La actualidad virtual como síntesis dialéctica

El valor del individuo en la construcción colaborativa que nos propone el

ciberespacio.
La interactividad y las posibilidades de “colaboración entre distintas personas
más allá de las barreras geográficas y temporales” (Levy, 2007) que hoy nos
ofrece el incesante desarrollo tecnológico, particularmente en el campo de las
tecnologías de la información y la comunicación (TIC), está produciendo una
fuerte revalorización del trabajo grupal frente a la exacerbación individualista
que proponía el capitalismo salvaje en la década del 80 y 90 de la pasada
centuria. Esto por supuesto tiene un impacto insoslayable en la cultura y supone,
siguiendo a Paulo Freire (2009), la necesidad de incluir estos cambios y nuevas
prácticas sociales en la forma que tenemos de construir el conocimiento.

En este aspecto, y sin negar en absoluto los enormes beneficios del trabajo
colaborativo en red, creo importante señalar, desde una mirada histórica que
permita la autorreflexión sobre el tiempo y espacio que hoy nos toca transitar
(Freire, 2009), el hecho de que estamos viviendo lo que Dolors Reig (2013)
entiende como una etapa de síntesis en donde lo colectivo se complementa a lo
individual y viceversa pero donde ambas dimensiones de lo humano siguen
teniendo plena vigencia. Lejos de posiciones polarizantes como las que plantean
que es imposible la construcción individual de conocimiento alguno, la autora
nos plantea la necesidad de complementar los beneficios de esa inteligencia
colectiva posibilitada por internet de la que Pierre Levy (2004) habla tan
elocuentemente, con las indiscutibles ventajas de la individualidad y la
creatividad (Reig, 2013).

Tanto los nodos como las interacciones que los enlazan son igualmente
importantes para el mantenimiento de la red y entender esto, es entender algo
tan simple como cierto: no hay individuo sin grupo, pero tampoco grupo sin
individuo.