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Adriana Morales
Licenciada en Letras
Los textos narrativos son relatos de hechos reales o ficticios, que ocurren en un
tiempo y espacio específicos. Los cuentos, novelas, crónicas o biografías son
algunos ejemplos de los diferentes tipos de texto narrativo que hay, como los que
a continuación te presentamos.
Esa misma noche nació un bosque en la habitación de Max y creció y creció hasta
que había lianas colgando del techo y las paredes se convirtieron en el mundo
entero y apareció un océano con un barco particular para él y Max se marchó
navegando a través del día y de la noche entrando y saliendo por las semanas
saltándose casi un año hasta llegar a donde viven los monstruos.
“La señorita Cora”, Todos los fuegos el fuego, 1966. Julio Cortázar
5. Macario (cuento)
Los sapos son negros. También los ojos de mi madrina son negros. Las ranas son
buenas para hacer de comer con ellas. Los sapos no se comen; pero yo me los he
comido también, aunque no se coman, y saben igual que las ranas. Felipa es la
que dice que es malo comer sapos. Felipa tiene los ojos verdes como los ojos de los
gatos. Ella es la que me da de comer en la cocina cada vez que me toca comer.
Ella no quiere que yo perjudique a las ranas. Pero a todo esto, es mi madrina la
que me manda a hacer las cosas... Yo quiero más a Felipa que a mi madrina.
6. La caimana (cuento)
Faoro decidió tener a Negro junto a él cuando trabajaba. Y, como suele suceder
en las ciudades pequeñas, la voz de que el joven joyero había adoptado un caimán
y lo tenía en la joyería fue pasando como el viento, de casa en casa. Cada día iban
más y más personas, incluso de otras ciudades y pueblos cercanos. Traían relojes
descompuestos, pulseras para grabar el nombre, anillos para hacerlos más
pequeños, collares rotos… Eran tantos, que tenían que hacer cola en la calle
mientras esperaban su turno. Todos querían ver y tocar al pequeño caimán.
—Voy a ver a mi abuela y a llevarle esta torta con un tarrito de manteca que le
envía mi madre. —¿Vive muy lejos? —Preguntole el lobo.
—Sí, —contestole Caperucita roja— a la otra parte del molino que veis ahí; en la
primera casa de la aldea. —Pues entonces, añadió el lobo, yo también quiero
visitarla. Iré a su casa por este camino y tú por aquel, a ver cual de los dos llega
antes.
8. Bruja (cuento)
Deja caer las agujas sobre el regazo. La mecedora se mueve imperceptiblemente.
9. El túnel (novela)
Como decía, me llamo Juan Pablo Castel. Podrán preguntarse qué me mueve a
escribir la historia de mi crimen (no sé si ya dije que voy a relatar mi crimen) y,
sobre todo, a buscar un editor. Conozco bastante bien el alma humana para
prever que pensarán en la vanidad. Piensen lo que quieran: me importa un bledo;
hace rato que que me importan un bledo la opinión y la justicia de los hombres.
Supongan, pues, que publico esta historia por vanidad. Al final de cuentas estoy
hecho de carne, huesos, pelo y uñas como cualquier otro hombre y me parecería
muy injusto que exigiesen de mí, precisamente de mí, cualidades especiales; uno
se cree a veces superhombre, hasta que advierte que también es mezquino, sucio y
pérfido.
–¿Eh?
–¡Píntame un cordero!”
—Gregor —se oyó; era su madre—, son las siete menos cuarto. ¿No ibas a irte?
¡Esa voz tan suave!… Gregor se asustó al oír la suya que contestaba, que
indudablemente era la misma de antes, pero en la que se mezclaba, como desde
abajo, un irreprimible y doloroso silbar, que solo al principio dejaba oír
claramente las palabras, para destrozarlas después de tal forma que no se sabía
si se había oído bien. Gregor hubiera querido contestar por extenso y explicarlo
todo, pero en tales circunstancias se limitó a decir:
La señora Bucket se quedó muda, mirándole, y los cuatro abuelos, que estaban
sentados en la cama balanceando sendos cuencos de sopa sobre sus rodillas,
dejaron caer de golpe sus cucharas y se quedaron inmóviles contra las
almohadas. Durante diez segundos aproximadamente reinó un absoluto silencio
en la habitación. Nadie se atrevía a moverse o a hablar. Fue un momento
mágico.
Charlie y la fábrica de chocolate, 1964. Roald Dahl
Nantu, un joven indígena, salió una noche a cazar. Su esposa le había advertido
que por favor no molestara al sapo Kuartam, pero prestó poca atención a la
advertencia.
Estando en medio de la selva y sin haber cazado nada, Nantu tuvo la idea de
llamar al sapo Kuartam para comprobar su existencia y temeridad. Lo llamó y se
burló de él varias veces, hasta que el sapo Kuartam apareció en forma de tigre y
se lo comió de un bocado feroz.
Al día siguiente, cuando la esposa de Nantu notó que él no había vuelto, y salió
rápido a buscarlo en la selva siguiendo sus huellas. De repente, estas
desaparecieron y no supo qué dirección tomar. Pero, en el silencio escuchó un
resoplido que venía de las alturas. Cuando la joven subió la mirada vio un sapo
gigantesco y panza arriba.
Fue entonces cuando pensó que esa era Kuartam y que seguro se había comido a
Nantu. La joven, valiente, tomó su hacha y tumbó la rama donde dormía el sapo.
La caída fue tal, que Nantu salió disparado de la boca del sapo y se salvó, y
Kuartam volvió a su diminuto tamaño.
Leyenda ecuatoriana.
Pangu utilizó el ying, para crear la tierra, y el yang para crear el cielo, y estuvo
durante otros 18.000 años en medio como un pilar, para poder mantenerlos
separados. Fue así como la tierra se tornó más gruesa y el cielo más grande.
Cuando Pangu murió, su respiración se formó en viento, su voz en trueno, sus
ojos en la luna y el sol, su sangre en agua, sus extremidades en montañas, sus
venas en tierras fértiles, sus pelos en bosques y los vellos de su rostro en las
estrellas y la vía láctea, su médula en jades y perlas, su sudor en lluvia, y sus
huesos en minerales.
Mito chino.
A las 15 de la tarde, pudimos nadar en una de las fuentes de agua dulce. El agua
era fresca y transparente. Nuestro grupo de excursionistas fue muy agradable y
compartimos buenos momentos.
Para finalizar, ya cerca de las 18 horas, retomamos el camino de regreso a la
recepción del Parque, donde nos esperaban para cenar. Luego, tomamos el
camino de regreso a casa.
La estructura, llamada Huei Tzompantli, fue descubierta por primera vez hace
cinco años por arqueólogos del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del
Instituto Nacional de Antropología e Historia del Gobierno de México (INAH).
Ahora, los arqueólogos dijeron que han encontrado 119 cráneos humanos
adicionales en el lado este de la torre, según un comunicado del INAH. Se cree que
es una de las siete colecciones de cráneos que se encontraban en la capital azteca,
Tenochtitlán.
El sitio también indica que la construcción de las torres fue parte de las
«prácticas culturales y de identidad» de los aztecas, según el comunicado del
INAH.
«Aunque no podemos decir cuántos de estos individuos eran guerreros, tal vez
algunos fueron cautivos destinados a ceremonias de sacrificio», dijo a Reuters el
arqueólogo Raúl Barrera. «Sabemos que todos se hicieron sagrados. Convertidos
en regalos para los dioses o incluso en personificaciones de las deidades mismas».
Steve Jobs, 2011. Walter Isaacson. (El Apple I. Enciende, arranca, desconecta…)
¿Podrías decirme por qué la gente oculta con tanto temor sus verdaderos
sentimientos? ¿Cómo es posible que en compañía de los demás yo sea totalmente
diferente a lo que debería ser? ¿Por qué desconfían unos de otros? Debe de haber
una razón, no lo dudo, pero cuando noto que nadie, ni siquiera los míos,
responden a mi deseo de confianza, me siento desdichada.