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Gastos deducibles en la determinación de la renta neta de tercera categoría

1. Introducción

Resulta importante que las empresas verifiquen si han aplicado debidamente las normas tributarias,
contables y financieras en la deducción de los gastos empresariales, de acuerdo con lo previsto en la Ley
del Impuesto a la Renta y su reglamento.

Si bien, en algunos casos dependerá del análisis del caso concreto para determinación si la empresa ha
sustentado la fehaciencia, causalidad, devengo y cumplimiento de las formalidades en la deducción de
los gastos empresariales, es necesario identificar los pronunciamientos que han emitido el Tribunal
Fiscal en diversa jurisprudencia aplicable, así como la Administración Tributaria en informes emitidos
por la Intendencia Nacional Jurídica, que permitan conocer los elementos mínimos que deben
considerar las empresas para la correcta deducción de los gastos empresariales.

En ese sentido los alumnos, pasarán a analizar criterios frecuentes emitidos por SUNAT y el Tribunal
Fiscal vinculados con la deducción de los gastos empresariales, los cuales serán de mucha utilidad para
las empresas en la determinación de la renta neta de tercera categoría.

2. Gastos por concepto de viaje y viáticos en favor de locadores de servicios (Informe 181-2019-
SUNAT/7T0000)

SUNAT concluye que los gastos de viaje y viáticos en favor de locadores de servicios constituyen gastos
deducibles en tanto no hayan sido reembolsados por el prestador del servicio, siempre que cumplan con
el principio de causalidad y el gasto no se encuentre limitado o prohibido por ley. Informe 181-2019-
SUNAT/7T0000.

La Administración Tributaria en el Informe 181-2019-SUNAT/7T0000, analizó las consultas referidas a si


los gastos de viaje y viáticos por gastos de alojamiento, alimentación y movilidad asumidos por una
empresa domiciliada, con ocasión del servicio prestado por una persona natural domiciliada, con la cual
no tiene una relación laboral y cuya retribución constituye renta de cuarta categoría, constituyen gastos
deducibles al amparo de lo dispuesto en el inciso r) del artículo 37.° de la Ley del Impuesto a la Renta, y
si en caso no ser aplicable dicha norma, si dichos gastos podrían ser deducibles sobre la base del
principio de legalidad.

Sobre el particular, SUNAT indica que el inciso r) del referido artículo 37.° de la Ley del Impuesto a la
Renta considera como deducibles a los gastos de viaje por concepto de transporte y viáticos que sean
indispensables de acuerdo con la actividad productora de renta gravada. Indica que los viáticos
comprenden los gastos de alojamiento, alimentación y movilidad, los cuales no podrán exceder del
doble del monto que, por ese concepto, concede el Gobierno Central a sus funcionarios de carrera de
mayor jerarquía.

En ese sentido, dado que la deducción de gastos de viaje y viáticos a que se refiere el inciso r) del
artículo 37.° de la LIR supone necesariamente la existencia de una relación laboral, este no resulta
aplicable al supuesto materia de consulta, en el cual no se tiene dicho tipo de relación.

Asimismo, la Administración Tributaria refiere que el inciso v) del artículo 37.° de la LIR señala que los
gastos o costos que constituyan para su perceptor rentas de segunda, cuarta o quinta categoría podrán
deducirse en el ejercicio gravable a que correspondan cuando hayan sido pagados dentro del plazo
establecido por el Reglamento para la presentación de la declaración jurada correspondiente a dicho
ejercicio.

En consecuencia, SUNAT concluye que los gastos de viaje y viáticos por gastos de alojamiento,
alimentación y movilidad asumidos por una empresa domiciliada, con ocasión del servicio prestado por
una persona natural domiciliada, con la cual no tiene una relación laboral y cuya retribución constituye
renta de cuarta categoría, son deducibles para la empresa de acuerdo con el inciso v) del artículo 37.° de
la LIR, en tanto no hayan sido reembolsados por el prestador del servicio, siempre que cumplan con el
principio de causalidad y en tanto el gasto no se encuentre limitado o prohibido por ley.

3. Gastos por participación de los trabajadores en las utilidades de la empresa (RTF 07061-3-2020)

Tribunal Fiscal concluye que la sola emisión de cheques en favor de los trabajadores por participación en
las utilidades con anterioridad al vencimiento de la presentación de la DDJJ Anual del Impuesto a la
Renta, no acredita que éstos hayan tomado conocimiento que los cheques pueden ser cobrados o su
puesta a disposición a dicha fecha (RTF 07061-3-2020).

En el caso de autos, la Administración Tributaria reparó la deducción de gastos por participación de los
trabajadores en las utilidades, en tanto la empresa no acreditó la puesta a disposición de los respectivos
cheques por tal concepto con anterioridad a la presentación de la declaración jurada anual del ejercicio
fiscal 2013, con excepción de los extrabajadores.

De otro lado, la contribuyente sostuvo que el pago de la participación en las utilidades a los trabajadores
cesados quedó acreditada con la emisión y puesta a disposición de los cheques emitidos con
anterioridad al vencimiento para la presentación de la declaración jurada anual del impuesto a la renta,
dependiendo solo de la voluntad de aquellos de hacer efectivo el cobro, más aún cuando se cumplió con
realizar la publicación de avisos periodísticos antes del vencimiento de la declaración jurada.

Al respecto, el Tribunal Fiscal en la Resolución 07061-3-2020 refiere que se observa que la


Administración reparó el gasto por participación en utilidades de los trabajadores cesados, por no
haberse acreditado su pago dentro del plazo para la presentación de la declaración jurada del impuesto
a la Renta del ejercicio 2013, señalando como sustento el inciso v) del artículo 37 de la Ley del Impuesto
a la Renta, entre otros.

Asimismo, el Tribunal Fiscal señala que, de la de la documentación analizada, se tiene que la recurrente
emitió cheques a favor de trabajadores cesados con fechas 18 y 20 de marzo de 2014, sin embargo, de
acuerdo a los criterios contenidos en las Resoluciones 11362-1-2011 y 07523-4-2017, la emisión de los
cheques no implica, por sí misma, que los ex trabajadores tuvieran conocimiento que los cheques
podían ser cobrados, sino tan solo evidencian que dichos documentos se emitieron en la mencionadas
fechas; asimismo de la evaluación de los demás documentos presentados, tales como, constancias de
recepción de cheques, órdenes de pago, requerimiento  de pago y liquidación de distribución de
utilidades del ejercicio 2013, se advierte que dichos documentos llevan un sello de la “Sección Caja” de
la recurrente con la indicación de “pagado” en fechas posteriores al vencimiento de la declaración
jurada anual del Impuesto a la Renta (meses de abril, mayo, agosto, noviembre y diciembre de 2014, y
febrero de 2015); por lo que no resultan idóneos para acreditar lo pretendido por la empresa.

Aunado a ello, indica que no se aprecia que la participación de utilidades observada hubiere estado a
disposición de los trabajadores cesados, de modo tal que su eventual cobro dependiese únicamente de
la decisión de los trabajadores cesados; situación que no se cumple con la pretendida publicación en un
medio masivo de comunicación, como alude la recurrente, pues tales publicaciones no otorgan certeza
ni permiten acreditar que los trabajadores cesados hubieran tornado efectivo conocimiento de que los
referidos cheques hubieran estado a su disposición.

En ese sentido, el Tribunal Fiscal concluye que de la evaluación de los medios probatorios presentados,
se observa que contrariamente a lo señalado por la recurrente, no aportó los medios que permitan
acreditar el pago o puesta a disposición de la participación de utilidades dentro del plazo para la
presentación de la declarada jurada del Impuesto a la Renta del ejercicio 2013, por lo que el gasto no es
deducible en el periodo fiscalizado en aplicación del inciso v) del artículo 37.° de la Ley del Impuesto a la
Renta.
Cabe mencionar que, el Tribunal Fiscal en las Resoluciones N° 11362-1-2011 y 07523-4-2017, ha
señalado que desde el punto de vista tributario, el ingreso ha sido percibido, tratándose de títulos
valores como el cheque, desde el momento en que el acreedor haya estado en la posibilidad de
recogerlo (para lo cual se requiere que el deudor haya comunicado a su acreedor que desde
determinada fecha puede recoger el cheque) y cobrarlo, aun cuando no Io haya hecho efectivamente; y
que en tal sentido, la “puesta a disposición” a que hace referencia la Ley del Impuesto a la Renta debe
ser entendida  como  la oportunidad en que el contribuyente puede hacer suyo el ingreso, dependiendo 
solo de su voluntad que tal situación acontezca.

4. Gastos por concepto de “outplacement” o capacitación a personal cesado (RTF 06518-3-2021).

Tribunal Fiscal concluye que los gastos por concepto de outplacement para su deducción, deben formar
parte de los beneficios otorgados al extrabajador contenidos en el convenio de extinción del vínculo
laboral (RTF 6518-3-2021).

En el caso de autos, la Administración Tributaria reparó la deducción de gastos incurridos por la


empresa por capacitación a un trabajador cesado indicando que el servicio contratado no tuvo por
finalidad la generación de renta gravada para la empresa, puesto que se brindó cuando ya no existía
vínculo laboral con el trabajador beneficiado de la capacitación, además no constituía una obligación
establecida en el convenio de extinción del vínculo laboral suscrito con el trabajador, por lo que
consideró que el aprovechamiento de dicho servicio recaía únicamente en beneficio del extrabajador, y
en consecuencia no se acreditó la relación de causalidad entre el gasto reparado y la renta gravada.

La empresa, alegó que luego de la suscripción del convenio de extinción de la relación laboral suscrito
con su gerente, acordó de manera independiente otorgarle el curso en un programa de capacitación, no
existiendo norma en el ordenamiento jurídico que impida acordar algún beneficio adicional de manera
verbal, más aún cuando dichos acuerdos no requieren de formalidad alguna para su celebración y
validez.

El Tribunal Fiscal al analizar el contenido del convenio de extinción del vínculo laboral celebrado entre la
empresa y el trabajador beneficiado, verificó que no se desprendía que la capacitación al trabajador
cesado se haya otorgado como parte de los beneficios otorgados con motivo de la negociación para el
retiro o cese de labores, siendo que la empresa no presentó documentación adicional para sustentar el
aludido gasto, en tal sentido la erogación de dichos servicios no cumplieron con el principio de
causalidad previsto en el artículo 37.° de la Ley del Impuesto a la Renta, manteniendo el reparo y
confirmando la resolución apelada en dicho extremo.

De otro lado, el Tribunal Fiscal refiere que, al haber concluido que los gastos por servicios de
outplacement no son deducibles al no haberse acreditado su causalidad, esto es, la relación con la
generación de renta gravada, no resultaba relevante el análisis de la fecha en que se produjo la
extinción del vínculo laboral del trabajador con la empresa, así como el cumplimiento del criterio de
generalidad y las Resoluciones 02230-2-2003 y 03716-4-2017, citadas por la empresa.

Asimismo, dicho colegiado indica que, con relación a lo afirmado por la empresa referido a que el
análisis del servicio de outplacement debe enfocarse desde las perspectivas de las ventajas que le
genera a la empresa requerir dichos servicios, la empresa no demostró, entre otros, cómo es que dicho
servicio otorgado reduce posibles contingencias que afecten su operatividad, por lo que su argumento
carece de asidero.

Atendiendo al criterio contenido en la Resolución del Tribunal Fiscal 06518-3-2021, si bien las empresas
pueden acordar beneficios en favor de sus trabajadores con ocasión de la extinción del vínculo laboral,
tales como los gastos de outplacement, dichos beneficios deben encontrarse contenidos en los en los
convenios de mutuo disenso o de extinción del vínculo laboral para su deducción.
5. Gastos sustentados en comprobantes de pago emitidos con posterioridad a la presentación de la
DDJJ Anual del Impuesto a la Renta (RTF 9682-4-2019).

Tribunal Fiscal concluye que lo relevante para reconocer un gasto es el periodo en que se produce el
devengo y no la fecha en que se emite el comprobante de pago o se realiza la provisión contable (RTF
9682-4-2019).

En el caso de autos, la Administración Tributaria reparó la deducción de gastos incurridos por la


empresa vinculados con comisiones por ventas, alegando que dichos gastos no se encontraban
sustentados con comprobantes de pago en la oportunidad en la que la empresa presentó la declaración
jurada del ejercicio 2013 (1 de abril de 2014), por lo que al haberse emitido los comprobantes de pago
con posterioridad, se acreditó que la empresa no contaba con documentación sustentatoria que
acredite la deducción de los gastos en el ejercicio 2013.

Al respecto, el Tribunal Fiscal al analizar la materia controvertida verificó que los gastos reparados por la
Administración Tributaria en la determinación del Impuesto a la Renta del ejercicio 2013, se
encontraban vinculados a comisiones de ventas, las cuales fueron registradas por la contribuyente como
servicios prestados por terceros, encontrándose debidamente sustentados en facturas emitidas el 7 y 8
de abril, 9 de junio, 7 de julio y 19 de setiembre de 2014.

El Tribunal Fiscal refiere que en la Resolución 01708-3-2013, respecto de una observación similar
efectuada por la Administración, en la que se cuestionó el gasto contenido en facturas al haberse
emitido con posterioridad a la fecha de vencimiento del plazo para presentar la declaración jurada anual
del Impuesto a la Renta, lo que a consideración de la Administración vulneraba lo dispuesto por el inciso
j) del artículo 44° de la Ley del Impuesto a la Renta, ha señalado que dicho reparo no se ajusta a ley,
dejándolo sin efecto, puesto que conforme con el criterio contenido en la Resolución 06710-3-2015, lo
relevante para reconocer un gasto es el periodo en que se produce el devengo y no la fecha en que se
emite el comprobante de pago o la provisión contable.

En ese sentido, dicho colegiado señala que estando al criterio esbozado y que en el caso de autos la
empresa cumplió con presentar el sustento documentario respecto a las comisiones materia de análisis,
el reparo efectuado no se encuentra arreglado a ley, por lo que dispone revocar la resolución apelada en
dicho extremo.

Sobre el particular, cabe mencionar que ni la Ley del Impuesto a la Renta ni en su reglamento, se ha
condicionado la deducción de un gasto a que la emisión y/o otorgamiento del comprobante de pago se
produzca hasta la fecha de vencimiento para presentar la declaración jurada anual del Impuesto a la
Renta, bastando que se acredite la fehaciencia de la adquisición, el devengo en el ejercicio en el cual se
produjo, la causalidad y la formalidad prevista para su deducción.

Asimismo, la Corte Suprema de la República en la Casación 2391-2015, Lima estableció el siguiente


criterio:

Se imputarán las rentas de tercera categoría, producidas en el ejercicio comercial en que se devengue, al
igual que los gastos, porque conforme al criterio del devengado, los ingresos, costos y los gastos se
reconocen cuando se gana o se incurren y no cuando se cobran o se pagan, independientemente de la
fecha de emisión del comprobante de pago o la cancelación del servicio, conforme al literal a) del
artículo 57° del Texto Único Ordenado de la Ley del Impuesto a la Renta, aprobado por Decreto
Supremo 054-99-EF.

6. Gastos por servicio de seguridad personal en favor de accionistas y directores de la empresa (RTF
07186-3-2020).

Tribunal Fiscal concluye que los gastos por servicios de seguridad personal prestados a accionistas,
directores y representantes legales serán deducibles solo si acredita que tales servicios tienen
vinculación con las actividades o gestión empresarial que dichos funcionarios realizan para la empresa
(Resolución del Tribunal Fiscal 07186-3-2020).

En el caso materia de análisis, la Administración reparó la deducción de los gastos por concepto de
seguridad personal prestado a accionistas, directores y representantes legales, en tanto la empresa no
acreditó las razones por las que tales personas requerían una protección personalizada y permanente, ni
sustentó con documentación relativa a los cargos que ocupaban ni a las funciones que cumplían dentro
de la empresa que justificaran los gastos observados, así como tampoco presentó documentación que
acredite la frecuencia con la que viajaban a las instalaciones de la empresa ubicadas en el interior del
país.

El contribuyente alegó que la Administración se limitó a señalar que el gasto no era indispensable para
la empresa, que no correspondía al giro normal del negocio y que no cumplía con el principio de
generalidad sin que haya merituado las pruebas presentadas durante el procedimiento de fiscalización,
tales como las cartas remitidas por grupos sediciosos al gerente y presidente del directorio, la denuncia
y el parte policial, siendo que los argumentos por los cuales no fueron aceptados dichos medios
probatorios son de carácter subjetivo, y que debió tenerse en cuenta que las personas resguardadas
integran de una familia cuya solvencia económica y éxito empresarial son de conocimiento público y los
convierte en blanco de atentados.

Al respecto, el Tribunal Fiscal al analizar la materia controvertida, verificó que mediante Resolución
05849-1-2015, se emitió pronunciamiento respecto de los servicios de seguridad personal brindado a
funcionarios de la recurrente que fueron prestados por el mismo proveedor, y en ese sentido, concluyó
que dado que en el caso bajo análisis tampoco se acreditó que los citados servicios tuvieran vinculación
con las actividades o gestión empresarial que los aludidos funcionarios realizaban para la empresa,
correspondía similar pronunciamiento, por lo que mantuvo el reparo efectuado por SUNAT a la
deducción de dichos gastos.

Asimismo, dicho colegiado refiere que en la aludida Resolución 05849-1-2015 al analizar los medios
probatorios presentados por la empresa verificó que no se pudo identificar la relación que habría entre
las amenazas de muerte o contra la integridad física tanto de los funcionarios y sus familiares y el
desempeño de las funciones que realizan los primeros en la empresa, siendo que las alusiones y/o
motivaciones de dichas amenazas se refieren a conductas personales de índole distinta a la laboral o
empresarial propias del cargo que ocupan tales funcionarios, máxime si en el primer documento se
menciona genéticamente un nombre (sin apellidos ni cargos) y en el segundo documento se menciona a
personas distintas a los funcionarios beneficiarios del servicio de protección.

De otro lado, indica que en la Resolución 05849-1-2015, indicó que si bien tales amenazas generarían la
necesidad de seguridad (guardaespaldas), no se acreditó que tuvieran vinculación con las actividades o
gestión empresarial desarrolladas como funcionarios de la empresa, siendo evidente que, si bien se
puede verificar una necesidad de protección, los elementos presentados solamente acreditan que ésta
surge dentro de la órbita de la esfera personal y privada de dichos beneficiarios. Por ello, los gastos
analizados no podrían ser deducidos, pues no está acreditado que los citados servicios, que cubrían una
necesidad de protección, tenían que ver con la actividad de la empresa.

En ese sentido, atendiendo al criterio contenido en las Resoluciones 05849-1-2015 y 07186-3-2020, para
la deducción de los gastos de seguridad personal incurridos por las empresas en favor de accionistas,
directores y representantes legales, estas deberán acreditar la vinculación de dichos servicios con las
actividades que desarrollan los funcionarios dentro de la empresa, a fin de sustentar la causalidad del
gasto; caso contrario, dichos desembolsos podrían ser calificados como gastos personales o
liberalidades por parte de la Administración Tributaria.
7. Gastos por penalidades contractuales incurridos por demora en la culminación de servicios (RTF
05674-3-2020)

Tribunal Fiscal concluye que los gastos por pago de penalidades provenientes de incumplimiento
contractual cumplen con el principio de causalidad. (RTF 05674-3-2020)

La Administración Tributaria reparó a la empresa la deducción como gasto de los pagos por penalidades
por incumplimiento dentro de los plazos pactados, señalando que no se acreditó que las causas o
motivos del incumplimiento estuvieran relacionados con riesgos propios de la actividad generadora de
renta y cita la Casación 8407-2013 para sustentar su reparo.

Al respecto, el Tribunal Fiscal al analizar la materia controvertida, verificó el gasto observado por SUNAT,
correspondía a  penalidades que la empresa pagó al cliente, según lo establecido en el contrato, y que
obedeció al incumplimiento de la empresa de iniciar, dentro del periodo otorgado, la etapa operativa
del servicio contratado, de lo que se desprende que dicha penalidad fue pactada por un incumplimiento
contractual,  provino de un contrato celebrado por la prestación de servicios por parte de la empresa,
vinculado al desarrollo de sus actividades propias del giro del negocio.

Agrega dicho colegiado que, la empresa incurrió en los gastos observaos como parte del desarrollo de su
actividad generadora de rentas gravadas, por lo que dichos gastos cumplen con el principio de
causalidad, de conformidad con el artículo 37.° de la Ley del Impuesto a la Renta y con los criterios
contenidos en las Resoluciones N° 07844-3-2012 y 17929-3-2013, levantando el reparo y revocando la
apelada en dicho extremo.

De otro lado, en cuanto a la Casación 8407-2013, el Tribunal Fiscal indica que está referida al pago de
una indemnización y puso fin a una demanda contencioso-administrativa, por lo que solo obliga a las
partes involucradas en dicho caso.

En ese sentido, estando a lo dispuesto en el artículo 37.° de la Ley del Impuesto a la Renta y a los
criterios emitidos por el Tribunal Fiscal, las empresas deben considerar como gasto deducible los pagos
por penalidades provenientes de incumplimiento contractual, en tanto cumplen con el principio de
causalidad y se haya previsto expresamente la penalidad en el contrato.

8. Gastos por concepto de avales y fehaciencia para su deducción (RTF N° 04334-3-2020).

Tribunal Fiscal concluye que no existe norma que prohíba la celebración de un contrato de forma verbal
o que condicione su deducción al cumplimiento de una formalidad (RTF 04334-3-2020)

En el caso de autos, SUNAT reparó la deducción de gastos por concepto de avales por carta fianza de
garantía de fiel cumplimiento, al no haber presentado la empresa un contrato con su vinculada, en el
cual se acredite que esta última esté garantizando dicha carta de fiel cumplimiento.

Asimismo, refiere que la empresa no aportó documento alguno que sustente la obligación de abonar los
gastos observados por concepto de “coste avales”, pues los correos electrónicos presentados no
acreditan la fehaciencia del gasto, y que los importes consignados en la carta emitida por el Banco no
coinciden con aquellos que fueron refacturados a la empresa.

Sobre el particular, la empresa alegó que la fehaciencia del gasto por concepto de avales refacturados a
su vinculada, se sustentan en la carta fianza y su renovación, así como las cartas emitidas por el Banco y
correos electrónicos de los cuales se acredita la relación de los cargos incurridos frente al Banco u los
gastos que su vinculada le facturó.

Al respecto, el Tribunal Fiscal al analizar la controversia, concluyó que, la empresa cumplió con aportar
elementos de prueba que de manera razonable y suficiente permiten acreditar o respaldar la
fehaciencia del servicio que generó el pago de las comisiones de aval, entre ellos, el contrato de
concesión celebrado entre la empresa y el Estado, las cartas emitidas por el Banco, copias certificadas
en la cual se certifica el aval, cartas fianzas y correos electrónicos.

Agrega dicho colegiado  que, si bien es cierto que de acuerdo a lo establecido por el artículo 1351.°
del Código Civil, los contratos se perfeccionan por el consentimiento de las partes, no siendo necesaria
alguna formalidad específica, salvo casos expresamente establecidos en la ley bajo sanción de nulidad,
también lo es que la documentación que acredite la existencia de un acuerdo de voluntades entre las
partes, destinado a la realización de una operación concreta, aun cuando no es indispensable, resulta un
elemento de prueba importante.

De otro lado, refiere que conforme al criterio establecido en las Resoluciones 7444-8-2011 y 7227-9-
2019, no existe norma que prohíba la celebración de un convenio de forma verbal o que condicione la
deducción para fines del Impuesto a la Renta al cumplimiento de una formalidad en particular, no
obstante, las empresas se encuentran obligadas a acreditar la operación.

 9. Gastos por servicios de auditoria financiera y principio del devengado (RTF  05714-4-2019).

Tribunal Fiscal concluye que el servicio de auditoría constituye una obligación de resultados por lo que
es en el ejercicio en el que la empresa obtiene los informes de auditoría en el cual se debe deducir el
gasto. (RTF 05674-3-2020)

En el caso de autos, la Administración Tributaria reparó el gasto por concepto de servicios de auditoría
financiero por el importe de S/22 400 que el contribuyente dedujo en la determinación de la renta neta
imponible del Impuesto a la Renta del ejercicio 2010, toda vez que el comprobante de pago que
sustentó la deducción del gasto se emitió por la cuota inicial del servicio prestado correspondiente a la
auditoría de los estados financieros al 31 de diciembre de 2010, habiéndose culminado el servicio en el
año 2011, siendo que a criterio de la Administración Tributaria, por la naturaleza del servicio, el mismo
sólo pudo ser culminado en el año 2011, siendo que recién en dicho ejercicio la empresa podía utilizarlo
como gasto.

La recurrente en la etapa de fiscalización sostuvo que existió un trabajo realizado a diciembre de 2010,
resultado de la visita de los auditores en dicho año, el cual fue un trabajo de evaluación de control
interno que es parte del informe de auditoría del ejercicio 2010, el cual fue realizado a solicitud de la
gerencia con el fin de conocer las posibles debilidades en cada una de sus áreas.

En relación con lo alegado por el contribuyente, la Administración Tributaria refirió que la empresa no se
presentó el contrato de prestación de servicios, y sólo se adjuntó un PPT de la evaluación de control
interno y el informe auditado de los Estados Financieros, el cual constituye el producto final, habiéndose
emitido tres facturas por dicho servicio en el ejercicio 2011, por lo cual reparó el servicio de auditoría no
devengado por el importe de S/ 22 400.00.

Al respecto, el Tribunal Fiscal refiere que la controversia se centra en determinar el periodo en que se
devengó el gastos por los servicios de auditoría financiera, siendo que en la Resolución N° 08534-5-
2001, dicho colegiado  señaló  que de acuerdo a su naturaleza, los servicios de auditoría se encuentran
supeditados a un resultado, generando deudas por resultado que se verificará cuando se presente el
informe o dictamen correspondiente al servicio de auditoría realizado, el cual, a su vez permitirá a la
empresa cumplir con diversas finalidades, como el de cumplir con informar su situación financiera y
económica auditada respecto del ejercicio anterior a los usuarios de dicha información, tales como
entidades bancarias y financieras, además de la aprobación de los estados financieros por parte de los
socios, tomar medidas futuras para el perfeccionamiento en la toma de decisiones, asegurarse de la
correcta determinación y presentación del Impuesto a la Renta o adoptar medidas tendientes a mejorar
la gestión de la empresa, entre otros, criterio reiterado en las Resoluciones 05276-5-2006 y 6387-10-
2012.
Agrega que, en el caso de autos, se verificó que la Factura N° 005-0022953 fue emitida el 3 de diciembre
de 2010 por concepto de “Cuota inicial de los servicios profesionales correspondiente a la auditoría de
los estados financieros al 31 de diciembre de 2010” y fue registrada contablemente por ese mismo
concepto mediante Voucher N° 2010-12-31-0046.

De otro lado, indica que si bien la recurrente sostiene que los servicios de auditoría del ejercicio 2010
que se iniciaron mediante trabajados efectuados en dicho año, culminaron  en el ejercicio 2011, lo que
es reconocido por aquella, constituyendo una obligación de resultados, es en dicho ejercicio que la
recurrente obtiene los informes de auditoría y con ello, la posibilidad de emplearlo para los fines
pertinentes, por lo que en aplicación del principio del devengado, no procedía su deducción en el
ejercicio 2010, conforme con el criterio contenido en la Resolución N° 8534-5-2021, en consecuencia
mantiene el reparo y confirma la resolución apelada en dicho extremo.

Cabe mencionar que, de acuerdo con el principio del devengado previsto en el artículo 57° de la Ley del
Impuesto a la Renta, los gastos se imputan en el ejercicio gravable en que se produzcan los hechos
sustanciales para su generación, siempre que la obligación de pagarlos no esté sujeto a una condición
suspensiva, o la contraprestación se fije en función a un hecho o evento futuro, en cuyo caso, el
devengo se producirá cuando dicho hecho o evento ocurra.

10. Gastos por servicios de asesoría contable, financiera, tributaria y/o administrativa (RTF 01455-5-
2020)

Tribunal Fiscal concluye que dichos servicios pueden acreditarse mediante memorandos, cartas,
solicitudes para la emisión de cheques, órdenes de servicio y correos electrónicos entre otros
documentos (RTF 01455-5-2020)

En el caso de autos, la Administración Tributaria observó diversas facturas emitidas por proveedores de
la recurrente por concepto de asesoría contable, financiera, tributaria y/o administrativa, así como los
cheques emitidos, por considerar que la empresa no presentó documentación fehaciente que acredite
la realización efectiva del servicio y su relación con generación de renta gravada y el mantenimiento de
la fuente productora, esto es, el principio de causalidad del gasto.

La recurrente a efectos de sustentar la fehaciente de los servicios recibidos y su vinculación con la


generación de renta y mantenimiento de la fuente productora, presentó copia de las facturas y cheques,
así como solicitudes para la emisión de cheques, órdenes de servicios y correos electrónicos.

Al respecto, el Tribunal Fiscal de la documentación proporcionada por la empresa en la etapa de


fiscalización, verificó el contenido de los correos electrónicos en los que se acreditaron las gestiones que
evidencian que se brindaron los servicios de asesoría a la empresa en los periodos observados, por los
cuales se pagaron las sumas consignadas en los cheques emitidos.

Atendiendo a ello, el Tribunal Fiscal concluyó que la empresa presentó documentación suficiente a fin
de acreditar la realidad de los referidos servicios, y por ende, su relación de causalidad con la generación
de la renta gravada y el mantenimiento de la fuente productora, por lo que levantó el reparo efectuado
por la Administración Tributaria y revocó la resolución apelada en dicho extremo.

Cabe mencionar que, si bien es necesario que los contribuyentes sustenten la fehaciencia de los gastos
en un determinado ejercicio fiscal, así como el cumplimiento del principio de causalidad, esto es, su
vinculación con la fuente productora de renta o la generación de ganancias de capital, para su
deducción, la Administración se encuentra obligada a meritar toda la documentación sustentatoria
presentada por los contribuyentes, tales como correos electrónicos, memorandos, conformidad del
servicio, valorizaciones,  cotizaciones, órdenes de servicios, informes, medios de pago, actas societarias,
entre otros, que en conjunto respalden la efectiva prestación del servicio.
11. Gastos por fraude de tarjetas de crédito y débito en perjuicio de clientes de la empresa (RTF
02837-1-2020)

Tribunal Fiscal concluye que la deducción de dichos gastos se sustenta en el cumplimiento del principio
de causalidad, más no en las formalidades previstas en el inciso d) del artículo 37 de la Ley del Impuesto
a la Renta, referido a la deducción de pérdidas extraordinarias por delitos de dependientes o terceros en
perjuicio de la empresa. (RTF N° 02837-1-2020).

En el caso de autos, la empresa alegó que el reparo corresponde al reembolso realizado en favor de sus
clientes víctimas de delitos informáticos, como consecuencia de su Política de Fraude, en cuyo curso
recibe denuncias policiales de sus clientes, ya que no es ella sino aquellos los afectados por los fraudes.

De otro lado, SUNAT, sustentó el reparo en que la recurrente no sustentó los gastos generados por
hechos delictivos, precisando que “Los procedimientos internos para la revisión de los fraudes
cometidos a sus clientes carecen de prueba tributaria, dado que la ley del Impuesto a la Renta exige
como sustento la probanza judicial o que se acredite que es inútil ejercer la acción judicial
correspondiente

El Tribunal Fiscal, al resolver la controversia a la deducción de gastos por fraude de tarjetas de crédito y
débito refiere que ésta radica en que la Administración considera que el gasto incurrido con ocasión de
los fraudes electrónicos e informáticos relacionados a las tarjetas de crédito y débito de los
tarjetahabientes de la recurrente, no fue sustentado de la forma prescrita en el literal d) del artículo 37.°
de la mencionada Ley; mientas que la recurrente aduce que la deducción del gasto se sustenta en el
primer párrafo del artículo 37.° de la Ley, ´mas no en el literal d), ya que este último se refiere al delito
cometido en perjuicio del contribuyente, no obstante que, en los casos bajo comentario, el hecho
delictivo no se habría cometido en perjuicio suyo sino en el de sus clientes.

Al respecto, el Tribunal Fiscal en la aludida Resolución 02837-1-2020, señala que correspondía que la
Administración- teniendo en consideración lo alegado por la recurrente para sustentar el gasto
deducido, el cual sustentaba el principio de causalidad y no un hecho en su agravio- analizara la
documentación presentada por la recurrente a fin de acreditar el gasto, siendo que en caso no
acreditara la causalidad de este, en los términos alegados, correspondía el reparo.

12. Gastos por servicios prestados por una persona residente en un territorio de baja o nula
imposición cuando se acredita la existencia de relación laboral (RTF 02441-9-2020).

Tribunal Fiscal concluye que los servicios prestados por una persona residente en un territorio de baja o
nula imposición constituyen gastos deducibles para la empresa si se acredita la existencia de una
relación laboral (Resolución 02441-9-2020).

En el caso materia de análisis, se verifica que la Administración reparó el gasto por los servicios
prestados por una persona residente en Hong Kong (territorio de baja o nula imposición), puesto que
consideró que dicha persona era un tercero a la empresa que prestaba servicios y que no existía una
relación laboral.

Asimismo, la Administración Tributaria consideró que el importe pagado por S/547 197 constituía un
gasto no deducible para la determinación de la renta imponible del Impuesto a la Renta del ejercicio
2015, de conformidad con el inciso m) del artículo 44.° de la Ley del Impuesto a la Renta.

El Tribunal Fiscal en la Resolución 02441-9-2020, señala que la materia controvertida se centra en


delimitar la naturaleza de los servicios prestados por una persona natural en favor de la empresa
durante los meses de abril a diciembre de 2015, esto es, si son servicios prestados de manera
dependiente o de manera independiente, a fin de establecer si la retribución pagada por dichos
servicios es un gasto deducible para efectos de determinar la renta neta de la empresa, teniendo en
consideración que la persona que le prestó los servicios es residente en un país considerado de baja o
nula imposición.

Al respecto, el Tribunal Fiscal al verificar la documentación presentada por la empresa, advierte que las
labores realizadas estaban relacionadas con el giro de negocio de la empresa y destinadas a preparar o
consolidar relaciones comerciales con los proveedores o potenciales proveedores de la empresa en el
exterior, apreciándose una continua comunicación con el gerente general, a quien tenía que reportar
y/o coordinar determinadas actividades.

Agrega dicho colegiado que, se aprecia que la persona contratada debía cumplir las instrucciones
impartidas por el gerente general, quien, además, en uso de sus facultades de empleador, entre otros,
le solicitó que programe sus vacaciones, e inclusive, lo amonestó por no tener un comportamiento
adecuado.

En ese sentido, el Tribunal Fiscal concluye que la persona residente en Hong Kong no desempeñó sus
actividades de forma independiente, como erróneamente sostuvo la Administración, sino que debía
cumplir con lo encomendado por la empresa  y dar cuenta de su gestión, encontrándose expedito a la
sujeción a órdenes y directivas en cuanto al desarrollo de sus servicios, los cuales estaban sujetos a la
dirección, fiscalización y poder disciplinario de la empresa, ejercida a través de su gerente general y en
consecuencia, el gasto resulta deducible.

13. Gastos por provisión de cuentas de cobranza dudosa- deudas del proveedor (RTF 05714-4-2019).

Tribunal Fiscal concluye que las normas aplicables no exigen como condición para la deducción de la
provisión de cobranza dudosa que el deudor deba necesariamente ser cliente del contribuyente, esto es,
que deba tratarse de una cuenta por cobrar a clientes, pudiendo tratarse de deudas del proveedor.
(Resolución 05714-4-2019).

En el caso objeto de análisis, la Administración Tributaria reparó la renta neta imponible del Impuesto a
la Renta del ejercicio 2010, por anticipo a proveedores que no califica como provisiones por cuentas de
cobranza dudosa por el importe de S/186 812,23, señalando como sustento y base legal los incisos d) e i)
del artículo 37.° de la Ley del Impuesto a la Renta.

El contribuyente manifiesta que provisionó por cuenta de cobranza dudosa un monto correspondiente a
una compra que no fue atendida en su totalidad por uno de sus proveedores no domiciliados
correspondientes a equipo contra incendio, a pesar de haber realizado diversas gestiones de cobranza,
no obstante, agrega que la Administración consideró que se trataba de una pérdida extraordinaria y no
se acreditó judicialmente el hecho delictuoso o que era inútil ejercitar la acción judicial correspondiente.

Al respecto, el Tribunal Fiscal en la Resolución N° 05714-4-2019 refiere que de lo actuado, se tiene que
la Administración verificó que la empresa efectuó una adquisición de equipos contra incendios a un
proveedor del exterior,  apreciándose que se efectuó la cancelación de los equipos y que sólo le fueron
entregadas tres bombas de llenado de cilindros que según el Invoice N° 0507007 del 3 de mayo de 2007
costaban S/186 812,23, más no los demás equipos que habían sido solicitados y pagados por un monto
de S/186 812,23, por lo que efectuó el registro como provisión de cobranza dudosa.

De otro lado, indica que la Administración señaló que de la documentación presentada por la
contribuyente se evidencia que el pago de la operación fue acreditado con el documento que sustenta
la transferencia bancaria efectuada al proveedor, los correos de coordinación sobre mercadería
pendiente de entrega y con la carta mediante la cual se reclamó el monto entregado; asimismo, precisa
que la deducción es posible en dos casos, cuando existe una sentencia judicial en la que se pruebe el
hecho delictuoso o cuando se acredite que es inútil ejercer la acción judicial correspondiente con el
documento emitido por el Ministerio Público que ordena el archivamiento de la denuncia.
Agrega el Tribunal Fiscal que, en la Resolución 06075-9-2018, se ha establecido que para la deducción
como gasto de las provisiones de cobranza dudosa, las normas aplicables no exigen como condición que
el deudor deba necesariamente ser cliente del contribuyente, esto es, que deba tratarse de una cuenta
por cobrar a cliente, pudiendo tratarse de deudas del proveedor.

En tal sentido, dicho colegiado señala que se ha reconocido que el incumplimiento de un proveedor
puede conllevar a efectuar una provisión por una deuda de cobranza dudosa, siendo que, en el caso de
autos, se trata de un monto adeudado por el proveedor de la empresa, apreciándose que fue registrado
en la cuenta- reclasificación de anticipos.

Asimismo el Tribunal Fiscal precisa que de  la normatividad que regula la provisión de cobranza dudosa,
fluye que para que esta sea deducible, tiene en primer lugar, que existir una cuenta por cobrar respecto
de la cual el riesgo de incobrabilidad esté acreditado conforme con la ley (requisitos cuyo
incumplimiento no ha sido cuestionado por la Administración), y en segundo lugar que ello esté
vinculado con la generación de rentas o mantenimiento de la fuente, criterio establecido mediante
Resolución N° 3619-5-2005, siendo que en el presente caso se ha acreditado ambas condiciones.

En consecuencia, el Tribunal Fiscal concluye que nos encontramos ante una provisión de cobranza
dudosa deducible como gasto y no ante una pérdida extraordinaria, toda vez que, como lo ha señalado
la contribuyente, no se ha producido hecho delictuoso que debía denunciar ante las autoridades
competentes, lo cual tampoco ha sido acreditado por la Administración, por consiguiente, se deja sin
efecto el reparo analizado al no encontrarse arreglado a ley.

14. Gastos por pago de indemnización por despido arbitrario dispuesta por mandato legal (Informe
SUNAT 062-2020-SUNAT/7T0000)

El pago de la indemnización laboral establecida en el artículo 34 del LPCL constituye gasto deducible
para la determinación del impuesto a la renta de la tercera categoría (Informe N°
062-2020-SUNAT/7T0000)

La Administración Tributaria en el Informe N° 062-2020-SUNAT/7T0000, analizó la consulta referida a si


el pago de la indemnización por despido arbitrario dispuesto por mandato de la norma laboral
constituye gasto deducible para la determinación del impuesto a la renta de tercera categoría.

Al respecto, SUNAT refiere que, con relación al despido de un trabajador, el artículo 34 de la Ley de
Productividad y Competitividad, en adelante LPCL, dispone que si el despido es arbitrario por no haberse
expresado causa o no poderse demostrar esta en juicio, el trabajador tiene derecho al pago de la
indemnización establecida en el artículo 38, como única reparación por el daño sufrido, y que podrá
demandar simultáneamente el pago de cualquier otro derecho o beneficio social pendiente.

Agrega que, el artículo 38.° establece que la indemnización por despido arbitrario es equivalente a una
remuneración y media ordinaria mensual por cada año completo de servicios con un máximo de doce
(12) remuneraciones, y que las fracciones de año se abonan por dozavos y treintavos, según
corresponda.

En ese sentido, señala que del análisis de los artículos 34° y 38° de la Ley de Productividad y
Competitividad Laboral, se desprende que si el contrato de trabajo se extingue por despido y no se
expresa la causa o esta no se demuestra, la norma prevé una obligación legal de carácter
indemnizatorio, que se constituye como un régimen de protección de eficacia resarcitoria hacia el
trabajador en virtud del cual percibe una reparación económica con un tope de doce remuneraciones
por el daño sufrido por la extinción unilateral del contrato de trabajo por parte del empleador, sin
mediar justificación alguna.

Atendiendo a ello, indica que el pago de la mencionada indemnización forma parte del cumplimiento del
ordenamiento laboral al que están obligados los sujetos generadores de rentas de tercera categoría
como empleadores y, por tanto, un gasto que resulta del devenir de sus actividades generadoras de
dichas rentas; por lo que la referida indemnización constituye gasto deducible para determinar la renta
neta de tercera categoría.

En consecuencia, SUNAT concluye que el pago de la indemnización por despido arbitrario establecida en
el artículo 34.° del LPCL cumple con el principio de causalidad y, en consecuencia, constituye gasto
deducible para la determinación del impuesto a la renta de la tercera categoría.

15. Gastos por concepto de retribuciones al directorio (RTF 04656-9-2019)

Tribunal Fiscal concluye que los gastos relacionados con los servicios prestados por los directores se
devengan cuando se incurrieron en ellos, esto es, conforme a la ejecución de los servicios prestados
(Resolución 04656-9-2019).

En el caso de autos, la Administración reparó la deducción del gasto en el ejercicio 2012


correspondiente a dietas de directorio, toda vez que la retribución pagada al directorio no cumplió con
una de las características del principio del devengado, como es, que el importe sea fiable, dado que solo
fue posible conocer el importe de la retribución una vez culminado el ejercicio 2012, por lo que de
conformidad con las normas contables y la Ley del Impuesto a la Renta, el gasto por retribución al
directorio no se devengó en el ejercicio gravable 2012.

De otro lado, la empresa alegó que el gasto por retribución de dietas en favor del directorio cumplió con
lo señalado en las normas contables ya que puede ser medido con fiabilidad al determinarse el cierre del
ejercicio, aun cuando la aprobación formal de las utilidades se realiza dentro de los tres primeros meses
del ejercicio siguiente, y que el gasto por retribución del directorio es gasto respecto del ejercicio con el
cual se encuentra relacionado las actividades de los directores.

El Tribunal Fiscal en la Resolución 04656-9-2019, refiere que la materia controvertida se centra en


determinar su el gasto por concepto de retribución del directorio, cumplió con el principio del
devengado a efectos de determinar su deducibilidad durante el ejercicio 2012.

Al respecto, el Tribunal Fiscal señala que, la obligación determinada después del periodo sobre el que se
informa, surgida como consecuencia de los servicios prestados a la sociedad se deben reconocer en el
ejercicio en que dichos servicios se prestan, reciben o utilizan, pues cumplen con los requisitos para su
reconocimiento en el citado ejercicio.

Asimismo, indica que en las Resoluciones 02812-2-2006  y 22298-3-2012, entre otras, ha interpretado
que el concepto del devengado implica que se hayan producido los hechos sustanciales generadores del
ingreso y/o gasto, y que el compromiso no esté sujeto a condición que pueda hacerlo inexistente,
siendo que el hecho sustancial generador del gasto o ingreso se origina en el momento en que se genera
la obligación de pagarlo o el derecho a adquirirlo, aun cuando a esa fecha no haya existido el pago
efectivo, lo que supone una certeza razonable en cuando a la obligación y a su monto.

Agrega que, los servicios prestados por los directores son utilizados en las operaciones corrientes, dado
que sus actividades permiten a los órganos de la sociedad tomar decisiones, y por tanto, dichos servicios
generan derechos contra la sociedad que exigen su satisfacción a través de recursos de la empresa, que
no se pueden relacionar directamente con los ingresos obtenidos ni con beneficios futuros; y por ende,
deben imputarse al ejercicio en que se prestaron.

En ese sentido, menciona que los gastos relacionados por los servicios prestados por los directores
deben reconocerse contablemente cuando se incurrieron en ellos, esto es, conforme a la ejecución de
los servicios prestados, advirtiéndose que sí es posible conocer el importe de la retribución al cierre del
ejercicio 2012, momento en que surge a su vez la obligación de pago a los directores respecto del 6 % de
la utilidad comercial y que dicha obligación no se ve afectada por el hecho que haya sido reconocido
mediante el informe de fecha 2 de enero de 2013 y ratificada mediante acta de junta general de fecha
19 de enero de 2015, además, sostener que el reconocimiento del gasto se encuentra supeditado a un
evento posterior como lo es la elaboración del balance del ejercicio, o la determinación del Impuesto a
la Renta, desnaturaliza el principio del devengado, pues no se trata de un “evento” que pueda hacer
inexistente el gasto.

En consecuencia, el Tribunal Fiscal concluye que habiéndose comprobado que la retribución del
directorio corresponde al ejercicio 2012, el gasto habría devengado en dicho ejercicio; no obstante, de
acuerdo a lo dispuesto en el inciso m) del artículo 37.° de la Ley del Impuesto a la Renta, solo es
deducible para la determinación de la renta neta del Impuesto a la Renta la remuneración del directorio
hasta el límite del 6 % de la utilidad comercial del ejercicio, correspondiendo en este caso aceptar la
deducción por el importe de S/315 555,24, lo que además ni fue cuestionado por la recurrente, en se
sentido, corresponde levantar el reparo por dicho importe y mantenerlo por el exceso de S/84 444,86.

Cabe mencionar que, de acuerdo con los previsto en el inciso m) del artículo 37.° de la Ley del Impuesto
a la Renta, constituyen gastos deducibles en la determinación de la renta neta de tercera categoría, las
remuneraciones que por el ejercicio de sus funciones correspondan a los directores de sociedades
anónimas, en la parte que en conjunto no exceda del seis por ciento (6%) de la utilidad comercial del
ejercicio antes del Impuesto a la Renta.

16. Gastos por concepto de intereses retribuidos a sujetos no domiciliados.

Los gastos por intereses que sean retribuidos a sujetos no domiciliados podrán deducirse como costo o
gasto en el ejercicio gravable a que correspondan, cuando hayan sido pagados o acreditados dentro del
plazo establecido por el Reglamento para la presentación de la declaración jurada correspondiente a
dicho ejercicio. Informe 130-2019-SUNAT/7T0000.

La Administración Tributaria en el Informe 130-2019-SUNAT/7T0000, analizó la consulta referida a si


para la deducción de intereses a que se refiere el inciso a) del artículo 37° de la Ley del Impuesto a la
Renta, que sean retribuidos a sujetos no domiciliados, resulta aplicable la condición prevista en el inciso
a.4) del mismo artículo.

Al respecto, SUNAT refiere que el primer párrafo del inciso a) del artículo 37° de la Ley del Impuesto a la
Renta señala que serán deducibles los intereses de deudas y los gastos originados por la constitución,
renovación o cancelación de las mismas, siempre que hayan sido contraídas para adquirir bienes o
servicios vinculados con la obtención o producción de rentas gravadas en el país o mantener su fuente
productora.

Agrega que, el inciso a.4) del artículo 37.° de la LIR dispone que las regalías, y retribuciones por servicios,
asistencia técnica, cesión en uso u otros de naturaleza similar a favor de beneficiarios no domiciliados,
podrán deducirse como costo o gasto en el ejercicio gravable a que correspondan cuando hayan sido
pagadas o acreditadas dentro del plazo establecido por el Reglamento para la presentación de la
declaración jurada correspondiente a dicho ejercicio.

Asimismo, indica que el inciso a.4) del artículo 37.°de la LIR ha establecido una regla especial para la
deducción de gastos de tercera categoría por regalías, y retribuciones por servicios, asistencia técnica,
cesión en uso u otros de naturaleza similar retribuidos a favor de beneficiarios no domiciliados,
estableciéndose que estos serán deducibles en el ejercicio en  que se devenguen cuando hayan sido
pagadas o acreditadas dentro del plazo establecido por el Reglamento para la presentación de la
declaración jurada correspondiente a dicho ejercicio, o en su defecto, en el ejercicio que efectivamente
se paguen, aun cuando se encuentren debidamente provisionados en un ejercicio anterior.

En ese sentido, afirma que para la deducción de intereses de deudas y los gastos originados por la
constitución, renovación o cancelación de las mismas, a que se refiere el inciso a) del artículo 37.° de la
LIR, es aplicable la condición incorporada mediante el inciso a.4) en este artículo, por lo que los gastos
contraídos con sujetos no domiciliados a que se refiere aquel inciso serán deducibles en el ejercicio en
que se devenguen cuando hayan sido pagados o acreditados dentro del plazo establecido por el
Reglamento para la presentación de la declaración jurada correspondiente a dicho ejercicio, o, en su
defecto, en el ejercicio que efectivamente se paguen, aun cuando se encuentren debidamente
provisionados en un ejercicio anterior.

En consecuencia, SUNAT concluye que para la deducción de los gastos por intereses a que se refiere el
inciso a) del artículo 37.° de la Ley del Impuesto a la Renta, que sean retribuidos a sujetos no
domiciliados, resulta aplicable la condición prevista en el inciso a.4) del mismo artículo.

A continuación, compartimos el Informe 130-2019-SUNAT/7T0000, en el cual se analiza la deducción de


los gastos por concepto de intereses retribuidos a sujetos no domiciliados.

17. Gastos por pago de regalías por cesión en uso de una marca (RTF 00761-8-2019).

Tribunal Fiscal concluye que el gasto por pago de regalías por el uso de una marca cumple con el
principio de causalidad, si se demuestra su utilización en el giro de negocio de la empresa, lo cual se
puede acreditar con volantes, banners, paneles, periódicos y demás documentos en los que aparezca la
marca cedida (Resolución del Tribunal Fiscal 00761-8-2019).

En el caso objeto de análisis, la Administración Tributaria señaló que producto de la fiscalización


efectuada a la empresa, se reparó el gasto incurrido por concepto de regalías contabilizado en la Cuenta
9052- Regalías, debido a que no se acreditó que el mismo cumpliera con el principio de causalidad.

Asimismo, la Administración Tributaria indicó que, en el procedimiento de fiscalización, verificó que, la


diversa documentación presentada por la empresa no permitía demostrar que el incremento del nivel
de ventas se debía al uso de la marca, concluyendo que los ingresos se incrementaron por la publicidad
ofrecida a través de diversos medios.

El Tribunal Fiscal al analizar la materia controvertida verifica que la Administración Tributaria reparó la
renta neta imponible del Impuesto a la Renta del ejercicio 2014, puesto que la empresa no acreditó la
causalidad del gasto incurrido por concepto de regalías contabilizado en la Cuneta 9052-Regalías.

Asimismo, refiere que se aprecia del “Contrato de Cesión de Derechos de Uso” de 30 de agosto de 2009,
celebrado entre la empresa y el cedente de la marca, este se obligó a ceder a la empresa por un plazo de
diez años la marca de servicio constituida por el logotipo inscrito a su nombre según lo dispuesto por la
Resolución 012423-2009/DSD-INDECOPI, a fin de que esta la utilice exclusivamente en el servicio de
construcción de obras civiles, a cambio de una contraprestación ascendente hasta el 15 % de los
ingresos anuales de la empresa.

Adicionalmente, dicho colegiado indica que figuran en el expediente, volantes, banners, paneles,
periódicos, revistas y demás referidos a publicidad vinculada al desarrollo de proyectos inmobiliarios en
los que aparece la marca cedida, registrada ante la Dirección de Signos Distintivos del Registro de la
Propiedad Industrial del INDECOPI, a nombre del titular, cuya autorización o cesión en uso fue otorgada
a la recurrente en virtud del contrato de cesión de uso de la marca.

Añade que, se encuentra acreditado que la empresa suscribió el “Contrato de Cesión de Derechos de
Uso”, a fin de utilizar la marca de servicio en el marco del giro de negocio de la empresa que consistía en
la construcción de edificios completos, lo que en efecto hizo, tal como se evidencia de los volantes,
banners, paneles, periódicos, revistas y demás documentos.

En ese sentido, el Tribunal Fiscal señala que lo anterior resulta razonable en el quehacer empresarial de
la empresa y para sus fines u objetivos de negocio, por cuanto, por definición propia de las marcas y los
signos distintivos contribuyen a crear valor a diferenciar la calidad y las características particulares de los
productos y servicios que se ofrecen en el mercado, por consiguiente, se verifica que el gasto observado
se encuentra acorde con el principio de causalidad a que se refiere el artículo 37° de la Ley del Impuesto
a la Renta y al criterio utilizado por el Tribunal en las Resoluciones N° 4807-1-2006, 01275-2-2004, 710-
2-99 y 08731-8-2017.

De otro lado, el Tribunal Fiscal menciona que lo expuesto no resulta desvirtuado por los afirmado por la
Administración en el sentido que el crecimiento de las ventas de la empresa tiene relación con lo que
invirtió esta en publicidad, puesto que conforme se verificó, en dicha publicidad (volantes, banners,
paneles, periódicos, revistas y demás documentos) se utilizó la marca indicada, lo que, según lo
afirmado anteriormente, se ajusta al quehacer empresarial de la empresa y sirvió para sus fines u
objetivos de negocio, evidenciándose con el ello el cumplimiento del principio de causalidad.

En consecuencia, el Tribunal Fiscal concluye que el reparo efectuado por la Administración Tributaria no
se encuentra ajustado a ley, por lo que corresponde levantarlo y revocar la apelada en dicho extremo.

Cabe mencionar que, el inciso p) del artículo 37° de la Ley del Impuesto a la Renta, indica que a fin de
establecer la renta de tercera categoría se deducirá de la renta bruta los gastos necesarios para
producirla y mantener su fuente, en tanto la deducción no esté expresamente prohibida por dicha ley,
en consecuencia, son deducibles los pagos por regalías.

18. A manera de conclusión

Atendiendo a lo expuesto en el presente artículo, se concluye que para la deducción de los gastos
empresariales, las empresas deberán considerar además de los requisitos formales para su deducción
previstos en la Ley del Impuesto y su reglamento, los criterios jurisprudenciales emitidos por el Tribunal
Fiscal, así como los criterios emitidos por la Administración Tributaria, en los cuales se han analizado la
acreditación de los gastos, los elementos que permiten identificar el cumplimiento del principio de
causalidad del gasto, la oportunidad para su deducción atendiendo al principio del devengado y otras
formalidades necesarias previstas en normas accesorias, como es el caso de la bancarización, de
corresponder.

Finalmente, las empresas deben tener en cuenta que si bien, podemos estar ante jurisprudencia del
Tribunal Fiscal que no tiene carácter de jurisprudencia de observancia obligatoria o informes emitidos
por la Intendencia Nacional Jurídica que únicamente son vinculantes para la Administración Tributaria,
complementan aspectos que la norma tributaria ha dejado a la interpretación y a su aplicación al caso
en concreto, siendo que al ser criterios recurrentes deben ser considerados para evitar contingencias
tributarias ante una eventual fiscalización por Impuesto a la Renta Empresarial.

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