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Las flores de jazmín, con sus hermosos pétalos blancos y el maravilloso aroma,
son bien conocidas en todo el mundo. Tanto por su bella apariencia como por
su calmante fragancia floral, han llegado a asociarse con amor y pureza.
Por lo tanto, no es sorprendente que esta planta aromática tan apreciada tenga
también muchas aplicaciones prácticas: se cultiva ornamentalmente en jardines
y hogares, se utiliza ampliamente en la industria cosmética para producir
exquisitos perfumes y aceites de baño, se emplea en medicinas herbales y, por
supuesto, ha sido durante mucho tiempo popular como un natural y armonioso
aromatizante del té.
Los estudios biológicos modernos han demostrado que beber té de jazmín puede
tener beneficios de salud e inmunidad. El té de jazmín contiene varios tipos
diferentes de antioxidantes que brindan protección a las membranas de los
glóbulos rojos. Esta protección adicional ayuda a evitar la oxidación inducida por
los radicales libres.
Las hojas de té se cosechan a principios de la primavera y se almacenan hasta el
final del verano, cuando las flores frescas de jazmín están en flor. Las flores de
jazmín se recogen temprano en el día cuando los pequeños pétalos están bien
cerrados. Las flores se mantienen frescas hasta el anochecer. Durante la noche,
las flores de jazmín se abren y liberan su fragancia, y aquí es cuando se produce
el aroma del té.