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La mentira original

Ricardo Omar Mendoza


Mendoza, Ricardo Omar
La mentira original / Ricardo Omar Mendoza. - 1a ed . - La
Plata : Arte editorial Servicop, 2019.
96 p. ; 21 x 15 cm.
ISBN 978-987-8361-22-2
1. Autoayuda. I. Título.
CDD 158.1

ricardoomarmendoza@yahoo.com.ar

© 2019, Mendoza Ricardo Omar.

Impreso en Argentina.

Hecho el depósito que marca la ley 11.723.

Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio


de impresión en forma idéntica sin la autorización expresa del autor.
A todos aquellos que con dedicación y cariño se esforzaron en
enseñarme a creer... hasta hacerme dudar...
Índice

Introducción.................................................................................. 7
1. Sobre comienzos inesperados y suposiciones...................... 23
2. Sobre fascinación e incertidumbre....................................... 25
3. Sobre los primeros temores................................................. 26
4. Sobre posibles mañanas y el no pensar............................... 28
5. ¡Por fin llegaron los mandamientos!.................................... 31
6. Si creo en Dios me siento seguro......................................... 34
7. Sobre ser inmortal y romper juguetes.................................. 37
8. Mentime que me gusta........................................................ 40
9. Sobre herencias, complicidades y consideraciones............. 42
10. Sobre la libertad de expresión del pensamiento............... 45
11. No quiero pensar. Quiero consumir................................... 46
12. Sobre lo singular, insatisfacciones y cálices...................... 48
13. Sobre dudar y valorar presentes......................................... 51
14. Sobre evoluciones y transiciones....................................... 54
15. Sobre dormilones y la pedagogía del azar......................... 56
16. Y…de carne somos............................................................ 59
17. La fama es puro cuento...................................................... 61
18. Sobre la moral que nos inhibe........................................... 62
19. Lo imprevisto y los adoctrinamientos................................ 63
20. La imaginación me fascina................................................ 67
21.Ora Pro Nobis..................................................................... 70
22. La oración y el engaño van de la mano............................ 73
23. La vergüenza y la insatisfacción....................................... 75
24. Cada vez somos más…(Cerrados)..................................... 77
25. Si dudas…Duda, duda y duda........................................... 81
26. Somos frágiles presentes.................................................... 81
27. Nuevos dioses aparecerán.................................................. 83
28. A modo de despedida........................................................ 85
29. Perdónense No Saben lo que Dicen................................... 86
29. BIS. Entre estos tipos y yo hay algo personal (Serrat)...... 86
30. No será fácil, pero está bueno............................................ 89
BYE BYE.................................................................................... 91
El prólogo que no fue o
un intento de explicar el sentido del escrito….............................. 93
Introducción

SI HA LLEGADO este escrito a tus manos, cosa que agradez-


co, has de saber que diste un poco de sentido a mi vida. No esperes
encontrar en él recetas hacedoras de felicidad, apenas una pizca de
pensamiento. Con el que podes estar de acuerdo o no. Te invito a
que expreses tu opinión, ya que estoy muy lejos de creer, que mi
pensamiento, sea del todo acertado. Desearía que a partir de esto,
se sumen nuevas ideas, seguramente mucho más apropiadas y com-
pletas que las mías. No creo, ni remotamente, ser el único que piense
de esta manera, sobre estos temas. Sé que somos mucho más de los
que creemos y tal vez ya sea el tiempo…nuestro tiempo.
El relato es coloquial, el léxico limitado y para nada científico.
-Fíjate a quien quieres dirigir la idea, a que lector apuntas- Me
decía un amigo cuando leyó parte del escrito. Nunca le respondí,
quizás supuse que iba para todos aquellos que de algún modo esta-
ban transitando los tiempos de la duda. Sin importar posición social,
capacidad intelectual, credo o cualquier otra diferencia significativa,
de las habituales entre los humanos.
Descreo de lo ceremonioso y académico, no es mi estilo. Se pue-
de pensar y expresar alguna idea sin ser serio todo el tiempo. Hago
la salvedad por si encuentran un poco de humor, alguna pincelada
de ironía o alguna que otra expresión urbana, no es un error de im-
presión, soy así.

Porqué hablo de estos temas ahora, no lo sé. No manejo mis


tiempos, aunque me gusta engañarme creyendo que sí. Qué pretendo
con ello, tampoco lo tengo muy claro. Digamos que a cierta edad
los pensamientos se van adecuando y acomodando. Hasta que pude
intentar abordarlos de una manera simple y desprendida, con idas
y vueltas, con algunos aciertos y muchas dudas y contradicciones.
Pero nunca especulando.

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Esto no es fácil para mí, me cuesta pensarlo, darle forma, más
allá de mis precarias capacidades literarias. No es sencillo negar,
oponerse, desenmascarar, dudar, sospechar, de aquello que desde
niño nos dijeron que era la verdad. Es desilusionante, doloroso y
traumático, en algunos casos, descubrir el engaño. Y de una u otra
forma, mi esencia se resiste a ahondar sobre aquello qué desde tem-
prana edad me infundieron hasta que se hizo carne en mí.
Sobre todo en conceptos tan puntuales como la idea de dios y la
muerte. Tengo la convicción, que somos muchos los que pensamos
de esta manera. Ojalá podamos trasmitir estos pensamientos y ayu-
dar a quitar las vendas de los ojos, para que cada ser pueda ver y
vivenciar su realidad en cada instante, que será único e irrepetible.
Ante el cuadro de situaciones que voy a presentar viene a mi
mente una conocida fábula o relato, que habla de un gran incendio
en los bosques y las llamas gigantes que cada vez más voraces,
avanzaban. Los animales del bosque trataban de combatir esta catás-
trofe. Un pajarito iba y venía, trasportando agua en su piquito…El
elefante que tiraba chorros de agua con su enorme trompa, lo obser-
va asombrado y con sarcasmo le dice- que estás haciendo??- El pa-
jarito lo mira y responde sin inmutarse –ES LO QUE YO PUEDO…

Hoy sabemos y suponemos que en el Universo hay centenares de


miles de millones de galaxias. Y que contiene aproximadamente 200 bi-
llones de estrellas. Decir, aproximadamente estas cifras que exceden a
nuestra capacidad y conocimiento, es lo mismo que decir la nada o el
todo. Son realidades que podemos vislumbrar, pero no más que eso. Lo
que si podemos inferir es que somos parte, al menos por un lapso.
Ahora bien, suponer, con estas posibilidades matemáticas, sea-
mos los únicos seres con cierta capacidad de pensamiento en el Uni-
verso, es por lo menos, dudoso. Y si aceptamos que pudiera haber
otras posibilidades pensantes, también podríamos suponer, que pudie-
sen existir seres con mayores y menores capacidades a las nuestras.
Pero me parece, que establecer que hay un ente creador de todo
y cada uno de estos estados. Y no solo eso, sino que nos está obser-

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vando a cada uno de nosotros en forma individual, entre toda esa
millonada de estrellas. Sí, como lo oyen, a nosotros porque somos
sus hijos (¿?) y además nos hizo a su imagen y semejanza; es total-
mente utópico.
A esta altura de nuestros tiempos, algo así suena demasiado
soberbio, fantasioso, sin sustento, infantil. Imaginemos a seres de
otros espacios percibiendo esta argumentación. Usemos empatía y
pongámonos del otro lado. Escuchemos al ser humano hablar del
concepto dios, desde el lugar más abstracto posible…hagamos el
esfuerzo de desapegarnos de la herencia recibida. Entonces veremos
la inconsistencia, la fabulación, hasta llegar a la aceptación de la
irracionalidad del concepto (creer, porque sí), de aquello que desde
tiempos primitivos nos esforzamos por crear, la idea de dios.

Si tuviese que resumir este intento de ensayo, a modo de pró-


logo, algo que me está costando. Diría que trato de establecer sim-
plemente que dios no existe, en términos absolutos, que es solo una
IDEA (por ello, el ensayo) que el ser humano siempre ha tenido
y trasmitido a través de los tiempos. Y esta idea surge (inequívoca-
mente), por la imposibilidad de aceptar, que solo es, un ser finito.
Intentar alguna línea de pensamiento en ese sentido, en el otoño
del 2019, es casi irrelevante…las personas tienen otras prioridades.
A quien puede interesarle si dios existe o no, o si es solo una idea.
Uno quiere ser feliz y cumplir sus deseos y sueños lo demás no
importa. Un auto nuevo, el mejor celular, la casa propia, un futuro
para los hijos, poder viajar, etc. Y que la muerte llegue cuando deba
llegar. Así se vive por estas épocas, en el mundo occidental. Y no sé
si esto, sea desacertado. Indudablemente también es una forma de
vivir presentes.
Imagino como sería manejar un coche con los ojos vendados y
conducir hasta chocar con algo, algunas personas viven, vivimos, así.
Quizás nos debieron enseñar de niños algo más sobre nuestro
auto, a conocer algo de sus partes (sin llegar a ser mecánicos ave-
zados), sus posibilidades y limitaciones, sus riesgos, sus manteni-

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mientos y sus cuidados. El origen real o posible, su fábrica, el por
qué existen autos, su vida útil aproximada y como poco a poco se
van mejorando los modelos, dando paso a mejores versiones. Pero
no fue así, por lo general nos sentaron en el asiento y nos enseñaron
a poner cambios… primera, segunda…y arréglate.
Y aquí vuelve a aparecer un tema recurrente en todo este escrito,
la herencia social, que recibimos. Ésta es azarosa, ineludible, irre-
vocable e irrenunciable (al menos en el corto plazo), y nos marcará
por siempre. Y depende solo del azar, como todo aquello que nos
acontece. (Esto es tratado por J.C. Melich en forma magistral)
Solo situaciones, consecuencias y causalidades, mal que nos
pese es y será así, nuestro paso por esta parte del cosmos. Algunos
con el tiempo podrán ir transformando esto y dándole su propia im-
pronta, otros no.
Claro está que no somos todos iguales. Si nos alejamos del pla-
neta y nos vemos como un punto en el espacio, nos veremos iguales.
Pero si focalizamos, no. Hay seres que el azar los benefició y a otros
decididamente no, tratemos de comprender este concepto. No hablo
de destino, ni cerca, de esta concepción tan cómoda y masoquista,
hablo de azar cósmico, universal. No somos más que una hormiga
en el pastito del jardín, mal que nos pese. Nos atraviesan las mismas
azarosas leyes cósmicas, de las cuales no tenemos, ni tendremos,
la más remota idea de cómo y porque se originan, al igual que las
hormigas.
Solo un destello, una porción de materia ubicada en lo que lla-
mamos cerebro, nos da la posibilidad de darnos cuenta que existi-
mos, de que estamos vivos…por un lapso relativo. No más que eso.
Es llamativo como somos proclives a caer fácilmente en esta-
do de pertenencia. Creemos tener identidad… innata (sin trabajo,
sin pensamiento) y así suponemos que el mundo nos pertenece, que
el universo nos pertenece, cuando es al revés, lo cual no es poco.
Y nos movemos con decisión y soltura desparramando seguridad y
magros conocimientos...hasta que la contingencia azarosa se hace
presente…y de pronto… un ser querido se va. Ha dejado de ser…de

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existir… entonces nos paralizamos y comprendemos que pudimos
haber sido nosotros.
Qué haríamos si nos enterásemos que nos quedan dos o tres días
de vida??? Seguiríamos viviendo como hasta ahora?
Ahhhhhh…
En ese instante todas las seguridades desaparecen y por lo gene-
ral nos quedamos inmovilizados, comprendiendo nuestra ignoran-
cia. Y daríamos cualquier cosa por tener otra oportunidad, por tanto
tiempo desperdiciado (que acaso sea, el único capital que tenemos).
Aquí quisiera poner en vuestra consideración algo que me está
rondando hace tiempo…casualmente. El Tiempo. Que es él, sino
una idea, un término, que solo puede ser captado o comprendido
(en parte) por aquellos seres con algún tipo de inteligencia. Para
que haya tiempo deberá haber principio y fin. El trayecto entre ello
(principio y fin) es lo que llamamos tiempo. En nuestro caso será
el lapso entre nacer y morir.
Para aquellos que viven pero no existen, pues no tienen capa-
cidad de pensar, de percibir la existencia, el tiempo no existe. Son
solo presente.
Así pues el tiempo, en sí mismo no existe, No hay un tiempo
cósmico, que el humano pueda medir o concebir en términos reales.
Es solo una percepción ligada indefectiblemente al comienzo y el
final de algo. Como nuestra existencia, es por ello tal vez que sea
nuestra medida predilecta.
El cosmos, quizás, sea solo ser…estar… algo que está más allá
de la humana comprensión.

Retomando…
En realidad los diferentes sistemas que habitualmente se here-
dan gramatical y socialmente, adolecen temerariamente de esta-
blecer realidades y de tratar de ubicar al ser, en tiempo y espacio.
Nunca intentarán elaborar la idea del respeto a la vida (el tiempo
que nos toca) entendiendo que es solo ese, aquí y ahora. Y que tiene
principio y fin…Prefieren sumergirse en un mar de fantasías y fabulas,

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reduciendo a la mínima expresión la capacidad intelectual del indivi-
duo. Prometiendo cual si fuésemos niños, beneficios y premios, en
irreales situaciones fruto de mentes nocivas, ilusorias e imaginativas.
Estas fantasiosas bases, que casi todos los sistemas poseen, se
nos gravan a fuego, desde la más tierna edad. Con ellas nos largan
a manejar nuestro auto, nuestra vida. Y que ni se nos ocurra tratar de
hurgar o interesarnos por saber algo más del tema.
Qué es eso de andar dudando de dioses y preguntar sobre la
muerte. Acá lo que importa es seguir para adelante, que demasiado
bien nos ha ido hasta ahora…
Sin palabras.

Hace un tiempo se hizo una encuesta, con algunas preguntas


puntuales inconexas entre sí. En medio de ellas una decía-¿Dios
existe?...
Lo llamativo no fueron las respuestas, sino las expresiones, ante
esta pregunta. Es que cuando la idea se hace carne, se inserta en
uno, se hace parte de nosotros, muy difícilmente tengamos la am-
plitud para aceptar la posibilidad de que no sea aquello, con que
fuimos programados, durante siglos a creer. Como no va a existir
dios!!!
La mente funciona como una computadora a la cual la herencia
social le ha instalado algunas aplicaciones (app). Si se recibe alguna
información que no sea aplicable a éstas…dirá …error…

Ayer me comentaba mi hijo que está comenzando la secundaria,


que estaban enseñándole las diferentes teorías sobre la evolución
de la especie. Algo que tenía conocimiento, pero no vino mal su
comentario para recordármelo. Allí aparecían algunas divisiones y
subdivisiones interesantes. Obviamente llamó poderosamente mi
atención la teoría llamada Creacionista…
Mi asombro fue instantáneo no podía, no puedo creer como una
fantasía fruto de arcaicas imaginaciones pudiese ser considerada

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como una posibilidad de evolución. Sería como aceptar que la ci-
güeña trae los bebes de Paris. Ahí se puede ver el trabajo manipu-
lador y perverso al que somos sometidos todo el tiempo, desde que
abrimos los ojos. Y lo terrible y lamentable, es que se logra el come-
tido… que nos parezca normal.

-No me vas querer hacer cambiar mi forma de pensar y menos


a esta edad…- Me decía alguien, a quien le comentaba alguno de
los temas mientras elaboraba este escrito. Obviamente no era esa
mi intención y no le respondí. Quizás esperaba argumentos que me
hiciesen desistir de continuar escribiendo. No fue así, precisamente
todo lo contrario.
Lo que me llamó la atención es la negación total, al más míni-
mo intento de siquiera asomar al pensamiento de que dios, era solo
una idea…
Me acordé de una frase que tantas veces escuché de niño…el
verbo se hizo carne… Ahí estaba el objetivo cumplido…la idea (el
verbo-la fantasía, la fábula)) se había hecho carne. La gran falacia
universal se había hecho carne (1).

Lejos de entristecerme sentí que el salmón que llevo dentro de-


bía ir por más. Los miles de salmones que habitamos este planeta, sí
sabemos, él porqué vamos contra la corriente.

Había estado mirando un interesante video sobre el cosmos, con


sus miles de sistemas millones de soles, constelaciones y planetas.
Algo realmente tan fantástico e inasible para el humano, que solo
puede ver, observar y contemplar. Lo demás deberá imaginarlo, al
menos por ahora. Y de comprenderlo…nada. Como que una hor-

(1)
En cristología, Logos (en griego, Λόγος; literalmente «Palabra», «Verbo»,
«Discurso» o «Razón») es un título de Jesús de Nazaret, que tiene su origen en el
prólogo al Evangelio de Juan.

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miga (vuelvo a ella) pudiese comprender todo el pasto o gramilla
que hay en el planeta, desde su posición, es decir, desde dentro de
la gramilla.
Pienso luego, en lo fácil y sencillo que reduce el humano el
concepto de creación, sin ningún tipo de prejuicio y con total displi-
cencia, supone que hay un ser, algo poderoso obviamente (la mente
humana teme lo incomprensible) que ha creado las cosas una por
una. Y no solo eso, nos hizo también a nosotros… a su imagen y
semejanza.
A esta altura no se sé fui explícito, dado que no es fácil exponer
en palabras situaciones y conceptos abstractos, que fueron tanto
tiempo absurda y ligeramente presentados. Y vuelvo a preguntarme
cómo el humano puede ser tan necio y soberbio… por tanto tiempo.

Por los días que recorremos, creo que ya no hay duda, que
no somos o seríamos los únicos seres vivos y con algún grado de
inteligencia en el universo. Hay quienes tendrán más información
al respecto, pero sea demostrable o no, se encuentra dentro de un
razonamiento elemental, llegar esta conclusión.
Lo que si queda claro, al menos para mí, es que el humano no
es originario de este planeta. No hace falta mucha imaginación, para
comprender que es el único ser viviente, que no encaja en este sistema.
Creo, sin ánimo de equivocarme, que si por algún hecho cir-
cunstancial, desapareciese el humano de la faz de la tierra, en un
par de cientos de años, la tierra volvería a ser lo que era. Un mundo
salvajemente armónico. Cómo explicar, que donde el humano llega,
a la larga corrompe y contamina. Obviamente este sistema no es el
nuestro, desconozco de que sistema o planeta seamos originarios,
pero de éste, no. Ninguna especie perjudicaría a sabiendas, el hábi-
tat en el cual vive, solo el hombre logra esto.
Así pues permitámonos suponer, que aquel ser, que por desig-
nios desconocidos y azarosos apareció en el planeta, en el trascurso
de sus primeros tiempos debió involucionar, ya que sus conocimien-
tos y capacidades no pudieron retroalimentarse. Y debió empezar

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de cero. De a poco debió ir adaptándose a la naturaleza que después
llamaría Tierra.
Cuanto tiempo hubo de trascurrir hasta que otros seres volvieron
por ellos…en algunos libros como la Biblia ya se habla de esto en el
Génesis, Ezequiel Exodos…..
A estos hechos, aquel precario ser, llamó dioses…

Cuando hablamos de herencia social, corremos el riesgo de caer


en el error de pensar en lo inmediato, lo próximo, ya sea hacia atrás
o adelante. En realidad el universo heredado es mucho más amplio y
ancestral. Por ello que cuesta tanto darnos cuenta, se nos hecho car-
ne, pero no solo en nosotros sino a todos nuestros antecesores. Y en
este paquete heredado ( y pesado) de generaciones en generaciones
viene también… la idea de dios.
Mucha de tu decepción viene porque nunca nadie pudo ex-
plicarte a Dios.
Nadie te lo puede explicar porque ni ellos lo tienen claro.
Tenés que seguir investigando. Todavía no estás convencido de
lo que querés expresar.
Me decía hace poco un amigo, que me tiene mucha paciencia
por cierto. Y tal vez tenga razón, no hay decepción más grande que
la darse cuenta que fuiste engañado. La indignación también se hace
presente, sobre todo cuando se insiste con el engaño impunemente.
Como diciendo, si no lo aceptas es problema tuyo; hay millones
que si lo aceptan y eso es lo que cuenta.
Esta es la situación psicológica que el ser humano ha creado y
padecido, como una cruel enfermedad. Y que a través de los tiem-
pos han ido puliendo y perfeccionando como una gran máquina de-
voradora de pensamientos, de vidas, de existencias. Menoscabando
sin ningún tipo de consideración todo intento de pensamiento que
no sucumba ante la omnipotencia de la idea de lo divino. Imponién-
dose durante miles de años por la fuerza, por la herencia social, por
la pobreza intelectual, que ellos mismos se encargan de mantener.

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POR estos tiempos, los veo por la tv, con los ojos cerrados
las manos en alto, incitados por el asesor celestial de turno. Ellos se
regocijan de ver como manejan a esa muchedumbre ávida de espe-
ranzas. Ellos dirán, que son pobres de espíritu los que llegan hasta
ahí y escuchan sus fantasiosas prédicas. Te enseñarán a tener fe, a
cerrar los ojos y elevar tu súplica al altísimo. No te predicarán para
que seas un ser digno y fuerte. Todo lo contrario, te degradaran para
que supliques, te veas mísero y te infundirán la culpa. Porque eso
es lo que eres, o tratan de hacerte creer, un paria del universo, un
ser de segunda categoría que a pesar de todas las desventuras que
has sufrido y sufrirás, aún tienes una oportunidad y obviamente será
abriendo tu corazón (no la mente y el intelecto) a su dios o señor o
la fantasía de turno; lo cual como era de esperar, tendrá su costo…
hablo de diezmo y otras variadas formas de pagar por…
Qué inquietante e insondable situación psicológica se apodera
del humano, que lo lleva a esta autodegradación, a sucumbir ante
lo que él mismo ha creado, la IDEA de dios.

Donde yo vivo, cordillera patagónica, cuando voy a cerrar la


tranquera por las noches y elevo los ojos al cielo, aparece ante mí,
uno de los espectáculos más bellos e indescriptibles. Miles, millo-
nes, de estrellas y cuerpos celestes me dicen, aquí estamos, esto
somos, y yo formo parte de eso. Aquí y ahora en este instante. En
esos momentos suelo darme cuenta, que existo.

De pronto me encontré con que era un ser humano, vivía en un


planeta que llamamos tierra, que estaba en un sistema solar, que a su
vez estaba dentro de una galaxia llamada Vía Láctea. También supe
que tenía algo denominado alma, que estaba dentro de mi cuerpo.
Que viviría un determinado tiempo y después moriría, pero el alma
que llevamos dentro iría a otro lado y sería feliz por siempre….Y
todo esto era supervisado y controlado por una energía muy superior
que nos ama y nos cuida y es la creadora de todo cuanto existe (acá

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dejo al libre albedrío). Así de sencillo se puede resumir a grandes
rasgos todo lo que me enseñaron, sobre quien era yo, donde estaba
ubicado y hacia donde iba.
Digamos que sería, mi tarjeta de presentación.
Y esto que me sucedió a mí, con algunos cambios de personajes
y de situaciones, algunas versiones más interesantes que otras, algu-
nas mejoradas y otras grotescas, es lo que la mayoría de los seres de
este planeta recibe como herencia.
Ese sería el legado que nuestros antepasados fueron construyen-
do a través de los tiempos. Con mucho temor, demasiada fantasía,
con intereses inconfesables, con hegemonía machista, con ansias
de poder, con ignorancia extrema (que es aquella que se basa en
dogmas y fe, como recurso determinante). Y fundamentalmente ir-
guiéndose como verdad absoluta, sin dar resquicio a la duda.
Esto que recibimos, no lo podemos obviar. Ya está, ya fue. Es
innegable e irreversible. Uno no elige sus padres, ni el entorno, es lo
que nos toca. Lo mismo les ocurrió a nuestros antepasados. Lo que
si podemos hacer de ahora en adelante, es pensar. Permitirnos dudar,
lo cual implica razonar, oponer.
No podemos andar por la vida luciendo trajes y ropas acordes a
la época y a la vez usar escarpines de bebé. Porque si no nos permi-
timos revisar las bases, los pies, de la herencia recibida, estaremos
muy cercanos a lo absurdo. Imaginemos dos personas adultas char-
lando en una reunión, modernamente vestidos…con zapatitos de
niños, así somos.
Sería vano renegar y lamentarnos por lo que ya es pasado. Al-
gunas personas tienen tendencia a afligirse, cuando el hecho está
consumado, esto carece de sentido. Lo que si debemos intentar es
exponer nuestras realidades heredadas y establecer cuales conside-
ramos factibles y cuáles no y trabajar sobre ellas. Con el pensa-
miento, el intelecto, el sentido común. Y es aquí donde la mente nos
juega una mala pasada, por lo general somos renuentes a PENSAR
en ciertos temas puntuales y específicos. Y casualmente son aquellos
que desde bien pequeños se encargan de marcarnos a como dé lugar,

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hasta que nos fijan la idea, el concepto. Lo bueno, lo malo, dios,
cielo, infierno, la muerte, etcétera, dependiendo del lugar que te
toco nacer. De este modo irás recibiendo normas morales y éticas de
acuerdo a la sociedad que debiste transitar. Y aquí está lo paradójico
y llamativo, ya que estas normas morales y éticas que aparecen en
distintos lugares del planeta, quizás difieran de formas, pero muy
poco de fondo. Conceptos puntuales… como dios y muerte…por
ejemplo, nos muestran esta perspectiva y básicamente todo bajo un
manto machista.
El primero, dios, es variable en la actualidad, se ha avanzado
mucho en ello y se ha aceptado cierta pluralidad e integración que
deja a casi todos contentos. Salvo casos muy extremos. Pero bási-
camente no se cae en aquellas interminables guerras de hecho y de
pensamiento que fueron libradas en otros tiempos. .. Cuantos seres
murieron y mueren aún hoy por la IDEA de dios. No creo equivo-
carme, lo dice la historia, las peores masacres, persecuciones, ma-
tanzas y exterminios fueron en su mayoría en nombre de la idea de
dios. Nos venimos inmolando ancestralmente por una falacia…Y
esto presentado así, es por lo menos inconcebible.
Hoy, hay acuerdos y respetos mutuos, que en realidad no hacen
otra cosa que mantener y perpetuar el PODER que las distintas ideas
de dios (llamadas religiones) poseen.
LO QUE PASA DESPERCIBIDO y es aquí donde está la es-
tratagema hábilmente planteada, es que las diferentes sociedades y
estados actuales, dan por sentado la IDEA, de dios, como algo ver-
dadero. Variarán sus formas, sus dogmas, serán mono o politeístas,
ortodoxas o modernas, pero todas creerán en algo que llaman dios.
Es una connivencia realmente perversa. Las creencias religiosas
siempre serán aliadas de los poderes políticos y viceversa. Se pro-
tegen mutuamente, hay una contraprestación, apoyo financiero por
mansedumbre, de los más necesitados. Esto fue y será siempre así.
Se imaginan el descalabro que sería si a los más carenciados se les
quita la única esperanza, que les hicieron creer. Porque de ellos será
el reino de los cielos. No te reveles, no reacciones, no indagues, por

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algo el señor te pone estas pruebas. Soporta y si te denigran pon la
otra mejilla, porque al final de tu vida estarás a la derecha del padre
y tendrás vida eterna.
Es muy triste y doloroso decir estas cosas, en especial cuando
sabemos que está pasando ahora mismo, en este instante. La maqui-
naria devoradora de existencias, ideada hace miles de años funciona
a la perfección. Observen si no, en cada gran ciudad, en cada pue-
blito lejano aun el más ignoto, allí habrá un templo, una iglesia, una
mezquita, una pagoda, un áshram. Tan diferentes y tan iguales entre
sí. Todas domesticadoras de voluntades, prometiendo bienaventu-
ranzas y paraísos celestiales, después de la muerte, obvio.
Yo no descubro nada, ilustres pensadores (que no es mi caso)
hablaban de esto. Incluso alguno llegó a llamar como –los peores
parásitos en la faz de la tierra- a aquellos profetas, monjes, sa-
cerdotes, imanes, etcétera, que fueron y son, los sembradores de la
gran mentira original.

Más adelante trataré sobre esta necesidad que tenemos los seres
humanos de creer en la IDEA de dios. Tan infantil, cruel y nefasta.
El segundo concepto al que hice alusión a modo de ejemplo, es
la muerte. Otro concepto, éste si más real y palpable, del cual casi
no se habla. Y que va inexorablemente unido al concepto de dios.
Solo nos acordamos de él cuando sentimos que estuvo cerca…y solo
atinamos a poner cara de asombro, pero igualmente preferimos no
ahondar en él.
No pretendo tener autoridad para poner en tela de juicio la vera-
cidad de las creencias y religiones que cada uno desee adoptar, solo
me permito objetar lo que me parece el mayor engaño al que fue so-
metido el ser humano durante toda su existencia, hasta nuestros días.
Observo la televisión y veo las hordas de pastores, curas, profe-
tas e iluminados, hablando de como dios, sus dioses, se comunican
con ellos. Estos hacedores de la palabra divina (¿?) se desviven por
llamar la atención de las formas más inverosímiles para que les
crean…y saben por qué…PORQUE VIVEN (Y MUY BIEN) DE

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ESO. Son profesionales de la mentira y la falsedad. Me resisto a
que esto esté pasando en 2019 de nuestro calendario.
Es por esto que sigo con este intento, algo que quizás nunca
se edite, y si lo hiciese, muy pocos lo leerían. Y de los que lo lean,
muchos se sentirán ofendidos y molestos y otros directamente no
terminaran de leerlo. Hay posibles verdades que no nos gusta ver.
Aquellas que nos saca de la comodidad, de las estructuras. Pre-
ferimos decir que ya todo está dicho. Pues, no pienso que sea así,
NO TODO ESTÁ DICHO y lo más importante MUCHO DE LO
DICHO ES FALSO, es mentira, es fábula.

Veo a presidentes y funcionarios jurando sus mandatos…por


dios y por la patria… y me asusta… ver como la idea se ha graba-
do a fuego. Y no me digan que es solo un formalismo, tal vez lo sea,
pero lleva subrepticiamente implícita la fantasiosa idea de que hay
uno o varios dioses, dependiendo del lugar y sus creencias. Y si no
aceptase esto no podría asumir. Una norma moral y no negociable,
que la sociedad le exige para otorgarle poder. Terrible y tristísimo.
No importará si es bueno o malo su mandato, eso será historia, pero
si deberá decir que jura solemnemente sobre una falacia… ( al me-
nos, algo de lo que no tiene la menor idea).

Esta ilusión absurda ha sido presentada, mejorada y aceptada


a través de los tiempos. Mientras el ser humano siga manejándo-
se con estas premisas, veremos cada vez más lejos la posibilidad
de una evolución de la especie. Nos habremos quedado en nuestro
tiempo cósmico, en los albores de nuestra existencia como planeta.
Usaremos tecnología de avanzada, pero seguiremos siendo primates
elementales.

Hay un hermosa letra de un tango que se llama Volver (Gardel


y Le Pera), en una parte el poema-canción dice…SENTIR QUE ES
UN SOPLO LA VIDA…

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Quizás esté ahí, el resumen de este sencillo escrito, con aires de
ensayo. Si logramos la comprensión de esta frase, tal vez el intento
valió la pena.
En la medida que vayamos comprendiendo (como podamos)
y de acuerdo a la suerte que nos toque. Que existimos, que somos
algo, que no sabemos por qué y menos aún, a dónde vamos, pero si
tenemos cierta certeza de que estamos vivos, que existimos.
Algunos tendrán la posibilidad de comprender que es solo un
viaje, que podrá ser corto o largo, no lo sabemos. Es por esto que las
maletas, siempre están preparadas, como dicen algunos pensadores.
Y ese viaje en el cual estamos, es nuestro soplo. Habrá soplidos
muy breves y otros extensos, pero soplidos al fin.
Así pues, en la medida que podamos vivenciar cada instante. Y
cuando digo cada instante, quiero decir cada segundo. Cuando po-
damos vivir cada presente en plenitud, con valor, coraje y dignidad.
Cuando tengamos los pies en la tierra literalmente y podamos decir
¨ soy esto¨. Cuando nuestra mente se haya abierto a la realidad y
comprendamos que somos algo más que culpas y deseos. Cuando
nos respetemos a nosotros mismos. Comprendiendo que somos fu-
gases y para nada perfectos. Estaremos recién tomando conciencia
de nuestro soplo, nuestro paso. Nada más ni nada menos que eso.
Cuando nos demos cuenta que nuestra existencia es un solo un
soplo, en el cual estamos, con la posibilidad de partir a cada instan-
te. Y comprendamos que este soplo es personal, único e irrepetible.
Habremos tenido cierto sentido. No desperdiciemos nuestro so-
plo de vida. No sé decir a que hemos venido, pero si puedo vis-
lumbrar, que no vinimos a sufrir, que somos apenas una hojita de
pasto en la gramilla del universo. No pretendamos trasportarnos en
tiempos y espacios, imaginando realidades fantasiosas, que nos pro-
meten eterna permanencia. Allí reside el origen de las frustraciones.
Apresúrate a vivir cada instante del soplo que te tocó en suerte.

Salgamos de la gran fábula (fantasía) universal con la que nos


han ilusionado y engañado desde los comienzos. Los pies sobre la

21
tierra, basta de espejitos de colores…crezcamos. Seamos dignos
tratemos de aceptarnos como somos, fugaces, finitos, imperfectos.
No seamos incrédulos cómplices de las distintas teorías y religio-
nes, que a través de los tiempos nos presentaron fábulas fantasiosas
e inverosímiles, con el sólo propósito de perpetuarse y empoderarse.
No temas desmadrarte de tu dios, de tus inducidas creencias,
nada te pasará, solo fue una idea, un invento, un engaño. Libérate
de las ataduras y las culpas de la gran mentira original. Sal de la
ilusoria comodidad, hazte responsable de tus actos y ten el valor
y el coraje de ser libre.
Si al abrir los ojos cada mañana pudiésemos pensar que ese día
podría ser el último y que dependerá solo de nosotros enfrentarnos
con dignidad a la contingencia azarosa de la existencia, sin estar
esperanzados en fantasías y divinidades que nos procuren ilusorias
seguridades y recompensas absurdas; no me cabe ninguna duda que
todo sería muy distinto, a lo que hasta ahora hemos vivido…

No pretendo un ser sabio, ni muy inteligente…quiero un ser


humano… respirando su soplo.

22
Tal vez sea el momento…el tiempo
1. Sobre comienzos inesperados y suposiciones
DE PRONTO me encontré en una calesita…que giraba y giraba,
luces de colores, una música infantil que nunca olvidaré, los caba-
llitos de madera subían y bajaban, los avioncitos, lo cochecitos, los
animalitos, todos girábamos y nos asombrábamos. Afuera mis pa-
dres me animaban y festejaban y un señor que parecía ser el dueño,
manejaba una sortija que todos queríamos agarrar para obtener un
premio…HABIA NACIDO.
Nadie me preguntó si quería estar en esa calesita, simplemente
fue así. Con el tiempo iría descubriendo que esa calesita estaba en
un gran parque donde había otros juegos más sencillos y otros más
peligrosos. Y que estaban todos en movimiento. Y el hombre que
manejaba la sortija de la calesita no era el dueño, solo un empleado.
Y que en realidad no era un único parque de diversiones, sino que
había muchísimos parques, que pertenecían a una gran corporación
que tenía parques por todo el mundo y nunca sabría cuántos eran.
Incluso no habría un dueño o varios. Las corporaciones son anóni-
mas se manejan por acciones…es como un todo o una nada misma.

TODOS los seres humanos manejamos conceptos que reflejan


ideas, que suponemos son verdaderas…y así andamos por la vida…
Rara vez nos preguntamos si las cosas son realmente como nos
dijeron, por lo general no dudamos de nuestra herencia. Algunas
teorías y creencias son tan antiguas, que no da ponernos a escudri-
ñarlas, ya pensadores y filósofos se encargaron de ello.
Estas pautas que nos fueron dadas de a poco, van formando en
nosotros ideas que creemos, más aún, que tomamos como propias,
en lo que a subjetividad se refiere. Lo que no nos dimos cuenta, es
que estas ideas, creencias, conceptos, en realidad nos captan, nos
seducen, nos absorben, se apoderan de nosotros.

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Así cada persona tiene un concepto formado de dios, por ejemplo,
como si esto fuera menester. Porque obviamente todos creemos en dios,
“cada uno cree en lo que puede”- solemos decir y a la vez implícitamente
estamos dando por sentado que tenemos que tener alguna vaga idea…
de. Porque todos en nuestro interior en algo creemos, aunque sea la idea
más sencilla o extravagante, pero en ALGO creemos. Aún los más es-
cépticos en los momentos finales creen en algo y a ello se aferran…
Eso pensamos y decimos.
Es que para el ser humano es IMPOSIBLE no creer en NADA.
Todos creemos en algo, solo un loco puede no creer en ALGO.
A esta altura, no sé si fui claro, en la idea de que estamos cuasi
obligados por la herencia social que nos tocó en suerte y que ya se
nos hizo carne, A CREER.
Cualquiera sea la cultura, la tradición, la moral o la ética, el
mensaje será el mismo, aunque puedan cambiar las formas, deberás
CREER en algo. De lo contrario estarás en problemas.
Es aquí donde me pregunto sobre la necesidad de estar pensan-
do siempre en algo más allá de nosotros, en algo superior, en algo
sobrenatural, en algo ininteligible a nuestras capacidades.
Es más, sé de muchos que no creen o más bien descreen de todo,
pero igual en su interior dejan una ventana abierta… por si acaso…
Entonces es donde aparece en escena un nuevo y no menos im-
portante componente del cuadro que pretendo presentar: EL MIEDO
(EL TEMOR)
¿A que teme el ser humano?? A muchas cosas en sus diferentes
planos, obvio. Pero su miedo primario, elemental, aquel que se va
acrecentando con el paso del tiempo y la toma (esporádica) de con-
ciencia es siempre la idea de lo inexorable, de la partida.
¿Se podría llegar a pensar entonces, que se cree por temor…? Y
la pregunta obligada es ¿temor a qué?

¿A flagelos espantosos en avernos dantescos, a quedar encerrados


en purgatorios oscilantes entre el cielo y la tierra??? Con humilde
sinceridad y sin ningún ánimo, esto hoy, suena infantil.

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O simplemente será un temor a partir, un NO QUERER PAR-
TIR, ante la duda de que NO HAYA UN DESPUÉS.
Y quizás AHÍ radique toda la controversia.
No será fácil al individuo aceptar, con sus egos, sus soberbias,
sus creencias, sus sueños e ilusiones, sus proyectos, sus historias
de siglos acumuladas, sus conocimientos, sus logros, sus herencias
recibidas y dadas. Con semejante currículum, él ofrecerá (metafóri-
camente) su corazón abierto al cosmos y con un grito desgarrador
dirá…
-NO PUEDE SER QUE ACA TERMINE TODO!!!!-
De eso se trata.

2. Sobre fascinación e incertidumbre.


EL SER HUMANO teme a la NADA. Al no después. Y a pesar
de que durante toda su vida recibe información afirmando lo con-
trario, cualesquiera sean las creencias heredadas, muy en su interior
sabe que está la posibilidad de que NO haya después…
Aceptar esto, es asumir la posible falacia existencial, en la que
el ser humano decide vivir, por infinidad de razones, todas valederas
y subjetivas, pero falacias al fin.
Lo llamativo es que en algunos casos estas falacias, son a la vez
cimiento, punto de partida de toda una vida dedicada a creer, en algo
utópico, irreal, fantasioso. Es esa necesidad de aferrarse a algo
que nos prometa perpetuidad. Y llegar a aceptarlo ciegamente a tal
punto, de bloquear nuestro intelecto. Y de esta manera tener paz y
tranquilidad en nuestro interior por el tiempo que transcurramos por
esta parte del universo.
El humano necesita certezas, verdades, reglas, mandamientos,
fundamentos, en los que creer. No le va importar si son ciertas, solo
las tomará. Si hay algo que no soportará es la INCERTIDUMBRE…

25
Querrá ver un horizonte, que lo oriente hacia donde debe ir y así
tendrá sentido su vida. Y de esta manera se llega a un estado de fas-
cinación realmente llamativa. Es como una necesidad de autosuges-
tionarse, para no sentir los embates de la incertidumbre. Y créanme
que tapará todos sus oídos, para que ningún susurro existencial lo
despierte del cómodo letargo en el que decidió sumergirse.
Me pregunto, ¿esta actitud es acertada?? Pues no lo sé.
Todo es subjetivo, las religiones en sí mismas lo son, las mora-
les, las éticas, y así sucesivamente; cada lugar dependiendo de sus
orígenes tendrá sus propias subjetividades y muchas veces siendo
totalmente antagónicas con las de otras latitudes.
Alguna vez escuché que transitar la incertidumbre, es lo que
le da sentido a la vida. No todos tendrán el valor, el coraje y la dig-
nidad de aceptarla. Todo dependerá de cuanto se hayan fijado sus
herencias en la piel.

3. Sobre los primeros temores.

PERO NO SIEMPRE fue así. Imaginemos al humano en sus orí-


genes o lo que podamos recrear de él. Seres con necesidades básicas,
expuestos a lo exterior tratado de sobrevivir a potenciales peligros,
llámense animales u otros humanos más fuertes y agresivos. No me
imagino a ese ser compartiendo alimentos, más bien lo veo comien-
do presuroso lo que cazó o consiguió para alimentarse, mirando a
un lado y otro, para no ser atacado. Así pues podemos imaginar la
fragilidad de este ser…que poco a poco con el paso del tiempo irá
dejando de serlo; a través de la experiencia y su entendimiento, sus
formas de defenderse irán cambiando. Podemos suponer que en un
principio era escasa y dificultosa su posibilidad de supervivencia. Lo
cual no afectaba mucho a nadie, por qué se trataba solo de sobrevi-
vir. No se llegaba a crear lazos, vínculos.

26
Digamos que en un principio la posibilidad de vida era exigua,
dada la debilidad del humano ante esa naturaleza (¿salvaje?) qué
debía enfrentar a cada instante…
Y en una escala de supervivencia y/o fortaleza, entre los habitan-
tes de ese entonces, estaría en los lugares del medio seguramente.
Hasta que el tiempo fue pasando (apenas unos miles de años) y
el desarrollo de su intelecto fue produciendo cambios en él y su
entorno. Las fieras siguieron siendo fieras, lo naturalmente salvaje,
lo siguió siendo. Pero el humano fue cambiando, evolucionando,
comenzó a comprender, con tiempo y experiencia, aprendió a de-
fenderse. Fue prolongando su vida, adquirió hábitos, costumbres,
pruebas y contrapruebas… comenzaba a civilizarse. Empezó a crear
vínculos, afectos, roles, y a entender que podía vivir más tiempo si
se cuidaba. Pero también supo que en algún momento…moriría.

AÚN no se preguntaba sobre sus orígenes y cosas como de don-


de venía y a donde iba…pero cuando más intentaba comprender
menos explicaciones encontraba, al menos en lo inmediato. Y quizás
estas incógnitas que de a poco iban apareciendo, como pequeñas y
lejanas estrellas en el firmamento, fueron dándole forma a la idea
que había algo superior a él…algo que quizás nunca entendería…
pero ya empezaba a hacer cosquillas en su interior.
Las diferentes calamidades y catástrofes también acrecentaron
los temores y ante la magnificencia de la naturaleza…empezó a
imaginar seres y cosas superiores. El sol, la luna, relámpagos, el
fuego, los truenos…
Y cuando vio su debilidad y fragilidad ante los embates de la
naturaleza, ya sean climáticos o simples acciones de otros animales
más fuertes, comenzó a sentir temor. El recelo y el cuidado se fueron
apoderando de él, ya no era (si alguna vez lo fue) un ser despreocu-
pado que solo debía conseguir alimentos para subsistir. En la medida
que iba descubriendo la tremenda exuberancia y magnificencia en la
estaba, también comenzó a entender su pequeñez. Y el sol, la luna,

27
más las terribles contingencias climáticas de aquellos tiempos, fue-
ron dándole forma a lo desconocido, a lo incomprensible…y volvió
a temer y mucho. Estaba naciendo, un concepto muy rudimentario,
que con el paso del tiempos lamentablemente llamaríamos, temor
divino.

Es entonces, tal vez, cuando el ser humano comienza a supo-


ner la existencia de algo superior, a través del temor, del miedo. Y
es hasta lógico que así sea. Imaginemos hoy con nuestras mentes
rudimentarias, estas situaciones vividas, por mentes aún más rudi-
mentarias. Y lograremos llegar a la IDEA de dios….
Todo lo desconocido es temido y si consideramos, que esto que
imaginamos, pudiese tener alguna conexión o implicancia con las
calamidades y miserias que a veces suelen sucedernos, pues le dare-
mos toda la responsabilidad de lo que nos acontece a estas entidades.
Hasta llegar a convencernos que todo lo que nos pasa depende de
los estados anímicos de estas imaginarias entidades superiores y
para que esto no ocurra o se atenúe, se comienza a adorar. No con
un fin sublime, sino con la intención de obtener sus beneplácitos o
lo que es peor, calmar sus iras.
Vale decir que no solo imaginamos seres superiores, también les
otorgamos condiciones nuestras, como la ira, la alegría, la benevo-
lencia, etc.
De ahí, que miles de años después veríamos aparecer, aquello
de “hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza…” Una fan-
tasía total. Que a la postre fue el comienzo de la mentira original.

4. Sobre posibles mañanas y el no pensar.


ESTO, la idea de dios, comenzó a gestarse allá a lo lejos…
digamos un montón de miles de años atrás, por poner una cifra.
Hasta hoy. Fue pasando por diferentes procesos y etapas. Primero

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fue una precaria idea fruto del temor, para luego irse modificando de
acuerdo a las diferentes épocas y sus circunstancias. Hubo períodos
casi ingenuos y pueriles, los hubo duros, muy duros, terribles y
moderados. Solo una cosa fue en aumento, en relación esta idea, el
poder de la misma.
No hay religión, en cualquier parte del planeta, que no tenga
como base el poder, tanto sea económico y psicológico, sobre sus
seguidores. Y con esta carta, se presentan en sociedad, ante el mun-
do. (¡Y de qué manera!)

A veces me pregunto sin animosidad, si la necesidad de crear


la IDEA de dios y/o dioses, no ES exactamente proporcional a la
posibilidad de logros, sueños y esperanzas, que el medio nos brinda
o nos pone al alcance de la mano. Así el humano que antes solo
pensaba en sobrevivir, con su evolución pudo comprender, que era
único e irrepetible, que podía pensar, soñar, imaginar y que todo lo
que pase por su mente podría llegar a ser. Pero también tuvo claro
su condición finita. Y la certeza de la muerte, le acercará, inexora-
blemente, la tabla salvadora en el mar de la existencia, la idea de
dios y de un después más allá de su partida.

NADIE QUIERE morir…y tal vez por eso tampoco nadie quiere
pensar en la muerte. Es como decir –que llegue cuanto tenga que
llegar y punto- Si de todas maneras así será. Y ahí está la celada
que nos juega el intelecto y la herencia conceptual que heredamos.
Porque en la medida que ahondemos en el tema, cada uno tendrá su
propia visión y sacará sus conclusiones de acuerdo a la manera que
haya sido educado (herencia) y aplicará su caudal para darle forma a
SU concepto de finitud. Pero lo que si quedará claro antes o después,
es que cada instante puede ser el último. Y que, SU vida es YA, es
AHORA, y que nadie puede garantizarle un mañana. Tener a flor
de piel esto, hará que VIVAS la vida, TU vida de otra manera. Ya no
andarás tan dormido derrochando tiempos, que desde el vamos, es lo

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único que tienes. Ni vivirás tus presentes proyectando solo mañanas
que quizás nunca lleguen. Esto NO es exactamente algo que los dife-
rentes sistemas sociales de la actualidad, tienen preparado para uno…
Imaginemos por un momento que este pensamiento fuese aceptado
por millones de personas. Las sociedades modernas no están prepara-
das ni dispuestas a aceptar estos conceptos. Una sociedad sin futuros,
si mañanas, sin sueños, traducido a consumos, NO EXISTE.
Porque el diseño de la felicidad está en aquellas cosas que no
posees y puedes obtener y disfrutar, debiendo para ello empeñar
muchos mañanas, en pos de ellas. Es aquí donde podrás compren-
der y aceptar el valor del sacrificio y la dedicación de los diferentes
mañanas…para que el día de mañana puedas ser feliz. ESA ES LA
CELADA usando términos ajedrecísticos, que en tiempos que co-
rren, nos tienden los diferentes sistemas. Con la complicidad de los
diferentes aparatos que los forman, religiones, brillantes pensado-
res, corporaciones, etc.
La consigna será pues NO PIENSES en la muerte por que segu-
ramente tienes un futuro por delante.
Y estarán los que digan que pensar en esto es ser pesimista. In-
sultando aún más la inteligencia de la mayoría. Pues que de esto se
ha tratado toda la existencia. De acomodar todo pensamiento ali-
neándolo para que no se desvíe. Todos en fila disfrutando de las
teorías, convicciones y hasta dogmas (fea palabra) para que todo
funcione y seamos felices.
Y si aceptamos esto sin chistar, caeremos en la cuenta que so-
mos seres duales, creemos en dios o dioses dependiendo del caso,
tenemos un alma inmortal (¿?) y cuando dejamos de RESPIRAR
esa supuesta alma o espíritu se eleva a otras dimensiones (¿?) y otras
veces nos reencarnamos y volvemos al mundo con otra aparien-
cia…O directamente nuestro espíritu (alma) pasa a formar parte del
cosmos…del gran todo…
Pudiese ser que fuese así…es lo ideal parece…pero prefiero vo-
lar más bajo y considerarme algo más sencillo, un ser pensante, que

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existió plenamente con dignidad durante un lapso, no más ni menos
que eso. Lo otro pasa a ser fantasía, ignorancia pura, suposiciones
infantiles de mentes perezosas y cómodas. Espejitos de colores, que
fascinan y adormecen los pensamientos. Donde una casta, los predi-
cadores de la palabra divina, viven y muy bien por cierto, de ello.

5. ¡Por fin llegaron los mandamientos!


RECUERDO cuando niño mis padres me dijeron que eran 3 los
reyes magos que buscaron a Jesús hasta que lo encontraron y lo col-
maron de regalos en el establo…y que desde entonces todos los 6 de
enero ellos andan por todo el mundo llevando obsequios a los niños
buenos…y al despertarme ellos ya habían pasado…dejándome un
hermoso regalo….
Cuando al tiempo supe que era una fábula…un poco me entriste-
cí… pero también comprendí que había una edad para ella. Y la dis-
fruté con ansia inocente. Esos recuerdos estarán siempre en mí, son
parte de mi herencia, de mi niñez. Era una hermosa fantasía que año
a año la esperaba, conforme se acercaba la fecha. Fue hermoso, pero
no era real, era una ilusión trasmitida por mis padres, que a su vez la
recibieron de mis abuelos. No había tales reyes y los comercios del
barrio mejoraban sus ventas. Pero nada se igualará al momento de
abrir la puerta de casa y ver el paquetito al lado de mis zapatos…
era un niño.
MUCHAS VECES he visto personas entablando interesantes
discusiones pero que jamás llegaban a ponerse de acuerdo. El tema
era que hablaban diferentes lenguajes. Para evitar algo parecido re-
currí a un diccionario y busque la palabra, dios:
1.
En las religiones politeístas, ser sobrenatural al que se rinde culto;
tiene poder sobre un ámbito concreto de la realidad y sobre el destino
de los humanos

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2.
nombre masculino
En las religiones monoteístas, ser sobrenatural único al que se rinde
culto; es responsable de la creación del universo y del misterio de la
existencia

Lo llamativo es lo concreto de la definición. Se da por sentado


la entidad de las deidades dependiendo solo, si son monoteístas
o politeístas. Quizás lo más atinado hubiese sido decir…IDEA o
CONCEPTO UTÓPICO que algunas religiones tienen de la posible
existencia de seres sobrenaturales, ya sea que fueren monoteístas o
politeístas…

A veces pienso que el humano prefiere vivir autosugestiona-


do con conceptos e ideas que heredamos y a fuerza de repetición
(como algunas religiones de oriente) terminamos aceptando como
verdaderas sin siquiera permitirnos la mínima de duda sobre ellas.
Así creemos y aceptamos que somos duales, es decir que tenemos
cuerpo y alma (?) y que dios existe. Y no solo eso, él, nos observa
constantemente y es bueno y misericordioso y cuando no estemos
más en la faz de la tierra (nunca entenderé esta frase), de acuerdo a
nuestros actos estaremos en otra dimensión, que es donde él habita,
y seremos felices para siempre (¿?) y en este caso el adverbio de
tiempo queda totalmente ridiculizado.
Creo que no hace falta mencionar, que estoy hablando casi ex-
clusivamente del mundo llamado occidental, donde nos agrade o no,
tenemos una herencia judeo- cristiana. Con todo lo que ello impli-
ca…sus fábulas, sus mitos, sus dogmas (fea palabra), sus creencias
y negaciones. Allá donde unas tablas le fueron dadas a Moisés y con
el tiempo se fueron trasformando en preceptos o mandamientos que
servirían para guiar al ¨pueblo elegido¨ (¿?).
¿Me pregunto de donde o quienes trajeron esas famosas tablas
entre ruidos ensordecedores en lo alto de la montaña? Dándole a
ese pueblo, en ese lugar, un marco, llamémosle, moral, para que se

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pudiesen ordenar y así poder comenzar a regular y ¨civilizar¨, sobre
todo con el ítem: NO MATAR, que era una forma de amedrentar a
los más fuertes, que eran quienes dominaban por aquellos tiempos.
De esta manera se subordinaba al más fuerte ante quien se suponía
tenía poder, lo cual no es lo mismo ciertamente.
Creencias aparte, esto es historia, con algo de fantasía, supongo.
También es llamativo que los 3 primeros ítems (mandamientos)
hablasen de respeto y/o sumisión para quien o quienes les otorgaban
aquellos primeros marcos regulatorios morales. Recién a partir del
4to. se referencia a aquellos para quienes fueron creados, el supuesto
pueblo elegido.
Se puede llegar a pensar, que en el primero, AMARAS A dios
POR SOBRE TODAS LAS COSAS, se está exigiendo exclusivi-
dad, dando a entender una posible competencia de deidades, que al
parecer por aquellas épocas azolaban el planeta…
Está claro que las famosas tablas, tenían como objeto, aplacar a
aquellos seres irracionales (¿?) que solo trataban de subsistir día a
día como mejor pudieran, sin importarles el costo y menos aún sus
consecuencias. Por algún motivo desconocido eso no debería fun-
cionar así y entonces se intenta crear la primera toma de conciencia
colectiva y se establece que es lo que ESTA BIEN y que es lo que
ESTA MAL. Esto beneficiaría a todos y en especial a los que traje-
ron las famosas tablas. (algo que nunca podremos develar). Lo con-
creto, es que aquellos seres ya no serían los mismos. Comenzarían a
cambiar, tal vez para bien…PERO NO POR DECISION PROPIA…
Y me pregunto si esto no hubiese sido más interesante, genuino
y digno.

ASI el ser humano de a poco dejaría de ser animal irracional


y paulatinamente se iría convirtiendo en bípedo racional, es decir
inhibiría sus instintos más puros, hasta convertirse en un ser especu-
lador y reprimido, dispuesto a sacrificar su esencia, en pos de vivir
más tiempo, prolongar la vida…pero también a esta altura ya había
comprendido un nuevo término…inexorable.

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Si alguien pensase que el ser humano en un principio en esen-
cia fue inocente, cruel, egoísta, compulsivo, agresivo, potencial-
mente asesino, discriminativo, desvergonzado, incrédulo, polígamo,
desaprensivo, ocasionalmente caníbal, idolatra…tal vez, no estaría
equivocado.
Ojalá mi precariedad lingüística pueda estar a la altura de lo que
intento expresar. Sé que la herencia recibida no solo nos llega, sino
que se hace carne, parte de nosotros. Y los conceptos llegan a for-
mar un todo con nuestras percepciones y el desarrollo cerebral y/o
intelectual. Ideas y consideraciones sobre bien y mal, que recibimos
apenas esbozamos los primeros pensamientos, quizás no nos permi-
tan vislumbrar lo que realmente el ser humano es en esencia. No
precisamente, en lo que nos hemos convertido.
Es como tener necesidad de negar lo que realmente SOMOS en
nuestro interior…en nuestras básicas profundidades. Pero esto que
nos enseñaron ocultar, suele salir a la luz siempre en los momentos
extremos…
NO ESTOY juzgando, solo intento expresar mi punto de vis-
ta, tampoco estoy NEGANDO que CREER en uno o varios dio-
ses, de tranquilidad al individuo y que este hecho produzca en él
situaciones emocionales y/o cerebrales que sean beneficiosas para
él. Situaciones interiores que el humano no maneja y produce en él
reacciones y consecuencias, que escapan a su voluntad

6. Si creo en Dios me siento seguro


LO que si digo y sostengo que todo parte del cerebro, en este
bípedo racional llamado ser humano.
CON EL CORAZON SE VIVE
CON EL CEREBRO SE EXISTE.
EL recibe una herencia ideológica-social, que no puede eludir
ni negar. Allí va el chip completo, dependiendo en qué lugar del

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planeta le toco aparecer. Y en la memoria que reciba irá también
LA IDEA de dios.
Dios es, fue y será solo una IDEA. Esta idea produce fasci-
nación y es casi hipnótica en algunos casos. Produciendo a nivel
cerebral las más variadas situaciones y/o elucubraciones.
De acuerdo a la suerte (azar) que haya tenido cada persona para po-
der desarrollarse, será la forma en que fije SU posición ante esta IDEA.
NO desconozco que es mucho más fácil y cómodo aceptarla y vivir
con la tranquilidad que da esta aceptación…y pensar que hay UN DES-
PUES…que todo tiene un sentido…que por algo nos suceden las co-
sas. Que el cosmos tiene reservado para nosotros OTRA VIDA en otro
lado... algo que no podemos llegar a comprender…pero es así… (¿?)
Y es aquí donde el individuo queda atrapado en un paradigma
de ambigüedades. Que solo él deberá enfrentar y discernir si tiene
las herramientas y la decisión, de él depende.
PORQUE si no fuese así, ¿qué sentido tendría todo no? Y nue-
vamente aparecen las herencias conceptuales que nos aferran a las
raíces y se hicieron carne en nosotros. Y aceptar LO OTRO, sería,
no solo tirar por la borda el concepto del porqué de nuestra humana
vida. Sino, lo que es peor, abandonar las certezas. Y esto sí implica
un gran acto de coraje y dignidad, con resultados impredecibles.
Que no todos los humanos, por miles de situaciones, estamos dis-
puestos a realizar.
TAMBIÉN tenemos el preconcepto, que todo deberá tener
principio y fin. Digamos que, entre el PRINCIPIO y EL FIN, estaría
el SENTIDO. Y si hay algo que NUNCA aceptará el bípedo racio-
nal, es que SU vida carezca del mismo.
A NADIE le agradará pensar que todo es azar (me incluyo) que
en el cosmos solo hay SITUACIONES, CONSECUENCIAS Y
CAUSALIDADES, que PRODUCIRAN situaciones con sus con-
secuencias y causalidades que a su vez producirán SITUACIONES,
CONSECUENCIAS y CAUSALIDADES….

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Y en el medio de ellos…nosotros

Es importante destacar que no intento desacreditar a quienes de


buena fe o inocentemente creen en uno y/o varios dioses y todos los
beneficios que esto, supuestamente, les proporciona. Es muy po-
sible que hechos cuasi milagrosos sucedieran o suceden a través de
estas creencias…Lo cual no hace más, que aumentar la veneración
en sus creencias y aquello que llaman fe. Quien soy yo para negar
que estos sucesos ocurren. Solo digo, desde mi más humilde forma
de pensar, que es solo azar. La mente mueve energías que pueden
producir situaciones que no podemos dominar y menos conocer, al
menos hasta ahora. Y de ser así, ESTO nada tiene que ver con el
concepto llamado dios.
El humano de todas formas siempre tenderá a pedir a sus deida-
des todo aquello que no puede conseguir o lo que cree le falta. Y si
nada ocurriese…pues dios sabrá por qué…
Es notable esa necesidad que tiene el ser humano de crear la
IDEA de dios y una vez producida, hace las veces de PLACEBO.
Allí es donde el bípedo racional reniega de tal condición, y decide
adoptar una fábula, una utopía de vuelo precario e inconsistente,
como base a su vida real.
Ahora sí podrá vivir su vida lo mejor posible, sin sobresaltos
existenciales y si cumple ciertas reglas sabe que tendrá vida eterna.
La idea de dios cumple su efecto placebo y tranquiliza al individuo.
Es muy difícil andar por la vida SIN saber a dónde ir, ni que hacer y
lo que es peor ignorando que después de la muerte hay otra vida…
Que es preferible una mentira piadosa o una verdad dolorosa.
Seguramente la mayoría optará rápidamente por la segunda opción.
Sin embargo no es tan así. Hay casos y casos, no todo es blanco o
negro. ¿Quién da la noticia de una enfermedad terminal a un familiar
íntimo, sabiéndola antes que el afectado? ¿Quién entrega su hijo a
la justicia cuando vienen a buscarlo? Y en este escenario, que más
doloroso que aceptar que dios es solo una IDEA y más piadoso que
creer, a ojos cerrados.

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Se bien que mis humildes cavilaciones no traen tranquilidad,
todo lo contrario. Y no creo tener las respuestas categóricas, pues
porque creo nos las hay. Lo que si tengo en claro es que hemos
sido embaucados groseramente en el devenir de los tiempos. Y si en
alguno de esos tiempos fue necesario, porque éramos niños como en
la fábula de los reyes magos, ya no.
No pediré que dejes de creer, sería absurdo, ilógico que lo hicie-
ras. Pues porque lo sientes en tu interior y estas convencido que es
así. Y seguramente tendrás miles de hechos y comprobaciones que
aseguran que TU dios existe. Aunque esto ya de por si es una contra-
dicción. Solo date la oportunidad de pensar que esto tal vez sea solo
una IDEA…anímate a dejar las muletas y trata de caminar por vos
mismo. Elige tú el camino, es más riesgoso obvio, pero demuestra
que ya no eres niño y camina solo por esta parte del cosmos que te
ha tocado.
O vuelve a tu falaz comodidad y espera dócilmente a la vuelta
de una esquina te sorprenda lo inexorable. Luego tus queridos, dirán
algo así como –se lo llevó el Señor- (¿?) O –pasó a mejor vida-am-
bas concepciones de dudosa credibilidad…Solo te habrás muerto.

7. Sobre ser inmortal y romper juguetes.

ES AQUÍ donde inexorablemente la IDEA de dios y la finitud


del ser humano se vuelven a encontrar. Tal vez una sea consecuencia
de lo otro. En este caso inversamente proporcional…porque he de
morir…concibo la IDEA de dios. Que a la postre es lo único que
podrá aplacar la angustia de saberme un ser finito.

Vienen a mi recuerdo poemas y fábulas mitológicas donde la


frase…SIMPLE MORTAL, en alusión al ser humano, era usada fre-
cuentemente.

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Nadie se disgustaba por esto, porque estaba grabada en las men-
tes, la existencia de aquellos dioses. Y el humano estaba un escalón
más abajo obvio…apenas un simple mortal.
La historia y el devenir hicieron comprender que aquellos dio-
ses, no eran tales. Pero aparecieron otros…Estos no eran tan fron-
tales y crueles como aquellos. Eran más astutos, más benevolentes,
mas psicológicos, hasta algunos eran como nosotros (…hagamos al
hombre a nuestra imagen y semejanza.)
Y eran tan pero tan accesibles, que nos prometían que al partir
(morir) nos estarían esperando para compartir todas sus delicias ce-
lestiales y más aún si sufriste mucho y fuiste un paria (Bienaven-
turados los pobres de espíritu, porque de ellos será el reino de
los cielos.) Es decir, debes agradecer haber pasado por la vida con
una existencia miserable. Y cuando peor lo pases…más premio ten-
drás…
Es aquí, donde la manipulación y el deseo oculto, de que
soportes estoicamente, nunca reacciones y ni pienses revelarte o su-
blevarte ante lo que te acontezca, LLEGA A SU MAXIMA EXPRE-
SION.
Y no me digan que se debe ver desde otra óptica, porque bien
sabemos que esto, fue y es, tomado en forma literal, por la gran
masa creyente. ¿En otro momento continuaré deshojando las
BIENAVENTURANZAS??, si están son las buenas no quiero ima-
ginarme las MALASVENTURANZAS.
Lo más importante, que trajeron estas nuevas tendencias e ideas
de advenedizos dioses, era el mensaje que el ser humano ya NO
ERA UN SIMPLE MORTAL, no señor, para regocijo y beneplácito
de toda la humanidad, empezamos a ser inmortales, así de simple. Y
saben por qué, pues porque tenemos un alma que lo ES. Y los que
no lo supieron antes se lo perdieron…Y punto.

La mayoría de los niños pequeños tienen cierta curiosidad innata


que siempre llamó mi atención. Y es querer saber cómo es el me-

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canismo que llevan dentro los juguetes, para comprender como se
producen los diferentes atributos de cada uno de ellos. Obviamente
en casi la mayoría de los casos, por no decir siempre, el final es pre-
visible, un niño triste y decepcionado por un lado y un juguete roto
por el otro.
Me pregunto que lleva al niño a esa instancia, por qué no le basta
con disfrutar del juguete, que tanta felicidad y asombro le produce.
Hay en este acto, ALGO que describe en forma conmovedora al ser
humano. Y a rigor de ser sincero no puedo expresar con palabras
esta sensación, dejo pues que cada uno saque sus conclusiones sobre
este simple ACTO, pero tengo la presunción que quizás ahí, estén
algunas respuestas…

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8. Mentime que me gusta.

RETOMANDO el tema de que el humano crea y necesita la


IDEA de dios o dioses, seres creadores, luz divina, etc. Me pregun-
to si realmente a alguien podrá interesar esta humilde cavilación.
Se imaginan a millones de creyentes permitiéndose vislumbrar ape-
nas…esta posibilidad…Imposible. Ya está todo armado el show
bussines, el merchandising, el poder que esto confiere, los negocios.
Aceptar esta posibilidad sería cruel, indigno, hasta ofensivo. Acep-
tar que las creencias no son verdaderas es algo que no estamos
programados a convalidar, pues simplemente por que NO.
Toda la historia de la humanidad o gran parte de ella está basada
y sustentadas sobre ellas. Y sería ilógico siquiera suponer que todo o
gran parte de ellas fue una FALACIA. Quizás en los albores de los
tiempos necesaria…pero FALACIA al fin.
Admitir esta posibilidad nos dejaría huérfanos de estímulos, de
posibilidades, de esperanzas, de ilusiones. Nos produciría un nudo
en la boca del estómago y una gran decepción. No es fácil aceptar
un engaño. Y uno de tal magnitud, donde se ha manipulado durante
miles de años las mentes de las personas…mucho más. Y es quizás
por esto que se prefiera SEGUIR VIVIENDO en la ficción y la fábu-
la gramatical que nos tocó. Algo parecido a una mentira piadosa…
Me recuerda a aquellas parejas donde uno de los componentes
engaña (hablo de fidelidades) Y al engañado/a se lo hacen saber
de diferentes formas, hasta el punto que puede llegar a aceptar esa
posibilidad. Pero habrá una barrera que se cuidará de pasar y es la
de constatar si existe tal engaño. Pues de suceder esto corre el riesgo
de enfrentarse a la realidad…y perderlo todo. Hace falta coraje y
dignidad para enfrentar la verdad por dolorosa que sea. Algunos
no sabrían cómo seguir su camino sin su pareja, porque en ella han
depositado toda su comodidad. Todo su sentido a la vida.
Como espectadores que somos y con una mano en el corazón…
¿qué saco nos pondríamos para salir a esta escena??

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Nos han educado a no pensar, a aceptar, han logrado que la
mayoría tengamos pereza mental y emocional. Algunos pensado-
res y filósofos (no es mi caso) ya lo decían allá por el 1800 y por
doloroso que suene, tenían razón.

Es aquí donde me pregunto con qué derecho o desde que contex-


to se realizó tal vil ultraje a la humanidad. Con creencias tan nefastas
y culpabilizantes, dividiendo a las personas en buenos y malos, cre-
yentes y paganos, fieles e infieles.
Es TERRIBLE el daño ocasionado, pero asimismo el bípedo
racional aún puede reaccionar, dar batalla, sacarse los yugos Y TAN-
TA MENTIRA HEREDADA…despertar. A veces despertar es dolo-
roso, pero peor es vivir dormido.
La ciencia va superándose y lo que ayer era, tal vez mañana ya
no lo sea, pues se habrá demostrado que tal teoría estaba incompleta
o simplemente equivocada. Y así, las verdades científicas no son es-
táticas, son dinámicas y eso no invalida sus orígenes. Las personas
aceptan esto y lo comprenden…
No pasa lo mismo con las creencias, esto resulta CASI IMPOSI-
BLE. El humano necesita CREER y busca esto desesperadamente,
sin ello se encuentra perdido y aparece el nudo en el estómago…
El humano necesita líderes a quien seguir, que le muestren el
camino. Está en sus genes al parecer, no quiero pensar que tenga
que ver con su pereza mental y su deseada comodidad existencial.
O tal vez sí.
Y esto ocurre en todos los niveles y ambientes, en la casa, la
escuela, el trabajo, la política, las religiones, el club, etc. Si bien hay
gente que tiene capacidad de liderazgo, nada tiene esto que ver con
la necesidad de un líder. Esto lleva a la masificación, todos atrás del
líder y sus ideales. Así se ha manejado el mundo por estos miles de
años y así nos ha ido.

Habíase ocasionado un gran incendio en los bosques y todos los


animales ayudaban a combatirlo. Un pequeño pajarito iba y venía

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trayendo en su piquito gotitas de agua. ¿El elefante, que tiraba agua
a chorros con su trompa, lo mira y le dice-Con eso pretendes apagar
el fuego??-
El pajarito gira su cabecita lo mira y le dice dulcemente…ES LO
QUE YO PUEDO….

9. Sobre herencias, complicidades y consideraciones

Mentiría si dijese que siempre pensé de esta manera, es más que


obvio, también he recibido una herencia y la he disfrutado sin chis-
tar. Hoy, a una edad sesentosa, puedo vislumbrar torpemente algún
pensamiento al respeto. En algún momento llegué a pensar que ya
estaba TODO dicho, que de una u otra manera ya alguien lo habría
expresado antes. Y quizás sea así…Esto hace aún más dificultoso
poder establecer, si tal o cual teoría ya fue presentada o puesta en
conocimiento. Pero a la vez este mismo desconocimiento me lleva a
intentarlo. Y me convenzo a ultranza que debo hacerlo.
¿Porque suponer que está todo dicho y en especial en lo que
a la IDEA de dios se refiere? Reconocer esto es admitir, que todo
lo anterior o gran parte de ello es VERDADERO. Y realmente hoy
mis más elementales pensamientos me están diciendo TODO LO
CONTRARIO.
Los pensamientos filosóficos deberían estar despojados de toda
ideología religiosa, dado que esto te condiciona. Podrán ser pues
excelentes pensadores…pero no filósofos.

Con esto no trato de decir que las enseñanzas que surgen de las
diferentes ideas religiosas son todas erróneas ni mucho menos. Creo
firmemente que en su mayoría son buenas para aquel que las reci-
be y nunca fomentarían la realización de acciones negativas (salvo
excepciones claro). Lo que si apunto es a sus fundamentos origina-

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les donde se promueve deidades ubicadas en planos superiores. O
cuando se trata de establecer que seres con otras capacidades, que en
diferentes épocas fueron apareciendo, eran ENVIADOS por ellos.
Todo esto es solo una IDEA creada por el humano. Todo pasa pri-
mero por el CEREBRO, todo. Luego las emociones y sensaciones
le van dando otras formas y el paso del tiempo más la imaginación
colectiva se encarga del resto.

Sin cerebro no hay dios. Sin dios…acá termina todo.


Sé que suena feo, pero no por eso deja de ser valedero. Me gus-
taría decir que no es así…que hay otra vida y que tenemos un alma
inmortal. Pero estaría mintiéndome/te y lo que es peor, me sentiría
COMPLICE.
Como decía, todo habrá de pasar primero por nuestro cerebro,
allí surgirán las ideas, los pensamientos, las fantasías, las imagina-
ciones, las comprensiones…Y acá hace su aparición un término
muy especial y sumamente interesante para el humano: COM-
PRENSION…
Algunos pensadores establecen a la COMPRENSION, como un
estado al que el individuo accede esporádicamente. Y en la medida
en que pueda recordarse, podrá ir aumentando su comprensión. Esto
implica obviamente, vivir en presente, cada momento de la vida, lo
cual pareciera fácil, pero créanme no lo es.
Inténtenlo y después me cuentan…Según esta teoría, al humano
TODO LE SUCEDE, es decir, salvo en los momentos en que están
DESPIERTOS Y ATENTOS por el estado de COMPRENSION. El
resto del tiempo el humano estaría semidormido, presa de sus ca-
pacidades no dominadas. Como la IMAGINACION, su LENGUA
(el habla), la constante IDENTIFICACION (con hechos externos) y
también la constante CONSIDERACION (a situaciones de otros).
Así de esta manera con estos cuatro ítems, el individuo anda
respirando por la vida, con SU vida. (Esta línea de pensamiento ya
presentada y muy bien tratada por P. Ouspensky).

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Más de una vez me he preguntado y me han preguntado, que
aportaría este tipo de pensamiento, en el cual propongo la posibili-
dad de que dios sea solo una IDEA, creada por el humano. Ya que de
ser así o en el supuesto que algún creyente aceptara esta posibilidad,
lejos de sumar daría la impresión que crearía más desconcierto. Un
rumbo, un horizonte, una certeza, es lo que necesitamos para validar
nuestro paso por este lado del Universo. ¿Es tan así? ¿Aún ante el
riesgo de que esa certeza, horizonte o rumbo, sea falaz??? Pues pa-
rece que sí. Y ahí es donde está lo conmovedor y patético del huma-
no. Prefiere seguir creyendo en Reyes Magos, en paraísos eternos,
en otras vidas, en regresos místicos…En resumen, quiere de alguna
manera creer que seguirá EXISTIENDO.
Y esto es cultural, herencia pura. Recuerdo desde pequeño me
enseñaron que dios existía y que tenía alma. (sólo una). Y me lo repi-
tieron una y otra vez, sin darme opciones, hasta que se hizo carne en
mí. En el caso del alma, me dijeron que era algo que estaba dentro
mío, dentro de mi cuerpo y era intangible y era aquello que una vez
muerto iría al cielo, junto a dios y los ángeles. Y yo creí en esto…
Después ya más grandecito, me explicaron (en mi caso) que dios
no era uno, en realidad era una trinidad, dios padre, el espíritu santo,
y el hijo. Y el hijo había venido a nuestro planeta para salvarnos
a todos. ¿Van siguiendo el relato??? Es aquí donde hay nuevo co-
mienzo de fábula, cuando se comienza a escribir otra historia. Y este
ser especial, con otras capacidades, trae un nuevo paradigma para
el mundo de aquella época. Pero de ahí a ser hijo del dios y que fue
enviado a esta parte del cosmos, suena por lo menos fantasioso. Y
si a eso le agregamos que supuestamente vendría a salvarnos… Me
pregunto ¿salvarnos de qué?? Si no hemos hecho nada, es más re-
cién llegamos.
Luego la bola de nieve siguió rodando hasta transformarse en un
monstruo que arrasó con casi todo a su paso.

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10. Sobre la libertad de expresión del pensamiento.

LA FIGURA que acá va apareciendo dando sus primeros pasos


es LA CULPA, tan utilizada por las diferentes corrientes religiosas,
al menos en el mundo occidental.

Cuando tuve mis primeras dudas siendo niño sobre cómo era
dios y mi incipiente comprensión daba sus primeros brotes, me con-
taron una historia-cuento-fabula-relato- : Había una vez un señor
que se preguntaba todo el tiempo como sería dios, donde estaría,
que forma tendría… y estas dudas lo angustiaban más y más
cada día que pasaba. Un día iba caminando por la playa cerca
del mar y vió como un niño iba y venía con un baldecito trayen-
do agua del mar y lo tiraba a un pocito hecho en la arena. Se
acercó y le preguntó porque hacía eso y el pequeño le dijo que
quería tirar toda el agua del mar en su pocito…-Pero eso es im-
posible- le contestó el señor.
A lo que el niño (que era un ángel) le replicó- Lo mismo te
pasa a ti que quieres comprender a dios, siendo tan pequeño-
En ese momento me sentí mejor…habían logrado disipar mis
dudas, estaba tranquilo, como se me ocurriría a mí, insignificante
humano tratar de entender cómo era dios…Y lo que es peor, con
ese relato me confirmaron su existencia absoluta. Dios existía, si
o si, allá a lo lejos, intangible, eterno, creador de todo el universo.
Obviamente, muy pero muy, lejos de mi comprensión.
En realidad debería despreocuparme de intentar todo tipo de
averiguación al respecto. Pero… que existía, existía. Aunque yo no
lo pudiera entender ni esa persona pudiera explicármelo mejor.
PENSABA, no hace mucho, en la posibilidad de poder hablar
(escribir) sobre estos temas, en estos tiempos. Posiblemente pocos
concuerden con mi pensamiento…pero puedo expresarlo. No me
imagino haciéndolo hace 300, 500, 100 años atrás. Es imposible has-
ta imaginarlo. Aunque es muy probable que de haber existido en esas

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épocas mi pensamiento hubiese sido muy distinto al respecto. Segu-
ramente. Porque claro está, mi humilde y torpe pensar, es el pro-
ducto de las diferentes herencias sociales, desde las cuales provengo.
Nacemos en un tiempo y espacio, que no elegimos, y debemos
adaptarnos a ello. De pronto estamos dando vueltas en una calesita que
tampoco elegimos. Y con el paso del tiempo te vas dando cuenta que
las opciones, parecen muchas, pero no son tantas…o sigues o te bajas.
Yo he tenido suerte porque el tiempo y el espacio que me ha
tocado, me permite hablar de estos temas de esta manera. Como
así también, es probable que estos temas se hablen, alguna vez,
hasta en los jardines de infantes. No digo dándome la razón, pero si
abriendo espacios a la diversidad de ideas y respetando las dudas.
No tengo en claro (solo un par de teorías) porqué estamos en
esta parte del Universo, lo que si estoy seguro es que NO ESTA-
MOS ACA PARA SUFRIR, por más que fundamentadas ideas
religiosas, así lo quieran determinar.
Nuevamente se me hace presente la idea de dios, en cualquie-
ra de sus versiones, siempre tan adyacente con la muerte. Y si
bien el humano ya concibe (no siempre de buena gana) que es un
ser finito. Esta finitud que le toca transitar, lejos de ser sinónimo
de muerte, se trasforma en sinónimo de VIDA. Su vida singular,
a la que debe aferrarse y disfrutar, de la manera más digna,
con virtudes y defectos, que su herencia le otorgara. Tratando
de SER, en cada instante, con la convicción, de que pudiese ser
el último. Así y solo así, podrá establecer (en algunos momentos)
estados de conciencia, no permanentes, que le permitirán darse
cuenta de su EXISTENCIA.

11. No quiero pensar. Quiero consumir.


DIALOGABA el otro día con una persona sobre alguno de estos
temas, y ella me decía que no le preocupaba en absoluto el tema de
la muerte, ni lo pensaba, que cuando llegue, llegue. Y su posición era

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aceptable. No todos pensamos lo mismo al respecto, esto también hace
a la diversidad, en este caso, de pensamientos. Esto me llevo a pensar,
QUÉ estaba buscando, con tratar de indagar sobre el tema de la muerte,
tan ligado siempre, como ya lo he repetido, a la idea de dios…
Supongo que tener alguna idea más concreta y racional al res-
pecto o permitirme dudar, de la información (educación-herencia
gramatical-social) recibida desde niño hasta el presente, no me per-
judicarían en nada. Sobre todo, en mi caso, que hoy, siento ne-
cesidad de explorar, razonar y exponer, mis elementales y torpes
pensamientos.
En esta actualidad, que algunos llaman posmodernismo, obser-
vo como las personas se (nos) manejan muy rápidamente. Todo es
veloz, todo es ya, lo que hoy era nuevo, en instantes ya no lo es o se
perfeccionó algo mejor, más completo y más económico. Vivimos
así, en una constante insatisfacción. Porque lo que tenemos hoy, tal
vez mañana ya no sirva, o sea obsoleto, al menos eso creemos o nos
hacen creer. Somos succionados por la tecnología y esto nos lleva
sacrificar gran parte de nuestras vidas en pos de ella. Y no hablo
solo de tecnología electrónica, celular, computadora, etc. Hablo del
consumismo en general al que nos dejamos llevar. Desde un auto,
un par de zapas, una ramera, etc. Digamos que nuestra felicidad pasa
por la obtención de bienes, que supuestamente nos brindan placer y
felicidad, o algo parecido…
Y quizás esto no sea nocivo, salvo que, (supongamos), toda
nuestra vida se base en eso…
VEO a diario, sobre todo en las grandes ciudades, miles de per-
sonas con la mirada perdida viajando a sus lugares de trabajo, otros
dormitando, algunos con auriculares, seres automatizados, yendo a lu-
gares donde obtendrán dinero para obtener aquello que los hará feliz…
-El trabajo dignifica- es una frase que se dice habitualmente.
Tengo mis dudas al respecto. Me cuesta aceptar que el motivo de
nuestro breve lapso, por esta parte del universo, sea solo para traba-
jar. Sería hasta lastimoso que fuese así. Prefiero pensar que hemos

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venido a otra cosa. Ya no vivimos de la caza y de la pesca, es obvio.
Pero sería interesante que pudiésemos subsistir por medio de alguna
habilidad, conocimiento u oficio. Hacer lo que uno sabe, no es igual
al concepto de ir a trabajar. Trabajar por obligación, en lo que se
pueda, para obtener bienes, a la larga se convierte en una carga. Me-
caniza al ser humano, lo absorbe. Le quita la posibilidad de crecer.
Por eso no creo que la finalidad del hombre haya sido venir a sufrir
y trabajar.

En todo este relato, habrán notado que se me hace muy difícil


decir que vi personas pensando… De eso se trata, los diferentes
sistemas económicos-políticos-sociales- logran su cometido, que en
realidad es una consecuencia, mantener cautiva la mente de las
personas, fascinadas por la obtención de sus productos. Hoy el hu-
mano casi no piensa, le cuesta, el consumismo lo ha vuelto mental-
mente perezoso. Al margen de los problemas de educación que cada
región-país tiene. A los estados y por ende a sus gobernantes, no les
interesa mucho, que sus gobernados crezcan en educación y en inte-
lecto. Solo un poco, como para convencer a la mayoría. Conque al-
gunos sepan leer y escribir, estará bien. PENSAR ES OTRA COSA.
12. Sobre lo singular, insatisfacciones y cálices.
LO QUE va desapareciendo, es lo SINGULAR, el individuo
que no piensa o intenta emitir un pensamiento, más allá de lo que
habla la televisión o su app del celular, no existe como singular.
Y esto sí es aciago. Mientras las grandes corporaciones día a
día crean nuevos y sofisticados elementos, que supuestamente ha-
rán feliz al hombre (y aumentarán enormemente sus ganancias). El
hombre como individuo singular, va desapareciendo.
La frase –Pienso, luego existo- tantas veces usada y repetida,
y no por ello menos acertada. En este caso y en relación a la lenta
desaparición del ser singular, nos da la posibilidad de presentar-
la en su forma inversamente proporcional: NO PIENSO, LUEGO
NO EXISTO.

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Cuando hablamos de pensar, estamos hablando de la sutileza del
pensamiento, no de lo básico elemental.
En esta última inferencia entramos unos cuantos (millones?) de
seres que alegremente andamos respirando por la vida, soñando,
reproduciéndonos, gesticulando, deambulando, con los ojos bien
abiertos pero dormidos (no es lo mismo ver que observar) y así…
hasta que morimos.

ES AQUÍ donde hacen aparición las diferentes creencias al ver


al humano dormido. Ya en diferentes párrafos de antiguos libros
(llamados sagrados) pululan palabras y frases: ¡despertad!!- Estén
alertas-Estén despiertos!!- Por ejemplo, cuando Jesús va a orar antes
de su captura (traición) deja a sus discípulos solos y les dice algo
como: -Vigilad…estáis despiertos. - Y obviamente ellos se durmie-
ron. En realidad siempre estuvieron dormidos. El profeta no les ha-
blaba del mero hecho de no cerrar los ojos. Les estaba hablando de
despertar la mente, de discernir, de comprender, de tener conciencia,
algo que estaba muy lejos de ellos…como ahora de nosotros…
Como decía, las diferentes creencias ofrecieron ideas alterna-
tivas. Todas respetables y aplicables en su tiempo y espacio. Con
esto estoy diciendo, que ya cumplieron su cometido, pero hoy son
anacrónicas y hasta improcedentes. Las diferentes fantasías ya sea
en sus comienzos o en sus estertóreas promesas finales, no dejan
de ser fábulas, con sus mitos, liturgias y dogmas (fea palabra). Que
repito, es su tiempo y espacio debieron ser. Pero tal vez ya sea el
tiempo, desde nuestra humana y finita posición, de ver y aceptar las
realidades, que preferimos ignorar. Y darnos la oportunidad de la
duda y aceptar nuevos pensamientos o posibilidades, que siempre
estuvieron, pero fueron veladas o simplemente no permitidas, por
aquello de las herencias sociales culturales, que se nos hace carne.

-Hay un dios y tenemos un alma inmortal- Fueron las primeras


fijaciones que me fueron otorgadas. Y jamás me dieron la posibili-
dad de disentir porque no corresponde y porque es así, como me lo

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decían. Si no hay nada más obvio que aceptar la existencia de dios
y un alma (solo una) inmortal.
Que a la postre es lo que nos diferenciaría del resto de los ani-
males. Porque ellos, no tienen alma y al no ser racionales, tienen la
suerte de carecer de dioses. Sin embargo los humanos, que si somos
racionales, porque a través del cerebro podemos pensar y razonar,
nosotros si tenemos dioses y además somos inmortales, porque
tenemos alma. ¡Qué tal esa parte!!

Como ya lo comenté antes, hay una situación, que algunos es-


pecialistas y pensadores, establecen como congénita y/o genética,
en el humano, la necesidad de creer en ALGO superior. Particu-
larmente prefiero la idea que va por el lado de la herencia recibida.
Y esto ocurre a través de los tiempos, con más o menos vehe-
mencia. Es interesante ver como el humano tiene miedo a no tener
dios/es. No sabría qué hacer, ni para dónde ir. Se desorientaría y
hasta podría entrar en pánico si no los tuviera. Es habitual incluso
que personas creyentes, dejen sus creencias, pero inmediatamente
toman otra, nunca dejan de tenerlas, es como tener pago el seguro
del auto. (No vaya a ser se muera y no esté asegurada) Suena paté-
tico pero es así.
Si vemos al ser humano, como un ser imperfecto, que busca obs-
tinadamente la perfección, en vez de aceptarse como tal; es lógico
pensar que este deseo lo lleve a suponer que la perfección, existe
más allá de él…es decir en sus dioses.
Nunca estaremos conformes, somos seres insatisfechos, por
nuestras limitaciones, por los deseos; pero lo que en el fondo nos
conmueve y nos convierte en seres dolientes, es saber que todo lo
que nos ocurre inexorablemente tiene un fin, por nuestra finitud.
En determinado momento, nos damos cuenta de esto. Y aunque
no estemos pensando todo el tiempo o simplemente finjamos que el
tema no nos incumbe…muy dentro nuestro está la espina clavada,
el sabor insulso de la partida. Y esto se irá acrecentando con el paso
de los años, cuando uno percibe que queda más vida que tiempo…

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No es casual, que este intento de ensayo, surja ahora, pasando
los sesenta. Cuando estadísticamente tengo más vida que tiempo.
Nadie acepta con donaire y benigna resignación la posibilidad
de morir. Quien dice eso, se miente, nos miente. No nos engañen, ni
nos dejemos engañar. Nadie quiere morir.
Aún, el enfermo terminal lucha y se aferra a cada instante y
daría lo que fuese por no morir. No seamos hipócritas, la certeza de
morir nos perturba, nos jode, nos caga la vida. Y no solo el hecho
en sí, que sabemos inexorable. Sino el saber que siempre, en cada
instante, está la posibilidad.
El mismo Profeta lo expresó cuando fue a orar, antes de su cal-
vario. Porque si bien él podría (o no), saber lo que vendría. Y tra-
tando de ser lo más amplio posible sobre sus capacidades y dones,
básicamente era un ser humano. Y como tal tenía miedo, no deseaba
morir. Por eso el autor pone en su boca: ¨- Padre, aleja de mi este
cáliz…mas no se haga mi palabra, sino la tuya. ¨
Aquí aparece lo inapelable, el temor a la partida. La eterna insa-
tisfacción del ser humano con lo que llama destino, no con el destino
en sí (porque todo es azar) sino con el irremediable y conocido final.

13. Sobre dudar y valorar presentes.

ESTOS ELEMENTALES pensamientos que de a poco puedo


ordenar y darle forma (al menos eso intento) me llevan a decir…Que
creo en un ser humano genuino, que no reniega de sus raíces, pero
con la suficiente capacidad para poder ser singular. Que transite el
nacer y morir, su vida, su finitud, con bases y fundamentos reales, no
con fábulas esotéricas y cuentos infantiles, que quizás fueron nece-
sarios en otros tiempos y espacio. Un ser humano convencido que no
ha venido para sufrir, que no le pese la vida. Que no se deje dominar
por la frustración que el consumismo habilita para los rezagados.

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Mi intención es jerarquizar al ser humano, tan devaluado y ma-
sificado por estos tiempos. Recuperar su SINGULAR, su ego, su
dignidad. No más el manso corderito que se deja llevar de un corral
a otro por el cencerro de turno. No quiero un ser humano, NO HU-
MANO. Quiero un ser humano trasgresor, pensante, con capacidad
de revelarse cuando un atisbo de duda aparece en su pensamiento.
Que no acepte nada sin antes comprender. Que pueda comprender
que todo pasa en su cerebro. Que sin él no hay emociones, no hay
alma, no hay espíritu, no hay dioses. CON EL CORAZON SE VI-
VE…Y CON EL CEREBRO SE EXISTE.
Quiero un ser humano que pueda vivir con romanticismo su im-
perfección. Que se acepte como es, vulnerable, frágil, expuesto a la
contingencia a cada instante, diverso, felizmente imperfecto. Porque
la perfección aburre. Con los pies en la tierra, que lo vio nacer y lo
verá morir. Que no le tema al concepto de la partida. Que trate de
comprenderlo y que lo enfrente con dignidad para él y su descenden-
cia. Que no adolezca su tiempo, que es lo único que tiene. Deseo ver
un ser humano decido, a experimentar plenamente su paso por esta
parte del cosmos,-los cobardes no hacen historia-. Que sea lo más
racionalmente animal que pueda. Y aunque sepamos que siem-
pre tendremos las valijas preparadas, porque estamos de paso Que
pueda vivir plenamente cada instante de su vida, sabiendo que pue-
de ser el último. Sin los miedos que se encargaron de inyectarnos
las diferentes creencias. QUIERO UN SER HUMANO LANZADO
AL ABISMO DE LA EXISTENCIA, EN LA INMENSIDAD DE
UNA NOCHE ESTRELLADA…

La naturaleza es dinámica, cambiante y nosotros somos parte de


ella (mal que le pese, (a la naturaleza)). Así pues debemos manejar-
nos, no todo está dicho, no hay verdades absolutas, solo instantes.
Pensaba también en aquellas personas que no les interesa el
tema de la muerte, su muerte. Tendrán sus motivos (heredados) para
tener esta postura. De todas maneras no me imagino a alguien leyen-
do un libro, yendo al cine o al teatro, sin importarle como terminaría

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la historia o el final de la obra. Sería desperdiciar el tiempo, leer
sin comprender, mirar sin tratar de entender. Digamos que no sería
una actitud coherente, un sin-sentido. Algo que no estaría acorde a
una actitud humana. Nadie que va a un cine y se despreocupa de
antemano por el final de la película (salvo que por algún motivo se
retire antes…).
Los seres humanos somos alentados a desperdiciar el tiempo,
tratando de esquivar neciamente la idea del final, como algo que no
nos preocupa, que está lejos…porque los demás mueren, yo toda-
vía, no…
Solo intento que podamos vivir plenamente cada instante de
nuestra breve-larga existencia. Somos cuerpo y mente y el tiempo
que tenemos. Nada más…y nada menos. No desperdiciemos nues-
tro capital en banalidades y démosle a nuestro tiempo, que es vida,
la importancia que debe tener. Es una forma de respetarnos y de
que tenga sentido el paso por estas tierras. No gastemos energía en
las pequeñeces diarias, ni intentemos responder a las banalidades y
miserias humanas que también existen. Apuntemos alto, revalori-
cémonos como seres individuales. No temamos el final, tengamos
un concepto claro del mismo, con los pies bien sobre la tierra, de la
cual venimos y a la cual volveremos. Disfrutemos el ahora, estando
abiertos y despiertos a las contingencias. Que nuestra vida no sea
una eterna añoranza de mañanas.
Que el trabajo no sea la prioridad, no vivas para trabajar, sino
todo lo contrario. Disfruta lo más que puedas, no hemos venido a
sufrir. Nada como el tiempo compartido con tus hijos, con amigos.
Sácate los temores que heredaste en cualquiera de sus planos y per-
mítete estar sobre la hierba mirando el cielo como cuando niño.
Libérate de la culpa de estar siempre cumpliendo responsabilidades.
No estés siempre a derecho o a rigor de leyes. Si algo no te conven-
ce…duda...duda y duda. Acá estamos para dudar y transgredir. NO
todo está dicho ni mucho menos. Y si bien no todo lo anterior fue
falaz, tampoco lo fue verdadero. Como dije ya antes, ya no más
mansos corderitos tras el cencerro de turno.

53
No vivas de prisa, que estar apurado no significa vivir más, sino
acumular insatisfacciones. Deja que la existencia te sorprenda y tal
vez el proceder ante lo imprevisto, sea el sentido de la vida…
VIVAMOS CADA INSTANTE EN PLENITUD COMO SI
FUESE EL ULTIMO, CON LA SABIDURIA QUE NOS DARÁ
EL CORAJE Y LA DIGNIDAD QUE NOS MERECEMOS, EL
UNIVERSO NOS CONTEMPLA….

No esperes a que la parca te roce para recién valorar tu vida, tus


tiempos y espacios. Hazlo antes. No esperes a suplicar por un poco
más de tiempo, cuando percibas la posibilidad de la partida. Respeta
tu tiempo, valoriza tu existencia, no te dejes arrastrar por el devenir
cotidiano. Piensa y vive tus presentes, se consciente lo más que pue-
das. Defiende tu singularidad que es darle sentido a tu vida.

14. Sobre evoluciones y transiciones.

OBSERVAR a la gente en los noticieros de televisión, solo mi-


rar sus rostros, sus expresiones, sus actitudes, puede llegar a ser las-
timoso. Ver a todos reclamando a gritos, en masa, por las diferentes
contingencias que ellos suponen no merecer. Allí contemplaremos al
ser humano denigrado a la máxima expresión.
Lo llamativo de los noticieros, es que invariablemente nos
muestran tragedias, miserias humanas, catástrofes. Donde el factor
común siempre será la muerte. Y allí pues quedarán las personas
atónitas observando su paso, con la mirada perdida, tratado de com-
prender lo inexplicable (porque nunca podrá concebir la idea). Es
llamativa la expresión del ser humano ante la presencia de un seme-
jante sin vida. El rostro se transforma, las expresiones se desvane-
cen, la mirada queda en un punto. La mente se bloquea y muy dentro
suyo, está diciendo…pude ser yo.

54
Cabe preguntarse, si a la mayoría no le interesa hablar ni pensar
sobre la muerte, porque todo el tiempo la están nombrado y tenién-
dola presente, para luego quedarse paralizados viéndola pasar, con
esa expresión atónita inconfundible.

Podemos conjeturar como decía al principio, que el ser humano


de a poco fue teniendo noción de su finitud. Apenas un par de miles
de años supongo. En la medida que su intelecto fue en aumento y
fueron creciendo sus vínculos y afectos, también empezó a padecer
las ausencias. Ahí comprendió que es vida y que no.
Nunca entenderé la existencia de cementerios, esa necesidad de
recordar dolor y sufrimiento. El humano rinde culto, a aquello de lo
cual no quiere pensar ni ponerse a elucubrar, lo inexorable. Es lla-
mativo y desilusionante ver como desfilan por esos lados llevando
flores y presentes, patético. Me inclino por el recuerdo de los gratos
momentos, que nos dejaron quienes partieron antes. Es una forma de
sumar, que seguir sufriendo resta.

Con el trascurso de los tiempos, se fue evolucionando en algu-


nos aspectos, el sol dejó de ser un dios, la tierra dejo de ser plana,
descubrió la penicilina, viajo al espacio, comprendió que segura-
mente no era el único habitante del universo. Y así hasta la actuali-
dad, llamada por algunos posmodernismo, con su despegue científi-
co y computarizado. Ya no se puede ocultar información, lo que pasa
en el mundo lo ves en vivo con un aparatito en la palma de tu mano.
Sin embargo de lo inexorable no se habla. Aunque vivamos ro-
deados de información sobre la ella, ya sea la del vecino, del último
asesinato en la ciudad, o de una explosión que ocurrió al otro lado
del mundo. Vivimos inmersos en un halo de muerte que de alguna
manera nos acontece diariamente. Sin embargo no nos atrevemos a
considerar el tema. Hablamos de las cosas más atroces de las que es
capaz el ser humano, pero de ESO no se habla. Prefieren dejárselo
para que sea tratado por los especialistas…las religiones. Ellas se

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encargarán de aclararte el tema, infundirte temores y al final si cum-
plís sus preceptos, iras al cielo y serás feliz por siempre.

CUERPO-MENTE y tiempo es lo único que tenemos cuando


aparecemos en la calesita que no tocó en suerte. El tiempo es un
concepto que el ser humano de a poco fue comprendiendo. De eso
se trata, de comprensión.
El tiempo es vida. Sin vida (racional) no hay tiempo. Es una idea
que se comprende por la finitud del ser. Tiempo, es recorrerla, tran-
sitarla. La vida racional es tiempo. Es vivenciar el concepto. Por ello
los seres irracionales son inmortales, porque no perciben el tiempo,
ni el concepto de la muerte.
Quien percibe su presente, vive su tiempo, existe. Para darte
cuenta de tu existir, debes estar presente, vivenciando lo más posible
cada momento. Aquel que no piense, existe pero no se da cuenta.
Y no entenderá el concepto de lo singular. Solo habrá sido un ser
dormido. Pero esto también es puro azar.
Algunos pensadores llegan a la conclusión que eternidad no es
sinónimo de inmortalidad, sino de carencia del concepto de tiempo.
El tiempo no existe en sí mismo, es la transición entre principio
y fin. Nada menos eterno que el tiempo, el tiempo es vida y vivir
es darse cuenta, estar presente, es inicio y final.
Alguna vez escuché que el vino tampoco existe, sino que es la
transición entre la uva y el vinagre…

15. Sobre dormilones y la pedagogía del azar

DORMIR es una palabra, un verbo, para mi muy especial. ¿Qué


es estar dormido?, cuando hablamos no del mero hecho físico. Ha-
blo de estar adormecido, en algunos casos de no haber despertado
nunca. Hay seres que nacen y mueren sin haber despertado, es decir

56
no se dieron cuenta jamás de su existencia. Estos son apenas unos
cientos de miles de millones de personas.
Importantes pensadores, no es mi caso, ya trataron este tema con
amplitud y eficazmente. Ellos hablan de seres que actúan mecánica-
mente, autómatas. Seres que hablan, se alimentan, se reproducen, for-
man familias, eligen presidentes, manejan autos y finalmente parten
sin haberse percatado de nada. Y esto que suena cruel, es así. Con solo
mirar un noticiero en la televisión, se tendrá un paneo de esta realidad.
Allí se ve, la verdadera representación de las clásicas series americanas
sobre zombis, con la que nos vienen martirizando desde hace años.
Y esto inevitablemente tiene que ver con el AZAR, con respecto
a la suerte que hayamos tenido en relación a la herencia (gramati-
cal-social) que nos tocó. Recordemos que aparecemos en una calesi-
ta que ya está girando, no podemos elegir otra, debemos pues adap-
tarnos a ella. Y hay muchos tipos de calesitas, las bellas y modernas,
viejas y vetustas, algunas apenas andan, otras se caen a pedazos y
también hay calesitas paradas, que ya no giran, que están inmóviles.
Es el mismo azar que recorre nuestra existencia sin contem-
placiones en cada situación-consecuencia-causalidad, que nos toca
vivir. Toda nuestra vida es azarosa. Creemos conocer algunas Leyes
Universales que nos atraviesan, pero en realidad en ese tema esta-
mos recién entrando en un jardín maternal.
Las Leyes Cósmicas traspasan nuestro planeta y a todos los
seres que lo habitamos. En ese sentido no hay diferencia entre una
hormiga y el ser humano.
El azar es cósmico y me parece que con nuestro intelecto no lo
podemos comprender, por eso es azar.
Abrimos la puerta en la mañana y al pisar el césped aplastamos
(sin darnos cuenta) un par de hormigas. En lejanos espacios cósmi-
cos se encuentran energías y estas quizás puedan llegar hasta nues-
tro planeta, atravesarlo y seguir su curso. Y en la televisión veremos
como un huracán arrasó ciudades enteras, llevándose todo a su paso,
seres humanos y hormigas.

57
Está claro que no somos el centro del universo.
Así también podemos comprender que ciertas ideas y conceptos
que manejamos son, digamos… de cabotaje. El bien y el mal tan
usado por estos lares. Usado y manipulado. No tiene ningún sus-
tento universal sino que es parte del todo. No hay un mal o un bien
cósmico, sino que el concepto forma parte del cosmos. Como decía
el pensador prusiano –El bien y el mal. Son prejuicios de dios…-
Esa calamidad que le ocurrió a la hormiga (cuando la pisamos)
no era un mal…era parte de…Lo mismo que una catástrofe o el
hecho más aberrante cometido por un ser humano. Y esto no es con-
validar lo que nosotros llamamos crímenes. Simplemente tratar de
entender aquello, que se nos hace incomprensible.
No podemos evitar ver la existencia, sino a través de nuestras
capacidades, pero en tanto y cuanto estas capacidades, (inteli-
gencia-intelecto-emociones y las otras que poseemos y descono-
cemos) sean más desarrolladas, la PERCEPCION y por ende la
COMPRENSION será totalmente distinta.
Me parece que concepciones como: bien-mal, justo-injusto-nor-
mal-anormal-, por citar algunos, solo pueden tener algún tipo de
valía aquí, en nuestro planeta.
Suponer o creer que el universo se rige por nuestras medidas y/o
percepciones, puede llegar a ser una fuerte apuesta a la ignorancia.
El todo, el cosmos, el universo, nos es incognoscible, inasequi-
ble y en las actuales condiciones socioculturales y psicológicas es-
tamos cada vez más lejos de su comprensión.
Mientras las nuevas pedagogías no nos impulsen a ser irreveren-
tes, con las concepciones que pueden llegar a ser objeto de dudas, el
sueño será profundo.
Contemplemos el Todo desde nuestra óptica, pero conscientes
de que es una mirada parcial, subjetiva y en algunos casos temeraria,
pero no absoluta. Como dirían los pajaritos que intentaban apagar el
incendio con sus piquitos…es lo que podemos.
CON el corazón se vive, con la mente se existe.

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16. Y…de carne somos.
CREO que por estos tiempos, ya tenemos claro que no somos el
centro del universo y por ende que no somos los únicos seres ra-
cionales existentes. Hay posibilidad de que existan seres superiores
y / o inferiores, pero esto no confiere que sean o seamos deidades.
Solo nosotros estamos ávidos de dioses, vaya a saber por cuál de las
tantas razones ya conocidas y algunas mencionadas en este intento
de ensayo. Mas las que aparecerán en futuro, al menos eso espero.
La posmodernidad que transitamos, se nos ha venido de gol-
pe. Nos avasalla, nos impele impunemente. Y no supongamos que
forma parte de algún plan macabro pergeñado por mentes siniestras
en centros ultra secretos. Intento decir que la masificación y la con-
siguiente destrucción de lo singular, a través de los productos de
consumo, no es el objetivo de una corporación, sino su CONSE-
CUENCIA.

Solo estamos en presencia de la trilogía: situaciones-conse-


cuencias-causalidades. Todo lo que nos ocurre en nuestra vida será
producto de esto. Y este coctel, por llamarlo así, tendrá siempre dos
ingredientes básicos, dinero (o su equivalente de acuerdo a la épo-
ca) con toda su carga conceptual que otorga poder. Y de allí la ma-
nipulación, dominancia y el deseo inacabable y constante, casi en-
fermizo, de mayor obtención del mismo y el sexo, con propiedades
sorprendentemente muy análogas. Aunque nos cueste aceptarlo…
muy adentro nuestro y a pesar de los grandes pensadores, las gue-
rras, las miserias, los inventos y descubrimientos, las comunicacio-
nes, las teorías y suposiciones más acertadas y/o descabelladas, EN
TODAS LAS SITUACIONES, que nos acontecen, siempre habrá
uno de estos dos componentes. Suena cruel, infantil y hasta desilu-
sionante…pero es así.
Las grandes corporaciones que crean necesidades y tendencias
para producir nuevos deseos, lo hacen solo para obtener ganancias
económicas. No obstante, las decisiones que tomen cualquier man-

59
datario/a, un alto funcionario/a, dueño/a o gerente/a de una compa-
ñía, por citar algún ejemplo, serán atravesadas por el sexo y esto que
pareciese muy rebuscado o simplista, créanme que no es así.
Y no nos vayamos muy lejos, cuantas veces nos hemos levanta-
do de mal humor por este motivo. Debiendo nuestros hijos, herma-
nos, compañeros de trabajo, alumnos, pacientes, clientes, padecer
nuestra frustración o por el contrario nos mirarán sorprendidos por
nuestro humor y jovialidad cuando Eros, Cupido y Afrodita fueron
oficiosos con nosotros (metáfora pura) la noche anterior.

Así en lo micro como en lo macro será el comportamiento del


ser humano, el poder (dinero) y el sexo, estarán presentes en cada
acto de su vida. Él responderá a cada situación que se le presente de
acuerdo a como esté posicionado en estos dos aspectos y sus repues-
tas serán las consecuencias, que a su vez serán las causalidades de
nuevas situaciones.
Y cada pensamiento que emita estará influenciado por estas dos
premisas, poder y sexo. Dependiendo claro de la herencia socio-cul-
tural que le haya tocado en suerte. Los pensamientos más sublimes,
simples, retorcidos, innovadores, altruistas, infames, miserables,
lógicos, pragmáticos, religiosos, aberrantes, indignos, crueles, lúci-
dos, geniales, optimistas, ingenuos, maliciosos, todos absolutamente
estarán atravesados por ellos. Y no digo que esto esté mal o bien (no
uso esa ambigüedad), solo infiero que el ser humano es así, aunque
parezca una reducción a la mínima expresión.
Quizás nos cueste aceptarnos, como seres racionales, limitados
y emocionalmente dependientes de virtudes no racionales, el sexo
y el poder (la fuerza). Es aquí donde la brecha entre ser racional
(humano) e irracional (animal) se hace imperceptible.
Cabe aclarar que cuando digo seres racionales limitados, me re-
fiero en relación a las certezas de sus razonamientos. En cuanto a las po-
sibilidades de sus imaginaciones obviamente los límites desaparecen.

60
17. La fama es puro cuento.

CUANDO VEO el crecimiento de la tecnología y en especial de


las comunicaciones, algo que realmente recién estamos aprendiendo
a manejar. Me permito imaginar dentro de unos años volviendo a los
viejos celulares, con los cuales solo podamos comunicarnos y sacar
alguna fotito.
De todos modos este crecimiento tecnológico me permite ver al
instante al otro lado del mundo. Allí me encuentro con otras culturas
y otras situaciones en el acto. Lo que me llama poderosamente la
atención es la necesidad y el deseo de ser famoso (conocido), como
meta, que millones de personas tienen en común. Y esto obviamen-
te es incentivado por las diferentes redes sociales y programas de
televisión. Allí observo la necesidad de ser reconocido y ser querido.
Supuestamente esto le conllevará a tener dinero y ser feliz. Lo que
no me queda claro es que se ofrece, que habilidad, que don, que
maestría,… para lograr ser famoso o reconocido. Y quizás esto im-
porte poco, digamos que no es el fin. Al menos para los anunciantes,
para mantener expectante a una platea de millones, mientras ven
como una persona se expone hasta el ridículo en pos de eso. O quie-
ren que hablemos de las nuevas ideas y pensamientos profundos de
los youtuber…por citar algo.
Lo que sea con tal de ser famoso y querido, seguido por otras
mentes, tan brillantes como las de aquel.
Pero lo que más me interesa recalcar es lo no singular del ser
humano. Como puede querer ser famoso alguien que no sabe quién
es. Ni lo intenta saber, digo más, no tiene la remota idea de lo que
es. Ni se le cruza el menor atisbo de quien pueda llegar a ser. Solo
quiere ser reconocido, famoso e importante. Aunque nada amerite
para que lo sea. Y así se manejan miles de seres humanos, muchos
de ellos jóvenes y esto ES PREOCUPANTE.
Una vez más el rol de los EDUCADORES, aparece en el hori-
zonte como la posibilidad de crear despertares.

61
18. Sobre la moral que nos inhibe.

NO HACE MUCHO miraba azorado como un especialista en


neurociencia, eminencia en estos lados, en especial por la claridad
de sus conceptos y con una exitosa y notoria vida pública, quedaba
expuesto a una encrucijada moral, cuando el periodista le pregun-
ta-…- ¿y después de la muerte…qué? - Ahí veo en su rostro una
expresión ambivalente, él sabía que miles de personas lo estaban
observando y su respuesta lo expondría. -¨Desde el punto de vista de
la ciencia…nada¨- expresó con cierto temor. ¨Desde lo religioso se
lo puede ver con otra mirada-¨
El periodista lo empuja…- ¿Y ud. qué piensa??- Nuevamente
cara de ambivalencia y responde algo así como¨- Ahí es donde ten-
go mis contradicciones, yo soy hombre de ciencia, pero a la vez he
sido criado bajo un manto cristiano, es decir fui cristiano antes que
científico…¨
Solo él sabrá los motivos de su respuesta, que lo dejaba expues-
to, quiero suponer que estuvo ante una encrucijada moral que a los
hombres públicos suelen presentárseles. Tal vez si hubiese respondi-
do…¨-después no hay nada, es lo que yo pienso-¨ Probablemente la
siguiente pregunta hubiese sido…-¨ ¿y entonces dios???-¨ Y ahí sí,
habría entrado en un problemita mayor para explicar, ante miles de
personas que lo admiran y respetan; pero que no estarán dispuestos
a negar conceptos muy gravados, al punto de considerarlos indiscu-
tibles.
No tengo duda, que en la mesa de un bar, la respuesta hubiese
ido por otros carriles. La moral suele jugarnos esas pasadas.

UNA VEZ MÁS vemos como inevitablemente la certeza de la


muerte va apareada a la idea de dios y por ende a las religiones. Una
va de la mano de la otra, la una creó a la otra, coexisten. Una es real,
la otra ficción.
Hay quienes piensan que el humano nunca tendrá comprensión
del concepto de la muerte. Lo sabe, lo entiende, pero no lo comprende.

62
Sería antinatural –contra natura- comprenderlo. No es lo mismo acep-
tarlo, entenderlo, a COMPRENDERLO, la comprensión es otra cosa.
De esta manera vivimos siempre al borde de una delgada línea,
que no nos atrevemos a pasar. Siempre al límite de lo incomprensi-
ble, la comprensión de la muerte, el dejar de ser, dejar de existir. Y
quizás, esta incertidumbre que nos deja perplejos y expuestos a la
nada, al sin sentido y nos desequilibra, sea el embrión de locura
que todos llevamos dentro. El borde, el límite, la barrera, esta an-
gustia que llevamos de por vida y que hemos descubierto a partir de
entender (no de comprender) que somos seres finitos.
Debemos aprender a reconocernos, a recordarnos, es decir vivir
presentes. Quizás esto, nos podrá procurar cierto sentido a nuestro
pasar. Logrando, por instantes, sacarnos el agobio que nos produce
lo incomprensible de la finitud.
Mirémonos, literalmente, frente a un espejo. Observémonos, fi-
jemos la mirada en la profundidad de nuestros ojos…Será como ver
más allá, como vislumbrar los pensamientos. En esos instantes es
imposible mentirnos…y allí en lo profundo de tu mirar puede que
veas un brillo casi imperceptible, que se mueve de un lado a otro…
es ni más ni menos que la incertidumbre…el embrión, que tenemos,
desde que advertimos, que hay principio y fin.
Así pues, tal vez, el estar en presente, te hará merecedor a cier-
to sentido, a tu fortunio de existir…

19. Lo imprevisto y los adoctrinamientos.

Cuando niño llegó hasta a mí un poema de Conrado Nalé Roxlo,


que me hizo emocionar, no sabía bien por qué. Debieron pasar
muchos años, el poema me siguió esperando y mágicamente volvió
a aparecer…

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Lo Imprevisto
Señor, nunca me des lo que te pida.
Me encanta lo imprevisto, lo que baja
de tus rubias estrellas, que la vida
me presente de golpe la baraja
contra la que he de jugar.

Quiero el asombro
De ir silencioso por mi calle oscura,
sentir que me golpean en el hombro,
volverme, y ver la faz de la aventura.

Quiero ignorar en dónde y de qué modo


encontraré la muerte. Sorprendida,
sepa el alma, a la vuelta de un recodo,
que un paso atrás se le quedo la vida.

Lejos está en mi analizar literariamente este bello poema. Pero


salta a la vista el coraje del autor en el primer verso, donde se lanza
a enfrentar la contingencia de existir, sin ningún temor, ni amparán-
dose en falsas premisas o recetas pseudo filosóficas. Él dice acá
estoy este soy yo y me banco lo que venga, lo que sea y como sea.
Y no solo eso…tira por la borda todos sus deseos (eso si
es coraje) los ignora ni siquiera pide por ellos, se desapega. No
le teme a nada, es más, anima a su Señor, a que no considere lo que
su moral alberga. ¨Nunca me des lo que te pida …¨
Y en el último verso se da el lujo de ignorar lo inexorable….
Esto es un acto sublime que solo quienes logran VIVIR PRESEN-
TES y deciden tratar de estar despiertos, pueden lograrlo. Y quizás
sean, quienes pueden llegar a justificar y dar sentido su paso, por
este lado del Universo.

NO ES LO MISMO tener conciencia, que ser consciente. Nor-


malmente cuando hablamos de la conciencia, hacemos referencia

64
a los estados de remordimiento que suelen acosarnos cuando su-
ponemos no haber actuado como las normas de moral de nuestro
ámbito lo ameritaban. SER CONCIENTE, es otra cosa, nadie ES
CONCIENTE todo el tiempo, sería imposible, son estados muy pe-
queños a los que puede llegar el humano. Para ello debe DARSE
CUENTA, vivir presente cada instante. Para lograr esto el humano
deberá aprender a recordarse y a comprender (de comprensión).

NO MUCHO TIEMPO atrás, me decía un amigo que gentilmen-


te había aceptado leer este bosquejo de ensayo…--tiene sus cosas,
pero que miedo le tenés a la muerte…- . Y el comentario me hizo
pensar que quizás no estaba sabiendo expresar con palabras (algo
habitual en mi) lo que realmente intentaba decir. Y si bien tanto la
escritura como la lectura de la misma y su consiguiente interpreta-
ción son subjetivas, me gustaría aclarar este punto.
Tener una idea más o menos coherente del concepto de la muer-
te, no va evitarla, ni tampoco te garantiza una vida mejor y plena.
Pero tal vez ayude a valorar y respetar mejor cada instante, vivir pre-
sente, disfrutar las contingencias, quizás por allí pase el sentido de la
transición que nos atraviesa. Es un no desperdiciar lo más preciado
que tenemos….el tiempo.
Sobre un promedio de vida de 90 años siendo generosos y para
redondear el cálculo, dormimos 30 años, literalmente; 20 nos pa-
samos recibiendo información (educación) donde se nos moldea el
intelecto, se nos recortan las alitas, y se nos tira toda la herencia
social y gramatical que nos ha tocado en suerte. Los últimos 10 años
vienen de yapa y no se nos puede pedir grandes logros. Hasta aquí
llevamos 60 años…y nada propio, muy pocas ideas. Los 30 que que-
dan por lo general se pasan en estado de ensoñación siendo esclavo
de los deseos y las diferentes vicisitudes cotidianas que nos hacen
creer que somos el centro del universo.
Cuando suponemos tener uso de razón, en realidad seguimos
dormidos ya que solo nos manejamos con la parte más elemental del

65
pensamiento, puesto que solo respondemos a los mandatos que nos
fueron entregados por las herencias recibidas.

No me es fácil expresar en palabras algunos conceptos que sue-


len rondarme, sobre todo aquellos que pueden herir susceptibilida-
des. Yo también recibí una herencia social-gramatical y soy produc-
to de ella, tal vez con algunas modificaciones que surgieron por el
trascurso del tiempo y un poco de azar, de eso se trata.
También creí en la idea de dios y los dogmas cristianos, rece el
padrenuestros, el ave maría, el tremendo credo, con todo su con-
tenido dogmático. Y recuerdo especialmente una hermosa y dulce
oración que rezábamos a la mañana y antes de dormir…

Yo confieso ante Dios todopoderoso


y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.

Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa(*).

(Mientras se dice por mi culpa... se golpea el pecho tres veces)


(*)

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,


a los ángeles, a los santos
y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

Sin palabras… ¿no???... tenía 8 o 9 años, una aberración total,


una violación despiadada a la incipiente comprensión de un niño.
Cuánto daño se ha hecho en pos de ideas y creencias totalmente
ilusorias, inyectando en las mentes de niños conceptos nefastos y
condicionantes…pecado…culpa, gran culpa, siempre virgen, dios
nuestro señor…
Hoy veo crecer a mi hijo y con todos los defectos y virtudes que
también recibe como herencia de mi parte, trato de tener muchísimo

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cuidado en estos conceptos, que la mayoría da por válidos (hablo de
culpa, pecado, dios nuestro señor, vírgenes, ángeles…) ya que, con
solo manejarlos dentro del vocabulario habitual, es una forma de
darle validez.

20. La imaginación me fascina


SUPONGAMOS, que podemos poner a dos seres humanos re-
cién nacidos en una de isla, en la cual ellos habiten solos, desde su
nacimiento. Allí solo recibirán comida y líquidos para su subsisten-
cia, pero no tendrán otro contacto de ningún tipo con otros seres
humanos. Vale decir que crecerán solos en ese lugar, dejo al libre
albedrío y mejores imaginaciones, las formas y los modos de llegar
a este estado.
El abanico resultante de esta situación es inmenso…en mi caso
solo me atrevo a suponer que estos seres no padecerán la IDEA de
dios.

OTRO médico, especialista también en neurociencia, comen-


taba hace poco, que la religiosidad o lo que llamaríamos el motor
que impulsa al hombre a creer en dios, se aloja en una parte del
cerebro, y lo mostraba en una réplica del mismo mostrando el lugar
exacto donde esto sucedía.
Sin entrar en disquisiciones científicas, debido a mi precariedad,
me inclino más a pensar que la IDEA de dios surge en su mayor
parte debido a la herencia social que recibimos. El concepto de lo
divino y sus correspondientes fantasías llega a nosotros apenas
abrimos los ojos. En nuestro caso quien no ha rezado de rodillas an-
tes de acostarnos, para agradecer al señor; todos teníamos un ángel
de la guarda que nos protegía, vaya saber de qué, antes de dormir.

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Los mayores nos infundían los miedos y después nos otorgaban los
ángeles guardianes para protegernos de ellos.
Así, de ésta manera se produce el proceso de convicción que
heredamos, hasta que un día, sin saber por qué empezamos a creer,
es cuando la idea se hace carne. Y este concepto quedará grabado
en el interior del pensamiento, como una verdad absoluta y más allá
que después busquemos otros caminos y conozcamos otras religio-
nes o simplemente nos quedemos con la idea primaria y básica, la
idea de dios habitará en nosotros.
ES POR ELLO, quizás, que la mayoría de los seres humanos,
cualquiera sea su nivel cultural, nos dirá- soy creyente-.

La idea de dios, el concepto, es irracional. Debemos pues ser


muy cautelosos cuando escuchamos que el hombre es un ser emo-
cional que razona. Dándole supremacía a lo emocional se conva-
lida lo fantasioso, la creencia de lo divino, de seres superiores, de
otras vidas después de la muerte y de algo que llamamos espíritu
(alma) que trasciende y permanece.
Por favor relean nuevamente este último párrafo y sientan que
les dice su intelecto, cómo reacciona su ser...

De acuerdo a cada herencia recibida y al concepto de dios que


habita YA en nosotros habremos de reaccionar. Sea desde la nega-
ción, sea desde lo inversamente incomprensible (que sería la NO
idea de dios), sea desde el simple temor a morir, a dejar de ser,
siendo tal vez éste el principal motivo por el cual el ser humano crea
la idea de dios.

El Génesis de la Biblia comienza así:- En un principio creó


Dios los cielos y la tierra.
Queda claro que no hay ninguna opción sobre la idea de dios y
que se da por legitimado este concepto. Pues ya existía desde el prin-

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cipio. Esta primera frase, tan poco feliz, del libro deja mucho que
desear. Es casi una alabanza a la sinrazón a la ignorancia y un total
insulto a la incipiente capacidad de pensamiento del ser.

EL PENSAMIENTO, esa capacidad, que nosotros considera-


mos, nos diferencia de los otros animales que habitamos el planeta.
Por él, evolucionamos, al menos eso creemos. Por él existimos y por
él nos angustiamos cuando entendimos (comprender es otra cosa)
que somos seres finitos. Así también logramos gracias al pensamien-
to descubrir la belleza y podemos elegir lo que nos hace sentir bien.
Los estudiosos en el tema nos dicen que hasta hoy, hay 12 tipos
de pensamiento a saber…inductivo, deductivo, crítico, analítico,
creativo, divergente, convergente, synvergente, metafórico, concep-
tual, tradicional, interrogativo. Mañana aparecerán otros.
Gracias al pensamiento aprendimos a reír, a tener humor, a di-
vertirnos.
Dentro de las capacidades y posibilidades del pensamiento hay
una que puede ocasionarnos grandes satisfacciones y logros, como
así también mantenernos dormidos de por vida, la imaginación.
Nada más brillante que una mente imaginativa, motivadora de
nuevas experiencias. Hoy sabemos, por suerte, que todo lo que po-
damos imaginar, puede llegar a ser posible. La imaginación de los
científicos, de los sabios, de los creadores. Con la imaginación po-
demos llegar a prevenirnos de peligros. Y por ella podemos estar en
lugares y en situaciones que quizás nunca vivenciemos.
Pero cuando la imaginación se apodera de uno todo el tiempo,
nos lleva a un estado de ensoñación, de irrealidad. Nos anestesia la
existencia. Y hablo de la imaginación que se apodera del humano en
sus niveles más bajos. Los veo, en los trenes, en las calles, con la
mirada perdida, siendo fácil presa de pensamientos recurrentes que
aparecen todo el tiempo en la tv y las noticias.

Aquellos que son cautivados por los engañosos placeres de la


imaginación, difícilmente se den cuenta, que ya no tienen vida propia.

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Fijémonos en nosotros mismos…cuantas veces durante el día,
sin darnos cuenta, caemos presa de la imaginación y nos dejamos
llevar por ella y de pronto estamos pero no estamos, ella nos arrastró
hacia donde quiso. En esos momentos no estamos presentes, no
existimos. Así de simple.
Para los estudiosos del tema existen, por supuesto, una clasifica-
ción. (Al ser humano le encanta encasillar.) Así pues encontramos una
primera clasificación, en ese caso estaríamos hablando de imagina-
ción reproductora por un lado y de imaginación productora por otro.
Otra clasificación nos ofrece un abanico más amplio, acá la ima-
ginación sería: efectiva, intelectual, fantasía, empática, estratégica,
emocional, sueños y reconstructora (recordarse)
Estos conceptos me exceden obviamente, lo mío es más simple,
si la imaginación te abarca la mayoría del tiempo, no tendrás pensa-
miento propio, vivirás ensoñado, estarás dormido. Habrás desperdi-
ciado tu soplo de vida.

21.Ora Pro Nobis.

EN UNA PARTE del escrito hago referencia a la pertenencia. El


humano precisa tenerla. Necesita pertenecer y que le pertenezcan,
su pareja le pertenece, sus hijos le pertenecen. Su acto sexual es una
forma de sentir esta pertenencia, el otro ser en ese momento le per-
tenece y viceversa. (Algunos notables maestros pensadores, llegan
establecer que el acto sexual, en su climax, llámese orgasmo, es una
de las pocas veces que el ser humano se despega totalmente de la
idea de la muerte. Y logra trascender.)
Esa necesidad de tener pertenencia y a la vez pertenecer a algo,
pareja, trabajo, club, nación, raza, credo, nivel social, etc., le dará
validez a su existencia. Es su reaseguro de que ES, de que FUÉ y le
dará una vaga proyección de lo que tal vez será.

70
Pero también este sentido de pertenencia lo hará caer en la falsa
premisa, de que seguirá SIENDO…
ES AQUÍ donde nuevamente aparece el caldo de cultivo tantas
veces usado durante toda la humanidad, cuando los pícaros hace-
dores de la IDEA de dios hacen su aparición. Sin ningún tipo de
escrúpulos ni de piedad, desparramando bendiciones, culpas y fal-
sedades ideológicas a los cuatro vientos. Utilizando esto para sus
propios beneficios. Desvalorizando al ser humano, descalificándolo,
como si fuese un ser no apto para la existencia, es increíble como
las religiones han hecho tanto daño. Pareciese que su meta es crear
ejércitos de ovejas que caminan resignadas, esperanzadas, a caer
al abismo de la nada.
Cuidaos de los lobos disfrazados de ovejas- dice la Biblia y
es una frase que se aplica a ellos mismos.
Sois como sepulcros blanqueados- nunca mejor expresado,
esta otra frase del mismo libro, como dirían los curas, es un acto de
contrición perfecto.

NO CONOZCO religión que tome al ser humano tal cual es y


lo afirme en sí mismo, con sus aciertos y sus flaquezas. Que lo haga
mirar para abajo y hacia adelante, para que pueda ver sus pies so-
bre la tierra y el delante de cada instante. Que lo estimule a ser dig-
no. Todo lo contrario, lo hace mirar para arriba, implorante, como
que desde arriba (llámese cielo) vendrá un chorro divino de vaya
a saber qué y le dará luz y paz. Nunca un crecer, un intentar evo-
lucionar desde el pensamiento, el intelecto y la verificación. Es
menester crear lo intangible, lo misterioso, lo místico, el ocultis-
mo en su máxima expresión. Toda la existencia fuimos infectados,
hasta la actualidad, por farsantes ideológicos, eunucos mentales,
que siempre utilizaron sus predicas nefastas para la obtención del
poder y mantener las mentes subordinadas a ellos. Simplemente
relean la historia de las diferentes civilizaciones y tendrán la veri-
ficación de esto.

71
¿ES MUCHO pedir un ser humano, que se acepte tal cual es?
¿Que comprenda que su paso es breve y es solo eso? Que compren-
da que su existencia es azarosa y que no fue antes ni será después.
Es mucho pedir un ser digno, que tenga el valor de vivir presentes y
no esté esperanzado en fábulas y fantasías. Ya a esta altura debería-
mos darnos cuenta de algunas cosas.
Veo a los creyentes arrodillarse implorantes, cerrando los ojos
y elevando sus plegarias, deseando cosas, pidiendo ayuda para
sus vidas, porque no están conformes con la que tienen, cobardes e
hipócritas, dignifiquen la vida que les ha tocado, dejen de lloriquear
sus desventuras, con esa desmedida necesidad de dar lástima y pre-
tender que todo les venga del cielo, sean dignos. No mal gasten el
aire que entra en sus pulmones, gánense el espacio que les ha tocado
y defiendan su soplo de vida. Seguramente si su situación fuese bue-
na y en abundancia, no serían tan religiosos o creyentes, hipócritas.
Y están aquellos que oran o rezan por los demás… son los peo-
res, son los eternos observadores de las miserias humanas, arro-
gándose el poder de estar conectados vaya a saber a qué absurda
ilusión y se desgarran en su comodidad y confort pidiendo por los
demás. Pero nunca arremangarse y ponerse al lado del necesitado
que está en la esquina. Nunca dar todo por el otro, dan lo que les
sobra, lo que no afecte su patrimonio o comodidad. Basta con
mirar cómo viven las cúpulas de los referentes religiosos. Después
armarán diferentes ONG y miles de asociaciones de ayuda a los
más necesitados, pero obviamente sin comprometer su verdadero
poder y riqueza. Farsantes.
DESCREO firmemente del poder (desde la comodidad) de la
oración. Creo en la acción, en el hacer, en comprometerse desde la
actitud simple y llana. No creo en los personajes religiosos, cual-
quiera fuere su origen, que con los ojitos cerrados juntando sus cui-
dadas manos y haciendo mucha fuerza ayuden a nadie. Creo en arre-
mangarse y extenderle la mano al otro, tanto en lo material o en lo
psicológico, porque no somos todos iguales, dependemos desde el
vamos, del azar, como ya lo hemos comentado.

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22. La oración y el engaño van de la mano.
Está más que claro que la función de las diferentes concepciones
de la idea de dios (llámese religiones), no se nutre de seres nobles
y dignos, que se acepten con sus virtudes y flaquezas. Qué sentido
tendrían ellas si la mayoría nos aceptaríamos conceptualmente como
simples seres humanos que solo estamos de paso, por esta parte del
universo.
La función de ellas es y será crear seres temerosos, miserables y
débiles; con culpas que pagar, parias del universo; seres oscuros y
sin rumbo. Ellas se esforzarán y te harán comprender estas premisas
y después obviamente, te sacarán de las tinieblas. Las tinieblas y
dudas, que ellas mismas te hicieron creer. Así de simple y perver-
so funciona. Y como remate te prometerán vida eterna... El combo
perfecto.
NO SÉ en otros lugares, pero por estas partes, basta con prender
la tv después de medianoche y verán aparecer, cual hienas hambrien-
tas, surgir de la oscuridad las legiones de curas, pastores e ilumina-
dos de la más rancia especie. Al mismo tiempo verás aparecer en tu
barrio o donde menos lo esperes, un local alquilado con varias sillas
y una especie de escenario, donde cualquier personaje se decida a ser
portador de la palabra divina…Ya no importa el grado de prepara-
ción o discernimiento que tenga, es solo cuestión de decisión. En un
par de semanas, con asombro veras desfilar por su puerta los parias
de este mundo.
Aquí se evidencia el accionar de las diferentes ligas, por llamarle
de alguna manera, que intervienen en esto de embaucar a la huma-
nidad con la idea de dios. Por un lado la ortodoxia y el poder puesto
de manifiesto con la pompa y la historia de los grandes templos y
sus soberbios y ciegos sumos sacerdotes (digo ciegos porque no ven,
ni quieren, ni les interesa, la realidad) dueños de la verdad. Obesos
de soberbia y de la comodidad, que les da el poder, que a través de
siglos lograron poseer. Poder, que no están dispuestos a renunciar y
mucho menos a poner en tela de juicio.

73
Que para ello Pedro fue nombrado la piedra fundadora de la
iglesia judeo-cristiana.
Y por otro lado este pulular constante de los llamados pastores,
en lugares humildes, es la otra cara del mismo verso, saltamos del
lujo a lo básico, en todos los aspectos. Aparecerán en paupérrimos
espacios, trayendo la palabra salvadora a los necesitados que no tie-
nen acceso a los grandes templos y catedrales. Allí aparecerán con su
corbatita y canciones pegajosas los pastores celestiales acompañados
de sus esposas de amplia sonrisa y demostrando a todo el mundo lo
felices que son.
Por un lado el shopping celestial y por otro el mercadito chino,
también celestial, obvio.
De estas dos maneras se avanza en el concepto de la idea de dios,
es como un efecto pinza, tratando de aprisionar o captar adeptos. Y
como era lógico la liga menor, es la que más crece, porque los que
más necesitan, están cuasi obligados e impelidos a creer. Porque
debe haber algo mejor, que la vida que están llevando. Y ese dios del
cual les hablan, te está esperando para que seas feliz, ya sea en esta
vida o en la otra…Aquí la manipulación llega a su pico más alto.

ME PREGUNTABA el otro día si es lo mismo mentir que enga-


ñar. El hilo es muy delgado. Uno puede mentir y quizás le crean o no.
Engañar en cambio es esforzarse por que creas su mentira. Es más, se
puede mentir sin saber que se está mintiendo, por repetición o mala
información. El que engaña sabe perfectamente lo que está haciendo.
Vale decir que no siempre quién miente engaña, pero el que engaña
siempre miente.
Es aquí cuando hablo del ENGAÑO ORIGINAL, el más antiguo,
el más perverso, el que se ha hecho carne, aquel por el cual se matado
y se ha muerto, razón de la sinrazón de la especie, la idea de dios.
…Me acordé de una frase que tantas veces escuché de niño…
el verbo se hizo carne… Ahí, estaba el objetivo cumplido…la idea

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(el verbo-la fantasía, la fábula)) se había hecho carne. La gran falacia
universal se había hecho carne. (2)(1)

No soy de los que piensan que es preferible una falsa esperanza


a nada. Una esperanza es tal, si es real, posible, lógica, deducible, ra-
cional. Lo demás es solo deseo, fantasía, engaño, mentira manifiesta.
Hay quienes hacen de esto su modo de vida y eso por los tiempos que
nos acontecen, ya no se puede permitir.
Es peligroso creerse dueño de la verdad, pero mucho peor es ser
esclavo de la mentira.

23. La vergüenza y la insatisfacción.

HAY UNA SITUACIÓN psicológica que no se puede omitir y


que tal vez juegue un papel muy importante cuando hablamos de la
idea de Dios. No es fácil admitir que fuimos engañados y sobre todo
en lo más profundo de nuestro ser. Aquello que nos dijeron todo el
tiempo, lo que nos daba la base y la seguridad para manejarnos en la
vida, y no era tan así. Hay un cierto pudor entendible y lógico que
las personas adultas tenemos cuando descubrimos que fuimos en-
gañados o estafados. Por lo general tratamos de que no se sepa, nos
avergonzamos de nuestra credulidad, quizás porque se supone que
un adulto maneja cierta comprensión y razona. Pero no olvidemos
que el adoctrinamiento de este engaño original, sea del lugar que
fuere y adoptase la forma que sea, se viene pergeñando casi desde
el principio de nuestros tiempos.

(2)
En cristología, Logos (en griego, Λόγος; literalmente «Palabra», «Verbo»,
«Discurso» o «Razón») es un título de Jesús de Nazaret, que tiene su origen en el
prólogo al Evangelio de Juan

75
Las posibilidades del porqué de esta situación, son muchas su-
pongo y haría falta cierta capacidad y mucha dedicación para inten-
tar abarcarlas, ambas cosas carezco.
Vale decir nadie va a andar diciendo a los cuatro vientos fui
engañado y engañé a muchos haciendo creer y afirmando como
verdadero algo que llamamos dios y que tenemos un alma
inmortal y que ese ser nos mira desde el cielo y nos protege y
somos a su imagen y semejanza…
Y….es entendible.

SEGUN DATOS y estadísticas por el año 2019 que estamos


transitando, los habitantes del planeta seríamos aproximadamente
unos 8000 millones de seres. Imaginemos cuántos de ellos creen en
la idea de dios…es al menos… alarmante.
Permitámonos aceptar como posible que en otras partes del
cosmos, haya otros seres, otras existencias, tal vez incomprensibles
para nosotros y viceversa. Me pregunto, dada esta circunstancia, el
pensamiento sobre la idea de aquello, que los seres humanos llaman
dios, queda a la altura de un vuelo de cabotaje cósmico. Queda sin
sustento, se desvanece, muestra su precariedad y nos expone como
seres fantasiosos. Ávidos de perdurabilidad y deseosos de ser reco-
nocidos como inmortales en el Universo. Muy parecido a lo que en
la tierra llamaríamos ser famoso, no importando las cualidades que
nos lo permitan serlo. Y acá me suena la frase- Lo lamentable no es
ser necio, sino poner énfasis-

ME PREGUNTABA el otro día, el porqué de la insatisfacción


del ser humano. Dependiendo el ángulo de la observación aparece-
rán distintas respuestas. El individuo hará hincapié en sus falencias
más que en sus logros. En sus carencias, más que en sus tenencias.
Es por eso, lo del vaso-medio lleno o medio vacío- que tantas veces
se habló en la visión del humano.

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Fijémonos en los cómics o superhéroes creados desde los co-
mienzos a los actuales, esos súper seres imaginados por el hombre.
Ellos son justamente lo que el hombre no es. Sus poderes son los que
el hombre no posee. Daría la impresión que el ser humano añora ser
otra cosa. Desde volar, vista supersónica, fuerza ilimitada, cuerpos
elásticos, etc. Cómo que desdeña de sí mismo, se menosprecia, y
proyecta lo que quisiera ser.
Un súper héroe, lo es para los demás y accionará para sus con-
géneres. Él demostrará que es superior a ellos, y que es bondadoso y
los ayuda. ¿No les recuerda algo este pensamiento?
Nunca un superhéroe será un simple humano con capacidad
pensante, con sentido común, con criterio amplio. Hay que ser un
superhéroe para aceptarse dignamente con fallas y con aciertos.
Que mejor superhéroe que aquel capaz de aceptar la divergencia y la
diversidad. Eso es superhéroe por los tiempos que nos atraviesan. Y
un dato importante, ¿vieron que los superhéroes no son creyentes?
Saben porque no lo son…pues porque no son humanos…
Pero si escudriñamos un poquito más, veremos que hay un ras-
go, que tienen todos los superhéroes creados e imaginados por el
hombre…siiiiii… ése es. Los superhéroes son inmortales .Que es
lo que veladamente todos sus creadores nos proponen. No existe un
superhéroe, un comics que sea mortal. Imaginemos a cualquiera de
ellos, con la posibilidad de morir en cada historieta.
En el fondo el ser humano anhela esa posibilidad y por ello crea
ficciones de superhéroes con esa imagen. Ahora bien, si hilamos
más sutilmente caeríamos en la cuenta, que más que la inmortali-
dad, lo que el ser humano no quiere, es morir, que no es lo mismo.
Y quizás ese sea el verdadero motivo de la insatisfacción.

24. Cada vez somos más…(Cerrados).


VUELVO a resaltar que no creo que las religiones manejen
posturas erróneas en todos sus conceptos, supongo que no hay re-

77
ligiones que prediquen comportamientos nocivos. Si sostengo que
sus orígenes son fantasiosos e inconsistentes y que insultan la inte-
ligencia y la comprensión del ser humano. Por ende cuesta mucho
rescatar pensamientos nobles sobre bases inverosímiles y falacias
manifiestas. Si a esto le agregamos la liturgia y la parafernalia, se
complica aún más la solidez de sus ideas.
Por historia, una persona llamada Jesus existió, pero más allá
de sus nuevas ideas, para la época, que perduran en el tiempo, no
hay otra cosa que agregar. Todo lo demás es folclórico, agregados
innecesarios que debilitan su imagen. Y hablo de su nacimiento, sus
milagros, su muerte y posterior supuesta resurrección. Repito no
era necesario llegar a esos extremos imaginativos. Si en los tiempos
que nos toca seguimos intentando aceptar estas ideas, pues estamos
complicados.
¿Por qué será que ya no hay más profetas? ¿Por qué será que no
se ven más milagros, en el sentido lineal de la palabra? A veces uno
ve lo que quiere ver. Y si en ese contexto, aceptamos que el humano
vive, por y para satisfacer sus deseos, tendremos la explicación a
muchas cosas. Lo cual no las convalida, obviamente.

A ESTA ALTURA del ensayo y tratando de ordenar las ideas,


viene a mi recuerdo, alguien muy caro a mis sentimientos y su co-
mentario…-A mí no me interesan estos temas que cada uno piense
lo que quiere…-
Me decía interiormente que el objetivo se estaba cumpliendo.
Lograr que las personas nos interesemos someramente de la idea de
dios o creamos… despreocupadamente al igual que el concepto so-
bre la finitud del ser humano. Así pues estarán los que creen porque
sí pudiendo ser fanáticos o indulgentes. O aquellos que dicen creer
pero no ahondan en el tema.
Si uno tuviese bien en claro, con comprensión y entendimiento
el tema de la idea de dios y también lo concerniente a nuestro paso
efímero por esta parte del universo… sería muy distinto nuestro

78
comportamiento y nuestra forma de encarar la vida, nuestra vida. Tal
vez un poco más real, más humana. Menos hegemónica, más perso-
nal. Seríamos seres únicos y lo que es mejor, nos daríamos cuenta
de ello. Nos reconoceríamos como individuos reales con virtudes y
flaquezas, pero no estaríamos esperanzados en quimeras infantiles,
que no hacen otra cosa que desmerecer la esencia de cada ser.
Realmente no si logro bajar lo que realmente pienso, hablo de un
ser humano real y tangible. Con un principio y un final. Entregado
de la mejor manera al azar de la existencia. Existencia que no podrá
entender y la que deberá vivenciar de la mejor manera. Y en la que
será el producto de la herencia que le toque en suerte, como todo lo
que le acontece.
Situaciones-consecuencias y causalidades, esa es y será la con-
tingencia que nos contendrá, que nos abarcará, a nosotros, los seres
humanos.

ANTERIORMENTE hacía referencia a que éramos aproxima-


damente 8000 millones de habitantes en el planeta. Un dato esta-
dístico del año 2017, nos dice que por día nacen 373.000 personas
aproximadamente y mueren 155.000. Vale decir que por hora mue-
ren 6458 personas y 107 en cada minuto, el equivalente a casi 2
personas (1,80) dejan de existir por cada segundo. Aquí es donde
podemos llegar a tener un acercamiento a comprender la frase que
dice, que los números son fríos.
No sé si estos datos deberían alarmarnos o ponernos conten-
tos, por no ser parte de esta estadística, aún. Pero lo real es que
4.650.000 personas mueren en un mes, es un número. Y a su vez son
6.540.000 la cantidad de seres que aumentan la población mundial
en un mismo lapso. En base a estos números podemos sacar cálcu-
los y promedios, unos más interesantes e inquietantes que otros.
Imaginemos que una ciudad de aproximadamente 218.000 habi-
tantes aparece cada día en la faz de la tierra.

79
Asimismo, otros datos significativos nos dicen, que en el 1800
éramos aproximadamente 1.000 millones de personas, vale decir
que en 200 años hubo un aumento de más de 6.000 millones de se-
res. Se estima que para el año 2050 seremos unos 11.000 millones y
para el 2100 unos 15.000 millones. (En ninguna de estas dos últimas
estimaciones estaré presente).
Cabe preguntarse qué ocurrió allá por los años del 1800, que a
todas luces parece ser el siglo bisagra en nuestro calendario, ya que
a partir de allí todo fue vertiginoso. Pensemos que 200 años no es
nada en la existencia del hombre en la tierra, apenas 3 generaciones,
según promedios de vida actual.
Ya estaba en marcha la revolución industrial en Europa, apareció
la primera locomotora, se crea la anestesia, el teléfono. Las guerras
napoleónicas en Europa y el comienzo de las guerras de las indepen-
dencias hispanoamericanas. Pero los hechos más relevantes van por
el lado de la medicina y la posibilidad de prolongar la posibilidad
de vida del ser humano. Esto le otorga mayor tiempo para poder
procrear y pensar… de allí la posibilidad de lograr mayores logros.
Vemos, salvo error u omisión que el crecimiento demográfico es
un hecho inexorable. No sé si la humanidad pueda estar capacitada
para soportar el impacto que esto producirá en el planeta. Veo cada
vez más diferencias sociales y seres con pocas herramientas here-
dadas como para poder sobrevivir dignamente. Y acá no hablo de
intelecto sino de las necesidades básicas, llámese alimentos, medici-
na, agua potable, etc. Solo de nosotros dependerá, en la medida que
podamos abrir los pensamientos y animarnos a discernir sobre las
reales posibilidades de la humanidad. Para lo cual, las religiones son
un obstáculo tremendamente insoportable, que en algún momento
tendremos que sobrepasar.

80
25. Si dudas…Duda, duda y duda.
Hinduismo, Budismo, Judaísmo, Cristianismo e Islamismo son
las religiones dominantes, por estos tiempos, con sus respectivas
sectas y variaciones. A eso nos debemos enfrentar en cada lugar que
nos haya tocado en suerte existir. En cada caso estaremos sometidos
o enfrentados a sus diferentes poderes. Saquemos nuestras conclu-
siones, que sería de nuestras vidas si nos hubiese tocado en suerte,
alguna de las otras alternativas.
Como vemos, ellas, las religiones, están y estuvieron, casi siem-
pre. Por extraños designios atávicos, que quizás nunca sabremos,
todas hipótesis, como las que me atreví a exponer con anterioridad.
Pero no más que eso.
Permitámonos indagar en cada una de ellas y aparecerán cosas
interesantes. Todas diferentes y todas parecidas. Unas más ortodo-
xas, otras más manipuladoras. Unas tremendamente duras arcaicas
e inconexas con los tiempos actuales, fanáticas. Otras moderadas y
acomodaticias. Pero todas con un inmenso poder, que no estarán
dispuestas a entregar y que defenderán de las formas más sutiles y
terribles, de ser necesario.
Todas con un fin común, la dominancia. Que ellas se encarga-
rán de presentar como mensaje divino, como palabra sagrada, como
dogma, como todo aquello que te anule la posibilidad de la duda.
Todo aquel que dude, será pues, mirado de reojo, con recelo, será
peligroso. Así se manejan y seguirán haciéndolo. No hay peor ene-
migo para el poder, que la duda. Porque es la semilla desconocida,
que tarde o temprano florecerá.

26. Somos frágiles presentes.


TODOS los numerillos, anteriormente mencionados, no hacen
otra cosa que ayudarnos a abrir la órbita de nuestros ojos y esti-

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mularnos a despertar de la comodidad del sueño, que las diferentes
herencias nos han provocado.
A ver si soy claro, a todo aquel que lea estas torpes y colo-
quiales líneas, sea niño, adolescente, adulto, anciano…hay 2 seres
que mueren por segundo (en este instante está sucediendo) y por
azar, suerte o como quieras llamarle no fuiste vos. ESTAS VIVO!!!
Disfruta del ya, de tu hoy, tu presente, SE DIGNO, no malgastes
torpemente los segundos, minutos y días que tienes aún por vivir.
Recuerda que no hemos venido a sufrir, deshazte de todos los pre-
juicios y ataduras que las herencias te han impuesto.
Metafóricamente te diría, si quieres, date el gusto de tirarte
sobre el césped de la existencia sin tener que esperar a que llegue
el fin de la semana.

ME PREGUNTO, ¿cuántos de estos millones de personas,


tenemos la comprensión estadística y matemática (exceptuando la
ley del accidente) que en determinado lapso dejaremos de estar?
¿Cuantos solo respiran y cuantos perciben su existencia? Cuantos
tienen la posibilidad de razonar sobre esto, que no es lo mismo
que pensar. Es habitual confundir estos conceptos, el pensamiento
es cognoscitivo, aún en la forma más rudimentaria. Razonar es otra
cosa y tendrá que ver con los estímulos y la herencia, que inevita-
blemente nos atraviesa y condiciona.

Y en este intento de razonar, es importante darse cuenta, sobre


la fragilidad der ser humano. Somos frágiles, muy. Desde que apa-
recemos en escena, hasta que cerramos el telón. Y de pronto todo el
conocimiento, toda la envergadura y posicionamiento ante la vida
que nos es permitida percibir, todos los sueños y proyectos y todos
los yoes que podamos imaginar, quedan reducidos a nada…cuando
un virus o bacteria nos afecta o cuando nos caemos en la acera y nos
golpeamos la cabeza… Allí y solo allí tomamos conciencia de la
fragilidad de nuestra existencia. Y aparecerán los por qué…en signo
de interrogación, que no tienen respuesta. Porque el azar que nos

82
acontece, no nos da esa alternativa. En tanto podamos percibir esta
fragilidad, tal vez, podamos hacernos fuertes en cada presente. La
fortaleza surge de vivenciar cada instante. No somos seres a futuro,
somos seres presentes.
Tal vez seamos de los más frágiles seres que habitan este pla-
neta.
Los otros animales manejan percepciones que nosotros desco-
nocemos, tienen instintos y sentidos muchos más desarrollados.
Ellos perciben catástrofes y saben dónde si y donde no, deben ir. Su
instinto de conservación es innata. Ellos viven, nosotros existimos.
Porque tenemos la posibilidad de desarrollar pensamientos, todo pa-
sará primero por la mente. Y precisamente ahí reside la fragilidad
del ser humano. Porque toda su existencia dependerá de su cabeza,
de su cerebro, de la capacidad de pensar. Y esto, que en principio
lo posiciona en un lugar superior, en relación a las demás especies,
es también lo que lo hace un ser frágil. Ya que cualquier anomalía
o accidente que sufra en su capacidad de pensar, lo privará de su
existencia y lo condenará solamente a vivir.
Vale decir que su fragilidad es doble, pues deberá cuidar su cuer-
po y lo intangible…su mente. Sin su cuerpo dejará de ser. Sin su
mente dejará de existir.
Si a esto le sumamos, las diferentes nuevas enfermedades que
pueden atacar el sistema nervioso, más el famoso estrés al cual somos
expuestos y sometidos en estos tiempos recontra postmodernos, re-
cién ahí tendremos la real dimensión de la fragilidad del ser humano.

27. Nuevos dioses aparecerán.


QUIZAS, un ser con conceptos y pensamientos lógicos y razo-
nables acerca de la idea de dios y la finitud, tenga mayor protección,
al estrés desmedido e irremediable, al cual somos arrastrados millo-
nes de seres por el consumismo. Porque de eso se trata en tiempos
actuales, lo importante no es lo que pienses, ni si crees en dios o no

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y menos aún si tienes una vaga noción de la finitud del ser humano.
Lo único que realmente importa a los diferentes sistemas es…que
consumas.
Es acá donde vemos la necesidad del ser humano de crear dioses
a quien adorar y donde poder cifrar esperanzas de felicidad perma-
nente. El último dios creado por el hombre se llama CONSUMO, y
sus fieles seguidores los consumistas y su filosofía a seguir será pues
el consumismo. Ya lo anticipaba la Biblia en un modo subrepticio.
De manera que nadie podía comprar o vender, si no llevaba marca-
do el nombre de la Bestia o la cifra que corresponde a su nombre.
(Apocalipsis 13:16-17) Haciendo clara alusión al código de barras
de nuestro tiempo. Supongo.

AVECES Veo al ser humano moverse tan mecánicamente, con


un ritmo tan confuso y sin sentido, sobre todo en las grandes ciuda-
des, que me recuerda esos a esos animalitos enjaulados que suele
haber en las veterinarias. Ellos simplemente están ahí… se mue-
ven, comen, duermen, se reproducen… ante los ojos asombrados
de grandes y chicos que ocasionalmente pasan por allí. Y nada más.
Realmente me gustaría que esta idea fuese solo una metáfora, pero
me temo que no lo sea.

Disfrutar de cada instante, del soplo de vida, tal vez ayude a des-
pegarse de las frustraciones que conllevan los mañanas y los futuros,
no siempre posibles… y permanentemente lejanos…
No vendría mal tratar de disfrutar del tiempo que nos toca y re-
conocernos dueños de él y hacer con él lo que nos venga en gana. Y
dejar de ser esclavos de los deseos que nos proporcionan gentilmente
los tiempos actuales. Digo, colijo, discurro, supongo, sugiero…amen.

El ser humano, por herencia, tan proclive a la utopía de la idea


de dios, paradójicamente transforma esta idea en distopía y queda
inmerso en ignorancia y necedad. Por ello vuelo a repetir-Es muy

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peligroso creerse dueño de la verdad, pero mucho peor es ser es-
clavo de la mentira.

28. A modo de despedida.

LA GENTE muere. Todos los días a cada hora a cada segun-


do, según vimos antes a un promedio de 2 personas por segundo
(1,80 aproximadamente). Cuando hablo de vivir presentes, de estar
despiertos, estoy deduciendo indirectamente, que la consecuencia a
esta actitud nos evitará morir tontamente.
Estar atentos al presente, no nos hará inmortales, pero segura-
mente extenderemos nuestro lapso.
No creo existan muertes dignas, porque el concepto es irracio-
nal, antinatural, aplicado a nosotros, seres racionales. Pero si estoy
seguro que un gran porcentaje de las mismas hubiesen sido evitadas,
al menos en esas circunstancias. Millones de seres dormidos, cru-
zando calles, subiendo a micros, exponiéndose a cada paso, cuando
su mente está lejos de su circunstancia. Estar en presente, nos per-
mitirá darnos cuenta de los potenciales peligros.
Nos morimos por enfermedad, por accidentes, por senectud, por
tristeza, por amor, por guerras, por dentro, por fuera, por distraídos,
por arriesgados, por cobardes, por valientes, por epidemias, por mal
bicho, por inocentes, por ignorantes, por saber demasiado, por envi-
dia, por pisar mal en la bañera, por insatisfacción, por soledad, por
pérdidas, por celos, por confiados, por contagios, por desilusión,
por ilusión, por hambre, por ideales, por mentiras, por verdades, por
traiciones, por fidelidades, por fanatismo, por una alergia, por un
susto, por miedos, por todo y por nada... Pocos mueren de alegría.
Pero la mayor cantidad de muertes en el mundo es y siempre
será, por estar dormidos. Distraídos de presentes, pensado siempre
en otra cosa. Angustiándonos por las carencias y los deseos, que el

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consumo nos ofrece graciosamente. A eso llamo morir tontamen-
te. Las noticias están llenas de muertes tontas, totalmente evitables.
Solo hubiese sido necesario un poco de atención, un poco de estar
presente. Con solo cruzar una calle pensando en mañanas, estarás
arriesgando esa oportunidad.

En este caso la situación será estar despierto, la consecuencia


(entre otras) estar precavidos y así evitar los riesgos a morir tonta-
mente y la causalidad prolongar lo más posible el soplo de vida.

HE COMENTADO en varias partes de este escrito, que el ser


humano puede llegar a entender y aceptar, pero nunca a compren-
der, el tema de la muerte. Pues, porque es contra natura. No es fácil
aceptar la partida.
Pero mucho más difícil e incomprensible, será aceptar la
de un ser querido, más aun si es repentina. Será terriblemente
cruel y el ser humano nunca estará preparado y no tendrá com-
prensión ni consuelo. Y esto tendrá que ver con sus sentimientos
y el sentido de pertenencia. Con aquello que confirma su sentido
de vida. Nada más propio que sus afectos, únicos, incompartibles e
irrepetibles. Sea cual fuere su condición sociocultural y de creen-
cias. Desde el ser más sencillo al más erudito, el más bondadoso al
más despreciable, quedará con la mirada perdida preguntándose…
por qué?... y un vacío inmenso anidará en su corazón.

29. Perdónense No Saben lo que Dicen.


29. BIS. Entre estos tipos y yo hay algo personal (Serrat).
NO QUERÍA dejar pasar la oportunidad de referirme a aquellos
que ya he nombrado en varias oportunidades, los elegidos para tras-
mitir la palabra del señor. A toda esa horda de farsantes e hipócritas,

86
que viven en abundancia a costillas de la inocencia y necesidad de
las personas más débiles y sencillas.
No somos todos iguales, eso, ellos lo saben perfectamente.
Es entonces, cuando estos psicópatas manipuladores aparecen y te
prestan atención. Vaya si te prestan atención, estarán atentos como
vampiros a todos tus relatos y desdichas. Hasta que vean el momen-
to oportuno y con dulces palabras empiecen a meterse en tu vida.
Allí comenzarán realizar el acto más perverso y para lo cual fueron
entrenados, manipular.
Y aleluya brother!! Levanta tus manos y glorifica al señor, abre
tu corazón, porque él te va a escuchar porque somos sus hijos. Cierra
los ojos y pide, compenétrate, canta porque ya te está escuchando.
Aleluya gloria a dios, amen, amen y amen.
Pero recuerda que para recibir también hay que dar. Y quien
MAS DA…más recibirá…O sea…no sé si fueron claros. Dar, re-
cibir, hijos del señor, y en especial no olvides que no es la voz de
hombre quien habla, sino es la voz de dios a través de él.
Si se me permite la expresión…¡Vayan a trabajar!!!, dejen de
mentir y hacerse los psicólogos de los humildes. Quien se creen que
son, parásitos universales. Si quieren ayudar a la gente háganlo,
pero no vivan de ello.
Los conozco, con solo verlos me dan cosita… Allá los altos
magistrados de la iglesia católica, más políticos que los mismos
políticos. Viviendo en la opulencia, en interminables retiros espi-
rituales en lugares paradisiacos. Tratado a la gran masa creyente
con esa omnipotencia impostada y autosuficiencia. Con sus frases
rimbombantes y maestría en aplacar conflictos sociales, pidiendo
con falsa humildad a los poderosos que sean indulgentes con los
más necesitados, pero por las noches cenan junto a ellos (los po-
derosos, obvio)
Siempre al lado del poder y cuidando celosamente el suyo. Ya
no pasa por la ideología, la concepción humana del evangelio, solo
se trata de poderes.

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Con que autoridad moral hablan a sus fieles. Y no quiero ahon-
dar en temas más conflictivos que todos sabemos y ellos siempre
trataron de negar y/o disimular. Solo que en tiempos actuales ya es
imposible ocultar. Son perversos, viven en abundancia y predican a
los pobres. Se erigen como jueces del mundo occidental y se escon-
den en sus iglesias y conventos. Nunca se animaron a ser hombres.
A transitar la contingencia cotidiana.
Les hablan y dan consejos a las familias y hacen votos de
pobreza, obediencia y castidad. Como puede ser eso. Cobardes y
farsantes. Tan verticales al poder y tan enfermizamente amorales,
créanme les queda poco tiempo.
Fíjense en los ojos, en la mirada, de estos seres y verán el brillo
del engaño y la especulación.

Cuenta la historia que en una acalorada discusión entre Luis


XIV y un Cardenal enviado especialmente por el Papa de Roma,
en un momento dado y ante lo desafiante del diálogo, el rey Luis
dijo- Como se atreve a hablarme así, a mí, que soy el enviado de dios
(como se consideraba en esos tiempos)- Sin inmutarse el cardenal le
contesta- Alteza…ud. sabe perfectamente que no es así…-

Y después aparecen los nuevos profetas e iluminados, se los


puede ver en tv después de medianoche. Acá el abanico se abre
bastante, la movida es otra. Encontraremos pastores, como se hacen
llamar, del color y el los estilos más variados. Los hay instruidos
que hablan con propiedad, los que hablan y tienen línea directa con
su señor, los alegres y jolgoriosos, los menos preparados pero más
osados y acá se roza la ridiculez.
Es interesante ver el grado de empoderamiento que tienen estos
personajes, en la medida que día a día van ingresado más fieles a sus
recintos. A tal punto que creen ser, aquello que obviamente no son.
En poco tiempo tendrán su coro y orquesta y todos alabarán al señor.
Puedo resistirlo todo, menos la tentación- Dice un viejo pro-
verbio, nunca más aplicable que en estos momentos. Así, los nuevos

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falsos profetas irán tomando real dimensión de sus poderes curativos
y atributos celestiales, para lo cual fueron enviados en forma directa
por su señor. Para escuchar los problemas de los demás y repartir
soluciones y bendiciones a diestra y siniestra. Aleluia brother!!!

Esto que está pasando en la actualidad, en gran parte de Amé-


rica Latina, con un auge notable, en desmedro de los católicos, tuvo
su comienzo allá por el norte de América hace tiempo. Ellos fueron
los precursores del show celestial, y les puedo asegurar que tienen
un poder enorme, por esas tierras y de a poco van llegando…
He visto estadios llenos y descender de un helicóptero al re-
verendo, al mejor estilo de las grandes estrellas hollywoodenses.
Para después empoderarse y hablar y permitirse juzgar severamente
a aquellos que no cumplieren lo que dice su biblia. Pero lo que se
dice con la boca, se debe mantener con el cuerpo. No siempre es
así, se sabe de casos patéticos, de famosísimos pastores de aquellos
lugares, caídos en desgracia, después de haber estado sentado a la
diestra de su señor.

30. No será fácil, pero está bueno.

Como vemos la gran mentira original, tiene aristas increíbles,


pero siempre con el poder, como fin e instrumento.
Pienso en la historia del ser humano, en sus logros, en sus gran-
des épocas, con sus tremendas ideologías, filosofías y dominancias.
Ninguna ha permanecido instalada en el tiempo, a la larga todas
sucumben. Quedarán en la historia de la humanidad, como bases
impulsoras de otras comprensiones, como hilos conductores para
nuevas ideas y posibilidades. De eso se trata.
Es por esto que escribo este intento de ensayo, porque tengo la
convicción y la esperanza (no fe) que en tiempos venideros, las nue-

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vas generaciones irán comprendiendo algunas cosas y descreyendo
de otras. Fijarán sus pies en la tierra y serán seres merecedores de
existencia, que honrarán su derrotero por esta parte del Cosmos.
Comprenderán que los dioses, fueron solo una idea, que sirvió
en tiempos de ignorancia supina y que solo sirvió para que una casta
ostentara poder.
Creo un en ser humano singular, aceptándose con virtudes y fa-
lencias, con intelecto y sentimientos. No deseoso de inmortalidad,
sino ávido de existencia. Disfrutando de la contingencia, con la ca-
pacidad de vivenciar cada instante de su soplo de vida.
Cuando el ser humano SE RECONOZCA y aprenda a creer y
confiar en sí mismo y sus posibilidades, habrá crecido. Ya no nece-
sitará de fantasías y fabulas para justificar su paso por este lado del
universo. Y será un ser DIGNO.

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BYE BYE
HOY POR HOY…no tengo más certezas, pero sí creo tener más
claras las dudas. Y quizás sea lo mejor, qué sentido tendría tener
todas las certezas (o creyera tenerlas, que es peor). Hasta incluso
me deja suponer engañosamente que las dudas, me demandan más
tiempo, mas vida… me alejan de la partida.
Mentiría si dijese que vivo despierto, nada más distante a ese
estado…lo que si me gustaría haber sido, aquel el mosquito que en
noche de verano, mientras te dabas vuelta de un lado a otro tratando
de dormir, te zumbaba al oído cada vez que pasaba a tu lado y te irri-
taba. Al punto que llegaste a odiarme, buscando algo con que espan-
tarme o aplastarme, sin comprender mi porque. Yo estaría más que
conforme, no solo te molesté en tu rutinario y anestésico intento de
dormir, sino que, por un breve lapso te mantuve atento y despierto.

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El prólogo que no fue
o
un intento de explicar el sentido del
escrito…

Mientras trabajaba en la corrección del escrito, algo que detesto,


ya que a nadie le gusta enfrentarse a sus precariedades, comencé a
experimentar cierta sensación de pudor al exponerme y verme tan
lineal y simplista.

Y de pronto me vi en un IGNOTO PLANETA, entre miles de


galaxias en el medio del TODO Y LA NADA…allí estábamos…
CON NUESTRAS EXISTENCIAS…DESPERDICIANDOLAS.
Sin tener la capacidad de desarrollar algo especial, que no sé cuán-
tos seres en el cosmos puedan ostentar, hablo de nuestro cerebro y
su capacidad de pensar. Algo tan fantástico que los especialistas
en neurociencia ya establecieron, que tiene la facultad de COM-
PRENDERSE A SI MISMO.
SIN EMBARGO incomprensiblemente, seguimos poniendo
empeño en usarlo lo menos posible y en los niveles más básicos.
Aquellos que solo atañen a la pequeñez de lo inmediato y la com-
placencia de apetencias y deseos individuales. Esforzándonos en la
obtención de bienes y cosas que nos proporcionen algo que llama-
mos, felicidad.
CON ASOMBRO vi como el ser humano se empodera con IN-
FANTILES Y ELEMENTALES RAZONAMIENTOS. Y si bien ha
crecido y avanzado en forma increíble en aspectos, como lo técnico
e industrial, en medicina, en comunicaciones, en sistemas informá-
ticos y redes sociales, etc. No pasó lo mismo con su intelecto, en las
relaciones humanas, allí hubo un estancamiento realmente notorio.
Sigue siendo el mismo ser precario y egoísta que en sus principios.

93
Con un ansia de poder y dominancia que se mantiene como en
las épocas más remotas y primitivas. Ha cambiado sus métodos y
formas…pero en el fondo sigue siendo el mismo.

Los poderosos reyes de antaño que cuidaban sus riquezas y po-


seían esclavos, son reemplazados por presidentes multimillonarios
poseedores de empresas con trabajadores asalariados. Los imperios
de antes son las corporaciones de ahora. Los bufones y serviles del
rey siguen siendo los mismos.
Es inconcebible que a esta altura de la civilización, el común de las
personas solo se deba preocupar por subsistir… Hasta que se parte…

Y EN MEDIO de esta incongruencia, el ser humano crea y man-


tiene a ultranza, situaciones ilusorias con las cuales convive. Mien-
tras sus creadores las usan hábilmente; así pues, piensa que existen
seres superiores a los que llama dioses y piensa que después de la
muerte hay algo más, otra cosa. Lo más llamativo, es que cree
saber quién es. Y así anda por la vida alegremente.
PERO hay un hecho importante, que no estaba en la perspectiva
de los creadores y hacedores de las ideas y pensamientos pla-
cebos e ilusorios. Algo que no tuvieron en cuenta y que será deci-
sivo, el gran crecimiento demográfico. Cuyas consecuencias ya
estamos experimentando. Es allí donde sucumbirán muchas teorías
y creencias. Y será lo que veladamente siempre ha sido…SUPER-
VIVENCIA, solo eso.
Esto último lo saben perfectamente aquellos que manejan
los poderes, llámense presidentes, popes religiosos y por lo general
todos aquellos que experimentan dominancia y poder sobre otros
muchos. Pero nada harán, precisamente por todo lo expuesto ante-
riormente.
Quizás debamos empezar desde lo singular (como el pajarito
de la fábula) será una forma de establecer precedente, ya que desde
lo plural, los intereses son otros

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Es aquí donde se hace evidente la pésima y primaria utilización
de lo mágico que tenemos, EL CEREBRO Y SUS PENSAMIEN-
TOS. No es lo mismo interés que objetivo, mientras el ser humano
utilice su cerebro solo por intereses, nos seguirá yendo como hasta
ahora
SUPONGO QUE PLANETAS BASICOS, SON HABITA-
DOS POR SERES BASICOS. Y QUE EN LA MEDIDA QUE SE
PUEDA EVOLUCIONAR EN LO SINGULAR, TAMBIEN SE
PODRÁ EN ALGUN MOMENTO, COMENZAR A EVOLUCIO-
NAR EN SU TODO.
Es lo que humildemente pienso, vislumbro, imagino y deseo.

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