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INVESTIGACIÓN

Método

Trabajamos con 14 ratones: 8 ratones knockout (KO), que presentaban síndrome de X frágil, y seis
wildtype (WT) o ratones salvajes. Vamos a evaluar, por un lado, la capacidad olfativa y, en segundo lugar,
y con una extensión mayor, la conducta motora.

Resultados

1. Evaluación de la capacidad olfativa

Con el fin de evaluar la capacidad olfativa de la muestra completa, realizamos una prueba de búsqueda
por recompensa de manera individualizada: escondíamos y enterrábamos el alimento, un aperitivo de
la marca Cheetos, en el serrín de la esquina de una caja dispuesta para este fin, y con características
similares a la jaula, y soltábamos al ratón en el lado contrario. Los ratones habían sido sometidos a un
ayuno previo de doce horas, tratando de aumentar el factor motivacional. Del mismo modo, para evitar
el rechazo del alimento, también habían sido sometidos a un periodo de habituación al olor del
aperitivo. Una vez fueron soltados en la jaula, acordamos y establecimos un total de cinco minutos para
observar la conducta de búsqueda. Esta respuesta se midió en base al tiempo de latencia en encontrar el
alimento y, en un segundo dato, de morderlo. Observamos a continuación los datos obtenidos.

A la luz de los resultados, hemos podido observar que los ratones KO encuentran con mayor rapidez el
alimento en comparación con los ratones WT. La conducta de estos últimos podría explicarse por un
déficit en la capacidad olfativa o por falta de motivación para la tarea. Para concretar las diferentes
posibilidades y hallar una causa directa, sería conveniente revisar la prueba, por si han podido
sucederse algunos errores en su ejecución y análisis, o realizarla de nuevo con pequeños reajustes.

Respecto a la mordedura, como en el caso anterior, los ratones KO, puesto que antes encuentran el
alimento, en menos tiempo le dan el bocado. Los ratones WT, dada la extensión del tiempo de
localización, emplean más segundos en dar el bocado. En general, el tiempo de localización se
encuentra íntimamente relacionado con el tiempo de mordida. Podemos concluir que los datos
mostrados en ambas gráficas se encuentran en consonancia.

2. Evaluación de la conducta motora

La conducta motora basal se evaluó a partir de la prueba conductual de campo abierto, que permitió, a
su vez, categorizar y examinar distintas aptitudes, así como recabar información precisa sobre la
actividad motora exploratoria y el estado de ansiedad del animal. Esta prueba se realizó en dos
variantes: en un ambiente desconocido durante cinco minutos y, tras una pausa de una hora, en un
ambiente conocido durante cinco minutos. Como señalábamos, se evaluaron distintos parámetros,
recogidos en la tabla que adjuntamos a continuación, y que son los siguientes: actividad horizontal,
actividad vertical, tiempo en el centro y en la periferia y número de acicalamientos y defecaciones.

2.1. Actividad horizontal

La actividad horizontal corresponde al número de veces que el animal cruza las líneas horizontales y
verticales dispuestas, gracias a la distribución uniforme de una cuadrícula, sobre el campo.
Agrupábamos los datos de manera que obteníamos la actividad realizada cada minuto, y la suma de los
cinco minutos nos ofrecía el número total de actividad de cada ratón, ya fuese KO o WT.

La naturaleza exploratoria de los ratones se ve respaldada por los datos obtenidos, que muestran una
mayor actividad inicial, cuando la situación reviste un mayor grado de novedad para el animal. No
obstante, esta actividad se ve aumentada en la segunda prueba tanto en los ratones KO como en los
ratones WT.

2.2. Actividad vertical

La actividad vertical se midió en base al número de alzamientos del animal. Catalogamos alzamiento
como la elevación parcial del cuerpo y de la cabeza, que llegaba a ser total cuando se apoyaban sobre las
paredes del campo abierto.

2.3. Tiempo en el centro y en la periferia

El centro y la periferia del campo abierto se encontraban señalizados, y nos permitían medir, de manera
indirecta, el grado de ansiedad del animal. Por norma general, los ratones pasan más tiempo en la
periferia que en el centro, pues ahí gozan de mayor seguridad y menos luminosidad. El hecho de
situarse en la zona central se traduciría en una exposición al peligro.

2.4. Acicalamientos y defecaciones

Recogimos el número de conductas de acicalamiento y el número de defecaciones del animal en ambos


periodos de prueba.

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