Está en la página 1de 5

EL OJITO

Cuento Corto Infantil para niños y niñas, creado por: Maile Madera Ésta era la historia de una niña llamada
Saulis.

Un día común, Saulis se despertó y salió corriendo.

¡Mami!, ¡mami!. – Dijo gritando Saulis.

¿Qué pasa nena?. – Contestó la mami de Saulis.

Hay dos hombres vigilando la casa. – Dijo Saulis.

-¿Qué cosas dices Saulis?. – Respondió su mami.

La mamá salió a ver que pasaba fuera, mientras Saulis estaba agitada e impresionada.

¡Oh no! ¡Saulis corre!!. – Gritó su mamá.

Saulis corriendo se escondió bajo su cama. La mamá pensó que Saulis mentía pero en realidad Saulis había visto
los abogados de su padre, los cuales venían a buscar a la pequeña Saulis para que se fueran con ellos.

Finalmente todo quedó en un susto y todos siguieron viviendo felices.

FIN

Moraleja del cuento: Aunque los niños muchas veces tienen fantasías, también hay que cofiar en ellos.

Valores del cuento: Confianza. Comprensión.

TRES RATONES ENVIDIOSOS

Cuento Corto Infantil para niños y niñas, escrito por: Jose Juan Cantu

Había una vez tres ratones muy envidiosos, querían todo para ellos solos. Pero cuando llegaba a visitarlo un
vecino, ellos escondían todo el queso que tenían guardado.

De pronto se acercó un gato muy peludo, asomó su nariz en el agujero y los ratones envidiosos se arrinconaron
muy asustados. Cuando gritaron, el vecino los escuchó y se acercó al gato lleno de valor y como pudo lo alejó de
la puerta. Quedó tan cansado el pobre ratón que los envidiosos salieron a agradecerle el favor y por n lo
invitaron a comer.

Todos felices disfrutaron de un estupendo platillo de queso y entre risas recordaban al gato que corrió muy
enojado.

FIN

– Moraleja del cuento: La envidia nunca es buena.


1. Leyenda de Cantuña
En el centro histórico de Quito, se encuentra la Iglesia de San Francisco. En referencia
al origen de esta basílica, es popular esta narración, de la época colonial, que se ha
difundido generacionalmente y que cuenta con varias versiones.
Esta leyenda no solo nos da una explicación sobre la construcción de la iglesia, sino
también una importante lección acerca de cumplir las promesas.
Cuenta una historia popular que, allá por la época de la colonización española, vivió
Francisco Cantuña. Este hombre se aventuró en la compleja tarea de construir la Iglesia
de San Francisco, situada en el centro histórico de Quito, en un plazo de 6 meses.
Pasó el tiempo y llegó el día de antes de entregar el resultado, pero, el edificio no estaba
terminado. Ante esto, Cantuña decidió pactar con el diablo para que este la terminara
apresuradamente. A cambio, le entregaría su alma.
El diablo accedió a la propuesta y trabajó sin parar. En el último momento, Cantuña se
arrepintió de haber vendido su alma y, antes de concluir la obra, se escondió la última
piedra que serviría para concluir la iglesia.
Finalmente, cuando el diablo pensó que había terminado la obra, Cantuña le mostró que
no era así enseñándole la piedra. De esta manera, Cantuña salvó su alma del infierno.
2. La Dama Tapada
Esta leyenda guayaquileña, cuyo origen remonta a finales del siglo XVII, tiene como
protagonista a una misteriosa mujer cuyo rostro va oculto con un velo negro. Esta
aparece con la intención de asustar a hombres ebrios y hacerlos desfallecer.
Aunque se desconoce cómo surgió esta historia, seguramente, su intención es la de
amedrentar a los hombres descarriados.
Dice una antigua narración que, por las calles de Guayaquil, se dejaba ver por las
noches un misterioso ser conocido como Dama Tapada.
El espectro solía aparecerse a hombres ebrios que transitaban calles poco transitadas. Al
verla, muchos de ellos perdían la vida del susto, otros por el maloliente hedor que
desprendía el ente.
Cuenta la leyenda que, aun hoy, la Dama Tapada recorre las callejuelas de Guayaquil en
busca de atemorizar a los “tunantes”.
1. El quinto sol y la creación del mundo
Desde tiempos inmemoriales se ha intentado dar una explicación al origen del mundo, así este
conocido mito azteca de tipo cosmogónico.

Aztecas y mayas creían que el sol que veían era el quinto sol y que, los cuatro soles anteriores
y los seres que habían vivido por entonces habían desaparecido.

La llegada del nuevo sol integró los elementos de la creación: aire, fuego y agua. Este mundo,
al igual que los anteriores, también estaba sujeto a su extinción:

Tecuciztecatl, un dios soberbio, se prestó enseguida. Sin embargo, los dioses querían elegir
otro contrincante más humilde, este fue Nanahuatzin. Ambos debían realizar una ofrenda, el
primero, ofreció elementos grandiosos. El segundo, tenía materiales de poco valor para
ofrecer.

En el momento del sacrificio, debían saltar al fuego. Tecuciztecatl fue el primero en intentarlo,
aunque el miedo lo dejó parado. Después fue Nanahuatzin, quién se precipitó al fuego sin
pensarlo. Al ver su valor, Tecuciztecatl también se lanzó al fuego.

Durante un tiempo los dioses aguardaron a que alguno de ellos se viera en el cielo. Pronto, se
hizo la luz en el cielo y vieron surgir por el este a Nanahuatzin como Tonatiuh, el que sería el
quinto sol.

2. El mito de Pandora
Este mito griego de tipo antropogónico no solo relata el origen la primera mujer si no que
narra la introducción de la infelicidad en el “paraíso” de los primeros humanos.

Esta historia sirve para dar una explicación a cómo los humanos dejaron de ser inmortales y las
miserias se instalaron en la humanidad.

Como Eva en la Biblia, Pandora puede ser interpretada como la causante de las calamidades
humanas debido a su curiosidad:
Cuando Prometeo enseño el uso del fuego a los hombres, Júpiter quiso vengarse por ello. Para
eso, mandó a los dioses que crearan una mujer dotada con todas las cualidades: la belleza, el
don de la palabra, el talento, la curiosidad, la sabiduría. Esta sería Pandora, en cuyo corazón
también se escondía el mal y el engaño.

Pandora fue enviada como regalo de los dioses a Epimeteo, hermano de Prometeo, quien
desoyó las advertencias de su hermano de no aceptar nada de los dioses. Epimeteo se casó
con ella y, como regalo de boda, Júpiter les dio una caja que nunca debían abrir.

Pandora no pudo resistirse y un día miró qué había dentro de aquel objeto. Entonces todos los
males se escaparon, consiguiendo solo quedarse la esperanza dentro del cofre.
1. «La liebre y la tortuga»
Érase una vez una liebre muy veloz que presumía de ello ante todos los animales del bosque.
Un día, se encontró con una tortuga que caminaba muy despacio. La liebre se burló de su
lentitud.

—Hagamos una carrera y veamos quién gana —propuso la tortuga.

Al empezar la carrera, la liebre salió disparada, mientras que la tortuga avanzó lentamente. Al
ver que sacaba una gran ventaja a la tortuga, la liebre se paró en un árbol a descansar. La
tortuga siguió avanzando, poco a poco y sin detenerse.

Cuando la liebre despertó, vio angustiada que la tortuga estaba a punto de llegar a la meta. La
liebre corrió y corrió, pero fue demasiado tarde. La tortuga cruzó la meta, agotada pero feliz.

Moraleja: De poco vale el talento sin esfuerzo. Esta fábula de Esopo nos enseña que, con
perseverancia y con esfuerzo, podemos lograr nuestras metas.

2. «El pastor y el lobo»


Había una vez un joven pastor que todos los días llevaba a su rebaño a pastar. Como se aburría
muchísimo, decidió gastar una broma a los campesinos del lugar.

—¡Que viene el lobo! ¡Auxilio! ¡Mis ovejas!

Los campesinos corrieron a ayudarle, pero no vieron ni rastro del lobo. El joven pastor rio a
carcajadas, mientras los campesinos se alejaban muy enfadados. Una semana después, el
pastor volvió a gastarles la misma broma.

Hasta que un día, el pastor vio acercarse a un lobo. Aterrorizado, gritó pidiendo auxilio. Pero
esta vez, los campesinos no le creyeron y el pastor se quedó sin su rebaño.

Moraleja: Nadie cree al mentiroso cuando dice la verdad. Esta es otra de las mejores fábulas
de Esopo y nos enseña que si mentimos, nadie confiará en nosotros cuando digamos la verdad.
El grano de mostaza. Nuevo testamento. Mateo 13, 31-32.
El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo
sembró en su campo. Es ciertamente más pequeña que cualquier semilla, pero cuando
crece es mayor que las hortalizas, y se hace árbol, hasta el punto de que las aves del
cielo vienen y anidan en sus ramas.
La oveja perdida. Nuevo testamento. Lucas 15, 4-7
¿Qué hombre de vosotros, si tiene cien ovejas y se le pierde una de ellas, no deja las
noventa y nueve en el desierto y va tras la que se le perdió, hasta que la halla?
Y al encontrarla, la pone sobre sus hombros gozoso; y cuando llega a casa, reúne a los
amigos y a los vecinos, diciéndoles: Alegraos conmigo, porque he hallado mi oveja que
se había perdido.
Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por
noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.

También podría gustarte