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“Lo que no se puede definir no se puede medir, lo que no se puede medir no se puede
mejorar, y lo que no se puede mejorar eventualmente se deteriora.” -Axioma de la
Calidad
El Manifiesto
Del latín “manifestus” consiste en una declaración, una proclamación muy clara y
patente que se dirige a la opinión pública para exponer una concepción ideológica. Con
el título de: “El Manifiesto de la Medición del Desempeño” (The Performance
Measurement Manifesto, Harvard Business Review, January-February 1991), Robert G.
Eccles proclama el nacimiento de una nueva era a través, no de una evolución, sino de
una revolución del pensamiento asociado con la transformación de los sistemas de
medición del desempeño de la era industrial y las nuevas demandas de la era del
conocimiento. Eccles nos reta a abandonar la concepción tradicional de la medición del
desempeño basada exclusivamente en el uso de medidas financieras y concebir un
conjunto de medidas de otra naturaleza, entre las que las medidas financieras son una
mas y quizás no las mas importantes.
Uno de los problemas principales asociados con los sistemas tradicionales de medición
del desempeño de naturaleza contable, es una visión de corto plazo que funcionó en
una época de estabilidad en la que la demanda superaba la oferta y se atendían
principalmente clientes cautivos y fieles a las organizaciones que operaban
principalmente en mercados locales y fiscalmente protegidos. La necesidad de utilizar
objetivos estratégicos de largo plazo, surge como una respuesta a las demandas
impuestas por la globalización, la incertidumbre, la conectividad de los mercados, la
complejidad de la gestión en las mismas organizaciones, los nuevos modelos de toma
de decisiones y la evolución permanente de los clientes, cada vez con mas opciones
disponibles y provenientes de geografías insospechadas. De tal manera que cuando la
medición del desempeño se enfocaba exclusivamente en los objetivos financieros de
corto plazo, la creciente insatisfacción del cliente pasaba desapercibida hasta que ya era
demasiado tarde.
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El Balanced Scorecard
Balanced Scorecard: Medidas que estimulan el desempeño. Con este título, Robert S.
Kaplan y David P. Norton introdujeron el concepto de Balanced Scorecard o BSC (The
Balanced Scorecard-Measures that Drive Performance, HBR, January-February, 1992)
que inicia con la frase: “Lo que Usted mide es lo que obtiene.” y una propuesta
estructurada, en sintonía con el Manifiesto de R.G. Eccles, en torno a cuatro
perspectivas: Innovación y Aprendizaje, Procesos Internos, Clientes y Resultados
Financieros.
Para que esto funcione, es necesario visualizar el BSC como un sistema de gestión
estratégica integrado por cuatro fases (Ver Figura 2): I. La comprensión y entendimento
de la Estrategia en términos de un lenguaje común, proceso que se conoce también en
el argot estratégico como “gramática institucional”, II. La “traducción” en objetivos y
medidas de desmpeño vinculadas a un sistema de compensaciones e incentivos
coherente, III. La asignación de recursos (es importante el tiempo dedicado a la
ejecución estratégica), y IV. La incorporación de los temas estratégicos en las sesiones
de evaluación y planeación de la organización y su seguimiento para alcanzar las metas
deseadas utilizando las tendencias y la evolución de las medidas de desempeño.
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El Balanced Scorecard
La estructura del BSC exige que exista un equilibrio o balance entre a las medidas
financieras y no financieras, medidas externas e internas, medidas de corto plazo y de
largo plazo, medidas históricas y medidas de futuro, medidas cuantitativas y medidas
cualitativas.
En este punto es importante recordar que el concepto y la estructura del BSC son temas
abiertos en constante evolución y que no existe una plantilla única de referencia para
crear el sistema de medición de una organización, por lo que es frecuente encontrar
perspectivas equivalentes pero con nombres adecuados al tipo de organización
(gubernamental, no gubernamental, del sector salud, instituciones educativas,
manufactureras o de servicios), así como también se han incluido variantes del cliente
(cliente interno, consumidor, grupos de interés) y proveedores, entre otros.
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El Balanced Scorecard
Los indicadores han sido tratados en la literatura bajo diferentes enfoques por distintos
autores y, por si fuera poco, para aumentar el nivel de confusión, se usan estos
términos de manera indistinta como sinónimos a pesar de poseer un significado
diferente. En un intento por organizar el argot en torno al tema de los indicadores se
presenta en la Tabla 1 una nomenclatura de términos comunes y la relación entre ellos
(Ver Tabla 1).
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El Balanced Scorecard
(a) Están asociados a la Visión, Misión y Estrategia de la organización, (b) Son pocos,
generalmente son menos de diez, (c) Obedecen a las necesidades y expectativas del
cliente, (e) Están vinculados horizontal y verticalmente en la organización, y (f) De su
funcionamiento depende el 75% (aproximadamente) de la posición competitiva de la
organización.
Otro aspecto complementario de los indicadores en el contexto del BSC, son los
inductores o indicadores de futuro que están vinculados a las metas que debe de
alcanzar un indicador y que en ocasiones se utilizan de manera estratificada (Stretch
Goals) para proporcionar valores mínimos, objetivos específicos y valores máximos o
sobresalientes del desempeño. Una meta es el nivel de desempeño de la mejora
requerida en el cumplimiento de un indicador.
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El Balanced Scorecard
En relación a los puntos de medición para la generación de datos los indicadores pueden
ser de “input” o entrada al proceso, de puntos intermedios entre diferentes procesos de
un mismo sistema, de puntos críticos del proceso y de salida o “output”. Es
recomendable utilizar una mezcla sin sobre enfatizar los indicadores tipo input/output
que pueden llevar a la conclusión errónea de que un buen “input” genera
necesariamente un buen resultado o “output”.
En relación a los datos que se utilizan para alimentar estas variables (los indicadores),
se debe de tener en consideración la naturaleza y complejidad que implican tanto la
calibración de los sistemas, las unidades de medición, las escalas, así como la validez
estadística de los datos generados a través de encuestas de opinión a clientes y
empleados.
También poseen los indicadores, tres dimensiones: (a) La absoluta que consiste en una
variable con referencia a una escala predeterminada, (b) La cronológica que ilustra la
evolución del indicador a través del tiempo, y (c) La relativa, quizás la mas importante
en este entorno de hipercompetitividad y que considera las brechas (Gap Análisis) entre
diferentes organizaciones con respecto a determinadas características de calidad. Ver
Figura 4.
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El Balanced Scorecard
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El Balanced Scorecard
factores críticos de éxito (CSF por sus siglas en inglés), sus procesos críticos, las
expectativas de sus clientes y proveedores, su competitividad, su cultura, sus
fortalezas y debilidades, amenazas y oportunidades (SWOT).
5. Equilibrar los indicadores en cuanto a su temporalidad: pasado, presente y
futuro, su alcance de corto y largo plazo, sus perspectivas, su influencia interna
y externa, sus dimensiones financiera y no financiera, en cuanto a sus
propiedades preventivas y correctivas, y a su naturaleza cuantitativa y
cualitativa.
6. Utilizar el sistema de indicadores en los procesos de toma de decisiones a través
de las sesiones de evaluación, planeación y seguimiento, aprovechando los
sistemas de información con prácticas de sondeo del tipo “drill down” para
descubrir las causas raíz de un problema potencial, de manera anticipada.
7. Complementar el sistema de indicadores con metas estratificadas asociadas a
objetivos retadores y sistemas de compensación no perniciosos ni manipulables,
oportunos, dimensionados y acotados. Para que una meta sea efectiva, debe de
ser deseada, meditada, negociada y consensuada. Las metas triviales son tan
malas como las metas inalcanzables. Evitar el juego absurdo del lobo y las
ovejas, crear un ambiente de intimidación artificial solo contribuye a perder la
credibilidad en el sistema, vgr. “Tu haces como que me pagas y yo hago como
que trabajo.” Dada la dificultad que representa establecer metas adecuadas es
necesario recurrir a elementos externos de comparación referencial y correr
pruebas piloto en la organización para que a través de varias iteraciones se
llegue a valores realistas y representativos en forma colaborativa.
Evitar el juego absurdo del lobo y las ovejas, crear un ambiente de intimidación artificial
solo contribuye a perder la credibilidad en el sistema, vgr. “Tu haces como que me
pagas y yo hago como que trabajo.” Dada la dificultad que representa establecer metas
adecuadas es necesario recurrir a elementos externos de comparación referencial y
correr pruebas piloto en la organización para que a través de varias iteraciones se
llegue a valores realistas y representativos en forma colaborativa.
Reflexión
Una de las más celebres reflexiones sobre el empleo de indicadores, se encuentra en el
reporte sobre la gestión de información e indicadores de desempeño de la comisión
australiana de educación superior publicada en 1990 por Deborah Teather y que
reproducimos aquí para su deleite intelectual: