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PERSONAJES:
- Erasmo
- Julio
- Grushenka
- Judas
- Yema
- Músico/arconte
En la entrada del teatro se hará un pequeño fuego para que cada uno de los espetactores lo salude y le
intecione una pequeña ofrenda que será dada por el director de la obra. Para ingresar a la sala se cruzará
un portal simbólico resaltado por algún detalle escenográfico. Adentro, el espacio estará dividido por
telones en tres espacios. El piso estará cubierto por alfombras. a) El primero será un cuarto oscuro. b) El
segundo será un banquete. c) Y el tercero será donde se realice la acción principal de la obra.
Cuando se abra la puerta de la sala, los actores acompañarán, uno a uno, a los espectactores y los
sentarán en el primer cuarto en sillas. Los actores recibirán a los espectactores con una gran reverencia,
colocando una venda en sus ojos cuando ya estén sentados. Sólo aquellos espectactores que acepten
descalzarse tendrán derecho a entrar a la obra. Cuando todos estén en su lugar se hará una estimulación
sensorial que dejará de lado la vista para enfocarse en los cuatro sentidos restantes. Se incluirán ícaros
indígenas y elementos chamánicos. Terminada la iniciación. Se invita a los espectactores a continuar al
siguiente espacio donde habrá una mesa con una instalación plástica que simule un gran bufet. Los
actores ubicarán a los espectactores alrededor de la mesa, se les brindará un pequeño pasabocas y algo
de bebida a quienes quieran, mientras se presenta una corta proyección que muestra en primer lugar la
belleza de la naturaleza y luego la contaminación humana. Posterior al compartir, se seguirá a la tercera
instancia. Antes de que comience la pieza hay un músico tocando muy suavemente una melodía religiosa
con instrumentos bestiales. Hay incienso y platos con trozos de frutas disponibles. A los espectadores se
les sentará dando como opción una silla o un cojín y de la siguiente forma:
1. queden aislados de la compañía con la que llegaron.
2. exista en el medio del lugar un espacio para que se desarrolle la acción principal y pequeñas claros
para acciones paralelas o sucesivas.
Todos los accidentes que puedan ocurrir durante la representación de la pieza serán integrados por los
actores en la representación. Los vestuarios serán sencillos y sobrios: vestidos de tela orgánica que
parezcan que están hechos a mano, poco escote y cubriendo apenas las rodillas y codos. El mismo
atuendo llevarán los hombres y las mujeres. La luz será sugestiva y dirigida a los puntos dedicados a la
acción.
Tras un breve silencio, seguido de cuencos y un gong, la acción empieza.
ERASMO: La ceremonia teatral a la que asisten esta noche está inspirada en la obra de Fernando Arrabal.
Actuamos: (aquí, los nombres de los actores y del músico, así como del equipo de dirección y de
producción)
GRUSHENKA: Cierro los ojos y veo un sinfín de cerdos y me veo con un pie en la tumba. Erasmo: ¡quiero
ser feliz!
ERASMO: ¿Dime quién eres?
GRUCHENKA: Soy Grushenka, víctima del conflicto armado, una campesina que fue esclavizada por un
amo brutal en el Vichada colombiano.
Grushenka se viste.
JULIO: Soy Julio, un preso que escapó del manicomio, un sujeto experimental de terapia con electroshock
para la depresión severa. Erasmo, quiero ser feliz entre molinos y leones.
Julio se viste.
JUDAS: Yo soy Judas y ella Yema. Somos una pareja heteronormada que recorre el mundo. Lo tenemos
todo, pero aun así, nos persigue, desde siempre un dragón infernal y en el dragón va montado un
esqueleto. Erasmo, quiero ser feliz.
El mundo posmoderno es un desierto sin sentido. Se destruye la tierra por dinero, las almas por la vanidad
y se empeña el corazón por un contrato laboral. Pero aquí, ahora, en este preciso instante, vuelo. Aquí,
podemos volar libres con la potencia de la imaginación. Todos vamos a morir algún día. Así que miren una
montaña, un río, el mar, contemplen un atardecer, busquen la belleza que habita adentro y enfrenten a sus
propios demonios. In lak'ech, ala ken. Aho, meta que hace. Namaste, aché y amén.
Música. cambio.
YEMA: ¡Judas!
JUDAS: cielo mío, ¿qué haces? ¿Por qué echas esas aguas aromáticas?
YEMA: No echo solo agua aromática. Es un rezo de abundancia y protección para que nuestro hogar
reciba muchas bendiciones.
JUDAS: ¡Me estás mojando todo!
YEMA: Te bendigo y bendigo nuestro amor. Sabes, he tenido un sueño, he visto lo que va a ocurrirme: voy
a ser madre.
JUDAS: ¿Tú… cariño mío… madre? sabes que no podemos.
YEMA: Voy a tener una hija: será pequeñita como una pulga, fea como una cucaracha y pelirroja como el
escarabajo de oro. Será la salvadora de la humanidad.
JUDAS: Pobrecita mi Yema, estás delirando.
YEMA: No deliro, Judas. No deliro. Será como el Mesías y en el mundo que vendrá con ella, cultivaremos
nuestra propia comida y beberemos felices el agua pura de los ríos mirando las estrellas.
JUDAS: ¡Son sueños!
YEMA: No son sólo sueños, lo he visto.
JUDAS: ¿Dónde?
YEMA: Hay seres que viven en otra dimensión y me envían mensajes. Mira esa mancha en la pared: eso
me sirve de pantalla. Ves el reflejo de ese charco: eso también sirve. O el fondo que deja el chocolate en
una taza, o como se consume el tabaco, o incluso en el mismo fuego.
JUDAS: ¡Qué pena que yo no pueda verlo!
YEMA: No te preocupes. Yo seré tus ojos para ese otro mundo invisible. Yo te cuento todo. Así como te
conté que siempre nos sigue un esqueleto montado en un dragón.
JUDAS: Te creo.
YEMA: Y vendrá un tirano que se apoderará de las mentes gracias a la tecnología. Y nuestra hija se le
opondrá. ¡Será un combate feroz! Veo sangre, escucho gritos y hasta puedo oler carne humana
chamuscada.
JUDAS: ¡Tan grave será!
YEMA: A mí, el tirano me arrancará los ojos y me atará a su mandato, pero al final de este siglo mi hija me
liberará.
JUDAS: Tranquila. Duerme junto a mí, yo te protegeré, sólo deja que te quiera un poquito.
YEMA: Nunca estuve tan tranquila. Mira, a ti siempre te gusta castigarme cuando me porto mal, y pegarme
y torturarme. Y yo lloro y lloro y tú me consuelas.
JUDAS: No lo haré más.
YEMA: Desde que tuve esa visión, soy insensible al dolor. Pegame, cortame, quemame. Verás que no
siento nada. Estoy lista.
Música. Cambio.
ERASMO: Quemamos indígenas y mujeres inocentes en hogueras durante siglos; el capital inicial, lo
acumulamos con los esclavos; luego a los ríos, los contaminamos con indiferencia; los niños, siguen
muriendo de hambre; los campesinos, mueren en el campo. La mujer sigue siendo ultrajada. El progreso
fósil nos lleva a la extinción. Y mientras tanto seguimos viendo en el celular memes. Nos matamos entre
hermanos, le robamos al vecino, llenamos el mar de plástico, y aún así, el corazón de piedra sigue vacío.
Somos todos nosotros quienes hacemos esto.
JULIO: No somos nosotros. Han sido ellos, los que se esconden en la sombra. El estado profundo: una
élite psicópata. Nosotros no somos más que su ganado. Este planeta es una granja humana.
ERASMO: Todos somos como tú. Locos-prisioneros en una sórdida cárcel-manicomio. Algunos, como tú,
también pretendemos hacer huelga de hambre para desafiar el absurdo sistema en el que vivimos pero
como a tí, los guardianes del samsara nos engordan por medio de los agujeros de la nariz astral.
JULIO: ¿Te burlas de mí?
Música. Cambio.
Julio se agita histérico en el centro.
Luego se queda quieto. Tranquilo. Medita.
Tiene una camisa de fuerza.
ERASMO (GUARDIÁN): Este es el penal-manicomio más prestigioso del país, y a los locos como tú
sabemos cómo tratarlos. ¡Con qué no querés comer! ¡Con qué querés hacer huelga de hambre por la
injusticia de tu caso! Aquí, esas prácticas están prohibidas.
!Ah, muy bonito! con qué te haces el santo. Que te crees buda o acaso el mismísimo Jesús. (ríe
socarronamente) ¡Doctor! ¡Que vengan los doctores de la eps!¡Los especialistas en fármacos!
JUDAS (DOCTOR): Julio, haz un esfuerzo. Yo no soy como tus carceleros, yo sé que puedes ser
funcional, pero si no colaboras tendrás que volver al electroshock. Yo sé que eres puro.
Julio lo ignora.
Julio lo ignora.
Música. Cambio.
Cambio. Música.
GRUCHENKA: Desde mi nacimiento fui la empleada de un narco. Al cumplir los dieciocho años su esposa
me eligió, por ser muy parecida a ella, para que tomara su puesto por la noche junto a mi amo. Ella estaba
enamorada de uno de los lavaperros del marido. Durante meses fui educada por ella para complacerlo.
Luego al terminar mi capacitación, fui violada por mi amo de todas las formas posibles. Tiempo después,
cuando se descubrió el engaño, mi amo descuartizó a su esposa junto a su amante. A mí, como me
parecía a ella, me encadenó a un banco de piedra en un calabozo y todas las noches me servía a sus más
viles amigos a los que debía hacer todo lo que mi amo deseaba. Me sometían a sus caprichos más
bestiales.
Música.
Tenga piedad de mí, señor, mis ojos no paran de llorar, no hay término para mi desgracia.
ERASMO(AMO): ¡Callate y ven a chuparme! Pero primero baila para mí, cerda.
YEMA: ¿Por qué no puedes ser simplemente como un pajarito junto a mí?
JUDAS: YEMA, tenemos que ir a ver a Erasmo, juntos.
YEMA: Está bien. Vamos y le preguntamos por qué el llanto regresa, por qué la angustia siempre se
asoma a la ventana y por qué la almohada no está perfumada como antes.
JUDAS: ¿Crees que Erasmo nos recibirá?
YEMA: Sí, le pintaremos su casa de esperanza. ¿Somos felices?
JUDAS: Somos de hoy, hacemos todo lo que nos recomienda el terapeuta… ¿no querías tú eso?
YEMA: Sí, lo tenemos todo… tranquilidad económica, libertad, drogas, amigos, salud… todo. Así, la garra
de la ansiedad no es áspera sino resplandeciente.
JUDAS: Estoy como ciego… te necesito, tengo hambre de tí. Pero siento que tú estás lejos.
YEMA: No puedes ahogar el grito del cuchillo que nos desgarra.
JUDAS: He hecho todo lo que me pedías. Todo lo que decía la terapeuta. Hemos hecho como había que
hacer. ¿No decías que si no actuábamos así íbamos a ser desdichados y pasados de moda?
YEMA: ¿Te dan celos?
JUDAS: ¿Cuándo?
YEMA: Cuando me acuesto con otros hombres y mujeres.
JUDAS: ¡Oh, sí, muchos!, pero no debo decirte nada.
YEMA: Te felicito, ya no eres un hombre.
JUDAS: Debo dejar que te realices como persona.
YEMA: ¡Antes me gustabas más!
JUDAS: Antes era muy diferente, antes te pegaba cuando te portabas mal y tú llorabas en un rincón tan
desesperadamente que yo te consolaba cuando se me pasaba la furia…; pero ahora te has vuelto una
mujer muy sabia y fuerte. Ahora eres igual a un hombre. Eres todo un hombre. Todo un varón. Ven,
pegame, necesito que me hagas daño, por favor. Cortame con una lata, quémame con un hierro, marcame
como parte de tu ganado.
YEMA: Vamos a ver a Erasmo.
Música. Cambio.
Música. Cambio.
JULIO (NIÑO): Mamá, mamá. Ven rápido. No sé qué me pasa. Unos monstruos me quieren comer. Tengo
mucho miedo; hay algo oscuro como un agujero negro que me chupa y me atrapa. ¡Mamá!
Risotada del padre, gigantesca. Mientras, el hijo babea más que nunca preso del ataque de
epilepsia. Música. Cambio.
JULIO: Pasaron los años y, cada tanto, mis sienes estallaban y tenía la impresión de caer en un abismo
oscurísimo.
YEMA: ¿Sin causa, sin razón, caías así?
JULIO: No, siempre que algo paranormal me producía un choc. O también, cuando sentía una tristeza
infinita.
YEMA: Te entiendo. A mí me pasaba igual, pero aprendí a aceptar esa oscuridad. Al principio me asustaba
cuando veía al esqueleto sobre el dragón. Ahora comprendo que todo eso hace parte de mi destino.
JULIO: Mi hermano mayor siempre se burlaba de mí. Me llamaba el bicho raro de la familia. Tenía que
esforzarme mucho para no caer en sus juegos, que la mayoría de las veces, me conducían a un nuevo
ataque epiléctico. Cuando recobraba el sentido, encontraba a mi hermano riendo a carcajadas y entonces
me di cuenta que mordía un hierro.
Música. Cambio.
JULIO: Mi hermano comenzó pronto sus estudios e ingresó en la academia militar. Era un superdotado
para la guerra. Él era el preferido de mi padre. Julio Cesar era su orgullo, mientras yo, su vergüenza. Por
aquel tiempo era cuando mi padre aprovechaba su posición de médico para acostarse con las niñas del
pueblo. Una mañana apareció su cadáver en un claro del bosque. Yo fui el que descubrió el cadáver. Al
parecer estuve varios días echando espuma por la boca.
Música. Cambio.
Papito, soy yo, tu Gabriel García Márquez. No abras tanto los ojos, dime algo. ¿Por qué estás tan
silencioso? Mira los árboles, el río, los pajaritos que vuelan. Papá, estás lleno de sangre. ¡oh, papá! ¿Estás
muerto?
GRUCHENKA: ¿Llorabas?
JULIO: En el mejor instituto mental del país no se llora.
YEMA: ¿Y qué hiciste?
JULIO: Cuando me iba a la cama me repetía hasta quedarme dormido: “No estoy aquí para siempre sino
sólo unos años, el sufrimiento me hace más consciente de mi propósito”
Música. Cambio.
GRUCHENKA: (como una autómata) Son unos psicópatas quienes dirigen el baile, y… y…
ERASMO (AMO): A ver, vuelve a repetir: “Son unos psicópatas quienes dirigen el baile, y están bien locos,
locos de atar, pero dicen que más loco está, quien no quiera el baile danzar”
Me voy a enfadar, lo dices todo muy mal. Repite ahora: “Quién solo compra modas nuevas no propaga
más que miseria y sinsabores. A su lado permanece un psicópata”
Gruchenka repite
Gruchenka llena de convicción repite estas palabras. El amo cae de rodillas parece genuinamente
emocionado.
Erasmo (amo) le lame los pies lentamente, con aplicación. Música. Cambio.
Quedé paralizado. Sin darme cuenta un viejo campesino que laboraba en la finca apareció corriendo y me
dijo que me escondiera. Le conocía, aunque nunca le hubiese dirigido la palabra. Cuando se acercó, me
agarré de su manga, vio mi terror y me dijo:
ERASMO (CAMPESINO): Vamos, vamos, escondámonos aquí que por ahora es peligroso.
JUDAS: Me pareció oír a mamá gritando.
ERASMO(CAMPESINO): Tranquilo, todo va a estar bien. Más tarde, lo bajo al pueblo.
JUDAS: Pero, temblando, yo no me podía mover al tratar de imaginar, con mi mente infantil, lo que estaba
pasando en la casa de la finca. Me aferré más fuerte a su camisa.
ERASMO (CAMPESINO): ¡Ah, qué miedo tienes! Vamos, chiquitín. Cristo está contigo, haz la señal de la
cruz.
JUDAS: Y puso su dedo, con una uña negra llena de tierra, sobre mis labios convulsos. Y la ternura casi
femenina de sus grandes manazas manchadas de barro y lodo me llenaron de alivio. La ternura del
campesino me encadenó súbitamente al recuerdo de mi trauma. Luego me enteré que en nombre de la
cruz de Cristo, también bendicen los negocios de la muerte.
JULIO: He imaginado que Cristo volviera de nuevo y de pronto se encontrara con uno de sus
representantes en la tierra: un halcón cazador de la santa inquisición.
Música. Cambio.
1
Malthus.
ERASMO (INQUISIDOR): (Llamando con una campana) ¡Guardias, retiren a este loco!
JUDAS(CRISTO): Si no me crees, mete los dedos en las llagas que hicieron los clavos en las palmas de
mis manos, y la mano, en mi costado, y verás el agujero que me hizo la lanza.
Judas(Cristo) le muestra las heridas. Erasmo (Inquisidor) se cerciora, palpa desconfiado y por fin se
da cuenta de que, en efecto, es Cristo. Para confirmarlo tienta las cicatrices de la corona de espinas.
Erasmo (Inquisidor) le besa la manos y se arrodilla protocolariamente a sus pies..
Yo había dicho: “Volveré pronto”. En cuanto al día y la hora, nadie lo sabía, solo le xadre universal. Hace
ya varios siglos que la Humanidad esperaba mi promesa.
ERASMO (INQUISIDOR): Señor, el diablo no descansa. La humanidad comienza a dudar de tu iglesia.
JUDAS(CRISTO): La libertad de las almas está en poseer un principio interior de Dios sin intermediarios.
La moral es la debilidad del cerebro.
ERASMO (INQUISIDOR): (Sorprendido) Señor.
JUDAS(CRISTO): He aquí, que he querido mostrarme un instante al pueblo sumido en la desesperación,
pero que me ama inocentemente. Y he querido presentarme cerca de este quemadero oficial de la santa
inquisición donde tantas hogueras se encienden a la pretendida gloria de Dios, mi xadre.
ERASMO (INQUISIDOR): (Conmovido y en trance) En los sublimes autos de fe, quemamos a los herejes.
A quienes se rehúsan a seguir al Dios verdadero.
JUDAS(CRISTO): Acabo de recorrer la ciudad, y la gente, atraída por una fuerza irresistible, se apiña a mi
paso. Tenía el corazón rebosante de amor. Les tendí los brazos. Un anciano ciego de nacimiento gritó
entre la multitud.
JULIO(ANCIANO): ¡Señor, cúrame y te veré!
Siento que tu divina saliva toca la profundidad de mi cerebro, siento que unas escamas caen del centro de
mi frente. (Profunda emoción del viejo) ¡Hosanna!, ¡veo!, ¡veo! (Momento de gran emoción) Pero, Señor,
¡es maravilloso! Me has dado no sólo la vista, sino tres ojos. ¡Tengo un ojo más que todo el mundo! (En el
colmo de la felicidad.) ¡Viva yo y mi tercer ojo! ¡Yupi!
JUDAS(CRISTO): Me detuvo en el pórtico de la catedral en el preciso momento en que sacaban un ataúd
donde reposaba una joven. La muerta estaba cubierta de flores. La multitud me pidió un milagro. La madre
se tiró a mis pies: “Señor Jesucristo resucita a mi hija”. Yo dije “Talika Koum”.
YEMA(muerta) resucita. Tiende las flores a Judas(Cristo) y danza para él, gritando: “Gracias señor
por haberme devuelto la vida”.
ERASMO (INQUISIDOR): (Muy disgustado.) ¿Fue usted el responsable? Vi todo eso: la curación del viejo
y de sus tres ojos, el ataúd presentado ante todos, la resurrección de la joven y su danza de
agradecimiento.
JUDAS(CRISTO): Pareces afligido. Tus ojos brillan con un aire siniestro.
ERASMO (INQUISIDOR): ¡Guardias!
Cambio. Música.
ERASMO (UJIER DE JUSTICIA): Como consecuencia de la quiebra de su empresa y por orden judicial,
procederemos a la subasta de Cristo. Les recordamos las condiciones de la venta. Se concederán créditos
a las personas solventes durante treinta días. Los demás pagarán al contado, más el 17% de gastos.
Entra Judas vestido de Cristo. Construyen un espantapájaros con su atuendo: la cruz, los clavos, la
corona de espinas, el manto. Los actores se mezclan con el público.
Se abre la subasta. He aquí un bonito espécimen de salvador; una pieza de valor reconocido. El experto,
el profesor Karamazov, ha estimado que tiene una antigüedad de diecinueve a veinte siglos.
MÚSICO/ARCONTE: Doy mi colección de calcomanías.
ERASMO (UJIER): Una colección de calcomanías. ¿Hay quién dé más?
Silencio
¡Una colección de calcomanías por el Cristo! Por ese precio, no se puede comprar ni una copia china. Por
favor, que se hagan pujas más serias. Comencemos con diez denarios: ¡Diez denarios!
JULIO: ¡Catorce denarios!
GRUSHENKA: ¡Quince!
Ahora, Erasmo (Ujier) hace subir las pujas rápidamente, mientras Julio y Grushenka inclinan la
cabeza para indicar que suben un denario en cada puja.
ERASMO (UJIER): Once denarios, doce, trece, catorce, quince, dieciséis, diecisiete. Lo sabía, lo vale con
creces. Dieciocho, diecinueve, veinte, veintidós, veintitrés, veinticuatro.
Julio se para.
Silencio
Puede ser muy decorativo en un salón de estilo colonial. Y veinticuatro denarios no es dinero.
Silencio.
Voy a adjudicar a esta señorita de la fila tercera. ¿No hay más pujas? A la una, a las dos…
De nuevo las pujas suben, denario a denario, en una competición entre el músico/arconte y
Grushenka, hasta llegar a treinta. El músico/arconte para.
Silencio.
Música. Cambio.
GRUSHENKA: Nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos vivirán oprimidos por la corrupción del poder y
la contaminación ambiental.
ERASMO: Sí, el sistema actual los cautiva a través de la ignorancia. Los retiene en las redes sociales y
ellos se negarán a emanciparse a causa de algunos likes. Despertar es doloroso.
GRUSHENKA: Pero su chispa interior es poderosa. Millones han muerto por una idea tan abstracta como
la libertad, Dios, o el amor.
ERASMO: Cuéntanos, por favor. ¿Qué hiciste con tu amo cuando se humilló ante ti?
GRUSHENKA: Quise vengarme de él terriblemente.
ERASMO (AMO): ¡Soy tu esclavo!
GRUSHENKA: Ordenaré que seas aislado en la oscuridad. Beberás vinagre y comerás pan viejo. Al cabo
de 3 meses, se te conducirá al cuarto de torturas donde aprenderás qué es el dolor cuidando
cariñosamente que no te mueras en el proceso. Luego, una parodia de ejecución tendrá lugar, con lectura
del acta de condena, sermón y paredón de infamia.
Erasmo (amo) en el paredón de ejecución con una bolsa negra que cubre su rostro.
Por tus crímenes serás ejecutado, tu cuerpo desaparecerá y yo misma seré el verdugo.
Redoble de tambores. Grushenka le apunta con un fusil. Suena una descarga de fusilería. Erasmo
(amo) cae muerto.
Música. Cambio.
JULIO: El olor a muerto emana de mis dedos. Todos en el penal-manicomio se alejan de mí.
JUDAS(LOCO): ¿Quién te encargó el arreglo de los muertos?
JULIO: El director, cuando se dio cuenta de que no estaba loco, decidió que yo haría este trabajo para que
perdiera la razón. Paso el día oliendo a muerto y mis manos especialmente me son repelentes.
JUDAS(LOCO): Déjame que chupe tus dedos.
JULIO: ¿Por qué?
JUDAS(LOCO): Para escaparme de aquí.
JULIO: Déjame que te lea la biblia.
JUDAS(LOCO): (Canta desquiciado) Durante todos estos años llevamos encerrados, los días pasan y
todos se parecen como una gota de agua se parece a otra gota de agua. (a Julio) Oye hermoso, ¿no ves
que canto para tí?
JULIO: Te leeré la biblia.
JUDAS(LOCO): Estamos solos en la celda. El próximo recuento no será hasta dentro de tres horas, nadie
nos ve, podemos hacer lo que queramos.
JULIO: Te leeré la biblia, Jeremías.
JUDAS(LOCO): Besaré tus dedos.
JULIO: Jeremías, no digas eso.
JUDAS(LOCO): Sé un hombre.
JULIO: ¡Eso soy!
JUDAS(LOCO): ¿De qué tienes miedo?
JULIO: Te leeré la biblia.
JUDAS(LOCO): Julio, un día te arrastrarás a mis pies, ladrarás como un cañón loco.
JULIO: Tú has perdido la razón.
JUDAS(LOCO): Cuando estaba libre, iba al casino militar y seducía viejos soldados de buenas
costumbres e ideas estrictas.
JULIO: No se dejarían.
JUDAS(LOCO): Mejor que ninguno. El mismo ser que hace unas horas había dicho que los maricas eran
una vergüenza y que había que colgarlos a todos por las bolas de la campana de una catedral, horas
después estaba conmigo en los baños de algún bar de medio pelo.
JULIO: ¿Y se dejaban?
JUDAS(LOCO): Claro.
JULIO: Pero lo haría como un varón.
JUDAS(LOCO): Recibían como locas. Y cuando les decía: “tienes el culo más bonito de todo el
continente, perra barata”; agradecido como una colegiala, el viejo artillero, defensor de la patria, echaba
una lagrimita.
JULIO: ¿Quieres hacer el amor conmigo?¿Es posible?
JUDAS(LOCO): Quiero follarte.
JULIO: Yo no soy marica.
JUDAS(LOCO): Eres un ángel, un perro de presa, un árbol de esperanza con ramas de eucalipto.
JULIO: No me humilles.
JUDAS(LOCO): Métete un poco de saliva en el culo.
JULIO: Cállate, no digas atrocidades.
JUDAS(LOCO): Prefieres que tu hermano te meta moscas en él.
JULIO: Eran juegos de niños.
JUDAS(LOCO): Sé sincero, llevas años en esta cárcel-manicomio, ¿Cuál es tu vida sexual?
JULIO: Pienso en Dios, en las enseñanzas de Jesús, Buda, Rama, hablo con ellos. Estoy inventando una
nueva religión. Este encierro es mi retiro espiritual.
JUDAS(LOCO): Entonces, ¿por qué manchas el colchón de esperma?
JULIO: Callate ya, y vamos a dormir.
JUDAS(LOCO): Dormiré sobre vos: te meteré la verga hasta la garganta. Te voy a rebanar las
almojábanas con mi capullo.
JULIO: Si sigues así, te echo de la celda.
JUDAS(LOCO): No puedes, estamos encerrados.
JULIO: Sé bueno.
JUDAS(LOCO): ¿Sé bueno, dices? Si a mí me supone una gran felicidad darte por el culo, ¿por qué no
me dejas?, ¿por el daño que va a hacerte?
JULIO: No… Temo…
JUDAS(LOCO): ¿Qué temes?
JULIO: Sería un gran paso… Y…
JUDAS(LOCO): ¿Y?
JULIO: ¿y si luego me gusta?
JUDAS(LOCO): ¿Y te vuelves marica?
JULIO: Eso es.
JUDAS(LOCO): ¡Cómo nos desprecias!
JULIO: ¿Sabes?
JUDAS(LOCO): ¿Qué?
JULIO: Pienso que si nos uniéramos como dices tendríamos una hija.
JUDAS(LOCO): ¿Una hija?
JULIO: Sería el mesías.
JUDAS(LOCO): Soy ateo.
JULIO: Sería pequeña como una pulga, fea como una cucaracha y pelirroja como el escarabajo de oro. El
Mesías de la edad que viene tiene que ser fruto del amor de un homosexual con un hombre normal.
JUDAS(COMPAÑERO): Ven a la cama, que mis huevos se balanceen entre tus nalgas, y deja de hablar.
JULIO: Pienso que nuestra hija saldrá por el centro de mi cabeza y yo no seré su madre sino su giganta.
JUDAS(LOCO): ¿Me quieres?
JULIO: Dios hará el supremo sacrificio: encarnarse en vida como fruto de una unión…
JUDAS(LOCO): ¡Depravado! Ven que te voy a meter la verga en el culo y te la voy a sacar babeante de
mierda.
JULIO: Y nuestra hija, restablecerá un mundo de pureza, de amor, en el cual el dinero, la ambición, no
serán el centro de la existencia. No habrá contaminación. No habrá corrupción.
JUDAS(LOCO): Deja de hablar y bájate los pantalones, guayaba bella.
JULIO: Ahora comprendo el sentido de mi vida: cuando nací contra el paredón del sufrimiento no hubo
rafagas de traumas, sino la visita del Arcángel Metatrón: me anunciaba que iba a dar a luz al Mesías.
JUDAS(LOCO): Déjame que te mee en las bolas y luego te las lamo.
JULIO: Todo lo que me dices tiene un sentido: hablas de cosas sucias pero no me ofendes.
MÚSICO/ARCONTE: Se acabó la fiesta, Erasmo. Aquí ya no sirven las caretas. Recibo tu ganado como
ofrenda de sacrificio. Bienvenidos a la rueda del Samsara, aquí están ustedes ante Yaldabaoth, Hijo del
Caos, también conocido como “el rostro de león”. Administro este tribunal kármico de la orden arconte; el
cual, va a juzgarles por asesinato y tortura.
ERASMO: (Muy triste) Mis amigos no son culpables.
MÚSICO/ARCONTE: Reconocerá usted, como portal orgánico, que los sugestionaba en función de
nuestros intereses alimenticios. No obstante, ellos eran dueños de sus actos.
ERASMO: Pregúntele a ellos.
MÚSICO/ARCONTE: Menos arrogancia.
ERASMO: Es usted el arrogante, afirma una antífrasis y ¿en nombre de qué tengo que aceptarla? ¿cree
usted que haber invertido millones de años en este planeta, incubando corrupción y odio le dan la ciencia
infusa o la infalibilidad?
MÚSICO/ARCONTE: Le recuerdo que debido al pacto que firmó con su alma, a la mínima falta de respeto
ante la autoridad de mi principado, será usted encerrado una buena temporada milenaria en el averno. (Un
tiempo.) Prosiga. Deleite a este tribunal contando la crónica de este ganado en particular.
ERASMO: Mis amigos, a los que usted llama ganado, eran en vida estas personas presentes (señala al
público y dice el número exacto de asistencia) y los portales orgánicos que canalizaban las ceremonias
eran: Julio, Yema, Judas y Grushenka.
Cada vez que son citados, los portales orgánicos se levantan y miran a Erasmo.
MÚSICO/ARCONTE: ¿Cómo fue que reclutó a estos nuevos subalternos y por qué?
ERASMO: Vinieron desnudos.
MÚSICO/ARCONTE: Maravilloso, ya eran unos degenerados.
JULIO: Yo vine porque me sentía infeliz y quería destruir el mundo.
JUDAS: Yo quería encontrar a Dios. Pero no encontraba más que su silencio.
MÚSICO/ARCONTE: Formidable, ¿Cómo fue su estrategia? ¿Se presentó como un profeta?, ¿un gurú?,
¿un sacerdote de una nueva religión?
ERASMO: Nunca entendieron que el ser humano puede dirigirse a Dios sin necesidad de intermediarios.
El mesías nace de adentro.
MÚSICO/ARCONTE: ¿Con eso logró que todos sus discípulos asesinaran y torturaran incluso mujeres y
niños?
YEMAA: No nos atormenten más, por favor. Pulvericenos si tal es su justicia, o encierrennos una eternidad
en el infierno, o háganos reencarnar muchas vidas de dolor si creen que es equitativo, pero no nos
atormenten más, por favor.
GRUSHENKA: Yo era más desgraciada de lo que soy ahora, el sufrimiento es un maestro inexorable.
JUDAS: Somos nosotros los que tenemos que quejarnos: ¿qué nos dieron al nacer?, ¿qué nos ofrecieron
durante toda nuestra vida? Vivir como cerdos grotescos revolcandonos en la bajeza, en el horror, en la
carrera hacia el dinero y los honores. Somos más que eso.
MÚSICO/ARCONTE: (visiblemente alterado) ¿Les ha revelado algún misterio prohibido?
JULIO: ¡Ninguno! Con él hablábamos, conversábamos de lo esencial, de lo absoluto. Trabajábamos la
tierra, celebrábamos con los frutos que nos daba la pachamamita. Se había acabado para nosotros la
opresión de un sistema irracional que destruye la vida a causa de los beneficios del mercado. Con Erasmo
hablábamos de Dios y de amor.
YEMA: Estábamos desolados y nos volvimos hijos de la tierra. Erasmo nos permitió encontrarnos.
MÚSICO/ARCONTE: Pude ver que no utilizaban nada de la sociedad materialista que hemos construido
para ustedes.
GRUSHENKA: En la medida de lo posible, vivíamos según la naturaleza: fabricábamos nosotros mismos
nuestra comida, plantamos nuestras legumbres, comíamos con utensilios hechos por nuestra mano.
JULIO: Pero no había normas, cada uno hacía lo que quería y cualquiera de nosotros hubiera podido traer
un celular.
JUDAS: Al final, y como se veía venir, la civilización se autodestruyó. Luego, comenzaron a llegar los
saqueadores a invadirnos. Decidimos entonces que necesitábamos defendernos para proteger nuestro
santuario. Y resultó ser que éramos muy buenos en combate debido a nuestras habilidades telequinéticas.
YEMA: Y así fue como sin darnos cuenta caímos de nuevo en el círculo vicioso de la violencia:
comenzamos a invadir otros asentamientos para defender nuestros intereses.
MÚSICO/ARCONTE: Sorprendente que en su comunidad donde sólo se hablaba de Dios, de amor, de la
conexión con la tierra y, además, sin las distracciones tecnológicas que hemos creado para el ser humano,
ustedes no hayan podido alcanzar la redención y hayan vuelto a nuestro redil retardatario.
ERASMO: Eso esperaban ellos, la redención, pero era muy difícil. Más aún si era yo quien influía
sigilosamente en el baile.
MÚSICO/ARCONTE: Este es el momento, Erasmo. Confiésate ante ellos.
Un tiempo largo
ERASMO: Queridos amigos, Julio, YEMA, Judas, Grushenka, y demás iniciados de nuestra escuela de
misterios presentes en este tribunal post mortem, quiero que conozcan una historia: “Había una vez una
persona muy inteligente y de gran éxito, pero también insatisfecha con su vida, por lo que hizo un pacto
con el gran arconte en un cruce de caminos, entregando su alma a cambio de conocimiento y placeres
mundanos ilimitados. Sin embargo, con el paso de los siglos comenzó a sentir empatía por el dolor de
quienes le seguían y su tormento fue el arrepentimiento. No obstante, el contrato álmico le obligaba a
servirle a su amo sin rechistar durante 50 vidas terrestres más, si es que deseaba en verdad la absolución.
Desde entonces alimenta con el sufrimiento de otras almas el hambre de su señor como pago de su
libertad”
JULIO: ¿Nos engañaste todo este tiempo?
ERASMO: Si.
YEMA: Te perdono, Erasmo, eres el carbón ardiente que me mantiene despierta.
MÚSICO/ARCONTE: ¡Silencio! Ninguna complacencia se aceptará en este tribunal. Queda por sentado
que ustedes reconocen que es un impostor.
ERASMO: Si yo fuera Teresa de Ávila lo electrizaría con mis palabras, lo haría temblar de pavor. Sólo
seres así son inmunes a la infección arcóntica. Pero el reino de este mundo está a los pies de estos
parásitos interdimensionales que se auto proclaman como sus regentes. Por eso el planeta entero es una
granja a su disposición. Ellos han hackeado nuestras mentes y han instalado en ellas la ilusión de Maya.
Nada más miren los sistemas políticos y económicos bajo los que vive la humanidad. Dolor, sufrimiento y
destrucción son los gustos que prefieren en sus menús. Sería hermoso si Teresa de Avila hubiera
compartido sus conocimientos. Pero un tribunal como este, la condenó a la hoguera, era la santa
Inquisición; la acusaban de brujería porque durante sus oraciones levitaba. Y entonces sus hermanitas
tenían que agarrarle de sus hábitos para que cuando meditara no se alzara por los aires hacia Dios. Si
hubiera más seres así en el mundo, la humanidad viviría el absoluto hasta el fondo del alma.
MÚSICO/ARCONTE: ¡Basta! Guardarás voto de silencio. Ese tipo de ideas no deben instalarse. Sólo dejar
que pasen y se diluyan en el olvido. Prosigamos, ¿los imputados disfrutaron matando y torturando?
JULIO: ¿Qué conocemos de la vida y de la muerte?
MÚSICO/ARCONTE: Matar es un pecado capital.
YEMA: Queríamos vivir intensamente.
MÚSICO/ARCONTE: ¿Vivir intensamente es torturar?
GRUSHENKA: Señor Regente, vivíamos al margen del sistema que ustedes han creado; ahora entiendo
que buscábamos inconscientemente la libertad de esa prisión planetaria. Estábamos retirados en una
montaña, cantábamos nuestras melodías, comíamos nuestros alimentos, nos vestíamos con las prendas
que habíamos fabricado, encontramos la armonía con la naturaleza, hasta que llegó el colapso de la
civilización humana y las ciudades cayeron.
JUDAS: Y entonces, el mundo que Uds. crearon llegó hasta nosotros. Ese mundo que repugnamos
comenzó a amenazar nuestro retiro. Primero llegaron los saqueadores y después los
conquistadores-invasores. Teníamos que defendernos, teníamos que conformar un ejército, por eso nos
vimos obligados a iniciar a los desesperados que escapaban de las ciudades en nuestra comunidad.
Éramos nosotros o los invasores. Así que los conquistamos primero.
MÚSICO/ARCONTE: Entonces, su comunidad fue otro fracaso civilizatorio: promulgaban amor pero
terminaron acogiendo nuestros valores retrógrados. Felicitaciones Erasmo, impecable cosecha. Ahora
díganme, ¿Quién tomó la decisión de matar?
Música. Cambio. A partir de este momento los actores actúan con despojos humanos simulados.
Yema lo hace.
JULIO: Son los intestinos de los muertos, me hago una corbata para mi naturaleza humana.
GRUSHENKA: Las mujeres y los niños también pueden ser máquinas asesinas.
ERASMO: No dejen a nadie vivo.
TODOS: Sangre, sangre con sus raíces de espadas.
Bailan una danza de victoria. Se untan la sangre por el cuerpo. La escena adquiere tintes de locura
histérica. Música. Cambio.
MÚSICO/ARCONTE: Los asesinos son condenados a volver a nacer incontables veces en vidas
miserables hasta que purguen sus pecados.
Es pequeña como una pulga, fea como una cucaracha y pelirroja como el escarabajo de oro. (Horrorizado)
Puede ser el Mesías.
FIN
La historia ha terminado. Con los espectactores que quieran se hará una pequeña meditación colectiva. Se
les tumbará en el suelo con los brazos en cruz tras haberles vendado los ojos. Se pedirá que compartan lo
que sintieron a lo largo de la pieza. Se fomentará que cuenten a quién odian, a quién han querido matar y
cómo, a quién aman locamente, y si creen en Dios. Los actores pasarán entre ellos y les pondrán un aceite
aromático en la frente. Se pedirá a los espectactores que se unan en un todo y que, con toda pureza, sigan
la melodía que tocarán los músicos. Se cubrirán a todos con una gran sábana, el músico seguirá tocando y
se dejará que se formen relaciones espirituales sin ninguna palabra, ni motivo racional.