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Abstracto
Este estudio tiene como objetivo determinar el nivel de educación financiera entre la generación del milenio y
examinar la correlación de su conocimiento financiero, actitud financiera y habilidades financieras con su
comportamiento financiero. Se utilizaron preguntas de opción múltiple para medir el conocimiento financiero
con resultados agrupados en tres categorías: bajo, moderado y alto. La actitud financiera, las habilidades
financieras y el comportamiento financiero también se agruparon mediante el método del cuartil en tres
categorías: mala, regular y buena. Se utilizó el análisis de chi-cuadrado para probar las hipótesis, y se realizó
un análisis de correspondencia para identificar las características de la generación del milenio y para ilustrar
gráficamente la brecha. Con respecto a la actitud financiera, las habilidades financieras y el comportamiento
financiero, las proporciones de los encuestados en la categoría 'regular' fueron 70,6%, 66,5% y 72,2%,
respectivamente. Se encontraron relaciones significativas no solo entre la actitud financiera y el comportamiento
de gestión financiera, sino también entre las habilidades financieras y el comportamiento de gestión financiera.
Sin embargo, la relación no fue significativa entre el conocimiento financiero y el comportamiento financiero.
Palabras clave: Actitud financiera, Comportamiento financiero, Conocimiento financiero, Alfabetización financiera,
Habilidades financieras.
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Universitas Padjadjaran y Universitas Katolik Parahyangan, Indonesia, vera_id@unpar.ac.id
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Universitas Padjadjaran, Indonesia Universitas Padjadjaran, Indonesia
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Universidad Padjadjaran, Indonesia
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1. INTRODUCCIÓN
La generación millennial se refiere a los individuos nacidos después de 1980 o, más concretamente, entre 1982 y 2002
(Elam et al., 2007; Ng et al., 2010). Algunos se han convertido en líderes de empresas, con roles y posiciones
estratégicas en la economía. Aunque se les considera una generación que tiende a consumir, los millennials son
personas creativas y audaces. Tienen muchas ideas interesantes y características productivas. Dado que la generación
del milenio es la cohorte de población más grande en muchos países, su comportamiento es interesante de estudiar. Su
estilo de vida ha cambiado de acuerdo con los cambios tecnológicos dinámicos, especialmente en la tecnología
financiera, a menudo conocida como "fintech". La tecnología financiera (fintech) es el uso de tecnología en un sistema
financiero para hacer que los servicios financieros entreguen productos y servicios financieros de manera más eficiente.
Puede tener un impacto no solo en la estabilidad del sistema monetario y financiero, sino también en la confiabilidad de
los sistemas de pago. El impacto del alto crecimiento de la tecnología financiera junto con los bajos niveles de educación
financiera pueden afectar negativamente la utilización de los productos financieros. Indonesia, como país en desarrollo,
logró una inclusión financiera del 69 % en 2017 (Otoritas Jasa Keuangan, nd). En el mismo año, según un informe del
Banco Mundial, el 69 % de los adultos en todo el mundo tenía cuentas bancarias (Demirgüç-Kunt et al., 2018). El 31 %
restante de los adultos no tenía cuentas bancarias y la mayoría de estas personas vivían en siete países en desarrollo,
a saber, Bangladesh, China, India, Indonesia, México, Nigeria y Pakistán (Demirgüç-Kunt et al., 2018). Al mismo tiempo,
el crecimiento de la inclusión financiera no está en consonancia con el aumento de la educación financiera, lo que lleva
a un aumento del fraude en las inversiones. Aquellos que enfrentan problemas financieros probablemente tengan menos
conocimiento financiero, capacidad limitada para obtener información financiera relevante para tomar decisiones
financieras y falta de habilidades financieras. Las personas deben tener conocimientos financieros antes de utilizar los
servicios financieros y, por lo tanto, es importante aumentar los conocimientos financieros. Cudmore et al. (2010) y
Navickas et al. (2014) argumentan que la educación financiera es importante para los jóvenes y que tiene un impacto
positivo en sus finanzas personales. La baja educación financiera continúa siendo un problema global que debe
abordarse (Tschache, 2009), ya que puede dar lugar a decisiones financieras inapropiadas y la incapacidad de sobrevivir
a las crisis económicas.
Hung et al. (2009) desarrollaron un modelo de alfabetización financiera utilizando cuatro dimensiones:
conocimiento financiero, habilidades financieras, conocimiento percibido y comportamiento financiero. Los vínculos entre
estas variables se conocen como educación financiera. Este modelo también se alinea con Lusardi y Mitchell (2013),
Xiao et al. (2014) y Khan et al. (2017) quienes afirman que la educación financiera comprende conocimientos, habilidades
y actitudes que inciden en el comportamiento financiero de un individuo. Según el índice de alfabetización financiera de
2015 de Mastercard, las puntuaciones del índice en los países desarrollados se han mantenido iguales, mientras que en
los países en desarrollo han disminuido (Tan, 2016). Como revelan Klapper et al. (2015), el nivel de conocimiento
financiero en los países desarrollados es diferente al de la mayoría de los países en desarrollo del mundo. Los factores
sociodemográficos, edad, educación e ingresos, tienen una correlación positiva con el conocimiento financiero,
encontrándose una relación positiva entre el conocimiento financiero y las habilidades financieras.
La educación financiera no solo afecta la forma en que un individuo administra el dinero y enfrenta los
problemas financieros, sino que también tiene implicaciones en la capacidad del individuo para tomar decisiones
financieras personales relacionadas con las inversiones, la tolerancia al riesgo financiero, el ahorro, los préstamos y las
opciones de estilo de vida. Además, la educación financiera tiene un papel importante para influir en las instituciones
financieras, como los bancos y las instituciones financieras no bancarias, en la forma en que administran sus negocios
y los productos que ofrecen a los depositantes e inversores. Todo lo anterior tiene un impacto en el crecimiento
económico y la estabilidad económica (Widdowson & Hailwood, 2007; Sarigül, 2014).
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Hoy en día, la elección de productos y servicios financieros que enfrenta la generación más joven es más
desafiante que la que enfrentan las generaciones anteriores. Esto hace que la educación financiera sea importante para
los millennials (Lusardi y Oggero, 2017). Además de mercados financieros cada vez más complejos e interrelacionados,
la creciente incertidumbre de la economía global hace que el papel de la educación financiera sea más importante,
especialmente en términos de tomar decisiones de inversión acertadas. La resolución de este problema requiere del
esfuerzo conjunto del gobierno, la sociedad, las instituciones educativas, la industria financiera y los propios individuos.
Por lo tanto, se necesita un comportamiento de gestión financiera responsable en esta era de la generación del milenio.
Las crisis económicas y financieras ocurridas en las últimas décadas han sido objeto de estudios por parte de instituciones
financieras e investigadores a nivel mundial. Como se muestra en estos estudios, la educación financiera es necesaria
para establecer un comportamiento financiero responsable para el futuro.
2. REVISIÓN DE LA LITERATURA
El comportamiento financiero se refleja en las actividades realizadas por el individuo que demuestran un comportamiento
positivo y negativo (Woodyard, 2013). El comportamiento financiero positivo incluye la gestión del efectivo, la provisión
de ahorros para emergencias, la gestión del crédito y la planificación de objetivos a largo plazo, como planes de
jubilación, la gestión de riesgos mediante la compra de seguros y la elaboración de planes patrimoniales. Mientras tanto,
el comportamiento financiero negativo incluye ser un derrochador, depender de los planes de pensión del empleador y
evitar las discusiones financieras. Según Xiao (2008), el comportamiento financiero es el comportamiento de un individuo
relacionado con la administración del dinero. Dos teorías subyacen al desarrollo de la teoría del comportamiento
financiero, a saber, la teoría del comportamiento planificado (TPB) para predecir y comprender el comportamiento de un
individuo (Ajzen, 1991) y el modelo transteórico (TTM) de cambio de comportamiento para ayudar a las personas a
lograr comportamiento positivo y cambiar el comportamiento negativo (Prochaska et al., 1992). Las dos teorías destacan
la teoría psicológica utilizada para ayudar a las personas a cambiar su comportamiento no deseado. El término "trans-
teórico" significa convertir la teoría en aplicación.
La teoría del comportamiento planificado (TPB) es una teoría del comportamiento humano que desarrolla aún
más la teoría del comportamiento razonado que fue introducida en 1967 por Fishbein. Posteriormente fue definido,
desarrollado y probado en la década de 1970 por Fishbein y Ajzen (1975). El propósito de esta teoría es predecir y
comprender el comportamiento humano. Según la teoría, el comportamiento de una persona está determinado por sus
intenciones de comportamiento. Ajzen y Fishbein (1980) afirmaron que las teorías de la actitud no pueden predecir el
comportamiento; por lo tanto, la teoría del comportamiento razonado se desarrolló agregando el control conductual
percibido, conocido como la teoría del comportamiento planificado (TPB) (Ajzen, 1991). Según esta teoría, los tres
factores que influyen en las intenciones conductuales son la valencia negativa de las actitudes sobre la conducta objetivo,
las normas subjetivas y el control conductual percibido (Ajzen y Fishbein, 1980; Ajzen, 1991). Se han seguido
desarrollando investigaciones sobre el comportamiento financiero para diversas situaciones (Akben-Selçuk, 2015;
Houston, 2010; Soma et al. 2016).
De la explicación anterior, dos teorías, a saber, la del comportamiento humano y el modelo psicológico trans-
teórico (TTM) contribuyen al desarrollo de la teoría del comportamiento financiero. La teoría del comportamiento
planificado (TPB) se usa para comprender y predecir el comportamiento humano, mientras que el modelo transteórico
(TTM) de cambio de comportamiento se usa para facilitar el cambio de comportamiento al proporcionar intervenciones
apropiadas. El TTM se considera una teoría de múltiples etapas ya que
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trabaja de etapa en etapa para ayudar a las personas a cambiar el comportamiento financiero negativo no deseado y dar
forma a un comportamiento financiero positivo.
Uno de los objetivos de la investigación sobre el comportamiento financiero del consumidor es mejorar la
comprensión de los factores que influyen en la formación y los cambios en el comportamiento financiero, siendo
particularmente importante comprender el papel de la educación financiera. También es importante identificar las
características importantes de los programas de educación financiera que no solo brindan conocimientos financieros, sino
que también fomentan un comportamiento financiero positivo y cambian el comportamiento financiero no deseado.
Estudios previos sobre comportamiento financiero y educación financiera han sido realizados por Bhushan y
Medury (2013); Lusardi y Mitchell (2014); de Bassa Scheresberg (2013); van Rooij et al. (2011); Hung et al. (2009);
Kempson (2009); Nye y Hillyard (2013); Patio de madera (2013); Priyadharshini (2017); y Taylor y Wagland (2013).
El conocimiento financiero refleja la comprensión del individuo de las cuestiones financieras. Se mide evaluando varios
aspectos de su conocimiento financiero básico, que incluyen: interés compuesto, inflación, depósitos, valor del dinero en
el tiempo, diversificación, tasas de interés, deuda y activos.
El conocimiento financiero es la base de la educación financiera que ayuda a las personas a tomar decisiones y establecer
un buen comportamiento financiero. El conocimiento financiero tiene un papel importante en un momento en que la
elección de productos financieros es cada vez más compleja, con productos de fácil acceso para varios depositantes e
inversores. Las políticas gubernamentales en muchos países, y especialmente en los países en desarrollo, han buscado
alentar un mayor acceso a los servicios financieros, un aumento en el número de cuentas bancarias y acceso a productos
crediticios, especialmente al número rápidamente creciente de préstamos para consumo. La educación financiera no es
solo la comprensión del conocimiento financiero, sino que también tiene otras dimensiones, a saber, habilidades financieras
y actitud financiera. Bakken (1966) ha realizado estudios previos sobre el conocimiento financiero; Clark et al. (2017);
Daneses e Hira (1987); Hilgert et al. (2003); Hung et al. (2009); Knoll y Houts (2012); Khan et al.
(2017); Lusardi y Mitchell (2014); Lusardi y Mitchell (2017); Robb y Woodyard (2011); Sarigul (2014); Sivaramakrishnan et
al. (2017); van Rooij et al. (2011); Wagland y Taylor (2009); Patio de madera (2013); Xiao et al. (2014); Walstad et al.
(2010); y Yildirim et al. (2017).
La actitud financiera se refiere a creencias y valores relacionados con varios conceptos de finanzas personales
(Priyadharsini, 2017). Estos valores y creencias pueden formar un comportamiento financiero en la toma de decisiones,
como el autocontrol, la paciencia, el pensamiento a largo plazo y la capacidad de resolver problemas financieros.
La actitud financiera se centra en la capacidad de controlar el yo individual, creyendo en algo que se considera bueno en
las finanzas, por ejemplo, creyendo que es importante ahorrar dinero, hacer planes financieros, ser paciente al enfrentar
problemas financieros y encontrar formas de afrontarlos. , tolerancia al riesgo y percepción de riesgo y rentabilidad (Diacon
& Ennew, 2001). Estudios previos sobre actitud financiera han sido realizados por Atkinson y Messy (2012); Cucinelli et al.
(2019); Hilgert et al. (2003); Khan et al. (2017); Robb y Woodyard (2011); Sivaramakrishnan et al. (2017); van Rooij et al.
(2011); Patio de madera (2013); y Xiao et al. (2014).
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Las habilidades financieras se relacionan con la capacidad del individuo, al tomar decisiones financieras, para
minimizar la posibilidad de verse atrapado en problemas financieros (Priyadharsini, 2017). Los problemas financieros
personales pueden ser causados por la falta de habilidades financieras básicas para preparar presupuestos y la
incapacidad de entender los instrumentos de crédito e inversión u otros productos financieros. La falta de educación
financiera entre los individuos es una de las causas de la crisis financiera (Lusardi & Mitchell, 2011).
Las habilidades financieras se pueden mejorar mediante varios enfoques, incluso a través de la educación, la
capacitación y la consulta. También se pueden mejorar las habilidades financieras mejorando las habilidades
financieras básicas, como preparar un presupuesto y recopilar información financiera (Elbogen et al., 2011). Estudios
previos sobre habilidades financieras incluyen los realizados por Cramer et al. (2004) y Hung et al. (2009).
3. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
Esta investigación es un estudio explicativo. La población de estudio estuvo compuesta por personas nacidas entre
1982 y 2002 (Elam et al., 2007) que viven en West Java, Indonesia. Según Badan Pusat Statistik (BPS) (Estadísticas
de Indonesia) (2010) y la Encuesta socioeconómica nacional de 2017 [SUSENAS], el número de la generación del
milenio en Indonesia es de aproximadamente 88 millones de personas o aproximadamente el 34 % de la población
total de Indonesia. . Java Occidental, con la población más grande de todas las provincias de Indonesia, comprende
aproximadamente el 18% de la población de Indonesia. Más de la mitad de la población de la generación del milenio
de Indonesia vive en la isla de Java, especialmente en la provincia de Java Occidental. Según los datos de SUSENAS
(2017), la población total de la generación millennial en la provincia de West Java es de 16.503.650. Usando la
fórmula de Slovin, la muestra mínima se calcula a continuación:
16.503.650
= = = 99.99 ÿ 100 1 +
1+ 2 16.503.650 0.1 2
Dónde:
norte
: El número de población
norte
: El número de la muestra
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lista de correo de miembros de la institución, miembros de redes sociales, mensajes de texto, teléfonos móviles y miembros del grupo de mensajes
de whatsapp. Este método es más económico y rápido de crear e implementar.
Según el sitio web de estadísticas mundiales de Internet, Indonesia ocupa el cuarto lugar después de China, India y los Estados Unidos como los 20
países con el nivel más alto de penetración de Internet (estadísticas mundiales de Internet, 2019). En referencia a estos datos, los encuestados
objetivo no solo tienen acceso a la tecnología adecuada (ya sea un teléfono móvil o acceso a Internet), sino que también tienen una dirección de
correo electrónico y están activos en las redes sociales. Los millennials son una generación digital que creció en medio de una tecnología que avanza
rápidamente y que está cambiando la forma en que las personas interactúan y alterando dónde y cómo los millennials obtienen su información, con
Internet desplazando la información de los medios tradicionales, como los periódicos y la televisión, como fuente de noticias (National Chamber
Foundation , 2012).
Después de validar los datos, el número de cuestionarios válidos que se utilizarán es de 194, lo que cumple con el requisito de muestra
mínima según la fórmula de Slovin. El cuestionario integral fue diseñado para cubrir el comportamiento de gestión financiera como variable
dependiente y el conocimiento financiero, la actitud financiera y las habilidades financieras como variables independientes. Incluía conocimientos
financieros de gestión de crédito, ahorro, inversión e hipotecas (Hilgert et al., 2003). Se pidió a los encuestados que respondieran "verdadero" o
"falso" a 12 preguntas sobre conocimientos financieros. La puntuación se calculó en base al porcentaje de aciertos y se agrupó en tres niveles: alto
(más del 80% de aciertos); moderado (60%–79% respuestas correctas); y bajo (por debajo del 60% de respuestas correctas) (Chen & Volpe, 1998).
También se consideran indicadores de actitud financiera para demostrar la orientación del individuo hacia las finanzas personales, la filosofía de la
deuda, el enfoque hacia las tarjetas de crédito, la seguridad financiera y el grado en que valoran las finanzas personales (Marsh, 2006). Los
indicadores de habilidades financieras son el control financiero sobre el efectivo y las deudas y la habilidad en la gestión de riesgos.
La variable dependiente, el comportamiento de la gestión financiera, se midió mediante siete ítems, que constaban de preguntas que
medían el consumo, la gestión del flujo de caja, el ahorro y la inversión, y la gestión del crédito (Dew & Xiao, 2011). Para determinar la actitud
financiera, las habilidades financieras y el comportamiento de gestión financiera se utilizó una escala tipo Likert, con calificaciones que van del 1 al 5
(totalmente en desacuerdo, en desacuerdo, ni de acuerdo ni en desacuerdo, de acuerdo, totalmente de acuerdo).
Los niveles de actitud financiera, habilidades financieras y comportamiento de gestión financiera se agruparon utilizando el método de cuartiles en
tres categorías: deficiente, regular y bueno.
Se utilizó la validez aparente para medir la validez del cuestionario, realizado por personas con competencias financieras en el uso de
análisis estadístico, es decir, en el uso de correlación biserial. La fiabilidad se evaluó mediante el alfa de Cronbach. Se utilizó el análisis de chi-
cuadrado para probar las hipótesis con un nivel de significancia del 5%. Además, el estudio actual utilizó el análisis de correspondencias para revelar
Financiera
Actitud
las características de los encuestados en la muestra, explorando los datos y mostrando la brecha gráficamente. Con base en las teorías anteriores y
los hallazgos de investigaciones anteriores, el modelo conceptual y las hipótesis se formulan como se muestra en la Figura 1 a continuación:
Conocimiento Financiero
Actitud Financiera
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4. RESULTADO Y DISCUSIÓN
Con respecto al género, las mujeres comprendían alrededor del 49% de los encuestados, mientras que alrededor del
51% de los encuestados eran hombres. Como se muestra en la Tabla 1 (ver Apéndice), alrededor del 45,9% de los
millennials tenían un alto nivel de conocimiento financiero. Se encontró que los encuestados tenían un alto nivel de
conocimiento sobre las tasas de interés de ahorro y préstamo, la inversión en fondos mutuos y los riesgos de crédito.
Alrededor del 54,1% de los millennials tenían un nivel de conocimiento financiero moderado y bajo. Con respecto a la
actitud financiera, las habilidades financieras y el comportamiento financiero, las proporciones de los encuestados en la
categoría "regular" fueron 70,6%, 66,5% y 72,2%, respectivamente. Pocos de los encuestados tienen una categoría
"buena". Este resultado es significativo y consistente, mostrando alineación con el hallazgo de Lusardi y Oggero (2017)
que encontraron que los millennials en economía avanzada y economía emergente carecen de habilidades financieras
básicas y, en promedio, el 28% de los millennials tienen conocimientos financieros.
Como se muestra en los hallazgos empíricos, los valores de actitud financiera y comportamiento financiero
fueron 0,001 menores que 0,05 (el nivel de significancia) (Tabla 2). Esto indica la correlación entre la actitud financiera
y el comportamiento de gestión financiera en los encuestados de la generación millennial. Las personas con buena
actitud financiera de la generación millennial son capaces de administrar su dinero, especialmente en términos de sus
gastos e ingresos. Siempre comparan precios antes de comprar, buscan información sobre los bienes que van a comprar
y llevan un registro de sus gastos. También están dispuestos a reservar fondos para invertir en su futuro bienestar.
Los encuestados de la generación millennial con una buena actitud financiera demostraron un mejor
comportamiento financiero en la toma de decisiones financieras. El otro hallazgo fue que los encuestados tenían una
mejor orientación hacia las finanzas personales que su filosofía sobre la deuda.
Además, las habilidades financieras y el comportamiento de gestión financiera mostraron una correlación, con un valor
de p de 0,039, que fue inferior a 0,05. Los hallazgos del estudio mostraron que los encuestados de la generación del
milenio eran capaces de controlar sus finanzas en efectivo y deuda. Estaban organizados en el manejo del dinero,
manteniendo las facturas en lugares donde fueran fáciles de encontrar y siempre revisando el registro de sus facturas
en los extractos de sus tarjetas de crédito. Los encuestados valoraron el seguro de vida y tenían suficiente dinero para
pagar esta disposición. Sin embargo, los hallazgos del estudio no mostraron correlación entre el conocimiento financiero
y el comportamiento de gestión financiera en los encuestados de la generación del milenio. El valor p del conocimiento
financiero, de 0,295, fue superior al nivel de significancia de 0,05. Más del 50% de los encuestados demostraron su
conocimiento financiero al proporcionar respuestas correctas a preguntas sobre intereses, ahorros, fondos mutuos,
hipotecas y riesgos financieros si las facturas no se pagan a tiempo.
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La Figura 2 presenta el análisis de correspondencias, mostrando que la bi-parcela de una mala actitud
financiera y un mal comportamiento de gestión financiera es relativamente contigua. Esto no solo muestra que
los encuestados de la generación millennial con mala actitud financiera también tienen un mal comportamiento
de gestión financiera, sino que los encuestados millennials con una actitud financiera justa tienen un
comportamiento de gestión financiera justo, mientras que aquellos con una buena actitud financiera tienen un
buen comportamiento de gestión financiera. El mapeo de las características de los encuestados en las categorías
de habilidades financieras y conocimientos financieros en relación con el comportamiento de gestión financiera
muestra gráficamente la misma brecha. Aunque el conocimiento financiero y el comportamiento de gestión
financiera no tienen una correlación significativa, la Figura 2 muestra la proximidad de estas categorías.
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5. CONCLUSIONES
Con base en los resultados del estudio actual, se puede concluir que tanto la actitud financiera como las habilidades
financieras tienen una correlación con el comportamiento de gestión financiera. Los millennials con una mejor actitud
y habilidades financieras demostrarán un buen comportamiento financiero en el manejo de su dinero. Estos resultados
son significativos y consistentes, mostrando alineación con los hallazgos de Ameliawati y Setiyani (2018) y Lai (2010)
en los que se afirmó la fuerte relación entre la actitud financiera y el comportamiento financiero. Si bien el conocimiento
financiero no tiene una correlación significativa con el comportamiento financiero, las características de estas
categorías muestran su proximidad. Los hallazgos del estudio actual también son significativos y consistentes con el
hallazgo de Parrotta y Johnson (1998) de que el comportamiento financiero se predice por las actitudes financieras,
pero no por el conocimiento financiero. Sin embargo, argumentamos que un mayor conocimiento financiero es un
factor importante para fomentar un buen comportamiento de gestión financiera. Las personas con conocimientos
financieros de la generación del milenio son más capaces de demostrar un buen comportamiento financiero para su
seguridad económica y bienestar. Financieramente, son capaces de fomentar el desarrollo económico de su
comunidad.
RECONOCIMIENTO
Los autores expresan su agradecimiento y reconocen el apoyo de Lembaga Pengelola Dana Pendidikan (LPDP),
Ministerio de Finanzas, República de Indonesia, que al financiar este documento lo hizo posible a través de la beca
BUDI-DN 2017.
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APÉNDICE
Tabla 1.
El nivel de educación financiera
Tabla 2.
Prueba de chi-cuadrado
Coeficiente Valor
conocimiento 4.928 0.157 0.295
financiero
Actitud financiera 18.593 0,296 0.001
habilidad financiera 10.097 0,222 0.039
Tabla 3.
Tabla de Contingencia - Categorías de Gestión de Conocimiento Financiero y
Comportamiento Financiero Pobre (1) justo (2) bueno (3) Total
36
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Bajo (1) 9 39 4 52
Moderado 6 39 8 53
(2)
alto (3) 9 62 18 89
Fuente: Resultados del procesamiento de datos
Tabla 4.
Tabla de Contingencia - Categorías de Gestión de Actitud Financiera y
Comportamiento Financiero Pobre (1) justo (2) bueno (3) Total
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