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Segunda prueba de evaluación continua Geografía General II (Humana)

UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN A DISTANCIA

GEOGRAFÍA GENERAL II (HUMANA)

SEGUNDA PRUEBA DE EVALUACIÓN CONTINUA

Profesores:
Mª José Aguilera Arilla.
Mª Pilar Borderías Uribeondo.
Mª Eugenia Prieto Flores.
José Miguel Santos Preciado.

Profesores tutores:
Fernando Santa Cecilia Mateos.
Antonio Fernández Fernández.

CURSO 2014/2015

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Segunda prueba de evaluación continua Geografía General II (Humana)

PRIMERA PARTE: Interpretación y comentario de mapas temáticos de Geografía industrial

Observe los mapas de las figuras 1 y 2, que muestran respectivamente la localización en España de distintas industrias a
mediados del siglo XIX y después de 1975, junto con imágenes del paisaje industrial de cada momento, y responda a las
preguntas que siguen tras las figuras.

Figura 1: Localización de la industria y la minería en el siglo XIX. Detalle de


un paisaje industrial tradicional.

Figura 2: Mapa de áreas industriales después de la crisis de 1975-85. Detalle de


un polígono industrial (a la izquierda) y de la reconversión del espacio industrial
de la figura 1 (a la derecha).

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Preguntas:

1.a. ¿Qué tipo de industrias predominaban en el siglo XIX? ¿Cómo eran los paisajes industriales que se producían?
Razone su respuesta y relaciónela con la figura 1.

El siglo XIX arranca en plena Primera Revolución Industrial. Una serie de circunstancias económicas y sociales, que
comenzarían a producirse ya en el siglo XVII y continúan durante el XVIII, propiciaron el desarrollo industrial que culminó
con la invención de la máquina de vapor por James Watt y que supuso, con su introducción en la industria, el espaldarazo
definitivo para que surgiera uno de los hitos de mayor importancia de la Historia humana.

Ya a mediados del siglo XIX, con la posterior introducción en el proceso productivo de electricidad, el petróleo y el gas
natural, las mejoras en los métodos de trabajo, como el montaje en cadena y la automatización, o la obtención de nuevos
productos derivados, como el asfalto, la gasolina o el butano, durante la segunda mitad del siglo XIX, dio lugar a la
denominada Segunda Revolución Industrial, que supuso un nuevo y definitivo impulso para el desarrollo industrial en los
países desarrollados.

Por tanto, hemos de diferenciar las industrias predominantes en ambas fases, Primera y Segunda Revolución Industrial.

La utilización de la máquina de vapor durante la Primera Revolución Industrial, condicionó la localización de la industria
cerca de los yacimientos de hulla que le servían como combustible, y la extracción de este mineral se convirtió en una de las
actividades clave de esta nueva etapa industrial, ya que, además de como combustible, era esencial para la obtención de acero
y la fundición de hierro en los Altos Hornos.

Las mejoras técnicas introducidas en la industria textil, como el empleo de energía hidráulica, la sustitución del telar movido
manualmente por el torno de hilar y la tejedora, que situaron a esta industria a la cabeza, junto a la metalúrgica, de la
innovación técnica, unido al nacimiento del ferrocarril y el barco de vapor como medios de transporte de bienes y mercancías
a través de nuevas carreteras y canales, supusieron el despegue del proceso industrial moderno modificando las condiciones
de vida de nuestra sociedad.

Las innovaciones tecnológicas, científicas, sociales y económicas provocadas por el nuevo sistema económico, dieron lugar
al surgimiento de nuevas técnicas productivas y al surgimiento de una nueva clase de industrias en torno a 1860 y 1890,
durante la llamada Segunda Revolución Industrial. Surgieron industrias químicas, eléctricas o automovilísticas, alimentadas
por gas o petróleo, los medios de transporte, tanto terrestres como marítimos, mejoraron espectacularmente y los avances
científicos, tanto médicos como tecnológicos , supusieron otro empuje decisivo para el conjunto de la sociedad.

En España, este proceso de industrialización llegó algo más tarde y se desarrolló con mayor lentitud en comparación con
otros países como Reino Unido, Francia o EE.UU. El liberalismo, tanto a nivel político como económico, que se iba
instalando gracias a democracias liberales o monarquías constitucionales en los países occidentales desarrollados, en España
se restauraba la monarquía absoluta con un despotismo ilustrado anacrónico. Tampoco se produjo, como en otros países, una
revolución agrícola que produjera excedentes que necesitaran ser comercializados al sobrepasar la producción meramente de
autoconsumo ni se produjo un crecimiento demográfico que hicieran necesaria la mejora de la técnica de producción agraria.
Además, la pérdida de las colonias españolas en América y la Guerra de la Independencia contra Francia, hicieron que
España, arruinada económicamente, no pudiera inyectar el capital necesario para poner en marchas las reformas e inversiones
necesarias para que se produjera los cambios necesarios.

El mapa de la figura 1 muestra la localización de la minería y la industria en España en el siglo XIX, es decir, la extracción de
recursos naturales del subsuelo y la transformación de las materias primas en bienes o productos finales que, posteriormente,
serán comercializados.

Nos encontramos con únicamente tres focos industriales, dos de industria siderometalúrgica, en la Cornisa Cantábrica
(Asturias, Cantabria y País Vasco) y el Sur de la Península (Cádiz y Málaga), y uno de industria textil en la zona costera de
Cataluña, en la periferia de Barcelona. Un tejido industrial propio de la Primera Revolución Industrial. Una red de
ferrocarriles básica comunica estos puntos con distintos yacimientos de metales (plomo, cobre, mercurio, cinc y hierro) y con
el centro financiero situado en Madrid y varios puertos en la costa española y portuguesa, dejando sin cobertura grandes áreas
de Extremadura, Castilla La Mancha, Galicia o Aragón, zonas donde no existían materias primas importantes para ser
explotadas y, por tanto, transportadas.

En el norte peninsular tenemos una situación muy favorable para el establecimiento de industria siderometalúrgica. Por un
lado, existen materias primas; en segundo lugar, carbón para generar energía; y en tercer lugar, puertos marítimos y rías
cercanas para transportar tanto los productos finales o intermedios elaborados por los establecimientos industriales, como la
misma materia prima y carbón a otros establecimientos industriales. Las vías de ferrocarril servirán para ésto último, y así

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podemos ver como la industria catalana queda directamente conectada con el norte peninsular y el sur también, pasando por
el centro financiero en Madrid.

En Cataluña, por contra, dada la falta de yacimientos de carbón que proporcionen energía a su industria textil, tienen que
transportarlo desde los yacimientos del norte. Su privilegiada situación en la costa mediterránea, situadas en zonas rurales,
que garantizan bajos salarios, y muy próxima a la frontera con Francia, numerosas vías de comunicación con otras zonas
costeras como Valencia y al centro financiero en Madrid y con ciudades de relativo gran tamaño y zonas rurales que le
proporcionan abundante mano de obra, le otorgan, sin embargo, ventajas competitivas respecto a otras zonas de la Península
pero no las suficientes respecto a la producción extranjera, mucho más eficiente y con costes y precios finales mucho más
reducidos.

Por ello el Estado tuvo que imponer medidas proteccionistas que gravaban con fuertes aranceles la importación de productos
textiles extranjeros para compensar la poca competitividad de la producción nacional que hacía que el precio de los productos
finales no hubiera podido competir con los importados o, como la Ley de Relaciones Comerciales con las Antillas, de 1882,
que aseguró el mercado colonial hasta 1898. Se aplicaron otras medidas proteccionistas que gravaban, por ejemplo, el carbón
inglés, mucho más barato, que llegaba a los puertos vascos para equilibrar su precio al nacional. Estas medidas eran opuestas
a los principios del liberalismo económico (libre mercado o laissez faire), que propugnaba la no intervención estatal en el
comercio internacional y que eran las ideas imperantes en la Europa de la época.

En el sur peninsular nos encontramos con una situación parecida al norte: yacimientos de materias primas (principalmente
cobre y mercurio) y de carbón, aunque escasos, para alimentar la industria siderometalúrgica y la cercanía de puertos
marítimos y el río Guadalquivir para el transporte. Así, vemos como los principales establecimientos industriales se sitúan en
la costa de Málaga y Marbella, algo alejados de los yacimientos, pero en la misma costa, ya que es más eficiente transportar
la materia prima y carbón hasta la costa, por carretera o tren, que los productos finales o intermedios de los yacimientos hasta
la costa. De hecho, es en Andalucía donde se instala el primer alto horno de España, La Constancia en Málaga, pero la
escasez de carbón y minerales acabará con ellos.

Numerosas vías de ferrocarril conectan esta zona también con el centro financiero en Madrid y con otros puertos marítimos,
como Valencia o Lisboa.

1.b. ¿Cuáles fueron las principales áreas industriales en España hasta 1975? Explique los factores que condicionaron la
localización de la industria durante la primera Revolución Industrial y su relación en el mapa de la figura 1.

Como hemos visto, España, por diferentes causas económicas, políticas y sociales, ha mostrado un retraso respecto a gran
parte de los países desarrollados en lo tratante al proceso de industrialización. Las áreas industriales en España se
mantuvieron y el País Vasco y Cataluña se convirtieron en los motores económicos de España, tanto como abastecedores de
materias primas y de energía, como de productos manufacturados. Se formaron dos ejes, según el proceso de
industrialización en estas dos zonas se expandía: uno se extendía desde Cataluña hasta el Levante, por la costa mediterránea;
y otro desde el País Vasco por la costa cantábrica. Ambos ejes se acabarían comunicando con la aparición de otro menor que
discurre por el valle del Ebro atravesando Zaragoza.

A finales del siglo XIX, con una importante escasez de capital nacional, se facilita la entrada de capital extranjero (como la
Ley de Bases Mineras de 1868) convirtiéndose España en abastecedora de materias primas como cobre, cinc y plomo. Vemos
en el mapa como hay, al menos, dos compañías industriales extranjeras (que se pueda deducir por el idioma en el que figura
su nombre) operando en la Península, la Compagnie Royale Asturienne, en Asturias, y la Societé Minière et Metallurgique de
Pelarroya, en las inmediaciones de Ríotinto. Pero no fueron las únicas empresas de capital extranjero en la Península.

Tras la Guerra Civil (1936-1939), comienza un periodo de autarquía y nacionalismo que dura casi veinte años y que no aporta
novedades importantes salvo el inicio de la industrialización de Madrid que, a finales de los años 50, el crece de tal manera
(gracias, en parte, a la planificación estatal por medio del recién creado Instituto Nacional de Industria, INI) que la ciudad
experimenta un impulso que la sitúa en el panorama económico nacional en una posición preeminente. El sector eléctrico
pasa en los años 60 a ser el motor esencial de la industrialización, añadiéndose las cuencas hidrográficas al paisaje industrial
nacional.

Entre 1957 y 1975, se crean los Planes de Estabilización que pretendían acabar con el deterioro que la industria ha estado
sufriendo respecto al resto de países desarrollados permitiendo la entrada de capital extranjero y liberalizando las
importaciones para modernizar las estructuras fabriles e impulsar la creación de empresas en el territorio español, que aunque
no consiguieron sus objetivos, al menos sí consiguieron que algunas ciudades como Zaragoza, Vigo, Burgos, Vitoria,
Pamplona y Miranda de Ebro se convirtieran en núcleos industriales. Las principales industrias de este periodo serán tres: la
automoción, fabricación de maquinaria y la minería.

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Durante la Primera Revolución Industrial, la industria se localiza, dados los elevados costes de unos medios de transporte aun
poco desarrollado, más aun en España, en las proximidades de los yacimientos de materias primas y carboníferos. Si las
materias primas eran importadas, como el caso de la industria textil catalana, cercana a los puertos marítimos, pero en zonas
rurales para aprovechar la mano de obra barata, eran importantes condicionantes para su ubicación.

La industria en el norte de la Península nos encontramos ante un paisaje con la industria concentrada, sin demasiada distancia
entre los yacimientos de carbón y materias primas y las industrias de transformación y consumo de los mismos por la poca
eficiencia de los medios y vías de transporte. Aquí se crearon las tres grandes empresas siderúrgicas del País Vasco y,
probablemente, de todas España, como fueron Altos Hornos de Bilbao, La Vizcaya y La San Francisco en torno al año 1882.
La cercanía del mar y las rías, que permitían el transporte marítimo, es otro de los factores determinantes para la localización
de la industria en esta zona.

Como hemos visto en la anterior pregunta, la industria textil catalana, necesitada de la importación de materias primas y de
políticas proteccionistas, se sitúa en zonas rurales con mano de obra barata y con una red ferroviaria que la conecta por tierra
con los yacimientos de hulla de la Cornisa Cantábrica y barcos que facilitan su abastecimiento de algodón y lana

En el sur, la cercanía de los yacimientos de carbón en Puertollano y su comarca, y los de ciertos metales, el acceso al mar y al
río Guadalquivir y una red de ferrocarril que comunica la zona con el centro y levante español, fueron determinantes para la
instalación fabril en ciudades de relativo tamaño y con abundante de mano de obra rural como Málaga y Marbella.

1.c. ¿Cuáles fueron las repercusiones socioeconómicas de la actividad industrial en el siglo XIX?

Quizá la repercusión más importante que supuso este nuevo modelo económico que se impuso con la industrialización de los
países desarrollados fue la aparición de nuevos grupos sociales, proletariado y burguesía, y la crisis de otros grupos sociales
ya existentes, artesanos y campesinos.

El proletariado, término recuperado por el premarxismo y socialismo pero que ya existía en la Roma Imperial ( proletarii)
para designar a ciudadanos de sexta clase y durante la Revolución Francesa, designa al trabajador frente al capitalista, la clase
social que no tiene la propiedad de los medios de producción y que su única fuente de ingresos es la venta de su fuerza de
trabajo. Por otro lado tenemos a la clase antagonista, según la teoría marxista, la burguesía, término que tampoco es nuevo y
se remonta a la Edad Media para designar a los habitantes de los burgos, que ni eran señores feudales ni eran siervos. Ahora
se les identifica con la clase que se ha enriquecido con el comercio y la industria y que compra la fuerza de trabajo del
proletariado

Fruto de la lucha de clases entre ambos grupos sociales, surgiría el movimiento sindical, la organización política de los
trabajadores para reclamar mejores condiciones laborales a sus empleadores. Surgido a mediados del siglo XIX en Inglaterra,
se extendería rápidamente por toda Europa.

En la otra cara de la moneda nos encontramos con campesinos, a los que la recién introducida maquinaria agrícola y la
introducción de nuevas técnicas los hace cada vez más prescindibles en el nuevo esquema económico y se ven en la
obligación de emigrar a los núcleos urbanos donde la nueva industria les ofrece un puesto de trabajo a cambio de un salario,
eso sí, exiguo. A los artesano les ocurre algo similar cuando les resulta imposible competir con los productos manufacturados
en las industrias, menos costosos, acabando muchos de ellos como simples obreros en las fábricas que les han quitado el
trabajo.

La mejora de los procesos productivos y de las técnicas empleadas en la agricultura, que ya hemos mencionado, provocaron
un revolución agrícola, con mejores cosechas que favorecieron el éxodo a las grandes ciudades de la población y que, junto a
los nuevos avances médicos que redujeron la mortalidad de manera significativa, provocarían, a su vez, una revolución
demográfica. Junto a la revolución producida en los medios de transporte, forman un todo inseparable que fue causa y
consecuencia de la Revolución Industrial, y donde uno no puede entenderse sin el otro.

Pero todo lo anterior no hubiera sido posible sin el capital necesario para financiar estos avances tecnológicos, un capital
obtenido del comercio colonial y la agricultura y que fue invertido en la industria.

En el mapa de la figura 1, vemos como las ciudades con mayor densidad poblacional se concentran, principalmente,
alrededor de los yacimientos y establecimientos industriales. Santander o Bilbao, aportando mano de obra a los
establecimientos industriales del norte, y León y Gijón a los yacimientos de carbón; Barcelona a la industria textil catalana; o
Cádiz, Sevilla, Málaga, Cádiz a la industria siderometalúrgica andaluza, Linares, La Carolina, Jaén o Almadén a los
yacimientos de materias primas y carbón. Esta población procede, además de los propios núcleos urbanos, del éxodo rural
hacia la ciudad en busca de trabajo en la incipiente industria, aunque en España no alcanzara las cotas que en otros países en
proceso de industrialización al no darse una revolución agrícola tan acusada, como hemos visto.

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1.d. Entre 1975-1985 se produjo una importante crisis de la industria, que llevó a una importante reestructuración
industrial. ¿Cuáles fueron las causas y las consecuencias de esta crisis? ¿Qué modificaciones se produjeron en el paisaje
industrial? Precise en su comentario el caso español, que refleja la figura 2.

El 28 de agosto de 1973 comenzó lo que se ha venido llamando como la crisis del petróleo de 1973 (o primera crisis del
petróleo). La Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) decidió parar las exportaciones de petróleo a los países
que había apoyado a Israel en la guerra del Yom Kippur contra Egipto y Siria, es decir, a EE.UU. y sus aliados europeos. La
escasez de petróleo en estos países, fuertemente industrializados y, por tanto, totalmente dependientes de un continuo
abastecimiento de crudo, llevó a un gran aumento de su precio (éste llegó a cuadruplicarse) y a un efecto inflacionista que
redujo la actividad económica de estos países afectados, repercutiendo sus efectos gravemente sobre la población, como el
aumento del desempleo por la necesidad de reducir costes de las empresas, racionamiento de gasolina por medio de cupones
o la reducción del tamaño, peso y consumo de los vehículos de uso particular.

Esta crisis supuso el fin del proceso acelerado, continuo y prolongado del crecimiento industrial y económico y la puesta en
tela de juicio de este modelo económico. Las tasas de desempleo se habían multiplicado, el crecimiento del Producto Interior
Bruto (PIB) de muchos países fue negativo, la inflación aumentó y las tasas de crecimiento disminuyeron preocupantemente.
Es España las consecuencias fueron aun más severas. Era necesario buscar soluciones, un tratamiento de choque a corto
plazo, y reorganizar el modelo industrial que supusieron el inicio de la Tercera Revolución Industrial.

Implicó la introducción de una serie de elementos nuevos en el proceso productivo: una automatización flexible, con un
reparto productivo de la gran empresa con la pequeña y mediana empresa reduciendo el tamaño de la primera y
subcontratando fases del trabajo a las segundas, o descentralización productiva (ver pregunta 1.f.); un profundo cambio
tecnológico, con el desarrollo de la electrónica, la energía nuclear, la cíbernética, y el uso de medios informáticos; una
disminución de la mano de obra directa, provocada por la automatización a gran escala; un aumento de los trabajadores
industriales indirectos al desarrollarse el sector terciario y cuaternario; una implantación de estrategias a nivel mundial para
lograr un efectivo control de los mercados que vendrá acompañado de la deslocalización industrial (ver pregunta 1.f.); un
progresivo uso de las TIC (tecnologías de la información y comunicación) que ha permitido la globalización empresarial.

Los tradicionales establecimientos monoplanta, donde se concentraban las diferentes funciones de fabricación, oficina y
almacenado, y que se localizaban donde el coste de los insumos era bajo (yacimientos de materias primas, mano de obra,
etc.), se deslocalizan y son sustituidas por establecimientos multiplanta, muy separados entre sí, dada la facilidad de
comunicación entre ellos y pudiendo aprovechar, cada uno de ellos, las ventajas de situarse en una zona u otra.

Se busca, ahora también, una mano de obra especializada dada la división del trabajo que se aplica en la industria, los grandes
capitales dejan de estar en manos de personas individuales, la tecnología que se incorpora al proceso productivo incrementa
la productividad, aparecen las grandes empresas industriales y el Estado participa cada vez más en la planificación económica
creando empresas públicas que amortiguan los efectos negativos del modelo capitalista puro.

En España la crisis supuso, en un inicio, el cierre de empresas siderúrgicas en el País Vasco y de numerosos astilleros. Ya no
vemos en el mapa (figura 2) el tejido industrial y fabril que se podía observar en el norte peninsular en el mapa del siglo XIX
(figura 1) y toda la actividad industrial se concentra en el área de Bilbao. Los yacimientos carboníferos leones y asturianos se
encuentran en declive al haber sido sustituida la hulla por el petróleo como fuente principal de energía.

El sur peninsular, pionero en la industrialización del siglo XIX, ahora también se encuentra en declive y las industrias
subsisten ahora gracias a subvenciones y a políticas proteccionistas estatales, lo que se denomina área de industrialización
inducida. Por el contrario Cataluña, con el eje industrializado formado por el litoral mediterráneo y que comentamos en la
pregunta 1.b, continúa siendo uno de los motores industriales del país, y Madrid como centro financiero y con numerosos
parques industriales que se expanden hacia regiones y ciudades cercanas a la ciudad.

Entre 1957 y 1975, se crea los Planes de Estabilización, finalizando la autarquía imperante hasta el momento y que intentará
acabar con el deterioro que la industria ha estado sufriendo respecto al resto de países desarrollados permitiendo la entrada de
capital extranjero y liberalizando las importaciones para modernizar las estructuras fabriles e impulsar la creación de
empresas en el territorio español.

Estos planes reforzaron el papel de Madrid, Barcelona y Bilbao como centros productivo y fomentan el crecimiento industrial
en torno a Zaragoza, Oviedo, Vigo, La Coruña, Álava, Navarra, en el norte, y Sevilla, Huelva, Granada y Córdoba en
Andalucía, y se crean polígonos industriales de descongestión de Madrid en Toledo, Guadalajara y Miranda de Ebro. Son las
áreas representadas en el mapa como áreas de industrialización inducida.

1.e. A partir de los años 60 y 70, la importancia cuantitativa de las actividades industriales empezó a declinar, y se produjo
el retroceso de la importancia de la industria en la ocupación total. A partir de la tabla adjunta, que muestra el porcentaje

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del empleo en cada sector de la actividad económica, explique el cambio producido en el peso relativo de las diversas
actividades económicas y la relación entre las actividades terciarias y la industria.

% Sector integrado (Industria (A) + Servicios % Servicios destinados


a la producción (B)) al consumo % Construcción % Agricultura y
pesca
(A) (B)
1995 18,3 30,5 34,1 9,1 8,1
2007 14,5 32,4 36,0 12,6 4,4
Diferencia -3,7 2,0 1,9 3,5 -3,7

En el presente cuadro nos encontramos con los porcentajes de empleo en cuatro sectores en el año 1995 y en el 2007. Por un
lado el sector integrado por industria más servicios a la producción; por otro, los servicios destinados al consumo; por otro, la
construcción; y, por último, la agricultura y pesca. Principalmente, llama la atención a simple vista los descensos del 3,7% en
el peso relativo económico que se produce en la industria, por un lado, y en la agricultura y pesca, por otro, y el aumento del
3,5% en la construcción.

En la columna del sector integrado se aprecia las consecuencias que ha tenido el proceso de reestructuración al que ha estado
sometida la industrial y que supone el cambio al modelo de especialización flexible, que tuvo lugar tras la crisis del petróleo
anteriormente vista, y la tendencia global en los países desarrollados a la deslocalización (ver siguiente pregunta) y
terciarización del sector industrial con una creciente integración entre la industria y los servicios a las empresas, entendidos
como servicios ligados a la industria que, en buena parte, se externalizan, y entendiendo terciariazación como la
transformación económica y social donde la población activa en el sector terciario (o de servicios) pasa a ser más numerosa
que el secundario (industria).

La interrelación industria-servicio ha dado lugar al desarrollo de nuevas actividades, como son, entre otras la dirección y
control, investigación y desarrollo, gestión de personal, tratamiento informático, asesoría fiscal, capacitación y selección de
personal, marketing y ventas, publicidad, servicios de posventa, mantenimiento, seguridad y vigilancia, etc. También nos
encontramos con servicios netamente integrados en la producción, como paso intermedio de su proceso productivo, como la
I+D (telecomunicaciones, informática).

Apreciamos una tendencia de crecimiento de los servicios destinados al consumo, que si bien no es tan acusada como en el
sector anterior, si es interesante de mencionar. La población de los países desarrollados, tras haber superado una etapa de alto
consumo, busca un mayor grado de bienestar y, entre los más demandados, ocupan lugares relevantes aquellos que satisfacen
necesidades culturales, de ocio o de placer.

La construcción muestra un aumento notable provocado, entre otros factores fuera del objeto de nuestro estudio, por el
constante crecimiento experimentado por los núcleos urbanos por la concentración progresiva de la población, tanto en
ciudades principales, con enormes desarrollos de los extrarradios, como las aledañas donde el precio del suelo es menor.

La disminución en el sector primario, agricultura y pesca, que podemos observar en la última columna no es sino una
confirmación de la tendencia que durante los dos último siglos se ha podido constatar del abandono de las tareas primarias y
la necesidad cada vez menos de población activa dedicada a ella por los avances tecnológicos y técnicos que se han venido
aplicando y que durante todo este trabajo hemos ido analizando.

1.f. La desindustrialización y la deslocalización son dos procesos representativos de las últimas décadas. Diferencie el
significado de ambos.

Según la Real Academia Española, la deslocalización consiste en «trasladar una producción industrial de una región a otra o
de un país a otro, normalmente buscando menores costes empresariales». Se puede producir por el traslado de plantas de
producción y/o servicios, parte de ellas o la subcontrata de trabajos que llevan a cabo grandes empresas y multinacionales a
otros países con menor industrialización que el país de origen de éstas o en desarrollo o a diferentes zonas de un mismo país,
siendo uno de los pilares del proceso de globalización. Los costes salariales son más bajos en estas zonas por la desigualdad
de derechos y condiciones de los trabajadores, son más permisivos con la contaminación e, incluso, llegan a ofrecer ventajas
fiscales y subvenciones como forma de atraer e incentivar la inversión exterior.

En el caso español nos encontramos como, empresas que en el pasado se instalaron en nuestro país buscando costes bajos,
ahora buscan nuevos destinos donde instalar sus instalaciones. Por otro lado, estamos asistiendo al hecho de que son las
propias empresas españolas las que también están haciendo lo mismo trasladando factorías a Marruecos, China,
Latinoamérica o países del Este de Europa.

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Podemos ver claros ejemplos en el traslado de parte de la producción de Airbus que llevó a cabo la empresa aeroespacial
europea EADS a Túnez, India «para aprovechar el número y la calidad de sus ingenieros», China «por razones de proximidad
al mercado» y México «para aprovisionar al mercado de EE.UU. (…) de acabar consiguiendo el contrato que le disputa
Boeing» en el año 2008 (El País, 10 de septiembre de 2008), o la que la empresa española Inditex realizó en 2012 trayendo
parte de su producción de Asia a España tras haberla deslocalizado de España a Asia en el pasado con objeto de «incrementar
el índice de proximidad y reducir costes de distribución» (El Economista Digital, 28 de agosto de 2012).

Atendiendo de nuevo al diccionario de la RAE, la desindustrialización, por otro lado, consiste en «provocar la pérdida de
industrias en un lugar», es decir, el caso contrario a industrialización. Se trata del cese de la actividad industrial, de la
eliminación total o parcial del tejido industrial de una región, y su abandono gradual y centrífugo, del centro de las ciudades,
donde se instaló en un primer momento y que sufre una “terciarización”, hacia la periferia. Crea nuevas zonas residenciales y
libera suelo urbano, generando un cambio funcional de éste y propiciando la especulación.

Pero, ¿son deslocalización y desindustrialización fenómenos independientes el uno del otro o, pr el contrario, ambos van de la
mano? Un proceso de desindustrialización no tiene por qué venir dado por la deslocalización de las empresas de una región,
puede deberse a otros factores distintos a que las empresas muevan sus factorías de lugar (por ejemplo, cuando la demanda de
un producto cesa y la industria que lo crea deja de ser necesaria), pero la deslocalización lleva aparejada, sin duda, una
desindustrialización, ya que deja de existir en un lugar para industrializar otro. También tienen consecuencias comunes,
siendo la más grave el desempleo que ocasiona el cierre de industria, aunque las deslocalizaciones lo generen, de nuevo, en la
región o país donde acaban instalándose las industrias.

1.g. Las transformaciones tecnológicas, productivas y organizativas de la actividad industrial produjeron el abandono de
algunos espacios industriales y la posterior reconstrucción de espacios degradados (observe el mapa de la figura 2). A su
vez, se propició la elaboración de planes para conservar el patrimonio industrial heredado (observe el mapa del
patrimonio industrial en el enlace http://patrimonioindustrial.es/?page_id=55). ¿Cuál es la incidencia socioeconómica de
ello?

La crisis del modelo fordista, la descentralización industrial y los avances en teleconunicaciones provocaron la ruptura con la
idea de industria-ciudad y empieza a evidenciarse que las ventajas comparativas que ofrecen los núcleos urbanos ya han
desaparecido (costes de mano de obra, alquileres, impuestos, etc.) y se comienza a llevar a cabo una reestructuración del
proceso productivo. Las elevadas densidades, contaminación, congestión infraestructural y deterioro de la morfología y de la
imagen urbana fueron factores para que las administraciones también vieran la necesidad de la reubicación industrial.

Los antiguos espacios industriales ubicados en los núcleos urbanos, donde, además, existían asentamientos de los individuos
relacionados con esas industrias, comienzan a ser abandonados, bien porque las empresas emprenden la reestructuración
anteriormente descrita, o bien porque directamente han desaparecido (como sucedió con la crisis del petróleo) y comienzan
mostrar un deterioro socio-económico y físico preocupante.

Estas zonas son, por tanto, liberadas de su antigua función y ahora son utilizadas tanto por la administración como por
promotores privados para construir nuevas zonas residenciales o áreas dedicadas al sector terciario con ciertas dotaciones de
servicios y zonas verdes que, dependiendo del valor del suelo, serán más o menos numerosas.

Existen también efectos negativos ligados a la especulación con un suelo que se revaloriza significativamente: quiebras
forzadas o falsas de industrias, que ocultan operaciones especulativas, o el fenómeno denominado de gentrificación, donde a
costa de la expulsión de determinados grupos sociales, ligados a las antiguas industrias y las barriadas vinculadas a éstas, con
habitantes ya de avanzada edad y pocos recursos económicos y/o educativo, eran expulsados a otras zonas al no ajustarse al
estatus buscado para la zona.

Para ilustrar lo anterior, en Madrid tenemos un ejemplo muy interesante en el distrito de Arganzuela. Anteriormente se
situaba aquí el barrio de Peñuelas, donde convivían barracas con un gran número de establecimientos industriales, muchos de
ellos del pasado siglo XIX, y terrenos agrícolas. Ya en el Plan General de 1963 se proponía un cambio de su uso al
residencial. Se reorganizó la glorieta de Carlos V (conocida popularmente como glorieta de Atocha) y se crearon nuevos
espacios verdes y residenciales con la cesión de terreno de RENFE y con la reconversión de de antiguos espacios industriales
en Méndez Álvaro y Legazpi (como la fábrica de Cervezas El Águila) y el área del antiguo gasómetro. Se construyó la
Estación Sur de Autobuses, un centro comercial y el Pasillo Verde Ferroviario entre el Manzanares y la M-30.

En los últimos años han surgido numerosas inicativas para la protección del patrimonio industrial, como el Plan Nacional del
Patrimonio Industrial del año 2000, entendiendo patrimonio industrial, y siguiendo la definición de que él se da en el
preámbulo del citado plan como «el conjunto de elementos de explotación industrial, generado por las actividades
económicas de cada sociedad. Este patrimonio responde a un determinado proceso de producción, a un concreto sistema
tecnológico, caracterizado por la mecanización, dentro de una manifestación de relación social capitalista», equiparándolo a

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la protección de otros bienes de interés cultural y de la que carecía hasta el momento, lo que denota el interés que ha
suscitado su protección. Como dato interesante, diremos que el plan incluye 100 BIC industriales.

El patrimonio industrial, además de presentar un alto valor cultural como manifestación del desarrollo económico y social de
un territorio, ofrece grandes oportunidades como recurso turístico, actuando, por tanto, como dinamizador de la economía
local y generador de empleo de muchas zonas antes degradadas y con altos índices de paro.

SEGUNDA PARTE: Interpretación y comentario de las características de los planos urbanos

Las dos figuras adjuntas representan una fotografía aérea del área central de Barcelona y un plano de la ciudad de
comienzos del siglo XX. Con la información que contienen, contesten a las siguientes preguntas:

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a) ¿Cuál es el concepto de emplazamiento urbano? ¿Qué diferencias existen entre este concepto y el de situación de la
ciudad?. Explique los factores que a su juicio justifican el emplazamiento primitivo de la ciudad de Barcelona.

El emplazamiento urbano es el lugar topográfico que ocupa la ciudad, el lugar físico concreto, el sitio. La situación de la
ciudad es la posición que ocupa ésta en relación a su entorno territorial, la posición.

En el caso concreto de la ciudad de Barcelona, su situación sería la orilla inmediata al mar Mediterráneo, en una llanura
costera donde desarrollar actividades agrarias y donde se situaría fácilmente un puerto que favorecería la actividad pesquera y
comercial con otros puertos, y entre las cuencas de los ríos Besós y Llobregat que aportan agua dulce. La cercanía de la
cordillera litoral catalana y montes cercanos como el Montjuic facilitarían la defensa de la ciudad ante amenazas exteriores.

El viento de levante, procedente del Mediterráneo central, en las proximidades de las islas Baleares, al estar la ciudad situada
en el barlovento de la cordillera catalana, garantiza un buen régimen pluvial por el efecto Foehn.

Su emplazamiento se encuentra sobre un altozano costero que la protege de inundaciones y facilita su defensa . La línea de
costa en el momento de su fundación se encontraba mar adentro, dejando la ciudad sobre un cabo que se introducía en el mar
convirtiéndolo en un buen lugar para fondear las embarcaciones en ambas ensenadas éste.

En época romana se construye una calzada que conectaría con la Vía Augusta y que, a su vez, comunicaba Roma con Cádiz.
También se construirían acueductos para canalizar el agua de los ríos cercanos.

b) ¿Qué papel desempeña el plano urbano en el estudio del paisaje de una ciudad?. Defina la denominación y el tipo de
trama urbana correspondiente a las unidades morfológicas 1, 2 y 3 de la primera figura.

El plano urbano es el elemento más duradero de la morfología urbana y de su paisaje, entendiendo morfología como la forma
de las ciudades, influenciada por el emplazamiento y la situación (ver anterior pregunta). Tiene una utilidad doble, en dos
sentidos. Por un lado nos permite conocer la evolución del hecho urbano, muchas veces desde su mismo establecimiento, a
través de su historia, conocer por qué se eligió un determinado lugar para ubicar un asentamiento urbano, cómo ha ido
variando sus dimensiones a lo largo del tiempo y qué causas han este cambio de tamaño. Ésto, a su vez, puede ayudar a
detectar problemas y soluciones de futuras ampliaciones, trazar un camino para la planificación urbanística a futuro. La
estructura y la morfología de la ciudad es un reflejo de la sociedad en donde ésta se desarrolla.

La morfología 1 se corresponde con la tipología de plano desordenado o irregular. Su trazado viario es, como su
denominación indica, irregular, donde las diversas calles no se adaptan a ninguna directriz, ni existe ninguna calle o ruta
dominante que organice a las demás. No ha surgido por una planificación previa y las casas y calles se van construyendo sin
responder a un orden preestablecido, con calles de diferentes anchuras y edificios de alturas variadas.

El plano irregular suele ser representativo de las épocas más antiguas de la ciudad, cuando no existían los modernos
medios de transporte y no eran necesarias calles amplias para facilitar la circulación. El espacio solía aprovecharse
al máximo y no existía mucha regulación ni planificación de las construcciones, por lo que el plano resultante
terminaba ofreciendo una cierta sensación de caos.

La morfología 2 se corresponde con la misma tipología, la de plano desordenado o irregular anterior, con las mismas
características. En las siguientes preguntas analizaremos por qué este área de la ciudad de Barcelona tiene una trama similiar
a la del casco antiguo (morfología 1) sin ser parte de él.

Por último, la morfología 3 se corresponde, en cambio, a un plano rectangular, en cuadrícula o damero. Este tipo de tramas se
caracterizan por el cruce de calles perpendiculares, acomodándose fácilmente a las necesidades de parcelación y a la división
de la ciudad en zonas de superficie semejantes. Presentan inconvenientes, como la poca visibilidad para el tráfico en las
intersecciones (se corrige matando las esquinas de los cruces) o la elevada pendiente de las calles cuando la topografía es
accidentada (las calles, al ser rectas, no puede zigzaguear para suavizar las pendientes). También se analiazará a continuación
las causas de esta trama en Barcelona.

c) ¿Existe alguna relación entre cada una de estas unidades o tramas de la ciudad con el desarrollo histórico de la
misma?. Exponga, brevemente, las características que las diferencian, en este caso concreto, y realice la reconstrucción
del crecimiento de la ciudad desde su etapa primitiva hasta el momento final aquí representado.

Las tres unidades morfológicas se corresponden, como veremos a continuación, con el desarrollo urbanístico de Barcelona.

La unidad morfológica 1 se corresponde con el casco antiguo medieval de la ciudad, construido sobre antiguos asentamientos

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íberos, cartaginenses (según la tradición, ya que no hay vestigios que lo prueben), romanos (Colonia Augusta Faventia
Paterna Barcino) y visigodos, siendo prácticamente destruida por los ataques musulmanes y reconstruida en la Edad Media.
En su día contó con una muralla defensiva que sería derribada, como veremos en la morfología 3, y que marcaba el perímetro
de la ciudadela y que supuso un problema para la futura expansión urbana.

La unidad morfológica 3 corresponde al ensanche de 1860 según el Plan Cerdá, ideado por Ildefonso Cerdá. La muralla
medieval, que encorsetaba la ciudad asfixiándola e impidiendo la expansión urbana, fueron derribadas y, tras un concurso
donde se presentaron diversas propuestas para urbanizar los alrededores de la antigua ciudadela (Soler i Gloria, Daniel
Molina o el importante proyecto de Antoni Rovira), se aprobó el Plan Cerdá. Comprendía la construcción de una cuadrícula
con calles de 20, 30 y 60 metros de anchura con construcción solo en dos de los cuatro lados, con manzanas de 113,3 metros
y una altura máxima de 16 metros. Esta regularidad solo era rota por la construcción de dos avenidas diagonales (la propia
avenida Diagonal y la avenida Meridiana).

La morfología 2 corresponde, en la imagen, a parte del distrito de Gràcia de Barcelona, antigua Villa de Gracia, población
independiente de Barcelona durante el siglo XIX y situada en el camino que unía la ciudad con Sant Cugat pero que fue
agregada a la ciudad en 1897, tratándose en inicio de una conurbación entre ambos núcleos, que mantendrían seguramente su
individualismo, pero que acabaría convirtiéndose en una aglomeración, donde la influencia de la ciudad prevalecería sobre el
núcleo menor. Su aparente irregularidad viene dada su emplazamiento, transición de montaña a costa, con cierto desnivel, y
su trama respeta el trazado descrito por rieras y torrentes. Irregular, pero coherente.

Existen otras zonas de la periferia que varían entre las zonas residenciales de VPO (viviendas de protección oficial)
construidas durante el régimen franquista para las clases populares hasta zonas de vivienda privada con mayores y mejores
dotaciones de servicios y espacios verdes; zonas industriales, como la zona franca al sur de la ciudad, entre el puerto y la
ronda del litoral; la zona del aeropuerto de El Prat; grandes centros comerciales.

d) ¿Qué simbolizan y representan las unidades morfológicas 1 y 3 en la ciudad actual?

La unidad morfológica 1, como ya hemos dicho en las anteriores preguntas, se identifica con el casco antiguo, denominado
Ciutat Vella, idonde se desarrolla la actividad terciaria de la ciudad, teniendo una especial importancia el turismo. Su espacio
está ocupado con numerosos locales dedicados a la restauración y al comercio y se ha querido dar una identidad especial a
cada uno de sus representativos barrios: el Raval, antiguo barrio Chino, recientemente reformado, con el Mercat de la
Boqueria, el Gran Teatro del Liceo, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), el parque Güell diseñado por
Gaudí o las Reales Atarazanas; el barrio Gótico con la Catedral de Santa Eulalia, el Ayuntamiento o la Iglesia de Santa Anna;
El Born, con numerosas galerías de arte, el Museo Picasso.y restaurantes y locales de ocio nocturno; y la Barceloneta, a
orillas de la playa y dedicado a la restauración casi en exclusiva.

La unidad 3, la correspondiente con el ensanche de Cerdá, combina la actividad terciaria o de servicios con la puramente
residencial, aunque la terciarización y la especulación y altos precios del suelo de esta zona ha ido expulsando el uso
residencia hasta la periferia, principalmente a los barceloneses jóvenes. Contiene los CBD (Central Bussiness Districts) de la
ciudad, es decir, los distritos de negocios donde se localizan las sedes de las empresas y bancos más importantes, así como la
administración de la ciudad. Pero también juega un importante papel turístico, ya que aquí se localizan importantes
monumentos modernistas como la Sagrada Familia, la casa Batlló de Gaudí o la plaza de toros Monumental.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

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