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La tradición del asado argentino a la cruz tiene sus raíces en la historia rural de
Argentina. Durante siglos, los campesinos argentinos han cocinado carne de vacuno
sobre una parrilla de hierro colocada sobre brasas de carbón. Este método de cocción
lenta y con humo, permitía a los campesinos cocinar grandes cantidades de carne para
alimentar a sus familias y a los trabajadores del campo.
Con el tiempo, este método se popularizó entre las ciudades y se convirtió en una
tradición culinaria y social importante en Argentina. El asado a la cruz se convirtió en
una forma de reunión y convivencia con amigos y familiares, donde se comparten
momentos y se disfruta de una deliciosa comida.
Hoy en día, el asado argentino a la cruz sigue siendo muy popular en Argentina y en
otros países de América Latina. Además, la carne argentina es considerada como una de
las mejores del mundo, debido a la calidad de la carne y la forma en que se cría el
ganado.
Para preparar el asado a la cruz se necesita una pieza de carne de vacuno, como ojo de bife,
asado, vacío o entraña, además de sal y pimienta al gusto. También es recomendable tener
una parrilla, aceite de oliva, y opcionalmente ajo y tomillo.