Está en la página 1de 8

Universidad San Carlos De Guatemala · Escuela de Ciencias psicológicas · Sociología general B · Lic.

Herbert Bolaños

Luis Alejandro González Hernández


2002 19145

Análisis Nacional sobre la diferencias entre ámbitos urbanos y rurales de país

Que todos se levanten,


que se llame a todos,
que no haya un grupo,
ni dos grupos de entre nosotros
que se quede atrás de los demás…
Popol Wuj

Soy guatemalteco, y pienso poco en Guatemala: en sus personas y sus diferencias, en nuestras
posibilidades como país y como personas individuales. Los datos estadísticos, los números, las
encuestas, reflejan de una manera “fría” nuestra situación y nos pone en contextos -que al
menos yo- que no notamos tan claramente porque vivimos encerrados en nosotros mismos con
“nuestro país a cuestas” y porque estamos ciegos nomas porque no sabemos, porque no
tenemos conciencia. Las desigualdades son notorias a simple vista y cobran un tono vibrante
desde sus contextos y cuando se examinan con más claridad.
Las venas abiertas de América Latina, es el título de un libro escrito por Eduardo Galeano en
donde aborda el tema de la traumática historia de América, desde que Cristóbal Colón decidió ir
en busca de las Indias y resulto encontrándose con lo que después se llamaría América. En
general en toda América Latina se vivieron eventos muy parecidos, en donde nuestra “derrota
estuvo siempre implícita en la victoria ajena, y en donde nuestra riqueza ha generado siempre
nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros…” y es que por donde se le vea la
avaricia extrema de los conquistadores, el “casi” exterminio de los habitantes de estas tierras
(necesitaban mano de obra y esclavos, de pronto y por eso no les exterminaron), los saqueos,
sus leyes e imposiciones; han construido la identidad de los americanos y en ese canasto entra
Guatemala. Mucho de lo que somos y lo que se construye como sociedad guatemalteca no es
más que la sumatoria de los eventos ocurridos desde nuestro descubrimiento como tierras
“indias” y la conquista por mercaderes y mercenarios españoles encabezados por Pedro de
Alvarado montado en su caballo al que el príncipe Uman intentaría matar, matando al caballo. O
de las 32 conspiraciones por la United Fruit Co., que tuvo que evadir Arévalo, todo por instituir
reformas al país que no le convenían a dicha empresa transnacional. Dwight Eisenhower diría
más tarde de la caída del gobierno de Jacobo Arbenz: “tuvimos que deshacernos de un gobierno
comunista que había asumido el poder”, “el coronel Castillo Armas abatió sobre su propio país
las tropas entrenadas, al efecto, en los Estados Unidos, respaldados por bombarderos F-47,
había hecho llegar las tropas entrenadas en los Estados Unidos a su propio país”. De la
interminable guerra interna y después de muchos años de violencia y crímenes, llegada la firma
de la paz y el incumplimiento de acuerdos con los que se lograría una paz “firme y duradera”,
hechos que han ido formando nuestras desigualdades, nuestra conciencia o inconciencia como
ciudadanos.
“En el primer tomo de El Capital, escribió Karl Marx ´el descubrimiento de los yacimientos de oro
y plata de América, la cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento en las minas de la
población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la
conversión del continente africano en caza de esclavos negros: son todos hechos que señalan los
albores de la era de producción capitalista. Estos procesos idílicos representan otros tantos
factores fundamentales en el movimiento de la acumulación originaria´. El saqueo, interior y
externo, fue el medio más importante para la acumulación primitiva de capitales que, desde la
Edad Media, hizo posible la aparición de una nueva etapa histórica en la evolución económica
mundial. A medida que se extendía la economía monetaria, el intercambio desigual iba
abarcando cada vez más capas sociales y más regiones del planeta”.
Estos tesoros arrebatados a América estimularon el desarrollo económico de Europa y es posible
que hasta lo hayan hecho posible. Mientras España extraía las riquezas se decía que “España era
como la boca que recibe los alimentos, los mastica, los tritura, para enviarlos enseguida a los
demás órganos, y retiene de ellos por su parte, más que un gusto fugitivo o las partículas que por
casualidad se agarran a los dientes”.
Se dice también que al mismo tiempo de la gran concentración de riqueza en beneficio de
Europa se bloqueaba a las regiones saqueadas, la posibilidad de la acumulación industrial. “La
doble tragedia de los países en desarrollo consiste en que no solo fueron víctimas en ese proceso
de concentración internacional, sino que posteriormente han debido tratar de compensar su
atraso industrial, es decir, realizar la acumulación originaria de capital industrial, en un mundo
que está inundado con los artículos manufacturados por una industria ya madura, la occidental.”
Aunque en la actualidad se hace evidente el hecho de que muchos eventos que suceden fuera
de nuestro país tienen impacto en nuestra evolución como país, que seguramente mucho de lo
que somos como nación, como estado, tiene un significado más allá de los hechos locales. Que
somos un país que financia su presupuesto cada año con préstamos, que la deuda externa se
extiende cada vez más, y todo pareciera indicar que las mejoras desde la firma de la paz (este es
un hecho que marca un antes y un después) no llegan a los sectores más vulnerables, según el
índice de gini (CEPAL: Comisión Económica para América Latina y el Caribe) calculado a partir de
la distribución del ingreso per cápita de las personas, para el año 2002 para el área urbana es
0.524 y la rural 0.47. En Guatemala padecemos de un desarrollo desigual: En el caso de
Guatemala, la evaluación del IDH (Índice de Desarrollo Humano: Para medir el desarrollo, el IDH
combina tres componentes: la esperanza de vida, como indicador de la longevidad, la tasa de
alfabetización de adultos y la de matriculación en establecimientos de enseñanza, como
indicadoras del nivel educativo, y el ingreso por persona (PIB per cápita) como indicador del nivel
de vida) de 1995-1996, efectuada en cada departamento, permite ver ciertas conclusiones. En
primer lugar, el valor del IDH coloca a Guatemala dentro de la categoría de países con un nivel
de desarrollo humano medio (entre 0.500 y 0.799), no muy diferente al de El Salvador, Honduras
o Bolivia. En segundo término, quedan de manifiesto las grandes desigualdades al observarse
que el nivel del IDH del departamento de Guatemala está claramente por encima de los demás.
Mientras 17 departamentos se encuentran en la categoría de países de bajo desarrollo humano
(menor a 0.500), solo cuatro (Zacapa, Sacatepéquez, El Progreso, y Retalhuleu) cuentan con un
nivel intermedio (entre 0.500 y 0.799). Si bien hay diferencias importantes en relación con todos
los componentes del IDH, las mayores se observan en el área de los ingresos, seguida por la
educativa. Esto se nota cuando se compara el departamento de Guatemala con los demás. La
posición de este departamento es parte de la macrocefalia que caracteriza al país: una
concentración de personas, servicios y actividades industriales en la capital. Ahora bien para el
2006 se puede observar el IDH de la población indígena se ha incrementado en casi 20 puntos,
aún persiste una «distancia» de unos 12 puntos con relación a la población no indígena. el 43%
de los niños guatemaltecos (menores de cinco años) padecen desnutrición crónica (baja talla
para la edad) y 16% la sufren de forma severa. Sin embargo, la población indígena está mucho
más afectada por la desnutrición: tres de cada cinco niños indígenas padecen desnutrición
crónica y uno de cada cuatro en grado severo. La desnutrición es una importante barrera para el
desarrollo de capacidades humanas. En Guatemala, el 4.2% de los niños muere antes de cumplir
los cinco años. Desde 1995 se ha logrado reducir esta cifra. No obstante, la mortalidad infantil
afecta mayormente a las y los niños indígenas, cuya tasa de mortalidad infantil asciende a 51 por
mil nacidos vivos. En la asistencia escolar de la población según la edad. En el rango de edad de 7
a 12 años (edad adecuada para primaria) se había reducido sustantivamente la brecha entre
niños indígenas y no indígenas, aunque todavía un 13.0% de niños indígenas no acudía a ningún
centro educativo. Las brechas se incrementan en los otros rangos de edad, principalmente en el
de 16 a 18 años (edad adecuada para ciclo diversificado del nivel medio), dentro del cual, en el
año de la encuesta, no asistían dos tercios de los jóvenes indígenas. Tres de cada cinco indígenas
mayores de 15 años sabe leer y escribir. Es una proporción alarmantemente baja, aunque en
1989 sólo la tercera parte sabía leer y escribir. Las brechas en salud y educación de niños y
jóvenes indígenas se reflejan en la precariedad ocupacional en la que se incorpora la población
indígena al mercado laboral. El 70% de los trabajadores indígenas ganaba, para el año de la
Encuesta (ENCOVI 2006), menos que el salario mínimo. El 93% laboraba sin seguro social y el
27% de la población indígena ocupada trabajaba sin remuneración.
¿Guatemala es un país de pobres? ¿Guatemala como país es pobre? El concepto de pobreza es
utilizado desde la antigüedad para denotar carencias, insuficiencia, escasez, etc. Los intentos por
describir el fenómeno de pobreza surgen con las ciencias sociales, en particular con la sociología
y la economía. Actualmente, existen innumerables formas de abordar el tema; su concepción
depende, en gran medida, del contexto y el desarrollo de los países. No es lo mismo ser pobre en
Japón que en Afganistán, o que en el África subsahariana, al igual que no es lo mismo ser pobre
en una comunidad de Jacaltenango que en un barrio precario de la ciudad de Guatemala. En un
estudio basado en las percepciones de las personas de lo que significaría ser pobre. Los temas
clave que definirían la pobreza serían tres: a) no tener dinero para comer; b) no tener lote ni
vivienda propia y c) tener que pedir limosna. Dentro del enfoque de capacidad, básico para la
formulación del concepto de desarrollo humano, la pobreza es entendida como la ausencia o
limitación de las capacidades para funcionar. Es decir, incluiría todos aquellos factores que
limitan a los seres humanos en su proceso de realización, por ejemplo, la insuficiencia de
ingresos o recursos materiales, la ausencia de un trabajo digno, la malnutrición, la inseguridad, la
falta de posibilidades de educación, etc. En Guatemala, la proporción de la población con
ingresos menores a un dólar se redujo en más de 4% en el año 2000, volvió a incrementarse en
2004, incluso más que en 1989. Según el documento revisado no existe cifras actualizadas de
este indicador. No obstante, la crisis financiera internacional de 2008-2009 produjo una
reducción del ingreso per cápita que en Guatemala incrementaría la probabilidad de que la
incidencia de la pobreza extrema se haya agudizado.
Las distintas mediciones de pobreza dan cuenta de que ha habido escasos cambios entre 1989 y
2006. Considerando la pobreza medida por medio del consumo familiar per cápita, hubo una
reducción porcentual de ocho puntos, en el caso de la pobreza total, y de tres puntos, en la
pobreza extrema. Al comparar 1989 con 2006, pero en términos absolutos, para 2006 se estiman
más pobres, pasando de ser 5.4 a 6.6 millones, y más pobres extremos, de 1.6 a
2.0 millones. En términos relativos, la pobreza general ha transitado desde un 62.8%, en 1989, a
un 50.9%, en 2006 y la pobreza extrema desde un 18.1 a un 15.2%. Asimismo, que la pobreza
afecta en mucho mayor grado a la población indígena, de la cual el 73.0% estaba en pobreza y el
26.0% en pobreza extrema en la última medición.
Entre la población indígena también hay amplias diferencias en cuanto a los niveles de pobreza.
Se muestra la incidencia de la pobreza y pobreza extrema para los grupos étnicos más
numerosos del país. Por ejemplo el 85% de la población q’eqchi’ se encuentra en situación de
pobreza y el 46% en pobreza extrema. La pobreza también sigue siendo más significativa en las
áreas rurales, en donde casi tres cuartas partes de la población viven en pobreza, mientras que
una cuarta parte vive en pobreza extrema.
En los últimos 20 años, la concentración de la riqueza en Guatemala no ha cambiado
significativamente. Una quinta parte de la población sigue participando de no más del 3% de los
ingresos totales, mientras que la quinta parte de más recursos obtiene más de tres quintas
partes de la riqueza. Como vimos antes, el coeficiente de Gini, muy utilizado para mostrar la
desigualdad, entre 1989 (0.583) y 2006 (0.562) apenas se redujo en dos centésimas de su valor,
estadísticamente insignificantes, mostrando la persistencia de la desigualdad en los ingresos en
el país.
En el primer Informe del PNUD para Guatemala, existe también, con el fin de profundizar el
análisis de aquellos menos beneficiados por el desarrollo y evitar el uso de estadísticas muy
tentativas sobre los ingresos por departamento, se utiliza un índice de Exclusión del Desarrollo
Social (IEDS), que mide el grado en que se limitan las oportunidades de vivir una vida digna. Este
índice, que no incluye un indicador (económico) del ingreso de las personas y mide la carencia de
opciones, se centra en tres conjuntos de variables: el porcentaje de gente que se estima morirá
antes de los 40 años de edad, lo cual indica la vulnerabilidad ante una relativamente temprana
muerte; el porcentaje de adultos analfabetos, expresión del grado de exclusión del mundo de la
lectura y de las comunicaciones; y el porcentaje de niños desnutridos menores de cinco años, así
como la proporción de personas sin acceso a ciertos servicios de salud y al agua potable, como
indicadores de necesidades básicas no satisfechas.
El valor del IEDS por departamentos en 1995-1996 confirma nuevamente la existencia de
condiciones de vida más favorables en el departamento de Guatemala. En éste, alrededor de
una décima parte de su población se halla excluida del desarrollo social, en contraste con diez
departamentos donde es la tercera parte o más.
Por otro lado, los departamentos con un menor IEDS —reflejo de una proporción más baja de la
población afectada por la muerte a temprana edad, por analfabetismo y por necesidades básicas
insatisfechas— son Sacatepéquez, Escuintla y El Progreso. Quetzaltenango también manifiesta
condiciones relativamente buenas en materia de alfabetización y de acceso al agua y a algunos
servicios básicos de salud. En el extremo opuesto se encuentran Alta Verapaz y el Quiché, con el
mayor analfabetismo y la menor satisfacción de necesidades básicas. En Sololá, Huehuetenango
y Totonicapán también se dan condiciones extremadamente adversas en relación con los dos
últimos componentes del IEDS.
Los contrastes en Guatemala son aún más marcados cuando se compara la situación de los
municipios. Así, de acuerdo con el Censo de Población de 1994, el municipio de Guatemala tenía
una tasa de analfabetismo del 6.5%, en contraste con 97.8% en Senahú, municipio de Alta
Verapaz con 95% de población indígena; la matriculación primaria, secundaria y terciaria del
municipio de Guatemala alcanzaba 51%, frente a 9% en Senahú. Los contrastes se extienden a
otras áreas: solo 4% de los hogares de Senahú contaba con energía eléctrica, al contrario del
97% en el municipio de Guatemala.
La pobreza es un fenómeno fundamentalmente rural Los hogares rurales representan
aproximadamente el 57 por ciento del total de los hogares de Guatemala y cerca del 61 por
ciento de la población nacional. Esta diferencia se explica por el hecho de que los hogares rurales
tienen una media de miembros superior que los urbanos. Sin embargo, representan más de tres
cuartas partes de los hogares pobres no extremos y el 93.2 por ciento de los hogares pobres
extremos de Guatemala. En contraste, sólo suman un poco más de un tercio de los hogares no
pobres de toda la república.
Al verificar básicamente el primero y el último informe de desarrollo elaborado por el PNUD,
vemos que las brechas de la desigualdad han permanecido, en los últimos 20 años, la
concentración de la riqueza en Guatemala no ha cambiado significativamente, habiendo quizá
mayor apertura a tratar el tema, a atender a las poblaciones más afectadas, quizá desde los
gobiernos electos democráticamente y la firma de los acuerdos de paz. En el entorno
internacional, en septiembre de 2000, los dirigentes del mundo se reunieron en la sede de las
Naciones Unidas en Nueva York para aprobar lo que se llamó la Declaración del milenio,
comprometiendo a sus países con una nueva alianza para reducir los niveles de extrema pobreza
y estableciendo una serie de objetivos sujetos a plazo, conocidos como los Objetivos de
desarrollo del milenio (ODM), cuyo vencimiento está fijado para el año 2015. Este acuerdo
mundial imprimió una nueva dinámica a las políticas públicas para enfrentar la pobreza en todas
las naciones, incluyendo Guatemala (quizá un poco por quedar bien con las naciones que nos
acogen bajo sus vestidos y no por visiones de igualdad y equidad). Así que en mi opinión es el
Estado quien debería ser el principal promotor de equidad y de igualdad. Naturalmente este
problema multdimencional que se manifiesta en todo el país y que las desigualdades excluyen a
una amplia mayoría de la población, no sólo del acceso a un bienestar básico —en términos de
educación, salud, empleo digno, alimentación y seguridad— sino también de participar en las
decisiones que orientan el rumbo del país.
La desigualdad no es «homogénea», cruza los ejes de diversidad de la sociedad, afectando a
grupos específicos. Además de la desigualdad «longitudinal» entre familias e individuos, existen
desigualdades entre grupos específicos, debidas a condición étnica, sexo, edad, localidad,
discapacidad, etc.
La pobreza y la desigualdad son barreras al desarrollo humano de los pueblos indígenas. Si bien
se han observado avances en algunos de los indicadores presentados, las brechas en salud,
educación e ingresos con relación a la población no indígena todavía son amplias. Esta situación
requiere un compromiso de largo plazo del Estado y la sociedad con el desarrollo humano de los
pueblos indígenas.

Anexos
Bibliografía
Guatemala hacia un Estado para el desarrollo Humano. Informe nacional de Desarrollo Humano. 2009-2010. PNUD
Guatemala: Los contrastes del desarrollo humano. Edición 1998. PNUD
www.unicef-irc.org/
La venas abiertas de América Latina. Eduardo Galeano.

También podría gustarte