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Tema 3.

La instrumentalización del conocimiento en las filosofías helenísticas y


romanas

El tercer tema del programa es un estudio de la teoría del conocimiento en el


helenismo (con su prolongación en la filosofía romana, por ejemplo, en el
neoplatonismo de Plotino). Este periodo se extiende entre el fin de la Grecia
clásica -suyo último gran autor fue Aristóteles- y el comienzo de la Edad Media (en
el que la filosofía fue subordinada a una teología monoteísta).

Un cordial saludo y ánimo en el estudio!!!

Re: Consultas sobre el Tema 3.


de ALEJANDRO ESCUDERO PEREZ - jueves, 31 de agosto de 2023, 12:02
Para empezar con esta parte del programa de la asignatura subo dos archivos con
unos breves apuntes generales sobre la filosofía en el helenismo. Espero que os sea
de alguna ayuda.

Algunos apuntes sobre temas relevantes de este periodo:

Física epicúrea y física estoica: el problema del determinismo

El tema del “determinismo” se refiere a la duda o dificultad siguiente: a


si el mundo es o no es un Orden donde todo está de algún modo “prefijado” o
“predefinido” de antemano: una posición “determinista” afirma que así es (que en el
cielo y la tierra todo está ya prefigurado por leyes inmutables), en cambio la
negación del determinismo admite que el orden del mundo nunca es completo, que
alberga e incluye el “desorden” (lo no prefijado, lo novedoso, lo no predefinido).
Y en este punto se encuentra una enorme diferencia entre el epicureísmo y el
estoicismo: el epicureísmo niega el determinismo, el estoicismo lo afirma con
rotundidad (el orden del mundo es fijo y todo está previsto, todo es previsible,
etc.).

Un ejemplo más que apunta a la relevancia e interés de esta interesantísima


disputa: hoy día, en la física (en concreto en la mecánica cuántica) se admite
ciertos niveles de “indeterminación” (algo que nunca se admitía en la física
moderna de carácter mecanicista –y es por eso por lo que algunos autores señalan
que el primer antecedente de estas ideas tan novedosas están en autores que
proceden del epicureísmo –por ejemplo, en Lucrecio y su libro De rerum natura,
etc.). Un libro excelente sobre este tema se lo debemos a Michel Serres, se titula
El nacimiento de la física en el texto de Lucrecio (en la editorial Pre-Textos).
Respecto a esta cuestión en la ciencia actual me parece una buena introducción el
libro de David Lindley titulado Incertidumbre (en la editorial Ariel).

Subo aquí un breve texto sobre estas cuestiones tal y como se enfocan
contemporáneamente (y otros textos que retoman esta temática con un alcance más
amplio).

El panteísmo de los estoicos

Los griegos en general -no solo los estoicos- insisten en que lo divino es lo
perfecto, lo supremo, lo autosuficiente, lo acabado y completo (así por ejemplo
Aristóteles califica a las estrellas de "divinas" porque no están compuestas de
materia y de forma sino de un quinto elemento, el "éter", y su movimiento en el
firmamento o la bóveda celeste es "circular", etc.). ¿Por qué califican los
estoicos de "divino" al orden cósmico inmutable y estrictamente gobernado por una
ley implacable? Porque lo perfecto es el Orden y lo imperfecto el desorden (los
estoicos rechazan el azar -eso que afirmaban por su parte los epicúreos en su
física, en la que la necesidad está mezclada y conjugada con la contingencia).
Teniendo en cuenta esto es claro que el estoicismo es un panteísmo.

Hay una célebre frase en la que se advierte la impronta estoica (en ella es
visible, de un modo tenue y peculiar, un cierto sesgo "panteísta" -así lo
percibieron ciertos grupos gnósticos de los primeros siglos de nuestra era que la
acogieron de un modo 'heterodoxo'). Me refiero a la frase del evangelio de San
Juan: "El Verbo (Lógos) se hizo carne y habitó entre nosotros"; esta tesis,
empapada de estoicismo, adaptó una afirmación estoica para explicar y dar a
entender un Dios que "se encarna" (prometiéndole al mundo un orden eterno en el que
se superará toda imperfección). En el estoicismo el Orden fijo y rígido del mundo
es el "Lógos" (la ley, el orden, la medida, la proporción, la regularidad), y este
"Lógos divino" lo atraviesa y penetra todo (y por eso puede decirse que "habita
entre nosotros" pues está en todas partes: en el macrocosmos y en el microcosmos).
En el caso del estoicismo que el “logos se hace carne” solo quiere indicar que el
‘orden del mundo’ le pertenece al propio mundo y no es un orden que sea inducido
desde fuera por una instancia anterior y superior (esta es la tesis del
cristianismo: Dios es previo al mundo y al crearlo lo ordena de un modo fijo y
definitivo –y es aquí donde la teología cristiana asimila elementos de Platón y de
Aristóteles, concretamente la tesis de un único ‘mundo de las Ideas’ o un mundo de
las Esencias, etc.). Hoy día en los 'debates', en el terreno de la biología, entre
los creacionistas y los defensores del darwinismo, por poner un ejemplo, se están
contraponiendo estas posiciones que acabo de mencionar.

En definitiva: que, tal y como sostienen los estoicos, el Orden (Lógos) sea
‘perfecto’ solo indica que es implacable, inapelable, enteramente necesario (es un
Orden Determinista, en definitiva). Pero esto no implica que, por así decirlo,
“todo sea maravilloso o magnífico”: es tan maravilloso (y digno de admiración –la
regularidad, el orden, etc.) como terrible (como bien se ve en el ‘microcosmos’
donde se desarrolla la vida humana). Por eso el sabio estoico –en su búsqueda de
una felicidad precaria- es el que acepta con templanza “lo que le viene”, y esto es
a veces bueno y a veces malo; ¿por qué? Porque considera que ‘hacer otra cosa’
(agitarse ‘poniendo el grito en el cielo’ o algo así) es tan inútil como
contraproducente.

Juicios y categorías en el estoicismo:

Lo principal de este tema es lo siguiente:

La teoría de las categorías propuesta por la escuela estoica tiene dos


vertientes: una lógica y otra ontológica.

En la vertiente lógica las categorías tienen que ver con los juicios (los
estoicos, por su parte, desarrollaron la ciencia de la lógica de un modo distinto
al de Aristóteles).

En la vertiente ontológica las categorías se refieren a los entes, a las cosas, a


lo real, a la realidad.

Las categorías se obtienen o se fijan a partir de la lógica y se aplican a las


cosas en el conocimiento de ellas (los estoicos defendieron la racionalidad del
conocimiento oponiéndose a los escépticos que negaban que el conocimiento pueda
alcanzar la realidad de verdad).
Lo peculiar de la escuela estoica es que intentaron llevar a cabo una deducción
sistemática de las categorías, y esto los enfrentó a la escuela aristotélica. En
efecto Aristóteles lo que proponía era una ‘lista abierta’ de las categorías (solía
aludir a diez, pero no descartaba que fueran más). En cambio, los estoicos
pretendían haber conseguido una lista de las categorías cerrada, completa,
exhaustiva.

Por último, decir que los estoicos sostenían que hay cuatro categorías (ni una
más ni una menos). Éstas son:

La categoría principal y primordial: substrato o substancia (o algo en general). A


su vez ella se divide en dos: lo corporal (que es lo prioritario, por eso la
ontología estoica es ‘materialista’) y lo meramente pensado o lo incorporal (por
ejemplo, los significados de las palabras o, en la física, el espacio, el tiempo y
el vacío).

La segunda categoría es la de ‘cualidad’ y alude a cualquier propiedad que


pertenezca a alguna substancia (“el cielo es azul”, “el martillo es pesado”, “la
mesa es cuadrada”, “Luis es simpático”).

La tercera categoría alude a los modos de ser (contingente, necesario, imposible,


etc.); por ejemplo: “necesariamente los ángulos de un triángulo suman ciento
ochenta grados”, “probablemente mañana llueva”, etc.

La cuarta categoría alude a los modos relativos, es decir: a las relaciones entre
substancias (“la mesa es más grande que la silla”, “el libro de texto está a la
izquierda de la carpeta”, etc.).

Las Categorías en Aristóteles y en el estoicismo

En primer lugar, no se trata, en este punto, exactamente, a pesar de lo que a veces


se dice sobre el tema. de que en Aristóteles el ‘sistema’ de las categorías esté
‘abierto’ y en los estoicos esté ‘cerrado’. En los dos planteamientos está
igualmente “cerrado”, sólo que en el caso de Aristóteles tenemos dos textos sobre
las categorías que no coinciden del todo (pero puede deberse a muchas razones, o un
cambio en un punto, o a una transmisión errónea, o a otros factores); pero esto
nada tiene que ver con un presunto ‘sistema abierto’ (esta es una idea reciente que
nunca la tendría un autor ‘clásico’). Tanto Aristóteles como los estoicos (con la
idea de un sistema cerrado y completo de las categorías) tienen el mismo punto de
partida: la “isomorfía” absoluta entre el Lógos (en tanto médium del conocimiento)
y el ente (el Lógos, de iure, es un Espejo perfecto, por decirlo con esta
metáfora). Por eso la ciencia de la lógica tiene para ellos un alcance a la vez
gnoseológico y “óntico”; así, las categorías que operan en los juicios son,
siempre, clases de propiedades de lo real (la substancia). En esto, insisto,
coinciden del todo Aristóteles y los estoicos. Entonces, ¿por qué dan dos listas
distintas de categorías? La clave está aquí: en que la ciencia de la lógica en
ambos no coincide… (la lógica aristotélica y la lógica estoica difiere en algunos
puntos centrales -no en todos, es cierto). Por eso su ‘deducción’ de la tabla de
categorías es distinta. Por lo tanto, para profundizar en este tema, habría que
estudiar comparativamente ambas lógicas (esto escapa a nuestro curso, pues es
introductorio, pero esta es la pista que habría que seguir hasta el final para
resolver la cuestión planteada).

El asentimiento como criterio de verdad del juicio en el estoicismo


La tesis de los estoicos es esta: el criterio último de verdad de un juicio está
en el asentimiento que le damos. Esto puede llevar a entender que los estoicos
tienen un criterio de verdad que reposa exclusivamente en el cognoscente (es mejor
emplear este término que la palabra "sujeto" o "subjetivo" pues estos son términos
propios de la modernidad que no tienen mucho sentido en un contexto griego o
medieval). Pero no es así o no es así enteramente. El cognoscente, sostienen los
estoicos, es en efecto el que asiente a un juicio y así lo tiene por verdadero.
Ahora bien: el asentir es algo "pasivo", pues es lo juzgado en el juicio lo que se
me impone con tal fuerza que me conduce a asentir (y "pasivo" se dice en griego con
el término "pathos" -un término polisémico, como ocurre en el lenguaje común y
corriente). En conclusión: el asentimiento a un juicio (a su verdad) es pasivo. Y
aquí está, vuelvo a señalarlo, el criterio último de verdad que formularon los
estoicos.

El problema del “criterio” de la verdad (o sea, de la pauta a seguir para


discernir entre la verdad y la falsedad de un conocimiento) es uno de los más
difíciles de abordar. Tal y como entiendo el tema –no soy un especialista en
estoicismo- esta corriente filosófica del helenismo intenta combatir el
escepticismo al que en efecto puede conducir –como tú bien razonas- el peculiar
“criterio” que estamos denominando “asentimiento” (asentimiento del cognoscente
ante un juicio o una proposición referida a un estado de cosas que sucede en el
mundo). Dicho así: el asentimiento –esto es lo que pretender poder defender (hasta
qué punto lo consiguen es otra discusión, desde luego)- es una operación “pasiva”
del cognoscente: es una “imposición” (que la verdad se nos “impone” es algo que por
ejemplo en el siglo XX ha defendido –con otros recursos distintos a los del
estoicismo antiguo- por ejemplo, Xavier Zubiri, por ejemplo, en su interesante
libro El hombre y la verdad). Por otro lado, no hay que perder de vista lo
siguiente: la posición en teoría del conocimiento de todos los autores griegos y
medievales es “realista” (aunque es cierto que hay muchas “variedades de
realismo”); ¿qué afirma el “realismo”? Que en el conocimiento la primacía absoluta
la tiene lo conocido sobre el cognoscente (en la modernidad, con el surgimiento del
idealismo, se sostendrá la posición contraria –y tal vez, aunque este es un tema
complicado, tanto el realismo antiguo como el idealismo moderno sean posiciones
filosóficas “erróneas” precisamente por ser “unilaterales”; esto último es lo que
han defendido en el siglo XX autores como Ortega y Gasset y Heidegger, por
ejemplo). ¿Y en qué consiste el peculiar “realismo” de los estoicos? Nada menos –
dicho rápidamente- en postular que hay en la Naturaleza un Orden absolutamente
determinista (ha os apunté en una nota que en esto el estoicismo se diferencia
radicalmente del epicureísmo pues según este último el orden incluye el desorden
dentro de sí mismo –y esta es la tesis que hoy nos parece, entiendo que, con buenas
razones, más acertada; sobre este último punto ya os señalé algunos libros que me
parecen interesantes).

Así pues, los estoicos combinan o conjugan metafísica realista determinista con
la idea de que el asentimiento es impositivo (y por lo tanto la iniciativa cae del
lado de los estados de cosas mundanos y no del cognoscente).

Un cordial saludo y ánimo en el estudio!!!

Helenismo Nota introductoria.pdf


Helenismo Resumen.pdf
Imagen de ADRIÁN ALBEROLA MICÓ
Re: Consultas sobre el Tema 3.
de ADRIÁN ALBEROLA MICÓ - jueves, 2 de noviembre de 2023, 19:43
Hola, buenas tardes.
Tengo una duda sobre el apartada "3.3. El problema fundamental del neoplatonismo"
del manual, pp. 118. No entiendo el problema. En especial, no entiendo el
significado de lo siguiente "(...)entra, sin embargo, en conflicto con la
representación filosófica del mundo transmitida por concepciones cosmológicas
anteriores, y según la cual entre las formas de la realidad existe un lazo racional
de consecuencia a principio." ¿Podría explicarme a que se refiere eso del "lazo
racional" y el problema que tenían que resolver los neoplatónicos?

"
Imagen de ALEJANDRO ESCUDERO PEREZ
Re: Consultas sobre el Tema 3.
de ALEJANDRO ESCUDERO PEREZ - jueves, 2 de noviembre de 2023, 20:44
Buenas tardes Adrián:

El problema al que se alude aquí es uno de los problemas centrales de la filosofía


desde su surgimiento con los milesios (y hasta hoy mismo, claro): la cuestión
‘cosmológica’ (la pregunta por el ‘arché’ de la ‘physis’ de los primeros filósofos
tiene este sentido –esclarecer el ‘orden’, la ‘organización’ de la multiplicidad
dinámica de los entes que aparecen y se muestran siendo esto o aquello, etc.). ¿A
qué alude eso del ‘lazo racional’? Principalmente a la distinción entre una
cosmogonía mítica (Hesiodo, por ejemplo) y una cosmología filosófica (sea la de
Anaximandro, Parménides, Empédocles, Platón –el asunto se trata en el ‘Timeo’
especialmente-, Aristóteles –su física y su astronomía); en una cosmología mítica
(sea de los mitos griegos o la cosmología mítica de la Biblia –que es decisiva en
la Edad Media) siempre falta lo mismo: un ‘lazo racional’ (en la cosmología mítica
el ‘lazo’ es narrativo, por así llamarlo: se cuenta una historia; remito, sobre
esto, por citar un texto que he recomendado, al libro de José Luis Pardo titulado
‘Metafísica’).

Llegamos, después de este preámbulo (la contraposición entre la racionalidad


cosmológica y la cosmogonía mítica), al neoplatonismo. El neoplatonismo fue
original en varios puntos, pero una de sus mayores originalidades fue realizar una
cosmología de tipo ‘emanacionista’ (hay una emanación del ‘cosmos’ –la totalidad de
lo que hay- desde el Uno); el emanacionismo es especialmente interesante en su
propio contexto porque pretendía rectificar la mitología creacionista que poco a
poco se estaba fraguando en ese periodo final del helenismo (un autor medieval como
Juan Escoto Erígena (fascinado por el neoplatonismo) intentó combinar emanacionismo
con creacionismo (la combinación es imposible, pero el intento de este autor es
interesante para entender el fondo del problema tal y como se planteó en esas
coordenadas históricas precisas). Para aclarar, parcialmente al menos, en qué
consiste la línea del ‘emanacionismo’ puede acudirse al siguiente símil: la
emanación desde el Uno es una erupción volcánica suave, tranquila, pausada y
continua (en la que hay unos sectores más fluidos en la parte superior y otros
solidificados y endurecidos en la parte inferior).

Una mención especial, en el marco de las cosmologías del helenismo, merece la


propuesta de Lucrecio, que merece ser conocida a fondo y en sus detalles (es muy
relevante, por ejemplo, la noción de ‘clinamen’, entre otras).

Desde luego, como he apuntado, estamos aquí ante un tipo de problemática que es un
hilo constante –con sus variaciones, sin duda- en el conjunto del trayecto
histórico de la filosofía (hoy es un tema candente también, y enormemente
interesante de estudiar).

Y esto, dicho muy sucintamente, es lo principal sobre el tema planteado. Espero que
así el asunto mismo del neoplatonismo esté un poco más claro. Un cordial saludo!!!

Campillo Antonio La razón silenciosa Plotino.pdf


Dopazo Gallego Antonio - Descubrir La Filosofia 42 - Plotino La Odisea Del Alma
Entre La Eternidad Y El Tiempo.pdf
Plotino y el neoplatonismo introducción.pdf

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