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CENA DEL SEÑOR BENEFICIOS

1 Corintios 11:
23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor
Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; 
24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo
que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. 
25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta
copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la
bebiereis, en memoria de mí. 
26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la
muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del
Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 
28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la
copa. 
29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor,
juicio come y bebe para sí. 
30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos
duermen. 
31 Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados;
1.- En el Cuerpo y la Sangre del Señor está la VIDA de Dios.
Juan 6:53. Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del
Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 
Levíticos 17:11. Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo os la he
dado sobre el altar para hacer expiación por vuestras almas; porque es la
sangre, por razón de la vida, la que hace expiación.
2.- En el Cuerpo y la Sangre del Señor, hay VIDA ETERNA.
Juan 6: 54. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le
resucitaré en el día postrero. 
- Aunque morimos, seremos resucitados.
Juan 6:58. Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres
comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente. 
3.- El Cuerpo y la Sangre del Señor, son comida y bebida verdadera.
Juan 6:55. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera
bebida. 
Es el alimento esencial para nuestra alma y espíritu. Para vivir para siempre.

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4.- Al comer el Cuerpo y beber la Sangre del Señor, nos hacemos UNO
con cristo.
Juan 6:56. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en
él.
5.- Al comer del Cuerpo del Señor, viviremos solo para Él.
Juan 6:57. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo
el que me come, él también vivirá por mí. 
Viviremos para sus propósitos.
Romanos 14:8. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el
Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. 
La Sangre de Cristo.
1.- La Sangre que fluyó de la cabeza, la sien.
Le golpearon la cabeza, le pusieron una corona de espinas.
Mateo 27:29. Y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una
caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían,
diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos! 
Fue para sanar y restaurar nuestra mente: trastornos, traumas, locura,
confusión, temor, miedo, etc.
“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros
fuésemos hechos justicia de Dios en él.”. (2 Corintios 5:21).
“Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros
tenemos la mente de Cristo.”. (1 Corintios 2:16).
2.- La sangre que fluyó de su boca, lengua, labios.
Juan 18:
19 Y el sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su
doctrina. 
20 Jesús le respondió: Yo públicamente he hablado al mundo; siempre he
enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y
nada he hablado en oculto. 
21 ¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que han oído, qué les haya yo
hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho. 
22 Cuando Jesús hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba allí, le dio
una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote? 
Mateo 26:67. Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y
otros le abofeteaban.

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Esa Sangre que fluyó fue para santificar, purificar, limpiar nuestra boca, nuestra
lengua de maldiciones, de perjuros (jurar en falso, falso testigo, calumnia,
acusación, juzgar), de palabras ociosas, vanas.
3.- La Sangre que fluyó de su rostro.
Marcos 14:65. Y algunos comenzaron a escupirle, y a cubrirle el rostro y a darle
de puñetazos, y a decirle: Profetiza. Y los alguaciles le daban de bofetadas.
La Sangre que fluyó de su rostro fue para restaurar nuestra humillación,
nuestro desprecio, vejación, maltrato, abuso.
Cuantas veces hemos agachado la cabeza, por humillación, por desprecio, por
rechazo, por maltrato, por abusos. Más cuando bebemos la Sangre de Cristo,
somos restaurados, somos sanados. Dios levanta nuestra cabeza. En su
Sangre hay perdón, en su Sangre hay sanidad, en su Sangre hay libertad. Por
su Sangre volvemos a soñar, volveremos a sonreír.
Salmos 3:3. Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que
levanta mi cabeza.
Salmos 126.
1 Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, seremos como los que
sueñan.
2 Entonces nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza;
Entonces dirán entre las naciones: grandes cosas, ha hecho Jehová con éstos.
3 Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; estaremos alegres.
5.- La Sangre que fluyó de sus espaldas.
Juan 19:1. Así que, entonces tomó Pilato a Jesús, y le azotó. 
La Sangre que fluyó de las heridas, de las llagas de sus espaldas fue para
nuestra sanidad física.
Isaías 53:
3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores,
experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue
menospreciado, y no lo estimamos. 
4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y
nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 
5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el
castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
1 Pedro 2:24. Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el
madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la
justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

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6.- La Sangre que fluyó de su costado.
Juan 19:34. Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al
instante salió sangre y agua.
La Sangre que fluyó de su costado (Cerca al corazón) fue para nuestra sanidad
interior, del alma, del corazón.
Salmos 147:3. Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas.
7.- La Sangre que fluyó de las llagas de sus manos.
Mateo 2:35. PDT. Clavaron a Jesús de pies y manos a la cruz y rifaron entre
ellos la ropa de Jesús.
Salmos 24:
¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?
4 El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas
vanas, Ni jurado con engaño.
5 Él recibirá bendición de Jehová, Y justicia del Dios de salvación.
Las manos son pecados que cometemos con ligereza, con prontitud, a veces
sin pensar. Ofendemos, herimos, lastimamos, juzgamos, condenamos pronto.
Isaías 58:9. Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme
aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar
vanidad.
A veces nos comprometemos con ligereza, levantamos las manos y no
cumplimos. (pecado por ser ligeros).
Eclesiastés 5:
4 Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se
complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. 5 Mejor es que no
prometas, y no que prometas y no cumplas.
La Sangre que brotó de las llagas de las manos de Cristo fue para limpiarnos
de esos pecados ligeros.
Fue para restaurar nuestra posición de hijos de Dios y con libertad poder
levantar las manos y orar. “Timoteo 2:8. Quiero, pues, que los hombres oren en
todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.
Por la Sangre de Cristo, podemos levantar las manos y proclamar victoria
sobre nuestros enemigos. (Ex. 17:11).
Por su sangre, podemos bendecir, alabar y adorar con manos levantadas a
Dios ,con libertad. Salmos 63:4.Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre
alzaré mis manos.

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Salmos 134:2. Alzad vuestras manos al santuario, y bendecid a Jehová.
Hebreos 12:12. 12 Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas
paralizada.
8.- La Sangre que fluyó de las llagas de sus pies.
Mateo 27:35 PDT. Clavaron a Jesús de pies y manos a la cruz y rifaron entre
ellos la ropa de Jesús.
Los pies en la Biblia hablan de rectitud, nuestro caminar, de nuestro andar.
Salmos 26:12. Mi pie ha estado en rectitud; en las congregaciones bendeciré a
Jehová.
Los pies hablan de firmeza o debilidad.
Salmos 38:16. Dije: No se alegren de mí; cuando mi pie resbale, no se
engrandezcan sobre mí.
Muchas veces caemos pronto al pecado, la debilidad nos lleva a pecar.
Pronto nos airamos, pronto nos ofendemos, pronto caemos en la tentación del
alcohol, sexo, drogas, etc.
La Sangre que fluyó de las llagas de los pies de Cristo fue para:
- Limpieza espiritual.
- Para restauración.
- Para fortaleza,
- Para victoria.
Cuanto más débil somos, la Sangre de Cristo nos hace más fuerte.
Por su Sangre tenemos victoria sobre el pecado. Apocalipsis 12:11. Y ellos le
han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio
de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte

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