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LAS PERSONAS EN CADA ETAPA DE SUS VIDAS

Tener a las personas en el centro de la política supone reconocer sus necesidades y que ellas
cambian a lo largo de la vida, así como tomar en cuenta que las características y riesgos
específicos de cada etapa del ciclo de vida deben ser atendidos con servicios pertinentes y
oportunos. Esta tarea no es fácil, pues requiere de esfuerzos de articulación sostenidos en el
tiempo y expectativas de corto, mediano y largo alcance que vayan haciendo realidad el desarrollo
pleno de las personas a lo largo de sus
vidas.
Dado que las necesidades de las personas
cambian con la edad, existen factores
específicos de cada momento que deben
ser atendidos para asegurar buenas
experiencias educativas y una vida plena.
En particular, el PEN considera que las
políticas públicas y las personas debemos converger en asegurar:
• Infantes, que, a través del acompañamiento, ya sea de padre, madre o cuidador, logren estar bien
nutridos que se comuniquen, jueguen y exploren a partir de su curiosidad, se desplacen con
libertad en ambientes seguros, favorables y pertinentes, y se reconozcan como únicos, valiosos e
importantes;
• niños y niñas saludables que aprendan a relacionarse de manera positiva, afirmen sus identidades
en relación con sus pares diversos, participen activamente en hogares y escuelas democráticas,
logren aprendizajes que les permitan desenvolverse en sus comunidades y desarrollar todo su
potencial;
• Adolescentes que se reconozcan como personas valiosas, desarrollen su autonomía, indaguen
para comprender el mundo e interpreten la realidad para tomar decisiones responsables que
desarrollen un sentido de pertenencia colectiva, se comprometan con sus comunidades y logren
aprendizajes que les permitan llevar a cabo sus proyectos de vida;
• Jóvenes con buen estado de salud física y mental que desarrollen aprendizajes necesarios para
desenvolverse con solvencia en el rubro de su preferencia, que ejerzan plenamente su ciudadanía
y contribuyan a construir una sociedad democrática y sostenible desde sus proyectos personales
y colectivos;
• Adultos saludables que ejerzan su ciudadanía, que sigan desarrollando aprendizajes que les
permitan emprender sus proyectos, desenvolverse laboralmente y adaptarse a los cambios
sociales; sensibles y comprometidos con la atención y protección de los niños, niñas y
adolescentes, las personas con discapacidad y las personas adultas mayores; y
• Personas adultas mayores que mantengan un adecuado estado de salud, independientes para
valerse por sí mismos y tomar decisiones, que definan y disfruten su vida con autonomía, con
oportunidades para seguir aprendiendo, participando y aportando a sus comunidades.

MINEDU. Proyecto Educativo Nacional al 2036 Pág. 35

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