El camino del aprendizaje organizacional

Leandro H. Bassani

De acuerdo con Gairín, y retomando la clasificación propuesta por Nonaka y Takeuchi

(1995), el primer paso del aprendizaje organizacional consiste en volver explícito al
conocimiento que se encuentra implícito. Esto es, poner en palabras lo que se sabe
implícitamente, haciendo inteligible y comunicable un saber que de otra forma quedaría
reducido a habitar la mente de quien lo posee, sin posibilidad de ser usado en provecho de
toda la organización. Cuando este conocimiento explícito es registrado bajo algún criterio
específico, hablamos ya de un conocimiento explícito secuenciado, el cual a su vez se
convierte en conocimiento colectivo cuando es transferido y socializado con los demás.

La explicitación y socialización del conocimiento tácito son aspectos fundamentales pero

no suficientes para lograr el aprendizaje organizacional, ya que para que esto ocurra, dicho
conocimiento debe ser estructurado y organizado bajo determinados criterios que permitan
su aplicación e instrumentalización práctica, eso es, transformar dicho saber en
un conocimiento explícito organizado.

Por último, es necesario “bajar” todo ese conocimiento conseguido y adaptarlo a las
particularidades del contexto específico en el que nos desenvolvemos o en el que queremos
aplicar dicho conocimiento, obteniendo así un conocimiento explícito contextualizado y
listo para ser utilizado en beneficio de la estructura organizativa.