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Abril Angélica Portillo Ruiz

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Control de lectura del 31 de enero
La imagen técnica de Flusser es una reflexión sobre la naturaleza de la fotografía, las imágenes
y el aparato fotográfico. Flusser define las imágenes tradicionales como fenómenos y
abstracciones de primer grado. Por otro lado, las imágenes técnicas son el producto de los textos
científicos aplicados; son conceptos. En estas existe una relación directa entre el significado y la
imagen. El observador admira las imágenes con una actitud acrítica pues es seducido por la falsa
objetividad. Las imágenes técnicas surgen para reconfigurar nuestra relación con la información y
las visiones; sin embargo, fallan en su tarea. Terminan por producir una cultura de masas que
anhela desembocar en la memoria eterna y ser eternamente reproducible. En cuando al aparato
fotográfico, Flusser establece que la cámara fotográfica no es un medio transparente y puede
obtener múltiples imágenes distintas. Por lo tanto, el fotógrafo se interesa en ver las posibles
imágenes que esta puede producir.
La imagen compartida de André Gunthert se centra en diferenciar la fotografía tradicional
de las imágenes digitales y describir sus efectos en la cultura visual. Las imágenes tradicionales
son el resultado de una huella física. Las imágenes digitales son un conjunto de pixeles y datos
numéricos. A pesar de las predicciones fatídicas sobre las imágenes digitales, no hubo una
catástrofe de lo visible. Es así que la fotografía no debe su esencia a la forma de producir
imágenes. El resultado de lo digital son imágenes plásticas y manipulables, aún así los
consumidores no desconfían de ellas. La razón es que estas imágenes son inmediatas y
accesibles. Además, las ediciones se han normalizado; las nuevas imágenes son ornamentales.
Al confiar en las imágenes manipuladas se ignora que son fantasiosas. No obstante, la verdad en
la fotografía digital solo depende de la experiencia y cultura visual contemporánea.
En la furia de las imágenes de Fontcuberta se discute sobre la postfotografía y los medios
digitales. Primero establece un contexto social donde el individualismo es exaltado y los medios
digitales son en el espacio perfecto para este. Internet ha creado las condiciones claves para
satisfacer nuestras expectativas y la fotografía se adapta a nuestra vida online. La velocidad es
más apreciada que la precisión; las imágenes se desechan con la misma velocidad que se
producen. Nos ahogamos en imágenes, aún considerando aquellas ausentes. Todos somos
productores y consumidores gracias a la facilidad de los medios digitales. Al enfrentarse a toda
esta reconfiguración de los conceptos tradicionales de la fotografía, Fontcuberta redacta un
decálogo donde esclarece preocupaciones respecto a los autores, los lectores y las intenciones.
Existen mayores libertades y el compartir las imágenes es más importante que el poseerlas. A
partir de estos nuevos parámetros propone la estética del acceso, donde las imágenes son
numerosas y se vuelve necesario el reciclarlas y apropiarse de ellas. Las fotos ya no son
recuerdos, son mensajes.

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