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Estructuras Vasculonerviosas de la
Pelvis
Las principales estructuras vasculonerviosas de la pelvis se
sitúan extraperitonealmente junto a las paredes
posterolaterales. Los nervios somáticos se sitúan
lateralmente (adyacentes a las paredes), con las estructuras
vasculares mediales a ellos. En general, las venas son
laterales a las arterias (fig. 6-15). Los nódulos linfáticos
pélvicos están en su mayor parte agrupados alrededor de las
venas pélvicas; el drenaje linfático a menudo corre paralelo al
flujo venoso. Disecando desde la cavidad pélvica hacia las
paredes de la pelvis, primero se encuentran las arterias
pélvicas, seguidas de las venas pélvicas asociadas y luego
de los nervios somáticos de la pelvis.

Arterias de la pelvis
La pelvis posee una rica irrigación arterial, con numerosas
anastomosis entre sus arterias, que proporcionan una amplia
circulación colateral. En la figura 6-16 y la tabla 6-4 puede
encontrarse información sobre el origen, la trayectoria, la
distribución y las anastomosis de las arterias de la pelvis. El
texto siguiente aporta información adicional que no se incluye
en la tabla.

En la mujer, en la pelvis menor entran seis arterias


principales: las arterias ilíacas internas y ováricas, pares, y
las arterias sacra media y rectal superior, impares. Como las
arterias testiculares no entran en la pelvis menor, en el
hombre sólo hay cuatro arterias principales que entren en la
pelvis menor.
Arteria ilíaca interna

La arteria ilíaca interna es la principal arteria de la pelvis, y


proporciona la mayor cantidad de sangre para las vísceras
pélvicas y parte de la porción musculoesquelética de la pelvis;
sin embargo, también aporta ramas para la región glútea, las
regiones mediales de los muslos y el periné.
Cada arteria ilíaca interna, con una longitud aproximada de 4
cm, se inicia a medida que la arteria ilíaca común se bifurca
dando las arterias ilíacas interna y externa a nivel del disco
intervertebral situado entre las vértebras
División anterior de la arteria ilíaca interna

El patrón de ramificación de la arteria ilíaca interna presenta


variantes en la mayoría de los casos. El patrón más
frecuente, aquí representado, ocurre en menos de la mitad de
los casos. La arteria ilíaca interna suele finalizar en el borde
superior del foramen isquiático mayor, bifurcándose en una
división (tronco) anterior y otra posterior. Las ramas de
la división anterior de la arteria ilíaca interna son
fundamentalmente viscerales (es decir, irrigan la vejiga, el
recto y los órganos reproductores), pero también hay ramas
parietales que pasan hacia el muslo y la nalga. La disposición
de las ramas viscerales es altamente variable.
Arteria umbilical

Antes del nacimiento, las arterias umbilicales son la principal


prolongación de las arterias ilíacas internas; pasan a lo largo
de la pared lateral de la pelvis y luego ascienden por la pared
anterior del abdomen hasta y a través del anillo umbilical para
entrar en el cordón umbilical.

En la vida intrauterina, las arterias umbilicales transportan


sangre pobre en oxígeno y nutrientes hasta la placenta,
donde se vuelve a aprovisionar de ellos. Cuando se secciona
el cordón umbilical, las porciones distales de estos vasos ya
no desempeñan ninguna función y se obliteran distalmente a
las ramas que pasan hacia la vejiga.

Después del nacimiento, las porciones permeables de las


arterias umbilicales discurren anteroinferiormente entre la
vejiga urinaria y la pared lateral de la pelvis.
Arteria vesical inferior

La arteria vesical inferior sólo se encuentra en el hombre.


en las mujeres, puede ser —con casi la misma frecuencia—
una rama separada de la arteria ilíaca interna o una rama de
la arteria uterina.
Arteria uterina

La arteria uterina es una rama adicional de la arteria ilíaca


interna en la mujer, que suele nacer directamente y por
separado en la arteria ilíaca interna. Puede originarse en la
arteria umbilical. Evolutivamente, es homóloga a la arteria del
conducto deferente del varón. Desciende sobre la pared
lateral de la pelvis, anterior a la arteria ilíaca interna, y pasa
medialmente para alcanzar la unión del útero y la vagina,
donde el cuello del útero protruye dentro de la porción
superior de la vagina. . Mientras discurre medialmente, la
arteria uterina pasa directamente superior al uréter. La
relación entre el uréter y la arteria suele recordarse con la
frase «El agua (orina) pasa bajo el puente (arteria uterina)».
Sin embargo, a mitad del recorrido o más adelante, la arteria
en realidad serpentea alrededor del uréter descendente,
pasando por encima y por delante de él. Cuando alcanza el
lado del cuello del útero, la arteria uterina se divide en
una rama vaginal descendente, más pequeña, que irriga el
cuello del útero y la vagina, y una rama ascendente, más
grande, que discurre a lo largo del borde lateral del útero,
irrigándolo. La rama ascendente se bifurca en ramas
ováricas y tubáricas, que siguen irrigando los extremos
mediales del ovario y la tuba uterina, y se anastomosan con
las ramas ovárica y tubárica de la arteria ovárica.

Arteria vaginal

La arteria vaginal es la homóloga de la arteria vesical inferior


del varón. Suele originarse en la porción inicial de la arteria
uterina en lugar de nacer directamente de la división anterior.
La arteria vaginal emite numerosas ramas para las caras
anterior y posterior de la vagina 
Arteria ovárica

La arteria ovárica nace en la aorta abdominal, inferior a la


arteria renal pero considerablemente superior a la arteria
mesentérica inferior. Cuando pasa inferiormente, la arteria
ovárica se adhiere al peritoneo parietal y discurre anterior al
uréter en la pared posterior del abdomen, normalmente dando
ramas para aquél.
Arteria sacra media
La arteria sacra media es una pequeña arteria impar que
normalmente nace en la cara posterior de la aorta abdominal,
justo superior a su bifurcación, pero puede originarse en su
cara anterior. Este vaso discurre en o cerca de la línia media
anterior a los cuerpos de la última o las dos últimas vértebras
lumbares, el sacro y el cóccix.

Venas de la pelvis
Los plexos venosos pélvicos están formados por la
interconexión de venas que rodean las vísceras de la pelvis .
Estas redes venosas interconectadas tienen importancia
clínica. Los diversos plexos de la pelvis menor (rectal, vesical,
prostático, uterino y vaginal) se unen y drenan,
principalmente, en tributarias de las venas ilíacas internas,
aunque algunos drenan a través de la vena rectal superior en
la vena mesentérica inferior del sistema porta hepático o a
través de las venas sacras laterales en el plexo venoso
vertebral interno.

Las venas ilíacas internas se forman superiormente al


foramen isquiático mayor y se sitúan posteroinferiores a las
arterias ilíacas internas. Las tributarias de las venas ilíacas
internas son más variables que las ramas de la arteria ilíaca
interna con las que comparten denominación, pero discurren
aproximadamente junto a ellas y drenan los territorios
irrigados por dichas arterias.

Las venas glúteas superiores, las venas que acompañan a


las arterias glúteas superiores de la región glútea, son las
mayores tributarias de las venas ilíacas internas, excepto
durante el embarazo, cuando las venas uterinas son
mayores. 

Las venas sacras laterales suelen verse


desproporcionadamente grandes en las angiografías.
Nódulos linfáticos de la pelvis
Los nódulos linfáticos que reciben el drenaje linfático
procedente de los órganos de la pelvis son variables en
número, tamaño y localización. Su asociación en grupos
definidos suele ser algo arbitraria. Cuatro grupos principales
de nódulos se localizan en la pelvis o adyacente a esta, y se
denominan según los vasos sanguíneos con que se asocian
Nódulos linfáticos ilíacos externos. Se encuentran por
encima de la línea terminal, a lo largo de los vasos ilíacos
externos.

Nódulos linfáticos ilíacos internos. Se agrupan alrededor


de las divisiones anterior y posterior de la arteria ilíaca interna
y los puntos de origen de las arterias glúteas.

Nódulos linfáticos sacros. Se encuentran en la concavidad


del sacro, adyacentes a los vasos sacros medios. Reciben
linfa procedente de las vísceras pélvicas posteroinferiores y
drenan en los nódulos ilíacos internos o en los comunes.

Nódulos linfáticos ilíacos comunes. Localizados


superiormente en la pelvis, a lo largo de los vasos
sanguíneos ilíacos comunes, reciben el drenaje procedente
de los tres grupos principales expuestos anteriormente.
El tejido conectivo situado a lo largo de las ramas de los
vasos ilíacos internos contiene grupos adicionales de nódulos
linfáticos de menor importancia.

Nervios de la pelvis
Las estructuras pélvicas están inervadas, fundamentalmente,
por los nervios espinales sacros y coccígeos, y por la
porción pélvica del sistema nervioso autónomo. Los músculos
piriforme y coccígeo forman un lecho para los plexos
nerviosos sacro y coccígeo . Los ramos anteriores de los
nervios S2 y S3 emergen entre las digitaciones de estos
músculos.

El nervio obturador se origina en los ramos anteriores de los


nervios espinales L2-L4 del plexo lumbar en el abdomen
(pelvis mayor) y entra en la pelvis menor. Discurre por la
grasa extraperitoneal a lo largo de la pared lateral de la pelvis
hacia el conducto obturador, la abertura en la membrana
obturatriz que cubre el resto del foramen obturado.
Tronco lumbosacro

En la línea terminal o justo superior a ella, la parte


descendente del ramo anterior del nervio L4 se une al ramo
anterior del L5, para formar el grueso tronco lumbosacro,
con aspecto de cordón.
Plexo sacro

El plexo se ilustra en la figura , y la composición y la


distribución segmentaria de los nervios que derivan de él se
detallan en la tabla. El texto siguiente aporta información
adicional sobre la formación de los nervios y sus recorridos.

El plexo sacro se localiza en la pared posterolateral de la


pelvis menor. Los dos nervios principales del plexo sacro son
el nervio isquiático y el pudendo, situados externamente a la
fascia parietal pélvica. 

l nervio isquiático, el nervio más voluminoso del cuerpo,


está formado por los ramos anteriores de los nervios
espinales L4-S3 al converger en la cara anterior del piriforme.

El nervio pudendo es el nervio principal del periné, y el


principal nervio sensitivo de los genitales externos. Acompaña
a la arteria pudenda interna y abandona la pelvis a través del
foramen isquiático mayor, entre los músculos piriforme y
coccígeo.

El nervio glúteo superior abandona la pelvis a través del


foramen isquiático mayor, superior al piriforme. 
El nervio glúteo inferior abandona la pelvis a través del
foramen isquiático mayor, inferior al piriforme y superficial al
nervio isquiático, acompañando a la arteria glútea inferior.
Plexo coccígeo

El plexo coccígeo es una pequeña red de fibras nerviosas


formada por los ramos anteriores de los nervios espinales S4
y S5 y los nervios coccígeos. Se sitúa en la superficie
pélvica del músculo coccígeo, e inerva a este músculo, que
forma parte del elevador del ano, y a la articulación
sacrococcígea. Los nervios anococcígeos que se originan
de este plexo atraviesan el coccígeo y el ligamento
anococcígeo, e inervan una pequeña área de piel entre el
vértice del cóccix y el ano.
Nervios autónomos de la pelvis

La inervación autónoma de la cavidad pélvica se realiza por


cuatro vías:

 Los troncos simpáticos sacros. Se encargan


principalmente de la inervación simpática de los
miembros inferiores.
 Los plexos periarteriales. Fibras vasomotoras simpáticas
postsinápticas para las arterias rectal superior, ovárica e
ilíaca interna y sus ramas.
 Los plexos hipogástricos. La vía más importante por
donde llegan fibras simpáticas a las vísceras pélvicas.
 Los nervios esplácnicos pélvicos. Vía para la inervación
parasimpática de las vísceras pélvicas y del colon
descendente y sigmoide.
Los troncos simpáticos sacros son la continuación inferior
de los troncos simpáticos lumbares. Cada tronco sacro tiene
un tamaño menor que el tronco lumbar, y en general tiene
cuatro ganglios simpáticos. Los troncos sacros descienden
sobre la cara pélvica del sacro, justo mediales a los
forámenes sacros anteriores, y convergen para formar el
pequeño ganglio impar medio (ganglio coccígeo), anterior al
cóccix. Los troncos simpáticos descienden posteriores al
recto, en el tejido conectivo extraperitoneal, y emiten ramos
comunicantes (ramos comunicantes grises) para cada uno de
los ramos anteriores de los nervios sacros y coccígeo.
También emiten ramos para la arteria sacra media y el plexo
hipogástrico inferior. La función principal de estos troncos es
proporcionar fibras postsinápticas al plexo sacro para la
inervación simpática (vasomotora, pilomotora y sudomotora)
del miembro inferior.
Inervación aferente visceral en la pelvis

Las fibras aferentes viscerales discurren con las fibras


nerviosas autónomas, si bien los impulsos sensitivos se
dirigen en dirección central de forma retrógrada a los
impulsos eferentes que conducen las fibras autónomas.
Todas las fibras aferentes viscerales de la pelvis que
conducen sensaciones reflejas (información que no llega a
ser consciente) discurren con fibras parasimpáticas. De este
modo, en el caso de la pelvis, viajan por los plexos pélvicos e
hipogástricos inferiores y por los nervios esplácnicos pélvicos
hacia los ganglios sensitivos de los nervios espinales S2-S4.

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