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PARABOLA DE LA ROCA Y LA ARENA

Voy hablarles de una nueva etapa en el ministerio de Jesús, aunque el Señor


todavía tenía su centro de operaciones en Capernaum y que desde allí
alcanzaba las ciudades vecinas del litoral del Mar de Galilea, sin embargo,
trasladó su predicación fuera del ambiente de la sinagoga al aire libre.

Y en este pasaje, vamos a ver que también cambió su forma de predicar, ya


que comenzó a enseñar por medio de parábolas.

¿POR QUÉ ESTOS CAMBIOS EN EL MINISTERIO DE JESÚS?

Marcos nos ha presentado previamente la reacción negativa de los religiosos


fariseos y también la de sus familiares (Mr 3:6) (Mr 3:21).

Ellos habían tenido un enorme privilegio que no habían querido aprovechar.

El mismo Hijo de Dios había estado enseñando y llevando a cabo grandes


milagros en medio de ellos, pero en lugar de reconocerle como el verdadero
Mesías, lo habían menospreciado.

Rehusaron deliberadamente aceptar todas las credenciales que le


identificaban como el Mesías y le rechazaron al punto de atribuir sus obras al
mismo Satanás (Mr 3:22). Con esta actitud, los líderes del pueblo de Israel
habían llegado más allá de todo arrepentimiento posible.

Pero no todos habían reaccionado de la misma manera. Muchos del pueblo


todavía le seguían, y aunque es cierto que algunos lo hacían porque querían
ser sanados de sus enfermedades o tenían otros intereses materiales, sin
embargo, también había un grupo de discípulos que escuchaban su Palabra y
aceptaban su autoridad.

Esta situación llevó a Jesús a formar dos grupos claramente diferenciados:


"Los que estaban cerca de él con los doce" (Mr 4:10-11), a los que les
declaraba los "misterios del reino" que eran ilustrados por medio de las
parábolas.

"Los que están fuera, por parábolas" (Mr 4:11).

No eran discípulos, no estaban abiertos a entender ni obedecer al señorío de


Cristo.

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No es que el Señor los colocara fuera, sino que quedaban fuera por falta de
deseos de entrar y entonces, no viendo más que la forma externa, no
comprendían el mensaje espiritual de las parábolas.

Entre las parábolas narradas por Jesús se encuentra la Parábola de la casa


sobre la Roca o la de los Dos Cimientos, en ella Jesús viene a mostrar
los dos tipos de creyentes que pueden existir.

Aquellos que son oidores de la Palabra, únicamente, y aquellos que oyen y


accionan, en pro de tener una vida más saludable, espiritualmente.

La representación que hace Jesús es desarrollando la acción de la


construcción, otra actividad característica de la época en que es narrada.
Haciendo el uso simbólico y la exclamación directa del uso apropiado de la
enseñanza de la Palabra de Dios.

¿QUÉ ES UNA PARÁBOLA?

El vocablo "parábola" proviene de un término griego que literalmente significa


"colocar al lado de" con el propósito de hacer una comparación o presentar
una ilustración. Tal como lo usaba Jesús, básicamente consistía en una
historia humana que ilustraba una lección espiritual.

Podemos encontrar casos del uso de parábolas en el Antiguo Testamento:


Por ejemplo la historia de la corderita que Natán le contó a David cuando se
deshizo traicioneramente de Urías y tomó a su esposa Betsabé (2 S 12:1-7).

Habiendo explicado lo que es una parábola, debemos hacer una advertencia


en cuanto a su interpretación. Una parábola no se debe tratar nunca como
una alegoría.

En una alegoría, cada escena, personaje y detalle de la historia encierra un


significado. En una parábola no debemos buscar un significado a cada detalle
sino fijarnos en la idea principal que intenta resaltar.

¿CON QUÉ PROPÓSITO EMPLEABA JESÚS LAS PARÁBOLAS?

Podemos decir que de esta forma el Señor estaba haciendo una especie de
"criba" en función de la relación que tenían con él.

A veces ni aún los discípulos entendían las parábolas, pero al estar cerca de
Jesús y tener el deseo de aprender los principios del Reino, buscaban la
oportunidad para preguntarle y así entender las parábolas.

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En cambio, para el incrédulo la parábola no pasaba de ser una sencilla
historia en la que no veía ni buscaba ningún sentido espiritual, quedando así
completamente en oscuridad.

Pero al mismo tiempo, cuando Jesús les hablaba por parábolas, era también
una manifestación del juicio de Dios. Él lo explicó usando las duras palabras
que encontramos en Isaías: (Is 6:9-10) "Y dijo: Anda, y dí a este pueblo: Oíd
bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis.

(Mr 4:11-12). Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y


ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni
su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad"

No olvidemos que tanto en la época de Isaías, como en la de Jesús, el pueblo


había rechazado a Dios a pesar de las múltiples evidencias que habían
recibido.

Vemos por lo tanto una verdad muy seria: no podemos rechazar a Jesús y
seguir teniendo oportunidades indefinidamente.

CONTEXTUALIZANDO LA PARÁBOLA

Hay que conocer lo previo que sucedió antes de narrar esta parábola y de esa
forma comprender el énfasis que Jesús le da, pues se dio luego que Jesús
narra su famoso Sermón del Monte y las Bienaventuranzas (Mateo 5 1: 12).

También, luego explica la importancia de llevar a la obra su palabra, para ser


la sal de la tierra y la luz del mundo (Mateo 5: 13- 16).

Al igual que otras enseñanzas como el cumplimiento de la ley desde el


corazón lleno de amor, donde al llenarla de religiosidad negaba la verdadera
la ley implantada (Mateo 5: 17-48; 6: 1-15).

Asimismo, la importancia que tiene el ejercicio de trabajar en la obra del Señor


y mantenerse en comunión con el Padre, elevando la confianza a Dios como
el proveedor de sus vidas (Mateo 6: 22-34).

Y por último, mostrando los dos caminos: la puerta estrecha y la ancha, en la


que enfatiza al creyente en tomar la que los lleva a la salvación. Siendo muy
directo con estas palabras:

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(Mateo 7: 21) «No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino
de los cielos sino el que hace la voluntad del Padre que está en los
cielos»

Jesús quería que sus palabras llegaran a lo más profundo de los corazones,
haciéndolos tener un arrepentimiento genuino, y que sus vidas fuesen
transformadas por completo. Por lo que luego de cada una de estas
enseñanzas, narra esta parábola, que dice lo siguiente:

(Mateo 7: 24-29). «Cualquiera pues que me oye estás palabras, y las


haces le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la
roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon
contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a
un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió
lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos dieron con ímpetu contra
aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina. Y cuando terminó Jesús
estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina. Porque le enseñaba
como quien tiene autoridad, y no como los escribas»

PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE UNA CASA

Jesús habla en la parábola de dos hombres que están construyendo una


casa, a uno lo llama prudente y al otro insensato, cada uno tiene una
técnica para construir, uno decide hacerla sobre una base o cimiento rocoso
y el otro determina su base en la arena.

El primer hombre pensando en la solidez de la base de su casa, cava muy


profundo hasta encontrar el terreno firme y rocoso, para de esa forma
construir sus cimientos y levantar su hogar.

El segundo por el contrario, desea terminar rápido la construcción, por lo


que no se esfuerza en hacerla en una base sólida, sino que la hace en la
arena sin profundizar las bases.

A la llegada de la temporada de lluvias ambas casas son golpeadas por las


aguas, y la casa del segundo es destruida, sufriendo las consecuencias de
la imprudencia en no consolidar las bases de su casa. A diferencia del
hombre que dispuso de su tiempo, en cavar hasta tener una base fuerte, que
se mantuvo de pie.

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De ello se aprende que las cosas hechas sin esmero, sin amor, sin
previsión caerán al piso, por no tener cimientos fuertes. Y las cosas
hechas con fundamentos son las que se mantienen firmes, e
inconmovible.

SPECTO ESPIRITUAL DE LA PARÁBOLA

Lo primero que hay que analizar en esta parábola, es que Jesús


dice: "Cualquiera, pues que me oye estas palabras" refiriéndose a todas
las enseñanzas previas dadas por el a sus oyentes.

Y cuando afirma que cualquiera, es a todos, no un grupo específico,


hablando de lo inclusivo que era su discurso. Y en especial en los creyentes
de la Palabra.

CONSTRUCCIÓN DE LA CASA SOBRE LA ROCA

Continuando con el relato, Jesús representa al primer tipo de creyente, que se


puede encontrar en el camino de Dios, narrado de la siguiente forma:

(Mateo 7: 24-25) «y las hace, le compararé a un hombre prudente, que


edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y
soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque
estaba fundada sobre la roca»

Hacer "Y las hace" llevar a la acción, que era lo que recalcaba en su


discurso, en ser hacedores de la Palabra.

Que cada una de las enseñanzas pudiesen transformar sus vidas, a través de
la acción continua.

EL HOMBRE PRUDENTE

"le compararé a un hombre prudente" a referencia que hace Jesús es de un


creyente de la Palabra de Dios, que la tiene como forma de vida. Que
estudia la Biblia, hace obra de ella, está en constante oración, construyendo
una habitación espiritual llena de los frutos del Espíritu:

(Gálatas 5: 22-23) “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,


mansedumbre, templanza»

Este hombre prudente profundiza en el conocimiento de Dios, no se


conforma en lo poco que puede recibir en la congregación o iglesia, buscan

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cada día más: (Salmos 1: 2-3) “se deleita en la ley del Señor, y de día y
de noche medita en ella. Ese hombre es como un árbol plantado junto a
los arroyos; llegado el momento da su fruto; y sus hojas no cae; y todo
lo que hace, prosperará”

Este creyente se detiene en meditar en quién es Dios en su vida, y le


demuestra a través de la acción el valor que le da.

Se entrega en obtener y experimentar la presencia de Dios, en todo lo que


hace. Asimismo, examina sus pensamientos y motivaciones de cómo actuar
correctamente delante de Dios.

Y un punto importante es que el creyente sensato discierne las cosas que


son de Dios y las que no lo son. 

Esto es producto de la dirección del Espíritu Santo y su constante comunión


con el Padre Celestial que lo hace afrontar las cosas de una manera sabía.

EDIFICAR LA CASA SOBRE LA ROCA

“edificó su casa sobre la roca" cuando habla de edificar, es construir tomar


el tiempo en preparar un lugar, ensamblar las partes, en este caso habla de
cómo el creyente se prepara en el conocimiento de Dios, del tiempo
dedicado a construir sus relación con Él.

Y en el que pueda levantar bases sólidas.

Cuando habla de casa, se refiere al creyente, que en su vida diaria está


formando y construyendo una casa espiritual, dentro de sí, siendo un lugar
donde reposa la presencia de Dios. 

"(1ra Corintios 3: 16)"¿No saben que ustedes son templo de Dios y que
el Espíritu de Dios habita en ustedes?

La Roca se refiere a Jesús y su Palabra, la que viene a sostener al


creyente. "Mi Dios, y la roca de mi salvación"(Salmos 89: 26)

"El solamente es mi roca y mi salvación..."(Salmos 62: 2) el fundamento en


la vida del creyente es esa roca que viene a transformar su vida:

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(1ra Corintios 3: 11)«Porque nadie puede poner otro fundamento que el
que está puesto, el cual es Jesucristo»

LA LLUVIA Y VIENTOS AZOTAN LA CASA

«Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra


aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca»

Asumiendo que el hombre prudente es el que está afirmado en la Palabra de


Dios, no está excepto de tener problemas, vivir situaciones difíciles,
enfermedades o algún sufrimiento, producto del mundo que lo rodea.

Ser golpeado de alguna forma en su estabilidad emocional y espiritual. Pero


ante dichas situaciones su actitud al afrontarlas es firme, no desmayan en
la fe, pues su cimiento está consolidado en Dios, no son destruidos ni
abatidos.

CONSTRUCCIÓN DE LA CASA SOBRE LA ARENA

Prosiguiendo con la parábola Jesús se refiere al otro tipo de creyente, y lo


explica de la siguiente forma: (Mateo 7: 26-27)«y no las hace, le
compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y
descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos dieron con ímpetu
contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina»

NO HACER «y no las hace» Jesús está hablando de aquellos creyentes que


escuchando su enseñanza no actúan. Aquellos que asisten a las Iglesias,
escuchan el mensaje y no hacen nada para mejorar sus vidas.

EL HOMBRE INSENSATO

El hombre insensato es aquel que no tiene deseos de conocer a Dios, y sus


promesas. Es aquel que lee la Biblia, ora, puede asistir a la iglesia, pero su
corazón está lejos de Él.

Es el que se preocupa en tener una buena apariencia, vestir bien, estar


perfumado, tener un físico agradable. Está en la iglesia sentado en la primera

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filas, pero no adora, es un tempano de hielo, su cuerpo está en la iglesia, pero
su corazón está desviado a las pasiones del mundo.

Este tipo de creyente no tiene discernimiento espiritual, está muerto por el


pecado, su vista se mantiene nublada por el abandono a la práctica de la
Palabra:”(Mateo 13: 20-21) “El que oye la palabra es la semilla sembrada
entre las piedras, que en ese momento la recibe con gozo, pero su gozo
dura poco por tener poca raíz; al venir la aflicción o la persecución por
causa de la palabra se malogra

EDIFICAR EN LA ARENA

"que edificó su casa sobre la arena" de la misma forma que el anterior,


construye su casa espiritual pero en este caso, él no se esfuerza en esa
construcción en un cimiento sólido.

La arena se refiere a los deseos de la carne, a los pensamientos que


vienen a deshonrar a Dios y sus mandatos.

Es el mundo donde Dios no existe, en el que los ojos están puestos sobre la
vanidad, los placeres momentáneos de la vida, donde no hay ningún tipo de
regla que cumplir.

LLEGÓ LA LLUVIA

«y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos dieron con ímpetu


contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina»

Al igual que en el caso anterior llegan las circunstancias difíciles, problemas


duros, enfermedades cancerígenas, escases económicos, pero en este
caso no resisten la prueba, se rinden y son abatidos por las situaciones
que les toca vivir.

Ellos no resisten ante el problema, producto de edificar su vida en la carne,


trayendo consigo maldición a su vida "Si usted siembra para la carne, dice la
Escritura, segará  corrupción y ruina"(Gálatas 6: 8)

Explicación de la parábola de la casa sobre la Roca


En esta parábola el Señor hace diferencia entre dos tipos de personas que
escuchan sus Palabras:

Primero están quienes son obedientes y HACEN lo que Él dice:

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“A cualquiera que me oye estas palabras, Y LAS PONE EN PRÁCTICA, lo
compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Cayó la
lluvia, vinieron los ríos, y soplaron los vientos, y azotaron aquella casa, pero
esta no se vino abajo, porque estaba fundada sobre la roca.”. Mateo 7:24-25
RVC

El segundo grupo lo componen quienes escuchan lo que Él enseña, pero NO


HACEN lo que Él manda:

Mateo 7:26-27 “Por otro lado, a cualquiera que me oye estas palabras Y
NO LAS PONE EN PRÁCTICA, lo compararé a un hombre insensato, que
edificó su casa sobre la arena. Cayó la lluvia, vinieron los ríos, y
soplaron los vientos, y azotaron aquella casa, y esta se vino abajo, y su
ruina fue estrepitosa”.

Enseguida notaremos también que esta enseñanza hace referencia a dos


tipos de terreno en los que se puede edificar: la roca y la arena, los cuales
encontramos en cualquier costa.

Así, la casa a la que nuestro Señor alude se parece mucho a las que son
construidas frente al mar, pero como ya dijimos, no es una casa cualquiera,
sino UN FARO.

¿CUÁL ES LA FUNCIÓN DE UN FARO?

La función primordial de un faro es alumbrar a las embarcaciones que pasan


cerca para que en las noches o durante las tormentas aquellas sepan dónde
está la costa y no se estrellen contra los arrecifes o encallen en la playa.

Así pues, igual que un faro, nuestras vidas tienen la función de alumbrar el
camino de los demás hacia la vida eterna y evitar así, que no encallen en el
pecado:

Mateo 5: 16 “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que
vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en
los cielos”.

Luego entonces la casa que debemos edificar sobre la roca es un faro que
debe alumbrar a los hombres, pero ¿Cuál será la roca sobre la cual
debemos edificar?

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1 Corintios 10:4 “La Roca es Jesucristo y todos bebieron la misma
bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la
roca era Cristo”.

1 Corintios 3:11 “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que
está puesto, el cual es Jesucristo”.

La Palabra nos muestra que Jesucristo es la Roca y también que Él es la


Palabra de Dios (Juan 1:1) por medio del cual fueron creadas todas las cosas
(Génesis 1:3 / Juan 1:3 / Juan 1:10 / 1 Corintios 8:6 / Colosenses 1:15-17 /
Hebreos 1:1-2).
Solo fundamentando nuestra vida en la Palabra de Dios resistiremos el azote
del mal simbolizado por la tormenta (Mateo 8:24-26 / Marcos 4: 37-40).

De tal forma que, así como un faro, cuyos cimientos se construyen excavando
en las rocas precisamente para evitar que las fuertes tormentas lo echen
abajo, nuestras vidas –útiles para alumbrar a los hombres–, deben estar
firmemente fundamentadas en la Palabra de Dios, pues de lo contrario tarde o
temprano se vendrán abajo al no soportar la embestida de las tormentas, que
son las pruebas y tentaciones de esta vida. Y si no soportan las pruebas de
esta vida, tampoco soportarán el Juicio en la otra.

EL COSTO TERRENAL DE FUNDAMENTAR NUESTRA VIDA EN LA


PALABRA

Construir una casa sobre la roca ni es barato ni es fácil. Primero se debe


taladrar en la roca para hacer una excavación lo suficientemente profunda
para que los cimientos sustenten la edificación que ha de resistir los embates
de las tormentas.

Eso es exactamente lo que hacemos cuando edificamos cada aspecto de


nuestra vida en la Palabra de Dios, la Roca firme.

De la misma manera, cuando edificamos nuestra vida OBEDECIENDO LA


PALABRA DE DIOS, muy probablemente –en estrictos términos terrenales–
nos resultará muy costoso:

Juan 16:25 “El que ama su vida, la perderá; pero el que aborrece su vida
en este mundo, la guardará para vida eterna”.

Todas las Palabras de Nuestro Señor Jesucristo han sido dadas para
recordarnos que nuestro destino es la siguiente vida y nada de este mundo
debe interferir en nuestro camino de regreso al Padre Celestial.

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Las necesarias pruebas a nuestra fe

Las pruebas y tentaciones necesariamente tienen que venir. Al señor le


sucedieron (Mateo 4:1) por tanto a quienes le siguen también les ocurrirán:
1 Pedro 1:6-7 “Esto les causa gran regocijo, aun cuando les sea
necesario soportar por algún tiempo diversas pruebas y aflicciones;
pero cuando la fe de ustedes sea puesta a prueba, como el oro, habrá de
manifestarse en alabanza, gloria y honra el día que Jesucristo se revele.
El oro es perecedero y, sin embargo, se prueba en el fuego; ¡y la fe de
ustedes es mucho más preciosa que el oro!”

FUE MI INTENCIÓN EN ESTE DISCERNIMIENTO QUE EN ESTA


PARABOLA ENCONTREMOS UNA ENSEÑANZA PARA CADA UNO DE
NOSOTROS

La parábola culmina como los oyentes quedaron atónitos ante dicha


enseñanza (Mateo: 7: 28-29) “Y cuando terminó Jesús estas palabras, la
gente se admiraba de su doctrina. Porque le enseñaba como quien tiene
autoridad, y no como los escribas"

Esta parábola de la casa sobre la roca viene a hablarnos a todos los


creyentes, para que evaluemos nuestra condición en este momento, que
podamos ver si esa doctrina de comportamiento y enseñanza nos están
llevando a la salvación o a la condenación eterna.

Que podamos los creyentes ver con qué cimientos estamos construyendo
nuestras casas espirituales, si es con el fundamento de Jesucristo o el del
pecado.

¿CÓMO EDIFICAR NUESTRA VIDA? Como podemos edificar sobre Cristo,


el fundamento seguro

Estudiar las Escrituras. Orar y ayunar. Participar de la Santa Cena.

Amar y servir al Señor en cada área en que la Iglesia lo demande

Vivir tal como Cristo lo hizo. Comprometidos

Jesús en esta parábola nos enseña la importancia de construir sobre la roca:


la casa es tu vida, tu futuro y tu tienes que decidir como la edificas, si sobre la
roca (Obedeciendo a Dios, cumpliendo tus obligaciones, esforzándote) o
sobre arena (mintiendo, desobedeciendo, no trabajando)

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Es un alerta a la autoevaluación de nuestra fe, para que sea genuina y que
pueda sostenerse ante la adversidad que se presente. Esa comparación viene
a despertar a esos oidores olvidadizos que habla el libro de Santiago 1: 22
"Pero sed hacedores de la palabra y no tan solamente oidores,
engañándoos a vosotros mismos".

El Padre Celestial desea que prosigan el camino de su Palabra, para que


puedan sostenerse y demostrar absoluta obediencia, no con la boca sino con
la acción, sosteniendo su casa sobre la roca inconmovible que es en
Cristo Jesús, Señor Nuestro.

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