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ÍNDICE
MÓDULO III. MODERNIZACION DE REGADÍOS .............................................................................................. 4
0 OBJETIVOS ..................................................................................................................................................................... 4 2
4 BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................................................................ 18
10 SISTEMAS DE IMPERMEABILIZACIÓN........................................................................................... 59
12 BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................................................................... 78
0 OBJETIVOS
4
BLOQUE I
BLOQUE II
El tema que se desarrolla en los siguientes puntos pretende que el alumno se fami-
liarice con los principales elementos de las balsas para regadío, conozca la importancia
de los estudios previos al diseño de las mismas y sea capaz de realizar un prediseño de
estas infraestructuras en planta y alzado.
BLOQUE III
El tema que se desarrolla en los siguientes puntos pretende que el alumno se fami-
liarice con el cálculo hidráulico de las principales obras de fábrica que se integran como
obras complementarias en las balsas para regadío, con especial atención para el alivia-
dero, conozca la importancia de la auscultación en el control y mantenimiento de las in-
fraestructuras y esté al tanto de la normativa de seguridad que influye en las infraes-
tructuras en estudio.
BLOQUE I. CONSIDERACIONES GENERALES
Sin embargo esta definición es, quizás, escasa para la diversidad de estructuras
existentes a nivel de regulación y almacenamiento, debiendo acotarse en mayor medida
por lo que se podría proponer una primera definición de balsa, “como un elemento artifi-
cial para almacenamiento, ubicado fuera deun cauce natural, donde poder acumular
agua para su empleo en el momento que se precise”.
Figura 1.Vista general de la balsa El Toscar, termino municipal de Monovar (Alicante). Fuente: “Guías para el proyecto,
construcción, explotación, mantenimiento, vigilancia y planes de emergencia de las balsas de riego con vistas a la seguri-
dad” Generalitat Valenciana.
Figura 2.Vista general de la balsa Cerro de las Aguilas, en el término municipal de Monforte del Cid (Alicante) durante su
ejecucion. Capacidad de la balsa 1.100.000 m3. Fuente: “Guías para el proyecto, construcción, explotación, mantenimien-
to, vigilancia y planes de emergencia de las balsas de riego con vistas a la seguridad” Generalitat Valenciana.
Sin embargo, la necesidad de almacenar agua para obtener una regulación mayor
ha llevado a construir en los últimos años balsas de mayor capacidad (incluso varios
hm3) y con alturas superiores a 15,00 metros lo que ha llevado a catalogarlas como
grandes presas cambiando sus circunstancias con respecto a las balsas de tiempos pa-
sados, fundamentalmente en lo relativo a las condiciones de seguridad y su tiempo de
vaciado.
Otro de los aspectos que diferencia balsas y presas hace referencia a la estabilidad,
y aunque ha sido mencionado en párrafos anteriores se ha pasado sobre él muy super-
ficialmente. A la hora de diseñar una balsa es necesario tener presente los riesgos es- 8
pecíficos de ruina de la misma, de cara a evitarlos tanto en el diseño como en la ejecu-
ción de la obra. Es en este punto donde debe señalarse que aunque debe realizarse la
comprobación de los taludes dispuestos en los diques, estos viene fijados casi siempre
por consideraciones constructivas resultando holgados en las diferentes hipótesis de
estabilidad.
Como se desprende del párrafo anterior, una de las principales conclusiones extraí-
das dice: “De las consideraciones efectuadas en el apartado anterior, de las distintas hi-
pótesis de carga analizadas, para el caso de balsas impermeabilizadas con geomem-
branas, es suficiente estudiar únicamente la hipótesis de talud no saturado para el talud
exterior e interior, evidenciando que el problema de la estabilidad de los taludes no es-
triba en el potencial deslizamiento del mismo, sino en los peligros de erosión interna”.
Debido a esto es muy importante para garantizar la seguridad estructural de las balsas
guardar especial cuidado en las uniones de la lámina, fundamentalmente con las obras
de hormigón (tomas, aliviadero, etc.) y prever y diseñar los sistemas de drenaje tales
como drenes de pie, drenes chimenea, drenes de talud y drenaje de fondo.
Por último debe destacarse que, a día de hoy, el número de balsas en explotación es
mucho mayor que el de presas. Actualmente en España se encuentran en operación
unas 1.300 grandes presas, mientras que no se puede establecer un número concreto
de balsas (fundamentalmente porque no están inventariadas en todas las Comunida- 9
des Autónomas), pudiéndose hablar de un mínimo de 50.000 balsas, aunque hay fuen-
tes que las cifran en 80.000, e incluso 100.000, destacando las 3.580 y 16.543 inventa-
riadas, respectivamente en la Comunidad Valenciana (2.700 solo en Alicante) y en An-
dalucía, y las aproximadamente 11.000 de la Comunidad Autónoma de Murcia.
Figura 3.Vista aérea de concentración de balsas. Fuente: Jornadas Técnicas “El papel de las balsas en la gestión sosteni-
ble”
Figura 3.Vista aérea de concentración de balsas. Fuente: Jornadas Técnicas “El papel de las balsas en la gestión sosteni-
ble”
2 TIPOLOGÍA DE BALSAS
De la misma forma que en el tema dedicado a presas se indicó que pueden estable-
cerse diversas clasificaciones en función de distintos aspectos, tales como el material
constituyente, la finalidad del embalse generado, la forma de resistir los esfuerzos, etc.
se puede actuar de una forma similar en las balsas de riego.
10
Sin embargo en este caso debe resaltarse que, sí resulta evidente que la principal
clasificación hará referencia a su material constituyente, y más que a este concepto,
siendo más precisos, al material que otorga la capacidad impermeable a la balsa, aspec-
to que se describe en los siguientes puntos.
11
En las balsas de tierra, el vaso debe ser impermeable por si mismo, constituido por
materiales finos suficientemente impermeables para asignarle la función impermeabili-
zante que, en otras ocasiones cumple un material adicional (como por ejemplo una lá-
mina plástica). El terraplén del dique responde a la morfología de una presa de materia-
les sueltos clásica, bien de tipología homogénea o heterogénea con núcleo impermea-
bilizante. Las especificaciones a cumplir por el dique serán más estrictas que para las
balsas impermeabilizadas externamente y el dimensionamiento se realiza exactamente
igual que para una presa de materiales sueltos, siendo preciso disponer de una capa
superficial de escollera de tamaño adecuado que apoya sobre un geotextil, para evitar
que el oleaje produzca erosiones en las superficies del terraplén en contacto con el
agua. La vida útil de estas balsas es considerable si se realiza una explotación y un
mantenimiento adecuados. La construcción debe ser muy cuidadosa y estrictamente
controlada, aunque la economía de costes es también importante. son necesarias, en la
mayoría de las ocasiones lo más habitual es que el terreno donde se ubican sea
permeable, o al menos, no lo suficientemente impermeable como para no recurrir a un
elemento adicional de impermeabilización.
Figura 4.Disposiciones clásicas de un tapiz de arcilla. Simple arriba, doble abajo. Bajo la capa arcillosa siempre debe colo-
carse un material drenante. Fuente: “Guías para el proyecto, construcción, explotación, mantenimiento, vigilancia y planes
de emergencia de las balsas de riego con vistas a la seguridad” Generalitat Valenciana.
Figura 5.Disposición clásica de una geomembrana impermeable en impermeabilización de balsas. Fuente: XII Master In-
ternacional en Ingeniería de Riego y Drenaje, 2007
Los restantes sistemas de impermeabilización y revestimiento de balsas tienen tec-
nologías de aplicación y diseño específicas, no siendo objeto del presente curso su
desarrollo aunque se puede ampliar el conocimiento de los mismos a partir de la biblio-
grafía indicada en el punto 5 del presente tema.
Al igual que las presas, las balsas pueden tener diversos fines, aunque debe hacer-
se hincapié que el fundamental suele ser el almacenamiento y regulación de caudales
pueden emplearse también para laminación de avenidas (en los últimos tiempos es fre-
cuente el uso de balsas laterales de laminación en los núcleos urbanos del Mediterrá-
neo) o para conseguir una altura que pueda tener fines hidroeléctricos. Estos tres usos
pueden presentarse simultáneamente, aunque al contrario que en las presas esto es
muy poco frecuente. Esquemáticamente pueden resumirse en:
- Laminar avenidas.
- Balsas de almacenamiento
- Balsas de regulación
Aunque esta subdivisión puede resultar un poco forzada, dado que se considera que
la finalidad del almacenamiento es la misma tanto en unas como en otras se justifica,
según sus autores porque en las primeras, la función principal es la de embalsar agua
en las épocas en que no se precisen caudales para el riego, para su utilización en los
momentos en que los cultivos lo demanden, que en general coincidirán con los perío-
dos de estiaje o de menor aportación. Su ciclo de funcionamiento será anual y sus vo-
lúmenes serán considerables. El dimensionamiento se realiza comparando la aporta-
ción disponible con la demanda de agua que se pretende satisfacer, según las distribu-
ciones temporales de ambas. En las balsas de regulación el objetivo fundamental es
adecuar en el tiempo la disponibilidad del agua con su demanda. Se pueden establecer
tres tipos principales de balsas de regulación:
- Regulación de un canal 14
La gran proliferación de balsas para regadío en España, el volumen cada vez mayor
de almacenamiento de las mismas y el estado de conservación y edad de algunas de
ellas, está generando una gran preocupación en los en lossectores interesados, tanto
privados como públicos.
15
3.1 Normativa aplicada
- Por último indicar que la ausencia de normativa específica para balsas, unida
a la confusión existente en cuánto a competencias ha propiciado una excesi-
va relajación en el cumplimiento de normas por parte de propietarios y admi-
nistraciones responsables. Este incumplimiento también es consecuencia de
lo excesivo que puede resultar la normativa de presas para muchos propieta-
rios de balsas de tamaño muy reducido y con potencialidad de daños en ca-
so de fallo mínimos.
Sin embargo la aplicación de este Título VII no está exenta de dificultades dado que
exige el desarrollo de tres Normas Técnicas de Seguridad para Presas y Balsas que de-
berán ser aprobadas mediante Real Decreto, actualmente en proceso, pero al menos, ha
supuesto un primer elemento clarificador para las balsas (definición legal, obligaciones
del titular, reparto de competencias, control de la seguridad, etc.).
Para la elaboración de este tema se han empleado los textos que se presentan a
continuación, además de la realización de consultas puntuales en numerosas webs re-
lacionadas con el mundo de las balsas. Las siguientes publicaciones se consideran im-
prescindibles en cualquier biblioteca de balsas que se precie.
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GUÍAS PARA EL PROYECTO, CONSTRUCCIÓN, EXPLOTACIÓN, MANTENIMIENTO,
VIGILANCIA Y PLANES DE EMERGENCIA DE LAS BALSAS DE RIEGO CON VISTAS A
LA SEGURIDAD. Conselleria de Medi Ambient, Aigua, Urbanisme i Habitatge. Generali-
tat Valenciana. Zapata Raboso, Francisco el al., 2009.
De cara a estar al día de los acontecimientos que tienen lugar en el mundo de la in-
geniería de balsas puede visitarse la página web de la Asociación Técnica Española de
Balsas y Pequeñas Presas, de reciente creación y que está dando sus primeros pasos.
http://www.ateba.es
Esta web, a su vez, presenta un apartado de enlaces con otras páginas relacionadas
con el mundo de las balsas que en algún momento pueden resultar útiles o interesan-
tes.
Asimismo, y dada la importancia que han adquirido las balsas en los últimos tiem-
pos, pueden visitarse las páginas web de las dos principales asociaciones de presas
españolas:
En cualquier caso los valores a adoptar en cada caso vienen condicionados por la
deseable por la compensación entre los volúmenes de excavación y de desmonte, ne-
cesarios para conformar los terraplenes. Los emplazamientos normales de las balsas
suelen ser zonas de suaves pendientes o mesetas o incluso hondonadas, que permitan
la compensación de las tierras y, en los cuales, la calidad del terreno sea adecuada para
resistir los esfuerzos introducidos con su construcción, aunque esta última condición
rara vez es limitante por los modestos esfuerzos que transmite un dique de tierras y su
correspondiente embalse.
Respecto al alzado o sección tipo de la balsa siempre debe procurarse adoptar la ti-
pología (b) de la figura 1, de cara a compensar el movimiento de tierras. La tipología (c)
es favorable de cara a la redacción de la propuesta de clasificación de la balsa (aspecto
que se estudiará más adelante), dado que origina siempre balsas de tipo C. Sin embargo
da lugar a importantes sobrantes de tierras que deberán disponerse en algún lugar
(bien en las propias tierras de cultivo bien en un vertedero). Respecto a la tipología (a)
resulta la menos aconsejable, dado que, en primer lugar, hay que disponer de un prés-
tamo de material externo a la balsa, y además es desaconsejable almacenar agua sobre
un terraplén artificial por el efecto que puedan tener en la estabilidad del mismo posi-
bles fugas no previstas del embalse.
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Figura 1. Arriba posibles secciones tipo de embalse para una balsa, elevados o terraplén (a), semiexcavado o a media lade-
ra (b) y en trinchera o desmonte (c). Abajo, ejemplo de planta de una balsa. Fuente: XIV CongresoInternacional de Ingenie-
ría Gráfica y XII Master Internacional de Ingeniería de Regadíos
6 ELEMENTOS DE UNA BALSA
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Figura 2. Esquema tipo de una balsa con sus diferentes elementos constituyentes. Fuente: XIV Congreso Internacional de
Ingeniería Gráfica
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Figura 3. Sección transversal de una balsa. Fuente: XII Master Internacional de Ingeniería de Regadíos
siendo A la altura del dique pero siempre garantizando una anchura mínima de
4,00 metros. Usualmente, se dispone en el borde interior del camino de coronación de
un bordillo o pretil de al menos 0,50 m de altura, que en ocasiones sirve de resguardo
por oleaje y aumenta la seguridad del tráfico rodado y evitar la caída involuntaria de
personas en la balsa. Este camino de coronación debe estar afirmado e incluso, es con-
veniente y deseable, aunque casi nunca posible, el tratamiento asfáltico del mismo.
Puede ejecutarse por el fondo de la balsa, a media altura, o como es más frecuente,
por la coronación, con una arqueta de disipación de la energía del agua, anterior a la
balsa, en caso necesario.
En este último caso, debe tenerse en cuenta que la circulación del agua por el talud
podría producir velocidades que pudieran ocasionar daños o erosiones, por lo que, la
entrada suele diseñarse mediante la disposición de un canal de entrada, con forma rec-
tangular o trapecial con un perfil escalonado e incluso, con un estanque amortiguador
en el pie o solera de la balsa. Otra opción que puede observarse en numerosas balsas
es la disposición de doble lámina de protección en la zona de vertido, evitando así la
ejecución de una obra de hormigón que plantea la dificultad añadida de la unión de la
lámina impermeabilizante con el hormigón, aspecto que se tratará más adelante.
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Figura 4. Entrada de agua en canal rectangular escalonado. Fuente: XII Master Internacional de Ingeniería de Regadíos
Figura 5. Esquema de valvulería en una balsa de la Consejería de Agricultura de Castilla y León. Fuente: ALATEC Ingenie-
ros Consultores y Arquitectos S.A.
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Figura 6. Conducción de toma y desagüe de fondo en balsa. Fuente: XII Master Internacional de Ingeniería de Regadíos
Figura 7. Ejemplos de disposición de conducción de toma o desagüe en el embalse. Fuente: Guías sobre balsas de riego de
la Generalitat Valenciana.
Figura 8. Ejemplo de toma flotante. Fuente: Guías sobre balsas de riego de la Generalitat Valenciana.
Por debajo de los terraplenes, la solución más aconsejable es que las conducciones
discurran alojadas en una galería visitable, de modo que se impida el contacto directo
con las tierras y el peligro de las erosiones que se producirían en caso de fuga en las
tuberías.
Figura 8. Conducciones en el interior de galería visitable. Fuente: XII Master Internacional de Riego y Drenaje
Sin embargo, en muchas ocasiones la disposición de una galería no es viable eco-
nómicamente, fundamentalmente en balsas de reducidas dimensiones, en cuyo caso la
galería visitable puede sustituirse por una conducción de diámetro suficiente como para
alojar la conducción de toma o el desagüe de fondo.
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Figura 9. Conducción de toma o desagüe en el interior de una conducción de mayor diámetro. Fuente: Guías sobre balsas
de riego de la Generalitat Valenciana y XII Master Internacional de Riego y Drenaje
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Se adjunta en el siguiente cuadro la problemática que origina cada una de las po-
tenciales disposiciones de las conducciones de desagüe de fondo y toma a través del
dique de una balsa.
En el caso de disponer una galería visitable en ambos extremos de la galería con-
viene disponer de válvulas de regulación de doble accionamiento (manual o hidráulico o
eléctrico) como elemento de seguridad y de previsión de incidencias. Los materiales a
emplear para la ejecución de las galerías pueden ser el hormigón o el acero galvaniza-
do.
La ejecución de las galerías debe ser especialmente cuidadosa, dado que cualquier 33
contacto hormigón-tierras supone una vía preferente de filtración por lo que deberá dar-
se una cierta inclinación al muro de la galería en contacto con las tierras para facilitar la
compactación de estas sobre el mismo, recomendándose un talud mínimo de 0,20:1,00.
6.4 Aliviadero
Figura 10. Aliviaderos en tubo. Fuente: Guías sobre balsas de riego de la Generalitat Valenciana y ALATEC S.A.
Figura 11. Diversas disposiciones de aliviaderos en canal. Fuente: Guías sobre balsas de riego de la Generalitat Valenciana.
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Figura 13. Aliviadero en torre o Morning Glory. Fuente: Guías sobre balsas de riego de la Generalitat Valenciana.
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Figura 14. Aliviaderos en badén. Fuente: Guías sobre balsas de riego de la Generalitat Valenciana y ALATEC S.A.
6.5 Drenajes
Figura 15. Drenaje en balsas. Fuente: XII Master Internacional de Riego y Drenaje y Guías sobre balsas de riego de la Gene-
ralitat Valenciana.
La separación de las zanjas suele ser del orden de 20 metros y es recomendable
que sectorice diferentes zonas de la balsa, con superficies del orden de 5.000 metros
cuadrados cada uno, de manera que se tenga información de la zona donde se produ-
cen las incidencias para actuar con la mayor rapidez.
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Figura 16. Drenaje en pie de talud. Fuente: XII Master Internacional de Riego y Drenaje
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Figura 18. Salida de una red de drenaje sectorizada. Fuente: XII Master Internacional de Riego y Drenaje
La decisión sobre el lugar donde emplazar una balsa, debe ajustarse a un estudio
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multicriterio (topografía del terreno, distancias a fuentes de suministro y distribución del
agua, posibles daños que pueda ocasionar su rotura, accesibilidad, impacto ambiental,
climatología e hidrología y tipo de suelos).
Los factores de decisión que en muchas ocasiones tienen mayor peso en la solu-
ción final, están íntimamente relacionados con la forma de la superficie topográfica en
la que realizar la obra y con la forma que tendrá la balsa, ya que lo que se persigue bási-
camente con un buen emplazamiento de una balsa es que el movimiento de tierras sea
el mínimo y que exista, en la medida de lo posible, una compensación entre los volúme-
nes de desmonte y terraplén.
La cartografía a utilizar en las distintas fases de diseño de la balsa tiene que tener,
en cada una de ellas la precisión adecuada. En la primera fase de estudio de alternati-
vas de emplazamiento bastaría con una cartografía a escala 1/10.00 con equidistancia
de curvas de 5 m. En la fase de proyecto, la escala 1/5.000 es de máxima utilidad en to-
dos aquellos aspectos que trascienden de la balsa propiamente dicha (accesibilidad,
instalaciones de aducción y distribución, líneas de suministro de energía eléctrica, eva-
cuación del agua procedente del aliviadero, afecciones por rotura etc). La escala 1/500
con precisión altimétrica apropiada puede considerarse en general la más adecuada pa-
ra el diseño de la balsa.
- Permeabilidad.
- Tectónica y sismicidad.
Deberán conducir a disponer de la información suficiente para que unidos a los es-
tudios geotécnicos posibiliten tomar decisiones acertadas sobre:
- Necesidad o no de impermeabilizar
- Capacidad portante del subsuelo allí donde se vaya a construir una estación
de bombeo o similar
Son aspectos de especial interés las fallas y los deslizamientos y su actividad actual
o potencial, por su repercusión en la elección del emplazamiento y la actividad.
En el estudio geotécnico los objetivos básicos que se pretende lograr con ellos son
determinar el comportamiento esperable del terreno de cimentación y las característi-
cas de los materiales que se vayan a utilizar en la construcción de los diques.
Del terreno, son de especial interés su deformabilidad, los asientos diferenciales es-
perables y su solubilidad y erosionabilidad por eventuales filtraciones de la balsa y por
aguas freáticas en circulación. 43
Los ensayos básicos son: corte directo, triaxial y edométrico. Para que sean real-
mente representativos de un terreno, las probetas han de tener unas dimensiones acor-
des con la granulometría total de él. Cuando se trata de arcillas, limos o arenas no hay
problema pues las dimensiones standard de las probetas de ensayo son adecuadas.
Pero para un terreno de grano grueso, por ejemplo, las probetas tendrían que ser de un
tamaño no disponible habitualmente, ni resulta proporcionado hacerlo para una balsa.
Esos ensayos se han hecho por millares en el mundo a cuenta de las presas y sus resul-
tados están publicados al alcance de todos. De esas publicaciones la más asequible es
la que figura en el conocido tratado Design of small dams del Bureau of Reclamation.
o Fotografía aérea.
2. Trabajos de campo.
o Calicatas mecánicas. 44
3. Ensayos de laboratorio
o Ensayos de identificación
o Ensayos químicos
o Ensayos de resistencia
o Ensayos de deformabilidad
o Ensayos de permeabilidad
o Ensayos especiales
Se resumen en la siguiente tabla los principales ensayos que se recomiendan para
estudios geotécnicos en balsas:
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Dado que se parte de la hipótesis de que una balsa se sitúa fuera de un cauce, ra-
ramente será necesario realizar un estudio de aportaciones o avenidas de la cuenca
afluente a la balsa, pues como se ha indicado las balsas no presentan cuenca aportan-
te.
En cualquier caso, en caso de que exista cuenca aportante esta será de dimensio-
nes reducidas por lo que en este caso el método más aconsejable para cálculo de ave-
nidas es el de Temez, recogido en la Instrucción de Carreteras.
Lo más usual es que el caudal definido como caudal máximo o de diseño del alivia-
dero venga definido por el que se podría producir en el caso de coincidencia de la preci-
pitación máxima previsible para un período de retorno determinado (se recomienda un
mínimo de 500 años), balsa llena y un fallo en el sistema de llenado de la balsa (es de-
cir, mantenimiento del bombeo o compuertas abiertas en situación de avenida).
que cayendo sobre una superficie de lámina de agua de 35.589,06 m2, correspon-
diente a la cota de coronación de la balsa de la que se está realizando el cálculo, equiva-
le a un caudal de:
Q2=0,34 m3/s
Se podría obtener el caudal a evacuar por el aliviadero, que sería la suma del caudal
generado por la precipitación y la aportación de la toma
48
Q = Q1 + Q2 = 0,38 + 0,34 = 0,72 m3/s
8 DISEÑO DE BALSAS EN PLANTA
- Tiene que existir una adecuación del tamaño y forma del embalse con la
morfología del vaso natural sobre el que se sitúe. Para conseguirlo, se puede
atender a la compensación entre el desmonte y terraplén.
Una vez establecida la ubicación óptima de la balsa de riego sobre una determinada
superficie topográfica, y recopilados los datos necesarios para acometer su representa-
ción gráfica, se describe a continuación el proceso de diseño para proceder a la repre-
sentación del embalse desde el proceso de trazado de los taludes, así como la de la su-
perficie de fondo, y las superficies de acuerdo correspondientes entre unos y otros.
En una primera se representarán las líneas rectas horizontales del contorno interior.
La geometría que conforman dichas líneas se ajustará a los criterios de diseño, de los
que generalmente se impondrá la adaptación al vaso natural de la superficie topográfi-
ca de emplazamiento
Figura 19. Representación de las líneas rectas del contorno interior de una balsa, adaptándose a lascurvas de nivel del te-
rreno. Fuente: XIV Congreso Internacional de Ingeniería Gráfica
El siguiente paso será la representación de las líneas que definen los planos de los
taludes interiores. En esta primera aproximación, las transiciones entre taludes conti-
guos serán definidas como rectas de intersección.
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Figura 20. Superficies planas de talud definidas a partir de las líneas rectas del contorno interior deuna balsa de 8 metros
de altura. Fuente: XIV Congreso Internacional de Ingeniería Gráfica
Los taludes interiores del embalse quedan mejor definidos si se diseñan superficies
de transición entre ellos, ya que mejoran la funcionalidad y ejecución de la impermeabi-
lización, por lo que son denominadas superficies de acuerdo. La superficie de acuerdo
interior que mejor se adapta a este criterio es el cono recto de revolución, única cuádrica
de pendiente constante, siempre que los dos taludes que conecta tengan igual inclina-
ción.
Entre cada dos planos interiores con igual pendiente, se establecerá un cono cuyo
vértice se proyectará sobre la recta de intersección. Para conseguir una transición sua-
ve, tendrá dos de sus generatrices contenidas en los planos que une, por lo que la pen-
diente del cono también coincide con la de los taludes.
Figura 21. Radio mínimo de la circunferencia de acuerdo entre dos líneas rectas del contorno de coronación. Fuente: XIV
Congreso Internacional de Ingeniería Gráfica
Sin embargo el radio finalmente establecido suele superar dicho valor mínimo para
conseguir una mejor adaptación al terreno, recomendandose en la práctica valores su-
periores a 10 m. Siguiendo este procedimiento, en la figura 22 se han representado los
conos de acuerdo del ejemplo seguido, mediante circunferencias horizontales de metro
en metro.
Figura 22. Representación acotada de los taludes interiores de un embalse. Fuente: XIV Congreso Internacional de Inge-
niería Gráfica
En general la superficie de fondo se diseñará mediante un conjunto de planos con
inclinaciones adecuadas para que se produzca el vaciado completo de la balsa a través
del desagüe de fondo, por gravedad. La proyección del contorno de esta superficie
compuesta, vendrá dada por los segmentos que unen los puntos de proyección de los
vértices de los conos de acuerdo dispuestos entre taludes interiores. Si la solera está
compuesta por varios planos inclinados, el contorno de la superficie de fondo estará
formada por segmentos horizontales e inclinados. Es decir, no definen un polígono 53
plano. Los acuerdos unen dichas líneas con el nivel de cota 0 del embalse.
Figura 23. Superficies, líneas y puntos que definen la geometría interior de una balsa. Fuente: XIV Congreso Internacional
de Ingeniería Gráfica
54
siendo:
Hasta la fecha, y dada la inexistencia de una normativa específica para balsas, los
coeficientes de seguridad e hipótesis de carga para el cálculo de estabilidad de taludes
que se han adoptado en la mayoría de los proyectos de balsas han sido, debido a las
55
similitudes que presentan balsas y presas de tierra, los empleados para estas últimas
obras. Sin embargo, y como se ha indicado ya en repetidas ocasiones, estas obras pre-
sentan a su vez importantes diferencias.
Como se desprende del párrafo anterior, una de las principales conclusiones extraí-
das dice: “De las consideraciones efectuadas en el apartado anterior, de las distintas hi-
pótesis de carga analizadas, para el caso de balsas impermeabilizadas con geomem-
branas, es suficiente estudiar únicamente la hipótesis de talud no saturado para el talud
exterior e interior, evidenciando que el problema de la estabilidad de los taludes no es-
triba en el potencial deslizamiento del mismo, sino en los peligros de erosión interna”.
Debido a esto es muy importante guardar especial cuidado en las uniones de la lá-
mina, fundamentalmente con las obras de hormigón (tomas, aliviadero, etc.)
56
Recientemente se ha publicado el MANUAL PARA EL DISEÑO,CONSTRUCCIÓN,
EXPLOTACIÓN Y MANTENIMIENTO DE BALSAS del Ministerio de Medio Ambiente y
Medio Rural y Marino-CEDEX-CNEGP que establece una serie de situaciones de cálculo
que se reflejan en la figura 24, exigiendo que se cumplan los siguientes coeficientes de
seguridad:
En cualquier caso, no debe olvidarse que el ámbito de aplicación de este manual es-
57
tá acotado a balsas que cumplan los siguientes requisitos:
- Altura de dique inferior a 10 metros, entre 10 y 15 metros pero con una capa-
cidad inferior a 1 hm3.
Figura 25. Ábacos de dimensionamiento del MANUAL PARA EL DISEÑO, CONSTRUCCIÓN, EXPLOTACIÓN Y MANTE-
NIMIENTO DE BALSAS Las GUÍAS PARA EL PROYECTO, CONSTRUCCIÓN, EXPLOTACIÓN, MANTENIMIENTO, VIGI-
LANCIA Y PLANES DE EMERGENCIA DE LAS BALSAS DE RIEGO CON VISTAS A LA SEGURIDAD de la Conselleria de
Medi Ambient, Aigua, Urbanisme i Habitatge de la Generalitat Valenciana presentan entre sus páginas 154 y 165 un
ANEXO Nº 6 con Tablas para laobtención del coeficiente de seguridad al deslizamiento para distintas alturas deterraplén y
material constituyente que se recomienda consultar.
En cualquier caso debe resaltarse que siempre resulta recomendable realizar un es-
tudio de estabilidad de taludes mediante la ejecución de un modelo de simulación tipo
SLOPE/W o similar. La amplitud del presente curso no permite desarrollar la metodolo-
gía y aplicación de este tipo de modelos, más apropiado para un curso específico de
balsas o de estabilidad de taludes. En cualquier caso se adjunta en el apartado de re-
cursos toda la base teórico-práctica necesaria para realizar este tipo de estudios.
10 SISTEMAS DE IMPERMEABILIZACIÓN
La elección del revestimiento debe considerar todos los factores intervinientes, pu-
diéndose destacar de manera general los siguientes:
- La funcionalidad de la obra.
- La disponibilidad de materiales.
- Revestimientos rígidos
10.2 Impermeabilización mediante diques de tierras sin
IMPERMEABILIZACIÓN EXTERNA
- Granulometría.
- Límites de Atterberg.
- Densidad Proctor.
- Coeficiente de permeabilidad
- % que pasa por el tamiz 200 de la serie A.S.T.M. de tamaño 0,074 mm >30.
Se comprobará asímismo, que se dispone del los materiales con propiedades ade-
cuadas en cantidad suficiente para la ejecución de la obra.
61
10.3 Impermeabilización mediante revestimientos rígidos
Dentro de este grupo se pueden citar como más importantes las impermeabilizacio-
nes de mampostería, de hormigón en masa o armado y de gunita.
10.3.1 Mampostería
Ha sido muy empleada en el pasado, pero su uso está en declive al elevarse su pre-
cio considerablemente por la escasez de mano de obra especializada. Su empleo puede
ser aconsejable en lugares de elevado valor ambiental o histórico.
10.3.2 Hormigón
Los espesores normalmente utilizados son del orden de 20 cm y el coste suele ser
similar al de las pantallas asfálticas.
10.3.3 Gunitado
La gunita es una mezcla de cemento, arena, agua y un aditivo, que se proyecta con
aire a presión, y a una gran velocidad de impacto de las partículas, sobre la superficie
que se pretende impermeabilizar, que estará recubierta por una malla de acero que evita
la disposición de juntas de estanqueidad.
62
Esta solución tiene una gran adaptabilidad a todo tipo de superficies, incluso verti-
cales, y su coste es similar al de las pantallas de hormigón, aunque su espesor sea muy
reducido, del orden de 5 a 7 cm.
Este sistema puede utilizarse en los casos en que exista un tipo de suelo convenien-
te y adecuado a una distancia corta de la obra, que haga económicamente rentable su
utilización.
Figura 26. Impermeabilización con suelos de tipo arcilloso. Fuente: XII Master Internacional de Ingeniería de Riego y Dre-
naje
En los taludes, si no es posible la circulación por ellos de maquinaria pesada por ser
muy inclinados, es preciso incrementar el espesor hasta valores de dos o dos metros y
medio, de modo que se realice el revestimientos por tongadas adecuadamente compac-
tadas y unidas. Al igual que las balsas en tierra, se debe proteger la superficie mediante
geotextil y escollera para prevenir el riesgo de erosión por el oleaje.
Generalmente, se colocan dos o tres capas, cruzadas con espesores totales del or-
den de 15 cm. por lo que su precio resulta elevado.
10.4.3 Geomembranas
Las geomembranas, comúnmente llamadas láminas, han adquirido una gran impor-
tancia y desarrollo en los últimos años, debido a su fácil manejo y coste reducido. Mu-
chos de los sistemas de revestimiento enumerados anteriormente han visto muy limi-
tada su aplicación, con la puesta a punto de técnicas adecuadas de colocación en obra
de las geomembranas.
Los espesores de las geomembranas varían de 0,8 a 2 mm, siendo el más frecuen-
temente empleado el de 1,5 mm. El valor máximo del coeficiente de permeabilidad de 64
Darcy (K) a exigir será del orden de 10-10-10-12 m/s, que es fácilmente alcanzable en la
práctica por cualquier material de naturaleza plástica
Cada material tiene ventajas e inconvenientes que es preciso sopesar con detalle,
de modo que la elección se adapte a las circunstancias particulares de cada caso:
El PEAD o polietileno de alta densidad, tiene una buena resistencia a tracción y una
gran deformación en rotura. Su resistencia al ataque químico y a la acción de la radia-
ción solar, es apreciable. Su inconveniente principal es su gran rigidez, que le confiere
una pequeña resistencia al punzonamiento. Tiene una gran variación de longitud con
los cambios de temperatura. Su coste es del orden de la mitad de los revestimientos de
hormigón o asfálticos. La norma mas importante para este material es la UNE
104300/2000 EX que define las características y métodos de ensayo de este tipo de
láminas.
El E.P.D.M o etileno propileno dieno monomero, tiene una gran flexibilidad y buena
resistencia al punzonamiento. El inconveniente principal de este material es el enveje-
cimiento de las juntas realizadas en obra, que sufren un deterioro acelerado . El coste de
este material suele ser ligeramente superior al de las impermeabilizaciones con P. V. C.
La Norma de mayor importancia para este material es la UNE 53510/2001 que estable-
ce las propiedades de esfuerzodeformación en tracción de este tipo de láminas.
Las juntas se pueden realizar en fábrica y en obra, interesando reducir estas últimas
al máximo por ser menos fiables que las realizadas en taller.
Figura 27. Anclaje de lámina mediante zanja en coronación. Fuente: XII Master Internacional de Ingeniería de Riego y Dre-
naje
Figura 28. Anclaje de lámina mediante lastre de hormigón. Fuente: XII Master Internacional de Ingeniería de Riego y Dre-
naje
Figura 29. Vista general de anclajes de la lámina en perfil transversal de la balsa. Fuente: XII Master Internacional de Inge-
niería de Riego y Drenaje
Citando textualmente a D. Rafael Barebero “De todas las patologías que se pueden
dar por la instalación de la membrana hay una que aparece con gran frecuencia en los
primeros llenados y que por desgracia es muy frecuente, que es la unión entre la mem-
brana que es delgada y flexible, con las diferentes obras de fábrica que se encuentran en
el interior del vaso y que son rígidas.
Esta patología concreta, es origen de fugas muy frecuente e involucra a los diferentes
actores en el proyecto construcción y explotación, esto es; el proyectista, que no debe de-
jar estos detalles sin definir; el Contratista, que debe responsabilizarse de que la instala-
ción se lleve a cabo de forma correcta; el suministrador de la geomembrana, que debe vi-
gilar que su producto se instala de forma satisfactoria; el Instalador, que debe conocer
todos los aspectos importantes sobre dicha instalación; la Dirección Facultativa, que de-
be tomar las decisiones con antelación suficiente para evitar problemas a posteriori; el
control de calidad y vigilancia de obra, que debe vigilar y saber qué vigilar y controlar; y
el explotador, que debe conocer las operaciones de funcionamiento normales y la correc-
ta explotación, realizando un feedback a todos los anteriores para que cada uno en su
campo vaya poniendo soluciones a los problemas de explotación normal”.
11.2.1 Tipología de las uniones
La unión de las estructuras de hormigón que constituyen las entradas, salidas u ór-
ganos de desagüe de las balsas con las geomembranas presentan dos grandes ten-
dencias, siendo sus ventajas e inconvenientes múltiples. Estas son las siguientes:
Figura 30.- Unión de lámina impermeabilizante a estructura de hormigón mediante fijaciones metálicas. Fuente: “Patolo-
gías de las balsas” (Barbero Palomero, Rafael)
Figura 31.- Unión de lámina impermeabilizante a estructura de hormigón mediante perfil plástico embebido en el hormi-
gón. Fuente: XII Master Internacional de Ingeniería de Riego y Drenaje
Atendiendo a D. Rafael Barbero “Existe otro problema asociado a este tipo de insta-
lación que es el de la posibilidad de que la geomembrana sufra desgarros en las zonas
taladradas, origen seguro de fugas. Sin embargo, no se puede decir que sea un sistema
que funcione mal, y de hecho, como ya se ha comentado, es el método más utilizado
para realizar las uniones en segunda fase; cuando han fallado otros sistemas o cuando
se ha olvidado embeber el perfil plástico”.
El sistema de unión mediante perfiles embebidos presenta como ventajas su facili-
dad de instalación y sobre todo, la gran fiabilidad que la soldadura entre geomembrana
y perfil confiere a la balsa desde el punto de vista de la impermeabilización. La soldadu-
ra entre éstos es sencilla, con maquinaria que usualmente utilizan los instaladores, es
fiable e impermeable si está bien ejecutada.
Un aspecto que resulta de vital importancia es la compactación del terreno que cir-
cunda las arquetas en el interior de la balsa. Aunque esta compactación se ejecute muy
bien, la cercanía al hormigón puede provocar que ese terreno no quede correctamente
compactado, por lo que se pueden producir asientos diferenciales. Esta circunstancia
provoca que se cree una discontinuidad en el entorno de la obra de fábrica, que a su vez
obliga a la geomembrana a adaptarse a la nueva geometría. Aunque la membrana en sí
no tiene problemas para adaptarse y elongarse lo necesario para absorber estas varia-
ciones, lo hace a base de crear unas tensiones que la soldadura entre el perfil plástico y
la geomembrana a veces no puede aguantar, debido principalmente al efecto cizalla
que supone. Esto hace que se rompa la soldadura y se abra una fuga de agua.
Un procedimiento que puede emplearse para evitar este efecto indeseado es intro-
ducir un exceso de tierras alrededor de las obras de fábrica de forma que quede un ex-
ceso de material terreo sobre el nivel de la fábrica, que ante eventuales asientos, no se
produzca el efecto de cizalla en la unión.
Figura 32.- Propuestas de solución al problema de cizalla en la unión lámina-hormigón. Fuente: “Patologías de las balsas”
(Barbero Palomero, Rafael)
Otra forma de evitar este problema, y que se ha ejecutado en numerosas balsas, es
proceder a la colocación de lámina en exceso o fuelles, para que la adaptación de la
membrana a los posibles movimientos diferenciales se haga a costa del material en ex-
ceso en vez de elongaciones, que son la causa de las tensiones que finalmente produ-
cen el cizallamiento que lleva al despegue de la soldadura.
Por último, existe un tercer método, también muy usado en la práctica, y recomen- 73
dado por las Guías sobre balsas de la Generalitat Valenciana que se puede combinar
con los anteriores. Se trata de realizar una unión doble, no confiando la impermeabili-
dad a una sola soldadura, sino a dos.
La mejor opción, sin duda, es combinar las tres posibilidades, ejecutándolas correc-
tamente, con lo que la unión de la geomembrana con la obra de fábrica tendrá una ele-
vada seguridad, que aunque pueda parecer excesiva no está de más puesto que con
unos sobrecostes muy pequeños, dota a la instalación de una garantía adicional que es
capaz de evitar averías mucho más costosas de reparar y que pueden evolucionar rápi-
damente a patologías más graves.
Figura 33.- Propuestas de solución al problema de cizalla en la unión lámina-hormigón. Fuente: “Patologías de las balsas”
(Barbero Palomero, Rafael)
La última mejora que puede presentarse a este sistema es la disposición de un dren
de “envuelta” en las obras de hormigón que permitirá, dándole una adecuada salida, la
detección de problemas de fugas evitando el arrate de particular y por tanto, el inicio del
sifonamiento.
74
Figura 34.- Solución mejorada, que evita el contacto hormigón-lámina con un dren envolvente de canalización de fugas,
sin arrastre de partículas de suelo. Fuente: Algunas patologías de especial interés en balsas (Adalid Elorza ,José Luis)
Es necesario mencionar en este punto que una red de drenaje bien diseñada y efi-
caz, debidamente sectorizada, incluso particularizando un sector o más para las diferen-
tes obras de fábrica, es esencial para que este tipo de patologías se detecten a tiempo y
puedan ser solucionadas de forma fácil. Como en todo lo expuesto hasta el momento,
también en el drenaje habrá de existir una colaboración íntima entre los diferentes acto-
res, desde el Proyectista hasta el Explotador.
De forma adicional a la red de drenaje de la balsa, si por analogía con las presas de
materiales sueltos, se disponen en los terraplenes de la balsa drenes (drenes de pie,
drenes chimenea, drenes paralelos) se conseguirá controlar las posibles filtraciones que
puedan producirse desde el talud interior del embalse, por roturas de la geomembrana y
evitar los posibles fenómenos de tubificación.
75
Figura 35.- Tubificación ocurrida durante el primer llenado en una balsa con impermeabilización asfáltica. Fuente: Algunas
patologías de especial interés en balsas (Adalid Elorza ,José Luis)
El dren que resulta más efectivo y que ofrece una mayor seguridad, es el dren chi-
menea. Su gran efectividad, que su sección transversal transmite de forma intuitiva, al
cortar la rama vertical del dren todas las posibles líneas de filtración, proporciona una
gran seguridad a las presas y embalses que disponen de él.
Además de los drenes de dique, se puede incluir, también como medida de seguri-
dad otros tipos de drenes, tales como drenes de envuelta.
Una última tipología de drenajes son las zanjas drenantes, adecuadas en zonas de
yesos o materiales solubles y en zonas con niveles freáticos elevados y variables, que
se disponen en el perímetro de la balsa para que funcionen a modo de pozos, rebajando
la línea de saturación del terreno y evitando la llegada de agua a los taludes y fondo de
la misma.
Como ya se ha indicado, la mejor medida para evitar los efectos y daños que una
posible rotura de las conducciones puede ocasionar es su colocación dentro de otra tu-
bería de protección o en su caso de una galería visitable.
11.3.3 Baberos
Los gastos añadidos que presenta esta instalación se ven recompensados, nota-
blemente, cuando se tenga que reimpermeabilizar, pues al estar esa zona de la lámina
en muy buen estado se puede anclar la nueva membrana y de esa forma evitar retirar el
botaolas, actuar sobre la zanja de anclaje y volver a poner el pretil de coronación. Esta
operación acarrea tiempo y dinero.
Una costumbre, afortunadamente, cada vez menos arraigada es hacer este babero
de un geotextil, pero no se recomienda pues el deterioro del mismo es muy rápido y lo
que al principio se podría pensar útil al final no es rentable.
Figura 36.- Babero de protección en las proximidades del botaolas.Fuente: “Algunas consideraciones a teneren cuenta a la
hora de impermeabilizar una balsa con geomembranas sintéticas” (Blanco, Manuel; Cea, JuanCarlos De y García, Floren-
cio).
11.3.4 Mantenimiento. Reimpermeabilizaciones
Para la elaboración de este tema se han empleado los textos que se presentan a
continuación, además de la realización de consultas puntuales en numerosas webs re-
lacionadas con el mundo de las balsas. Las siguientes publicaciones se consideran im-
prescindibles en cualquier biblioteca de balsas que se precie.
78
GUÍAS PARA EL PROYECTO, CONSTRUCCIÓN, EXPLOTACIÓN, MANTENIMIENTO,
VIGILANCIA Y PLANES DE EMERGENCIA DE LAS BALSAS DE RIEGO CON VISTAS A
LA SEGURIDAD. Conselleria de Medi Ambient, Aigua, Urbanisme i Habitatge. Generali-
tat Valenciana. Zapata Raboso, Francisco el al., 2009.
79
BLOQUE III. OBRAS DE REGULACIÓN Y CAP-
TACIÓN. BALSAS. INTRODUCCIÓN AL DISE-
ÑO. OBRAS COMPLEMENTARIAS
13 ALIVIADEROS EN BALSAS 80
En cualquier caso si debe resaltarse que la mayoría de las balsas poseen caudales
de alimentación bajos por lo que sus dispositivos de evacuación responden a tipologías
muy elementales pudiendo establecer una clasificación tentativa en tres grupos funda-
mentales:
Pueden darse también combinaciones entre los distintos tipos de aliviadero men-
cionados. Así es muy usual la disposición de un vertedero frontal mediante un marco
prefabricado que evacua la avenida de diseño mediante un canal de reducidas dimen-
siones hacía una arqueta de rotura de carga desde la que se transporta el caudal me-
diante una conducción a la zona de restitución al cauce.
Debe mencionarse también la existencia de aliviaderos que, hasta hoy, pueden de-
nominarse como singulares, dado que su aplicación no está muy extendida, como pue-
den ser los aliviaderos con vertederos en laberinto o los aliviaderos con protecciones en
forma de cuña, que sin dejar de ser una variación de los aliviaderos en canal aportan 81
elementos novedosos a los mismos. A modo de curiosidad se adjuntan sendas ponen-
cias de estos tipos de aliviaderos en congresos recientes en el apartado de recursos del
presente tema.
La altura de vertido puede, bien imponerse con lo que se obtendrá una longitud de
vertido determinada, bien imponiendo está última obteniendo entonces como resultado
la altura de vertido, ambas operaciones por el cálculo mediante la fórmula de Rehbock
siendo:
Figura 1. Sección tipo de marco de hormigón armado in situ. Fuente: ALATEC S.A.
13.2 Cálculo del elemento de evacuación aguas abajo del vertedero
Puede optarse por un canal de evacuación clásico o por disponer de una arqueta de
rotura de carga desde la que se transporta el caudal mediante una conducción a la zona
83
de restitución al cauce.
Si se opta por disponer una arqueta de rotura de carga la forma de operar será la si-
guiente. Esta arqueta se utiliza como disipador de energía, produciéndose un gran im-
pacto en la pared de la arqueta opuesta al canal de descarga. La arqueta hace de pe-
queño depósito de agua que desaguará por el fondo mediante una tubería (se reco-
mienda que sea de fundición) de un determinado diámetro que dependerá de la capaci-
dad de evacuación exigida.
Así, si se parte del aliviadero del ejemplo anterior, la citada arqueta se deberá di-
mensionar para que sea capaz de absorber el caudal correspondiente a la avenida de
proyecto (Q= 0,72 m3/s). Las dimensiones de la arqueta se muestran en el croquis.
Figura 2. Sección tipo de desagüe de aliviadero a arqueta de rotura de carga. Fuente: ALATEC S.A.
Como se ha indicado el desagüe de la arqueta de rotura se prevé a través de una
conducción de 500mm de diámetro de fundición, que se prolongará hasta que desagüe
las aguas en el cauce más próximo a la balsa. La salida de esta conducción deberá pro-
tegerse con escollera.
84
- Cota de agua en la arqueta de rotura = 821,00 m
- Qtotal=0,72 m3/s
- Φ = 500 mm
Dicho canal debe presentar una pendiente que obligue a la evacuación del caudal
de diseño en régimen rápido de cara a establecer la sección de control en la sección
aguas arriba del canal. Para que se cumpla esta circunstancia es necesario que la pen-
diente del canal de descarga sea superior a la pendiente crítica.
Figura 3. Sección tipo de desagüe de aliviadero a canal de descarga. Fuente: ALATEC S.A.
En base a esta condición en primer lugar será necesario calcular los parámetros de
la sección crítica que se pretende que sea la sección de arranque del canal de descarga.
Si se cumplen los requisitos exigidos dicha sección (PR0+000) funcionará como sec-
ción rectangular de control. Así para un ancho del canal de 5,00 m y una capacidad de
evacuación de Q =6,00 m3/s los parámetros de dicha sección crítica serán:
86
Por lo tanto, todo canal de descarga con una pendiente superior a la crítica cumplirá
con la condición de que el régimen hidráulico del canal será rápido y la sección de con-
trol se situara en la sección de aguas arriba, disminuyendo el calado y aumentando la
velocidad con el progreso del canal.
Para el cálculo de los calados en el canal de descarga aguas abajo partiendo del ca-
lado crítico, se calculan en sentido hacia aguas abajo los sucesivos descensos de nivel
de la superficie libre, teniendo en cuenta las pérdidas debidas a fricción, mediante la ex-
presión:
H1 = H2 + hf + he
El cálculo se realiza a partir del perfil longitudinal del aliviadero. El STANDART STEP
METHOD es un método iterativo fundamentado en el tanteo de calados buscando la
coincidencia de energía en dicha sección calculada por dos vías.
88
Figura 4. Esquema de cálculo de calados en un canal de descarga. Fuente: XII Master Internacional de Riego y Drenaje.
Se parte del paso 1 como dato, coincidente con la sección crítica (en verde).
Evidentemente también son datos las cotas y distancias pues dependen de la geo-
metría del canal, así como la base del mismo y el talud de sus cajeros (en naranja).
89
H1sección1+hf sección2
Siendo:
Para que el cálculo sea correcto deberán coincidir para cada paso H1 y H2 con un
error inferior al exigido por el propio calculista.
90
Una vez finaliza el canal de descarga es necesario disponer de una estructura ter-
minal de disipación de energía, bien un trampolín de lanzamiento bien un estanque
amortiguador tipo impacto.
Se sugiere al alumno que intente realizar el cálculo para comprobar si obtiene este
resultado.
91
Figura 5. Tipos de resaltos según el número de Froude. Fuente: Guía Técnica de seguridad de presas nº 5 “Aliviaderos y
desagües”
A) 1.7 < F1 < 2.5 Resalto de débil intensidad. Escasa disipación de energía. Cuenco
con longitud suficiente para contener el cambio de régimen. No dientes ni bordillos ter-
minales
B) 2.5 < F1 < 4.5 Resalto oscilante, inestable, de transición. Se originan ondas superfi-
ciales e intensas que pueden transmitirse a gran distancia hacia aguas abajo. Debe evi-
tarse
C) 4.5 < F1 < 9.0 Resalto bien desarrollado, completo y estable. La pérdida de energía
alcanza entre el 45 y el 70 %.
D) 9.0 < F1 Velocidades de entrada muy altas. Buen resalto pero muy brusco, con
superficie del agua muy inestable y rugosa. La pérdida de energía puede alcanzar el 85
%.
El calado conocido como conjugado, resultado del resalto viene dado por:
La longitud del resalto, y por tanto, la longitud mínima del dispositivo de disipación
de energía (denominado cuenco tipo I) puede evaluarse en 6,1 veces el calado conjuga-
do para F>4,5. Para valores entre 2,5 y 4,5 se recomienda disponer una longitud mínima
de 5 veces el calado conjugado aunque se recomienda adoptar el mismo valor que para
F>4,5. Para valores inferiores puede optarse por no disponer estructura de disipación
aunque hay que tener en cuenta que por el propio diseño del azud siempre existirá una
pequeña losa aguas abajo del pie de presa para la reincorporación del agua al cauce
que cumplirá las funciones de dispositivo de disipación.
La longitud estricta del cuenco para que se produzca resalto hidráulico será:
93
Estos dispositivos pueden acortarse si se emplea un cuenco tipo II o tipo III, que
pueden diseñarse en función de una serie de condiciones de partida que se describen
con detalle en la Guía Técnica de Seguridad de Presas nº5 “Aliviaderos y Desagües”.
Figura 7. Gráfico de dimensionamiento de cuencos amortiguadores tipo II. Fuente: Design of small dams
95
Figura 8. Grafico de dimensionamiento de cuencos amortiguadores tipo III. Design of small dams
14 CANAL DE ENTRADA DE AGUA EN BALSAS
En caso de ejecutar la entrada de agua por el fondo de la balsa será necesario dis- 96
poner la misma en una arqueta capaz de disipar la energía del agua a la entrada en la
balsa, pudiendo incluso aprovecharse la misma obra para la toma y el desagüe de fon-
do.
Figura 9. Estanque de entrada de agua y toma en una balsa. Fuente: Guías sobre balsas de riego de la Generalitat Valen-
ciana
En caso de que la entrada se realice a media altura o por la parte superior debe te-
nerse en cuenta que la circulación del agua por el talud podría producir velocidades que
pudieran ocasionar daños o erosiones, por lo que, la entrada suele diseñarse mediante
la disposición de un canal de entrada, con forma rectangular o trapecial e incluso, con
un estanque amortiguador en el pie o solera de la balsa cuyo dimensionamiento es aná-
logo al desarrollado en el apartado dedicado al aliviadero. El canal de entrada también
puede ejecutarse mediante un perfil escalonado que también puede requerir de un es-
tanque amortiguador en el pie o solera de la balsa en función de la velocidad con la que
el agua alcance este punto.
97
Figura 10. Canal escalonado de entrada a una balsa. Fuente: Guías sobre balsas de riego de la Generalitat Valenciana
Figura 11. Figura gráfica para dimensionamiento de canales escalonados. Fuente: Guía Técnica de seguridad de presas nº 5
“Aliviaderos y desagües”
Así, por ejemplo, para un caudal de diseño de una obra de entrada de 0,85m3/s si se
proyecta un canal de 1,50 metros de anchura con escalones de 1,00m de altura se tiene:
Las fórmulas, referidas a la notación de la figura10, aplicadas al cálculo propuesto
arrojan los siguientes resultados:
99
No cumple, aunque dada la escasa diferencia podría darse el resultado por válido.
Sin embargo, situándose en la hipótesis más desfavorable de la no validez del resultado
se provocará el comienzo del barrido del resalto dando lugar a una variante de este tipo
de régimen con desarrollo parcial del resalto y régimen crítico cercano a la arista del es-
calón. La disipación de energía es del mismo orden de magnitud de la que se produce
con resalto plenamente desarrollado, por lo que los resultados obtenidos aplicando las
ecuaciones anteriores son suficientemente aproximados.
15 DESAGÜE DE FONDO. VACIADO DE LA BALSA
Figura 12. Imagen de rejilla de protección para toma o desagüe de fondo. Fuente: Consideraciones generales aplicables a la
construcción de balsas.
Las pérdidas de energía serán la suma de las pérdidas localizadas más las distribui-
das.
siendo:
De esta forma, la curva de capacidad del desagüe de operación queda definida por
la siguiente ecuación*:
siendo:
el de la compuerta de la válvula.
105
Si por ejemplo la cota de nivel de agua hA es 738’50 y la cota de salida aguas deba-
jo de la balsa hB es 727’50.
Supondremos vA y pA nulas por ser un punto en la superficie del embalse y sin ve-
locidad, y pB = 0 por desaguar a la atmósfera. Así, la ecuación de Bernoulli queda de la
forma:
Siendo:
Aunque no es el objeto principal del curso si resulta importante que el alumno ad-
quiera unos conceptos básicos en este campo que puede ampliar con la documenta-
ción adicional que se suministra en el presente curso y con su propia curiosidad perso-
nal.
107
En palabras de D. José Luis Adalid se puede definir la auscultación como “la obser-
vación del comportamiento de las presas o balsas mediante nuestros sentidos tal como
los tenemos y potenciados por los aparatos y dispositivos pertinentes”
La auscultación se orienta a detectar las anomalías que puedan indicar algún defec-
to de construcción o algún deterioro con el paso del tiempo para llevar a cabo en su ca-
so las actuaciones pertinentes para su corrección.
Una técnica poco empleada pero muy útil es realizar secuencias de foto-
grafías desde la misma posición en cada visita que se haga a la presa o balsa
de forma que puedan compararse las mismas para observar la evolución de
los elementos fotografiados a lo largo del tiempo.
109
Hasta la fecha, no ha existido en España una normativa específica para balsas.De
hecho, la normativa existente y empleada, en algunos casos, se refiere casi exclusiva-
mente a las presas.
A raíz del Real Decreto 9/2008 de 11 de enero, por el que se modifica el Reglamento
del Dominio Público Hidráulico donde, por primera vez se encuentra un concepto legal
de balsa se encuentran en desarrollo las nuevas Normas Técnicas de Seguridad, que
englobarán a las balsas y que una vez aprobadas, constituirán la única normativa legal
en materia de seguridad de presas y embalses, unificando la normativa actualmente vi-
gente, derogando la Instrucción para el Proyecto, Construcción y Explotación de Gran-
des Presas así como el Reglamento Técnico sobre Seguridad de Presas y Embalses.
Con la actual normativa en la mano será necesario “clasificar” todas aquellas balsas
cuya altura sea superior a 5 metros. Aunque no es objeto del presente curso, y dada la
extensión de los estudios a realizar cuya explicación podría abarcar fácilmente otro cur-
so independiente se referencian a continuación unos conceptos básicos que el alumno
debe conocer.
- Daños materiales
- Daños medioambientales
Para la elaboración de este tema se han empleado los textos que se presentan
Marino-CEDEX-CNEGP, 2010.