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ASPECTOS GENERALES

DE LA CONTABILIDAD
GERENCIAL

Módulo 1 – Unidad 1

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UNIDAD 1: ASPECTOS GENERALES DE LA CONTABILIDAD GERENCIAL ........................................ 3

1.1. PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA CONTABILIDAD GERENCIAL ................................................... 3

1.2. ¿QUÉ SON LAS FINANZAS? ............................................................................................................ 9

1.3. PANORAMA DEL SISTEMA FINANCIERO INTERNACIONAL .................................................16

1.4. ÉTICA EMPRESARIAL EN LAS FINANZAS .................................................................................28

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Unidad 1: Aspectos generales de la contabilidad gerencial

1.1. Principios básicos de la Contabilidad Gerencial


La contabilidad gerencial, según Cano (2017), puede ser definida de la siguiente manera:

[…] como un sistema de información dirigido hacia el interior de la empresa con el


propósito de mejorar la planeación, la organización, la dirección y el control de las
unidades económicas.
Busca integrar las áreas de costos, costos de oportunidad, presupuestos, costeo
directo, relación CVU (Costo Variable Unitario), contabilidad por áreas de
responsabilidad, TIR, utilidad residual, entre otras.
En esta contabilidad, la planeación es retrospectiva y es importante porque trata de
corregir errores, pero la administración debe mirar hacia adelante, es decir, debe ser
prospectiva.
Es preciso mencionar que las empresas modernas se encuentran enmarcadas en el
proceso de globalización de las economías, razón por la cual deben ser más eficientes
en el manejo de los recursos si quieren lograr una posición competitiva que permita
fortalecer sus finanzas. Un aspecto clave es la administración de los costos; el énfasis
no debe recaer sobre la acumulación y el registro, sino en la gerencia de los mismos,
facilitando la planeación, el control y la toma de decisiones. (p. 21)
El análisis contable, según explican Wild, Subramanyam y Halsey (2007), consiste en:

[…] el proceso de evaluar en qué grado la contabilidad de una compañía refleja su


realidad económica. Esto se hace estudiando las transacciones y acontecimientos de
una compañía, reconociendo los efectos de sus políticas contables sobre los estados
financieros y ajustando los estados financieros para que reflejen mejor los aspectos
económicos elementales y sean más fidedignos. Los estados financieros son la fuente
de información principal para el análisis financiero. Esto significa que la calidad del
análisis financiero depende de la confiabilidad de los estados financieros, la cual a su
vez depende de la calidad del análisis contable. El análisis contable es particularmente
importante para el análisis comparativo. (Wild, Subramanyam y Halsey, 2007, p. 11).
A su vez, los autores Garrido e Iñiguez (2017) opinan al respecto que “con el análisis de
los estados contables se pretende, partiendo de los datos contenidos en los estados
contables y en otros de carácter complementario, llegar a un conocimiento profundo de la
empresa” (p. 15).

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En definitiva, Garrido e Iñiguez (2017) sostienen lo siguiente:

Con el análisis de los estados contables se pretende, partiendo de los datos contenidos
en los estados contables y en otros de carácter complementario, llegar a un
conocimiento profundo de la empresa; es decir, obtener una imagen fiel del
patrimonio, de la situación financiera y de los resultados de la empresa. Este
conocimiento profundo debe permitir la realización de pronósticos relativos al
comportamiento futuro de la empresa, así como confirmar o corregir evaluaciones
realizadas anteriormente. De esta forma, la conclusión que saquemos con el análisis
contable sobre la situación de la empresa ayudará a la toma de decisiones (conceder o
no un crédito, realizar o no una inversión, etc.). (p. 15)
Pérez (2005) indica que “el objetivo de análisis de estados contables consiste en
establecer el diagnóstico y las perspectivas sobre la situación financiera – a corto y largo
plazo- y económica de un ente, basado en la información brindada por dichos estados
contables” (p. 3). Según el autor, algunos usos del análisis de estados contables pueden
ser:

• Como herramienta de selección que se utilizan para poder elegir inversores


adecuados o para llevar a cabo el análisis de una fusión.
• Como herramienta de previsión que arrojan resultados financieros a futuro.
• Como diagnóstico y evaluación de áreas con problemas generales de gestión, de
producción u otro tipo.
• Como control de gestión empresarial: no solo para indicar si la actividad de la empresa
es muy buena, buena, regular o mala, sino también para entender qué causas
provocaron esa situación (Pérez, 2005).
Limitaciones de la información contable

Es importante destacar que la información contable es necesaria, pero por sí sola no es


completa. Debe tenerse en cuenta que:

• La contabilidad no resulta un ejercicio exacto, ya que está sujeta a convenciones (por


ejemplo, resoluciones técnicas o normas contables), legislaciones de cada región y país en

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donde se desempeña la actividad económica y el criterio profesional de quien prepara la
información (Pérez, 2005).

• El contexto es determinante: no solo el externo, sino también el interno. Hay


ciertas cuestiones que no están reflejadas en los estados contables. Por otro lado, la
capacidad y preparación de la Dirección, el compromiso del personal, la conflictividad
sindical, las modas y la situación económica general del país, entre otras, no están
incluidas en los estados contables en forma explícita (Pérez, 2005).

Fuentes de información contable

Según lo que afirman Garrido e Iñiguez (2017), “los datos de los que se vale el analista
son, fundamentalmente, los recogidos en los estados financieros y en el resto de
información voluntaria divulgada por la empresa […]” (p. 44).

Complementando con Pérez (2005), las fuentes de información contables pueden ser:

Estados contables: se debe trabajar con los estados históricos, también con los
proyectados, y no solamente con aquellos que se refieren al fin de ejercicio.
Diversos informes contables de uso interno: es necesario ahondar en otros informes
que no son de publicación, como los que muestran la naturaleza y clasificación de los
costos.
Contabilidad: a veces hay que recurrir al detalle de la información, más allá del
resumen que surge de los estados; por ej.: cuando sea indispensable conocer la
composición de los deudores.
Datos extracontables: si bien el analista es un experto en contabilidad y sobre esta
disciplina basará su análisis, no puede ignorar información útil que está en el resto del
sistema de información - y no el contable -. Por ejemplo: conocer el dato de las
unidades vendidas, brindara la información adecuada para saber si la variación se debió
a modificaciones en los precios o a las cantidades vendidas.
Información prospectiva: además de los estados proyectados […] deben considerarse
los presupuestos parciales como flujo de fondos proyectado, presupuesto de ventas y
otros.
Información del contexto: la empresa forma parte de un sistema abierto, y considerar
el entorno nos ampliará las explicaciones sobre las causas de una situación

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determinada y las implicancias que el mismo tendrá en el desarrollo económico-
financiero futuro. (pp. 6-7)

Usuarios de la información contable

Continuando con los aportes de Garrido e Iñiguez (2017), existen dos grupos de usuarios
que utilizan como herramienta para tomar decisiones al análisis de estados contables. Ellos
son:

Usuarios internos: aquellos que están vinculados directa y permanentemente con la


empresa que elabora la información, y pertenecen a la misma, ya sea porque realizan
la gestión, porque prestan sus servicios en ella o porque son accionistas de la misma.
• Así, la dirección de la empresa es la encargada de la gestión de la empresa y estará
interesada en saber la evolución de su negocio y cuál es la previsible situación futura
que permite tomar decisiones adecuadas.
• Los socios o accionistas querrán saber la marcha de las inversiones que han realizado
en la empresa, si se han generado o se generarán beneficios, y si podrán recuperar
los capitales invertidos.
• Tampoco nos podemos olvidar de los empleados, que necesitan conocer la
estabilidad y rentabilidad de la empresa con objeto de examinar si la supervivencia
de la empresa está garantizada, si hay margen para subidas salariales, etc.
Usuarios externos: usuarios que, sin pertenecer a la empresa, están vinculados
directamente a la empresa de manera permanente o esporádica, o simplemente tienen
una vinculación indirecta.
• Uno de los colectivos más importantes es el de los inversores, pues éstos disponen
de recursos económicos que desean asignar. El inversor asignará dichos recursos a las
inversiones que ofrezcan una mayor recompensa, por lo que necesita conocer las
perspectivas futuras de beneficios de la empresa para adoptar de manera racional sus
decisiones de inversión.
• Por otro lado tenemos a los prestamistas, que querrán saber si podrán recuperar el
capital prestado, así como los intereses correspondientes. Además, necesita conocer
si debe incluir cláusulas de seguridad, avales, bienes en garantía, etc.
• Desde una óptica externa, tampoco podemos olvidarnos de otros dos colectivos
interesados en la empresa: los proveedores y los clientes de la empresa. Ambos
colectivos podrían encontrarse en dificultades en el caso de una mala situación
financiera de la empresa. Los proveedores estarán interesados en conocer la
capacidad de la empresa para atender sus compromisos a corto plazo, mientras que
los clientes en conocer las expectativas de continuidad de la empresa, puesto que en
caso de un eventual cierre podría perder uno de sus principales suministradores de
bienes y servicios.
• Por último, debemos mencionar a las instituciones y administraciones públicas, como
la Seguridad Social, la Hacienda Pública, las asociaciones de consumidores, las oficinas

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de estadísticas, el gobierno, las asociaciones empresariales, los sindicatos, etc. Cada
uno tiene sus propias motivaciones en conocer la situación de la empresa, pudiendo
destacar el caso de las administraciones públicas, que requieren información sobre la
distribución de recursos, información para fijar políticas fiscales, información para
elaborar estadísticas, etc. (pp. 15-16)

Principios de la contabilidad

Según Palomares y Peset (2018), “la aplicación de las condiciones para el reconocimiento
de ingresos y gastos se fundamenta en los principios contables” (p. 100). Para que la
información contable generada sea de utilidad (es decir, se pueda utilizar y sea de
confianza), es necesario que la mayoría de las organizaciones (por no decir todas) utilicen
los mismos criterios. Estos deberán ser sobre el reconocimiento y valoración de los distintos
hechos económicos (Alcarria, 2016). El autor, al respecto, afirma que:

[…] la existencia de un conjunto básico y único de principios y criterios asegura la


homogeneidad en el tratamiento contable y por lo tanto la comparabilidad de la
información entre empresas.
Los principios contables recogidos en el PGC [Principios Generales de Contabilidad] son
los siguientes:
• Principio de empresa en funcionamiento.
• Principio de devengo o de lo devengado.
• Principio de uniformidad.
• Principio de prudencia.
• Principio de no compensación.
• Principio de Importancia relativa. (p. 306)

Alcarria (2016) menciona que “en caso de conflicto entre principios contables, deberá
prevalecer el que mejor conduzca a que las cuentas anuales expresen la imagen fiel del
patrimonio, situación financiera y de los resultados de la empresa” (p. 306).
Por su parte, Wild et al. (2007) afirman que:

[…] es necesario recordar que la contabilidad es un proceso que implica un criterio


guiado por principios fundamentales. Aun cuando los principios contables están
regidos por estándares, la complejidad de las transacciones de negocios y los
acontecimientos hace que resulte imposible adoptar una serie uniforme de reglas
contables para todas las compañías y todos los periodos. (p. 11)

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A continuación, se desarrollan brevemente los principios citados en base a los
planteamientos de Alcarria (2016):

Principio de empresa en funcionamiento


El principio de empresa en funcionamiento considera que, salvo prueba en contrario,
la gestión de la empresa debe suponerse indefinida. En consecuencia, el valor
registrado de un activo no pretende reflejar su valor a efectos de su enajenación. Se
supone que los bienes poseídos por la empresa son usados por la misma para su
actividad, sin que el objetivo sea su posible venta. De hecho, se está suponiendo que
los activos no pueden venderse sin afectar gravemente a la actividad de la empresa. En
los casos en que no resulte aplicable este principio, la empresa aplicará las normas de
valoración adecuadas para reflejar la imagen fiel de las operaciones tendentes a
realizar el activo, cancelar las deudas y, en su caso, repartir el patrimonio neto
resultante. Se informará en memoria de los aspectos significativos.
[…]
Principio de uniformidad
Este principio indica que, adoptado un criterio contable de entre un conjunto de
alternativas posibles, deberá mantenerse en el tiempo y aplicarse para todos los
elementos de las cuentas anuales de características similares.
Este criterio solo podrá ser modificado si cambian las circunstancias que justificaron la
adopción inicial. En este caso deberá informarse en la memoria de dicho cambio,
señalando la incidencia cualitativa y cuantitativa del cambio de criterio sobre las
cuentas anuales.
[…]
Principio de prudencia
El principio de prudencia señala de forma general que en condiciones de incertidumbre
las estimaciones y valoraciones a realizar deben ser conservadoras. Además, este
principio recoge expresamente:
• Se contabilizarán únicamente los beneficios obtenidos hasta la fecha de cierre del
ejercicio, sin perjuicio del tratamiento contable específico por el que deban regirse
algunos activos o pasivos. Esto supone que, en general, los activos deben valorarse por
su precio de adquisición.
• Por el contrario, deberán tenerse en cuenta todos los riesgos con origen en el ejercicio
o en otro anterior. Esto puede suponer el reconocimiento como gasto de pérdidas
potenciales futuras derivadas de las actividades de la empresa.
• Deberán tenerse en cuenta todas las depreciaciones y deterioros en el valor de los
activos.

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[…]
Principio de no compensación
Salvo que una norma lo disponga de forma expresa, no pueden compensarse partidas
de activo y pasivo del balance, ni de ingresos y gastos de la cuenta de pérdidas y
ganancias.
[…]
Principio de importancia relativa
Puede admitirse la no aplicación estricta de algún principio o criterio contable si la
importancia relativa, en términos cuantitativos y/o cualitativos, de la variación que tal
hecho produzca sea escasamente significativa, y en consecuencia no altere la imagen
fiel que deben mostrar las cuentas anuales. Podrán agruparse partidas o importes cuya
importancia no sea significativa junto con otros de similar naturaleza o función.
(Alcarria, 2016, pp. 307-310)

Por último, el Principio de devengo o de lo devengado:

[…] el reconocimiento contable de gastos e ingresos se basa, entre otros, en el principio


del devengo, el cual señala que la imputación de gastos e ingresos debe hacerse en
función de la corriente real (intercambio o prestación) de bienes y servicios que los
mismos representen y con independencia del momento en que se produzca la corriente
monetaria o financiera (cobro o pago) derivada de ellos. (Alcarria, 2016, p. 211)

1.2. ¿Qué son las finanzas?


Son varias las definiciones que podemos encontrar al respecto de las finanzas. En este
caso, nos guiaremos por lo indicado por Gitman y Zutter (2012):

[…] las finanzas se definen como el arte y la ciencia de administrar el dinero. A nivel
personal, las finanzas afectan las decisiones individuales de cuánto dinero gastar de los
ingresos, cuánto ahorrar y cómo invertir los ahorros. En el contexto de una empresa,
las finanzas implican el mismo tipo de decisiones: cómo incrementar el dinero de los
inversionistas, cómo invertir el dinero para obtener una utilidad, y de qué modo
conviene reinvertir las ganancias de la empresa o distribuirlas entre los inversionistas.
(p. 3)
Las finanzas se ocupan, en general, de la generación, asignación y gestión de recursos
monetarios para cualquier fin. Según los autores, podemos clasificarlas en:

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• Finanzas personales: comprenden a los ahorros, las inversiones o los préstamos de
dinero que las personas realizan (Gitman y Zutter, 2012).

• Finanzas corporativas: comprenden a los movimientos de capital que las


organizaciones o empresas realizan a través de, por ejemplo, bonos o
acciones (Gitman y Zutter, 2012).

• Finanzas públicas: comprenden a los ingresos que obtiene el Estado a través de


impuestos, préstamos y tasas (Gitman y Zutter, 2012).

La actividad financiera se encuentra facilitada por los mercados financieros en donde se


negocia el dinero y los distintos instrumentos financieros mediante intermediarios como
son, por ejemplo, bancos, bolsas y proveedores.

Gitman y Zutter (2012) explican que:

las finanzas son el arte y la ciencia de administrar el dinero. Afectan prácticamente


todos los aspectos de la empresa. La administración financiera tiene que ver con las
tareas del gerente financiero de la compañía. Los gerentes financieros administran los
asuntos financieros de todo tipo de negocios: públicos y privados, grandes y pequeños,
lucrativos y no lucrativos. Realizan diferentes tareas, como el desarrollo de un plan o
presupuesto financiero, el otorgamiento de crédito a los clientes, la evaluación de
gastos mayores propuestos y la obtención de fondos para las operaciones de la
compañía. (Gitman y Zutter, 2012, p. 22).
Tanto las instituciones financieras como los gobiernos tienen problemas financieros que
se pueden comparar con aquellos que tienen los individuos y las empresas. Por supuesto
que la sofisticación, complejidad y tamaño de los problemas no son iguales para un
individuo, una empresa y un gobierno.

Por su parte, las finanzas son una disciplina que busca medir la creación de valor y
comprende tres áreas fundamentales:

• Finanzas corporativas.
• Valuación de instrumentos financieros.

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• Mercados financieros (Gitman y Zutter, 2012).
Podemos entender a la definición de valor como la posibilidad y capacidad de generar
fondos; y los fondos son el dinero o los distintos activos de cancelación inmediata (Gitman
y Zutter, 2012).

Es importante diferenciar un activo financiero (conjunto de instrumentos financieros de


una cartera de inversiones) de un instrumento financiero (herramientas disponibles para
obtener financiamiento) (Gitman y Zutter, 2012). Por último, los mercados financieros son:

foros en los que proveedores y solicitantes de fondos realizan transacciones de manera


directa. Mientras que los préstamos de las instituciones se realizan sin el conocimiento
de los proveedores de fondos (los ahorradores), los proveedores de los mercados
financieros saben a quiénes se prestan sus fondos o dónde se invierten. Los dos
mercados financieros clave son el mercado de dinero y el mercado de capitales. Las
transacciones en instrumentos de deuda a corto plazo, o valores negociables, se llevan
a cabo en el mercado de dinero. Los valores a largo plazo (bonos y acciones) se negocian
en el mercado de capitales. (Gitman y Zutter, 2012, p. 31).

Diferencias entre contabilidad y finanzas

Al respecto de los principios contables, Ross, Westerfield y Jaffe (2009) afirman que:

[…] el principio del período contable (principios de contabilidad generalmente


aceptados) exige correspondencia entre los ingresos y los gastos. Por lo tanto, el
ingreso se reporta cuando se gana, o cuando se devenga, aun cuando no haya
necesariamente ocurrido algún flujo de efectivo (por ejemplo, cuando se venden
bienes a crédito, se reportan las ventas y las utilidades). (p. 24)
La contabilidad se rige por dos criterios: lo que está devengado y lo percibido. Las
finanzas, a diferencia de la contabilidad, se rige solamente por el criterio de lo percibido.
Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre una y otra? Lo devengado se registra cuando los
hechos se conocen (pueden ser reales o eventuales); lo percibido, a diferencia, solo se
registran cuando se efectivizan (Ross et al., 2009).

En la siguiente tabla estableceremos una comparación entre la contabilidad y las


finanzas:

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Contabilidad Finanzas

Métodos de registro Percibido y Devengado Percibido

Costos Costo Costo y Costo de Oportunidad

Momento Ex post Ex ante (presupuesto)

Valor tiempo del dinero No lo evalúa Si lo hace (es el fundamento)

Amortizaciones Tiene efecto (se registra) No tiene efecto (no se registra)

Tabla 1: Contabilidad y finanzas


Fuente: Elaboración propia con base en Ross, et al. (2009).

Fowler (2010) menciona que “[…] la contabilidad es una disciplina que persigue fines
diferenciados de los de la teoría económica, por lo que no tiene por qué adoptar un
concepto económico elaborado con propósitos distintos a los de preparar información
financiera” (p. 52).

Es decir, la contabilidad incluye a las distintas normas o procedimientos que se utilizan


para registrar las operaciones económicas y financieras que un ente lleva a cabo. Sin ella,
es posible afirmar que las finanzas no existirían. Asimismo, las finanzas lo que buscan es
apuntar a la administración del dinero porque son mediante ellas se pueden tomar las
distintas decisiones para poder administrarlo (Fowler, 2010). A continuación, expondremos
diferencias entre los términos contables y los financieros:

Imagen 1: Estructura de inversión y de capital


Fuente: Elaboración propia con base en Fowler (2010).

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Siguiendo lo planteado en la imagen 1, en el lado izquierdo nos encontramos con los
Activos. Si hablamos en términos financieros, sería la Estructura de Inversión (EI) porque
representa el Valor de la Empresa (VE). Aquí podremos encontrar a las inversiones que se
realizan (a corto y largo plazo).

En el lado derecho, nos encontramos con los Pasivos, lo que en contabilidad llamados a
las obligaciones que son no exigibles de forma inmediata y el Patrimonio Neto (PN), que son
los distintos aportes de capital. En el ámbito de las finanzas, se denomina Estructura de
Capital (EC) y son los que comprenden al valor de la empresa para los llamados Inversores
(VEI). En esta parte nos encontramos con las distintas fuentes de financiamiento (ya sean
de terceros o propias) (Fowler, 2010).

El préstamo de dinero se producirá si la compañía le ofrece garantías certeras a los


terceros que estén interesados en la actividad económica de la empresa. Por otro lado, los
socios considerarán la posibilidad de aportar dinero si la empresa les brinda, a cambio,
utilidades que resulten positivas porque las garantías confeccionan la estructura de
inversión. En este aspecto es importante recordar que la deuda está sujeta a un contrato y
al capital de los distintos acuerdos (Fowler, 2010).

Hay ciertos conceptos que debemos entender para poder llevar adelante una buena
actividad empresarial. Ellos son:

• Capital de trabajo: son los distintos fondos que se necesitan para poder mantener la
actividad de la empresa en un período de tiempo específico (desde la compra de la
materia prima hasta la obtención de los ingresos) (Fowler, 2010).
• Capital de trabajo neto: es una parte del activo circulante que no se financia con los
distintos pasivos circulantes y, además, se puede cubrir con deudas con capital propio
y a largo plazo (Fowler, 2010).

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Si hablamos en términos legales, las personas o entidades que nos presten dinero
tendrán derecho a recibir la devolución que invirtieron más los intereses. La regla general
es que quien aporte capitales tiene absoluto derecho a residuales (lo cual quiere decir que
podrá acceder a los remanentes una vez que se les haya pagado a los proveedores,
empleados y acreedores de la empresa). En cierta forma podemos afirmar que la empresa
es una sucesión de contratos (Fowler, 2010).

En lo que respecta a las corporaciones, podemos hablar de ciertos conflictos como son,
por ejemplo, el conflicto principal/agente o conflicto de agencia. Se conforma gracias a una
confrontación de intereses entre dos distintas partes: a los que le pertenece la empresa (los
dueños/accionistas) y los gerentes administradores (los agentes). El conflicto sucede
porque puede que tengan objetivos o ideas distintas sobre la forma de manejo de la
empresa (Ross et al., 2009).

¿Por qué surgen estos desencuentros entre actores tan importantes para el
funcionamiento de una empresa? La respuesta es simple, porque ambos manejan
información distinta que posee detalles diferenciados. Los administradores son los que
trabajan día a día y toman decisiones en la rutina, los dueños/accionistas son aquellos que
buscan pensar la actividad de la empresa de una forma más estratégica (Ross et al., 2009).

Este tipo de problemas no solo sucede en corporaciones, también podemos encontrar


pequeñas y medianas empresas o empresas familiares con conflictos de estas
características.

Otro tipo de problema que podemos encontrar en una corporación es el que generan las
deudas/pasivo y los propietarios (el capital/patrimonio neto). Los conflictos mencionados
traen consigo todo tipo de costos (directos o indirectos). La pérdida de oportunidades
puede ser un ejemplo de los costos indirectos (Fowler, 2010).

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Planeación financiera y crecimiento

“La planeación financiera a largo plazo es otro importante uso de los estados financieros”
(Ross, 2009, p. 61). Esta permitirá estipular lo que sucederá en el futuro y anticipar los que
podrían ser los posibles problemas. Dicha planificación se puede ejecutar a través de un
plan financiero.

La mayoría de los modelos de planeación financiera producen estados financieros


proforma, palabra que significa “como aproximación de la forma”. En este caso,
significa que los estados financieros son la forma que se usa para resumir un estado
financiero futuro proyectado de una compañía. (Ross et al., 2009, p. 61).
Para ejecutar el plan financiero se deben establecer elementos básicos de la política
financiera:

• “Inversión en nuevos activos.


• Grado de apalancamiento financiero.
• Cantidad de efectivo necesario y apropiado.
• Liquidez y capital de trabajo neto necesario” (Ross et al., 2009, p. 48).
Los mencionados elementos influirán en las oportunidades de crecimiento y en la
necesidad de financiamiento externo. Bajo ningún aspecto pueden pensarse de forma
aislada, es necesario estructurarlos de una forma interrelacionada. La finalidad principal
que tienen las finanzas es el de poder incrementar el valor que posee el capital contable de
los distintos accionistas. Tal como plantean los autores, con la planeación de las finanzas
podremos lograr:

• La vinculación de las variadas actividades operativas.


• El desarrollo, el análisis y la comparación de los escenarios.
• La posibilidad de comprobar qué metas o planes son efectivos para llevar a
cabo (Ross, et al. 2009).

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Dimensiones de la planeación

Las distintas dimensiones que tiene un proceso de planificación financiera son:

1. El horizonte de planeación: consiste en delimitar en tiempo la acción que se


llevará a cabo. Es pensada tanto en el corto plazo como en el largo (Ross, et al., 2009).
2. Unidades agregadas: son las inversiones que lleva a cabo cada empresa en
materias de áreas de trabajo o de negocios. Por ejemplo, si hay áreas que añaden valor
y otras que consumen insumos, deben netearse o tenerse en cuenta en forma
agregada (Ross, et al., 2009).
3. Planes alternativos: pueden ser planes pesimistas, normales y optimistas.
Según la situación de la empresa dependerá el plan a llevar adelante (Ross, et al., 2009).

1.3. Panorama del Sistema Financiero Internacional


La configuración actual del Sistema Financiero Internacional (SFI) puede clasificarse en
tres grupos de organizaciones. En el primer grupo, podemos incluir a las que ejercen
funciones de regulación y supervisión. En el segundo grupo, podemos incluir las que son
reguladas y supervisadas por las primeras. En el tercero, encontramos a las organizaciones
que no siguen dichas normas ni supervisiones, son conocidas como el sistema bancario en
la sombra (Hirst et al., 2009). En nuestra opinión, esta configuración del SFI refleja una
característica de su evolución desde el capitalismo hasta la etapa más reciente, conocida en
un sentido más amplio como globalización financiera (Hirst et al., 2009).

Al mismo tiempo, la estructura del SFI y su funcionamiento conllevan una aparente


contradicción entre la visión expansionista y la competencia generalizada. Esta
contradicción sería inherente al propio capitalismo, como sistema económico (Hirst et al.,
2009).

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El sistema financiero internacional (SFI) puede concebirse como el espacio que permite
las relaciones de intercambio o negocio entre monedas, actividades, flujos monetarios y
financieros, préstamos, pagos e inversiones financieras internacionales entre empresas,
bancos, bancos centrales, gobiernos y organizaciones internacionales (Hirst et al., 2009).

Así, las organizaciones que regulan dicho espacio deben, en primer lugar, facilitar el
comercio y la inversión internacional, pero, sobre todo, garantizar la estabilidad necesaria
para el tránsito de capitales, tanto productivos como especulativos (Hirst et al., 2009).

Sin embargo, para que se logre el objetivo mencionado, es necesario contar con reglas y
criterios de ajustes bien definidos y aceptados por todos los agentes (privados o públicos)
que negocian en él. Así, a partir del final de la Segunda Guerra Mundial se produjeron
intentos de crear un espacio regulado. Es importante destacar que algunas organizaciones
que pasarían a formar parte del conjunto regulador ya existían antes de los años cuarenta
(Hirst et al., 2009).

Tras la Segunda Guerra Mundial, los representantes de los Estados comenzaron a


preocuparse por las necesidades de un entorno empresarial internacional más estable. El
temor a una nueva crisis internacional al estilo de la de los años 30 llevó a los nuevos Estados
nacionales vencedores de la guerra a buscar medidas de regulación del sistema financiero
de la época. El objetivo era lograr la estabilidad de los precios de forma internacional y el
pleno empleo (Hirst et al., 2009).

Al mismo tiempo, buscaban permitir un equilibrio exterior sin restringir el comercio


internacional. Muchos creían que si se producía una nueva crisis a escala mundial, las
medidas internas ya no serían suficientes. Por lo tanto, era necesario crear organizaciones
y normas de comportamiento que reforzaran el poder de los gobernantes también a nivel
internacional. De este modo se lograría la prosperidad interna de cada país y la cooperación
internacional ayudaría a los países a lograr equilibrio exterior y estabilidad financiera sin la
necesidad de sacrificar objetivos internos (Hirst et al., 2009).

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Así, en 1944, representantes de 44 países se reunieron en Bretton Woods para planificar
y firmar los artículos del acuerdo que se ganó el mismo nombre de la localidad. El sistema
acordado exigía un tipo de cambio que sea fijo frente al dólar estadounidense y el precio
del oro en 35 dólares por onza (Hirst et al., 2009). Por otro lado, los países que fueran
miembros debían tener sus reservas internacionales (la mayoría de ellas) en forma de oro
o en activos de dólares. También se les permitía vender dólares a cambio de oro con el
precio oficial a la Reserva Federal. La actividad consistía en un patrón específico de cambio
de oro, cuya principal moneda de reserva era el dólar porque el tipo de cambio flotante de
la época se consideraba muy perjudicial para el progreso del comercio internacional
(Krugman y Obstfeld, 2005).

Este acuerdo se interrumpió unilateralmente en 1973 como consecuencia del aumento


de la movilización internacional de capitales en los años anteriores. Dicho aumento se debió
a la recuperación de los mercados financieros y al incremento de las transacciones
internacionales que dificultó el aislamiento de las transacciones en las cuentas corrientes y
de capital. El mantenimiento de la paridad exigía elevados niveles de intervención en los
mercados de divisas y generaba dudas sobre la forma de intervenir en función de la
confianza de un determinado gobierno en poder eliminar los desequilibrios de su balanza
de pagos (Eichengreen, 2002).

La década de 1970 se caracterizó no solo por la flotación de los tipos de cambio y la


elevada inflación, sino también por el rápido y gran crecimiento de todos los mercados
financieros internacionales y sus flujos monetarios transfronterizos. En 1974, la quiebra del
Bankhaus Herstatt en Alemania y del Franklin National Bank en Estados Unidos puso de
manifiesto la falta de una supervisión y control bancario eficaz para las actividades
internacionales. Esto llevó a los gobernadores de los bancos centrales del Grupo de los Diez
(G10), a crear el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (CSBB), dependiente del Banco
de Pagos Internacionales (BPI) (Eichengreen, 2002).

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Además, la crisis de la deuda latinoamericana de 1982 puso de manifiesto el peligro de
que los bancos infra capitalizados estuvieran sobreexpuestos al riesgo soberano y se
justificó una nueva forma de mercados libres que operaran bajo la regulación y supervisión
de organizaciones supranacionales (BPI, 2017).

La ejecución de la ayuda internacional a los países endeudados corría a cargo del Fondo
Monetario Internacional (FMI) principalmente, pero seguía las decisiones del citado grupo.
A partir de la década de 1970, tras el Acuerdo de Jamaica de enero de 1976, las decisiones
de cualquier acción que afectara al SFI debían ser discutidas primero por el G10 y el Consejo
de Gobernadores de Bancos Centrales (BCBG) del BPI, además del FMI. En consecuencia,
resulta esencial examinar algunas de las características de las principales organizaciones
que actúan en la función de supervisión y regulación del SFI (BPI, 2017).

Principales organizaciones reguladoras del SFI

El SFI comprende tres grupos de organizaciones:

• En el primer grupo están las organizaciones que regulan y supervisan el


funcionamiento del sistema. La mayoría de estas organizaciones tienen un papel
supranacional (Backer, 2002).
• En el segundo grupo tenemos a las instituciones reguladas que, en general, tienen
un área de actividad vinculada a los espacios nacionales (Backer, 2002).
• En el tercer grupo tenemos el sistema bancario en la sombra que incluye a aquellos
que no tienen que seguir las determinaciones del primer grupo (Backer, 2002).
A continuación, examinaremos parte de la historia, la estructura y las características de
funcionamiento de las principales organizaciones del primer grupo por orden de fecha de
fundación, con el fin de verificar los puntos comunes entre dichas organizaciones.

19
1. Banco de Pagos Internacionales
El Banco de Pagos Internacionales (BPI) fue creado el 20 de enero de 1930 por los
Acuerdos de La Haya, en Basilea, Suiza. El BPI sustituyó al Agente General de Reparaciones
y asumió la función de gestionar la administración, recaudación y distribución de las
anualidades pagaderas en concepto de reparaciones. El BPI fue nombrado agente de los
fideicomisarios y fideicomisario, respectivamente, de los préstamos internacionales del
gobierno alemán de 1924 y 1930 (los llamados Préstamos Dawes y Young emitidos para
ayudar a financiar las reparaciones). En ejecución del Plan Young, el BPI reinvirtió parte de
los ingresos del Préstamo Young en bonos alemanes (Backer, 2002).

Los nombres detrás de la fundación del BPI fueron Charles G. Dawes, Owen D. Young y
Hjalmar Schacht. Además, los fondos que permitieron su funcionamiento fueron aportados
por los bancos centrales de Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Japón y Gran Bretaña y tres
bancos privados de Estados Unidos. El banco central de cada país suscribió 16.000 acciones,
y los tres bancos privados estadounidenses tenían 16.000 acciones cada uno. Así, la
representación estadounidense en el BPI era tres veces mayor que la de cualquier otro país
(Lebor, 2014).

Como consecuencia de la Gran Depresión de los años 30, el tema de las reparaciones se
desvaneció rápidamente y la crisis financiera y bancaria alemana del verano de 1931 llevó
primero a una moratoria de un año en los pagos de las reparaciones (Moratoria Hoover de
julio de 1931) y posteriormente a su completa cancelación (Acuerdo de Lausana de julio de
1932). Una vez superada la cuestión de las reparaciones, el BPI centró sus actividades en la
cooperación técnica entre los bancos centrales (gestión de reservas, transacciones de
divisas, pagos postales internacionales, depósitos de oro y servicios de swap) y en
proporcionar un foro para las reuniones periódicas de los gobernadores y funcionarios de
los bancos centrales (Lebor, 2014).

20
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, durante la Conferencia de Bretton Woods se
decidió suprimir el BPI "lo antes posible" porque se consideró que el BPI no tendría ninguna
función útil una vez que el recién creado Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional
estuvieran operativos. Los banqueros centrales europeos tenían una opinión diferente, y
presionaron con éxito para mantener el BPI. A principios de 1948, se dejó de lado la
resolución de liquidación y se acordó que el BPI se centraría sobre todo en los asuntos
monetarios y financieros europeos (BPI, 2017).

De hecho, las reuniones del consejo de administración del BPI se reanudaron en


diciembre de 1946 y la prioridad fue la estabilización de las diferentes monedas nacionales
europeas antes de que pudieran eliminarse gradualmente las restricciones comerciales y
cambiarias. Como resultado, en septiembre de 1950, 18 países europeos crearon una Unión
Europea de Pagos (UEP) y nombraron al BPI como su agente. El objetivo principal de la UEP
era restablecer la libre conversión de las monedas europeas de acuerdo con los acuerdos
de Bretton Woods. Para lograrlo, cada país comunicaba mensualmente al BPI sus déficits o
superávits comerciales bilaterales con cada uno de los demás países participantes, y el
déficit o superávit agregado de cada país se calculaba entonces como parte del conjunto de
la UEP. Al principio, estos déficits y superávits no tenían que liquidarse inmediatamente,
sino que se convertían en gran medida en débitos y créditos dentro de la EUP. Con el
tiempo, la proporción de débitos y créditos concedidos por la UEP se redujo gradualmente
hasta finales de 1958, cuando se disolvió (BPI, 2017).

Con la firma de los Tratados de Roma en 1958 y el inicio del proceso de creación de la
Comunidad Económica Europea, el BPI continuó con su papel de mentor de los países de
Europa que habían firmado dichos tratados. Así pues, tanto el Fondo Europeo de
Cooperación Monetaria (FECM) como el Sistema Monetario Europeo funcionaron desde
Basilea con el BPI como apoyo técnico. Entre los años 1988-1989, el Comité para el Estudio
de la Unión Económica y Monetaria (presidido por Jacques Delors), volvió a tener su sede

21
en Basilea, donde el BPI también aportó las bases técnicas para la decisión del Consejo
Europeo de avanzar hacia la plena unión monetaria europea, que se aprobó en el Tratado
de Maastricht de 1992. Con la puesta en marcha de la primera fase del proceso de unión
monetaria a finales de 1993, el Comité de Gobernadores fue sustituido por el Instituto
Monetario Europeo (IME), y se trasladó de Basilea a Fráncfort, donde, en 1997, el IME se
convirtió en el Banco Central Europeo (BCE, 2017).

En la década de 1970, el Grupo de los Diez (G10) también creó el Comité de Supervisión
Bancaria de Basilea (BCBS) como un comité o junta de distintas autoridades de supervisión
bancaria de los distintos gobernadores de los bancos centrales de los países del Grupo de
los Diez. La finalidad era poder proporcionar un foro para la cooperación regular en materia
de supervisión bancaria. En las décadas siguientes, el Comité de Basilea emitió el Acuerdo
de Capital de Basilea, introduciendo un marco de medición que pusiera en datos concretos
el riesgo de crédito para los distintos bancos con actividad internacional. Dicho marco se
convirtió en una norma mundialmente aceptada. Este acuerdo de capital se perfeccionó en
los marcos de Basilea II (2004) y Basilea III (2010) con el objetivo de aumentar el control y
la medición transparente de los diversos riesgos en los que incurren los bancos con actividad
internacional, limitando la posibilidad de contaminación en caso de crisis dentro del SFI
(Lebor, 2014).

Existen otros comités que también se basan en el BIP, estos son:

• Comité de Mercados (fundado en 1964).


• Comité sobre el Sistema Financiero Global (fundado en 1971).
• Comité de Infraestructuras de Pagos y Mercados (fundado en 1990 hasta el año 2014
que comenzó a llamarse Comité de Sistemas de Pago y Liquidación) (Lebor, 2014).
Debido a la crisis financiera y bancaria de los años 2007-2008, la estructura del BPI se
modificó para ganar más rapidez en las decisiones que se tomaban. Actualmente, las
principales estructuras y grupos que trabajan en el BPI son el consejo de administración, y

22
los principales comités son el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (BCBS), el Comité
sobre el Sistema Financiero Global (BGFS), el Comité de Sistemas de Pago y Liquidación, y
el Foro de Gobernanza de los Bancos Centrales (Lebor, 2014).

2. Fondo Monetario Internacional


El Fondo Monetario Internacional (FMI) se fundó en el mes de julio de 1944 en la reunión
de Bretton Woods en Estados Unidos. Su conformación formal se llevó a cabo en el mes de
diciembre de 1945 gracias a que los 29 países que formaban parte firmaron un Convenio
Constitutivo. El primero de marzo de 1947 comenzaron a operar de forma activa (Lebor,
2014).

La misión que tiene el FMI es poder garantizar la estabilidad que requiere el sistema
monetario internacional, llevando a cabo operaciones en los distintos tipos de cambio y
pagos internacionales. Entre otras cosas, el FMI se ocupa de las distintas políticas que tienen
los países que lo conforman, junto con su evolución económica y financiera (FMI, 2018).

Todo país que ingresa al FMI acepta las distintas obligaciones de someterse a sus políticas
económicas y financieras. A la vez, el FMI supervisa la evolución económica y financiera que
tienen hoy los 189 países que forman parte del fondo.

El FMI evalúa si las políticas internas promueven la estabilidad de los propios países
examinando los riesgos que podrían generar para la estabilidad interna y de la balanza
de pagos, y asesorándolos sobre los ajustes de política necesarios. Asimismo, propone
alternativas si las políticas de los países promueven la estabilidad interna, pero podrían
afectar negativamente a la estabilidad mundial. (FMI, 2018, párr. 2)
Luego del colapso que sufrió el sistema de Bretton Woods, los países que son miembros
del FMI tienen la libertad de seleccionar cualquier tipo de acuerdo cambiario que quieran
(FMI, 2018).
En enero de 1976, los miembros del FMI firmaron el Acuerdo de Jamaica en donde se
ratificaba la finalidad del sistema de Bretton Woods y se accedía, de forma oficial, a los
distintos regímenes de tipo de cambio flexible, formalizando así el fin del uso del oro como
instrumento de reserva. Las reservas de oro del FMI se devolvieron a los miembros o se

23
vendieron para lograr que las naciones más empobrecidas pudieran acceder a los distintos
fondos de ayuda (De Vries, 1986).

Luego del acuerdo, el Fondo continuó ayudando a distintos países que tenían crisis
económicas y financieras. Las condiciones en las que los préstamos se basaban exigían a
que los países adoptaran políticas reduccionistas en cuanto a recorte de gastos y aumentos
de impuestos (De Vries, 1986).

La misión del FMI tras la crisis bancaria de los años 2007-2008 es poder garantizar la
estabilidad de los sistemas monetarios internacionales (FMI, 2018). Para lograr dicho
objetivo, el Fondo cuenta con un equipo directivo y 17 departamentos distintos. El director
gerente, cumple el rol de jefe de personal y presidente del directorio ejecutivo.

Los préstamos del FMI son aportes de los países que lo conforman, realizan los aportes
mediante cuotas. A cada uno de ellos se les asigna una cuota que está basada según la
situación que estén atravesando, ningún plan de pago es igual a otro (FMI, 2018).

Las decisiones principales las toma la Junta de Gobernadores, los cuales se reúnen (en
promedio) una vez al año. Es importante señalar que más del 50% de las cuotas
corresponden a Estados Unidos, Japón, China, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia e India.
Para alcanzar más del 50% del poder de voto, se incluye a Rusia en el grupo. Estos nueve
países, en caso de mutuo acuerdo, pueden decidir por votación cualquier cuestión en el
consejo de administración.

3. Banco Mundial
Fundado en 1944 en la Conferencia de Bretton Woods, el Banco Internacional de
Reconstrucción y Fomento (BIRF) pasó a ser más conocido como Grupo Banco Mundial
(BM). Las organizaciones que lo componen son:

El Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento


El Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), que otorga préstamos a
Gobiernos de países de ingreso mediano y de ingreso bajo con capacidad de pago.

24
La Asociación Internacional de Fomento
La Asociación Internacional de Fomento (AIF), que concede préstamos sin interés, o
créditos, así como donaciones a Gobiernos de los países más pobres.
[…]
La Corporación Financiera Internacional
La Corporación Financiera Internacional (IFC) es la mayor institución internacional de
desarrollo dedicada exclusivamente al sector privado. Ayudamos a los países en
desarrollo a lograr un crecimiento sostenible, financiando inversiones, movilizando
capitales en los mercados financieros internacionales y la prestación de servicios de
asesoramiento a empresas y gobiernos.
El Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (i)
El Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA) fue creado en 1988 para
promover la inversión extranjera directa en los países en desarrollo, apoyar el
crecimiento económico, reducir la pobreza y mejorar la vida de las personas. MIGA
cumple este mandato ofreciendo seguros contra riesgos políticos (garantías) a
inversores.
El Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (i)
El Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) i,
presta servicios internacionales de conciliación y arbitraje para ayudar a resolver
disputas sobre inversiones. (Banco Mundial, 2022, párr. 5)
El objetivo inicial de este banco fue poder otorgar préstamos para ayudar a que los países
que sufrieron grandes devastaciones por la Segunda Guerra Mundial pudieran
reconstruirse. Con el paso del tiempo el objetivo fue cambiando, haciendo fuerte énfasis en
la reconstrucción del desarrollo mediante infraestructuras. Gracias a la fundación de la
Corporación Financiera Internacional en 1956, el Banco accedió a conceder préstamos a
distintas empresas privadas e instituciones financieras (Banco Mundial, 2022).

Para convertirse en miembro del Banco Mundial, un país debe ingresar primero en el
Fondo Monetario Internacional (FMI). Los distintos países miembros se encuentran
representados por una junta de gobernadores (quienes son los responsables máximos de la
política del Banco Mundial). Usualmente, las reuniones se llevan a cabo una vez al año en
las juntas de Gobernadores del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. La

25
política de votación sigue las mismas características que el FMI. Así, cada miembro vota
según un sistema de votos ponderados (Banco Mundial, 2022) .

Al Banco Mundial lo preside la dirección de un presidente y los vicepresidentes que se


ocupan de las soluciones transversales, prácticas globales y funciones específicas. Según lo
expuesto en su página web:

El Banco Mundial funciona como una cooperativa integrada por 189 países miembros.
Estos países o accionistas son representados por una Junta de Gobernadores, el
máximo órgano responsable de formular políticas en la institución. Por lo general, los
Gobernadores son Ministros de Finanzas o de Desarrollo de los países miembros y se
congregan una vez al año en las Reuniones Anuales (i) de las Juntas de Gobernadores
del Grupo del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Como los Gobernadores se reúnen solo una vez al año, estos delegan deberes
específicos a 25 Directores Ejecutivos que trabajan en la sede central del Banco. Los
cinco principales accionistas -Francia, Alemania, Japón, Reino Unido y Estados Unidos-
nombran cada uno un Director Ejecutivo y los demás países miembros son
representados por los otros 20 Directores Ejecutivos electos restantes.
• El presidente del Grupo del Banco Mundial, encabeza las reuniones del Directorio y es
responsable de la gestión general de la institución. El Directorio Ejecutivo elige al
Presidente por un período renovable de cinco años.
• Los Directores Ejecutivos componen los Directorios Ejecutivos del Banco Mundial. Se
reúnen normalmente al menos dos veces por semana para revisar las actividades de
la institución, incluida la aprobación de préstamos y garantías, nuevas políticas, el
presupuesto, las estrategias de asistencia a los países y las decisiones en materia de
créditos y cuestiones financieras.
El Banco Mundial opera a diario bajo el liderazgo y la dirección del Presidente, la
administración y funcionarios superiores y los Vice presidentes a cargo de las prácticas
mundiales, soluciones transversales, regiones y funciones. (Banco Mundial, 2022, párr.
1-5).

4. Otras entidades
El SFI como tal, está conformado por una gran cantidad de entidades. A su vez, vale la
pena nombrar a otras entidades que son fundamentales, ellas son:

• Grupo de los Diez (G10).


• Foro de Estabilidad Financiera (FSF) y Consejo de Estabilidad Financiera (FSB).

26
Articulación del SFI

La articulación entre las mayores organizaciones del Sistema Financiero Internacional


(SFI) sigue una lógica y una finalidad que no son exactamente las que anuncian en sus
páginas web oficiales. Podemos argumentar el caso con tres ejemplos.

• En primer lugar: existe la preocupación, tanto en la protección como en el desarrollo


del SFI, que tiene la máxima prioridad de que el objetivo principal sea la creación de un
instrumento eficaz de protección contra las crisis. Sin embargo, esto no anula
necesariamente su característica intrínseca de vulnerabilidad (do Carmo, 2018).
• En segundo lugar: la cuestión de la preservación de la circulación de la acumulación
de capital ha aumentado su poder en la última mitad del siglo XX. La salud económica y
financiera de las empresas (externas e internas) a las economías nacionales es una segunda
preocupación de esta forma de articulación en el SFI (do Carmo, 2018).
• En tercer lugar: está el choque de estas prioridades con la doctrina del libre comercio
y el laissez-faire. Sobre esta base, la aparente contradicción entre el discurso del libre
comercio y la red institucional de protección del capital financiero creada durante el siglo
XX parece, para algunos autores, mucho más una estrategia de perpetuación sistémica (do
Carmo, 2018).
El BPI, el Banco Mundial y el FMI en su génesis y coordinación, así como en sus cambios
y permanencias a lo largo del tiempo, indican una práctica de "ensayo y error" en el sentido
de gestionar las crisis financieras con la seguridad, no de los activos reales de la economía
o de los factores productivos en su eficiencia, sino del capital financiero. Por otra parte, la
permanencia de estrictos intereses ligados a la preservación de este, en manos de sus
titulares sugiere una consistencia bastante lineal en el tiempo. La propia evolución de los
organismos destinados original y formalmente a "promover el desarrollo económico" para
establecer salvaguardas y protecciones a los inversores, frente a la permanencia
estructural, tanto en el funcionamiento como en la representatividad de los organismos

27
estrictamente financieros, como el BPI, muestran el hecho por el que se orienta el sistema
financiero internacional (do Carmo, 2018).

Gracias a la estructura creada, el funcionamiento interconectado del FMI, el BPI, el Banco


Mundial y el G10 tiene cohesión, rapidez y poder de decisión centralizado en unos pocos
países y los principales poderes. Las acciones que llevan a cabo, según do Carmo (2018),
son:

• Discutir una reforma del FMI para reducir el dominio de las economías
desarrolladas.
• Modificar las actividades actuales del FMI.
• Ampliar las facilidades de préstamo en relación con las economías menos
desarrolladas.
• Proporcionar gobernanza (do Carmo, 2018).

1.4. Ética empresarial en las finanzas


Gitman y Zutter (2012) afirman que la ética de los negocios es:

el conjunto de normas de conducta o juicio moral que se aplican a los individuos que
participan en el comercio. Las violaciones de esas normas en las finanzas implican varias
acciones: “contabilidad creativa”, administración de las ganancias, presupuestos
financieros engañosos, mal uso de información privilegiada, fraude, pagos exorbitantes
a los ejecutivos, atraso en la fecha de opciones de suscripción de acciones, sobornos y
cobro de comisiones. La prensa financiera ha informado en años recientes sobre
violaciones a las normas éticas que involucran a compañías bien conocidas como Apple
y Bank of America. Como resultado, la comunidad financiera desarrolló y reforzó
normas de ética. El objetivo de tales normas es motivar a los participantes en los
negocios y en los mercados para que se apeguen tanto a la letra como al espíritu de las
leyes y regulaciones relacionadas con la práctica empresarial y profesional. La mayoría
de los líderes empresariales creen que las compañías realmente fortalecen sus
posiciones competitivas al mantener altos estándares éticos. (p. 12)

28
Consideración de la ética

Gitman y Zutter (2012) continúan con su desarrollo y afirman que:

Robert A. Cooke (1991), un estudioso de la ética sugiere usar las siguientes preguntas
para evaluar la viabilidad ética de una acción propuesta.
1. ¿La acción es arbitraria o caprichosa? ¿Señala injustamente a un individuo o grupo?
2. ¿La acción viola los derechos morales o legales de algún individuo o grupo?
3. ¿La acción se apega a las normas morales aceptadas?
4. ¿Existen cursos de acción alternativos con menos probabilidad de ocasionar daño
real o potencial? (p. 12)

La ética en las finanzas

La ética apela al desarrollo de una serie de valores de los individuos, es por ello por lo
que muchas disciplinas no escapan de establecer principios éticos que conlleven alcanzar
un alto grado de moralidad dentro de las empresas, organizaciones e instituciones.

A continuación, presentamos, en un sentido amplio, las relaciones de la ética en el


ámbito financiero. estas relaciones se basan en las distintas normas morales que se le
puedan aplicar a una actividad financiera en su sentido amplio (Boatright, 2018). El hecho
de que las finanzas se puedan conducir a través de normas morales, resulta de mucha
importancia por las oportunidades de obtención de grandes ganancias que resultarán de
ejemplo para que todas las personas trabajen de forma ética y responsable.

Muchas de las normas éticas de las finanzas están plasmadas en leyes y reglamentos
gubernamentales y son aplicadas por los tribunales y organismos reguladores. La ética
desempeña un papel vital, además de las leyes y los reglamentos, en primer lugar, al
orientar la formación de las leyes y los reglamentos y, en segundo lugar, al guiar la conducta
en áreas no regidas por las leyes y los reglamentos (Boatright, 2018).

Un marco para la ética financiera

La mayor parte de la actividad financiera adopta la forma de un contrato financiero en


el que dos partes llegan a un acuerdo mutuo. Por ejemplo, los préstamos bancarios y las

29
operaciones bursátiles son dos tipos de contratos (Boatright, 2018). El autor explica que,
dado que gran parte de la actividad financiera consiste en la contratación, las normas éticas
que se aplican en las finanzas pueden agruparse bajo dos encabezados principales:

1. La equidad en la celebración de contratos.


2. El cumplimiento de las obligaciones contractuales (Boatright, 2018).
La principal preocupación ética en los mercados financieros, como los bursátiles, es que
sean justos, especialmente en los casos de asimetría, que se producen cuando las partes
tienen información o poder desiguales (Boatright, 2018). Las cuestiones éticas en la
industria de los servicios financieros y en la gestión financiera de las empresas implican
principalmente a los agentes (que tienen la obligación de actuar en interés de otras partes)
y a los fiduciarios (que tienen el deber fiduciario de actuar en interés de los beneficiarios).
Cuando los agentes y los fiduciarios tienen un interés personal que interfiere con su
capacidad de servir a otros, se dice que tienen un conflicto de intereses (Boatright, 2018).

Mercados financieros

En los mercados financieros se emiten o negocian dinero e instrumentos financieros,


como acciones, bonos, futuros, opciones y derivados. Por lo general, esta actividad se lleva
a cabo en mercados o bolsas organizadas (como los mercados de acciones o bonos o las
bolsas de productos básicos). Sin embargo, se puede considerar que muchas transacciones
financieras, incluida la compra de productos financieros, como fondos de inversión o pólizas
de seguros y los intercambios privados entre dos partes, tienen lugar en un mercado
(Boatright, 2018).

Cualquier tipo de actividad de mercado puede ser criticada como injusta. La injusticia en
los mercados financieros suele atribuirse a las prácticas comerciales desleales (sobre todo
al fraude y la manipulación), a las condiciones en las que se realiza una transacción (que a
menudo se describen como un terreno de juego desigual) y a las dificultades en el proceso

30
de contratación (es decir, en la formación, interpretación y cumplimiento de los contratos)
(Boatright, 2018).

La equidad o injusticia en los mercados financieros puede clasificarse, además, como


sustantiva o de procedimiento. Una negociación de acciones, por ejemplo, es justa en
esencia cuando el precio refleja el valor real de las acciones o es justa en el procedimiento
cuando las partes que negocian tienen suficientes oportunidades para determinar con
precisión el valor de las acciones. Por lo tanto, las "leyes de cielo azul", que exigen la
evaluación por parte de expertos de los valores ofertados para la venta, tienen como
objetivo la equidad sustantiva. Los reglamentos que simplemente exigen la divulgación de
información relevante tienen como objetivo la equidad de procedimiento (Boatright, 2018).

Prácticas comerciales

El fraude en una transacción financiera que se comete cuando una de las partes realiza
a sabiendas una declaración errónea u omisión importante en la que la otra parte confía
razonablemente en su perjuicio (Boatright, 2018). Por lo tanto, según este autor, el fraude
tiene cinco elementos:

1. Una declaración falsa o la ocultación de algún hecho.


2. La importancia o materialidad de este hecho.
3. El conocimiento de la falsedad de la declaración, que indica una intención de
engañar.
4. La confianza de la víctima del fraude en la información proporcionada.
5. Algún perjuicio para la víctima (Boatright, 2018).
El fraude es una práctica comercial desleal porque el autor utiliza medios deshonestos
para inducir a la víctima a realizar una operación que no haría de otro modo. Mientras que
el fraude crea una falsa creencia mediante una declaración u omisión, la manipulación
engaña a otros creando una falsa impresión (Boatright, 2018). Por ejemplo, en un esquema
denominado "pump and dump" un operador compra una acción poco negociada para hacer

31
subir el precio (pump) y luego vende al precio alto creado artificialmente (dumps). No es
necesario decir nada falso en este esquema, pero la actividad comercial crea una falsa
impresión sobre los precios que induce a otros a negociar. Algunos grandes inversores
institucionales han sido acusados de manipular los mercados creando volatilidad que
pueden explotar con sofisticadas estrategias de negociación (Boatright, 2018).

Condiciones justas

Un mercado justo, al igual que una competición deportiva justa, requiere un terreno de
juego equilibrado en el que nadie tenga una ventaja injusta. Un mercado financiero puede
ser injusto o desnivelado debido a las desigualdades en la información, el poder de
negociación, los recursos o la capacidad de procesamiento, o debido a vulnerabilidades
especiales (Boatright, 2018).

La desigualdad de información (o asimetría de información) se produce cuando dos


partes no poseen la misma información o no tienen el mismo acceso a ella. Ninguno de los
dos tipos de asimetría de la información es necesariamente injusto, los participantes
difieren inevitablemente en su posesión y acceso a la información. Sin embargo, es
incorrecto aprovecharse, en algunas condiciones, de la ignorancia o debilidad de otro.

Así, la ley exige que los emisores de valores (por ejemplo, acciones y bonos) o productos
financieros (por ejemplo, un fondo de inversión) proporcionen un folleto que ofrezca
información suficiente para que los compradores puedan tomar decisiones con
conocimiento de causa (Boatright, 2018).

Las operaciones con información privilegiada (que son las realizadas por personas con
información privilegiada de una empresa sobre la base de información material no pública)
son ilegales, en parte, porque las partes del otro lado de la transacción, al ser ajenas, no
pueden obtener la misma información. Por lo tanto, la persona con información privilegiada
se está aprovechando de una posición privilegiada (Boatright, 2018).

32
En general, es injusto aprovecharse de las diferentes condiciones cuando al hacerlo se
viola algún derecho u obligación. Así, se requiere un prospecto para la emisión de valores
porque los compradores tienen derecho a tomar una decisión informada. En los casos de
abuso de información privilegiada, el informante suele violar un deber fiduciario para con
la empresa de no utilizar la información confidencial en beneficio propio (Boatright, 2018).

Las leyes que imponen un período de "enfriamiento" durante el cual un comprador


puede cancelar una compra o un préstamo de gran envergadura puede estar justificada por
el hecho de que es un error aprovecharse de la impulsividad o la inexperiencia de las
personas. En otras palabras, la gente tiene derecho a que no se aprovechen de ella de
determinadas maneras (Boatright, 2018).

Contratación financiera

Los contratos suelen ser vagos, ambiguos e incompletos, por lo que a veces surgen
desacuerdos sobre lo que se exige ética y legalmente. Los contratos implícitos (que se
diferencian de los contratos expresos en que no se ponen por escrito todos los detalles)
suelen poder ser violados sin ninguna consecuencia legal (Boatright, 2018).

La mayoría de los contratos son imperfectos o incompletos, ya sea porque no merece la


pena especificar todos los detalles o porque es imposible hacerlo dada la incertidumbre
sobre las situaciones que pueden surgir. Estas "lagunas" en los contratos imperfectos suelen
"llenarse" confiando en los esfuerzos de buena fe o en los deberes fiduciarios, ambos de los
cuales pueden ser poco fiables (Boatright, 2018).

Por último, los contratos a menudo no especifican lo que constituye un incumplimiento


o cómo se debe remediar un incumplimiento. En todos estos casos, se plantean cuestiones
éticas sobre las obligaciones de las partes en los contratos que han celebrado (Boatright,
2018). Dado que la contratación mediante contratos perfectos y expresos puede ser difícil,

33
algunas partes recurren a la contratación relacional que implica la creación de buenas
relaciones de trabajo.

Servicios financieros

Las empresas de servicios financieros (entre las que se encuentran los bancos, las
empresas de corretaje, los fondos de inversión y de pensiones y los planificadores
financieros) actúan, principalmente, como intermediarios financieros ya que permiten a sus
clientes realizar transacciones en lugar de realizarlas ellos mismos (Boatright, 2018).

Al actuar como intermediarios, estas empresas se convierten en agentes o fiduciarios


con ciertas obligaciones o deberes. Además de las cuestiones éticas que se plantean a los
agentes y fiduciarios, las empresas de servicios financieros se dedican a vender diversos
servicios y productos a sus clientes y, por tanto, se enfrentan a cuestiones éticas en sus
prácticas de venta y otras operaciones.

Agentes y fiduciarios

En una relación de agencia, una parte (el agente) es contratada para actuar en nombre
de otra (el principal) y para servir a los intereses de esa otra parte (Boatright, 2018).

Por ejemplo, un propietario puede contratar a un agente inmobiliario para que se encargue
de la venta de una casa porque éste tiene conocimientos y habilidades de los que el
propietario carece, así como, quizás, el tiempo necesario. En la venta de la casa, el agente
inmobiliario está obligado a actuar como lo haría el propietario de la vivienda si esa persona
poseyera los conocimientos y habilidades del agente. En esta relación, el agente ha
acordado (por un precio, por supuesto) renunciar a cualquier interés personal y actuar
únicamente en interés del propietario en todos los asuntos relacionados con la venta de la
casa. Por lo tanto, el agente tiene un deber de lealtad hacia el mandante en todos los
asuntos relacionados con el contrato (Boatright, 2018).

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Un fiduciario es una persona a la que se le ha confiado el cuidado de los bienes u otros
activos de otra persona y que tiene la responsabilidad de ejercer un juicio discrecional en
esta capacidad únicamente en interés de los beneficiarios previstos (Boatright, 2018).
Ejemplos comunes de fiduciarios son los fideicomisarios, los tutores, los albaceas y, en los
negocios, los directores y ejecutivos de las empresas.

Los fiduciarios prestan un valioso servicio a las personas que, por alguna razón, no
pueden ejercer el control de sus propios bienes o activos. Así, los fondos de pensiones de
los jubilados suelen estar controlados por fiduciarios que, al igual que los agentes, tienen
un deber de lealtad. El deber fiduciario es especialmente valioso en funciones como las de
los directores y ejecutivos de empresas en las que sería difícil, sino imposible, que los
beneficiarios previstos (el accionista, en este caso) especifiquen con precisión lo que debe
hacerse en cada situación. En consecuencia, el fiduciario debe disponer de un margen de
maniobra considerable para decidir la mejor manera de servir a los intereses del
beneficiario (Boatright, 2018).

Aunque las relaciones fiduciarias son similares a las relaciones de agencia, también se
caracterizan por una mayor obligación de actuar en interés de los demás, así como por una
mayor latitud o discreción a la hora de servir a los intereses de los beneficiarios (Boatright,
2018). Mientras que los agentes suelen ser contratados para realizar tareas específicas, los
fiduciarios asumen posiciones de confianza para ejercer su juicio en una gama más amplia
de asuntos. El deber de lealtad de un fiduciario es, por tanto, más abierto y amplio que el
de un agente. Además, a los fiduciarios se les prohíbe específicamente obtener cualquier
beneficio material de la relación sin el conocimiento de aquellos a quienes sirven (Boatright,
2018).

Los profesionales de los servicios financieros son casi siempre agentes y frecuentemente
fiduciarios en sus relaciones con los clientes (Boatright, 2018). Por ejemplo, un corredor de
bolsa es un agente, pero no un fiduciario, cuando se compromete a ejecutar una operación

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bursátil para un cliente. Dicho corredor actúa simplemente como intermediario en una
transacción concreta. Sin embargo, un corredor que gestiona la cartera de un cliente
ofreciéndole asesoramiento financiero y, especialmente, el que tiene autoridad para
negociar en nombre del cliente, también se convierte en fiduciario (Boatright, 2018).

Por el contrario, un corredor que se limita a recomendar una acción a un cliente actúa
como vendedor y no como agente o fiduciario, aunque el corredor sigue teniendo las
obligaciones morales de cualquier vendedor de evitar el engaño y ofrecer sólo productos
adecuados (Boatright, 2018).

Oportunismo

Las relaciones de agencia y fiduciarias están sujetas a dos problemas bien conocidos:

1. El oportunismo
2. El conflicto de intereses (Boatright, 2018).
El oportunismo (o shirking) se refiere a la tendencia de los agentes y fiduciarios a
holgazanear y no dedicar todo el esfuerzo esperado. Este fenómeno, que es fundamental
en la teoría de la agencia, se produce cuando los mandantes no pueden o no quieren
supervisar el comportamiento de sus agentes (Boatright, 2018).

Un cliente no puede vigilar fácilmente a un agente de bolsa, por ejemplo, y el coste de


hacerlo, incluso si pudiera hacerse, podría superar el beneficio. Como resultado, el agente
de bolsa podría aprovechar la oportunidad de aumentar su remuneración participando en
una negociación excesiva de la cartera de un cliente, una práctica conocida como
"churning". Del mismo modo, un director general (CEO) podría tratar de adquirir otras
empresas, no porque hacerlo beneficia a los accionistas, sino porque amplía la
compensación y el poder del CEO, una práctica llamada "construcción del imperio”
(Boatright, 2018).

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El oportunismo, según indica el autor, puede reducirse con una serie de medidas,
además de una mayor supervisión. Una de ellas implica cambios en los incentivos del agente
o fiduciario. Por ejemplo, los incentivos interesados de los corredores de bolsa para cambiar
las cuentas de los clientes pueden contrarrestarse basando la compensación en el
rendimiento de las carteras de los clientes en lugar del volumen de operaciones. Del mismo
modo, compensar a los consejeros delegados con opciones de compra de acciones alinea
sus intereses más estrechamente con los de los accionistas y reduce así los incentivos para
dedicarse a la construcción de imperios (Boatright, 2018).

Otros medios son aumentar el sentido de profesionalidad de los agentes y fiduciarios, lo


que puede implicar la adopción de códigos de ética y el uso de la persuasión moral para
enfatizar las responsabilidades éticas y legales.

Conflicto de intereses

Un conflicto de intereses es una situación en la que una persona tiene un interés que
interfiere con la capacidad de otro. En el caso de los agentes o fiduciarios, su juicio puede
estar sesgado o comprometido si se benefician personalmente de una decisión. A diferencia
del oportunismo, que implica simplemente la tendencia natural del ser humano a actuar de
forma interesada, el conflicto de intereses surge cuando una persona adquiere un interés
que compite con los intereses que un agente o un fiduciario está obligado a servir
(Boatright, 2018).

Se crea un conflicto de intereses, por ejemplo, cuando se ofrece a los corredores una
comisión más alta por vender los fondos de inversión propios de una empresa que por
vender los fondos de otras empresas. En estos casos, se produce un conflicto de intereses
porque el corredor, que tiene la obligación de servir a los intereses de los clientes, tiene un
incentivo compensatorio para vender un fondo que puede no representar el mejor valor
para sus clientes. Los gestores de fondos de inversión que también operan por cuenta
propia se enfrentan a un conflicto de intereses ya que pueden dirigir operaciones

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especialmente atractivas a su propia cuenta en lugar de a los fondos que gestionan. Los
analistas de un banco de inversión también pueden tener un conflicto de intereses si
participan en las operaciones del banco ya que las recomendaciones de los analistas, que
deberían ser objetivas, podrían estar influidas por el deseo de atraer y retener clientes para
el banco (Boatright, 2018).

El conflicto de intereses puede gestionarse por muchos medios, entre ellos la evitación,
es decir, no adquiriendo ningún interés conflictivo. Así, una empresa de corretaje puede
evitar el conflicto de intereses no ofreciendo comisiones más altas para los fondos de
inversión internos (Boatright, 2018).

Cuando la evitación no es práctica, el conflicto de intereses también puede gestionarse


exigiendo la divulgación (partiendo de la base de que cuando se revela un interés
conflictivo, las otras partes pueden tomar medidas para protegerse). Un conflicto de
intereses también puede gestionarse exigiendo a una persona con un conflicto que se
abstenga de participar en una decisión (Boatright, 2018).

Los conflictos de intereses también pueden gestionarse fomentando un mayor sentido


de la profesionalidad para que los agentes y fiduciarios aprecien la importancia de ejercer
un juicio objetivo e independiente (Boatright, 2018).

El sector de los servicios financieros

Las empresas de servicios financieros operan como empresas y tienen la obligación de


observar las normas aceptadas de conducta comercial ética. Así, en sus prácticas de venta,
las empresas deben evitar el engaño y proporcionar información adecuada sobre los
productos y servicios (Boatright, 2018).

Algunos anuncios de fondos de inversión, por ejemplo, han sido criticados por exagerar
el rendimiento pasado de un fondo, omitir los gastos de venta y restar importancia al nivel
de riesgo (Boatright, 2018). La norma generalmente aceptada para la divulgación es la

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materialidad, que se refiere a la información que un inversor razonable o prudente
consideraría importante para tomar una decisión.

Los profesionales de los servicios financieros también tienen la obligación de


recomendar valores y productos que sean adecuados para el cliente. Este requisito de
idoneidad se incumple con prácticas abusivas como la tergiversación y el cambio de divisas.
La tergiversación se produce cuando un agente de seguros persuade a un cliente para que
sustituya una póliza existente por otra nueva con el único fin de generar una comisión y el
"flipping" es la práctica en el sector bancario de inducir a un cliente a sustituir un préstamo
por otro con el fin de generar comisiones adicionales (Boatright, 2018).

En el sector de los servicios financieros, es habitual que las empresas exijan tanto a los
clientes como a los empleados la firma de un acuerdo de arbitraje previo que les
compromete a someter todos los conflictos a un arbitraje vinculante. Aunque el arbitraje
tiene muchas ventajas sobre el litigio (es decir, la presentación de una demanda ante los
tribunales), algunos críticos consideran que el arbitraje obligatorio es injusto porque puede
negar a los clientes y a los empleados una protección adecuada (Boatright, 2018).

Esto es especialmente cierto si los paneles de arbitraje, como a veces se alega, tienen un
sesgo industrial. Además, los clientes, como los titulares de tarjetas de crédito o de pólizas
de seguros no suelen tener elección cuando firman un acuerdo de arbitraje previo como
condición para realizar una solicitud.

El arbitraje obligatorio para los empleados les niega el derecho que tienen otros
empleados a demandar ante los tribunales por cuestiones como la discriminación y el
despido improcedente (Boatright, 2018).

Las prácticas de préstamo de los bancos tienen muchas repercusiones que plantean
problemas éticos. Si los bancos se niegan a conceder préstamos hipotecarios para viviendas

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en zonas deprimidas de una ciudad, práctica conocida como redlining, contribuyen a una
mayor decadencia urbana (Boatright, 2018).

Los grandes bancos que financian grandes proyectos de infraestructura (como presas y
oleoductos) en países menos desarrollados han sido criticados por no evaluar el impacto de
estos proyectos en la población local. Los casos en los que los bancos han financiado las
transacciones fraudulentas de empresas como Enron plantean dudas sobre sus
responsabilidades (Boatright, 2018).

Los fondos de inversión y de pensiones tienen la oportunidad de permitir a los inversores


satisfacer sus deseos de hacer el bien con sus inversiones o, al menos, evitar beneficiarse
de empresas que desaprueban. (Boatright, 2018).

Los fondos de inversión socialmente responsable (ISR) utilizan pantallas negativas para
evitar las acciones de empresas con determinados productos, por lo general, el tabaco, el
alcohol, los juegos de azar, la energía nuclear y las armas militares, o que tienen un historial
objetable de desempeño social. En algunos casos, los fondos ISR también utilizan filtros
positivos para buscar empresas que muestren una notable responsabilidad social
(Boatright, 2018).

Algunos inversores de ISR esperan, a través de sus inversiones, influir en el


comportamiento de las empresas. Otros buscan evitar ser cómplices o beneficiarse de
cierto tipo de actividades. Sin embargo, es cuestionable si la ISR tiene algún impacto en el
comportamiento de las empresas o si los beneficios de los fabricantes de ciertos productos
están realmente contaminados moralmente. En cualquier caso, es moralmente admisible
que los inversores busquen fondos ISR y que las empresas ofrezcan dichos fondos siempre
que haya una información completa. Sin embargo, algunos críticos sostienen que la
selección que hacen los fondos ISR es arbitraria, incoherente y en gran medida ineficaz, con
el resultado de que los inversores ISR pueden ser engañados (Boatright, 2018).

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Gestión financiera

Los gestores financieros, especialmente los directores financieros (CFO) de las empresas,
tienen la tarea de reunir capital para una corporación y determinar cómo se va a utilizar ese
capital. En cierto sentido, un director financiero está tomando decisiones de inversión y
desarrollando una cartera, pero estas decisiones no se refieren a qué valores mantener sino
a qué oportunidades de negocio perseguir (Boatright, 2018).

Una empresa puede entenderse, pues, como una cartera de líneas de negocio que
pueden comprarse y venderse. El presupuesto de capital consiste en tomar decisiones sobre
en qué negocios invertir y cuánto invertir. Toda empresa debe tener también una estructura
financiera en la que su capital se divide entre capital social, deuda y otros tipos de
obligaciones. Todas estas decisiones están guiadas por un único objetivo empresarial:
maximizar la riqueza de los accionistas. Según Boatright (2018), las cuestiones éticas en la
gestión financiera se dividen en dos grandes categorías:

La ética de la organización de una


Las obligaciones o deberes éticos de empresa con el control de los
un gestor financiero de una empresa. accionistas y el objetivo de maximizar
la riqueza de estos.

La primera categoría se refiere a las


decisiones tomadas por los gestores
financieros, mientras que la segunda
es una cuestión que compete en gran
medida al gobierno al establecer las
leyes de gobierno corporativo.

Imagen 2. Decisiones
Fuente: elaboración propia con base en Boatright (2018).

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Funciones de los gestores financieros

Los gestores financieros, según Boatright (2018), son agentes y fiduciarios que gestionan
los distintos activos que una empresa tiene. Dicha gestión debe ser llevada a cabo con
prudencia. En concreto, este debería prohibir las operaciones propias no autorizadas y los
conflictos de intereses, así como también la manipulación y el fraude que se genera en
relación con los distintos informes financieros y las transacciones (Boatright, 2018).

Además de los deberes de un gestor financiero como agente y fiduciario, hay otros
ámbitos en los que se requiere un juicio ético, sobre todo a la hora de determinar el nivel
de riesgo, declarar la quiebra y responder a las ofertas de adquisición. Aunque estos asuntos
implican la gestión financiera, la responsabilidad de la toma de decisiones suele recaer en
el director general y el consejo de administración (Boatright, 2018).

Riesgo

Toda empresa debe determinar un nivel de riesgo adecuado y, por lo general, las
mayores recompensas requieren un mayor riesgo. Por lo general, los accionistas, cuya
riqueza no está estrechamente ligada a ninguna empresa, prefieren que las empresas de su
cartera asuman un nivel de riesgo más elevado que el que prefieren los directivos y los
empleados, cuya riqueza depende en gran medida de una sola empresa (Boatright, 2018).

La teoría financiera también sugiere que, para los accionistas debidamente


diversificados, el nivel de riesgo de una empresa determinada (denominado riesgo único)
es irrelevante y que solo es importante el riesgo de mercado o sistémico (Boatright, 2018).

Los accionistas podrían, incluso, apoyar una estrategia que busque la quiebra si los
rendimientos son lo suficientemente altos. Por estas razones, los gestores financieros que
solo sirven a los intereses de los accionistas podrían verse abocados a seguir una estrategia
de muy alto riesgo (Boatright, 2018).

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Sin embargo, esa estrategia plantea peligros para los empleados y proveedores de la
empresa, así como para los tenedores de bonos y los propios gestores, que valoran mucho
la continuidad de la empresa como entidad en funcionamiento. Por lo tanto, la cuestión es
si es ético que los gestores financieros aumenten el riesgo de una empresa para beneficiar
a los accionistas a expensas de otras partes.

Quiebra

Si una empresa es realmente insolvente, puede verse obligada a declararse en quiebra,


pero entrar en ella también puede ser un medio para conseguir fines estratégicos. En tales
situaciones, la quiebra es una opción estratégica más que una condición inevitable. Aunque
esta quiebra estratégica puede salvar a las empresas, los críticos han denunciado que estas
quiebras estratégicas son un abusivas para el funcionamiento del mercado (Boatright,
2018).

Adquisiciones

Las adquisiciones de empresas suelen afectar a muchos grupos, incluidos los empleados
que pierden sus puestos de trabajo y las comunidades locales cuya base económica se ve
erosionada. Los tenedores de bonos suelen sufrir cuando la deuda contraída en la
adquisición, especialmente una compra muy apalancada, reduce la calificación de los bonos
(Boatright, 2018).

Los directores, que generalmente tienen el deber fiduciario de actuar únicamente en


interés de los accionistas, deberían poder considerar los intereses de todas las partes
afectadas (Boatright, 2018).

En la medida en que las adquisiciones se realizan en un mercado a través de la compra y


venta de acciones, existe un mercado para el control empresarial. En términos generales,
las reglas de este mercado deberían ser justas para todas las partes y proporcionar

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condiciones equitativas, pero algunos críticos de las adquisiciones hostiles cuestionan que
decisiones importantes como el control corporativo deban tomarse en el mercado.

El objetivo de la empresa

El objetivo de una empresa de maximizar la riqueza de los accionistas ha sido


cuestionado por algunos críticos, que sostienen que la búsqueda exclusiva de los intereses
de los accionistas descuida injustamente los intereses de otros grupos empresariales.

El argumento a favor de este objetivo de maximización de la riqueza de los accionistas,


así como del deber fiduciario de la dirección de servir a los intereses de los accionistas, es,
en resumen, que los accionistas, que aportan capital social a una empresa a cambio de los
ingresos o beneficios residuales, deben tener el control porque es el mejor medio para
asegurar su rendimiento (Boatright, 2018).

Otros grupos, como los empleados que reciben una compensación salarial, los
proveedores que reciben el pago de sus facturas y los tenedores de bonos, que reciben
pagos de capital e intereses, por mencionar tres de estos grupos, tienen poca necesidad de
control. El control por parte de los accionistas también beneficia a otros grupos de interés
de forma automática, ya que solo los portadores del riesgo residual tienen un incentivo para
operar la empresa para obtener la máxima rentabilidad y también porque su asunción del
riesgo residual garantiza la rentabilidad de todos los demás grupos de interés (Boatright,
2018).

Este argumento es criticable, en primer lugar, por quienes rechazan la visión económica
de la empresa que lo sustenta y adoptan una visión comunitaria. Mientras que la visión
económica considera que la empresa es como un mercado, la posición comunitaria es que
la empresa se parece más a una comunidad (Boatright, 2018).

La teoría de los accionistas, que sostiene que una empresa debe servir a los intereses de
todos los que tienen una participación en la empresa, también rechaza la visión económica.

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La búsqueda de la maximización de la riqueza de los accionistas puede provocar costes
sociales, como la contaminación y el deterioro urbano y también una distribución desigual
de la riqueza. Los defensores de la maximización de la riqueza de los accionistas no niegan
estas consecuencias, pero sostienen que estos problemas se abordan mejor por medios
distintos a los cambios en el objetivo empresarial (Boatright, 2018).

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