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Zanella Sánchez Mariana. Temas selectos de didáctica. 12:00 a 2:00.

07/03/23

Construir competencias desde la escuela


Consecuencias para el trabajo del profesor
Formar competencias reales durante la etapa escolar general supone una transformación considerable de
la relación de los profesores con el saber, de sus maneras de “hacer clases” y de su identidad, así como
de sus propias competencias profesionales. El enfoque por competencias añade a las exigencias de la
centralización en el alumno la pedagogía diferenciada y los métodos activos, ya que este también invita
firmemente a los profesores a considerar los saberes como recursos para movilizar, trabajar regularmente
a través de problemas, crear otros medios de enseñanza, etc.

Un enfoque por competencias precisa el lugar que ocupan los saberes eruditos o no en la acción, estos
constituyen recursos determinantes para identificar y resolver problemas, preparar y tomar decisiones.
Solo son válidos si están disponibles en el momento adecuado y logran entrar en fase con la situación. La
comedia del dominio impide a los profesores saber lo que realmente hacen y construir una imagen
realista de sus propias competencias profesionales. Los profesores acostumbrados a un enfoque
disciplinario no creen en poder transmitir su materia a través de un problema, y ven todo el saber cómo
memorización. La tarea de los profesores no es improvisar cursos. Esta tiene por objeto la regulación del
proceso y la creación de problemas de complejidad creciente. Hay que entender que no se trata de
renunciar a toda enseñanza “organizada”.

Se trata de aprender a hacer lo que no se sabe hacer, haciéndolo, según la bella fórmula de Philippe
Meirieu. Esto supone importantes cambios de identidad de parte del profesor: no considerar una relación
pragmática con el saber cómo una relación menor, y comprender que los saberes siempre se anclan en
última instancia en la acción. Aceptar el desorden, lo incompleto, la aproximación de los saberes
movilizados, como características inherentes a la lógica de la acción. Despedirse del dominio de la
organización de los conocimientos en la inteligencia de alumno. Tener una práctica personal de la
utilización de los saberes en la acción; para enseñar saberes, basta ser un poco sabio, para formar
competencias, más valdría que una parte de los formadores las poseyeran.

En el campo del aprendizaje general, solo se estimulará a un estudiante a crear competencias de alto
nivel haciendo que se enfrente a problemas relativamente numerosos, complejos y realistas, que
movilicen diversos tipos de recursos cognitivos. Sin duda es razonable en primer lugar, recurrir a diversos
tipos de situaciones-problemas, en segundo lugar se deben trabajar los recursos, por una parte en
situación, en la realidad; por otra, de manera separada. Una situación-problema no es una situación
didáctica cualquiera, puesto que esta debe colocar al alumno frente a una serie de decisiones que deberá
tomar para alcanzar un objetivo que él mismo ha elegido o que se le ha propuesto e incluso asignado. Tal
gestión tiene consecuencias en la identidad y las competencias de los profesores: apuntar al desarrollo de
competencias, crear cierto desapego del programa, estructurar obstáculos deliberadamente o anticiparlos

Referencias:
Perrenoud, P., & Lorca, M. (2003). Construir competencias desde la escuela. (Web) Comunicaciones
Noreste.
Zanella Sánchez Mariana. Temas selectos de didáctica. 12:00 a 2:00. 07/03/23

y orientarlos en una tarea incluida en una gestión de proyecto. Crear o utilizar otros medios de enseñanza
nos dice que no se puede comenzar una gestión en torno a una situación-problema de manera unilateral,
autoritaria y económica. Por parte del profesor, debe tener cierta independencia con respecto al mercado
de los medios de enseñanza, la capacidad de adaptarlos, de liberarlos de sus finalidades oficiales. La
competencia de producir situaciones-problemas a la medida, es decir, trabajar con lo que se tienen a
mano, sin temer desviar las herramientas y objetos concebidos para otros fines. Además, debe ser
flexible ante la planeación, por ello tendrá que tener una gran tranquilidad, un dominio de sus angustias
personales, una gran libertad con respecto a los contenidos, la capacidad de leerlos con espíritu crítico.

En cuanto a la identidad y las competencias del profesor, se encuentra: la capacidad de estimular y de


guiar el tanteo experimental. La aceptación de los errores como fuentes esenciales de regulación y de
progreso, con la condición de ser analizados y comprendidos. La valorización de la cooperación entre
alumnos en tareas complejas. Para afrontar las estrategias de los alumnos, es útil evaluar lo que el
enfoque por competencias les demanda. Esto quiere decir, implicación, transparencia, cooperación,
tenacidad y responsabilidad. Se llega a la conclusión de que el sistema educativo depende de la adhesión
y el compromiso de los profesores, así como de la visión de cambio que estos perciban y del manejo
consciente de las diferentes maneras de enseñanza-aprendizaje.

Referencias:
Perrenoud, P., & Lorca, M. (2003). Construir competencias desde la escuela. (Web) Comunicaciones
Noreste.

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