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Mi Esperanza está en Jesús porque Jesús es

mi Esperanza
Mi esperanza está en Jesús porque Jesús es mi esperanza muchos habrán escuchado estas palabras, muchos habrán
dicho estas palabras, pero qué significa realmente?
La esperanza es lo que nos hace sobrevivir en momentos drásticos, la esperanza nos ayuda a soportar los momentos
malos de nuestras vidas sin que nos echemos abajo, muchos han dicho también que la esperanza es lo último que
podemos perder, porque la esperanza nos hace ir siempre hacia delante en nuestras vidas y sin esperanza nosotros
nos rendimos y todo sin esperanza carece de sentido.

La palabra esperanza aparece 100 veces en la Biblia, pero en la Biblia esta no es fruto de un pensamiento positivo,
tampoco es algo que las personas tienen en su interior, la esperanza es algo que se desenvuelve en nuestro
relacionamiento con Dios. El apóstol Pablo destaca que la esperanza es una de las tres virtudes principales de los
cristianos, junto con la fe y el amor.

«Tres cosas durarán para siempre: la fe, la esperanza y el amor; y la mayor de las tres es el amor.»  1 Corintios
13:13
Cuando enfrentamos luchas o desafíos nosotros los cristianos contamos con estas 3 virtudes especiales como una
protección segura en que todo va a ir bien, que tendrá un final positivo y encontramos la paz que necesitamos en
medio de esas situaciones, para que esa lucha o este problema no logre desanimarnos.

«La palabra Esperanza existe en la mayoría de los idiomas, lo que nos hace entender que ninguna cultura, sea
cual sea, consigue sobrevivir sin Esperanza.»
La esperanza se destaca en 2 puntos según la Biblia. La primera es que encontramos la solución a nuestros problemas
a través de Dios, pues nuestra esperanza está en el, en que el nos ayude a salir o a solucionar esa circunstancia en la
cual nos encontramos.

«Que todo mi ser espere en silencio delante de Dios, porque en él está mi esperanza. Solo él es mi roca y mi
salvación,mi fortaleza donde no seré sacudido. Mi victoria y mi honor provienen solamente de Dios; él es mi
refugio, una roca donde ningún enemigo puede alcanzarme. Oh pueblo mío, confía en Dios en todo momento; dile
lo que hay en tu corazón, porque él es nuestro refugio. « – Salmos 62: 5-8
«Fielmente respondes a nuestras oraciones con imponentes obras,oh Dios nuestro salvador.  Eres la esperanza de
todos los que habitan la tierra,incluso de los que navegan en mares distantes.» – Salmos 65: 5
«Pero felices son los que tienen como ayudador al Dios de Israel,los que han puesto su esperanza en el Señor su
Dios.» – Salmos 146:5
«Pero benditos son los que confían en el Señory han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza.Son como
árboles plantados junto a la ribera de un ríocon raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el
calorni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdesy nunca dejan de producir
fruto.»– Jeremías 17: 7-8
Los seguidores de Jesús lo consideran a el como la esperanza viviente, pues El es la esperanza en el sentido de
que Dios es la fuente de poder deseado y esperado que hará que todo mejore, que todo vaya bien, pues en El se
encuentra el poder que hará que esas circunstancias malas cambien.
El segundo punto es que la esperanza hace con que las personas confíen en que van a tener un futuro más allá de lo
que están viviendo ahora en el presente, les hace confiar en el futuro en que les espera algo bueno, algo que los
mantiene animados a seguir confiando en el Señor. Nosotros los hijos de Dios vivimos intensamente nuestro
presente, pero sabemos y somos conscientes de que nuestra vida no se limita en lo que tenemos aquí y ahora,
tenemos fe y esperanza en que tenemos algo más allá de la muerte, una promesa de un lugar superior a todo aquello
que hemos llegado a conocer acompañados de la presencia de nuestro creador.

«Jesús nos da esperanza para nuestro futuro»


Pablo habló un poco sobre eso también, mencionando la esperanza en la resurrección, por lo que entendemos de
nuestra segunda vida tras la muerte terrenal, nuestra vida eterna con Jesús, con Dios en un lugar donde ya no habrá
hambre, ni dolor, ni pecado, donde viviremos libre y habitaremos bajo y junto la presencia del Altísimo.
«Pablo se dio cuenta de que algunos miembros del Concilio Supremo eran saduceos y que otros eran fariseos, por
lo tanto, gritó: «Hermanos, ¡yo soy fariseo, al igual que mis antepasados! ¡Y estoy en juicio porque mi esperanza
está en la resurrección de los muertos!»»– Hechos 23:6
«Tengo la misma esperanza en Dios que la que tienen estos hombres, la esperanza de que él resucitará tanto a los
justos como a los injustos.Por esto, siempre trato de mantener una conciencia limpia delante de Dios y de toda la
gente.» – Hechos 24: 15-16
«Por lo tanto, ya que fuimos declarados justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz con Dios gracias a
lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros.Debido a nuestra fe, Cristo nos hizo entrar en este lugar de
privilegio inmerecido en el cual ahora permanecemos, y esperamos con confianza y alegría participar de la gloria
de Dios.»– Romanos 5: 1-2
«Contra su propia voluntad, toda la creación quedó sujeta a la maldición de Dios. Sin embargo, con gran
esperanza,la creación espera el día en que será liberada de la muerte y la descomposición, y se unirá a la gloria de
los hijos de Dios.»         – Romanos 8: 20-21
Esa esperanza tras la muerte es lo que nos hace diferentes a los demás, a los que tienen esperanza pero no creen en
Dios, los que son «positivos» pero viven una vida sin Dios en un mundo en el cual es dominado por la tragedia y el
pesimismo. Donde su historia está repleta de guerra, muerte y sangre, donde los telediarios solo nos informan sobre
la crisis, la corrupción, la muerte, la destrucción del ecosistema y la violencia que domina el mundo y que vive
dentro de los seres humanos, transformándolos en seres salvajes y sedientos de venganza, denominándolos así como
la peor especie del planeta en el cual solo destruye y busca la destrucción de todo y de todos.
En un mundo sin Dios no hay espacio para la esperanza, sino para el terror y el miedo, pues en medio de tantas
cosas malas ¿Cómo puede uno tener esperanza si no tiene a Dios en sus vidas?
Para nosotros los cristianos sí existe esperanza, aunque estemos en medio de las tinieblas aún tendremos esperanzas,
porque Dios está con nosotros y no estamos nunca solos. La venida de Cristo es un mensaje de esperanza para
nuestro futuro. Cuando Jesús resucitó y se presentó ante más de 500 personas, Pedro dijo que Jesús era nuestra
esperanza, pues gracias a el tendríamos la vida eterna que nos espera en el reino de los cielos junto a Jesucristo y
nuestro creador.
«Que toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Es por su gran misericordia que hemos
nacido de nuevo, porque Dios levantó a Jesucristo de los muertos. Ahora vivimos con gran expectacióny tenemos
una herencia que no tiene precio, una herencia que está reservada en el cielo para ustedes, pura y sin mancha, que
no puede cambiar ni deteriorarse.Por la fe que tienen, Dios los protege con su poder hasta que reciban esta
salvación, la cual está lista para ser revelada en el día final, a fin de que todos la vean.Así que alégrense de verdad.
Les espera una alegría inmensa, aunque tienen que soportar muchas pruebas por un tiempo breve.Estas pruebas
demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro,
aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas
pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo.Ustedes
aman a Jesucristo a pesar de que nunca lo han visto. Aunque ahora no lo ven, confían en él y se gozan con una
alegría gloriosa e indescriptible.La recompensa por confiar en él será la salvación de sus almas.»– 1 Pedro 1: 3-9
Esta es nuestra herencia, una herencia llena de esperanza, la mejor herencia que podemos tener, pues Dios nos ha
preparado un futuro con todo de lo mejor el cual nuestra mente no es capaz de imaginarlo y todo es así porque Dios
nos quiere, porque el nos ama y porque Jesús se sacrificó por nosotros para que nosotros nos liberásemos del dolor y
viviéramos en un lugar de paz, donde reinará la alegría y abundará el amor, pues viviremos ante y junto la presencia
de Dios.

«Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido y
también el mar.Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo desde la presencia de Dios, como
una novia hermosamente vestida para su esposo. Oí una fuerte voz que salía del trono y decía: «¡Miren, el hogar de
Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos.Él les
secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no
existirán más».Y el que estaba sentado en el trono dijo: «¡Miren, hago nuevas todas las cosas!». Entonces me dijo:
«Escribe esto, porque lo que te digo es verdadero y digno de confianza».También dijo: «¡Todo ha terminado! Yo soy
el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. A todo el que tenga sed, yo le daré a beber gratuitamente de los
manantiales del agua de la vida.Los que salgan vencedores heredarán todas esas bendiciones, y yo seré su Dios, y
ellos serán mis hijos.»– Apocalipsis 21: 1-7

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