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Los niños que llegan al centro escolar en este momento pueden presentar grandes
diferencias entre ellos. Unos niños que por haber sido beneficiados precozmente por una
adecuada inter-vención, presentarán sólo un mínimo desfase con relación a sus
compañeros, niños que hacen del habla y de la audición su medio vehicular de
comunicación. Llegarán también otros, en los que el proceso no haya sido tan favorable, en
los que la expresión sea limitada e imper-fecta y otros incluso que estén iniciando su
rehabilitación,, sin habla y niños que distancian notablemente de sus compañeros.
Sin embargo, para muchos de estos niños la situación de inclusión para la adquisición del
lenguaje y de habilidades sociales es ideal puesto que es receptivo a unas actividades que
se ajustan perfectamente a sus intereses y que le ayudan fácilmente a desarrollar su
pensamiento y a conceptualizar el vocabulario adquirido.
El desarrollo lingüístico es más natural y espontáneo. Debe ser estimulado a través de la in-
tervención directa e indirecta del adulto, pero los compañeros y la espontaneidad de la edad
harán más fácil que el niño intente comunicarse sin verse cohibido pensando que habla mal.
En general, en este momento se comunicará con palabras-frase o frases muy cortas,
incorrec-tamente estructuradas, tal vez ininteligibles pero cercanas a las de otros niños sin
discapaci-dad auditiva. La riqueza de la entonación y ritmo de su palabra o de su jerga la
hacen al fin comprensible.
La escuela deberá darle respuesta a los requerimientos de los distintos ámbitos del ciclo:
Ámbito de autonomía personal: No presenta dificultades especiales siempre que la
atención del adulto contribuya afectivamente a su relación con el medio.
Medio físico y social: como su vocabulario es muy reducido, pueden serlo también sus
conocimientos y necesitará más ayuda para comprender los contenidos y establecer
deducciones y relaciones entre ellos. Por eso será conveniente:
– Compensar su desconocimiento de experiencias e ideas.
– No limitarse a proporcionarle el nombre de las cosas sino, relacionarlos y or-ganizarlos
entre sí en con la experiencia.
– Despertar su interés y curiosidad y favorecer su participación en el aula.
– Proporcionarle la ayuda de otros niños del grupo que con interacción amplían su
conocimiento y experiencia.
Comunicación y Representación: A pesar de la limitación de su lenguaje, las distintas
formas de expresión que el niño utiliza, gestos, expresiones faciales, entonaciones, son
instrumentos que permiten en el aula:
– Desarrollar juegos de representación de roles.
– Enseñarle nombres nuevos y ampliar el significado de las que ya conoce.
– Cumplir órdenes, manifestar deseos y normas que todos deben respetar.
– Participar en la narración y representación de cuentos con conceptos tempo- espaciales,
complejos para él.
– Inferir el resultado de adivinanzas muy simples, pequeñas definiciones con las que
adquiere sentido el lenguaje y le hacen pensar, que con frecuencia no tie-nen una
respuestas cerrada sino múltiple: ―Un animal con pico amarillo, sabe nadar‖ (pato, oca,
cisne…); ―es dulce, se puede comer‖ (galletas, caramelos, flan…) y a las que se van
añadiendo nuevas palabras- condiciones – que cie-rran la respuesta. ―es dulce, se puede
comer, es de color marrón‖ (chocolate).
– Iniciar la lectura mecánica en voz alta y la lectura silenciosa identificando las palabras o
frases.
– Comprender y expresar conceptos matemáticos sencillos y problemas verbales muy
simples.
– Hacer ejercicios de identificación visual por lectura labial, en los que participan todos los
niños.
– Hacer ejercicios de identificación auditiva (palabras, sonidos), con la participa-ción de todo
el grupo.