Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
Recuperado con fines didácticos de: http://psicoteca.blogspot.mx/2009/11/el-experimento-de-skinner-
sobre_2651.html
subsistemas se dividen en modos motivacionales. Éstos predisponen al animal a
realizar ciertas conductas y prestar especial atención a ciertos estímulos en
función de las circunstancias. Por ejemplo, dentro de la conducta predatoria habría
diferentes modos: búsqueda general de alimento, que implicaría conductas de
búsqueda inespecíficas como deambuleo o espera; búsqueda focal, que incluiría
conductas centradas en una presa localizada, como acecho o captura; o
carga/consumo, que incluye conductas como cargar con la presa o comérsela. El
modo activo dependerá del contexto estimular (por ejemplo, de la cercanía de la
presa; el modo de búsqueda general se activa cuando no hay presas localizadas,
mientras que el de búsqueda focal lo hace cuando ya se ha localizado alguna), o
de la motivación del animal. Un ejemplo de esto último viene dado en una
descripción de Leyhausen (1979) sobre la conducta predatoria en el gato: si
ponemos a un gato hambriento en una habitación llena de ratones, en un primer
momento los matará y los devorará (modo de consumo); una vez reducida su
hambre jugueteará con los ratones, capturándolos y acechándolos (modo de
búsqueda específica); y tras un tiempo, se limitará a deambular y seguir con la
mirada a los ratones (modo de búsqueda general). Añadir a esto que dentro de un
mismo modo hay diversas conductas posibles, cuya aparición puede depender de
las demandas del ambiente o de diferencias individuales, como por ejemplo el
aprendizaje previo. Esta secuencia de modos ocurriría tanto en situaciones
naturales, como en situaciones aprendidas (p. ej., en un entrenamiento de
intervalo fijo, en el que se refuerza a la rata por pulsar la palanca tras un intervalo
de tiempo, se observa que las respuestas relacionadas con el modo de búsqueda
específica aumentan conforme se acerca el final del intervalo y el momento de la
aparición del reforzador).
Hoy en día, existen otras explicaciones más firmes que la propuesta por Skinner
sobre la conducta supersticiosa, basadas en los sesgos en la detección y
ponderación de las relaciones causales y de contingencia. Sin embargo, el debate
en torno a este tema sirve para ejemplificar cómo el ambientalismo extremo de la
psicología de mediados del siglo XX es insuficiente para explicar
satisfactoriamente la conducta animal y humana, y de cómo es necesario tener en
cuenta la historia filogenética de cada especie estudiada a la hora de analizar su
comportamiento.