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Leyenda de la flor de cempasúchil

En el Día de Muertos, la flor de cempasúchil, una especie autóctona de México, decora altares y
tumbas.

Es una flor con un gran simbolismo a nivel cultural, por eso, no es extraño que se hayan
fraguado historias como esta para explicar cómo surgió.

Según esta leyenda, la flor del cempasúchil es fruto del amor.

Dice una vieja narración que, hace muchos años, vivieron dos jóvenes enamorados: la muchacha
Xóchitl y el joven Huitzilin.

Un día, los muchachos subieron a la cima de una montaña en busca de la bendición del Dios del Sol
para que su historia de amor durara eternamente. Allí, Tonatiuh cumplió con el deseo de la pareja y
bendijo su amor.

Un tiempo después, Huitzilin tuvo que marcharse a la guerra y Xóchitl se quedó esperando su regreso.
Pero el joven nunca más volvió y Xóchitl pasaba sus días muy apenada.

Cuenta la leyenda que, al ver que la muchacha estaba tan triste, el Dios del Sol decidió transformarla
en una hermosa flor. Pronto, un colibrí se posó en los pétalos de la flor, amarillos como el sol. La flor
reconoció a su amado Huitzilin, quien regresó transformado en aquel precioso pájaro.
Leyenda: El autobús fantasma
Esta leyenda urbana tiene su origen en la ciudad de Toluca. Se trata de una historia aterradora
basada en un episodio real que tuvo lugar durante los años ochenta del siglo XX, cuando un
autobús que transitaba por una carretera nocturna jamás llegó a su destino. El misterioso
suceso dio pie a diferentes versiones sobre los acontecimientos que hoy en día se siguen
transmitiendo.

Cuenta la leyenda que, en una vieja y peligrosa carretera que unía Toluca con Ixtapan de la Sal, un
autobús circulaba de madrugada de Ixtapan de la Sal hacia Toluca.

Todo iba bien hasta que comenzó a llover, momento en que el autobús tenía que tomar curvas muy
peligrosas y pasar por un puente en el que solo cabe un vehículo.

De repente, los viajeros se asustaron al ver que el autobús había tomado más velocidad. El conductor
se percató de que los frenos estaban fallando. Pronto, en una de las curvas, el autobús se precipitó al
vacío dejando víctimas y sin sobrevivientes. El autobús número 40 se incendió y jamás llegó a su
destino.

Dice la leyenda que desde entonces, si transitas por esa carretera durante la madrugada e intentas
subirte a un autobús, posiblemente sea el número 40. Si subes al autobús, no deberás hablar en
ningún momento. Antes de bajar, jamás deberás mirar hacia atrás en el autobús. Si lo haces no
sobrevivirás.
Mito: El conejo de la luna
Un mito que se cuenta a los niños para explicar las manchas de la Luna. El mito cuenta que
Quetzalcóatl, uno de los dioses más importantes de las culturas mesoamericanas, bajó un día a la
Tierra. Al caer la noche, el dios se encontraba hambriento y cansado. Un conejo que pasaba por el
lugar le ofreció su comida, pero el dios se negó ya que era algo que él no comía.
Así pues, el conejo se ofreció como sacrificio para ser comido. El dios Quetzalcóatl aceptó pero le
prometió que, en agradecimiento, lo elevaría hasta la Luna para estampar ahí su figura y asegurarse
de que fuera recordado por todos y para siempre.
Mito: La diosa de la Luna
Un mito originario del sur de México. El mito cuenta la historia de Ixchel, una joven muy hermosa que
estaba pretendida por dos hombres, los cuales lucharon en un duelo a muerte por ella y su amor.
Ixchel amaba solo a uno de ellos: Itzamná. Y aunque el joven estaba destinado a ser el ganador, el
otro contrincante lo atacó a traición por la espalda y lo mató.
Ixchel, al ver a su amado muerto, se quitó su propia alma y se la entregó. Los espíritus de ambos
enamorados ascendieron juntos al cielo para estar juntos para toda la eternidad. Itzamná se convirtió
en el dios del Sol y Ixchel, en la diosa de la Luna.
Fabula: El serraño y el jalapeño

Cierto día, se encontraban dos chiles, uno serrano y uno jalapeño, en una degustación de
comida mexicana a la que asistirían grandes expertos culinarios de esta cultura. Al saber esta
noticia, los chiles comenzaron a discutir sobre cuál de los dos era el más picante, y por ende,
cuál le gustaría más a los expertos que estaban por llegar.

Estuvieron muchos días preparándose y espero la llegada de los jurados, quienes dictarían
cuál de estos dos sería el mejor chile para ser utilizado en los platos que prepararían
posteriormente en una feria de comida mexicana abierta al público.

Para su sorpresa, al llegar el momento esperado por los chiles, los jurados tomaron una
decisión que dejó boquiabiertos a ambos picantes, pues decidieron incluirlos a los dos en sus
comidas, ya que tenían atributos y características que los hacían especiales para los platos que
requerían hacer.

En ese instante, los chiles se dieron cuenta de que todos tenemos muchas capacidades y
atributos que nos convierten en especiales e importantes para desempeñarnos en el área que
nos querramos desenvolver. Es por ello que no debemos prejuiciar a nadie, pues nunca
sabemos que tiene para ofrecer y quien necesita de eso que ofrece esa persona.
Fabula: El perro fiel

En esta fábula mexicana se cuenta la historia de un hombre que tenía un perro al que no
paraba de maltratar, debido entre otras cosas a la situación de pobreza que pasaba.

El espíritu de los animales, Kakasbal, habló con el perro maltratado y le sugirió que
abandonase a su amo, ya que todos los días recibía muchas palizas. El animal se negó en
rotundo diciéndole que nunca escaparía porque él era un perro fiel, a pesar de que su dueño
nunca se lo agradeciera.

El espíritu fue tan insistente que el perro le hizo creer que aceptaría su propuesta. Para ello,
debía venderle su alma y el animal tendría un deseo.

El can le pidió al espíritu un hueso por cada pelo, ante eso el espíritu se puso a contarlos
hasta que el perro se acordó de su amo y se movió a propósito para que éste perdiera la
cuenta. Tras el enfado del espíritu, el animal aseguró que fue por las pulgas.

Este proceso se repitió hasta cien veces, entonces Kakasbal se dio cuenta de que el perro no
quería venderle su alma. Por lo que le respondió al perro, «me has engañado, pero me has
dado una lección, porque ahora sé que cuesta mucho más comprar el alma de una
animal que la de un ser humano».
Cuento: El murciélago

Una vez existió un hermoso murciélago. Era la criatura más bella de la creación, ya que en su afán
por parecerse al resto de las aves, subió al cielo y solicitó al creador poseer plumas. Éste le contestó
que podía solicitar a otras aves sus mejores plumas. Y así lo hizo.

Tras un tiempo de recolección, el murciélago lucía, ufano, su nuevo y espectacular aspecto.


Revoloteaba por toda la tierra recreándose en su imagen. Incluso, en una ocasión, con el eco de su
vuelo provocó un maravilloso arcoiris.
Todos los animales lo observaban fascinados por su deslumbrante imagen. No obstante, los halagos
comenzaron a hacer mella en él. La soberbia se apoderó de su raciocinio. Miraba con desprecio al
resto de las aves, a las que consideraba inferiores a él por su belleza.

Percibía que ningún otro animal estaba a su altura. Consideraba que no existía otra cualidad más
importante que no fuera el aspecto físico. El resto de aves se sentían humilladas ante el vuelo del
murciélago. Su continuo pavoneo se hizo insoportable para todo el reino animal, y sus ofensas
llegaron a oídos del creador. Éste decidió intervenir.

Tras observar la actitud del bello murciélago, lo hizo llamar y subir al cielo. Ante la presencia del
creador, comenzó a aletear con una alegría desbordada. Aleteó una y otra vez, desprendiéndose,
inconscientemente, de todas sus bellas plumas.

De pronto, se descubrió desnudo, como al principio de los tiempos. Avergonzado, descendió a la


tierra, refugiándose en las cuevas y negándose la visión. Durante días, llovieron plumas de colores
que éste no quiso observar, procurando olvidar lo hermoso que un día fue. Desde entonces, el
murciélago vivió recluido en la oscuridad, lamentando su egoísta actitud.
El o conejo y la gallina

Una vez fue el tío Conejo a pedir dinero a la cucaracha, a cuenta, del maíz que el iba a cosechar. La
cucaracha le dio el dinero y quedaron en que la entrega del maíz iba a ser cierto día. Así quedaron.
Pero el dinero no le duró ni un día al tío Conejo.

Entonces fue a ver a la gallina y le pidió dinero a cuenta del maíz. La gallina se lo dio y Conejo le dijo
que fuera a recogerlo cierto día, el mismo que le había dicho a la cucaracha. Otra vez se le acabó el
dinero al tío Conejo. Entonces fue a ver al coyote y pasó lo mismo. Se le acabó de vuelta el dinero y
fue a ver al cazador. El cazador le dio el dinero y quedó de ir por el maíz el mismo día en que irían
los animales.

Llegó el tiempo de la cosecha y el día fijado se presentó la cucaracha y le dijo al tío Conejo: "Ya
vengo por el maíz que tratamos"

El tío Conejo le contestó:

"Si, pero espérame tantito, porque acaba de nacerle unos conejos a mi mujer. Escóndete allí, no te
vaya a comer"

La cucaracha se escondió debajo de una basurita, cuando en eso llegó la gallina por su maíz.

"Pues si" le contestó Conejo, "pero espérame tantito, mientras, ¿no quieres comer algo? Mira, levanta
esa basurita..."

La gallina levantó la basurita y se comió a la cucaracha, entonces Conejo le dijo a la gallina que se
metiera debajo de una canasta, porque iba a llegar el coyote.

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de un conejo, cuento que habla de el tio conejo y su maíz, cuentos divertidos y para niños En eso
llegó el coyote.

"Vengo por la cuenta del maíz" le dijo,

"Pues si, pero espérame un momento... mientras, te voy a dar de comer, mira, levanta esa canasta a
ver qué encuentras" ¡Y en ese momento la gallina saltó! Entonces el coyote se la comió.

Luego el tío Conejo le dijo al coyote que se escondiera entre unas matas porque iba a venir el
cazador. Al ratito llegó el cazador con su rifle y su perro diciendo:

"Vengo por el maíz que tratamos" le dijo.

Y Conejo le contestó:

"Si, ya te lo voy a dar pero espérame tantito. Mientras, dispara a esas matas.

Y que le enseña el lugar donde estaba el malvado coyote, y lo mata el cazador. Entonces Conejo le
dijo: "Vamos por el maíz. Está lejos, en el cerro"

Cuentos infantiles, cuentos divertidos, cuentos para niños, cuento de El maíz del tío conejo, cuento
de un conejo, cuento que habla de el tio conejo y su maíz, cuentos divertidos y para niños Y se
fueron caminando hasta un barranco tan hondo, que si una persona se caía, no podía salir. Allí
estaba atravesado un palito podrido. Conejo se paró sobre el palo y no le pasó nada al puente.
Entonces el cazador puso un pie sobre el palo y solo se oía tronar de lo podrido.

"¡No!, yo no paso por aquí porque está podrido" dijo el cazador.

"¡No, hombre!" dijo Conejo, "no pasa nada, ¿No ves que así suena este palo de por si?"

Y cruzó el puente varias veces el tío Conejo, muy contento, brincando y animando al cazador.

"Mira cómo paso yo" le decía.

Entonces el cazador se subió, y a la mitad del puente, se trozó el palo podrido, ¡Y hasta abajo fue a
dar el cazador!

Ahí termina el cuento y también termina la cuenta del maíz del tío Conejo.

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