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EES Nº5 5to año Colonia San Adolfo

Política y Ciudadanía
Prof. Rodrigo G. Aceituno

En los trabajos prácticos anteriores, estuvimos analizando la institución denominada Estado con sus
características, y algunas de las diferentes formas que puede adoptar en distintos momentos
históricos. En esta ocasión, la propuesta es acercarnos a conocer cómo fue el proceso de
conformación del Estado en nuestro país.

La formación del Estado argentino

El período histórico abierto con la Revolución de Mayo de 1810 estuvo marcado por cinco décadas
de sucesivos fracasos en la organización de un Estado. Todos los elementos considerados necesarios
para la existencia del mismo, estaban ausentes o tenían un escaso desarrollo.
La imposibilidad de organizar un Estado-nación se vio reflejada en los largos años en que
predominaron el poder local, el caudillismo y la violencia desatada por las guerras civiles y los
enfrentamientos entre unitarios y federales. La derrota de Juan Manuel de Rosas en la batalla de
Caseros de 1852, puso en manos de Justo José de Urquiza, el desafío de reunir el poder y organizar
un Estado con verdadero alcance nacional. Para ello se sancionó la Constitución de 1853 y se creó
la Confederación Argentina. Sin embargo, la ausencia de Buenos Aires como integrante de la
Confederación puso en evidencia que sin los recursos de las rentas aduaneras no había manera de
sostener instituciones nacionales. Recién con la batalla de Pavón en 1861, Buenos Aires se
impondría definitivamente y se unificaría el país bajo la hegemonía porteña. Durante las dos
décadas siguientes tuvo lugar un proceso de formación y consolidación de las instituciones propias
del Estado-nación.
La Constitución de 1853 ofrecía las bases formales para la organización nacional, pero esa
organización debió concretarse en instituciones que la convirtieran en una realidad. En la medida en
que las instituciones estatales fueron adquiriendo mayor desarrollo y el Estado comenzó a tomar
forma, las distintas economías regionales fueron articulándose en un mercado nacional de acuerdo
con las reglas de un capitalismo internacional. Así, pronto quedó en evidencia la dinámica implícita
en la organización nacional: economía capitalista y Estado-nación se auxilian mutuamente y
son parte de un mismo proceso.

El ejército y la coacción

Como ya se ha explicado, el Estado es la única institución a la que la que la sociedad le reconoce la


facultad de aplicar la fuerza para obligar a cumplir las normas. En su etapa formativa, para
monopolizar la fuerza el Estado argentino debía constituir un ejército de auténtico alcance nacional
y terminar con las múltiples milicias locales.
En 1864, bajo la presidencia de Mitre se creó formalmente un Ejército Nacional. Durante la
presidencia de Avellaneda se crearon el Colegio Militar de la Nación (1869) y la Escuela Naval
Militar (1872).
La actividad militar estuvo destinada fundamentalmente a cuidar y extender la frontera interna. Ese
objetivo significó avasallar a los pueblos originarios, imponiendo el orden del Estado sobre vastos
territorios que quedaron incorporados a la producción agropecuaria y a la propiedad de las clases
terratenientes. A su vez, el Ejército Nacional sirvió para reprimir los últimos levantamientos de los
caudillos provinciales que defendían las autonomías locales ante el desarrollo del Estado-nación. En
el plano externo, la Guerra del Paraguay (1865-1870) constituyó el bautismo de fuego del nuevo
ejército.
En pocos años, el Ejército Nacional consiguió definir los límites territoriales, tanto internos como
internacionales, que conformaron el nuevo mapa de Argentina. De este modo quedó organizado
uno de los elementos clave de todo Estado: el territorio nacional.

Territorio argentino hacia 1860, solo un tercio del actual territorio


nacional estaba ocupado.

El mercado nacional

La fuerza de ejército “ordenó” el territorio y, al hacerlo, creó las condiciones necesarias para
articular las economías regionales en un mercado nacional que comenzaba a desarrollarse. De esa
manera, los intereses de los sectores económicamente dominantes de las provincias fueron
insertándose en un circuito comercial que tenía su centro en el puerto de Buenos Aires pero que era
dominado por los terratenientes, productores ganaderos, de la región pampeana.
La economía del país de internacionalizó en la medida en que, al avanzar la segunda fase de la
Revolución Industrial, las potencias europeas demandaron más productos agropecuarios. El
abaratamiento de los costos del transporte posibilitó que Argentina reemplazara la exportación de
cueros y tasajo por la de lana, cereales y carnes. Así, Estado nacional y capitalismo argentino se
constituían mutuamente: este modo de producción y sus intercambios guiaron las
intervenciones del Estado.
Dentro de este esquema, resultaba necesario conectar los sectores productivos con el puerto de
Buenos Aires, principal nodo de salida hacia el mercado internacional. De ahí que las
intervenciones del Estado se orientaran a la comunicación, las obras de infraestructura y la
administración destinadas a conectar el territorio nacional en función del modelo agroexportador.
La instalación de ferrocarriles fue, probablemente, el ejemplo más representativo de la época. En
1860, la red ferroviaria tenía una extensión de 39 km y, hacia fines del siglo XIX, estaba cerca de
alcanzar 17.000 km.
Para complementar al ferrocarril, el Estado encaró la construcción de caminos y puentes. Además se
aseguró la exclusividad en la emisión de moneda, la creación y expansión de correos y telégrafos, la
creación de ministerios, la extensión del sistema judicial y de los organismos de recaudación de
impuestos, la fundación del Banco Nacional. Como los recursos que el Estado recaudaba resultaban
insuficientes para financiar tan amplia actividad, se recurrió a capitales extranjeros bajo dos
modalidades: como empréstitos a cargo del Estado (deuda externa) y como inversiones directas de
empresas extranjeras (en su mayoría inglesas) en obras y servicios públicos para las cuales el
Estado garantizaba buenas tasas de ganancias.
Evolución de la red ferroviaria en Argentina.

La inmigración y la identidad nacional

El desarrollo del mercado requirió, además de la incorporación de tierras y capitales a la


producción, disponer de fuerza de trabajo. En un país de gran extensión territorial, con población
poco numerosa y en el que tanto los pueblos originarios como los gauchos era catalogados de
“salvajes” o “bárbaros” por las clases dominantes y los pensadores influyentes, se impuso la idea de
que la mano de obra debía conformarse con inmigrantes provenientes de Europa. Italianos,
franceses, rusos, suizos, portugueses, alemanes, españoles y galeses, entre otros, protagonizaron la
oleada migratoria de la segunda mitad del siglo XIX.
El Estado intervino activamente para fomentar la llegada de los extranjeros. En 1869, se creó la
Comisión Central de la Inmigración y, en 1876, se sancionó la Ley de Inmigración y
Colonización.
De ese modo, se configuró una población muy heterogénea a la que se consideró necesario
homogeneizar para lograr un sentido de nacionalidad, que garantizaría un mayor acatamiento al
orden establecido. Tal como se explicó en en trabajos prácticos anteriores, las funciones de control
y orden (dominación) que ejerce el Estado no pueden llevarse a cabo tan solo al uso de la fuerza
sino que requieren, conjuntamente, cierto grado de consenso y legitimación por parte de la
sociedad. Por lo tanto, la fuerza del Estado se combina con elementos simbólicos que generan el
apoyo de amplios sectores de la población.
Para ello, el Estado argentino desplegó un sistema educativo que se convirtió en el principal
mecanismo de control simbólico y de creación de la identidad nacional. La escuela, buscaría
actuar sobre el imaginario simbólico creando ideales compartidos que daban la sensación de
igualdad. El ritual de izar y arriar la bandera, el canto de los himnos en las fechas patrias, el uso de
la escarapela, por ejemplo, estaban destinados a crear ese imaginario, esa conciencia de ser
argentino. Al mismo tiempo, la escuela transmitía valores para formar una ciudadanía “previsible”,
que acatara el orden social de manera pasiva.
Paulatinamente, el Estado fue adquiriendo más funciones en materia de educación, la Ley de
Educación Común 1420, promulgada en 1884, que estableció la educación primaria, laica y
obligatoria, sintetiza este proceso.
*Para complementar la lectura, te recomiendo el video “Conformación del Estado Nacional”.
extraído de Canal Encuentro y disponible en You Tube. Enlace: https://www.youtube.com/watch?
v=gHQEwrtKg6Q
Actividades

En base a la lectura, respondé:

1- ¿Por qué el Ejército Nacional tuvo un papel importante en la etapa formativa del Estado
argentino?
2- El Estado y el capitalismo son dos procesos que “van de la mano”, ¿de qué manera empezó a
participar Argentina en el comercio internacional?
3-¿Qué medidas tomó el Estado argentino para facilitar el modelo agroexportador?¿Por qué se
recurrió a capitales extranjeros?
4- ¿Cuál fue el mecanismo utilizado para resolver la falta de mano de obra?
5-¿Qué función cumplen los actos escolares como forma de hacer política? ¿Qué características
considerás que se mantienen en la actualidad? Brindá algunos ejemplos.

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