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Elementos del Estado

Modelos de Estado
Gobierno con sus tres concepciones

Elementos del Estado:


Nuestra construcción política en Su Titulo II nos habla sobre el estado en el
arto 6 en adelante donde nos explica cuales son los elementos del estado.

El Estado tiene cuatro elementos básicos y generales:


1. posee gobierno (poder político)
2. Tiene un pueblo (como nación)
3. Ostenta territorio.
4. Está regulado con base en un estado de derecho que lo legitima y basa
su organización en la división de poderes estos son:

a. Poder Legislativo
b. Poder Ejecutivo
c. Poder Judicial
d. Poder Electoral.

El poder ejecutivo es ejercido por el presidente, quien es elegido para un


período de cinco años mediante el sufragio.
El poder legislativo está radicado en la Asamblea Nacional, formado por
92 diputados electos por cinco años.
Poder Judicial Constituida por una Corte Suprema de Justicia integrada por
16 magistrados encargados de vigilar el sistema judicial.
El Poder Electoral es el encargado de las contiendas electorales son
responsabilidad del Consejo Supremo Electoral Administrativamente.
Modelos de Estado
Cuando hablamos de modelo de estado, no referimos a las distintas
expresiones usadas en textos legislativos o bibliográficos para expresar un
concepto de derecho constitucional que hace referencia a las diversas formas
de organización o modelos que los Estados pueden adoptar sobre la base de
la relación o articulación que pretenden establecer entre sus tres elementos
constitutivos: El  territorio, la población  y el  poder.

En función de ello se distinguen dos grandes grupos de formas, modelos u


organizaciones territoriales del Estado (en los cuales jamás cabrá la
concepción de dictadura o su equivalente democrático):

1. El Estado unitario, donde pueblo, territorio y poder son homogéneos,


uniformes y simples, y la relación entre ellos es unívoca y directa.

2. El Estado complejo, que expresa mediante la diversificación de


su ordenamiento jurídico la heterogeneidad de los mismos tres
elementos. Tipos de Estado complejo serían el Estado federal y
el Estado confederal.

Entre los modelos de estados tenemos:

 Estado unitario. (Nicaragua)
 Estados Regionalizados.
 Estado complejo. (México)
 Estados dependientes.
Nuestra construcción política en Su Título II, nos dice:
Nicaragua es un Estado independiente,
libre, soberano, “unitario e indivisible”.
Se constituye en un Estado Democrático y
Social de Derecho, que promueve como
valores superiores la dignificación del
pueblo a través de su ordenamiento
jurídico, la libertad, la justicia, la igualdad,
la solidaridad, la responsabilidad social y,
en general, la preeminencia de los
Derechos Humanos, la ética y el bien
común. Las ciudadanas y ciudadanos y la
familia son elementos protagónicos en la
toma de decisiones, planificación y
gestión de los asuntos públicos del
Estado.

Las distintas formas de Estado regional y descentralizado son consideradas


formas de Estado unitario, de Estado complejo, o intermedias entre uno y
otro.

Otras clasificaciones diferencian Estado elemental (unitario o regional) de


Estado compuesto (unión personal, unión real, Confederación o Federación);
o identifican "simple" con "unitario" y "complejo" con "compuesto".
Incluso hay autores que niegan la contraposición entre "unitario" y "federal"
las constituciones suelen referirse a la forma de organización territorial que
determinan, aunque no siempre utilizando estos términos.
Por ejemplo, la Constitución española de 1931 empleaba la expresión
"Estado integral" para una forma de Estado, intermedia entre el unitario y el
federal, que reconoce autonomías regionales; mientras que la Constitución
de 1978, muy similar en este aspecto, no utiliza ninguna denominación
específica.

Gobierno con sus tres concepciones:

La ley 475 - ley de participación ciudadana nos Dice:


Existe una diversidad de prácticas referidas a la participación ciudadana, de
forma cotidiana que se vinculan a la vida del quehacer del espectro público
del Estado en toda su dimensión, las que merecen ser reguladas y
sancionadas jurídicamente por el Estado, pues la gestión pública no puede
ser concebida hoy en día sin la participación directa y permanente de la
ciudadanía, pues esto constituye uno de los aspectos que exige un nuevo rol
del Estado para contribuir a la transformación de los “modelos y
concepciones tradicionales” sobre la forma y manera de gobernar y
convertir a los ciudadanos, desde su condición y calidad de administrados, en
protagonistas de los procesos de transformación de la sociedad nicaragüense
y sus diferentes modalidades en la gestión desde las comunidades de la
nación.

I) La Soberanía y la independencia como valores de negociación


El sistema democrático ha experimentado desde su implantación en el
sistema político, (1789) una serie de disfuncionalidades, corregidas de forma
unilateral por los países que lo impusieron como modelo, sin que estas
transformaciones evolutivas hayan sido exportadas con el conjunto del
sistema a los demás países que lo adoptaron como forma de gobierno. En sus
orígenes el Estado occidental, fue cimentado con las estructuras
administrativas de las instituciones eclesiásticas entre 1100 y 1600,
conceptualizando en su organización valores que dan pie a nuevas
estructuras sociales y políticas, punto de partida de los Estados-Nación. Las
nuevas formas de organización social se constituyen con un enorme celo
hacia los principios de independencia y soberanía nacional, primera
característica en la organización del Estado Moderno.
Partiendo de la idea anterior, confirmamos que contrariamente a lo definido
por el proceso histórico del Estado en Europa, el establecimiento del modelo
democrático en América Central carece desde sus inicios de estos primeros
elementos conceptuales, fundamentales para el desarrollo de la institución.
Tenemos que entender, que la soberanía y la independencia hacen parte de
valores, que consiguen, con su implantación y respeto, defender, tanto los
intereses del Estado, como aparato de Gobierno, como su población, parte
integrante del mismo.
Si tenemos en cuenta el padecimiento de esos elementos fundamentales
para completar el sistema, podemos, observar también, que otros factores
ajenos a la institución, impiden su desarrollo en América Central: Por un lado,
las políticas imperiales impuesta desde el exterior, imposibilitan la
implantación del “modelo democrático”, combinándose con condiciones
internas favorables al “modelo de dominación”, y, por otro lado, que tales
prácticas confirman ciertos principios revelados por Maurice Duverger en su
obra, (Janus, les deux faces de l’occident, 1972), según los cuales, “la
democracia posee dos caras, la del dominio oligárquico y la del avance
político del mayor número”.
En Nicaragua, la intervención exterior legitimó un poder en manos de una
minoría sin base popular, que siempre temió perder el apoyo de la metrópoli,
fundamental para su subsistencia, con un interesado menosprecio al
principio de independencia y soberanía, cuya aplicación hubiese favorecido a
campesinos y artesanos.

II) La construcción del modelo


La construcción de la instituciones democráticas, se conciben bajo la
influencia de dos modelos, relacionados con la concepción de poder: la que
lo consideraba como una función, que se podía delegar a representantes, que
lo ejercerían en nombre del pueblo, sustentada por Montesquieu; y el
modelo de Rousseau, que contrario a lo anterior, sostenía que el poder no se
delega, y, por consiguiente, no debe existir un intermediario entre el elector
y el Parlamento, (cero consideraciones a los partidos políticos). Nacen de esta
manera dos concepciones: la “soberanía popular” (Rousseau), según la cual la
soberanía pertenece a todos los ciudadanos, quienes lo ejercen directamente
sin poder delegarlo a ningún representante; y la “soberanía nacional”,
(Montesquieu), para quien la soberanía pertenece a la nación en su totalidad,
y es ejercida solo por los representantes.
La experiencia vivida entre los años 1789-1794, demuestra según Agustin
Cochin (L’esprit du jacobinismo, 1979), la conexión entre la necesidad de
elecciones masivas y el funcionamiento de asambleas parlamentarias. Dicho
en otras palabras, la necesidad de organizaciones políticas que canalicen el
electorado, y que por delegación gobiernen en su lugar. Los europeos
tratando de eliminar este agente extraño del sistema democrático,
denominado partido político, crean la Profesionalización de la Administración
Pública o “Función Pública”.
El nacimiento del funcionario público por mérito académico, es decir, por
competencia profesional, elimina la capacidad de los partidos políticos para
utilizar al Estado como botín de conquistas electorales. En otras palabras, las
organizaciones políticas no tendrán la capacidad de nombrar a los
funcionarios públicos del Estado, fuera de las de carácter discrecional. Según
Pierre Rosanvallon (La crise de L’État Providence, 1981), la Función Pública,
fue la “muleta” que permitió el desarrollo del sistema democrático, tras la
instalación de los partidos en el sistema político.
Queda claro, que el sistema democrático, cualquiera que fuese la concepción
sobre la delegación de poder, tenía que controlar la capacidad de las
organizaciones políticas, llámense, sindicatos, partidos, facciones, o grupos
de presión. Nuestro sistema democrático centroamericano, fue “fulminado”
en este punto crucial de su desarrollo, al adoptar el atrofiado modelo
norteamericano, impuesto por la política del General Andrew Jackson,
miembro del partido demócrata y huésped de la casa blanca en 1829. El
procedimiento establecido por el presidente Jackson, se denominó el “spoil
system”, permitiendo la repartición de los cargos públicos al partido ganador
de las elecciones. Nuevamente la influencia de los Estados Unidos juega en
contra de los principios, que permiten el desarrollo político en Nicaragua.
Con la adopción del “spoil system” se instaura, lo que los mismos demócratas
denominaron “Estado Botín”.

III) La descomposición del sistema democrático y la política exterior


norteamericana
La definición de las relaciones interestatales de los Estados Unidos, utilizando
como interlocutores no casuales a las oligarquías nacionales, las legitima
como clase gobernante,” a pesar, que la falta de preparación de la oligarquía,
ha sido una de las principales preocupaciones de los Estados Unidos desde la
salida de los españoles de Centroamérica” (Carlos Rangel,1976). La torpeza
política de las familias conservadoras ha sido hereditaria e histórica en
Nicaragua. Esta legitimación tuvo un doble efecto en América Central:
desvalorizar la expresión del poder popular, y mantener en el gobierno una
clase política, que no ejerció el papel de administrador del Estado, por tanto,
no crea las bases de una Administración Pública propia a la institución
estatal, como cuerpo de profesionales del estado y no del gobierno.   
Esta descomposición del sistema democrático, (auspiciada por los Estados
Unidos), a través de los mecanismos de distribución del poder, es parte de un
proyecto político a gran escala, es decir a nivel continental. El deterioro del
sistema democrático en América Central, a lo largo de su historia política, ha
sido el reflejo de las necesidades de política interior de los Estados Unidos,
este es un punto importante a subrayar. La política Exterior norteamericana,
ha sido el fruto de una clara necesidad de obtener un crecimiento económico
rápido, con beneficios fuera y dentro de sus fronteras. El “Big Stick
Diplomacy” (1901) completa la estrategia, como forma de defender el
modelo económico, necesario para el desarrollo de la economía doméstica,
que más tarde, se reforzaría con los acuerdos de Breton Wood (1944) y el
G.A.T.T. (1947), sobre la tumba de la Organización Mundial del Comercio de
La Habana, (1948).
El primer acuerdo permite imponer el modelo económico de los Estados, y
fundamentalmente la dolarización del Orden Económico Internacional; con el
segundo, se aplica al “tercer mundo” la igualdad de los Estados en los
intercambios comerciales, a pesar de las diferencias garrafales en la
capacidad económica y productiva, que solo beneficiaba a los grandes
Estados, en detrimento de los países con economías de mono producción.
Las “Bananas Republic”, como fuimos conocidos por muchos años,
resolvíamos los problemas de seguridad hemisférica con los dictadores de
turno, y proveíamos de los recursos necesarios, para mantener el nivel de
vida de los norteamericanos, con la explotación de nuestros recursos por
compañías norteamericanas, si tenemos en cuenta, que el modelo se
extendió a todo el continente latinoamericano.

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