiores de n¡
triotismo ?<=• sobreentiende lo complementario, ,
No es i 'osible que ésta clase d* leyes 3e bagan pai
que sean ■uniplidas fríamente No, señor Se necesita
palabra de los representantes del pueblo, como se necesil
la palabra de los representantes del Poder Ejecutivo y ¡
necesita qi ¡e todas las instituciones representativas de li
 Departamentos tomen parte en la acción solidaria, en el
verdadero movimiento de solidaridad nacional.
Es lo (iue tiñería decir.
( ¡Muy bieu! )•
SEÑOR JU RANEELE — Pido la palabra.
HK.vOK PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
putado.
SEÑOR R l'R A N E LLI. — Yo, señor Presidente, «obre el
fondo del contenido social de este proyecto, me manifesté
en otra oportunidad.
He estudiado el proyecte sustitutivo de los señores Di­
putados Malroierca e Iturbido.
SEÑOR ITCRRIOE. — Complementario.
SEÑOR REDANELLE — Indudablemente cine, en el
fondo, en los dos proyectos se persigue el mismo propósito
patriótico y el mismo deseo de producir esta obra de bien
social; pero la verdad es que ante el proyecto de los seño­
res Diputados Iturbide y Malmierca me asalta el temor de
pue, por querer hacer las cosas m e jo r ...
(Interrupción del señor Representante Iturbide).
— Tal vez por querer hacer las cosas mejor, no se hagan
de ningún niodo, y, entonces...
SEÑOR K A Y E L . — ¿Me permite?
SEÑOR IR RAN'ELLI. — Si, señor.
SEÑOR KAYEE. — Yo le preguntaría al señor Diputado
qué vivienda se puede hacer con 300 pesos. Ni un rancho
miserable.
(Interrupciones. Suena la campana de orden).
SEÑOR ÍH 'EA XKLLI. — Es evidente que el señor Di­
putado Kavel no conoce absolutamente la campaña.
SEÑOR K A Y E L . — Más que usted, que no ha salido do
Pando.
(Diálogo vehemente entro los señores Representantes
Buranelli y Kayel. — Suena la campana de orden).
SEÑOR PRESIDENTE. — La Mesa ruega a los Señores
Representantes un poco de orden, porque en esía forma
no es posible seguir ti debate.
SEÑOR R V R A y k LLI. — El señor Diputado Kayel, sin
razón de ninguna clase, se ha permitido hacer manifesta­
ciones que no tiene derecho de hacerlas, y eso es io que
dió motivo a mi reacción. Pido disculpas a la Cámara por
ello.
SEÑOR K A YE L. — ¿Me permite?
Yo creo que al señor Diputado lluranelli no le lie dicho
nada que pueda ofenderlo, pues lo que le he dicho es que
tal vez é! no ha salido de Pando, lo que no es urta cosa
ofensiva.
SEÑOR R l'R A X E L L I. — Continúo, señor Presidente.
Deseaba decir que con trescientos peí 03 en campaña se
pueden hacer construcciones modestas ; eficaces para la
vida del hombre de campo
Además, en el proyecto de la Comisión se permite la
utilización de elementos que puedan aportar los mismos
propietarios psr parte del Estado.
. Ahora, señor Presidente, como e] monto de la cifra to­
tal que por esta ley se autoriza a invertir son 500.000 pe­
sos, es evidente que con 500 000 pesos no se va n poder
hacer muchos propietarios. Será un número limitado de
ellos. Y si establecemos la cifra de 700 pesos, ese número
de propietarios naturalmente tendrá que ser menor y. en­
tonces, el alcance social de esta ley tendrá que limitarse.
Esa es la observación, señor Presidente, que por mi par­
te tengo que harer a la iniciativa de los señores Diputados
Iturbide y Malmierca que. como vuelvo a repetirlo, tiene
el mismo propSüto y el mismo contenido social del proyec­
to de la Comisión.
Por esas circunstancias yo voy a votar el proyecto tal
cual lo ha presentado la Comisión.
SEÑOR CERSOSIMO. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Re­
presentante.
SEÑOR CERSOSIMO. — Desde luego, señor Presidente,
yo no me voy a opener a la sanción de este provecto, de
hondo contenido social y humano.
El proyecte de los señores Representantes Silva v Olió
contempla en parte este aspecto de ]„ vivienda rural: pe­
ro, señor Presidiyite. ips que conocemos bien la vida de la
campana, sabemos que hay necesidad de ir a un provecto
más amplio y más profundamente estudiado para .me ia vi­
vienda rurd sea, en la realidad de tos hechos la vivienda
que el Gobierno quiere para los campesinos
La vivienda nue reclaman nuestros hombres de l.t cam­
paña. no puede contemplarse ron un provecto donde la
orientación técnica no Se lien.- «r, mienta para uad--. La
orientación técnica nue permitirá imeer en nuestra campa­
ña viviendas higiénicas, dignas de nuestro? hombres de
opm,-,,, co ^^labieqp en sute provecto de 1\v.
SEÑOR O L I l ;. -— >Me permite?
Pero eso depende de las inspecciones té. nicas departa­
mentales.
(Interrupciones).
SEÑOR CERSOSIMO. — A eso iba, porque en la forma
en que so establece la fiscalización por esa ley, creo, señor
Presidente, que no tenga aplicación práctica. Se deja libra­
da a los Intendentes, a los Jefes de Policía, a los Inspec­
tores de Escuelas, a los ediles, a los representantes de las
sociedades rurales, de los organismos regionales y a los
médicos de servicios públicos. Yo no sé, señor Presidente,
qué conocimientos en materia de vivienda rural pueden
tener estos señores representantes del Poder EjecuLvo- El
hecho de que sean funcionarios públicos, no los habilita
paia que tengan conocimientos en materia de orientación
de viviendas rurales. Serán 18 Departamentos, donde 18
núcleos de funcionarios de distintas categorías, aplicarán
distintos criterios para la construcción de esas viviendas.
Y desde luego liaremos así, caseríos, que no serán Caseríos
de ratas como los que actualmente existen en la campana
del país, pero que no van a tener mucha diferencia con
éstos.
SEÑOR DI RANEELE — ¿Me permite?
A mi juicio, señor Diputado Cersósimo, me parece que
serán más eficaces esas comisiones formadas así como el
señor Diputado dice, que el médico, el Jefe de Policía, los
elementos de la zona que conocen el ambiente y que podrán
actuar dentro de sus elementos, porque cada zona tiene
elementos distintos con los cuales poder realizar esas obras;
en cambio, si el señor Diputado somete toda la evolución
o el desarrollo de este proyecto a una comisión técni a, co­
rreremos el riesgo de que ocurra lo que ocurre frecuente­
mente: que los expedientes vienen a esas Comisiones, se
eternizan y las obras no se realizan. De la otra manera
ganaremos en eficacia y en efectividad.
SEÑOR CERSOSIMO. — Para que ésto se haga a la per­
fección, es necesario que una comisión que parta del Mi­
nisterio de Obras Públicas o de algún organismo técnico
de esa índole, pueda dirigir estos trabajos en la campaña;
sino, será un montón más ele dinero que se gastará sin
eficacia alguna . . .
(Apoyados).
— . . . será un monto más de dinero que irá allí a formar
más caseríos humildes y más caseríos de ese tipo, que son
una vergüenza para nuestro país.
Para que éstos puedan tener orientación práctica y téc­
nica — ya !o sallemos por experiencia los que vivimos en
campaña — es necesario que se rijan por el Ministerio de
Obras Públicas. Los Intendente? del interior no tienen
orientación técnica en materia de obras públicas ni en ma­
teria vial ni en materia de construcción de viviendas. Esto
io podemos probar a cada instante ios que recorremos
continuamente la campaña.
Por eso entiendo que este proyecto, conjuntamente con
ei de lo? señores Diputados Iturbide y Malmierca, deben pa­
sar a Comisión para hacer un proyecto más amplio y cien­
tífico, en e : que se contemplen lodos esos aspectos y por el
cual les domos ? nuestros paisanos viviendas higiénicas, có­
moda» y confortables para hacerle? la vida más llevadera.
Formulo, pues, moción, para que de estos dos proyectos
en discusión se forme un amplio proyecto que pueda con-
iemplar esas aspiraciones de nuestros campesinos, y que se
consulte también a lo? organismos y funcionario? técnicos.
Yo sé bien, por otra parte, que con trescientos pesos, co­
mo decían los señores Representantes hace un instante, se
puede hacer mucho en la campaña; pero se puede hacer mu­
cho cuando hay orientación técnica detrás de eso: no se va a
dar dinero para que ios paisanos lo empleen, unos, en un
rancho de una ciase, y otros, en un rancho de otra clase.
(Interrupciones.)
— Yo he leído bien el proyecto y es por eso que a mí no
me satisface eslo de que el artículo 15 contempla todo.
El artículo 15 dice: “ Las construcciones de viviendas a
que se refiere esta ley. serán dirigidas por las inspecciones
técnicas departamentales respectivas” . Y con eso, señor Pre­
sidente, los proyectistas ?reen que esto contempla todo el
aspecto de la ley y reglamenta todo el asunto, y eso no es
verdad, porque las inspecciones técnicas de campaña no
tienen, como dije hace un instante, orientación en materia
vial, ni en materia de vivienda y dp edificación.
(Interrupción leí señor Representante Silva.)
— Todo e?o tiene que ser regido Por organismos técnicos
centralizados en la Capital, para que se haga cuestión con­
junta y que tenga una «-ola ..mentación armónica. No es
cuestión de que en Rocha. Artigas y Maldonado se constru­
ían viviendas de una (lase y cu otros Departamento? de otra.
Por estas razones, seño. Presidente, solicito que todo esto
pase a Comisión para que formule un proyecto acabado Y
científico. El Parlamente tiene que hacer las cosas bien o
no hacer nada.
(Interrupción del señor Representante Silva.)
— La que Planteo yo e? una cuestión de mayor patriotis­
mo para hacer las-cosas mejor y no tirar más montones de
dinero sin eficacia técnica ninguna.
 En ese sentido liago moción para que este asunto pase a
Comisión, a fin de que se estudien perfectamente los dos
proyectos y se pida el concurso del personal técnico de ios
Ministerios, que permita hacer un estudio científico y com­
pleto.
Era lo que quería decir.
SEÑOR l*KUKZ SANCHEZ. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
putado.
SEÑOR PEREZ SANCHEZ. — Yo comprendo que este
proyecto tiene una muy simpática finalidad.
Tal vez, y sin bal vez, no podremos resolver el problema
en forma .integral, pero yQ soy partidario de que estos pro­
blemas económico-sociales se empiecen a realizar alguna
vez, que tengan un principio de iniciación.
SEÑOR PRESIDENTE. — ¿Me permite?...
Si el señor Diputado se va a ocupar del fondo del asunto,
debo advertirle que hay una moción previa del señor Dipu­
tado Cersósimo para que este asunto pase a Comisión.
SEÑOR PEREZ SANCHEZ. — Entonces, antes de termi­
nar, quisiera preguntar a los señores miembros informan­
tes de este proyecto si esas modificaciones que están en el
proyecto de los señores Malmierca e Iturbide, podrían in­
troducirse aquí.
SEÑOR CARRA EDO. — Pueden presentarse como artícu­
los sustitutivos en la discusión particular, como la misma
observación que hacía el señor Diputado Martínez.
SEÑOR PEREZ SANCHEZ. — Entonces, no veo Por qué
debe pasar a Comisión.
(Interrupciones.)
SEÑOR CERSOSIMO. — Mi moción es para que este pro­
yecto y el de los señores Iturbide y Malmierca pase a Co­
misión, a fin de hacer un estudio más científico y más com­
pleto del asunto, para que podamos traer a la discusión par­
lamentaria un proyecto debidamente estudiado, porque aquí
vamos a improvisar, y vamos a ingertar un artículo de un
proyecto con otro.
SEÑOR DE DOVITIIS. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
putado
SEÑOR DE DOVITIIS. — El proyecto presentado por los
señores Diputado Iturbide y Malmierca, sólo modifica el ar­
tículo 3.o y el 15 del proyecto en discusión y, además, tiené
dos artículos aditivos. De manera que entiendo que cuando
se llegue a Ja discusión del articulo 3.o y del 15, es cuando
procede la moción de que esos dos artículos vuelvan a Co­
misión, para ser estudiados.
(Apoyados.)
— BU resto de! proyecto no lo modifica.
SEÑOR CERSOSIMO. — Yo no digo que modifica: digo
que es más científico para la solución del asunto.
SEÑOR 1>E DOVITIIS. — Propone unas enmiendas a los
artículos 3.o y 15 del proyecto.
SEÑOR l'RINGRES. — Pide la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor
Diputado.
SEÑOR l'RINGRES. — Yo voy a votar negativamente
la moción del señor Diputado Cersósimo por lo que acaba
de exponer el señor Diputado De Dovitiis y pensando, ade­
más, que bien dice el adagio que expresa que no hay peor
enemigo de lo bueno que lo mejor
Si queremos hacer un proyecto tan perfecto que com­
prenda absolutamente todos los casos que puedan presen­
tarse y tan completo que no falle en ninguno de sus as­
pectos técnicos, sociales o económicos, me parece que no
vamos a hacer nada.
(Apoyados).
— Yo creo que podemos hacer perfectamente bien en
aprobar en general este proyecto y llegados a la discusión
particular, apoyar las adiciones y las enmiendas propues­
tas o que emanen del proyecto de los señores Diputados
Iturbide y Malmierca, haciendo, de esta manera, obra efec­
tiva, desde que está en nuestras manos corregir mañana
cualquier deficiencia que encontremos en la aplicación de
la ley.
Es necesario tener presente que las leyes tienen su me­
jor control en. el ejercicio; es en la práctica donde se ven
las fallas; es en la práctica donde se notan los aciertos.
Vamos por lo -pronto a hacer obra buena sancionando este
proyecto, y si mañana notamos que cualquiera de sus r®-
scrtes afloja o no llena las finalidades que por él se per­
siguen, a tiempo estaremos de reformarlo o de mejorarlo.
Es lo que quería decir.
SEÑOR ( ’Ol,RAZO. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor
Diputado
SEÑOR ('ORI, IZO. — Yo voy a votar en contra ce la
proposición del señor Diputado Cersósimo; pero antes
quiero hacer las siguientes consideraciones.
Es cierto que en campaña existen esos rancheríos, no
tan malos en general. . ,
(Interrupciones).
— . . . y di^o ésto, puesto que he estado en muchos do
ellos y he visto que son ranchos realmente buenos.
(Interrupciones).
— Y digo qjue, en general, no son tan malos, señor Pre­
sidente, teniendo en cuenta el hecho de que están en la
campaña, lejqs de toda población, lejos de todo progreso.
No son tan malos como esas viviendas y esas casillas ha­
cinadas e inmundas que se ven en los arrabales de Mon­
tevideo.
(Apoyados. — Interrupciones).
— Y eso que sus habitantes no son paisanos; es gente
de la ciudad, ¡y los de campaña no son tan malos como esos
hacinamientos de rusos en que en una sola casilla habi­
tan cuarenta personas!
(Interrupciones).
— De manejra que no hay que mirar para la campaña
con tanto pesimismo, cuando aquí estamos palpando e.l
ejemplo; cuando a tiro de pistola no más, tenemog ejem­
plos vergonzosos que no se justifican, porque están cerca;
en cambio aqtuellos se ven de vez en cuando, y están en
lugares de trabajo donde poco importa la vivienda, y sólo
se preocupan trabajar para comer.
(Interrupciones).
— En nuestra campaña hay hogares misérrimos, casas
realmente míseras construidas por sus propios habitantes;
hecho que sel justifica por la soledad y por la falta de
educación y de cultura de quiénes las- construyen, porque
están lejos dql contacto de todo progreso.
SEÑOR TITIINO. — ¿Me permite?...
Estoy de acuerdo, señor Presidente, con las manifesta­
ciones que ha hecho el señor Diputado Collazo con res­
pecto a las viviendas que existen en los alrededores de la
ciudad de Montevideo, como en los alrededores de muchas
ciudades del interior.
(Apoyados)4
— Estoy de acuerdo en que se llegue al mejoramiento de
esas vivienda^, pero con lo que no estoy de acuerdo es
con las afirmaciones que hizo respecto a las condiciones
en que viven -nuestros rurales.
Puedo afirmar, señor presidente, que en muchos Depar­
tamentos de la República existen rancheríos que son una
vergüenza nacional, no solamente por las condiciones de
decrepitud en que se vive, sino en la faz moral, donde el
incesto es una cosa corriente, y donde la sífilis — puedo
comprobarlo— | alcanza a cifras aterradoras, como por
ejemplo, en el¡ Departamento que represento.
(Interrupciones).
— En una zona determinada fué designado un médico de
servicio públiqo. Ese médico efectuó el reconocimiento de
los niños que ¡han al colegio y sobre una asistencia de 44
niños, 36 eran sifilíticos. Ese grave mal social hay que
combatirlo enérgicamente. No solamente hay que ir a la-
vivienda; hay que ir a otra cosa: a la higienizaclón social.
SEÑOR PRESIDENTE. — ¿Me permite, señor Repre­
sentante? . .
Ha vencido ¡el término reglamentario de que dispone c!
señor Representante Collazo para hacer uso ne la palabra
y, por lo tanto, no puede continuar en la interrupción.
SEÑOR T l ’ IJIN'O. — Yo quería hacer las manifestacio­
nes que formulé, para que la Cámara tuviera conocimien­
to de ellas.
SEÑOR m i R R I D E . — ¿Me permite, señor Presiden­
te?...
Yo propongo que s« amplíe el término reglamentario de
que dispone el señor Diputado Collazo para hacer uso de
la palabra
SEÑOR PRESIDENTE. — Reglamentariamente, en esta
clase de cuestiones, los señores Diputados no pueden ha­
cer uso de la ¿alabra nada más que por cinco minutos.
SEÑOR MARMIERCA. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor
Representante. ¡
SEÑOR MARMIERCA. — En realidaa, señor Presiden­
te, ya destaqué en una sesión anterior la trascendencia
que tiene el ptro. ecto presentado por los señores Diputa­
dos Olió y Silva. Adherí entusiastamente a él, porque freo
que encara uno de los aspectos de! problema rural, aun­
que no lo resuelve
Este problema, señor Presidente, que se viene arras­
trando desde hace tantos años en el tapete de la discu­
sión, que ha éido tema central en los congresos rurales,
hasta el momento no ha sido objeto de iniciativas capaces
de darle solución.
He leído eop- toda detención e! proyecto, y me ha suge­
rido, señor Presidente — de acuerdo con el conocimiento
que tengo de 1¿ campaña porque en ella he vivido y Por­
que estoy compenetrado, en realidad, de sus problemas
íntimos, sobre todo en el ambiente obrero, puesto que mi
posición de médico me ha llevado constantemente y duran­
te muchos años a actuar en ese medio — v me ha sugerido
algunas observaciones, v he llegado a percatarme de una
ierie de dificultades de orden higiénico que complican, en
m realidad, la existencia de los habitantes de esas zonas.
Creo, señor Presidente — y lo puedo decir en esta C i ­
nara sin que ningún señor Diputado pueda desmentirme—
lúe hasta la fecha, el rancho, en la forma en que se con3-
ruye en la campaña, es antihigiénico, y es antihigiénico,
jorque no se tienen en cuenta elementales factores que
íeben influir. . .
SEÑOR PRESIDENTE. — ¿Me perm ite?...
La Mesa llama la atención del señor Diputado que sólo
iispone de cinco minutos para hacer uso de la palabra.
SEÑOR MALM1ERCA. — Muy bien.
Quería destacar este aspecto. Creo que este asunto no
Jebe pasar a Comisión, porque hay ambiente en Cámara
para tratarlo y porque por ¡a discusión, se vé que los
señores Diputados están perfectamente empapados dt los
aspectos que podrían encararse si la Cámara entrara a la
consideración del problema; pero no quisiera que se des­
brozara del mismo el orden higiénico, porque entiendo
que es elemental y debe ser contemplado, sobre todo en
materia de viviendas rurales, que debe construir como
modelo el Estado para que sirvan de escuela en el am­
biente rural. Digo de escuela, refiriéndome a la escuela
de la construcción, señor Presidente, que debe reunir ele­
mentales condiciones. No es simplemente un problema de
orden económico, es un problema mucho más amplio, es un
problema de orden social, donde la palabra “ higiene” debe
entenderse en varios aspectos: la higiene personal y la
higiene de la comunidad.
Para no ser extenso en estas consideraciones, ya que el
tiempo apremia, quiero destacar que en materia de tubercu­
losis en nuestro país, como en todos lados, no se ha hecho
nada en la campaña por combatir los focos de contaminación
que constituyen los ranchos. Este problema, por sí solo, sin
entrar a todos los otros aspectos de contagiosidad que la
vida en común trae consigo, debe merecer de la Cámara un
poco de meditación para que antes de resolverse en deter­
minado sentido se trate de hacer una obra consciente, una
obra que no desmerezca con lo que la realidad reclama en
estas circunstancias.
En diversas oportunidades, señor Presidente, he estudia­
do, por mi condición de médico, el problema en estos aspec­
tos. Ya en el año 19 29, el profesor Morquio en nuestro país
y en las zonas donde actuaba, me encomendó el estudio, que
hacía bajo la inspiración de la Liga de las Naciones, de la
mortalidad infantil en nuestra campaña. Como en diversas
oportunidades he conversado con compañeros de Cámara de
los aspectos que revestía este problema, he querido venir a
la Cámara munido de las correspondientes fichas que me
dan la razón.
SEÑOR PRESIDENTE. — ¿Me permite?
Ha vencido el término reglamentario de que dispone el
señor Representante para hacer uso de la palabra.
SEÑOR ALAGOIA. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
putado.
SEÑOR ALAGOIA. — Voy a votar negativamente el pedi­
do de pase a Comisión del proyecto que está a estudio de la
Cámara, pero voy a formular una moción que sustituiría en
parte la presentada Por el señor Diputado Cersósimo. Con­
siste ella en que se pase a Comisión e] proyecto que han
presentado los señores Diputados Malmierea e Iturbide, a
fin de que la Comisión ¡o estudie, para que mañana, al
continuarse la discusión particular de este proyecto, pueda
ser considerado también conjuntamente con el proyecto
central.
En ese sentido formulo 1a moción, a fin de que la Cá.
niara pueda tener un informe sobre los artículos presenta­
dos por los señores Diputados Malmierea e Iturbide, que
son sumamente interesantes. Así se tendría el informe de la
Comisión respectiva y, mientras tanto, continuaríamos la
discusión general del asunto.
SEÑOR CARRALLO. — Yo pediría al señor Diputado
Alaggia si me permite, que antes de votarse la moción que
ha formulado, la Cámara agotara la discusión general del
asunto, para entrar mañana a la particular.
SEÑOR ALAGGIA. — He manifestado eso mismo, preci­
samente: que se continúe hoy con la discusión y que los ar­
tículos presentados por los señores Diputados Iturbide y
Malmierea pasen a Comisión, para que mañana, si es posible,
vengan con el respectivo informe.
SEÑOR SILVA. — ¿Me permite?. . .
Yo desearía una aclaración, porque anoche hemos llega­
do a un acuerdo en la parte fundamental del proyecto y,
junto con los señores Diputados Malmierea = Iturbide se ha
redactado un artículo. De manera que, en realidad, lo que
pasaría a Comisión serían estas conclusiones a las que he­
mos llegado en un acuerdo.
SEÑOR IIARAÑANO.— Hago moción, dadas las considera­
ciones que se han hecho en Sala, con las que están de acuer.
do casi todas las bancadas, que se ponga a votación general
este proyecto.
(Apoyados. — No apoyados.)
SEÑOR PRESIDENTE- — Hay una moción previa del se­
ñor Diputado Cersósimo. para que los dos proyectos pasen a
Comisión.
Se va a votar.
(Se vota. — Negativa: dos en treinta y uno.)
SEÑOR TROITIÑO. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
putado.
SEÑOR TROITIÑO. — Yo no me opongo a que se vote
la moción del señor Diputado Malmierea; pero me opongo a
que se vote en general. Hay algunos señores Diputados que
estaban hablando y no han podido exponer su criterio, por­
que estas cuestiones previas han frenado un poco las expo­
siciones. Me parece que lo primero que corresponde es re­
solver la cuestión previa y luego continuar la discusión ge­
neral.
SEÑOR ALAGGIA. — ¿Me permite?. . .
Yo había planteado, como cuestión previa, que se pasara
a estudio de la Comisión el proyecto de los señores Malniier.
ca e Iturbide o las conclusiones a que se llegó anoche con
respecto a ese proyecto, sin suspender la discusión del
asunto.
SEÑOR CARRALLO. — No veo qué inconveniente puede
haber en cerrar el debate en la discusión general y pasar los
proyectos a Comisión, desde que las observaciones son de
detalle y en el fondo, todos estamos de acuerdo.
SEÑOR 1)E DOVITIIS. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
labra el señor Diputado.
SEÑOR DE DOVITIIS. — En realidad, lo que debería pa­
sar a Comisión, son los artículos 3,o y 15 del proyecto. Co­
mo además hay dos artículos también propuestos por los se­
ñores Iturbide y Malmierea, la Comisión establecerá el or­
den en que deben ser colocados.
SEÑOR MALMIEREA. — ¿Me perm ite?...
Deseo manifestar que adhiero a la moción del señor Di­
putado Carballo, porque podemos seguir discutiendo en ge­
neral este proyecto, para ganar tiempo y, entonces, pasar ios
dos proyectos a Comisión para armonizarlos.
En este sentido se complementaría la parte que fuera per.
tinente. Por esas razones pedirla que se votara el pase a
Comisión y que se siguiera tratando en la discusión general.
(Interrupciones.)
SEÑOR TARABAL. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
putado.
Se ñ o r TARABAL. — Yo creo que todos estamos de
acuerdo en la urgencia y necesidad de este proyecto. La di­
ficultad consiste en que los señores Diputados Malmierea e
Iturbide han presentado un proyecto que tiende casi exclu­
sivamente al aspecto higiénico de la vivienda económica, pa­
ra lo cual ellos entienden que es necesario el asesoramiento
previo de la Inspección Técnica para hacer un tipo “ standard
de los edificios a construirse. Ese proyecto no es antagóni­
co con el presentado por los señores Diputados Silva y Oliu.
Toda la Cámara está de acuerdo en ese aspecto.
Cuando fué votada negativamente la moción de pase a Co­
misión, del señor Diputado Cersósimo, el señor Diputado
Alaggia, simultáneamente presentó una moción concretada
en los siguientes términos; que pase a estudio de la Comi­
sión respectiva hasta el día de mañana para que informe en
la tarde de mañana cuando se continúe con esta discusión,
el proyecto de los señores Diputados Iturbide y Malmierea
y las proposiciones que, de acuerdo con los autores del pro.
yecto, son puntos que se relacionan con ambos proyectos.
Entiendo que la proposición del señor Diputado Alaggia
es previa, y que debe ser votada. Simultáneamente con la
proposición del señor Diputado Alaggia, los señores Dipu­
tados Barañano y Carballo presentaron una segunda mo­
ción para el cierre de la discusión general. Hay dos motivos
que nos obligan a no votar el cierre de la discusión gene­
ral: el primero, que parece que hay algunos Di­
putados que tienen interés en expresar sus puntos
de vista frente a tan trascendental problema como es el de
la vivienda higiénica y económica; y, por otra parte, hay
interés en que se vaya a’argando un poco la discusión gene­
ral hasta dar tiempo a que la Comisión estudie con el de­
tenimiento necesario el proyecto de los señores Diputados
Iturbide y Malmierea parí englobarlo en el proyecto presen,
tado por los señores Diputados Silva y Olió.
En ese sentido, me parece que corresponde votar la pro­
posición del señor Diputado Alaggia.
SEÑOR PRESIDENTE — Se va a votar la proposición
del señor Diputado Alaggia: para que se pasen a Comi­
sión los artículos 3 o y 15 del proyecto en disensión y el
proyecto de los señores Iturbide y Malmierea.
( Se vota. — Afirmativa: treinta y cinco en treinta y
nueve).
 21
SEÑOR PEREZ SANCHEZ. — Pido ia palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor
Diputado.
SEÑOR PEREZ SANCHEZ. — Pediría a la Mesa que
un proyecto de ley presentado por un grupo de compai-"-
dos de Cámara referente a garantías de alquileres para fun­
cionarios del Estado, pase a la Comisión respectiva para que,
cuando venga el proyecto del Poder Ejecutivo, pueda ser
estudiado por la Comisión.
Empiezo por declarar a la Cámara que el proyecto no es
de ninguno de los firmantes, sino de un funcionario público,
el señor Cobeli, y que entiendo resuelve el problema en for­
ma mucho más económica y eficaz que el proyecto del pro­
pio Poder Ejecutivo.
Por lo tanto, solicito que pase de inmediato a la Comisión
respectiva para que pueda estudiarlo conjuntamente con el
proyecto del Poder Ejecutivo.
SEÑOR PRESIDENTE. — Ya se le ha dado el trámite
correspondiente.
22
Deseo manifestar a la Cámara que encontrándose desin­
tegrada la Comisión de Presupuesto por el retiro de! señor
Diputado Haedo, se designa al doctor Ramón Salgado para
ocupar ese cargo.
23
SEÑOR CARRERA MARTÍNEZ. — Pido la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE. — Tiene la palabra el señor Di­
putado.
SEÑOR CARRERA MARTINEZ. — Voy a aprovechar es­
te interregno en la discusión del proyecto de viviendas hi­
giénicas, para manifestar a la Mesa la conveniencia que ha­
bría en desplazar momentáneamente de la orden del día, el
proyecto de ratificación del tratado de comercio con el Ja­
pón, que desde hace varias semanas viene figurando en la
referida orden del día.
La Comisión de Asuntos Internacionales, en su sesión de
hoy, y atento a algunas observaciones que yo hice en nom­
bre de la bancada que integro, aceptó ese temperamento en­
tendiéndose que ese convenio es susceptible de un nuevo es­
tudio en el seno de la Comisión.
Aprovecharla a la vez, esta circunstancia — ya que me
refiero a la Comisión de Asuntos Internacionales— para su­
gerir a! señor Presidente, la conveniencia de integrar dicha
Comisión que ha quedado desintegrada por ausencia del se­
ñor Diputado Haedo, y creo que por renuncia del señor Di­
putado Vieyte — renuncia que, por otra parte, según entien­
do, no ha sido aceptada— a efecto de que dicha Comisión
pueda sesionar con regularidad, cosa que no ha podido ha­
cer hasta ahora en virtud de esas razones.
En ese sentido hago moción.
SEÑOR PRESIDENTE. — La Mesa lo tendrá en cuenta.
Se va a votar la moción de orden del señor Representan­
te Cabrera Martínez: para que se desplace de la orden del
día. . .
SEÑOR PEREZ SANCHEZ. — ¿Me permite?. . .
Creo que esa moción vendría a interrumpir la discusión
de este asunto y yo quisiera ocuparme — y hacerlo extensa­
mente— con respecto al fundamento de la moción del señor
Representante Cabrera Martínez.
SEÑOR CARRERA MARTINEZ. — Yo he hecho una mo­
ción fundándola en la necesidad de que la Comisión haga un
mejor estudio de ese asunto.
S e ñ o r PEREZ SANCHEZ. — Eso dehe pedirse en el
momento en que se vaya a tratar el asunto, sin interrump r
la consideración de este proyecto, porque no quisiera per­
turbar la consideración del proyecto actual que figura en la
orden del ella para ocuparme de otro asunto que figura en
otro término.
SEÑOR CARRERA MARTINEZ. — He hecho una moción
de orden.
SEÑOR PEREZ SANCHEZ. — Creo que no es de orden;
es antirreglamentario.
SEÑOR CARRERA MARTINEZ. — Voy a aclarar concep­
tos, y Posiblemente el señor Representante Pérez Sánchez
se persuada de que efectivamente lo que he pedido es, desde
luego, legítimo y razonable.
La propia Comisión asesora, entiende que ese instrumen­
to internacional deb- ser objete de una nueva revisión y es­
tudio. En -onseeuencia, pido a la Cámara que lo desplace
momentáneamente de la orden dei día No se trata de un
desplazamiento indefinido. . .
(Murmullos — Interrupciones.)
SEÑOR PEREZ SANCHEZ. — No es este el momento de
plantear esa moción sino cuando estemos en la considera­
ción del asunto.
SEÑOR CARRERA MARTINEZ. — Es para economizar
tiempo.
Pido que se vote mi moción. La Cámara resolverá.
SEÑOR PRESIDENTE. — Entiende la Mesa que, según
el Reglamento, la proposición del señor Cabrera Martínez
dehe ponerse a votación cuando se trate el asunto.
SEÑOR CARRERA MARTINEZ. — Se trataba simple­
mente de una alteración de la orden del día. Por manera
que creo que, en rigor, ¡a moción procedía. Pensé hacer la
moción en el momento de tratarse el asunto, pero preferí
hacerlo ahora, cqn lo cual, la Comisión ganaba tiempo, y
quizás mañana mismo podía entrar a la revisión del trata­
do para hacer un nuevo informe o modificarlo si las razo­
nes que pienso exponer en el seno de la Comisión, preva­
lecieran.
SEÑOR PRESIDENTE. — El Reglamento no permite que
eso se trate ahor*.
SEÑOR CABRERA MARTINEZ. — Muy bien. Haré en
oportunidad esa proposición. Me confieso muy respetuoso
de) Reglamento y deseo estar en paz con é l . . .
24
SEÑOR PRESIDENTE. — Continúa la discusión de! asun­
te referente a viviendas rurales.
SEÑOR BARAÑANO. — Retiro mi moción para que so de
el punto por sufipientemente discutido, porque hay legisla­
dores que quieren hacer uso de la palabra en la discusión
general.
SEÑOR PRESIDENTE. — Puede hacer uso de la pala­
bra el señor Representante Maimierca, que la había solici­
tado.
SEÑOR MALMIERCA. — Decía, señor Presidente, que
una encuesta realizada a iniciativa de la Liga de las Na­
ciones en nuestro; país, me llevó a estudiar el problema en
determinadas regiones de nuestra República y pude llegar a
algunas conclusiones, cuyas consideraciones generales me
obligan a hablar en este momento, dando los resultados.
El estudio realizado sobre los fallecidos en el primer año
de vida, tomados seis meses en la región a que me refiero,
arrojó el siguiente porcentaje: el 79 olo de los fallecidos
ocupaban una sola pieza en nuestro medio rural; el 20 0|°
de los fallecidos Ocupaban dos piezas en el medio rural y
el 1 o¡o de las familias vivían en tres piezas. Lo que quiere
decir que no se puede desligar de ninguna manera el pro­
blema del hacinamiento, dei problema de orden higiénico,
cuando se habla (Je construcciones en nuestro medio rural.
SEÑOR GARCIA CORRO. — ¿En Montevideo no mueren
también?
SEÑOR MALMIERCA. — Ese os otro problema. Estoy
hablando del problema rural.
SEÑOR GARCIA CORRO. — ¿Al señor Diputado le pa­
rece que en campaña, donde se vive en ranchos míseros, es
donde se produce mayor cantidad de defunciones?
SEÑOR MALMIERCA, — No voy a entrar en ese aspecto,
en el que creo que el señor Representante tiene razón, por­
que es el problema también de los suburbios de la Capital:
pero me parece que en este momento no podemos darle so­
lución, porque debemos concretarnos a determinada suma
de dinero que se destina a viviendas rurales.
SEÑOR TA RA RAL. — ¿Me permite?
¿La cifra que eistaba dando el señor Representante Mai-
miebea se refiere a las enfermedades infecto-contagiosas,
SEÑOR MALMIERCA. — Se refiere a la mortalidad in­
fantil en el primej- año en el medio rural; datos que pue-
do comprobar con las fichas que pongo a disposición de
la Cámara, porque tengo copia de las presentaoas a los
técnicos que me la solicitaran.
Decia, señor Presidente, que la mortalidad infantil ocu­
pa el primer lugar en la vivienda rural durante el primer
año, principalmente, por cuanto el hacinamiento establece
un medio de contagiosidad y un debilitamiento de las de­
fensas orgánicas. I
Otro hecho interesante, constatado en esos mismos am­
bientes, de los fallecidos, es el siguiente: la ilegitimidad
ocupaba las cuatno quintas partes: la otra quinta parte
era de hijos de matrimonios legítimos. Otro dato, señor
Presidente: en los ranchos fallecían en la siguiente pro­
porción: tomando, por ejemplo, las 21 defunciones, e «
ranchos donde habían dos ocupantes, ocurrieron tres de­
funciones; donde habían tres ocupantes, ocurrieron cinco
defunciones, dond^ habían cinco ocupantes, ocurrieron
seis defunciones. ..
SEÑOR SILVA. — ¿Me permite . . .
¿En qué térmipo de tiempo?
SEÑOR MALMIERCA. — En seis meses.
. . . donde hahia seis ocupantes, ocurrieron cuatro de­
funciones; donde habían ocho ocupantes, una defunción y
donde habían catorce ocupantes, otra defunción. Lo que
quiere decir, señor; Presidente, que el problema del haci­
namiento es ur. ptroblema que también está unido a los
términos que arroja este promedio. Pero yo no quiero
cansar a la Cámaria ron estas consideraciones, sino dar ia
impresión de las conclusiones
El problema primordial de nuestra campaña es el de
la tuberculosis. Parecería ridículo que en un ambiente de
un dina tan excelente como el nuestro, ocurran defun.
dones en nuestra campaña por tuberculosis. Sin embargo,
hay que declararlo, el problema es pavoroso y asi lo han
reconocido los técnicos que se han ocupado del estudio en
este aspecto. Sabemog que en la lucha contra la tubercu­
losis no hay más que un régimen: el régimen higiénico
dietético. Este régimen higiénico dietético, completado
con alguna medicina, pero donde ninguno es específico
para combatir la tuberculosis.
En materia de tuberculosis lo único que tenemos en
nuestro país, como en todas las partes del mundo, es la
vacuna Calmette y Guerin, que sólo puede ser aplicada
durante les primeros dias del nacimiento. Fuera de ésto,
señor Presidente, la lucha no pu§óe establecerse en nin­
gún medio y menos en el medio rural nara combatir la
tuberculosis. Ahora bien; ¿qué ocurre en nuestra campa­
ña? El rancho produce el hacinamiento de las personas.
Bastaría que existiera una sola persona contaminada, para
que inmediatamente ge extendiera el mal, v ya sabemos
que una de las características de él es la contagiosidad.
Pero no deben olvidar los señores Representantes conio e»
el rancho de nuestra campaña. Merece que nos detenga­
mos algunos segundos a echar una ojeada sobre un rancho.
Está constituido generalmente por una sola habitación,
tabicada a veces por cobijas, o, en algunos ranchos donde
la posición del propietario o del inquilino es más desaho­
gada, por un tabique que no llega tampoco a separarlo en
forma absoluta. Una de las partes es destinada a dormi­
torio y a la vida en común, y la otra es cocina y comedor
es lugar de visitas, etc. De modo que yo pregun.o; cuando
por cualquier circunstancia, aun cuando no fuera la tu­
berculosis la que hace presa en uno de los habitantes de
esa vivienda, uno de los elementos debe guardar cama o
debe permanecer el tiempo que requieren las circunstan­
cias para su curación, ¿qué hacen los demás habitantes?
Tienen que convivir necesariamente con la persona infec­
tada y es aquí donde el problema toma toda su importancia.
Cuando estamos frente a una enfermedad infecto-conta-
giosa, frente a los males venéreos, frente a la sífilis o a
la tuberculosis, yo creo que nadie ha de pensar que la
lucha puede entablarse en una forma razonable y lógica.
De manera que yo consideraba necesario hacer esta con­
sideración, porque entiendo que debemos ir, lisa y llana­
mente, a la construcción de una vivienda que, si la va a
construir el Estado, debe tener este norte fundamental:
3a separación, por lo menos, de los dormitorios de las de­
más piezas en conjunto, y cuando menos el rancho, aun­
que sea tal, debe tener esta modalidad: la separación de
sexos. Para ello es necesario que el rancho de nuestra
campaña tenga un mínimo de habitaciones y de condicio­
nes higiénicas porque por otro lado nuestros ranchos son
antihigiénicos, porque son faltos de luz, no penetra jamás
el sol y menos el aire.
Sabemos l® construcción clásica. Son dos puertas; está
abierta generalmente la que es contraria al viento. En
estas condiciones, ¿podemos creer nosotros que un enfer­
mo que necesita reposo, aire y luz, puede luchar contra
su mal. Está en pésimas condiciones, y entonces a evitar
eso tiende nuestro proyecto, y debe tender todo proyecto
que encare el problema de orden higiénico, porque no se
trata de cosas grandes lujosas: se trata de cosas elemen­
tales, de las aberturas necesarias para permitir la entrada
de aire, ¡uz y sol. I)e modo que el rancho, o la viviohÜTS,
o la construcción — llámese como se quiera— que contem­
ple estos aspectos, es una vivienda higiénica, y para ello
creo qu6 cuando se tienen ios recursos a mano, no se trata
de repartir para que haya un número mayor o menor de
propietarios, el dinero del Estado; se trata de que el Es­
tado forme una vivienda de un tipo mouelo que se ajuste
a esas directivas generales que son: la separación de se­
xos, la higiene y la economía,
SEÑOR PRESIDENTE. — Ha llegado la hora de levan­
tar la sesión.
Queda terminado el acto.
(Se levantó la sesión a las 19 horas v 30 minutos).
JULIO CESAR CANESSA.
Presidente
Arturo Miranda.
Secretario Uedactcr.
Gilberto Echcverri,
Secretario Relator.