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Módulo I

DERECHO PENAL ECONÓMICO Y


DERECHO PENAL DE LA EMPRESA

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ÍNDICE

MÓDULO 1: DERECHO PENAL ECONÓMICO Y


DERECHO PENAL DE LA EMPRESA

INTRODUCCIÓN ......................................................................................................... 3

1. CONTEXTOS SOCIAL Y NORMATIVO DE LAS EMPRESAS EN EL PERÚ ..... 4

1.1. El régimen económico previsto en la Constitución Política del Perú para las
empresas.................................................................................................... 5
1.2. La normativa interna de las empresas y su aplicación en el ámbito penal
nacional ...................................................................................................... 8

2. CONCORDANCIAS Y DIFERENCIAS ENTRE EL DERECHO PENAL


ECONÓMICO Y EL DERECHO PENAL DE LA EMPRESA .............................. 11

2.1. Derecho penal económico: en sentido estricto y en sentido amplio .......... 11


2.2. Derecho penal de la empresa ................................................................... 13
2.3. Concordancias y diferencias entre el Derecho penal económico y el Derecho
penal de la empresa ................................................................................. 15

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MÓDULO 1
DERECHO PENAL ECONÓMICO Y DERECHO PENAL DE LA EMPRESA

INTRODUCCIÓN

El Derecho penal económico y el Derecho penal de la empresa son dos


manifestaciones de una nueva criminalidad que surge alejada de los estándares
sociales y culturales en los que se gestó el Derecho penal tradicional. En efecto, ambas
ramas del Derecho penal nacieron como consecuencia del incremento y el desarrollo de
las industrias y, con ello, de la especialización de labores que realizan los individuos que
trabajan al interior de estos nuevos centros de producción, universalmente conocidos
bajo la denominación de “empresas”.

Así, la figura del delincuente tradicional dejó de ser entendida como un individuo de
escasos recursos económicos y sin ninguna preparación profesional, para pasar a
comprender a aquellas personas pertenecientes a las clases media y alta de una
sociedad, con carreras profesionales y pertenecientes al ámbito laboral formal.

Asimismo, entre los cambios que trajo consigo el desarrollo del sector económico en
las sociedades, se encuentra el surgimiento de un nuevo sujeto activo del delito: las
empresas. Las cuales inicialmente fueron concebidas como contextos favorecedores de
esta nueva clase de delincuencia y, actualmente, son entendidas por la doctrina y gran
parte de la legislación internacional como auténticos centros de imputación penal.
Incluso, los últimos aportes doctrinarios afirman la necesidad de construir una propia
Teoría del delito para las personas jurídicas, la cual deberá ser distinta a la que
actualmente existe y que originalmente fue formulada sobre la base de los individuos.

Los cambios anteriormente señalados no han sido ajenos a la realidad nacional. Tal
es así que, la promulgación del Código penal de 1991 trajo consigo la regulación de un

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gran número de delitos destinados a proteger los diferentes alcances del régimen
económico peruano, como son los delitos financieros, tributarios y de la competencia1.

Por otro lado, en lo que respecta a la introducción de la responsabilidad penal de las


personas jurídicas, si bien en nuestro país no se encuentra previsto dicho sistema de
imputación, sí se ha podido evidenciar una serie de mecanismos legislativos y
jurisprudenciales destinados a imponer sanciones a las empresas desde la jurisdicción
penal, ya sea bajo la denominación de “consecuencias accesorias” o, como señala la
recientemente promulgada Ley N.º 30424, de “sanciones administrativas”; por lo que,
este segundo aspecto tampoco resulta ajeno al Ordenamiento jurídico peruano.

En atención a lo expuesto, corresponde estudiar en este primer módulo del curso dos
temas que serán determinantes para comprender la asignatura. En primer lugar, se
analizará cuál es el régimen económico previsto por el legislador peruano para las
empresas, logrando identificar de esta manera el grado de intervencionismo estatal
dispuesto desde la normativa penal para los entes colectivos. Y, en segundo lugar, se
estudiarán las similitudes y las diferencias que existen entre los conceptos de Derecho
penal económico y Derecho penal de la empresa, centrando así el campo de análisis
sobre el cual versarán las demás temáticas del curso.

1. CONTEXTOS SOCIAL Y NORMATIVO DE LAS EMPRESAS EN EL PERÚ

Estudiar cualquier institución jurídica implica la asunción de un gran reto académico;


sin embargo, dicho esfuerzo resulta incompleto si el mismo no es atendido desde los
contextos social y normativo de la realidad donde se va a aplicar. Es por ello que,
en esta primera parte del módulo I se analizará la legislación peruana
aplicable a las empresas, con el propósito
de comprender las particularidades
normativas y contextuales que se
presentan en el país y que,
posteriormente, deberán ser
atendidas para formular un concepto
de Derecho penal de la empresa
aplicable a nuestra realidad.

1
Actualmente derogados por los Decreto Legislativo N.º 1034 y Decreto Legislativo N.º 1044.

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1.1. El régimen económico previsto en la Constitución
Política del Perú para las empresas

La Constitución Política del


Perú reconoce el
surgimiento de las empresas
como una necesidad de los
individuos para operar dentro del
ámbito económico. Al respecto, se tienen los siguientes
preceptos:

“Artículo 2.- Derechos fundamentales de la persona


Toda persona tiene derecho:
(…)
13. A asociarse y a constituir fundaciones y diversas formas de organización
jurídica sin fines de lucro, sin autorización previa y con arreglo a ley. No
pueden ser disueltas por resolución administrativa.
(…)
17. A participar, en forma individual o asociada, en la vida política,
económica, social y cultural de la Nación. Los ciudadanos tienen, conforme
a ley, los derechos de elección, de remoción o revocación de autoridades,
de iniciativa legislativa y de referéndum.
(…)”

De las disposiciones anteriormente citadas, se puede concluir que las empresas se


gestan como consecuencia del ejercicio del derecho a la libertad de asociación de los
individuos. Así, al constituir las personas jurídicas una manifestación de la práctica lícita
del referido derecho, el Ordenamiento peruano les otorga idéntica protección jurídica
que aquella que corresponde brindar a cualquier otra actuación legítima de las personas.

Esta interpretación sistémica del texto constitucional ha sido seguida por el propio
Tribunal Constitucional, el cual incluso ha llegado a afirmar que a las empresas les
asisten los mismos derechos fundamentales que a los individuos, en la medida que así
lo permita su propia naturaleza jurídica, como son el derecho a la buena reputación, el
derecho a la libertad contractual y el derecho de defensa; a su vez, el máximo intérprete

5
de la Constitución afirma que el Estado se encuentra en la obligación de garantizar a las
empresas el ejercicio de tales derechos2.

Bajo la premisa de que a las empresas les asisten los mismos derechos que a los
individuos, resulta necesario adentrarnos a los alcances de tales facultades en lo
competente al régimen económico, para lo cual se deberá atender a lo dispuesto en los
artículos 58.º y 59.º de la Constitución Política del Perú:

“Artículo 58.- Economía Social de Mercado


La iniciativa privada es libre. Se ejerce en una economía social de mercado.
Bajo este régimen, el Estado orienta el desarrollo del país, y actúa
principalmente en las áreas de promoción de empleo, salud, educación,
seguridad, servicios públicos e infraestructura.”

“Artículo 59.- Rol Económico del Estado


El Estado estimula la creación de riqueza y garantiza la libertad de trabajo y
la libertad de empresa, comercio e industria. El ejercicio de estas libertades
no debe ser lesivo a la moral, ni a la salud, ni a la seguridad públicas. (…)”

Como se puede apreciar, las disposiciones anteriormente citadas postulan que el país
se rige bajo una Economía Social de Mercado, la cual se caracteriza porque los agentes
económicos que participan de la misma actúan bajo la lógica de la libre competencia,
quedando reservado el papel del Estado a actuar subsidiariamente, como regulador
de la economía de los particulares y como agente económico de aquellos
campos de especial incidencia social en los
que hay poca o nula participación de los
agentes privados y/o sean aspectos de
especial incidencia social,
como es el caso de la
explotación de los recursos
naturales.

En atención a lo afirmado,
se puede concluir que el Estado
peruano no sigue una

2
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, Expediente N.º 0905-2001-AA/TC, del 14 de agosto del 2002.

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tendencia económica de carácter intervencionista, sino que la misma se basa en el libre
intercambio de bienes y servicios entre los agentes económicos de una sociedad. Por
lo que, la regulación estatal de la economía no debe estar destinada a frenar dicha
libertad de actuación; sino que, por el contrario, debe remitirse a sancionar aquellas
manifestaciones que buscan frenar el normal desarrollo de la libre competencia.

Este último extremo tiene plena concordancia con los temas materia de estudio en la
presente asignatura, ya que cabría preguntarnos: ¿cuál debe ser el contenido del
Derecho penal económico y el Derecho penal de la empresa en el Perú? Pues bien, la
definición y los alcances normativos que se establezcan para ambas ramas del Derecho,
deben tener plena coherencia con el régimen económico establecido en el país. Así, por
ejemplo, no resultará acorde al texto constitucional que se tipifiquen como delitos las
manifestaciones de libre competencia, toda vez que éstas son legítimas en nuestro
Ordenamiento jurídico. Por el contrario, resultará coherente que se consideren delictivas
aquellas conductas que resulten contrarias al intercambio de bienes y servicios bajo los
alcances de la libre competencia, como es el caso del lavado de dinero.

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Atendiendo a las ideas aquí expuestas será necesario remitirnos a la legislación
infraconstitucional aplicable a las empresas, a efectos de saber qué figuras jurídicas
compondrán el contexto de estudio del Derecho penal.

1.2. La normativa interna de las empresas y su aplicación en el ámbito penal


nacional

A lo largo del presente texto se ha utilizado la denominación de “empresas” para hacer


referencia a los entes colectivos que participan como agentes económicos en el
intercambio de bienes y servicios que se producen en el país. Sin embargo, en nuestro
país, la denominación coloquial de “empresas” no siempre coincide con el concepto
legal de “personas jurídicas”. Por lo que resulta necesario atender a la legislación
interna, tanto civil, cuanto comercial, para saber qué “empresas” serán materia de
análisis en el ámbito penal.

En primer lugar, se deberá tener en cuenta lo previsto en los artículos 77.º y 78.º del
Código civil:

Artículo 77.- “La existencia de la persona jurídica de derecho privado


comienza el día de su inscripción en el registro respectivo, salvo disposición
distinta de la ley.
La eficacia de los actos celebrados en nombre de la persona jurídica antes
de su inscripción queda subordinada a este requisito y a su ratificación
dentro de los tres meses siguientes de haber sido inscrita.
Si la persona jurídica no se constituye o no se ratifican los actos realizados
en nombre de ella, quienes los hubieran celebrado son ilimitada y
solidariamente responsables frente a terceros.”

Artículo 78.- “La persona jurídica tiene existencia distinta de sus miembros
y ninguno de éstos ni todos ellos tienen derecho al patrimonio de ella ni están
obligados a satisfacer sus deudas.”

Como se puede apreciar, la existencia de la persona jurídica y de los efectos


patrimoniales inherentes a ella empieza con su inscripción en el registro respectivo.
Estos aspectos deberán tener plena correspondencia en el ámbito penal. Así, al hacer
referencia al “Derecho penal de la empresa”, se estará poniendo atención a la actuación

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de personas jurídicas formalmente constituidas. No encontrándose dentro de dicho
contexto, las sociedades irregulares o los entes colectivos que no cuenten con una
inscripción en el registro correspondiente, es el caso –por ejemplo- de los contratos
asociativos, los cuales incluso sí tienen efectos normativos para el ámbito tributario.

Esta interpretación parece haber sido aceptada por el legislador, ya que, si


apreciamos el contenido del artículo 105.º del Código penal, se puede concluir que
únicamente importa a dicho ámbito del Derecho, la figura de la persona jurídica
plenamente constituida. Al respecto, conviene apreciar lo señalado por la referida
disposición:

Artículo 105.- Medidas aplicables a las personas jurídicas


“Si el hecho punible fuere cometido en ejercicio de la actividad de
cualquier persona jurídica o utilizando su organización para favorecerlo o
encubrirlo, el Juez deberá aplicar todas o algunas de las medidas siguientes:
1. Clausura de sus locales o establecimientos, con carácter temporal o
definitivo. La clausura temporal no excederá de cinco años.
2. Disolución y liquidación de la sociedad, asociación, fundación,
cooperativa o comité.
3. Suspensión de las actividades
de la sociedad, asociación,
fundación, cooperativa o
comité por un plazo no mayor
de dos años.
4. Prohibición a la sociedad,
fundación, asociación,
cooperativa o comité de realizar
en el futuro actividades, de la
clase de aquellas en cuyo
ejercicio se haya cometido,
favorecido o encubierto el
delito. (…)”

Si bien el artículo 105.º del Código penal no hace referencia a un modelo de


imputación subjetivo atribuible a los entes colectivos, sí ayuda a identificar el tipo de
empresas que ha tenido en cuenta el legislador peruano dentro del ámbito penal: las

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personas jurídicas plenamente constituidas, señalando como ejemplos a la sociedad, la
asociación, la fundación, la cooperativa y el comité.

Sin perjuicio de lo afirmado hasta este punto, resulta conveniente poner especial
atención a dos supuestos que requieren un particular análisis en nuestra
realidad nacional: i) la Empresa Individual de Responsabilidad Limitada; y,
ii) los entes colectivos informales.

En lo que respecta al primer supuesto, conviene recordar que dicha


entidad se encuentra regulada en el Decreto Legislativo N.º 21621,
cuyo artículo 1.º señala que la Empresa Individual de Responsabilidad
Limitada es una persona jurídica de derecho privado, constituida por
voluntad unipersonal y con patrimonio propio distinto al de su titular.
Asimismo, la referida ley señala que la creación de esta entidad tiene como
propósito el desarrollo de actividades económicas de pequeña empresa.

Los aspectos que se cuestionan en torno a la Empresa Individual de Responsabilidad


Limitada están referidos a la naturaleza misma de su constitución. En efecto, a diferencia
de una asociación tradicional, la acotada empresa se encuentra compuesta por un solo
individuo, resultando extraño que esta adquiera una naturaleza patrimonial distinta a la
de su titular, por el solo hecho de encontrarse inscrita en un registro público.

Así, por ejemplo, de aceptarse la introducción de la responsabilidad penal de la


persona jurídica, resultaría propicio preguntarnos si acaso no configuraría un supuesto
de bis in ídem el hecho de que se sancione conjuntamente a la empresa y al titular de
la misma. Sin perjuicio de ello, y siendo que el Ordenamiento peruano le reconoce
facultades distintas a sus integrantes, corresponde tener en consideración dicha
tipología de empresa para los temas que posteriormente serán materia de estudio en el
ámbito penal.

Por otro lado, el segundo aspecto que no resulta ajeno a la realidad peruana sobre la
cual se deberá aplicar el Derecho penal empresarial, está referido a la elevada tasa de
informalidad que existe en el país. Es así que, por ejemplo, ante la introducción de la
responsabilidad penal de las personas jurídicas, el legislador penal deberá plantearse
la necesidad de incluir como sujetos activos del delito a las sociedades irregulares.

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Las dificultades que presenta esta realidad ya han sido analizadas con la
promulgación del artículo 2.º de la Ley N.º 30424, conforme a la cual se contempla que
los entes colectivos que carecen de constitución pueden ser pasibles de sanciones
administrativas ante la comisión del delito de cohecho activo trasnacional, previsto en el
artículo 397.º-A del Código penal. Sin embargo, también resulta sencillo identificar que
la referida regulación no guarda coherencia con el tenor de las sanciones administrativas
establecidas para tal efecto, como son los casos de la clausura de locales, la disolución
de la persona jurídica y las multas, pues tales medidas resultarán de imposible ejecución
por parte de los operadores de justicia penal.

2. CONCORDANCIAS Y DIFERENCIAS ENTRE EL DERECHO PENAL


ECONÓMICO Y EL DERECHO PENAL DE LA EMPRESA

Habiendo explicado las particularidades que ofrece la normativa peruana en torno a


las empresas, corresponde analizar cuál es el concepto de Derecho penal de la empresa
que será materia de estudio a lo largo de la asignatura. Para lograr dicho propósito, en
el presente apartado se brindará un primer acercamiento al Derecho penal económico,
por ser la rama del Derecho penal que comúnmente resulta vinculada al tema materia
de estudio, llegando al punto de ser plenamente identificado con él. Asimismo, una vez
diferenciados los contenidos de ambas ramas del Derecho penal, se realizarán algunas
comparaciones entre las mismas a efectos de verificar la presencia de concordancias y
diferencias.

2.1. Derecho penal económico: en sentido estricto y en


sentido amplio

Como ya se ha tenido ocasión de señalar previamente, se


denomina Derecho penal económico a aquella parte del
Ordenamiento jurídico que protege las diversas
manifestaciones del Orden socio-económico. Dado que el
bien jurídico así identificado puede tener distintas
connotaciones, la doctrina internacional ha optado por
dividir sus márgenes de protección en dos vertientes

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principales: el Derecho penal en sentido estricto y el Derecho
penal en sentido amplio.

Por Derecho penal económico en sentido estricto se entiende al


conjunto de normas penales que protegen la manifestación del
intervencionismo estatal en la economía de un país. Así las cosas, resulta
preciso resaltar que, al no ser igual el intervencionismo estatal en los
diferentes países que pertenecen a una misma tradición jurídica, se entiende
que los alcances del Derecho penal económico en sentido estricto variará
de una sociedad a otra.

Por ejemplo, en el caso peruano se tuvo ocasión de apreciar que el régimen


económico previsto en nuestro texto constitucional hace referencia a una Economía
Social de Mercado, la cual se caracteriza por el rol subsidiario del Estado en la economía
del país. Lo anteriormente acotado permite concluir que en el Perú, el Derecho penal
económico en sentido estricto tendrá una extensión menor que aquella que podrá existir
en otros países en los que el Estado actúa como agente principal de la economía.

Así las cosas, cabría preguntarnos ¿qué manifestaciones de Derecho penal


económico en sentido estricto existe en nuestro Ordenamiento jurídico? Pues bien, entre
las manifestaciones que pueden incluirse dentro de este rubro se tienen los delitos
tributarios, los delitos monetarios y los delitos contra el medioambiente; toda vez que,
en dichas manifestaciones jurídicas, el Estado cumple un rol principal en la prestación
de bienes y servicios.

Por otro lado, en lo que respecta al concepto de Derecho penal económico


en sentido amplio, este contempla al conjunto de normas penales que protege
la regulación jurídica del Orden económico, entendido como la producción,
la distribución y el consumo de bienes y servicios. Como se puede apreciar,
esta forma de comprender la protección jurídico-penal encuentra
plena correspondencia con el modelo económico que se sigue en
nuestro país, cuyo rol se limita a ser subsidiario. Son ejemplos de
esta forma de comprender el Derecho penal económico, el delito de
lavado de activos y los delitos financieros.

Tomando en consideración los aspectos aquí analizados, cabría


preguntarse si las connotaciones anteriormente vistas son excluyentes entre sí, es

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decir, si el legislador penal
debe decantarse por la
protección del Orden
económico desde sólo uno
de los ámbitos de protección
anteriormente delimitados.
La respuesta a dicha
interrogante ya ha sido
analizada con los ejemplos
anteriormente brindados y es
que, ninguna economía del
mundo sigue un régimen
económico estricto o sujeto a
un único modelo, sino que en
su mayoría éste se postula
como un régimen mixto y dinámico, susceptible de ajustarse a las necesidades que
demanda cada sociedad en particular.
En tal sentido, el legislador peruano puede optar por proteger penalmente el Orden
económico desde la perspectiva que considere adecuada para asegurar la no
vulneración de dicho bien jurídico, sea que sus esfuerzos estén destinados a
comprender tanto las manifestaciones más intervencionistas del Estado cuanto sus
alcances como mero regulador de la economía nacional.

2.2. Derecho penal de la empresa

La rama del Derecho penal que corresponde analizar en el presente apartado incluye
a todas aquellas manifestaciones delictivas que se circunscriben a dos ámbitos de
análisis: i) a la empresa como contexto delictivo; y, ii) a la empresa como centro de
imputación delictiva. Si bien ambos extremos de protección jurídica responden a lógicas
distintas, en la actualidad se perciben como campo de trabajo común para el Derecho
penal de la empresa.

Pero, por qué decimos que los ámbitos de protección antes identificados responden a
lógicas de trabajo distintas. Pues bien, debe tenerse en consideración que la empresa,
como contexto delictivo, incluye a todas aquellas manifestaciones ilícitas que están
intrínsecamente relacionadas con el objeto social de una entidad. Es el caso, por
ejemplo, de los delitos que frecuentemente se producen al interior de una empresa por

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parte de los directivos y los subordinados, como es el caso de la Administración
fraudulenta, Defraudación tributaria, Estafa y Apropiación ilícita.

Sin embargo, un supuesto distinto es el que se produce cuando se entiende a la


entidad como propio centro de imputación penal, de manera diferenciada a la atribución
de responsabilidad que pesará sobre los directivos y los subordinados de una empresa.
Ello, debido a que la responsabilidad penal que podría atribuirse contra el ente colectivo
no se encuentra subordinada a la responsabilidad penal que pudiera encontrarse en el
individuo que materialmente realizó el hecho delictivo. Así las cosas, podría llegar a
evidenciarse la responsabilidad penal de una persona jurídica, pero no la
responsabilidad penal del gerente de la entidad.

No obstante lo señalado, al ser aún reciente el desarrollo legislativo que viene teniendo
la responsabilidad penal de las personas jurídicas en los diferentes Ordenamientos del
mundo, el comentario formulado en el párrafo anterior no encuentra plena
correspondencia con la doctrina que actualmente existe para describir el concepto de
Derecho penal de la empresa. Sobre todo en realidades como la nuestra, en la que
todavía estamos discutiendo la necesidad de introducir la responsabilidad penal de las
personas jurídicas.

Así las cosas, la doctrina nacional deberá entender por Derecho penal de la empresa
a aquellos ilícitos que se producen al interior de un ente colectivo y que se encuentran
estrechamente relacionados con sus actividades económicas diarias. En dicha línea,
por ejemplo, podrá verificarse que la comisión de un homicidio culposo forma parte del
Derecho penal de la empresa, si este se produce como consecuencia de
la falta de diligencia del Jefe de Almacén de una fábrica en
supervisar la labor de los operarios. Sin embargo, un caso
manifiestamente alejado de dicho campo de acción
se configurará con la producción de un homicidio que
es consecuencia de un asalto, toda vez
que esta actividad no forma parte de
las actividades
económicas
de una
empresa.

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2.3. Concordancias y diferencias entre el Derecho penal económico y el Derecho
penal de la empresa

Tomando en consideración las dos aproximaciones anteriormente estudiadas,


corresponde analizar las concordancias y las diferencias que pueden hallarse entre el
Derecho penal económico y el Derecho penal de la empresa.

En primer lugar, corresponde acotar que en el Derecho penal de la


empresa siempre tendrán cabida los ilícitos pertenecientes al
Derecho penal económico. En efecto, si bien no todas las
personas jurídicas que existen en el país participan con
finalidad lucrativa en la economía, estas sí realizan actividades
económicas destinadas a sostener su propia existencia; por lo
que, se puede concluir que los entes colectivos siempre
realizarán actividades económicas reguladas por el Estado, siendo
pasibles de sanción por el Derecho penal.

Sin perjuicio de lo antes señalado, se deberá tener en consideración que no todos los
ilícitos pertenecientes al Derecho penal económico llegarán a configurarse en la
actuación de una única empresa, ya que –por lo general- cada ente colectivo se basa
en el principio de especialización de actividades y, por tanto, sus operaciones se
circunscriben a un único mercado y/o a un solo sector productivo.

En tercer lugar, se debe resaltar que el Derecho penal


económico tiene como centro de imputación penal a los
individuos, quienes cometen los delitos a título personal y no
necesariamente a nombre o en representación de una
empresa, incluso podría llegar a evidenciarse que la
personas jurídica es la agraviada por la comisión del delito. Al
respecto, piénsese en la comisión del delito de contaminación
ambiental, en el que uno de los trabajadores vierte residuos a las lagunas que se
encuentran cerca del establecimiento del ente colectivo con el abierto propósito de
perjudicar a la empresa, ya que considera que recibe un sueldo bajo. En este supuesto,
de llegar a comprobarse que el operario actuó en contraposición a las disposiciones de
la entidad, el delito económico no tendrá relación alguna con la empresa, sino que se
limitará al ámbito del individuo que realizó el ilícito.

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Finalmente, una diferencia pasible de evidenciarse entre el Derecho penal de la
empresa y el Derecho penal económico está referida al sujeto activo del delito. Si bien
en nuestro país aún no se introduce la responsabilidad penal de las propias personas
jurídicas, sí han existido diversas propuestas legislativas que estuvieron destinadas a
su regulación en el medio. Asimismo, la reciente promulgación de la Ley N.º 30424, a
través de la cual se introdujo la responsabilidad administrativa de las personas jurídicas
por la comisión del delito de cohecho activo trasnacional, inicialmente estuvo redactada
bajo los alcances de una responsabilidad penal para los entes colectivos; por lo que, se
puede concluir que dicha realidad no resulta del toda ajena a nuestra legislación.

Tal como postula actualmente la doctrina internacional, el Derecho penal de la


empresa tiene como centro de imputación al ente colectivo y no así a los individuos que
cometen los ilícitos a nombre de la persona jurídica. Este aspecto resulta totalmente
ajeno al denominado Derecho penal económico, el cual se basa en una imputación de
tipo individual y no tiene por propósito cuestionar la inclusión de las personas jurídicas
a la Teoría del delito, sino que está enfocado en delimitar el contenido inmediato y
mediato del Orden económico como bien jurídico pasible de protección por el Derecho
penal.

Como se ha podido apreciar, si bien existen diferencias notables entre el Derecho


penal económico y el Derecho penal de la empresa, también resulta sencillo identificar
que ambos campos de estudio están naturalmente ligados por las temáticas que plantea
la actuación de los entes colectivos, esto es: el sector económico de la sociedad; por lo
que, en los módulos siguientes se tendrá ocasión de apreciar algunas manifestaciones
del Derecho penal económico aplicadas a casos concretos de especial incidencia para
las empresas.

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